23 de diciembre de 2015

Para evitar enfoques nacionalistas y populistas ahora la Historia de Cuba se escribe y edita… en Madrid

Por Cuba Información.



José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Sería un verdadero milagro que la gran industria editorial española -o estadounidense- publicaran un libro sobre Cuba –o ambientado en la Isla- que no sea un abierto alegato contra la Revolución, o que no contenga una fuerte carga despectiva o catastrofista.


Una novela de autoría cubana –de las muchas que se escriben cada año- que no responda a este esquema, sencillamente, carece de espacio en los catálogos de las grandes casas editoras internacionales (1). 


Y un ensayo que apoye –sea desde las posiciones más críticas- la legitimidad del proceso socialista cubano… está censurado de antemano (2).


¿Qué encontramos sobre Cuba en la gran industria editorial, aquella que cuenta con importantes circuitos de distribución, un gran apoyo mediático y una fuerte inversión en marketing? Libros sobre la supuesta “vida secreta” de Fidel Castro (3); novelas que narran la “atmósfera de miedo” de la sociedad cubana (4); biografías de empresarios que –aseguran- “fueron engañados” en Cuba (5); alegatos contra la “politización” del deporte en la Isla (6); ensayos de intelectuales neoliberales que promueven el derrocamiento del Gobierno cubano (7); o vivencias de excorresponsales en La Habana con la misma ideología de derechas (8) (9).


Hay incluso libros académicos de historia cubana editados… en Madrid. El diario “El País” promocionaba recientemente “Historia de Cuba”, volumen que forma parte de la colección “Historia de las Antillas”, que nos descubre –leemos- “un mundo fascinante de islas que no tenían su propia historia en español hasta que la elaboró un puñado de expertos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)” de España (10).


Pero ¿serán tan brutos en Cuba y en el Caribe que no han elaborado sus propios libros de historia? 


“El País” nos lo aclara mejor. Estos “expertos del CSIC” han elaborado esta “Historia de Cuba” y “de las Antillas” porque “muchos Gobiernos populistas de América Latina –nos dice- se han dedicado a manipular la historia para justificar sus políticas actuales”. Por ello “el empeño de Chelo Naranjo –la historiadora española que coordina el libro- en involucrar a nacionales y extranjeros tiene (aún) más mérito”.


La autora lo explica aún mejor: “los académicos locales siempre se atribuyen un mayor conocimiento de la historia de su país, pero yo creo que la apertura enriquece los análisis”. Y recuerda “lo fatigoso que fue luchar contra los prejuicios (…) (y) los patrones nacionalistas y culturales (…) de muchos académicos” de Cuba y otros países.


Naranjo se lamenta de que el volumen sobre Cuba, publicado en 2009, “fue prácticamente ignorado en la Isla”. Pero “para entonces –dice con alivio- ya había tenido una gran acogida en Estados Unidos”. Y esto –añade- en las claves internas de nuestra profesión, es síntoma de aprobación por parte de la comunidad académica”. Es decir, que el “síntoma de aprobación de la comunidad académica” de un libro de Historia de Cuba es que tenga acogida… ¡en EEUU!


“Historia de Cuba” es un compendio de quince ensayos de diferentes autorías (11). Pero, curiosamente, el período de la Revolución cubana es analizado por dos connotados ideólogos del capitalismo para Cuba: Rafael Rojas (12) y Carmelo Mesa-Lago (13). A este último se le reserva todo un capítulo completo. Y es que Mesa-Lago, a quien la autora define como “uno de los máximos expertos en (…) el estudio de las políticas económicas del régimen”, es –recordemos- el analista de cabecera del diario “El País” para la transición al capitalismo en Cuba (14).


Así funciona la libertad editorial. No olvidemos que, como la libertad de prensa, depende fundamentalmente de quién sea el dueño de la imprenta (15).

Notas:
http://www.cubainformacion.tv/index.php/lecciones-de-manipulacion/42375-rafael-correa-rompio-en-television-espanola-muro-de-censura-sobre-la-esencia-antidemocratica-de-los-medios-

1 comentario:

Anónimo dijo...
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