Por Alexéi Timofeíchev, publicado en Russia Beyond.
Antes de la Revolución de 1917, apenas había varias docenas de guarderías en todo el Imperio ruso. Todo cambió drásticamente después de que los bolcheviques asumieran el poder y comenzaran a hacer realidad sus consignas sobre la igualdad de la mujer y a propagar su participación activa en todas las áreas de la vida social. Debido a ellos se desarrolló una red de instalaciones para preescolares.
Lenin llamó a las guarderías y a los jardines de infancia “brotes del comunismo”. Según él, estas instalaciones “podrían liberar a la mujer realmente, disminuyendo y eliminando su desigualdad con respecto al hombre, mediante el aumento de su papel en la producción social y la vida social”.
Desde mediados de los años 20, se creó una red de jardines de infancia tanto en las ciudades como en el campo. En 1941, dos millones de niños y niñas soviéticos asistían a guarderías y jardines de infancia. En 30 años, la cifra aumentó hasta los 12 millones.
En 1959, se introdujo un
nuevo sistema que unía las guarderías y los jardines de infancia. De
manera que el Estado se hacía cargo de los niños desde que tenían dos
meses, hasta que cumplían siete años y podían ir a la escuela.
Cuando se produjo la Revolución bolchevique, el grado de analfabetismo en el Imperio ruso era notablemente bajo. A finales del siglo XIX, el 21% de la población era analfabeta. Los soviéticos lanzaron una campaña llamada “Likbez” (Liquidación del Analfabetismo) y crearon una red de oficinas por todo el país. Sin embargo, en 1926 tan solo habían sido alfabetizadas un millón de personas.
Al mismo tiempo, para 1939, gracias al programa educativo “Likbez”, alrededor de 40 millones de personas adquirieron habilidades básicas de lectura. Sin embargo, el gran avance tuvo lugar en 1930, cuando se introdujo la educación primaria universal. A principios de la década de 1940, ya se había resuelto el problema del analfabetismo masivo.
Las primeras décadas de la existencia de la URSS fueron un periodo de grandes experimentos educativos. Uno de ellos tenía que ver con la historia, que se estudiaba caóticamente en el marco de otras ciencias sociales. No fue hasta 1934, que la historia fue “rehabilitada” y regresó a las escuelas.
La Gran Guerra Patria
afectó gravemente a toda la infraestructura educativa. Tomó años reparar
los daños provocados por la invasión de Hitler. Las autoridades
hicieron un gran esfuerzo para aumentar el nivel de la educación
secundaria. Se empezó a prestar más atención a cada alumno en particular
y se introdujeron una serie de beneficios para los profesores.
En el contexto de la Guerra Fría y de la intensificación de la competencia tecnológica, el Estado soviético comenzó a prestar cada vez más atención a las ciencias exactas, especialmente las matemáticas. Se dice que el auténtico boom de esta disciplina comenzó a finales de la década de 1950. En esta época se crearon escuelas especiales de matemáticas. Los graduados de estas escuelas fueron los que obtuvieron los logros del programa espacial soviético, a partir de la década de 1950.
Además de la educación escolar como tal, en la URSS existía también había una red de clubes especiales a los que los alumnos podían asistir gratuitamente y estudiar un gran número de materias: desde fotografía hasta diseño aeronáutico.
Resulta difícil recordar la escuela soviética sin mencionar a los pioneros, la versión soviética de los boy scouts. Aunque sus actividades tenían cierto aire ideológico, en esencia se dedicaban a algún tipo de voluntariado: recolección de papel usado o de piezas de metal para su posterior reutilización. También se adquiría experiencia en la administración de las tareas de uno mismo y se ayudaba a los ancianos.
En la URSS también se dedicaron amplios recursos al desarrollo de la educación superior. Inmediatamente después de la Revolución, los bolcheviques establecieron decenas de nuevas universidades. En la década de 1930 se fundaron todavía más, cuando el programa de industrialización a gran escala necesitó nuevos especialistas. Más tarde, a partir de los años 50, se produjo una nueva ola de creación de institutos y universidades. En 1975, había casi cinco millones de estudiantes de educación superior.
Algunos de esos estudiantes eran personas de países en desarrollo, amigos de la URSS. En 1960, las autoridades soviéticas fundaron la Universidad de la Amistad de los Pueblos. El propósito declarado de esta institución consistía en dar una oportunidad a los jóvenes, especialmente a aquellos de origen no privilegiado, de lugares como América Latina, Asia y África.
El hecho de recibir una
educación superior en la URSS no solo significaba adquirir
conocimientos, sino también tener que hacer algún tipo de trabajo
manual. Durante la temporada de verano, los estudiantes formaban las
llamadas brigadas estudiantiles de construcción, que participaron en
algunas obras importantes para la economía soviética. La idea que lo
inspiraba era proporcionar a los estudiantes una ética laboral basada en
el respeto al trabajo.
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