Por Euskal Herria Sozialista
El “Hujum” (la ofensiva)
fueron una serie de acciones y políticas iniciadas por Stalin en 1927 y
llevadas a cabo por el Partido Comunista de Uzbekistán cuyo objetivo
era erradicar las prácticas feudales y religiosas represivas hacia la
mujer imperantes en Asia Central y conseguir así la igualdad de género
en todos los ámbitos.
El
Islam es la religión dominante en Asia Central desde el siglo IX,
siendo en 1923 la religión del 90% de la población. Cuando la Revolución
de Octubre triunfó y los soviéticos llegaron a esta región, se
encontraron con una fuerte tradición musulmana en la que la mujer se
encontraba completamente discriminada. Esta fuerte tradición social y
familiar chocaba de cara con los valores soviéticos de igualdad de
género que clamaban por los derechos y libertades de la mujer desde el
principio de la Revolución.
Dentro de estas prácticas, se encuentra el uso de la Paranja (conocido como burka en otros idomas), frecuente en las áreas urbanas del sur de Uzbekistán, y que consiste en una túnica que cubre la cabeza y el cuerpo de las mujeres. La parte que cubre la cara, denominado chachvan, estaba hecho con pelo de caballo y era pesado en peso. Esta prenda era muy común en áreas urbanas uzbekas y tayicas. Otras prácticas comunes en la región eran la poligamia y los matrimonios concertados, donde niñas de 9 años eran obligadas a casarse con hombres hasta 40 años mayores que ellas. A todo esto hay que sumarle la práctica total exclusión de la mujer en la vida pública, donde su papel quedaba relegado a un rol secundario como compañera y ama de casa de su marido.
En las zonas del sur de Kazajstán y en el actual Kirguistán, además, se practicaba la tradicional práctica del “Secuestro de esposas”. Ésta consistía en el derecho que tenía un hombre a secuestrar una mujer para tomarla como esposa, independientemente de si la voluntad de ella. Si la mujer huía, la misma familia la abandonaba y no la dejaba regresar, pues significaba una deshonra para ellos. En estos casos, la mujer se quedaba sola y sin sustento, pues ningún hombre iba a quererla ahora como esposa.
Dentro de estas prácticas, se encuentra el uso de la Paranja (conocido como burka en otros idomas), frecuente en las áreas urbanas del sur de Uzbekistán, y que consiste en una túnica que cubre la cabeza y el cuerpo de las mujeres. La parte que cubre la cara, denominado chachvan, estaba hecho con pelo de caballo y era pesado en peso. Esta prenda era muy común en áreas urbanas uzbekas y tayicas. Otras prácticas comunes en la región eran la poligamia y los matrimonios concertados, donde niñas de 9 años eran obligadas a casarse con hombres hasta 40 años mayores que ellas. A todo esto hay que sumarle la práctica total exclusión de la mujer en la vida pública, donde su papel quedaba relegado a un rol secundario como compañera y ama de casa de su marido.
En las zonas del sur de Kazajstán y en el actual Kirguistán, además, se practicaba la tradicional práctica del “Secuestro de esposas”. Ésta consistía en el derecho que tenía un hombre a secuestrar una mujer para tomarla como esposa, independientemente de si la voluntad de ella. Si la mujer huía, la misma familia la abandonaba y no la dejaba regresar, pues significaba una deshonra para ellos. En estos casos, la mujer se quedaba sola y sin sustento, pues ningún hombre iba a quererla ahora como esposa.
El Hujum
El “Hujum” (la ofensiva) fue iniciado en 1927 en una campaña liderada por Stalin para conseguir la igualdad de la mujer frente al hombre. Hasta esa fecha, en la República Socialista Soviética Autónoma de Turkistán, el sistema educativo de la región, a pesar de la gran inversión que la Unión Soviética había hecho en materia escolar, seguía regido por los valores tradicionales de la zona y no por la legislación soviética, en un intento de los gobernadores socialistas de ganarse la simpatía de los habitantes de la zona en los primeros y convulsos años de la Revolución.
Sin embargo, a partir de 1927, las cosas iban a cambiar. Dentro de las medidas que se llevaron a cabo, se incluyen:
El “Hujum” (la ofensiva) fue iniciado en 1927 en una campaña liderada por Stalin para conseguir la igualdad de la mujer frente al hombre. Hasta esa fecha, en la República Socialista Soviética Autónoma de Turkistán, el sistema educativo de la región, a pesar de la gran inversión que la Unión Soviética había hecho en materia escolar, seguía regido por los valores tradicionales de la zona y no por la legislación soviética, en un intento de los gobernadores socialistas de ganarse la simpatía de los habitantes de la zona en los primeros y convulsos años de la Revolución.
Sin embargo, a partir de 1927, las cosas iban a cambiar. Dentro de las medidas que se llevaron a cabo, se incluyen:
- Intensa campaña contra el velo y la paranja.
- Construcción de escuelas y formación de maestros para alfabetizar a toda a la población.
- Se cierran las instituciones tradicionales para mujeres (Otin Bibi) donde se las instruía en las tradiciones islámicas.
- Las escuelas islámicas se empiezan a cerrar. La religión queda apartada del sistema educativo, como en toda la Unión Soviética.
- La edad mínima legal de matrimonio de la mujer se pasa de los 9 a los 16 años y la de los varones a los 18.
- Se prohíbe la poligamia.
- Se prohíbe el secuestro de esposas.
En
Uzbekistán, la campaña contra el velo no fue nada sencilla y fue
escenario de campañas violentas por parte de la población masculina más
reaccionaria. A pesar de la gran manifestación celebrada el 8 de marzo
de 1927, donde miles de mujeres, bajo la protección del Ejército Rojo,
salieron a la calle y quemaron velos como señal de protesta, muchos
habitantes vieron esta prenda como un signo de identidad cultural y no
religioso, y defendían que la URSS estaba atacando cara a cara los
valores nacionalistas y religiosos de la región. Esta parte de la
población, que en su mayoría eran hombres que veían como perdían poder
frente a mujeres que lo iban ganando, respondió con campañas de
violencia y humillación. Muchas mujeres se encontraban con la disyuntiva
de que si seguían las doctrinas oficiales del gobierno (prohibición del
velo) veían como eran humilladas en público e incluso golpeadas por los
sectores más reaccionarios de la población. Se estima que en 1928 hasta
270 mujeres uzbekas fueron asesinadas por quitarse el velo. [1]
Mujeres uzbekas manifestándose el 8 de marzo
Los
imanes uzbekos más reaccionarios llegaron a justificar que los maridos
asesinaran a sus mujeres por quemar el velo, quitárselo o ir a
estudiar. Por esta razón, se tuvieron que tomar medidas más duras, y
estos imanes más reaccionarios fueron encarcelados o deportados a
Siberia y se condenó a muerte a todo aquel que asesinara a mujeres. En
contraposición, a aquellos imanes más progresistas se les permitieron
continuar su labor religiosa en la región.
Para
luchar contra la poca alfabetización del país, especialmente entre las
mujeres, se construyeron cientos de escuelas y se formaron numerosos
profesores para satisfacer la alta demanda de personal escolar. Para
luchar contra la humillación pública a la que eran sometidas muchas
mujeres, se construyeron escuelas especialmente para ellas. Con estas
políticas, en Uzbekistán, donde las políticas del Hujum fueron más
violentas, la alfabetización de las mujeres pasa de un 7’3% en 1926 a un
73’3% en 1939 (fin del Hujum) y a un 97’3% en 1960[2]. Como puede
verse, la campaña, a pesar de los sacrificios y los episodios violentos,
fue todo un éxito.
Mujeres recibiendo clases de alfabetización en Taskent en 1926
Conclusión personal
Cuando
se busca información sobre este periodo (muy escasa), prácticamente
todo lo que se encuentra son artículos de investigación donde se intenta
minimizar este papel liberalizador de la mujer. Para ello, focalizan
sus argumentos en los episodios violentos ocurridos durante la campaña
del Hujum e intentan hacer creer que el objetivo principal era rusificar
la región, atacando los valores y costumbres tradicionales en los que
vivían los pobladores de la zona a través de una fuerte represión
política y cultural.
Todo esto es completamente falso. La política soviética desde el inicio de la Revolución fue la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres, el islam se opuso a ello y lo pago. Lejos de querer rusificar la región, las costumbres tradicionales de la zona, así como los idiomas nacionales, que eran impartidos en todas las escuelas, se mantuvieron intactas y fueron respetadas siempre y cuando no fueran denigrantes para la mujer. Llamar represión política a encarcelar y/o deportar a todos aquellos imanes reaccionarios que justificaban el asesinato de mujeres por quitarse el velo o estudiar es una sinvergonzonería. Aunque, visto quien financia muchos de estos artículos (Radio Liberty), uno entiende el porqué de sus argumentos
Todo esto es completamente falso. La política soviética desde el inicio de la Revolución fue la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres, el islam se opuso a ello y lo pago. Lejos de querer rusificar la región, las costumbres tradicionales de la zona, así como los idiomas nacionales, que eran impartidos en todas las escuelas, se mantuvieron intactas y fueron respetadas siempre y cuando no fueran denigrantes para la mujer. Llamar represión política a encarcelar y/o deportar a todos aquellos imanes reaccionarios que justificaban el asesinato de mujeres por quitarse el velo o estudiar es una sinvergonzonería. Aunque, visto quien financia muchos de estos artículos (Radio Liberty), uno entiende el porqué de sus argumentos
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