1 de diciembre de 2013

La naturaleza y el ser humano agredidos por el imperialismo

Por Nestor Guadaño



Hace exactamente doce años, un día como hoy estuve en un acto que defendía al euro como moneda europea. Recuerdo mi oposición a tal conjura de intereses mercantiles. Los hechos han demostrado el empobrecimiento de la población trabajadora, en general, y sobre todo la agresión del imperialismo mundial contra la fuerza de trabajo de los obreros, para abaratarla, logrando que una parte considerable de su sudor, la célebre plusvalía, sea mayor cada año llenando los bolsillos del capital oligarca monopolista.

Pero esta guerra de rapiña desencadenada en todo el mundo, tiene su punto de no retorno en la destrucción máxima de la naturaleza. El imperialismo es un cáncer que devora todo. Mentalidades, opiniones, y ahora mismo, el aire, el agua, la vida.

En la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y el Desarrollo que se celebró en Rio de Janeiro del 3 al 4 de Junio de 1992, las conclusiones no han sido tenidas en cuenta. Fue uno de los foros donde más claramente advirtieron miles de científicos de todo el mundo sobre la esencia de clase del capitalismo y su rumbo aniquilador para el futuro de la humanidad.

Diversos estudios (hoy irremediablemente superados por la realidad) afirmaban lo siguiente:

(1) "La propiedad privada se convierte en uno de los principales obstáculos en el camino hacia el desarrollo sostenible de la civilización".

"La historia humana ha alcanzado un punto de inflexión, es imprescindible un cambio social inminente: más de mil millones de personas, hoy en día, no son capaces de satisfacer sus necesidades básicas, ni podrán lograrlas sus hijos y nietos, porque el planeta Tierra requiere una auténtica revolución social, y no podrán pararse, porque.... los procesos de crecimiento económico, que dan lugar a un nivel sin precedentes de prosperidad y poder de la minoría rica, está explotando sin piedad por igual al hombre y a la naturaleza".

"El modelo capitalista de desarrollo, producción y consumo esta arrasando el medio ambiente, y tiende a destruir los medios de vida de los que nada tienen y de los que roban todo. Siguiendo este camino se producirá el colapso de la civilización humana"

Ninguna de las conclusiones fueron aceptadas por las multinacionales norteamericanas y europeas, dominadas por los truts petrolíferos y automovilísticos.

En esta conferencia se destacó por muchos asistentes, especialmente de los países subdesarrollados, que tanto las multinacionales y agencias gubernamentales de los países imperialistas, obtienen sus ganancias mediante el robo y el chantaje. En la mayoría de las veces mediante las armas económicas de las deudas impagables de esos países. Pero en una forma silenciosa mediante las medias y ongs., supuestamente neutrales.

Las conclusiones científicas, hoy plenamente demostradas, alertaban que para las grandes corporaciones lo "ecológico y verde" era un mercado, y a este mercado que lleva a la catástrofe ambiental, todo vale.

El asesinato por hambre de cientos de miles de personas cada año, la destrucción sistemática de los pulmones verdes del planeta (Amazonia, Siberia, África, Asia, etc.).

Si para lograr su propósito hay que invertir en partidos "verdes", que defiendan este mercado de destrucción amparándose en la "esquilmación sostenible", lo hacen. Si hay que llegar antes "que la competencia", y preservar cotos de caza en tierra o mar, "donan" a organizaciones como "Greenpeace" para que hagan el trabajo sucio, con acciones "propagandísticas", pero que no supongan una denuncia del sistema social imperialista.

Estos activistas se callan, se muerden la lengua con los dólares que reciben. Defienden la propiedad privada de los medios de producción, explotación y comunicación. Las causas directas del desastre natural que está corroyendo el planeta, tiene nombres y apellidos, es la existencia misma de la producción capitalista mercantil e industrial. 

Las recomendaciones de la Conferencia fueron estériles, porque solamente recomendaba preservar el dominio público, la propiedad pública de la producción. Pero lo que garantizará efectivamente el proceso destructivo mundial, es precisamente una Revolución Social tanto en la producción como en las relaciones humanas. 

Porque son desastres socio-económicos y ante los hechos consumados hay que dar soluciones radicalmente distintas a las aportadas. 

Por ellos para la preservación del medio ambiente, la satisfacción de las necesidades básicas de la población mundial de la actual generación y las venideras, hay que erradicar el capitalismo monopolista de estado. No hay camino intermedio, o Socialismo o Barbarie. 

1.- Intervención en la Conferencia de Maurice Strong. París 1993. Papeles de la Unesco.

No hay comentarios: