5 de octubre de 2022

Trabajadora en la Rusia Soviética, artículos de Inessa Armand

 inessa 

 Inessa Armand. Imagen Color by Klimbim.

Por Candela Mora.

Una comunista bastante desconocida, que durante su vida defendió y creó el Partido Bolchevique. Atacada constantemente por la prensa burguesa antes y después de la Revolución de Octubre, sus escritos son un firme legado por la Liberación Socialista de la Mujer Obrera.

Solo por este hecho, es silenciada por la moral burguesa, pues servía igualmente para difamar las acciones de las bolcheviques revolucionarias, que apostaban por romper los moldes impuestos a las mujeres, por un doble régimen de explotación.

Inessa, antes de ingresar en las filas del Partido Bolchevique, llegó a desarrollar trabajos de educación básica para la clase trabajadora rusa a través de la Sociedad para Mejores Condiciones de Vida de las Mujeres. Se aproximó a la teoría revolucionaria marxista a través de estudiantes y obreros, los cuales eran frecuentemente perseguidos por la policía política zarista Ojrana, siendo detenida en varias ocasiones por promover las ideas de lucha por romper la explotación de la mujer, y otras veces cuando en su propia casa distribuía folletos sobre diversos temas, entonces tabúes como el divorcio, el aborto, la prostitución, etc. 

Llegada a Rusia, desarrolla una intensa actividad en 1917-18, siendo miembro del presidium del Soviet de Diputados de los Trabajadores y Soldados de Moscú. Inessa fue nombrada presidenta de la Comisión Central para la Agitación y Propaganda entre las Mujeres Trabajadoras, apoyada por Kollontai y Samoilova.

Ya con su pseudónimo de Helene Blonina, principalmente en Francia, distribuye su trabajo titulado Trabajadora en la Rusia soviética, publicado por el Boletín Comunista en 1920, retrata las conquistas que las mujeres obtuvieron luego de la Revolución de Octubre y desmitifica las propagandas contrarrevolucionarias de la burguesía y de la burocracia de la Segunda Internacional representada por Karl Kautsky. 

En un extracto de esa obra dice:

«...Las obreras han comprendido perfectamente que sus nuevos derechos y nuevas libertades únicamente servirán realmente al desarrollo y la victoria de la revolución cuando no solo una pequeña vanguardia, sino las masas de obreras mismas sean arrastradas a tomar parte activa en la vida del partido y de los soviets y, en consecuencia, ante las obreras de vanguardia se plantea precisamente la tarea de arrastrar a esta masa a la lucha revolucionaria por el comunismo.

Inessa Armand, 1920: ‘Elaborar nuevos métodos de propaganda, nuevas maneras de abordar a las obreras y campesinas, adaptadas a sus particularidades sicológicas y a las nuevas tareas que les esperan’.

No es una de las tareas más fáciles. Se trata de hacer que se interesen en la lucha revolucionaria, en la obra de organización, de administración, los elementos más atrasados, más ignorantes de las masas obreras; hay que conquistar el bajo pueblo que hasta ahora, en todos los países, ofrece un terreno poco propicio a la agitación y la propaganda y al que todavía no se ha conseguido ganar en ningún sitio.

Bajo el reino del capitalismo, las obreras y campesinas están completamente alejadas de toda vida pública y política, tanto por las condiciones de la vida de la familia burguesa como por su ausencia de derechos políticos. Por culpa de esto, con el paso del poder a manos de los soviets, cuando la clase obrera se ha puesto a la obra de administración y la obra compleja y difícil de la nueva organización, las obreras en su conjunto se han mostrado todavía más inexpertas que los obreros. (…)

Era necesario elaborar nuevos métodos de propaganda, nuevas maneras de abordar a las obreras y campesinas, adaptadas a sus particularidades sicológicas y a las nuevas tareas que les esperan. Aquí la propaganda para la acción adquiere un significado especial, es decir, la propaganda que conducirá directamente a las obreras y campesinas a tomar parte en tal o cual organización soviética u otro trabajo.

Se han organizado asambleas de delegadas obreras que han dado muy buenos resultados en ese sentido. Estas asambleas de delegadas están formadas por representantes de todas las fábricas y talleres de una comarca dada, elegidas en reuniones generales de las diferentes empresas. Las asambleas de delegadas son instituciones gracias a las cuales las obreras aprenden en la práctica cómo debe ser llevada la acción soviética, cómo emplear sus fuerzas y su energía revolucionaria en la lucha común del proletariado y en la organización. Por otra parte, estas asambleas son un excelente enlace entre las instituciones soviéticas y las masas obreras»

Junto con otras bolcheviques revolucionarias como Alexandra Kollontai, Vera Slutskaia, Nadezhda Krúspskaia, Samoilova, etc., organiza en varios congresos la actividad de las obreras que buscan cambiar las relaciones sociales en la nueva sociedad.

De hecho en el Congreso Panruso de Mujeres de Moscú de 1918 proclama:

"Bajo el capitalismo, la mujer obrera debe soportar el doble fardo de trabajar en la fábrica y luego realizar las tareas domésticas en el hogar. No solamente debe hornear y tejer para el patrón, sino que también debe lavar, limpiar y cocinar para su familia… Pero hoy es diferente. El sistema burgués está en vías de desaparición. Nos acercamos a la época de construcción del socialismo. Para reemplazar los millones y millones de pequeñas unidades económicas individuales, de cocinas rudimentarias, malsanas y mal equipadas y el incómodo lavado a colada, debemos crear estructuras colectivas ejemplares, de cocinas, comedores y lavanderías".

En Petrogrado desempeña hasta 1920 la Dirección del Zhenotdel, la organización que reclamaba la igualdad de sexos en el Partido Bolchevique y los sindicatos soviéticos. Su trabajo, prolífico de escritos, según Krupskaia, hizo que unas diez millones de mujeres pasaron por esas “escuelas de comunismo”. Desde allí, apoyó la legislación a favor del aborto, luchó contra la prostitución, e impulsó la mejora de protección social de madres e hijos, y la participación política en la construcción de la Unión Soviética, por las mujeres obreras y campesinas.

Inessa falleció joven, a los 46 años, el 24 de septiembre de 1920, de cólera, estando de vacaciones en Beslán. 

Una “interminable afluencia de mujeres trabajadoras” despidió en Moscú a Inessa Armand, el 11 de Octubre de 1920. Fue una pérdida dolorosa para la organización comunista. Su dedicación a la construcción del Partido Bolchevique y la nueva sociedad soviética en sus inicios, fue esencial.


Enlaces consultados:

https://rebelion.org/para-seguir-admirando-a-inessa-armand/

https://www.laizquierdadiario.com/Inessa-Armand-revolucionaria-bolchevique-gran-organizadora-de-las-mujeres-trabajadoras


 



 

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