Por Osmany Sánchez. Enviado desde La Joven Cuba.
No es la nuestra una sociedad perfecta, el día que pensemos que lo es entonces estaremos retrocediendo. Una de las características de una Revolución es que debe estar siempre en constante movimiento –sino no lo es- y para eso es esencial identificar cuáles deben ser sus prioridades.
Un viejo axioma nos dice que “el pueblo que olvida su historia está condenado a volver a vivirla” lo que en el caso de Cuba significaría regresar a un pasado que aún nos llega cargado de prostíbulos, drogas, juegos, mafias, gobiernos entreguistas y sobre todo mucha pobreza y desigualdad social aunque algunos se empeñen en presentarlo como un paraíso terrenal.
Conocer nuestra historia y a nuestro héroes nos ha permitido llegar hasta aquí y la mayor muestra de que lo que digo es cierto, es el interés que siempre han mostrado los ideólogos de la contrarrevolución en tratar desvirtuar la imagen de esos héroes. Quizás el mayor blanco de esos ataques ha sido la figura del Che.
Hace poco leía dos artículos escritos con pocos días de diferencia donde se criticaba el “adoctrinamiento” que llevaba a cabo el gobierno cubano con los niños. Desde hace tiempo quería referirme a este tema y ahora tomo estos dos artículos como referencia. Respeto el derecho de Lilianne Ruíz y Yenisei Rodríguez a expresar sus criterios, espero que también respeten los míos.
En su post Lilianne nos dice que “Llevaba algún tiempo disgustada por tener que aceptar que mi hija aprende a leer en oraciones que mezclan los recuerdos y sentimientos de la infancia con los intereses políticos del Estado.” Y que en algún momento enviará un informe a Amnistía Internacional quejándose del mal trabajo de la UNICEF en Cuba, pues esta no se ha pronunciado “respecto al adoctrinamiento político que reciben los niños aquí”.
A modo de ejemplo Lilianne nos muestra una foto de un libro de texto escolar donde aparece un miliciano y debajo un texto que dice así:
El miliciano tiene un fusil.
Él ama la paz.
En manos buenas,
Un fusil es bueno.
No se trata de una foto real, por lo tanto ese miliciano pudo ser uno de los que combatió en Girón contra los mercenarios que armados y entrenados por el gobierno de los Estados Unidos invadieron nuestro país para recuperar sus propiedades y volver a convertirlo en el imperio de la droga y la mafia. No debemos olvidar que la brigada estuvo compuesta, entre otros, por 100 latifundistas, 24 grandes propietarios, 67 casatenientes, 112 grandes comerciantes, 194 ex militares del régimen de Batista (entre ellos algunos torturadores y asesinos), 35 magnates industriales y 112 lumpens.
Ese miliciano también puede ser también uno de los que combatió a las bandas armadas por la CIA que cometieron múltiples asesinatos en nuestro país. No estaban estas bandas –como pretenden hacernos creer- integradas por campesinos que luchaban por sus derechos sino por personas sin escrúpulos que sembraron el terror en las zonas donde operaban, incluyendo el asesinato de niños y maestros brigadistas.
A nuestros niños hay que enseñarles esa parte de nuestra historia y sus protagonistas. A diferencia de otros países considerados democráticos donde a los niños se les enseña a disparar, a amar la guerra e incluso son reclutados para el ejército, el texto antes mencionado les enseña a amar la paz y a solo utilizar las armas para defender causas justas.
Casualmente –o quizás no tanto- también Yenisel se cuestiona el rol de la UNICEF en Cuba por no pronunciarse sobre ese tema. En este caso además de las frases rimbombantes de rigor como “deslegitimada ideología “de la Revolución Cubana”” o “panfletos ideológicos” la autora no aporta mucho realmente como para sostener un debate.
Si en Cuba se usan conceptos como “Patria o Muerte”; “Estudio, Trabajo y Fusil” o “Imperialismo” es porque están intrínsicamente relacionados con nuestra Revolución y no porque se nos quiera imponer por la fuerza.
El programa que tanto le molesta a Yenisel y al que califica como “el programa líder en la campaña mediática del gobierno que busca adoctrinar a la más joven de las generaciones de cubanos” es “Para saber mañana”. Cualquiera puede pensar que se trata de un espacio de una o dos horas dirigido por ideólogos comunistas pero en realidad estamos hablando de un programa de 3 minutos, conducidos por niños y donde se refieren a las efemérides del día.
Tomando como ejemplo la cartelera de la televisión cubana para esta semana nos enteramos que las efemérides para el lunes 11 de febrero son: 1899 Inauguración del Museo Bacardí, gracias a los esfuerzos de Emilio Bacardí, ese día también pero de 1804 Tomás Romay aplica la vacuna antivariólica y en 1809 nace Charles Darwin quien sentó las bases de la moderna teoría de la evolución. Como curiosidad los niños que conducen el programa –recuerdo que su duración es de 3 minutos- nos dicen que el país más pequeño del mundo es el Vaticano.
Si Yenisel estuviera molesta por las series o películas que pasan por nuestra televisión y que son muy pocos lo valores positivos que aportan, entonces estaría de acuerdo con ella pero arremeter contra ese programa de televisión y además calificarlo como el programa líder de una campaña mediática, me parece francamente una exageración.
Me gustaría ver la cara del representante de UNICEF cuando le lleven esos informes. Imagino que se preguntará: ¿adoctrinamiento de los niños en Cuba? ¿Preocupados por los niños en Cuba?, le pasará la mano por el hombro y le enseñará las cifras de cuántos niños son víctima de las drogas, la prostitución o son asesinados para robar sus órganos y todo esto en “el mundo libre”.
No es la nuestra una sociedad perfecta, el día que pensemos que lo es entonces estaremos retrocediendo. Somos una sociedad en constante movimiento en la que los niños siempre han ocupado y ocuparán un lugar privilegiado.
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