30 de abril de 2013

Recordando a los trabajadores asesinados en Chicago

Por Oleg K. Colaboración especial de La Pirenaica Digital.


El 1º de Mayo es la fecha más importante del año para los trabajadores. Ese día conmemoramos a nuestros compañeros que luchan, lucharon y lucharan por nuestros derechos de clase explotada por la esclavitud asalariada.
El primero de Mayo de 1886, los trabajadores de la Federación de Sindicatos Organizados y Uniones Laborales de los Estados Unidos y Canadá, realizaron una huelga por "Ocho horas de descanso y ocho horas de ocio".
Ese primero de Mayo se declararon en huelga cinco mil trabajadores, y más de trescientos mil salieron a la calle para obtener lo pedido. En Chicago, los anarquistas tenían una gran fuerza, inclusive editaban comunicaciones en inglés y alemán, especialmente para los inmigrantes que iban afluyendo a las fábricas.
Recordando los sucesos de Chicago
El 1º de mayo todas las fábricas de Chicago pararon, menos la de "Mac Cormick" donde la patronal había instaurado un régimen de terror con los "scabs" (rompehuelgas). Tras un mitin de apoyo a las reivindicaciones, estos rompehuelgas junto a la policía dispararon contra los trabajadores, asesinando a seis e hiriendo a varias decenas. 
Al día siguiente Fischer escribió: “Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo. Es la necesidad lo que nos hace gritar ¡a las armas!”.
Para los trabajadores había estallado una guerra contra ellos, al ponerse de lado de los patronos, abiertamente la policía. Ese día se proclamó una concentración la Plaza de Haymarket.
Quince mil personas secundaron la protesta. Al finalizar, escuadrones de policías solicitaron dispersarse. Una bomba estalló entre los policías matando a uno, posteriormente fallecieron seis más, e hiriendo a sesenta. Entonces la policía abrió fuego contra los obreros, asesinando a 38 y malhiriendo de gravedad a más de 115. 
En Chicago fue declarado el estado de sitio. Miles de policías y sicarios detuvieron a cientos de socialistas y anarquistas, especialmente de origen alemán. En los domicilios y locales sindicales detuvieron a August Spies, de 31 años periodista y director del “Arbeiter Zeitung”, Michel Schwab, 33 años tipógrafo y encuadernador, Oscar Neebe, 36 años vendedor, Adolf Fischer, 30 años periodista, Louis Lingg, 22 años carpintero, Samuel Fielden, 39 años pastor metodista y obrero textil, George Engel, 50 años tipógrafo, Albert Parsons, 38 años ex candidato a la presidencia de Estados Unidos por los grupos socialistas y Rodolfo Schnaubelt, cuñado de Schwab.
El montaje judicial
Los fabricantes, magnates y políticos estadounidenses tenían que dejar claro a los trabajadores quienes mandaban y hasta donde se les permitía protestar a los trabajadores. Había que meter miedo por generaciones, para ello con la ayuda de los medios de comunicación montaron un espectáculo mediático contra la "sublevación del 1º de Mayo contra el país".
Dijeron que Schanaubelt había arrojado la bomba, que Spies y Fischer le ayudaron y que Lingg la fabricó. Los testigos fueron policías y falsos testigos pagados.
El jurado que tenía la sentencia mucho antes de reunirse, condenó a muerte a Spies, Schwab, Lingg, Engel, Fielden, Parsons y Fischer y a 15 años de trabajos forzados para Neebe.
El 11 de Noviembre de 1887 fueron ahorcados Engel, Spies, Parsons y Fischer. Lingg se suicidó. El carnicero gobernador de Chicago, cambió la sentencia a Schwab y Fielden por cadena perpetua.
El entierro fue la más numerosa manifestación de trabajadores hasta ese momento.
Años después abiertas nuevas diligencias por el gobernador de Illinois, se revisó la sentencia y demostraron los fiscales que los asesinados no cometieron ningún crimen, que había sido un "error judicial".  Schwab, Fielden y Neebe fueron puestos en la calle.

El pensamiento de aquellos obreros
Para nosotros más que esta farsa, recordamos su ejemplo. Su vida de lucha contra la máquina estatal burguesa, que hoy sigue manteniendo el miedo y la división entre los trabajadores del mundo. Y más aún, para los trabajadores, para que luchan en la calle contra este injusto sistema social, en estos días recordamos sus palabras, ante el tribunal:
August Spies: “Al dirigirme a este tribunal, lo hago como representante de una clase social enfrente de los de otra clase enemiga y empezaré con las mismas palabras que un personaje veneciano pronunció hace cinco siglos en ocasión semejante. Mi defensa es vuestra historia... Ante este tribunal, ante el público, yo acuso al Procurador del Estado de conspiración infame para asesinarnos…Yo os digo que si la muerte es la pena que me imponéis por proclamar la verdad, entonces estoy dispuesto a pagar tan costoso precio “.
Miguel Schwab: “Habláis de una gigantesca conspiración. Un movimiento social no es una conspiración y nosotros todo lo hemos hecho a la luz del día. No hay secreto alguno en nuestra propaganda....Si nosotros calláramos, hablarían hasta las piedras.
Todos los días se cometen asesinatos. Los niños son sacrificados inhumanamente, las mujeres perecen a fuerza de trabajar y los hombres mueren lentamente, consumidos por sus rudas faenas y no he visto jamás que las leyes castiguen estos crímenes “.
Oscar Neebe: “Pues bien, me apena la idea de que no me ahorquéis, honorables jueces, porque es preferible la muerte rápida a la muerte lenta en que vivimos. Esto es lo que tengo que decir. Yo os suplico. ¡Dejadme participar de la suerte de mis compañeros! ¡Ahorcadme con ellos! “.
Adolf Fischer: Por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces no tengo nada que objetar. Si la muerte es la pena correlativa a nuestra ardiente pasión por la redención de la especie humana, entonces yo lo digo muy alto. Disponed de mi vida...Si creéis que con este bárbaro veredicto aniquiláis nuestras ideas, estáis en un error. Porque estas son inmortales“.
Louis Lingg: “¡Os desprecio!, Desprecio vuestro orden, vuestras leyes, vuestra fuerza, vuestra autoridad! ¡Ahorcadme! “. (Lingg era el único de los acusados dispuestos a utilizar la violencia).
George Engel: “Es la primera vez que comparezco ante un tribunal americano y en él se me acusa de asesinato. ¿Y por qué razón estoy aquí? ¿Por qué razón se me acusa de asesinato? Por la misma que tuve que abandonar Alemania, por la pobreza, por la miseria de la clase trabajadora... Aquí también, en esta “Libre República”, en el país más rico del mundo, hay muchos obreros que no tienen lugar en el banquete de la vida y que como parias sociales arrastran una vida miserable…Aquí he visto a seres humanos buscando algo con que alimentarse en los montones de basura, en las calles…¿En qué consiste mi crimen?...En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social en que sea posible el hecho que mientras unos amontonan millones utilizando las máquinas, otros caen en la degradación y en la miseria. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar. “
Samuel Fielden: “Se me acusa de excitar pasiones, se me acusa de incendiario porque he afirmado que la sociedad actual degrada al hombre hasta reducirlo a la categoría de animal. ¡Andad! id a las casas de los pobres y los veréis amontonados en el menor espacio posible, respirando una atmósfera infernal de enfermedad y muerte…Yo amo a mis hermanos, los trabajadores, como a mi mismo. Yo odio la tiranía, la maldad y la injusticia. El siglo XIX comete el crimen de ahorcar a sus mejores amigos. No tardará en sonar la hora del arrepentimiento.
Hoy, el sol brilla para la humanidad. Pero puesto que para nosotros no puede iluminar más dichosos días, me considero feliz al morir, sobre todo si mi muerte puede adelantar en un solo minuto la llegada del venturoso día en que aquél alumbre mejor para los trabajadores “ .
Albert Parsons: “Me preguntáis qué fundamentos hay para concederme una nueva prueba de mi inocencia. Yo os contesto y os digo que vuestro veredicto es el veredicto de la pasión. Engendrado por la pasión y realizado, en fin, por la pasión de la ciudad de Chicago. Por este motivo, yo reclamo la suspensión de la sentencia y una prueba inmediata. ¿Y qué es la pasión? Es la suspensión de la razón, de los elementos de discernimiento, de reflexión y de justicia necesarios para llegar al conocimiento de la verdad. No podéis negar que vuestra sentencia es el resultado del odio de la prensa burguesa, de los monopolizadores del capital, de los explotadores del capital, de los explotadores del trabajo “.
Por todos ellos exclamamos:

¡Viva el 1º de Mayo, día de la Clase Obrera!
¡Abajo la tiranía del Capitalismo Monopolista y sus lacayos!
¡Por el Socialismo y el Comunismo!

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