Por Cuba Información.
Evelio Quevedo (1971), tras una dura experiencia de emigración en
Suecia, decidió regresar a su país, Cuba. Desde 2012 vive en su ciudad
natal, Holguín, donde regenta un pequeño negocio de alquiler de
habitaciones para el turismo internacional. Hoy -afirma- "soy la
persona más feliz y realizada".
Salió de la Isla en 1994, en el momento álgido del Periodo especial,
en el año de la Crisis de los Balseros. Al comienzo, al llegar a Suecia
vía Moscú, quedó deslumbrado con los cajeros automáticos, con el
consumo, con el alto desarrollo económico de aquel país del Norte de
Europa. Después, su experiencia como emigrante le hizo volver a la
realidad.
Entre 1994 y 2000, en Suecia, se mudó 23 veces de domicilio, para cambiar de colchón o de sofá: jamás tuvo una cama.
Evelio narra cómo robaba comida en los supermercados y cómo extraía
latas de los contenedores de basura, para luego vender el material. Y
recuerda cómo, muchas veces, se "manchaba de caca"en aquella operación.
Nos cuenta sobre el frío que pasó, sin un abrigo adecuado, en un país con temperaturas de hasta 20 grados bajo cero.
En 1997, un problema de espalda le lleva a los servicios
médicos de Suecia, donde le exigen 360 coronas por atenderle. Fue el
punto de inflexión en su experiencia como migrante.
Evelio narra lo que ocurrió a partir de entonces: "accedía a Internet y escuchaba Radio Reloj. También leía, debo decirlo, las webs de la contrarrevolución (`El Nuevo Herald´ de Miami, o `Cuba nuestra´, ubicada en Estocolmo). Y un día vi que el diario Granma tenía una sección de Cartas. Decidí mandar una, explicando mi historia y el pasaje del centro médico. Acabé el texto con un Viva Cuba y Viva Fidel". La carta se titula "No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde".
Evelio narra lo que ocurrió a partir de entonces: "accedía a Internet y escuchaba Radio Reloj. También leía, debo decirlo, las webs de la contrarrevolución (`El Nuevo Herald´ de Miami, o `Cuba nuestra´, ubicada en Estocolmo). Y un día vi que el diario Granma tenía una sección de Cartas. Decidí mandar una, explicando mi historia y el pasaje del centro médico. Acabé el texto con un Viva Cuba y Viva Fidel". La carta se titula "No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde".
Todo cambió a partir de entonces. "Un día llegué a la Embajada cubana
de Estocolmo para acompañar a un amigo". Allí, al presentarse, le
reconocieron como el autor de la citada carta a Granma. "Yo
tenía respeto, incluso miedo, a la Embajada, por el hecho de haber
salido del país. Pero se preocuparon por mí y desapareció ese miedo". Evelio comenzó a participar en sus actividades.
En 2004 se celebra en La Habana el 2º evento La Nación y la Emigración y Evelio se inscribió. "Allí
planteamos demandas al Gobierno cubano que luego se cumplieron, como
la supresión de la tarjeta blanca (permiso de salida) para viajar fuera
del país, y en general medidas de flexibilización para entrar y salir de
la Isla. Y en 2013 se aprobó la Ley Migratoria en Cuba: se nos escuchó
y tomó en cuenta".
"Yo sabía del bloqueo, pero no creía en él", admite Evelio Quevedo. "Yo le echaba la culpa de todo al Gobierno cubano", de "mis carencia en la Isla". Allí, en aquel evento, "me di cuenta de lo cruel del bloqueo". "Siempre me consideré un patriota, pero en aquel momento (La Habana, 2004) desperté".
"Yo sabía del bloqueo, pero no creía en él", admite Evelio Quevedo. "Yo le echaba la culpa de todo al Gobierno cubano", de "mis carencia en la Isla". Allí, en aquel evento, "me di cuenta de lo cruel del bloqueo". "Siempre me consideré un patriota, pero en aquel momento (La Habana, 2004) desperté".
Evelio no solo despertó a la crueldad del bloqueo, también al
caso de Los Cinco Héroes, que por vez primera se explicó públicamente.
Fue en aquel acto de la Nación y la Emigración. Y Evelio se convirtió a
partir de ese día en un activista por Los Cinco (presos políticos cubanos que estuvieron durante 16 años en cárceles de máxima seguridad de EEUU).
"Llegué a la conclusión de que luchar por los Cinco era luchar por la
Patria y era luchar por la Revolución". "Al regresar a Suecia
convocamos a la comunidad cubana y a la solidaridad para informar sobre
el caso de Los Cinco. Allí conocí a Vania Ramírez que, a pesar de ser
chilena, siempre la he considerado una compatriota". Vania es un ejemplo
de inquebrantable de militancia por Cuba y por Los Cinco en Suecia como
un antibiótico, y fue la fundadora y líder, durante muchos años, del
Comité por Los Cinco de Estocolmo.
"Pasé a formar parte también del Comité Internacional por la Libertad
de los Cinco Héroes Cubanos y participé en 8 de los coloquios por Los
Cinco celebrados en mi ciudad, Holguín", nos dice. También toma parte en
varios encuentros de la Emigración Patriótica Cubana en Europa, desde
el primero en París.
A partir de los coloquios en Holguín, Evelio comienza a trabajar
intensamente con el ICAP (Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos).
Finalmente, la decisión que tomó años atrás la lleva a la práctica, ayudado por ciertos cambios legales en la Isla. Vende
lo que poco tenía, dice adiós a Suecia y se instala en Holguín, donde
-asegura- ahora "soy la persona más feliz y realizada".
Hoy colabora de manera militante, desde Cuba, en las actividades del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos, colectivo heredero del desaparecido Comité Internacional por los Cinco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario