26 de enero de 2014

V. I. Lenin, sobre la Guerra y el Ejército.

Por E. I. Kopyshev. Mayor General de Aviación. Presidente del trabajo en la esfera militar. Secretario de Organización de la Ciudad de Moscú de "Comunistas de Moscú". Publicado en Comstol. info. Traducción Igor T.


En estos días de sagrada memoria del genio de la humanidad, líder del proletariado mundial, por causa del agravamiento de las contradicciones entre trabajo y capital, más el deseo de la burguesía mundial, que por cualquier medio, incluidos los militares, quieren imponer un nuevo orden para la humanidad con sonido americano, es de especial urgencia conocer el pensamiento de V. I. Lenin sobre los problemas de las fuerzas armadas.
Los clásicos marxistas siempre han prestado atención al trabajo militar. Especialmente se ha ocupado profunda y completamente Friedrich Engels desde una posición proletaria. En sus experiencias históricas, sobre la guerra y los conflictos armados, a partir de la base de la dialéctica materialista, y el enfoque de clase, Marx y Engels hicieron una serie de propuestas fundamentales que son comunes a todos los sistemas económicos, de la primitiva sociedad capitalista con previsión hacia el socialismo. Teniendo en cuenta la relación entre la guerra y la paz, mostraron que la guerra es la impulsan las sociedades explotadoras, y en una sociedad libre de explotación el principio fundamental es la paz, porque cada nación tiene un mismo dirigente, la clase obrera.



Al determinar las guerras sociales, Marx y Engels siempre estaban con las posiciones de los trabajadores, duramente criticados en las guerras como antinacionales, y señalaron la eliminación de las guerras con la eliminación de todas las formas de explotación. Primero señalaron el papel crucial que tiene la economía en el desarrollo militar. Engels escribió en el "AntiDühring": "Todo depende de las condiciones económicas, ya sea el ejército y la marina."
En respuesta al debate que se estaba efectuando en la sociedad alemana, sobre la creación de las Fuerzas Armadas, Engels dijo: "Será más y más coherente el principio del reclutamiento universal, porque a la vez que se reorganiza el ejército prusiano, también es de interés para la clase obrera de Alemania" ("La cuestión militar en Prusia y el Partido de los Trabajadores Alemanes" 11.2. 1865.)
Como recordatorio para las generaciones de marxistas, están las palabras de Engels, quién concluyó un trabajo conjunto con Karl Marx, "La Lucha de Clases en Francia de 1848-1850": "La hora de los ataques por sorpresa, de las revoluciones hechas por pequeñas minorías conscientes a la cabeza de las masas inconscientes ha terminado. Cuando se trata de una completa transformación de la vida social, las propias masas tienen que entender que la lucha por la que derramaron su sangre y el sacrificio de sus vidas, no es suficiente. La historia nos ha enseñado en los últimos cincuenta años. Y al fin, las masas se dieron cuenta de que necesitábamos en este tema una labor larga y persistente, y que a esta tarea, que ya estamos realizando ahora, obtendremos un éxito tal que llevará a la desesperación a nuestros adversarios".
Sobre el legado creativo del marxismo efectuado por V. I. Lenin, este elaboró una doctrina complementando a sus predecesores sobre la guerra y el ejército. Vinculando el movimiento revolucionario con las masas proletarias en Rusia a principios del siglo XX, especialmente durante la primera revolución rusa 1905-1907, y la Gran Revolución de Octubre de 1917. Poniéndolos en práctica contra la intervención de 14 estados y el ataque de la burguesía rusa y mundial, en la Guerra Civil de 1918-1922. En sus escritos y discursos, encontramos respuestas a muchas preguntas fundamentales, cuya solución niega hoy el poder burgués a las repúblicas de la antigua Unión Soviética, excepto Bielorrusia, y que inevitablemente se enfrentan a la restauración de la verdadera democracia en la forma de los Soviets, del camino socialista del desarrollo social y de la reconstrucción del Estado de la Unión de los pueblos hermanos en los principios socialistas.
Los socialistas siempre han condenado las guerras entre las naciones como bárbara y brutal. Pero al mismo tiempo, han defendido que la guerra es imposible detenerla sin destruir la abolición de las clases, y la creación de una sociedad socialista basada en que los medios sociales de producción, sean realizados sin la explotación del hombre por el hombre. Y antes de esto, escribió V. I. Lenin en 1915, en el folleto "El socialismo y la guerra":"reconocemos necesarias y plenamente legales las guerras civiles progresistas, es decir, las guerras de la clase oprimida, contra la opresión de los esclavos, contra los esclavistas, contra la servidumbre, contra los terratenientes, y a  favor de la lucha de los trabajadores contra la burguesía" (Obras Completas, Tomo 26, pgs. 311-314).
Teniendo en cuenta la relación de la clase obrera y de toda la sociedad en la guerra, la principal condición para la victoria en la guerra, V. I. Lenin creía que "en tiempos de paz o en tiempos de guerra, no podemos olvidarnos de de la preparación de los nuevos luchadores, de la ciencia militar, y el despliegue del proletariado en la futura contienda militar" (en 1905, "Sobre la mezcla de la política y la pedagogía", Obras Completas, Tomo 10, pg. 158). Denunciado a la burguesía liberal, quien necesita un ejército, para proteger su poder de acaparación "excesiva" y contra las reivindicaciones de los campesinos y los trabajadores, exclama: "Vemos, esta falsa doctrina hipócrita, el ejército debe estar fuera de la política, les son particularmente útiles estas frases, para cubrir sus verdaderas aspiraciones burguesas en este sentido". Así más adelante ellos dijeron, "no prestamos atención...porque no se aisló al Ejército Popular" (Obras Completas, Tomo 31, pgs. 268-287). Advirtió:."Sin una actitud proactiva, de los soldados y marineros inteligentes, no se puede tener éxito en la guerra moderna. Sin una tenaz preparación técnica, fuerza física, sin el apoyo del partido y la cohesión con la lucha de las masas no se puede conseguir ventaja, en la era de las armas pequeñas, de tiro rápido, de las ametralladoras, de las tácticas de batallas terrestres rápidas y contundentes" ("La caída de Port Arthur" Obras Completas, Tomo 9, pgs. 151-159).
En el fondo, la guerra y el ejército para los regímenes burgueses, fueron una escuela para la Unión Soviética, especialmente sus alianzas de clase, que enseño a V. I. Lenin sobre cuestiones militares. Así es cómo para tratar los fenómenos de la guerra V. I. Lenin, en su obra "La caída de Port Arthur" comenta: "El proletariado revolucionario debe incansablemente hacer campaña contra la guerra, siempre teniendo en cuenta que las guerras son inevitables, siempre y cuando exista la dominación de clase en general" (Obras Completas, Tomo 9, pgs 151-159).
El análisis de la derrota de la autocracia zarista en la guerra ruso-japonesa en 1904, Lenin hizo hincapié en que "la relación entre la organización militar del país y de todo su sistema económico y cultural nunca ha estado tan cerca como ahora."
Esto es sólo una pequeña parte de la victoriosa enseñanza marxista-leninista sobre la guerra y el ejército, que el proletariado en armas bajo la dirección del Partido Bolchevique, liderado por V. I. Lenin, que consiguió arrebatar el poder a la autocracia en 1917. Con la victoria del poder soviético, y debido a la resistencia de la clase burguesa y de los oficiales reaccionarios, así como la intervención militar, se planteó la cuestión de la defensa armada del primer estado del mundo de trabajadores y campesinos. Así, el 28 de enero 1918 V. I. Lenin firmó un decreto sobre la organización de los obreros y campesinos en el Ejército Rojo, y el 11 de febrero con el establecimiento de la Flota Roja de Obreros y Campesinos. Con estos decretos Lenin inició la construcción de las fuerzas armadas soviéticas, creó un Ejército y Armada nuevos, de tipo socialista. La columna vertebral de las unidades militares se crearon de los obreros de Petrogrado, de los soldados y marineros revolucionarios. Ellos cimentaron la fundación del Ejército y la Armada, y más tarde se convirtieron en comunistas.
La comprensión de la complejidad de las Fuerzas Armadas, en un país multinacional, es analizado por  V. I. Lenin, quien refiriéndose a los obreros y campesinos de Ucrania, en las Victorias sobre Denikin, esbozó claramente el enfoque de los comunistas ante los problemas planteados: "Queremos una unión voluntaria de las naciones, una unión que impida cualquier coacción de una nación sobre otra, una unión que es fundada en la plena confianza, en un claro reconocimiento de la unión fraternal, en el consentimiento absolutamente voluntario". Y aquí también advirtió: "El que viola la unidad, va en contra de la Gran Unión, y de los trabajadores y campesinos ucranianos, ayuda a Kolchak, Denikin, a los capitalistas y depredadores de todos los países" (Obras Completas, Tomo 40, pgs. 42-43, 45-46).
Analizando los resultados, reflejando las secuelas de la intervención y la Guerra Civil, V. I. Lenin llegó a la conclusión: "En cualquier victoria en la guerra, en última instancia es determinada por el estado de ánimo de las masas, que en el campo de batalla derraman su sangre" (Obras Completas, Tomo 41, pg. 121).


En su discurso, del 29 de diciembre de 1920 V. I. Lenin nos legó: "¿Quién puede olvidar que el peligro es cada vez más inminente, que no se detendrán hasta que triunfe el imperialismo mundial?; no hay que olvidarse de él, pues él no se olvida de nuestra república del trabajo".
Basándose en los triunfos, V. I. Lenin analiza los ideales de la Revolución de Octubre, la experiencia de la lucha contra los intervencionistas y la burguesía que se libró en la Guerra Civil, el gobierno soviético y el Partido Comunista bajo la dirección del I. V. Stalin, el gasto en la industrialización y la colectivización, la revolución cultural, el enfoque mantenido en el fortalecimiento de la defensa del país y en su componente más importante, las Fuerzas Armadas.
Su implementación de estas enseñanzas de V. I. Lenin en la construcción militar, les dio la razón en la Gran Guerra Patria. La victoria de la Unión Soviética sobre los estados de la coalición nazi confirmó claramente las ventajas de lo establecido en octubre de 1917, del gobierno soviético, con su fuente de humanismo y democracia. Es realmente el gobierno del pueblo soviético, unido en un todo único, como lideró la Unión Soviética y su población multinacional, sus soldados y oficiales, incorporando a todas las fuerzas de la sociedad en la Gran Victoria. Derrotando al gobierno burgués con su política de "divide y vencerás", y su compañero inevitable de choque y destrucción, el fascismo.
Todo esto, es confirmado con la aprobación de V. I. Lenin, como lo expresó el 16 de Abril de 1919, en una conferencia del centro ferroviario de Moscú: "Nunca vencerán al pueblo, porque los trabajadores y campesinos en su mayoría han aprendido a sentir y ver que están defendiendo su propio poder soviético, el poder de los trabajadores que defienden es una victoria de ellos y sus hijos, y van a proporcionar todos los beneficios de la cultura, todo creado por el trabajo humano". (Obras Completas, Tomo 38, pgs 314-315).
Venció en la Gran Revolución de Octubre del 17, venció la economía socialista planificada basada en la propiedad pública de los medios de producción, dirigida al desarrollo integral de cada persona. Derrotando a una economía capitalista basada en la propiedad privada, en la anarquía del mercado y orientada a extraer el máximo beneficio para la burguesía, por la brutal explotación del trabajo humano, que se convierte en una mercancía, cuando viven en el mercado capitalista. Sólo una economía socialista ha sido capaz de movilizar todos los recursos materiales del país bajo el lema "Todo para el frente, todo para la victoria".
Triunfó sobre las políticas nazis de superioridad racial y nacional, proclamando la política nacional de la amistad y la fraternidad entre las naciones preconizada por Lenin en la Revolución de Octubre. No dejó que los teóricos y practicantes del fascismo dividiesen a los pueblos de la Unión Soviética a partir del entorno nacional, enfrentando a unos contra otros.
La lealtad a la Gran Victoria, probó la invencibilidad del marxismo-leninismo, el papel crucial de los partidos comunistas en la construcción de una sociedad de justicia social y protegerla de las agresiones externas. En la segunda mitad del año 1941, el Partido Comunista (b) movilizó 130.000 soldados, dos veces más que en el primer semestre de ese año. A finales de 1941, el Ejército y la Marina fueron 26.000 las organizaciones partidarias de base, con 1.234.000 comunistas, dos veces más que antes de la guerra. Desde julio 1941 hasta julio 1945 en el partido entraron como miembros candidatos al PCUS (b) 3.778.000 personas, de los cuales 2.376 millones se convierten en miembros del partido. Y esto, a pesar del hecho de que todos los comunistas, según las órdenes de Hitler, fueran fusilados. Los comunistas, eran al final de la guerra el 60 por ciento del ejército y la armada; en el combate para ellos, era un privilegio ser los primeros en llegar al ataque y los últimos en abandonar el campo de batalla. El Partido Comunista aceptó el reto, y cayeron en el altar de la Victoria más de tres millones de sus miembros.
La realización de estas proezas, para obtener todas las ventajas que deparaba la sociedad socialista soviética multinacional, convirtió en héroes a los soldados del Ejército Rojo; los soldados rasos se convirtieron tras la guerra en trabajadores de vanguardia, en maquinistas, en los agricultores de los años de reconstrucción, en los principales comisarios de los sectores de la economía, en comunistas e independientes de todas las nacionalidades, ellos fueron quienes rompieron la espalda de la bestia fascista.
Durante la Gran Guerra Patria, en la Unión Soviética 100 ciudadanos fueron proclamados Héroes de la Unión Soviética, con hazañas como la de I. Susanin, que fue contra la vanguardia del enemigo en los pantanos intransitables y los bosques. 26 soldados del Ejército Rojo repitieron la hazaña, como el piloto de aviación de combate, A. P. Maresiev quien regresó voluntariamente a la lucha después de la amputación de los pies, ¡destruyendo 595 aviones, 160 tanques, y 16 lanchas marítimas!. 506 tripulaciones realizaron increíbles labores como ejemplo,  N. F. Gastello quien envió su avión contra las tropas y equipo enemigo. 470 soldados también, como el soldado de la Guardia A. M. Matrosov quien cerró con su cuerpo el hueco de búnkeres y fortines nazis. 1206 luchadores que taponaron con su cuerpo las granadas, tanques y cañones autopropulsados ​​del enemigo, cuando hicieron fuego de baterías. Durante toda la guerra ningún barco arrió la bandera en las batallas navales, ni submarino alguno se entregó al enemigo, defendiendo al primer estado en el mundo de los trabajadores y campesinos. Durante los años de guerra, más de 11.575 soldados se convirtieron en héroes de la Unión Soviética. Entre ellos, 8.182 Rusos, 2.072 ucranianos, bielorrusos 311, 161 Tártaros, 108 Judios, 96 kazajos, 91 georgianos, armenios 90, 69 uzbekos, Mordovianos 61, 44 Chuvakos, 43 azerbaiyanos, 39 bashkirios, Osetios 32, 19 moldavos, 18 Maris, 18 turcomanos, 15 lituanos, 14 tayikos, 13 letones, 12 de Kirguises, 10 de Komis, Udmurtios 10, 9 estonios, Karelios 9, 8 kalmukos, 7 Kabardianos, Adygios 6, 5 abjasios, Yakutos 3, 2 karachios y otros.


Ningún ejército de Estados burgueses, con base en el servicio mercenario militar, no ha sido capaz de tal manifestación de heroísmo.
A menudo en los medios de comunicación "democráticos" tratan de ver como una exageración la tesis de la victoria soviética, que dicen que lo fue a costa de grandes sacrificios, al parecer, muchas veces mayor que las pérdidas causadas al enemigo. Esto es una mentira descarada. Según los historiadores en los combates mataron a 8.668.000 soldados soviéticos, y los invasores nazis tuvieron 8.334.000. Las otras 18.332.000 victimas restantes de nuestras pérdidas, fueron asesinados por los criminales de guerra nazis, crímenes contra la humanidad: en las ciudades y los pueblos, en los campos de la muerte de los prisioneros, en las ejecuciones masivas de civiles, y en el trabajo esclavo en las fábricas de la Alemania nazi.
Y hoy recordamos a aquellos que difaman el período soviético de nuestra historia, que tratan de eliminar el Mausoleo de V. I. Lenin y la necrópolis en la Plaza Roja, de los días rojos del calendario soviético, pues tienen que arrastrarse de rodillas ante los monumentos de los creadores y defensores de la civilización soviética. Si no fuera por V. I. Lenin, I. V. Stalin, educados y entrenados por el gobierno soviético y el Partido Comunista, por cada soldado soviético y en la retaguardia militar los trabajadores, los planes de los monstruos nazis hubieran vencido, o hubieran seguido exterminando los hornos crematorios nazis.

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