Misión Verdad
El
documento que fue presentado está plagado de inconsistencias, datos
manipulados, medias verdades y silencios sobre actores implicados en la
guerra contra Venezuela.
El
informe de 75 páginas presentado por el secretario general de la OEA
Luis Almagro el 14 de marzo, concentra las líneas discursivas y
semánticas más acabadas que configuran el expediente por la intervención
extranjera en Venezuela.
Esencialmente
su cartografía intenta dibujar un «Estado fallido», donde el estatus de
la cuestión venezolana supera (según el enfoque de Luis Almagro)
cualquier límite nacional y político para su tratamiento, exigiendo su
resolución por vías extrapolíticas y excepcionales, a través de medidas
de fuerza y asedio, tanto en lo diplomático, político y financiero. El
vértigo impuesto a la necesidad de buscar una salida conflictiva a la
coyuntura venezolana se hace más que evidente, argumentando que no
existe otra opción que no sea la de romper las reglas del juego
político, desconocer la Constitución y el Estado de derecho.
Justamente
lo que ponen en relieve las trágicas guerras recientes en Medio Oriente
(Siria y Libia), es que todo proceso de intervención (directa o
indirecta, diplomática y financiera primero, luego bélica) requiere de
una semántica y un marco narrativo elaborado que la justifique, un
expediente para criminalizar a los países víctimas de asedio.
El
informe de Luis Almagro, más allá de que su presentación por sí mismo
no conlleve automáticamente a un respaldo incondicional de la OEA contra
Venezuela en esos términos, es el punto clímax de lo que Venezuela
tiene años denunciando (y que ha sido ridiculizado por los sectores
antichavistas): el país es víctima de una agenda extranjera que busca
una transición política por fuera de la Constitución, a favor de los
aliados locales de los poderes fácticos y corporativos que gobiernan los
Estados Unidos.
El
informe en cuanto táctica diplomática no es el objetivo fundamental de
este análisis. Sin embargo es menester recalcar que tan latente está la
amenaza de la intervención, que los poderes que operan detrás de esta
agenda internacional lo llevaron hasta el límite de su preparación
discursiva, colocando todos los dispositivos y detonadores en la trama
política internacional. Sea como se desarrolle la arena internacional a
partir de ahora, debe tenerse en cuenta como elemento central ese punto
de no retorno violentado y la declaración de los verdaderos intereses
contra Venezuela.
Hay
significados y expresiones que configuran la columna vertebral del
documento y que equilibran lo que por la vía de las medias verdades y
las inconsistencias estadísticas, le hacen perder credibilidad. Este
ataca directamente el aspecto de la memoria colectiva al construir una
falsa frontera entre el presente y el pasado: el informe de Luis Almagro
propone «restaurar» la "democracia representativa en Venezuela".
El
documento, visto desde la óptica del márketing y la publicidad, es un
acto de venta de ese futuro construido con base en las desgracias del
pasado.
Desmonte de las inconsistencias y medias verdades del Informe
En
el desarrollo del informe algunas inconsistencias y mentiras resaltan
más que otras, no tanto por sus exageraciones sino por el ahínco
colocado en darle verosimilitud. A continuación desmontamos los
elementos que configuran la narrativa central del informe.
¿?“El Gobierno saboteó la mesa de diálogo instalada en Venezuela”.
Luis Almagro fue el operador internacional más agresivo en contra de Venezuela durante todo 2016.
Asumió
posiciones que quedaron totalmente descolocadas de la realidad ante la
instalación de una mesa de diálogo entre el Gobierno venezolano y la MUD
que, como lo reconocieron los principales analistas del antichavismo,
gozaba del respaldo de la comunidad internacional. Aunque presionado por
las circunstancias a tener una postura cercana a la neutralidad, nunca
evitó mostrar su descontento contra la Mesa de Diálogo y contra la
participación de sectores antichavistas en ella.
Luis
Almagro no menciona, por ejemplo, que el retiro del diálogo por parte
de la MUD fue un ejercicio de control de daños, de contención de un
acelerado desplome de su base de apoyo político frente al aluvión de
críticas generadas, ante la imposibilidad de llevar a cabo sus promesas:
referendo revocatorio, elecciones generales y enjuiciamiento político a
Maduro. El ataque al diálogo en el informe es una excusa para negarlo
como posibilidad y sustituirlo por un escenario de conflicto prolongado,
sin solución política y constitucional.
¿?“El Gobierno saboteó y terminó con el Referéndum Revocatorio”.
En
esta sección del informe, Almagro se hace eco de la versión de la MUD
con respecto al referéndum revocatorio para exigir “elecciones generales
inmediatas” en Venezuela, método electoral inexistente en la
legislación venezolana. La MUD cometió ilícitos electorales que fueron
debidamente demostrados en su momento ante el país cuando, como parte de
los requisitos primarios a la solicitud de un referéndum revocatorio
contra el presidente Maduro, introdujo un conjunto de firmas plagadas de
irregularidades durante la recolección de firmas de 1% del padrón
electoral para inscribir la intención de revocar a Maduro.
La
coalición opositora introdujo 1 millón 957 mil 779 registros, de las
cuales 605 mil 727 (30,9%) presentaron irregularidades, entre ellas más
de 10 mil firmas de ciudadanos fallecidos, 9 mil 333 números de cédula
inexistentes, más de 3 mil cédulas de ciudadanos menores de edad y 1 mil
335 privados de libertad. De esas firmas invalidadas, 307 mil 747 no
cumplieron con uno o más criterios y 97 mil 158 planillas sólo contenían
datos en un campo: 86 mil 337 sólo tenían el nombre y el apellido, 80
mil 105 sólo la huella del elector, 18 mil 338 sólo el ciudadano a
revocar, 7 mil 823 sólo el cargo a revocar, 1 mil 805 sólo la firma y
396 sólo la cédula del elector. La verdadera razón por las que fueron
suspendidas las fases del proceso por las autoridades venezolanas.
¿?“Niveles actuales de pobreza son superiores a los de finales de los años noventa”.
Al
igual que en el informe pasado, esta falacia se basa en la Encuesta de
Condiciones de Vida de 2016 de la Universidad Católica Andrés Bello, la
Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar, que
afirma que existe actualmente un nivel de pobreza de 81%, mucho mayor al
58% registrado durante la época neoliberal del Caracazo. En ninguna
parte del informe clarifica a qué se refiere con «pobreza», dejando el
tema a la interpretación subjetiva. Las estimaciones estadísticas
constituyen una vaguedad con respecto a la situación económica real de
Venezuela.
Luis
Almagro expone estas cifras sin apego a mínimos parámetros
internacionales, pero al mismo tiempo oculta el papel del empresariado
privado venezolano en los efectos sensibles de la situación económica
actual. El sector privado controla más de la mitad de la oferta de
productos del país y la utiliza, en el caso de Empresas Polar, como un
arma económica de acuerdo a la coyuntura política.
Pero
dos datos (omitidos por Almagro) sirven para contrastar cómo, aún en
medio de estas dificultades innegables, el Gobierno venezolano ha
logrado contener los efectos de la guerra económica: la FAO/ONU en 2016
reconoció al Estado venezolano por “crear el mejor sistema de
distribución de alimentos”, logrando disminuir los niveles de
inseguridad alimentaria de la población. Hace tan sólo cinco días la
encuestadora Hinterlaces publicó una encuesta que refleja cómo el 53% de
los venezolanos se han beneficiado de los Comités Locales de
Abastecimiento y Producción (CLAP), una política alimentaria para
distribuir directamente rubros esenciales a la población.
¿?“Maduro restringe la libertad de expresión y ataca a los medios de comunicación independientes”.
Para
hablar sobre los supuestos atropellos a la libertad de expresión por
parte del Gobierno venezolano, Almagro cita algunos casos recientes que
poco tienen que ver con libertad de expresión y mucho con propaganda de
guerra. Trata las sanciones a CNN en Español como un ataque a la
libertad de expresión, el caso más reseñado dentro de esta parte del
informe.
Pero
Almagro no dice, por ejemplo, que el “reportaje” sobre la venta de
pasaportes venezolanos en el Líbano es usado como argumento para inferir
que Hezbolá y Venezuela planean un ataque terrorista en los EEUU, con
Marco Rubio de protagonista, con lo cual queda reflejo del interés
político de la agresión mediática. Almagro igualmente invisibiliza a
Misael López, el ex funcionario diplomático utilizado para el reportaje
de CNN. Reseña una nota de Telesur que “Misael López mantiene una
relación personal con Ana Argotti, quien es la actual abogada de Lilian
Tintori”, lo cual infiere su relación con el partido Voluntad Popular.
Este exdiplomático fue despedido en 2015 y las pruebas mostradas por la
Cancillería venezolana deja en evidencia que forjó su pasaporte. Estas
irregularidades y las graves acusaciones realizadas por López,
posibilitaron las sanciones contra CNN por parte del Estado venezolano.
¿?“La crisis humanitaria”.
Luis
Almagro en este apartado comenta que Venezuela está viviendo una
“crisis humanitaria” por la existencia de altos precios en bienes
esenciales y escasez selectiva de algunos rubros de la canasta básica,
omitiendo los efectos que ha tenido el uso del dólar paralelo como arma
económica y el fraude importador de la empresa privada en este proceso,
ampliamente registrado por Misión Verdad. Con base en esto Luis Almagro
intenta presionar por la apertura de un canal humanitario que tenga como
principal gestor a la OEA. El concepto de “crisis humanitaria” es
erróneamente utilizado en el informe ya que sólo es aplicable, según la
ONU, a desastres naturales y conflictos bélicos de mediana y alta
intensidad, que dejan a la población en una situación de vulnerabilidad
que pone en riesgo su vida.
La
experta opositora en el tema, Susana Raffalli, entrevistada
recientemente por Prodavinci comenta que la resolución de la crisis
económica a base de “ayuda humanitaria” es un mito, ya que en Venezuela,
con sus innegables dificultades, no está ni cerca de crisis
humanitarias verdaderas en otras regiones del planeta. A su criterio,
sólo existe esta situación cuando la población está en extremo alejada
de establecimientos que dispensen comida, producto de guerras o
desastres naturales. Al no aplicarse esta condición, no existe crisis
humanitaria en Venezuela y por ende cualquier rescate es sólo una excusa
para intervenir paulatinamente a Venezuela.
¿?“El servicio de la deuda parece insostenible”.
Con
base a datos emitidos por el Centro de Desarrollo Internacional de la
Universidad de Harvard, dirigido por el sicario financiero, Ricardo
Hausmann, el Banco Mundial y el Foro Económico de Davos, Luis Almagro
afirma que Pdvsa (la principal industria nacional) no puede sostener sus
pagos de deuda, intentando imprimirle una imagen negativa a la economía
venezolana y un ataque a la credibilidad del sistema financiero
nacional. Luis Almagro omite que Pdvsa y el país han honrado todos sus
compromisos internacionales de deuda. Hasta enero de 2016 el país pagó
27 mil millones de dólares (deuda de 2014 y principios de 2015), sumando
un total de 40 mil millones de dólares hasta finales del año pasado. A
principios de 2017 todos los compromisos de deuda han sido cancelados.
Pero
Luis Almagro silencia factores mucho más peligrosos: los bancos
Citibank y JP Morgan, y las calificadoras de riesgo estadounidenses
Standard and Poor’s y Moody’s, sabotearon las operaciones de pago de
deuda de Pdvsa y su plan de canje de bonos el año pasado, levantando
alarmas de "default", cerrando las cuentas de corresponsalía de la estatal
petrolera, alterando el riesgo-país y elevando las calificaciones
negativas. Una operación orquestada para bloquear los pagos de Venezuela
y afectar sensiblemente su sistema financiero. Quien le sirve de fuente
primaria, el sicario Ricardo Hausmann, ha sido uno de los gerentes del
bloqueo financiero contra Venezuela.
¿?“La congelación de activos impide al vicepresidente tener acceso a una fortuna estimada en 3 mil millones de dólares”.
Este
quizás es el punto donde el informe de Luis Almagro pierde la poca
credibilidad que le había quedado el año pasado. Apoyando las sanciones
del Departamento del Tesoro contra el vicepresidente de Venezuela,
Tareck El Aissami, el secretario general de la OEA resalta que el
funcionario venezolano no podrá tener acceso a 3 mil millones de
dólares.
Luis
Almagro no incluye en el informe las declaraciones de Tareck El
Aissami, donde afirma que no tiene propiedades o activos financieros en
los Estados Unidos, lo cual hubiera podido ayudarle para construir una
imagen de pluralismo y neutralidad. Pero no. Da como cierto lo que es
una estimación de la agencia Bloomberg y de la OFAC, luego replicada por
el Miami Herald (medio utilizado como fuente) sin hacer énfasis en que
esas pruebas son inexistentes y una mera especulación para legitimar las
sanciones. La misma OFAC, que viene diciendo desde 2015 que persigue
sanciones contra funcionarios venezolanos, nunca ha revelado que esté
investigando ese supuesto capital.
Recursos y Métodos de la propaganda de guerra utilizados en el Informe
Señala
el investigador Greg Simons, en un texto sobre la guerra información
contra Siria, que recursos como el falso dilema y las generalidades
brillantes (entre otros), han sido utilizados para legitimar a los
mercenarios y terroristas apoyados por los Estados Unidos y la OTAN.
Salvando las obvias distancias entre ambos conflictos, el informe de
Luis Almagro también puede ser analizado a la luz de estos dos recursos
de la propaganda de guerra, en la actualidad absorbidos por la academia
en forma de publicidad y comunicación política.
En
este sentido, ambos recursos son usados para plantearle al
objetivo-audiencia un conjunto de vagas generalidades (las generalidades
brillantes de las que habla Simons), para confundirla y forzarla a
aceptar argumentos falaces, imprecisos y manipulados, como los que
expone Luis Almagro en su informe.
De
igual forma se posiciona en el informe el recurso propagandístico del
falso dilema, proyectando la apariencia de estar eligiendo entre dos
opciones, cuando realmente se propone un solo extremo: el de apoyar una
salida no constitucional a la coyuntura venezolana. Todo lo contrario a
esa decisión, será entonces interpretado como un apoyo a “la dictadura”
venezolana.
Forzar el Golpe, estimular la narrativa del Paraestado
En
la parte final del informe, como también en su desarrollo, se emiten
“recomendaciones”, entre las cuales destacan la realización de
elecciones generales a la mayor brevedad posible, la apertura de un
canal humanitario y la renovación de todos los poderes públicos, entre
otras exigencias repetitivas como retirar el desacato que pesa sobre la
Asamblea Nacional y la liberación de políticos presos por actividades
criminales de distinta índole. Todas exigencias que contravienen las
leyes de Venezuela y estimulan la generación de condiciones para un
golpe de Estado.
Pero
a medida que se delinea un escenario de intervención por delegación a
través de la OEA de toda la institucionalidad venezolana, también se
prefigura una narrativa de suplantación del Estado venezolano.
Ese
proceso colocaría, según sugiere entre líneas el informe, como único
nexo entre las gestiones (financieras, humanitarias y políticas) de la
OEA y la “soberanía venezolana” a la Asamblea Nacional, configurando así
un Paraestado que desplace a las autoridades legítimas del país, en
franca violación de la legislación internacional y el principio de
autodeterminación de los pueblos de la ONU. Este es el punto clímax del
choque institucional y el golpe continuado (en su esferas económicas e
institucionales) que ha generado el antichavismo desde principios de
2016, cuando precisamente comenzó a buscar en el ámbito internacional
ser reconocido como único interlocutor válido para aproximarse a la
cuestión venezolana.
El
mismo formato aplicado contra Siria y Libia, cuando las instituciones
multilaterales globales y de esas regiones reconocieron a mercenarios y
terroristas financiados por los Estados Unidos como la única
representación política válida de esas poblaciones, y por ende, el único
vínculo con la comunidad internacional. El único canal de comunicación
con el mundo, el comercio, las finanzas, lo más sensible que constituye
al Estado moderno dentro del concierto de naciones. El informe dispone
de una narrativa para que, efectivamente, eso deje de ser reconocido en
beneficio de los gestores locales de la intervención.
Los
ejemplos y las tragedias sobran en la historia reciente cuando se habla
de informes presentados por operadores de los Estados Unidos contra
países soberanos. De nuestra parte queda entender estos mecanismos y
recursos aplicados con anterioridad para desarmarlos a tiempo.
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