14 de abril de 2013

Somos la Joven Guardia

Por Nestor Guadaño


Cartel de la película soviética de 1948

Para muchos de mi generación, aquellos muchachos y muchachas que nos educamos bajo las enseñanzas logradas por la Revolución de Octubre, en la vivificadora estación primaveral celebramos nuestros días señalados, el día del Ejército Rojo, el día de la mujer trabajadora, el 1º de Mayo. Nuestras tertulias nocturnas versaban sobre el futuro, ¿cómo sería?, ¿el comunismo arribaría desbrozando nuevos caminos inexplorados? ¿Podríamos desenmascarar al revisionismo?.

Hoy, muchos de los sueños de mi generación se han visto frustrados. Mas, cuando el universo parece oscurecido, siempre hay una estrella que nos alumbra. Hace poco en otro periodo tenebroso, pasó lo mismo. En otra mesa sin mantel, cuando las fuerzas pardas fascistas sembraban de cadáveres la tierra. En un pequeño lugar, Krasnodón, surgió una nueva forma de afrontar la vida por la juventud.


Hace 70 años conocimos a la JOVEN GUARDIA

Ya siendo un escritor consolidado, Alexandr Fadéiev (1) escribió su obra principal que transcurría durante la IIª Guerra Mundial: La Jóven Guardia. Para el público soviético fue apareciendo por entregas en periodicos y revistas durante 1945 y 1946. Tras los primeros capítulos empezó a convertirse en un fenómeno popular, más allá de una historia que seguían millones de personas. Fue mucho más, como me han contando soviéticos que vivieron aquellos meses. Fue una auténtica conmoción en el mundo literario proletario. Su tremendo realismo, su calidad literaria, sus recordados mensajes, calaron hondo en la cultura soviética. Miles de cartas y peticiones se agolparon en la mesa de Alexandr, solicitando aclaraciones, precisiones sobre los personajes, etc. La novela desde 1946 se convirtió en uno de los símbolos de la construcción del socialismo.


Fadéiev conoció por unas breves líneas de prensa lo sucedido en una organización del Komsomol en Krasnodón, que actuó entre Septiembre del 42 y Febrero del 43. Fue a la ciudad recién liberada con la pretensión de hacer un reportaje de guerra, y entrevistó a los supervivientes de la lucha guerrillera y a los habitantes del lugar. Pero, según fue analizando los sucesos y la actitud de sus participantes, comprendió que había encontrando una hazaña singular y aleccionadora, del modo soviético de entender la vida.


Su obra fue reeditándose, a petición de los lectores. Fue dando conferencias, para orientar a los jóvenes sobre el significado de la lucha constante por la nueva sociedad. Tanto le absorbió esta actividad que comprendió desde entonces que su labor debía tender hacia la formación del joven proletariado soviético.


En una de sus conferencias confesó: "Estuve durante un año y nueve meses entregado a la realización de la novela" (2), era un reto expresar con palabras sencillas las actitudes de cada persona ante la vida, plasmarlas de forma sintética como supe realizar, "Cometería un gran error el crítico literario que enfocara esta novela como una novela acerca de la juventud. Encierra la idea de que yo, personalmente, quería impregnar la novela con más amplitud. Para mí tienen importancia los luchadores clandestinos adultos y todas las relaciones de las generaciones, este tema del hombre sencillo que yo procuré encarnar no solo en los jóvenes, sino también en los adultos, en sus padres, y en sus relaciones mutuas".


Esta meticulosidad hizo que las sucesivas ediciones hasta 1951, fuera añadiendo los datos que, tras nuevas entrevistas con otros supervivientes y contrastándolas con las anteriores, incluyese sin cambiar la linea narrativa, solamente aquellos aspectos no resaltados en otras ediciones: situaciones prebélicas, labores clandestinas, coordinación con el Partido. La muerte cogió a Alexandr cuando estaba preparando con documentos obtenidos en sus viajes, una obra más extensa sobre las relaciones entre las generaciones y la lucha por el socialismo, en la época de guerra.


El nombre de este libro ha quedado asociado a los más avanzados destacamentos comunistas a lo largo de la historia reciente, protagonizados en el mundo por jóvenes proletarios y campesinos. Con este nombre, hubo y siguen habiendo muchas organizaciones coreanas. vietnamitas, europeas, cubanas y de otros muchos pueblos.


Los hechos van germinando en una novela

La narración comienza con una canción juvenil: "Adelante hacia la aurora, camaradas de lucha, abriéndonos camino con metralla y ballonetas, para que el trabajo reine en el mundo y a todos nos funda en una familia. ¡A la lucha, joven guardia de obreros y campesinos!". Sobre la ciudad minera de Krasnodón, Ucrania, van desfilando los perfiles de jóvenes con caracteres bien diferenciados. Todos los hechos expuestos, que parecen sacados de una leyenda, son auténticos, pues su autor solamente se limita a unificar los ritmos de la acción describiéndolos literariamente.


"Los ocupantes alemanes irrumpieron en Krasnodón en el otoño de 1942 y proclamaron solemnemente el `nuevo orden´. Pero en esos mismos días nacía en la ciudad la organización komsomola clandestina `La Joven Guardia´, en la que ingresaron alrededor de cien jóvenes de ambos sexos. Los fascistas se consideraban dueños de la ciudad, pero sobre ella ondeaban, los días de fiestas soviéticas, banderas rojas. La propaganda nazi pregonaba el `hundimiento´ del primer Estado Socialista del mundo, pero los habitantes de Krasnodón leían octavillas preparadas por el Estado Mayor de la Joven Guardia, informando de la creciente resistencia popular a los ocupantes. Los jóvenes guerrilleros conseguían armas, realizaban audaces golpes de mano, castigaban implacablemente a los traidores. Durante la guerra, en muchas otras ciudades y aldeas temporalmente ocupadas existían organizaciones clandestinas de soviéticos que combatían contra el fascismo entre ella habían también grupos juveniles semejantes al de Krasnodón. Entregados por un provocador, casi todos cayeron en manos de la Gestapo. Ninguno vaciló ni se amedrantó. Fueron a la muerte con la cabeza en alto y una canción revolucionaria en los labios".


Fadéiev mostró de manera convincente que el modo soviético de vida era el único modo de vida posible para el proletariado en aquellos años, y todo el pueblo hizo una piña con los ideales comunistas.


En el escrito, también describió a personajes inventados (Shulgá, Protsenko, Stajóvich y algunos más). Lo hizo con plena conciencia, unificando los caracteres de muchas personas cuyas actividades influyeron en los sucesos. Por ejemplo. Stajóvich es el prototipo de Viktor Tetriakévich, nombrado como traidor por los propios hitlerianos, ante los tribunales soviéticos. Viktor, en realidad se portó valerosamene en los interrogatorios y murió sin soltar palabra. Entregó, a la Joven Guardia, un tal Guennadi Pocheptsov, a cambio de la recompensa prometida por los fascistas. Fadéiev, con el apellido de Stajóvich resumió el prototipo de traidor, el conocimiento años más tarde de la verdad sobre la traición, da una clara muestra de la capacidad de síntesis artística del escritor.



Uliana Grómova

Oleg, Zhora, Ulia, Liuba, Vania, por sus bocas van desgranándose sus puntos de vista anticapitalista, con su visión de las instituciones creadas por los fascistas en las ciudades y campos ocupados. Esas formas de trabajo y organización de la vida que la clase obrera hacía tiempo había abolido, que aún hoy son un atraso con respecto a aquellos años. Así, por ejemplo, el poder jurídico burgués estaba ya superado por la justicia proletaria de la URSS de aquellos años, exponiendo su punto de vista sobre este tema: "Si, claro en nuestro país no tiene ningún interés ser abogado, porque nuestros tribunales son tribunales del pueblo. Pero el trabajo de un juez de instrucción debe ser muy interesante. Así, se aprende a conocer a gente de toda clase".

El examen de la influencia burguesa sobre las personas, que les lleva a comportarse como traidores o esquiroles es ampliamente descrito: "Desde la infancia, sus padres y los amigos de la casa les habían ofrecido un concepto del mundo, en el que cada uno no buscaba más que su provecho personal, y en el que el objetivo y la misión del hombre era luchar para no quedarse atrás, sino, al contrario, para subir a cuenta de los demás.


Viríkova y Liádskaya habían cumplido en la escuela diversos trabajos sociales, y estaban acostumbradas a manejar con soltura palabras que designaban los conceptos morales y sociales de su tiempo. Pero tenían la certidumbre de que esas obligaciones sociales, de que todas esas palabras e incluso los conocimientos adquiridos en la escuela, habían sido inventados por la gente para encubrir su sed de lucro personal y utilizar a los demás en interés propio".


Pasajes como este introducen la idea de que, en la URSS de aquellos años, no habían sido desterrados los conceptos burgueses de la riqueza personal, y se desarrollaba una lucha de clases encubierta que, a la larga, tuvo sus consecuencias en años posteriores en el que el revisionismo, defendiendo los mismos valores burgueses de la propiedad privada y el trabajo asalariado, eran ocultados con palabras revolucionarias, para lograr la restauración del poder burgués (3).


Su calidad literaria

Este libro, silenciado conscientemente por la sociedad burguesa, es ejemplo de toda una generación de escritores soviéticos, igualmente ocultados para la gran mayoría de los obreros: Mijaíl Sholojov, Alexéi Tolstoi, Konstantín Símonov, Alexandr Tvardovski, etc. Sus principales obras fueron realizadas en el período de construcción el socialismo y fueron etiquetados por la reacción como "propaganda bolchevique". En España, tímidamente se han conocido en ediciones ridículas, a partir de 1975, aunque la mayoría obtuviesen importantes galardones en vida, dentro y fuera de la URSS. Su auténtico premio es la cosecha de futuro de los millones de lectores que aprendieron y se educaron, a través de sus libros. Hoy, se siguen ignorando por la mayoría de la clase obrera. Por su calidad literaria, no solamente educativa, tienen igual capacidad de entretenimiento que cualquier escritor burgués actual.



Los sentimiento humanos aparecen en este libro magistralmente dibujados. Así, hablando sobre las pruebas que una pareja debe resistir ante las adversidades, comenta: "La vida en común posee una gran fuerza aglutinante si alienta siempre en vosotros el sentimiento que puede interpretarse con dos únicas palabras: -¿Te acuerdas...?- Ni siquiera se trata de un recuerdo. Es la luz eterna de la juventud, la invitación a seguir adelante, hacia el futuro. Feliz el que lo conserva en su corazón." 

 
Así, en el libro, encontramos estremecedores pasajes, muchos de ellos recitados como símbolos, sobre las madres, de gratitud, de entrega. Especialmente son muy detallados los pasajes sobre las relaciones humanas de la sociedad que construye el socialismo, tras los tropiezos lógicos, los errores que se han de cometer, pero con la experiencia de que toda clase de trabajo debe ser realizado, inclusive el más sencillo, por toda la población.


Oleg Khosevói

Este fresco multicolor de la clase obrera en lucha, relata el despertar de la conciencia comunista en todo tipo de profesiones, del carpintero que debe realizar cualquier labor, inclusive de dirección, que debe saber maquetar, construir, pero también realizar un periodico, llevar planificadamente el cálculo económico. Esa unión constante del trabajo y el estudio es otra característica particular del libro; las figuras giran de la pluma al trono, del ingeniero al mecánico. El libro materializa la labor liberadora del trabajo efectuado por el proletariado, con el desarrollo y la construcción del comunismo.


Enseñanzas para nuestra clase

"Yo, Oleg Koshevói, al adherirme a la organización `La Joven Guardia´ , juro solemnemente ante mis compañeros de armas, ante mi atormentada tierra patria, ante todo mi pueblo, cumplir sin vacilar cualquier misión que se me encomiende y guardar en el más profundo secreto todo cuanto se refiera a mi trabajo en la `Joven Guardia´. 

Juro vengar implacablemente nuestras ciudades y nuestras aldeas incendiadas y destruidas, la sangre de nuestros hermanos, el martirio de nuestros heroicos mineros. Y si para esta venganza se requiere mi vida, la sacrificaré sin el menor titubeo. Si mi cobardía o las torturas me hacen violar este juramento sagrado, que mi nombre sea maldito para siempre, así como mis familiares, y que a mí me castigue severa la mano de mis camaradas. ¡Sangre por sangre, muerte por muerte! 
 

Así comienza con este impetuoso juramento el segundo libro de "La Joven Guardia".

En esta novela el desarrollo histórico va unido al desarrollo político de los personajes. En la mayoría de los pasajes se unen las aspiraciones de cada persona al tiempo, lugar, ideas y metas de la generación socialista que vivía igualmente dichos momentos: "Los rasgos aparentemente más incompatibles se juntaban para crear la imagen, única en su género, de esta generación: sueño y realismo, imaginación ardiente y espíritu práctico, amor al bien y firmeza implacable... pasión por las alegrías terrenales y capacidad de renunciamiento".

Basta recordar las vías de desarrollo de la sociedad soviética, meditar sobre las cualidades que nacieron y arraigaron en los soviéticos en el curso de la revolución, de la lucha por el socialismo, luego en las obras de los planes quinquenales, en la lucha por elevados ideales, en la superación de muchas dificultades; basta pensar en todo esto para comprender la idea de Fadéiev acerca de la singular síntesis de las "peculiaridades" de aquellos jóvenes. 

Son precisamente los ejemplos prácticos, la enseñanza frontal y fehaciente del ejemplo de cada comunista: "No solo le gustaba y creía necesario educar a la gente. Educar era para él una exigencia y una necesidad espontánea, era su segunda naturaleza: enseñar y educar, transmitir sus conocimientos, su experiencia... las sentencias de Liútikov no eran fastidiosamente didácticas ni molestas. eran fruto de su trabajo y de sus reflexiones, y precisamente así las aceptaban los demás...El arte de convertir cada palabra en un hecho práctico y de agrupar, precisamente en torno a ese hecho, a personas de todo punto dispares, inspirándoles la necesidad de su realización, constituía el rasgo principal que hacía de Liútikov un educador de tipo absolutamente nuevo. Era un buen educador por ser un hombre con aptitudes de organizador, un hombre dueño de su vida... Tenía tan bien distribuidas sus horas de ocio entre la actividad social, el trabajo físico, la lectura y las distracciones, que siempre le sobraba tiempo para todo... cosa rara, sabía dejar que hablasen los demás... Si dividimos a las personas por edades, podremos decir que los adultos sentían por Liútikov estimación, afecto y temor; los jóvenes afecto y estimación, y los niños simplemente afecto".

Otro rasgo de la novela es reflexión constante sobre la superación personal, en lucha contra el estancamiento, la superación de la mentalidad pequeño-burguesa del tedio. En algunos importantes párrafos, se expone este criterio: "¡Con tantos trabajadores nuevos como han surgido a mi alrededor, con tantos compañeros míos, también funcionarios del Comité de distrito, como han ido subiendo, y yo continuo en el mismo sitio! ¡Me he acostumbrado! No se como ha podido ocurrir, pero el caso es que me he acostumbrado. Y, si me he acostumbrado, eso quiere decir que me he quedado atrás... ¿En aras de qué vale la pena vivir, trabajar, morir? Pues en aras de nuestra gente... ¡Cuántos trabajos, cuantas dificultades ha soportado nuestro Estado, para la causa del pueblo! Durante la guerra civil, no comía más que una rebanada de pan y no se le ocurrió murmurar; en el período de la reconstrucción hacía colas a la puerta de las tiendas, iba vestido de cualquier modo, pero no cambió por bisutería su joven estirpe soviética... Yo no tenía ninguna experiencia de administrador, los especialistas se dedicaban al sabotaje, las máquinas estaban paradas, no había electricidad, los  bancos no daban créditos, faltaba dinero para pagar a los obreros y Lenin nos enviaba telegramas: ¡mandad carbón, salvad a Moscú y a Petrogrado! Para mí, aquellos telegramas eran cosa sagrada".

Agudo contraste de la actitud crítica de los soviéticos con el pensamiento burgués, en boca del fascista torturador, que respaldado por el terror que le daba un régimen aniquilador comprendía que sus raíces estaban en el régimen democrático-burgués: en un aleccionador autodiálogo dice: "¿Ignora Vd. las escenas que, al hacer escala en países lejanos, he presenciado más de una vez? ¿Ignora Vd. que millones de hombres mueren de hambre todos los años, allá en el Sur de África, en la India o en Indochina, a los ojos de las gentes más respetables, si puede uno expresarse así? Además, ¿para qué ir tan lejos? Incluso en los benditos años de prosperidad económica anteriores a la guerra, hubiera podido Vd. ver en casi todas las capitales del mundo, barrios enteros de parados que perecían de inanición a los ojos de las personas más respetables y, a veces, hasta en los atrios de las catedrales antiguas...¿Y quién ignora que algunas personas muy respetables, verdaderos gentlemen, no tiene el menor reparo, cuando les conviene en despedir de sus empresas a millones de hombres y mujeres en plena salud? Y como estos hombres y mujeres no quieren aceptar semejante situación, son encarcelados todos los años  a millares, o simplemente muertos en las calles y en las plazas, muertos de la manera más legal: con ayuda de la policía y de los soldados... acabo de citarle unos cuantos medios -y podría multiplicar su número- de los que emplean para matar anualmente a millones de seres y no sólo hombres sanos, sino también niños, mujeres y viejos, para  matarles en realidad, con objeto de que Vd. pueda lucrarse. Sin hablar ya de las guerras, cuando en plazo brevísimo se llevan a cabo las mayores matanzas de seres humanos para el enriquecimiento de vd. ¿Querido y respetable amigo? ¿Para qué vamos a engañarnos? Confesémonos francamente que, si deseamos que los demás trabajen para nosotros, no nos queda otro remedio que matar todos los años a cierto número de hombres, de manera u otra".

Sesenta y cinco años más tarde de escribirse estas palabras, nada en la faz capitalista ha cambiado, aunque los medios burgueses de comunicación quieran borrar de la memoria de la clase obrera, la teoría científica del marxismo-leninismo que destruyó este sistema imperialista en el que actualmente vivimos.


Sergei Tyulenin

Para avanzar en cada uno, la conciencia proletaria nos exige un estudio pormenorizado de la atroz dictadura burguesa, de sus cómplices, de sus dirigentes verdugos sindicales que adornan o silencian esta dictadura. Hablando de los sujetos vendidos al capital, se indican en el libro varios trozos "...todavía hay en el mundo bastantes individuos corrompidos para quienes las ideas son como la ropa, una cosa provisional, o, a veces, una careta: demasiados ejemplos hemos tenido con los enemigos del pueblo. Y los fascistas adiestran a sujetos de éstos por millones en el mundo entero. también hay gente débil, simplemente,  a la que es fácil de doblegar...Este tipo de persona que... Sin discernir el auténtico sentido de la actividad de los hombres entre quienes vivía, se orientaba a la  perfección en sus relaciones personales y de trabajo, sabía quiénes eran rivales y quiénes se prestaban mutuamente apoyo, y había llegado a hacerse del arte de dirigir la falsa idea de que no consistía en servir al pueblo, sino en manejar con habilidad a unos hombres contra otros para asegurarse el sostén de la mayoría".


Esbozos condensados que apuntan también como será el ser humano desarrollado en una sociedad que construye el socialismo, para poder realizar cualquier trabajo, para no ser imprescindible. Como significativo es el siguiente trazo: "La gente se ha vuelto mucho más instruida. Si hiciera falta, podríamos encontrar, solo en nuestra aldea, bastantes ministros para Suiza, por ejemplo..."

El libro es una memoria siempre viva, a los combatientes comunistas que dejaron su vida para liberar a la humanidad de las garras del capitalismo, pues el fascismo nace de él. Acaba la relación de sucesos con los nombres de aquellos esforzados luchadores caídos, mayores y jóvenes, Barakov y Liútikov, Koshevói y Grómova, unidos en la batalla, cantando al futuro, en pos del comunismo.

1.- Ver su biografía en:
http://amistadhispanosovietica.blogspot.com.es/2012/12/alexander-fadeev-el-partido-bolchevique.html

2.- Todas las citas provienen del libro: La Joven Guardia. Octava Edición. Editorial Raduga. Moscú 1984.

3.- Esta novela por su influencia ideológica en los jóvenes fue llevada al cine en 1948. Se convirtió en un nuevo fenómeno de masas. En 1948 fue la película más vista durante todo el año, por 42,4 millones de espectadores, solamente en la URSS.
La película durante los últimos años 40 y 50 contínuamente proyectada en las salas cinematógraficas de la URSS, y en los países socialistas (la media de espectadores durante esos años fue de 26,7 millones cada año). Su influencia era tal que si la novela consiguió educar a varias generaciones de jóvenes comunistas, el filme por su gran calidad, aún más hizo popular entre el proletariado y el campesinado por sus mensajes.
Tras el XXº Congreso, la dirección tomada por los revisionistas de Jruschov se ensañaron con la película. En 1960 fue retirada de las pantallas, todas las copias. Sometida a una drástica revisión, fue mutilada, suprimiendo escenas, cambiando los diálogos en muchas partes, e influenciando para que se viese lo menos posible. Se atacaba precisamente una de las enseñanzas de la novela, la unión del Komsomol, con el Partido y la proyección para el futuro de sus acciones. La versión "corregida" fue reestrenada en 1964, que es la versión impuesta censurada que conocieron después los soviéticos. En occidente la antigua versión no se conoció por los trabajadores (proyecciones muy minoritarias si tuvieron lugar en círculos cerrados de Italia y Francia). Hasta hoy.

La siguiente versión es de 1964, en dos partes. No ha sido subtitulada en castellano. 

https://www.youtube.com/watch?v=lKinhB_mNjI 

La película de 1948, tuvo la siguiente producción:
 

Fue realizada en los Estudios Gorky (la primera película en esos estudios realizada).
Guión y Dirección: Sergei Gerasimov
Cámara : Vladimir Rapoport
Música : Dmitri Shostakovich
Intérpretes:
Muchos de sus intérpretes se hicieron famosos a raíz de su aparición en la película, y continuaron sus interpretaciones en cines y teatros soviéticos. Muchos de ellos en ese año recibieron premios de 1ª clase por su actuación -algunos eran estudiantes de arte dramático-, y algunos otros se hicieron más tarde directores como por ejemplo Sergei Bondarchuk.


Los miembros de la organización clandestina "Joven Guardia"
  • Vladimir Ivanov - Oleg Koshevoi
  • Inna Makarova - Lyubov Shevtsova
  • Sergei Gurzo - Sergei Tyulenin
  • Nonna Mordjukova - Ulyana Gromova
  • Vyacheslav Tíjonov - Volodia Osmujin
  • Boris Bityukov - Ivan Zemnujov
  • Lyudmila Shagalova - Valeria Bortz
  • Gleb Romanov - Ivan Turkenich
  • Karaman Mgeladze - George Arutyuniantz
  • George Yumatov - Anatoly Popov
  • G. Gorin - Victor Petrov
  • Otros residentes Krasnodon y luchadores clandestinos:
  • Tamara Makarova - Helena, madre de Oleg Koshevoi
  • Victor Khokhryakov - Protsenko 
  • Sergei Bondarchuk - Andrei Valko
  • Elena Anufrieva - abuela Vera
  • Anatoly Chemodurov - Sergey Levashov
  • Tamara Nosova - Valentina Filatova
  • E.Grishko - Nina Ivantsova
  • Nicholas Fmgurovsky - A.
  • Olesya Ivanova - Esperanza, hermana Tyulenin
  • Clara Luchko - Marina
  • Alexander Kharitonov - Lyudmila Osmujina
  • Yevgeny Morgunov - Stajovich, traidor (en la versión 60 -. Pocheptsov)
  • Alexander Antonov - Ignat Fomin, el policía
  • Zinaida Vorkul - madre Osmujina
  • Victor Kulakov - Stetsenko
  • Margarita Zharov - Claudia Kovalev (sin acreditar M.Ivanova)
  • Nicholas hryaschiki - miembro del comité regional
  • Andrew Puntus - Tío Kolya
  • Muse Kreptogorskii - Lazarenko (Vyrikova)
  • Maria Yarotskaya - madre Tyulenin
  • Leo Fenin - Tyulenin padre Sergei
  • Alexandra Panova - madre Lyubov Shevtsova
  • Vladimir Ural - padre Uliana Gromova
  • Alexander Denisov - La madre de Uliana Gromova
  • Elena Maximova - madre Wali Bortz

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es posible conseguir los subtitulos en castellano?

Amistad Hispano-Soviética dijo...

Como comprobaréis hasta en la actual Rusia, se sigue persiguiendo esta imprescindible obra. Pues la propiedad privada acapara cualquier derecho del pueblo. Para que nadie la vea, se arrogan derechos de distribución, llamándolos de autor, sin haber realizado nada, solamente buscando ganancia de su exhibición. Así, la mayoría de las películas, donde los protagonistas son comunistas o komsomoles....de hecho secuestrándo las películas u obras.