26 de septiembre de 2010

Extraordinario informe sobre China del filósofo marxista italiano Domenico Losurdo


¡Viva la República Popular de China! (cartel de 1979)

Debemos mantenernos en la vía socialista (cartel de 1984)

El filósofo Losurdo ha integrado una delegación de Partidos Comunistas de Portugal, Grecia, España, Italia, Francia y Die Linke de Alemania que ha realizado una visita de estudio en China del 4 al 16 de julio por invitación del PC de China (PCCh). Ha producido un largo y extraordinario informe que revela elementos esenciales de la situación actual del socialismo en este país. Nos limitamos a destacar lo mas importante en espera de que alguien lo traduzca.

Losurdo ha sido impactado por la pasión autocrítica de los dirigentes del Partido, fábricas, escuelas y distritos con quienes se han reunido. Todos insisten en que el camino es largo y que enfrentan a numerosos y gigantescos problemas. Los comunistas chinos insisten en su importante descubrimiento teórico de que se encuentran en el “estadio primario del socialismo” que durará hasta la mitad del siglo XXI. Este descubrimiento plantea que la transición a una nueva sociedad es un fenómeno mas largo y complejo que lo previsto por nuestros clásicos Marx y Engels.

El filósofo ataca sin piedad al “esnobismo occidental” que considera “insignificante” el hecho de que centenares de millones hayan escapado a un destino que les condenaba a la desnutrición, al hambre, a la muerte por inanición gracias a las reformas impulsadas por el PCCh.

Dice que no se puede confundir el “socialismo de mercado” con el capitalismo y ofrece varias pruebas: el rol central y dirigente del Estado y del Partido sobre la economía está firme. La tierra sigue siendo de propiedad pública. El International Herald Tribune del 7 de julio publica la afirmación del profesor de la Universidad de Yale Chen Ziwu sobre el control de tres cuartas partes de la riqueza de China por el Estado. Newsweek del 12 de julio señala el creciente poder de las empresas estatales sobre la economía. Gracias a las reformas impulsadas por el camarada Den Xiao Ping las empresas estatales tienen una solidez y competitividad sin precedentes en la historia del socialismo.

Cuatro de los diez principales bancos del mundo son chinos. Pero esos bancos públicos tienen que responder ante una autoridad superior a la bolsa de valores: al PCCh que es quien nombra los altos cargos y quien posee sus acciones. Señala que la propiedad privada está sometida a varios contrapesos: los comités del Partido y al sindicato en su interior, a los créditos que recibe de la banca pública, a las presiones para que los beneficios sean reinvertidos en desarrollo tecnológico de la empresa y en obras sociales.

Señala que la cooptación de los nuevos burgueses por el Partido ha cortado la cabeza de una eventual dirección política burguesa.

Indica que Bo Xilai, el jefe político de la macrourbe de Chongqing, se afirma cómo un futuro miembro influyente de la quinta generación de dirigentes que saldrá del futuro 18 Congreso del Partido a realizar dentro de dos años, ante lo cual ya se han abierto luchas políticas. Señala que ha sido la lucidez de Den Xiao Ping la que impuso una nueva forma de hacer política en la que los grupos dirigentes son objeto de un detenido proceso de selección y ocupan cargos temporalmente y no de por vida y sin culto a la personalidad y personalización del poder como ocurrió con la primera generación de dirigentes en torno a Mao, lo que ha dado “excelentes resultados”.

Señala que los comunistas no aceptan las polarizaciones sociales y que tras diez años de lanzada la consigna “Vamos al Oeste” para desarrollar las regiones atrasadas del centro y oeste del país, ya se pueden ver resultados en Tíbet y Mongolia, donde el crecimiento económico es superior a la media nacional. No tiene dudas la concepción de que el socialismo no es la distribución equitativa de la pobreza sino el desarrollo de las fuerzas productivas para destruir la miseria.

Hoy se resuelven problemas ecológicos porque se ha superado la fase en que la prioridad absoluta era el despegue económico para poner fin a la desnutrición y miseria masiva. Hoy es posible promover un ecologismo en China que garantiza a la vez la vida y salud de los árboles y flores y de hombres y mujeres.

En fin, un informe apasionante con muy profundas observaciones para un debate sin fin.

Gracias, Losurdo.

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