El pasado 19 de enero del 2006, sobre las 9 am, se desarrolló en la
finca “Jardines de Bellamar” en la provincia de Matanzas, el
Seminario de Educación Ambiental, Educando sobre la importancia de los
murciélagos como servidores ecosistémicos y regenadores de bosques.
Espacio
que lideró Yoel Monzón González, director de CUBABAT: Proyecto para la
conservación de los murciélagos y sus hábitats, creado para el estudio y
la conservación de los quirópteros cubanos y sus refugios.
Dichos
nichos pueden ser desde las conocidas cuevas y grutas de nuestro
hermoso carso, hasta determinadas especies de palmas, en cuyas hojas
secas suelen crear sus colonias, así como las hendiduras naturales de
los árboles o los espacios cedidos por las construcciones humanas.
Esta
vez participaron en el seminario de carácter provincial: estudiantes de
la sede pedagógica de la Facultad de Biología, profesores de la
Universidad de Matanzas y profesores de la enseñanza media, maestros
primarios, especialistas de la Empresa Provincial de Flora y Fauna,
promotores de naturaleza, miembros de la Fundación Antonio Núñez Jiménez
de la Naturaleza y el Hombre, y comunitarios.
El
debate estuvo centrado en cómo a partir de los círculos de interés, las
sociedades científicas y el trabajo comunitario, se puede continuar
divulgando y desarrollando una cultura conservacionista que permita dar
el justo lugar a nuestros murciélagos, hoy amenazados en muchos lugares
por la destrucción de sus hábitat, consecuencia de la ignorancia y el
comportamiento irresponsable tanto de personas naturales como de
personas jurídicas.
En
el mismo seminario se tomaron acuerdos para la expanción de acciones
encaminadas a consolidar la labor del proyecto CUBABAT a partir de
incrementar su voluntariado.
Los
murciélagos, quienes entre sus funciones tienen el mérito biológico de
ser dispersores de semillas y probablemente los más importantes
controladores de las poblaciones de insectos tan molestos y peligrosos
como los mosquitos, además de ser polinizadores, merecen al decir de
Monzón, el respeto y la voluntad de todos los cubanos para la
conservación de sus poblaciones.
Una
hipótesis planteada por este apasionado especialista es que, la
disminución de las poblaciones de murciélagos por diversas causas, casi
todas ligadas a la acción del hombre, puede hacer que se incrementen las
manifestaciones de enfermedades tropicales asociadas al incremento de
poblaciones de incectos como el mosquito y que solían ser controlados
por nuestros quirópteros.
El
sueño de convertir la conservación de nuestros nocturnos mamíferos
alados es una cuestión de necesidad social, pesa sobre la acción de
educar desde el punto de vista ambiental y desde el lógico fomento de
una cultura de naturaleza. El proyecto CUBABAT paso a paso, convierte la
utopía en realidad, al ir sumando niños, jóvenes, estudiantes,
profesionales y gente común, a ese ejército de defensores de la
naturaleza y su diversidad.
Las
fotos que a continuación presentamos son el reconocimiento de La Joven
Cuba al trabajo de los miembros de tan interesante y laborioso proyecto.
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