Dicen que Sandino vive
y yo digo que es verdad,
lo escuchamos en CELAC,
en dos voces del Caribe.
Rafael Cancel Miranda, militante independentista puertorriqueño, ex prisionero político.
Dijo el Che Guevara que al revolucionario latinoamericano se le juzgaría de acuerdo a su posición en cuanto a Puerto Rico, y nos dirían Allende o Bolívar o Tupac Amaru, Chávez o el apóstol José Martí que se podría juzgar cuán libres son los países presentes en la CELAC de acuerdo, también, a su posición en cuanto a Puerto Rico. Gracias, Nicaragua. Gracias, comandante Ortega.
Claro que Sandino vive. Cada vez me siento más honrado al saber que el único pasaporte que he tenido y usado es el pasaporte nicaragüense. Como nunca he aceptado, ni aceptaré, la imposición de la ciudadanía estadounidense, impuesta pese al rechazo del parlamento puertorriqueño en 1917, tampoco uso su pasaporte. Soy puertorriqueño, no soy estadounidense. Podría ser nicaragüense, cubano, ecuatoriano, venezolano, guatemalteco o de cualquier país de nuestra Patria Grande, pero jamás anglosajón.
Gracias a Cuba y gracias a Venezuela por su apoyo y solidaridad con la independencia de mi patria, Puerto Rico. Gracias, también, a Ecuador y gracias también a aquellos que, aunque tímidamente, nos dieron la mano en la Tercera Cumbre de la CELAC.
Los puertorriqueños nos rebelamos el 23 de septiembre de 1868 contra el imperio español y el 30 de octubre de 1950, contra el imperio anglosajón. Nos hemos rebelado tanto dentro de nuestro territorio nacional de Puerto Rico, como dentro de las entrañas del monstruo.
Hemos sufrido bombardeos por parte de la Marina de Guerra estadounidense (12 de mayo de 1898). Hemos sufrido persecuciones, encarcelamientos, masacres, lavados de cerebro, pero aún estamos de pie. Nos han usado contra nuestros propios hermanos latinoamericanos y caribeños. Ya vieron en la CELAC a través del compañero Rubén Berríos Martínez que no hemos sido derrotados. Han destruido nuestra economía, pero no han podido destruir nuestra cultura y nuestro espíritu.
Mientras la nación puertorriqueña no sea libre, al igual que mientras las Isla Malvinas no sean devueltas a Argentina y Guantánamo a Cuba, Latinoamérica no será libre. Sé que nunca le devolverán a México la mitad de su territorio nacional robado.
Pasé 28 años de mi vida en las cárceles del imperialismo estadounidense, pero sigo siendo un hombre que se atreve ser libre, y así es Oscar López Rivera, quien ya lleva cerca de 34 años encarcelado en las prisiones del imperialismo yanqui por combatir por la independencia de su patria, a lo cual tiene todo el derecho. Él, al igual que yo, es tan puertorriqueño como latinoamericano. Luchar por su liberación es luchar por nuestra propia liberación.
Luchemos contra el criminal bloqueo contra Cuba. Luchemos contra el acecho yanqui a Venezuela. Luchemos todos juntos por el bienestar de cada uno de nuestros países y así estaremos luchando por nuestra Patria Grande, que es la patria de todos nosotros.
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