4 de julio de 2016

La burla de Obama a los indocumentados

Por Ilka Oliva Corado.

En su visita a Cuba, Obama tuvo el descaro de decirle en su propia casa a Raúl Castro que la diáspora cubana en Estados Unidos sufría el mal de la añoranza, con esto tratando de culpar a la Revolución Cubana de la migración; no mencionó la Ley de Ajuste Cubano con la que Estados Unidos le da golpes bajos para buscar hacer desaparecer todo lo hermoso de aquel poema. 

En otro lugar  muy distante a Cuba está  la migración latinoamericana, en específico la del triángulo norte de Centroamérica y la mexicana,  donde miles  se ven obligados a dejar su país de origen y buscar en Estados Unidos los recursos básicos para la sobrevivencia. 


Todo esto  a  consecuencia de esa injerencia estadounidense en la región y de la corrupción de gobiernos neoliberales que no invierten en programas de desarrollo social. Yéndonos un poco más hacia la historia, esa migración forzada es el rezago del Plan Cóndor que ha sido catastrófico para el desarrollo de los países golpeados por semejante máquina capitalista. Un deterioro que avanza a pasos agigantados. 

El constante saqueo de empresas transnacionales y las firmas de convenios que benefician a las oligarquías de siempre, han arreciado la migración de latinoamericanos hacia Estados Unidos. Migrantes en tránsito que solo buscan techo y comida. Hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y mexicanos que dejan la vida en la frontera; entre las montañas, en los desiertos, en las aguas ensangrentadas del río Bravo.  Cuerpos sin reconocer, identidades que no interesan a las autoridades y que los tiran como bolsas de basura en las fosas de cementerios clandestinos en Texas. 

Infinidad de  vidas marcadas por la tragedia de la migración forzada, voces silentes por la agonía de la depresión post frontera. El agobio de los recuerdos que duelen, el tormento de las pesadillas que se sumergen en el inconsciente en las pocas horas de sueño. La explotación laboral, la burla del empleador que se aprovecha de su condición en el país. La burla del sistema, las remesas que tienen que enviarse puntual. El vaivén de emociones contrariadas. La angustia de la deportación.  ¿Pensará Obama en la nostalgia y la agonía de los migrantes latinoamericanos que no son cubanos? 

La burla del gobierno del país de origen que sigue obligando a la migración a miles de niños, adolescentes y adultos que no ven otra salida más que la de abandonar el nido para lanzarse al vacío, y si tienen suerte sobrevivir en la diáspora que le arranca el alma a cualquiera. 

Un país de llegada que se convierte en el de residencia, Estados Unidos nunca fue la tierra del sueño americano.  A estos migrantes Obama no ofrece una modalidad de la Ley de Ajuste Cubano que bien podría ser la Ley de Ajuste Latinoamericano.  Mucho  menos hablar en palabras mayores de una Reforma Migratoria que beneficie a los más de 25 millones de indocumentados que estamos viviendo en Estados Unidos. 

Obama ofreció esa reforma dos veces mientras buscaba el voto latino sabiendo que no cumpliría con su promesa, no solo eso, también se convirtió en el presidente que más indocumentados ha deportado en la historia del país. Un nivel de doble moral que deshonra a sus ancestros afro descendientes que en la lucha por los Derechos Civiles y Humanos dejaron la vida. 

En su segundo mandato se lavó las manos con más descaro y firmó la Acción Ejecutiva con la que prometió beneficios laborales a cinco millones de indocumentados,  a sabiendas que todo era una farsa. Un engaño del tamaño del descaro de un presidente negro que es negro por gusto. Un afro descendiente afín a la doctrinas caucásicas del Ku klux klan. 

Que la Corte Suprema negara la Acción Ejecutiva no sorprende, fue una treta desde que Obama la proyectó como opción con el único objetivo de mover a las masas hacia Hillary  Clinton en las votaciones presidenciales, repitiendo la estrategia que el partido Demócrata utilizó con él. 

Es tan culpable él por mentiroso como los cinco millones de indocumentados que aceptaron las migajas que dejaban fuera a la mayoría, el golpe traidor viene de Obama como de los Soñadores que solo buscaron beneficios para sus padres y no para todos. 

¿En dónde están los beneficios para esos millones de jornaleros que están aquí  muriendo en la soledad de la explotación laboral y tienen a sus familias en sus países de origen? ¿Acaso ellos no tienen derechos? ¿Por qué los Soñadores no levantaron la voz por ellos solo por sus padres? ¿Por qué esos Soñadores no crearon un movimiento que se estructurara en las manifestaciones masivas de hace 10 años y que involucrara a todos? ¿Por qué la mediocridad de un convenio que beneficie solo a los suyos? 

¿Por qué esos “defensores de derechos de migrantes” no han alzado la voz por los más de 25 millones y en cambio aplaudieron la Acción Ejecutiva para unos cuántos? ¿Por qué se silenciaron cuando Obama la firmó y dejaron de luchar por la Reforma Migratoria? ¿En dónde están ahora esos personajes, por qué no han abarrotado las calles cuestionando la falsa promesa de Obama? ¿Por qué ahora vuelcan todas sus fuerzas en movilizar las masas hacia Hillary Clinton y no en su momento por Sanders? ¿Doble moral? 

Aceptaron las migajas y ni siquiera se las dieron, ojalá aprendan la lección y sepan que las luchas por la igualdad social, por la documentación y los beneficios laborales se hacen por todos no por unos cuántos. Que no pretendan que actuando así el sistema estadounidense los escuche, más bien se burla de ellos y merecido se lo tienen por la injusticia de dejar fuera a millones. 

Somos una comunidad y debemos alzarnos en una sola voz, en una sola lucha, beneficios para todos, sin privilegios para unos cuantos.

Ahora van pues, como ganado al matadero: en su plan B que es votar por Hillary Clinton, que hace dos años estuvo de acuerdo en las deportaciones masivas de niños, niñas y adolescentes que entraron en el 2014 huyendo de la violencia gubernamental, del hambre y de la opresión por parte de los gobiernos de sus países de origen. 

Ojalá que un día despierte la masa, la multitud, los millones de indocumentados y tomen las calles y no vuelvan a sus casas hasta haber logrado una Reforma Migratoria Integral  para todos.  Y que no se fíen de palabras de presidenciables. 

Entre otras cosas cabe aclarar que la mayoría de la comunidad latina que puede votar en Estados Unidos es esa que llega al país en avión y con visa,  esa clase media latinoamericana que no votará por Hillary Clinton pensando en los indocumentados, sino en la continuidad de la injerencia estadounidense en Latinoamérica. Esa comunidad latina que está en contra de Cuba y de los gobiernos progresistas. También en su voto hay doble moral y desamor. 

También hay desamor en los perfumados “luchadores sociales y defensores de migrantes” que solo  utilizan a las masas indocumentadas y a traidores como los Soñadores, para lograr beneficio personal. Muchos de ellos están involucrados directamente en la campaña de Clinton, que al ganar tendrán su puesto de trabajo en el gobierno. La mayoría aborrece Cuba, y pide una  invasión estadounidense en la isla, aprueban que continúe la injerencia en Latinoamérica. 

De conciencia, de identidad, de lealtad y de humanidad esta parvada de oportunistas no tiene ni idea.  Y son ellos los guías, los mentores, los que arman, desarman y manipulan los movimientos de migrantes indocumentados en el país. No sorprende entonces que el sistema estadounidense se burle constantemente de los indocumentados. 

 ¿Qué decir de quienes siendo latinoamericanos apoyan la candidatura de Trump, precisamente por su postura contra la migración indocumentada? No hay xenofobia más grande en Estados Unidos que la del latinoamericano con documentos que menosprecia, humilla y explota al indocumentado. ¿Será por el gran temor a ver su propio reflejo?

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