Publicado en la Prensa de los años 30:
La expresión “Juicios teatrales”, para referirse a los Procesos de Moscú, proviene
del nazismo. Su vergonzante origen no impidió que se consagrara hoy
mediáticamente en todo Occidente, sin ninguna discusión.
del nazismo. Su vergonzante origen no impidió que se consagrara hoy
mediáticamente en todo Occidente, sin ninguna discusión.
El prestigio inapelable conferido a esta “letra de molde”, desnudaría su artificio si,
a la vista de la opinión, apareciera la cobertura viva que la prensa no fascista
brindaba de los juicios, en el instante en que tenían lugar, reflejando un tremendo
dramatismo que no cabría tras la banal etiqueta de “show”.
a la vista de la opinión, apareciera la cobertura viva que la prensa no fascista
brindaba de los juicios, en el instante en que tenían lugar, reflejando un tremendo
dramatismo que no cabría tras la banal etiqueta de “show”.
La noticia, dada por el New York Times:
Complot en combinación con el Reich y Japón fueron confesados en el juicio
soviético.
soviético.
Trotsky planeaba provocar la guerra, voltear el régimen y crear dos regiones de
poder, dijo la acusación. La totalidad de los diecisiete admitieron toda su
culpabilidad.
poder, dijo la acusación. La totalidad de los diecisiete admitieron toda su
culpabilidad.
Cable especial para el New York Times
Imagen del original del New York Times |
Moscu, 23 de enero de 1937.- Con una clara y descolorida voz, tan precisa y
desapasionada como la de un profesor dictando su clase, Gregorio Piatakov,
ex Comisario Asistente de la industria pesada, liquidó su vida y la vida de sus
dieciseis compañeros acusados, tan pronto comenzara su enjuiciamiento como
conspiradores contra el régimen soviético.
desapasionada como la de un profesor dictando su clase, Gregorio Piatakov,
ex Comisario Asistente de la industria pesada, liquidó su vida y la vida de sus
dieciseis compañeros acusados, tan pronto comenzara su enjuiciamiento como
conspiradores contra el régimen soviético.
Lució como un profesor, con su ancha frente de erudito, anteojos de armazón
negro, barba corta y rojiza y cabello ondulado hacia atrás, todo salpicado por
el gris de las canas. Pero lo que expuso fue un relato negro de traición, en
acto y en intención.
negro, barba corta y rojiza y cabello ondulado hacia atrás, todo salpicado por
el gris de las canas. Pero lo que expuso fue un relato negro de traición, en
acto y en intención.
Aquí, por cinco largas horas, no existió la histérica confesión de un fanático
desesperado, pero sí un pormenorizado relato de acción conspirativa, poco
menos terrible y más convincente que la acusación, cuya lectura ocupó la primera
hora de esta sesión de apertura del juicio.
desesperado, pero sí un pormenorizado relato de acción conspirativa, poco
menos terrible y más convincente que la acusación, cuya lectura ocupó la primera
hora de esta sesión de apertura del juicio.
Muy breve y sumariamente, la acusación enunció cinco cargos: un intento de
derribar el gobierno soviético y restaurar el capitalismo, un pacto con estados
extranjeros enemigos –Alemania y Japón- para provocar la guerra, invasión y
apoderamiento de territorio soviético, espionaje, sabotaje y el intento de
cometer actos de terrorismo, incluídos el asesinato de líderes soviéticos.
derribar el gobierno soviético y restaurar el capitalismo, un pacto con estados
extranjeros enemigos –Alemania y Japón- para provocar la guerra, invasión y
apoderamiento de territorio soviético, espionaje, sabotaje y el intento de
cometer actos de terrorismo, incluídos el asesinato de líderes soviéticos.
Todos los acusados se declararon culpables de los cinco cargos de la acusación,
cualquiera de los cuales sería suficiente en este país para fusilar siete, setenta
o setecientas veces a los diecisiete conspiradores.
cualquiera de los cuales sería suficiente en este país para fusilar siete, setenta
o setecientas veces a los diecisiete conspiradores.
Solamente el sabotaje y el espionaje fueron hechos consumados, pero Piatakov
dejó en claro que la voluntad por todo lo demás estaba presente, aunque su
realización fue imposible. Todo esto, dijo, fue por órdenes directas de León
Trotsky, y su exposición llegó al climax con la descripción de una visita secreta
suya a Trotsky en Oslo, Noruega, en diciembre de 1935.
dejó en claro que la voluntad por todo lo demás estaba presente, aunque su
realización fue imposible. Todo esto, dijo, fue por órdenes directas de León
Trotsky, y su exposición llegó al climax con la descripción de una visita secreta
suya a Trotsky en Oslo, Noruega, en diciembre de 1935.
En este punto, la audiencia entera de 500 personas –diplomáticos extranjeros,
reporteros y altos funcionarios rusos, con muchos oficiales uniformados pero
pocas mujeres- se inclinó hacia adelante con concentrada atención.
reporteros y altos funcionarios rusos, con muchos oficiales uniformados pero
pocas mujeres- se inclinó hacia adelante con concentrada atención.
El juicio se desarrolló en un pequeño hall del ex Club de Nobles, un largo salón
bajo, con paredes de verde claro, rematado en un friso blanco como una calza
de madera china. Es la primera vez en cualquier juicio al que este cronista
haya asistido aquí, que el estrado de los jueces estuvo decorado en verde en
lugar de rojo. El presidente del tribunal, Vassili M. Ulrich y sus dos colegas estaban
uniformados, porque ésta es una suprema corte marcial, contra cuya decisión
no existe apelación, y cada media hora, guardias de alta estatura, de uniforme
caqui con sus bayonetas inmóviles y cascos con visera de lana azul oscuro se
encuadraban en postura rígida como de estatuas al lado de la barra que rodeaba
el escenario, donde los acusados estaban ubicados escuchando las palabras que
significaban su muerte segura.
bajo, con paredes de verde claro, rematado en un friso blanco como una calza
de madera china. Es la primera vez en cualquier juicio al que este cronista
haya asistido aquí, que el estrado de los jueces estuvo decorado en verde en
lugar de rojo. El presidente del tribunal, Vassili M. Ulrich y sus dos colegas estaban
uniformados, porque ésta es una suprema corte marcial, contra cuya decisión
no existe apelación, y cada media hora, guardias de alta estatura, de uniforme
caqui con sus bayonetas inmóviles y cascos con visera de lana azul oscuro se
encuadraban en postura rígida como de estatuas al lado de la barra que rodeaba
el escenario, donde los acusados estaban ubicados escuchando las palabras que
significaban su muerte segura.
Piatakov estaba contando ahora que se había entrevistado con un emisario
trotskista, a través del corresponsal del periódico Izvestia en Berlín, Bukhartsef,
quien luego testificó en confirmación de esto y dió el nombre del emisario, al
que identificó como Gustav Stimmer.
trotskista, a través del corresponsal del periódico Izvestia en Berlín, Bukhartsef,
quien luego testificó en confirmación de esto y dió el nombre del emisario, al
que identificó como Gustav Stimmer.
A la mañana siguiente, continuó Piatakov, se fué temprano al aeropuerto de
Tempelhof, donde el emisario se encontró con él y le dió un pasaporte alemán,
a nombre supuesto, con una visa noruega y a las tres en punto de la tarde se
ubicó velozmente en un avión, en el cual él era el único pasajero, hasta el
aeropuero de Oslo, desde donde raudamente se dirigió en auto hasta la
residencia de Trotsky.
Tempelhof, donde el emisario se encontró con él y le dió un pasaporte alemán,
a nombre supuesto, con una visa noruega y a las tres en punto de la tarde se
ubicó velozmente en un avión, en el cual él era el único pasajero, hasta el
aeropuero de Oslo, desde donde raudamente se dirigió en auto hasta la
residencia de Trotsky.
“¿Cómo fué arreglado todo esto?”, preguntó el fiscal Andrei Vishinsky.
Piatakov se encogió de hombros, pero Bukhartsef, quien también está bajo
arresto y que ha admitido haber sido parte de la conspiración, señaló
insipidamente sobre la misma cuestión: “Stimer conocía la gente capaz de
arreglar las cosas para encausar esto”.
arresto y que ha admitido haber sido parte de la conspiración, señaló
insipidamente sobre la misma cuestión: “Stimer conocía la gente capaz de
arreglar las cosas para encausar esto”.
Aparece en escena el nombre de Hess
La entrevista, que se extendió por dos horas, fue asombrosa, a menos que
Piatakov hubiera mentido, porque Trotsky, de acuerdo con Piatakov, comenzó
por decir que se había reunido y realizado un pacto con Rudolf Hess, ministro
alemán sin cartera y uno de los cancilleres de Adolfo Hitler, jefe de sus
partidarios, quién garantizó el apoyo alemán al grupo zinovietista-trotskista.
Gregorio Zinoviev, León Kamenev y otros catorce fueron ejecutados el pasado
agosto, como consecuencia de haberse declarado culpables de los cargos de
conspiración para matar a José Stalin y derribar el régimen soviético.
En compensación, testificó Piatakov, los trotskistas, siempre y cuando ellos
hubieran obtenido el poder, entregarían a Alemania la Ucrania –no quizá en
forma absoluta , pero sí bajo la forma de un gobierno burgués semiautónomo,
al estilo del de Hetman Skoropadsky en 1918- y todas las facilidades para las
inversiones de capital germano en Rusia y para su acceso al oro, hierro, petroleo,
carbón y manganeso y al mercado de demanda ruso, en resumen, una virtual
alianza entre Hitler y Trotsky.
Además, de acuerdo con Piatakov, Trotsky dijo:
"Cuando la guerra comience –y esto, desde luego, es inevitable- nosotros
debemos hacer lo máximo posible para coordinar nuestro esfuerzo con
Alemania y quizá Japón para el sabotaje y la acción terrorista de todo tipo.
debemos hacer lo máximo posible para coordinar nuestro esfuerzo con
Alemania y quizá Japón para el sabotaje y la acción terrorista de todo tipo.
“Nosotros debemos hacer esto incluso ahora, en el interregno, pues es el
único camino para derribar el gobierno estalinista (aquí Piatakov hizo una
pausa para explicar que Trotsky nunca se refirió al gobierno soviético como
tal, sino al gobierno estalinista) y tomar el poder para nosotros”.
único camino para derribar el gobierno estalinista (aquí Piatakov hizo una
pausa para explicar que Trotsky nunca se refirió al gobierno soviético como
tal, sino al gobierno estalinista) y tomar el poder para nosotros”.
“¿Qué está usted significando?” , preguntó el Sr. Vishinsky en medio de un
tenso silencio, “¿que este fue el programa que Vd. adoptó o el que
simplemente Trotsky aconsejó?”
tenso silencio, “¿que este fue el programa que Vd. adoptó o el que
simplemente Trotsky aconsejó?”
Piatakov vacila
Imagen del original del New York Times |
“Trotsky explicó que
cualquier intento de trabajo
en las masas era imposible,
porque éstas estaban
hipnotizadas por el progreso
soviético en la agricultura y
la industria y por lo tanto
nuestra única espectativa era
una acción desde arriba, por
pequeños grupos de altos
dirigentes, que podría
organizar el terrorismo,
asesinatos y sabotaje en
una gran escala, además de
dar a los amigos extranjeros
muy valiosa información.
“Quiero significar”, dijo,
“que estas fueron las instrucciones de
Trotsky, sí, y que éste fue nuestro programa."
cualquier intento de trabajo
en las masas era imposible,
porque éstas estaban
hipnotizadas por el progreso
soviético en la agricultura y
la industria y por lo tanto
nuestra única espectativa era
una acción desde arriba, por
pequeños grupos de altos
dirigentes, que podría
organizar el terrorismo,
asesinatos y sabotaje en
una gran escala, además de
dar a los amigos extranjeros
muy valiosa información.
“Quiero significar”, dijo,
“que estas fueron las instrucciones de
Trotsky, sí, y que éste fue nuestro programa."
Piatakov agregó que él fue personalmente responsabilizado para la organización
de la conspiración, porque su posición como Vice Comisario para la Industria
Pesada y la posterior como presidente del complejo industrial químico, le
permitía nombrar trotskistas en puestos claves para la preparación y el
lanzamiento del sabotaje.
de la conspiración, porque su posición como Vice Comisario para la Industria
Pesada y la posterior como presidente del complejo industrial químico, le
permitía nombrar trotskistas en puestos claves para la preparación y el
lanzamiento del sabotaje.
Testificó que Karl Radek, una opinión muy autorizada por sus artículos en
el periódico Izvestia, y Gregorio Sokilnikov, ex Vice Comisario de Asuntos
Extranjeros y Embajador en Londres, eran quienes entre los acusados tenían
en sus manos lo referido al espionaje y el contacto con los amigos extranjeros,
al comienzo con los alemanes y luego con los japoneses. Piatakov fue más
lejos y declaró que Sokolnikov había tenido una conversación sobre la
materia con un embajador extranjero aquí.
el periódico Izvestia, y Gregorio Sokilnikov, ex Vice Comisario de Asuntos
Extranjeros y Embajador en Londres, eran quienes entre los acusados tenían
en sus manos lo referido al espionaje y el contacto con los amigos extranjeros,
al comienzo con los alemanes y luego con los japoneses. Piatakov fue más
lejos y declaró que Sokolnikov había tenido una conversación sobre la
materia con un embajador extranjero aquí.
Ante la audiencia atónita, el juez Ulrich hizo sonar el timbre y dijo
repentinamente “¡No mencione nombres!”, mientras el fiscal Vishinsky
exclamó: “Esto será discutido en sesión cerrada”, la primera señal, que
en éste como en otros casos anteriores similares, parte del juicio será
conducido a puerta cerrada.
repentinamente “¡No mencione nombres!”, mientras el fiscal Vishinsky
exclamó: “Esto será discutido en sesión cerrada”, la primera señal, que
en éste como en otros casos anteriores similares, parte del juicio será
conducido a puerta cerrada.
Una vez que Piatakov reiterara “todo esto fueron instrucciones de Trotsky,
las cuales, dijo, habían sido elaboradas en coordinación con el Estado
Mayor Alemán”, el juez Ulrich interrumpió diciendo “omita la cuestión
internacional” y el Sr. Vishinsky lo cortó arremetiendo con esta severa
pregunta, repicada con el sonido de un timbre funerario, “Vd. hizo esto,
Vd. planeó esto, ¿no fué esto un crimen contra el Estado?”
las cuales, dijo, habían sido elaboradas en coordinación con el Estado
Mayor Alemán”, el juez Ulrich interrumpió diciendo “omita la cuestión
internacional” y el Sr. Vishinsky lo cortó arremetiendo con esta severa
pregunta, repicada con el sonido de un timbre funerario, “Vd. hizo esto,
Vd. planeó esto, ¿no fué esto un crimen contra el Estado?”
En un primer momento, Piatakov perdió el dominio de sí mismo ante
esta despiadada exclamación: “Vd. cometió sabotaje”. El fiscal lo apremió:
“¿ No fué esto un crimen contra el Estado?”. “Y el espionaje, ¿no es eso
un crimen?”. “Vd. planificó muertes. ¿No fué eso un crimen?” “Vd.
ofreció a los enemigos parte de nuestra patria. ¿No es eso un crimen?”
esta despiadada exclamación: “Vd. cometió sabotaje”. El fiscal lo apremió:
“¿ No fué esto un crimen contra el Estado?”. “Y el espionaje, ¿no es eso
un crimen?”. “Vd. planificó muertes. ¿No fué eso un crimen?” “Vd.
ofreció a los enemigos parte de nuestra patria. ¿No es eso un crimen?”
Testifica repitiendo debilmente
Piatakov, abatido, se encogió como empequeñeciéndose. Con un hilo de
voz repetía a cada pregunta: “Sí, yo lo hice, sí, eso fue un crimen.”
voz repetía a cada pregunta: “Sí, yo lo hice, sí, eso fue un crimen.”
“¿Con qué objeto?”, el Sr. Vishinsky gritó. Pero entonces ya no hubo
respuesta.
respuesta.
Este periodista cree que para un hombre como Piatakov, con una
trayectoria exitosa y brillante, de quien Lenin habló tan elogiosamente,
no podrá haber momento más amargo que este día, y de aquí en más sólo
suspirará con alivio en el último segundo, cuando los rifles se alineen como
lanzas frente a su pecho.
trayectoria exitosa y brillante, de quien Lenin habló tan elogiosamente,
no podrá haber momento más amargo que este día, y de aquí en más sólo
suspirará con alivio en el último segundo, cuando los rifles se alineen como
lanzas frente a su pecho.
El veredicto de este juicio será mucho más convincente para la opinión
extranjera que el del juzgamiento de Kamenev-Zinoviev.
extranjera que el del juzgamiento de Kamenev-Zinoviev.
El fiscal declaró que uno de los acusados, I.A. Kniazev, estaba
comprobadamente en posesión de documentos que establecían más allá
de toda duda una conexión con los militares japoneses del servicio de
inteligencia. Esta prueba, presumiblemente, será realizada.
comprobadamente en posesión de documentos que establecían más allá
de toda duda una conexión con los militares japoneses del servicio de
inteligencia. Esta prueba, presumiblemente, será realizada.
La fiscalía fue también afortunada en la capacidad de su “estrella” Piatakov,
cuyas palabras aportaron convicción a los oyentes más incrédulos.
cuyas palabras aportaron convicción a los oyentes más incrédulos.
Uno de los más experimentados diplomáticos extranjeros dijo a este
periodista, a la noche, “si esto es mentira, entonces yo jamás he visto
una verdad”
periodista, a la noche, “si esto es mentira, entonces yo jamás he visto
una verdad”
Por lo demás, los otros acusados nombrados por Piatakov, en lugar de
negar lo que éste dijo, como ocurriría en cualquier juicio, confirmaron
plenamente todo y sin alterarse.
negar lo que éste dijo, como ocurriría en cualquier juicio, confirmaron
plenamente todo y sin alterarse.
Finalmente, habrá testigos, no muchos y no enteramente independientes,
como Bukhartsev y Vladimir Romm, corresponsal de Izvestia en América,
quien, según Radek dijo, trajo las primeras cartas de Trotsky para él y
llevaba sus contestaciones.
como Bukhartsev y Vladimir Romm, corresponsal de Izvestia en América,
quien, según Radek dijo, trajo las primeras cartas de Trotsky para él y
llevaba sus contestaciones.
Ellos están bajo arresto, o en cualquier caso, “retenidos como testigos
materiales”. Pero ellos constituyen evidencia, sin embargo, que se suma
a las confesiones.
materiales”. Pero ellos constituyen evidencia, sin embargo, que se suma
a las confesiones.
La confesión de Piatakov en un informe al Departamento de Estado
El carácter secreto del siguiente documento le quita la sospecha de
“discurso para plaza pública”. Está destinado a orientar la política real
del gobierno norteamericano y no a fines propagandísticos. Tratándose
del informe de un funcionario a su superior, existe una obligación legal
de decir la verdad.
“discurso para plaza pública”. Está destinado a orientar la política real
del gobierno norteamericano y no a fines propagandísticos. Tratándose
del informe de un funcionario a su superior, existe una obligación legal
de decir la verdad.
“Moscú, febrero 17 de 1937.
“AL HONORABLE SECRETARIO DE ESTADO
“JUICIO RADEK POR TRAICION (Enero 23-30)
“Estrictamente confidencial
“Señor:
“Tengo el honor de informar lo siguiente con respecto a ciertos rasgos
salientes e impresiones personales relacionadas con el llamado juicio
Trotsky-Radek por traición…
salientes e impresiones personales relacionadas con el llamado juicio
Trotsky-Radek por traición…
…Los principales acusados eran Piatakov, Radek, Sokolnikov, Serebriakov
y Muralov. Piatakov fue el primero en declarar y se situó ante el micrófono,
de frente al fiscal, y se dirigió a él como un profesor que dicta su lección.
Había sido Asistente del Comisario del Pueblo para la Industria Pesada; tenía
la reputación de ser uno de los que lograron el triunfo del Plan Quinquenal
y declaró que provenía de una antigua familia de fabricantes. En detalle,
calmo y desapasionado, procedió a la narración de sus actividades criminales.
A medida que continuaba (como se realizó también con los otros) su
testimonio debió ser interrumpido por el fiscal, quien preguntó a varios
de los otros acusados para corroborar ciertas afirmaciones específicas que
el describía. En algunos casos modificaron o discutieron acerca de algunos
hechos, pero en general, corroboraron el crimen cometido. Todo esto lo
realizaban los acusados con el máximo de indiferencia…
y Muralov. Piatakov fue el primero en declarar y se situó ante el micrófono,
de frente al fiscal, y se dirigió a él como un profesor que dicta su lección.
Había sido Asistente del Comisario del Pueblo para la Industria Pesada; tenía
la reputación de ser uno de los que lograron el triunfo del Plan Quinquenal
y declaró que provenía de una antigua familia de fabricantes. En detalle,
calmo y desapasionado, procedió a la narración de sus actividades criminales.
A medida que continuaba (como se realizó también con los otros) su
testimonio debió ser interrumpido por el fiscal, quien preguntó a varios
de los otros acusados para corroborar ciertas afirmaciones específicas que
el describía. En algunos casos modificaron o discutieron acerca de algunos
hechos, pero en general, corroboraron el crimen cometido. Todo esto lo
realizaban los acusados con el máximo de indiferencia…
…La declaración desapasionada, lógica y detallada de Piatakov y la expresión
de sinceridad con que la emitió denotaban convicción…
de sinceridad con que la emitió denotaban convicción…
…He hablado con muchos, si no con todos los miembros del Cuerpo
Diplomático de ésta y, con posiblemente una sola excepción, todos eran
de opinión que las actuaciones establecían claramente la existencia de
un complot y conspiración política para derribar al gobierno.
Diplomático de ésta y, con posiblemente una sola excepción, todos eran
de opinión que las actuaciones establecían claramente la existencia de
un complot y conspiración política para derribar al gobierno.
En el Cuerpo Diplomático no existe unanimidad de opinión con respecto
al testimonio cuando se refería al alegado acuerdo de Trotsky con Japón
y Alemania. La argumentación de dicho plan, tan calmosamente discutido
y defendido por Sokolnikov y también por Radek, era aceptada por algunos,
que señalaban que el mismo estaba de acuerdo con la conducta de Lenin al
conquistar el poder mediante el uso del militarismo germano en 1917 y la
ascensión de los socialdemócratas en Alemania de las cenizas de la guerra.
Para otros, esa parte de la prueba había que descartarla. Pero todos
convenían en que el estado había probado un caso de conspiración contra
el actual gobierno…”
Joseph E. Davies
Embajador de EEUU
en la URSS
al testimonio cuando se refería al alegado acuerdo de Trotsky con Japón
y Alemania. La argumentación de dicho plan, tan calmosamente discutido
y defendido por Sokolnikov y también por Radek, era aceptada por algunos,
que señalaban que el mismo estaba de acuerdo con la conducta de Lenin al
conquistar el poder mediante el uso del militarismo germano en 1917 y la
ascensión de los socialdemócratas en Alemania de las cenizas de la guerra.
Para otros, esa parte de la prueba había que descartarla. Pero todos
convenían en que el estado había probado un caso de conspiración contra
el actual gobierno…”
Joseph E. Davies
Embajador de EEUU
en la URSS
Fuente: Joseph Davies, Misión en Moscú, Edit. Tor Bs.As. pag. 38 a 42
Las objeciones de Trotsky
Para Trotsky, deshacerse de la pesada carga que le representaban los procesos
de Moscú y su difusión, equivalía a un grosero descalificarlo todo: no sólo
a los protagonistas –acusadores y acusados (a éstos los presenta inocentes
de los cargos, pero quebrados y traidores)- sino también a la jerarquía
del entorno de sus testigos presenciales. Dice en 1936: “¿Los extranjeros?
Diplomáticos indiferentes que desconocen el idioma ruso, o periodistas
como Duranty, que ya tienen sus opiniones preconcebidas.” (ob. cit.pag. 37)
de Moscú y su difusión, equivalía a un grosero descalificarlo todo: no sólo
a los protagonistas –acusadores y acusados (a éstos los presenta inocentes
de los cargos, pero quebrados y traidores)- sino también a la jerarquía
del entorno de sus testigos presenciales. Dice en 1936: “¿Los extranjeros?
Diplomáticos indiferentes que desconocen el idioma ruso, o periodistas
como Duranty, que ya tienen sus opiniones preconcebidas.” (ob. cit.pag. 37)
Sin embargo, y exactamente al contrario de lo que allí asevera Trotsky,
los procesos, como sucesos políticos de primera magnitud, acaparaban
la atención de los diplomáticos acreditados en la URSS; así se acaba de
ver en la anterior cita de “Misión en Moscú”, el célebre libro del embajador
norteamericano Joseph Davies.
los procesos, como sucesos políticos de primera magnitud, acaparaban
la atención de los diplomáticos acreditados en la URSS; así se acaba de
ver en la anterior cita de “Misión en Moscú”, el célebre libro del embajador
norteamericano Joseph Davies.
En cuanto a Duranty, que firma el despacho del New York Times arriba
visto, no podría decirse, en 1936, que sus ideas sobre Rusia fueran
preconcebidas: los archivos del periódico muestran que, por lo menos
desde 1923, realiza una frondosa tarea periodística desde el país de los
soviets. Este brillante periodista, escritor premiado (O. Henry 1928),
fue galardonado con el Pulitzer (1932) precisamente por su trabajo en
la Unión Soviética. Su huella es una espina que aun duele, no sólo al
trotskismo, sino a la derecha norteamericana y mundial. En su momento,
Trotsky lo catalogó como “amigo de la URSS”, lo que, en boca suya,
equivalía a dura denostación. Pero a décadas de su fallecimiento, en
tiempos de campaña por la reelección de Bush, los republicanos reclamaron
se lo despoje post mortem del Pulitzer. El New York Times se negó a devolver
la estatuilla. A la cruzada se agregó la embajada de Ucrania en la
Argentina, que anunció la junta de firmas con igual propósito desde
noviembre de 2008. Congresistas norteamericanos que se entrevistaron
con Raul Castro fueron consiguientemente fustigados “por actuar en la isla
a lo Duranty, ver lo que habían deseado ver”.
visto, no podría decirse, en 1936, que sus ideas sobre Rusia fueran
preconcebidas: los archivos del periódico muestran que, por lo menos
desde 1923, realiza una frondosa tarea periodística desde el país de los
soviets. Este brillante periodista, escritor premiado (O. Henry 1928),
fue galardonado con el Pulitzer (1932) precisamente por su trabajo en
la Unión Soviética. Su huella es una espina que aun duele, no sólo al
trotskismo, sino a la derecha norteamericana y mundial. En su momento,
Trotsky lo catalogó como “amigo de la URSS”, lo que, en boca suya,
equivalía a dura denostación. Pero a décadas de su fallecimiento, en
tiempos de campaña por la reelección de Bush, los republicanos reclamaron
se lo despoje post mortem del Pulitzer. El New York Times se negó a devolver
la estatuilla. A la cruzada se agregó la embajada de Ucrania en la
Argentina, que anunció la junta de firmas con igual propósito desde
noviembre de 2008. Congresistas norteamericanos que se entrevistaron
con Raul Castro fueron consiguientemente fustigados “por actuar en la isla
a lo Duranty, ver lo que habían deseado ver”.
Las Actas Taquigráficas de los Procesos fueron publicadas en distintos
idiomas y el contenido de esas actas pudo cotejarse con las crónicas
periodísticas, así como con las memorias de Joseph Davies. El resultado
es que nadie objetó la autenticidad de estas constancias. Ningún
impugnador de los procesos ha podido negar que Bujarin o Piatakov
dijeron lo que las actas dicen que dijeron.
Fuente: Pierre Broue, Los Procesos de Moscu, Editorial Anagrama, Web
idiomas y el contenido de esas actas pudo cotejarse con las crónicas
periodísticas, así como con las memorias de Joseph Davies. El resultado
es que nadie objetó la autenticidad de estas constancias. Ningún
impugnador de los procesos ha podido negar que Bujarin o Piatakov
dijeron lo que las actas dicen que dijeron.
De la confesión de Piatakov, en Actas Taquigráficas
El diálogo que sigue confirma y perfecciona el relato periodístico
y contribuye a corroborar la espontaneidad que informa la crónica,
dada la psicología sutil que acompaña las réplicas entre el fiscal y
el acusado.
y contribuye a corroborar la espontaneidad que informa la crónica,
dada la psicología sutil que acompaña las réplicas entre el fiscal y
el acusado.
VYCHINSKI: ¿Pero usted se daba cuenta de que todo cuanto hacía era un
crimen de Estado muy grave?
PIATAKOV: No lo tenía claro en el transcurso de aquella conversación.
VYCHINSKI: En 1931, cuando usted recibió la orden de emprender el
camino del terrorismo, ¿era o no era éste uno de los más graves crímenes de
Estado?
PIATAKOV: Sí, seguramente.
VYCHINSKI: En 1932 le fue confirmado esta orden y usted se encargó de
llevar a cabo esta tarea. ¿Era esto uno de los más graves crímenes de Estado?
PIATAKOV: Exactamente igual.
VYCHINSKI: ¿Es decir?
PIATAKOV: Era uno de los más graves crímenes contra el Estado.
VYCHINSKI: ¿La orden de sabotaje le fue transmitida por mediación de
Radek o bien directamente?
PIATAKOV: Me la transmitieron a mí personalmente.
VYCHINSKI: ¿Y la aceptó?
PIATAKOV: Sí.
VYCHINSKI: ¿Cómo califica usted esto?
PIATAKOV: Exactamente igual.
VYCHINSKI: ¿Es decir?
PIATAKOV: Como uno de los más graves crímenes contra el Estado.
VYCHINSKI: ¿Recibió la orden de cometer actos de diversión?
PIATAKOV: Sí.
VYCHINSKI: ¿Cómo califica usted esto?
PIATAKOV: Exactamente igual.
VYCHINSKI: ¿Le dieron alguna orden sobre terrorismo?
PIATAKOV: Sí.
VYCHINSKI: ¿Cómo califica usted esto?
PIATAKOV: Exactamente igual.
VYCHINSKI: ¿Le dieron una orden sobre espionaje? ¿Cómo lo califica
usted?
PIATAKOV: Exactamente igual.
VYCHINSKI: ¿A favor de quién?
PIATAKOV: No voy a decir aquí a favor de quién.
VYCHINSKI: ¿A nombre de quién y con qué finalidades políticas? Cuando
aceptó en 1931 la orden sobre sabotaje, cuando aceptó la orden sobre los
actos de diversión, cuando aceptó la orden sobre espionaje y las relaciones
con los servicios de espionaje de ciertos Estados extranjeros, ¿estaba todo
claro para usted o bien no sabía adónde conducía todo esto? ¿Cómo califica
esta serie de hechos?
PIATAKOV: Si lo hubiera visto todo claro, es probable que las cosas
hubiesen sucedido de otro modo.
VYCHINSKI: Sin embargo, ya es usted un hombre mayor. Procedamos en
sentido inverso. Al aceptar la orden sobre terrorismo, ¿no comprendió que se
trataba del asesinato de los dirigentes de nuestro Partido?
PIATAKOV: Lo comprendí, por supuesto.
VYCHINSKI: ¿Y no es esto uno de los mayores crímenes contra el Estado?
PIATAKOV: Evidentemente, claro está.
VYCHINSKI: ¿Por qué dice entonces que esto no estaba claro para usted?
PIATAKOV: No se trata de este aspecto de la cuestión.
VYCHINSKI: Es este aspecto el que me interesa como Fiscal. ¿Cómo
puede decir que esto no estaba claro? ¿Qué hay en ello de oscuro: va a la
U.R.S.S., organiza allí grupos terroristas, organiza el asesinato de los
dirigentes del Partido y del Gobierno. ¿Está claro o no?
PIATAKOV: Evidentemente, está claro.
VYCHINSKI: ¿Qué es, pues, lo que no está claro para usted?
PIATAKOV (calla).
VYCHINSKI: Para mí está muy claro, igual que para todo nuestro pueblo y,
probablemente, para usted también.
PIATAKOV: Pero ya le he dicho que lo vi claro más tarde.
VYCHINSKI: Es lo que le pregunto: ¿está claro para usted?
PIATAKOV: Es evidente que está claro.
VYCHINSKI: ¿Existía la orden de precipitar la guerra?
PIATAKOV (calla).
VYCHINSKI: Ayudar al agresor, ¿es ayudar al fascismo?
PIATAKOV: Sí.
VYCHINSKI: ¿Quien ayuda al fascismo es un agente del fascismo?
PIATAKOV: No siempre.
VYCHINSKI: ¿Y en este caso?
PIATAKOV: En este caso, completamente.
VYCHINSKI: ¿Está, pues, esto claro? No tengo más preguntas que hacer.
Fuente: Pierre Broue, Los Procesos de Moscu, Editorial Anagrama, Web
El autor es uno de los más conocidos historiadores trotskistas.
3 comentarios:
jajajajajjajajajajajajaja es increible que hay gente todavia que se crea esta payasada... que siga existiendo el estalinismo no es otra cosa que la prueba concreta de la ignorancia histórica... a agarrar los libros, a entender el
marxismo, a comprender lo que es un estado degenerado, termidoriano y bonapartista.
El estalinismo esta acabado politicamente desde el 56 y seguir reivindicando su política no es mas que la muerte politica.
JO
Miguel Angel Albarr:
¿Quien puede imaginarse semejante drama?. Lenin consideraba a Piatakov y Bujarin como los dirigentes revolucionarios jóvenes mas capacitados, "obreros Leales", pero fueron ejecutados y murieron en manos de Stalin, igual que 16 miembros del Comité Central que dirigieron con Lenin la Revolucion de 1917. Solo 5 fallecen por causas naturales. Estos crimenes nunca tendrán justificativo ni perdón.
El stalinismo ha sido mas nefasto que el fascismo, porque ha creado la escuela de traiciones, manejo burrocático y tergiversadores de la historia que aún subsiste.
Por lo demás... el stalinismo ya es un cadáver excecrable de la historia.
No hay peor ciego que el que cree que está viendo sin comprender lo que ve. Muchas personas con ideas preconcebidas siguen estancadas, idealizando el marxismo y ningún documento o declaración les importan.
El revisionismo ideológico aboga por un revolucionarismo intelectualista, al margen del pueblo soviético, al margen del Partido Comunista Bolchevique. La mayoría de los dirigentes bolcheviques defendieron a la URSS, apoyaron las medidas contra la conspiración de 1937 dentro del Partido y en el Ejército Rojo. No tuvo éxito el golpe de estado, y al revisionismo les duele que el trotskismo fuese derrotado. Después tuvo lugar otro golpe desde la derecha con Jruschov, que de forma dialéctica perseguía el mismo fin que los trostkistas, no desarrollar el Socialismo para llegar al Comunismo. El CC del PC bolchevique entendió que solamente la profundización de la democracia proletaria, la participación de los trabajadores soviéticos en la construcción del Socialismo, puede prevenir que la pequeña burguesía atacase la Revolución Socialista. Los ataques a ella comenzaron desde 1917, desde fuera y adentro del Partido. Y toda la experiencia de lucha contra los izquierdistas y derechistas, hace más fuerte a la ideología proletaria, y no como decís al revés. Nuevas revoluciones proletarias tendrán lugar, nuevos 1917, pues el Comunismo es la siguiente etapa de la Humanidad.
Publicar un comentario