Es el testamento vital de una niña de 14 años que vio como desaparecían poco a poco todos los miembros su familia víctimas del asedio de Leningrado. Una vieja libreta donde iba apuntando, con mediocre destreza, la fecha y hora de la muerte de padres y hermanos hasta quedarse completamente sola. Si Ana Frank conmovió por su precocidad literaria, Tatiana Sávicheva lo hizo simplemente por la entereza de un gesto que fue utilizado más tarde como prueba en los juicios de Núremberg. Esta es la historia con su desgarrador final.
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Retrato de Tanya Sávicheva y las nueve hojas de su insólito diario. Fuente
TRADUCCIÓN DE LAS 9 HOJAS DEL DIARIO
1.-Zhenia murió el 28 de diciembre de 1941, a las 12:30 horas.
2.-La abuelita murió el 25 de enero de 1942, a las 3:00 p.m.
3.-Leka murió el 17 de marzo de 1942, a las 5:00 a.m.
4.-El tío Vasia murió el 13 de abril de 1942, 2 horas después de la medianoche.
5.-El tío Lesha el 10 de mayo de 1942 a las 4:00 p.m.
6.-La mamá el 13 de mayo de 1942 a las 7.30 a.m.
7.-Los Sávichev murieron.
8.-Murieron todos.
9.-Solo quedó Tanya.
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El sitio de Leningrado obligó a todas las familias pobres de la ciudad a trabajar en el ejército de la Unión Soviética para poder sobrevivir. Tatiana, con tan solo 10 años, se encargaba de cavar trincheras, construir barricadas y permanecer al acecho en tejados y cobertizos para apagar con la rapidez del juego de un niño, las bombas incendiarias que caían del infierno. Un trabajo tan digno como el de sus cuatro hermanos. Costureros militares, cepilladores, ensambladores de munición… y otras actividades propias de la edad de piruleta.
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El asedio a la ciudad de Leningrado. Fuente, 2, 3, 4
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El bloqueo de la ciudad por las tropas alemanas duró 872 días (1941-1944) durante los que murieron más de un millón de personas. El 90% lo hizo de hambre. La agonía por hambruna es eterna. La gente no rezaba por vivir, suplicaba morir rápido en alguno de los escarceos aéreos de la Luftwaffe. La muerte rondaba la calle mezclada con el agotamiento masivo de una ciudad derrotada físicamente. Los cadáveres eran despojados de las piezas dentales de valor, cortados sus dedos por las alianzas y hasta mutilados para justificar un canibalismo de urgencia. Son tristemente famosas las sopas de piel para alimentar a los niños famélicos…
Todo ello es historia. Historia contada por los protagonistas a través de sus diarios. Documentos que sirvieron para dar una oportunidad fiel a la memoria. No era anormal regalar a tus hijos un cuaderno para apuntar sus recuerdos. Lo que primero fue un juego, más tarde se convirtió en una prueba de la historia. El problema es que la mayoría de libros y papeles prendieron en estufas y hogueras para poder sobrevivir al duro invierno de asedio nazi. Sólo los caprichos de algún niño podían salvar aquellos preciados tesoros. Así ocurrió con los Sávichev.
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Tanya con su familia, antes del sitio de Leningrado. Fuente
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Tras la desaparición de una de las hermanas de Tatiana, su madre -Mariya Ignátievna- le regaló una pequeña libreta para honrar su memoria. Tatiana apenas sabía escribir pero la utilizó como involuntario epitafio de todos su estirpe.
El primer registro de diario de Tatiana es del 28 de septiembre de 1941. Su hermana Zhenia no volvió el día anterior de la fábrica donde montaba minas para el ejército. Estaba a siete kilómetros a pie de su casa y había comentado que después de sus dos turnos iba a donar sangre para traer una monedas. Murió congelada a la mañana siguiente en brazos de su hermana Nania, que salió a buscarla: 1.-”Zhenia murió el 28 de diciembre de 1941, a las 12:30 horas”
En el entierro improvisado de Zhenia, a las puertas del cementerio de Serafímovskoe, la madre pronunció unas palabras que serían reveladoras: “Nosotros te estamos enterrando, hija mía, pero ¿quién nos enterrará a nosotros?”
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Memorial Tanya Sávicheva. A las afueras de Leningrado. (San Petesburgo) Fuente
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Dos días después del cumpleaños de Tatiana, en 1942, los más débiles empezaron a caer. La abuela falleció en cama tras negarse a ingresar en el hospital. Un infierno de frío, desamparo y soledad: 2.-”La abuelita murió el 25 de enero de 1942, a las 3:00 de la tarde”.
Leka, el hermano mayor de Tatiana, no paraba en casa, trabajaba y pernoctaba en su fábrica y visitaba a su familia muy de vez en cuando. Una distrofia causada por una penosa alimentación acabó con vida a los 24 años: 3.-”Leka murió el 17 de marzo de 1942, a las 5:00 a.m.” La letra de Tatiana se torna cada vez más trémula y desigual. Puede barruntarse un deterioro físico y de habilidad según comparas los escritos: 4.-”El tío Vasia murió el 13 de abril de 1942, 2 horas después de la medianoche.”
Con la muerte de Vasia el empeoramiento de su coordinación es notorio y se percibe en los siguientes escritos. Tatiana tiene que hacerse cargo de su madre y su tío Lesha, muy debilitados por la inanición. Ella sola desmonta y trocea todos los muebles de las dos casas para quemarlos en la estufa hasta el final del invierno. Con la nota del fallecimiento de su tío, Tatiana ya omite la palabra ‘morir’ y pasa simplemente a apuntar su deceso: 5.-”El tío Lesha el 10 de mayo de 1942 a las 4:00 p.m.”
Tan solo quedaban ya su madre y ella a merced del tiempo. Parece que el caprichoso destino quiso que Mariya se marchara primero y así Tatiana pudiera escribir su última necrológica: 6.-”La mamá el 13 de mayo de 1942 a las 7.30 a.m.”
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Tatiana fue testigo de la cruel y lenta desaparición de toda su familia y se quedó completamente sola. No sabía que sus hermanos Mijail y Nina, dados por muertos en su huida, sobrevivieron al asedio y más tarde se encargarían de difundir su memoria. Por eso Tatiana, antes de ser ingresada en una guardería infantil, escribió los únicos silogismos de su breviario: 7.-”Los Sávichev murieron.” y 8.-”Murieron todos.”
La última de sus notas es una declaración muy cruel de soledad. Entre la victoria del que llega al final y la melancolía de su desgracia se intuye que Tatiana se barrunta lo peor. Pero todavía tiene la fuerza mental para puntualizar los hechos y, probablemente, firmar su destino: 9.-”Sólo quedó Tanya.”
Tatiana fue rescatada junto con otros 140 niños en agosto de 1942. Desnutridos y enfermos fueron trasladados a un hospital en el pueblo vecino de Krasni Bor. Todos los niños consiguieron sobrevivir y recuperarse de las dentelladas de la hambruna. Todos menos Tatiana que, después de perder la vista y sin remontar la cuesta de su desnutrición, murió de tuberculosis intestinal el primero de Julio de 1944, a los 14 años de edad. Una pena.
El diario de sesenta palabras nunca se publicó. Puede verse hoy el original en el Museo de Historia de Leningrado (San Petesburgo), y una copia en el Memorial Tanya Sávicheva.
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