Últimamente en los medios de comunicación, en páginas web de todo el mundo, bitácoras y comunicaciones que nos llegan por facebook, entre trabajadores y personas que luchan contra los efectos de la sociedades imperialistas, van compartiendo diferentes experiencias. La mayoría se quedan entre los internautas. Pero con esas cartas, con sus recuerdos, van desgranando que en el Socialismo no todo era perfecto, pero era una sociedad más libre e igualitaria, con más bienestar con sus deberes y derechos, sabiendo que el esfuerzo era recompensado para cada trabajador, muy diferente a la actual sociedad. Inclusive en las repúblicas socialistas soviéticas de Asia. Iremos traduciendo estas cercanas páginas, retazos de la auténtica vida soviética, para que los jóvenes sepan que otra sociedad, mejor y más justa para los obreros, es posible.
Una de estas cartas, por su crudeza y su sencilla relación con la URSS, la transcribimos, traducida.
Una de estas cartas, por su crudeza y su sencilla relación con la URSS, la transcribimos, traducida.
Extraído de Nostalgia/USSR. СССР, то ли ещё было. Traducción Marina Svetlova
Yo nací y viví la mayor parte de mi vida en Asia Central. Mi bisabuelo era un trabajador del ferrocarril y servía en el ferrocarril de Asia Central, y mi abuela nació en el territorio de la actual Turkmenistán en 1905. Es decir, nuestra familia vivía en Asia central a lo largo de la vida de casi cuatro generaciones.
Puedo decir que en la Unión Soviética, vivíamos bien, del mismo modo que moraron las personas que me rodeaban. Sé que todo lo dicho sobre el hecho de que los rusos eran colonialistas en Asia Central, y que todos ahí trabajaban para ellos, es una tontería. En las universidades, en primer lugar se admitían a los estudiantes indígenas. Mi compañera rusa incluso cambió su apellido y tomó el apellido de su padrastro y su nacionalidad para tener más facilidades para el ingreso a la universidad. Mi padre trabajó toda su vida como profesor de secundaria, así que sé de lo que hablo.
Yo nací y viví la mayor parte de mi vida en Asia Central. Mi bisabuelo era un trabajador del ferrocarril y servía en el ferrocarril de Asia Central, y mi abuela nació en el territorio de la actual Turkmenistán en 1905. Es decir, nuestra familia vivía en Asia central a lo largo de la vida de casi cuatro generaciones.
Puedo decir que en la Unión Soviética, vivíamos bien, del mismo modo que moraron las personas que me rodeaban. Sé que todo lo dicho sobre el hecho de que los rusos eran colonialistas en Asia Central, y que todos ahí trabajaban para ellos, es una tontería. En las universidades, en primer lugar se admitían a los estudiantes indígenas. Mi compañera rusa incluso cambió su apellido y tomó el apellido de su padrastro y su nacionalidad para tener más facilidades para el ingreso a la universidad. Mi padre trabajó toda su vida como profesor de secundaria, así que sé de lo que hablo.
Por cierto, entre la gente de las nacionalidades locales hubo pocos obreros, ellos no tendían a trabajar en las fábricas, prefiriendo ser médicos, trabajar en el comercio, etc. Mi madre trabajó durante 50 años en la fábrica de aviones, que producía (aerobuses) grandes aviones y aviones de transporte pesado, y yo también estaba trabajando allí, así que de nuevo, sé lo que digo...
Al igual que todos los demás, íbamos a recoger el algodón, viviendo allí durante 2-3 meses, hasta la caída de la nieve. Cuando dicen que Rusia alimentaba a las periferias nacionales, de nuevo sé que esto no es verdad, porque nuestra periferia abastecía de algodón a todo el país. En el cultivo de algodón se utilizaban los defoliantes (sustancias químicas que causan la caída de las hojas de las plantas), puesto que las hojas impiden a las máquinas quitar las cáscaras de algodón. Los defoliantes son sustancias sumamente peligrosas que afectan a la herencia humana. Y todos nosotros, los que participaron en la campaña de algodón, respirábamos esa porquería, bebíamos el agua potable, que podía contener los defoliantes, etc.
Así que las periferias nacionales con creces pagaron con su trabajo el abastecimiento, que se dice que era mejor que en Rusia. Pero tuvimos un país para todos y no distinguimos de qué nacionalidad era cada uno, en mi entorno así era. Pero la Unión Soviética dejó de existir, y todo cambió. Rusia para mí, personalmente, no ha sido la madre sino la madrastra.
Recuerdo que en el año 2.000, V.Putin llegó a nuestra ciudad, recién elegido presidente. Pueblo ruso salió y se paró en la orilla del camino, donde iba a pasar V.Putin con su escolta. Fueron a saludarlo voluntariamente, porque asociaban a esa persona con la esperanza que podría traer el bien. Tenían la esperanza de que Rusia necesitaba de ellos y que ella no iba a abandonar a sus hijos. ¡Ingenuos! En 2001, Putin firmó la ley de ciudadanía, según la cual los rusos de las antiguas repúblicas soviéticas se quedaron a la par que los negros de Zimbabwe. Personalmente, yo, una mujer rusa, solicité con ahínco la ciudadanía rusa durante 7 años. Y mi caso no es excepcional, conozco un montón de gente como yo. Y sin ciudadanía era imposible conseguir un trabajo decente, obtener una educación, etc. Creo que eso no podría pasar en un país democrático como Alemania, que recoge los alemanes de todo el mundo, ni en Israel ni, de hecho, en cualquier otro lugar. Según entendí, era una política estatal de Rusia: dejar de lado los rusos de las antiguas repúblicas soviéticas.
Creo que esta Rusia nos necesitaba como unos rehenes, como herramienta de influencia. Ahora, las autoridades parecen haber cambiado de repente su política al respecto, instan a los ciudadanos rusos a regresar a su patria histórica, pero ahora es tarde: casi todos ya se han ido afuera, por las buenas o de forma ilegal.
Por lo tanto, nunca aceptaré que la URSS era una cárcel de naciones, y que vivir en ella fuera tan malo. Yo trato con normalidad a las personas de las antiguas repúblicas que vienen a Rusia a trabajar. Se ven obligados a hacerlo para no morir de hambre. Yo no sé a quién trajo la felicidad la destrucción de la Unión Soviética, creo que a la gente normal ha sido poco probable. Invito a todos los que alguna vez vivieron en las antiguas repúblicas de la Unión Soviética, a compartir sus recuerdos e impresiones.
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