Extraído de Pravda
El 13 de agosto de 1961, hace ya medio siglo, se inició a consecuencia de las aventureras medidas y provocaciones de la República Federal de Alemania (RFA) y sus aliados, la construcción del Muro de Contención Antifascista más conocido en el Estado español como "Muro de Berlín", tras semanas de deliberaciones en la República Democrática Alemana (RDA) y el campo socialista.
Ríos de tinta se han vertido sobre dicha separación. Frecuentemente intelectuales y los grandes medios de comunicación, haciendo alarde de su servilismo hacia las clases dominantes, han criticado ferozmente la construcción del Muro, ignorando completamente - además de los enormes logros socio-económicos - el contexto, esto es, los movimientos realizados por la RFA los meses anteriores y la agudización de la llamada guerra fría.
No podemos por menos que señalar también su enorme hipocresía al haberse rasgado las vestiduras durante años (y a posteriori para que las nuevas generaciones estén bien adiestradas, como en estos días) mientras muchos de los países a los que defienden (o sus estados títeres) levantaban muros sin apenas voces díscolas: los casi 750 km. de muro israelí, los 1123 km. de muro estadounidense en su frontera con México, causando miles de víctimas (se calculan por más de 6,000 personas), los miles de kilómetros de muros y minas anti-persona construida por la monarquía totalitaria de Marruecos en el Sáhara ocupado, las vallas de Ceuta y Melilla que han causado la muerte de aproximadamente 4,000 personas, el muro brasileño en Río de Janeiro para aislar las favelas, el muro eslovaco en Ostrovany para aislar a la población gitana, etc.
Así pues, debemos señalar los motivos de la construcción del Muro en Berlín para una mayor comprensión de lo que aconteció aquél famoso día. Para ello citaremos largamente al Profesor Heinz Heitzer en su obra "RDA: Compendio histórico", en el capítulo "Las medidas de seguridad tomadas el 13 de agosto de 1961", así como al Camarada Erich Honecker en sus “Notas en la Cárcel” para finalizar este escrito:
“El Gobierno de la RFA rompió las relaciones diplomáticas con Yugoslavia, en 1957, y con Cuba, en 1960, porque estos países habían establecido misiones diplomáticas en la RDA, y viceversa. Rechazó la proposición de la RDA de tender a una conferencia alemana; rechazó también las proposiciones que presentó, en 1958/59, la Unión Soviética, en el sentido de conceder a Berlín Occidental el status de una ciudad libre y desmilitarizada y a preparar un tratado de paz con Alemania. Además, el Gobierno de la RFA insinuó a sus aliados en la OTAN que debían oponerse, igual, a estas ofertas. Al mismo tiempo, políticos dirigentes de la CDU/CSU se esforzaron febrilmente por equipar al ejército federal con armas nucleares.
[…] Con el propósito de preparar el «Día X», día señalado para derrumbar el poder de los obreros y campesinos, los monopolios y el Gobierno de la RFA escalaron la guerra económica contra la RDA. En el otoño de 1960, el Gobierno de la RFA canceló los acuerdos comerciales con la RDA e insinuó a otros Estados boicotear la Feria de Leipzig. A pesar de que, en diciembre, el Gobierno de la RFA tuvo que renunciar a la cancelación y a pesar de que la sugerencia de boicoteo no dio resultado, surgieron graves problemas para la economía nacional de la RDA, que estaba sujeta a importantes suministros procedentes de la RFA. Hubo que hacer modificaciones del plan e introducir cambios en la producción, ya que debió contar con otro embargo comercial. La Unión Soviética y otros países miembros del CAME apercibieron a la RDA de importantes mercancías, materias primas y alimentos adicionales a la cantidad dicha en los correspondientes convenios. Se desarrolló un movimiento orientado a liberar a la economía de la RDA de perturbaciones: obreros, técnicos y científicos de la RDA fabricaron, en plazos muy cortos, productos que antes se importaban de la RFA.
El chantaje económico vino acompañado por la calumnia anticomunista, propagada por numerosos medios de divulgación masiva en la RFA y Berlín Occidental. La infamia se parecía en muchos detalles a las atrocidades fascistas divulgadas contra Checoslovaquia y Polonia, poco antes de que fueran víctimas del asalto, en los años 1938 y 1939. Esta falacia tenía el propósito de crear confusión y nervosidad en la ciudadanía de la RDA, y sugerir a la publicidad mundial que en la RDA se estaría avecinando un «levantamiento popular», que los países occidentales tenían que apoyar con todos los medios a su alcance.
Así fue que un periódico simpatizante de la CDU escribiera «que el mundo libre tendría que prepararse para aplicar todos los medios de la guerra fría, de la guerra de nervios y de la guerra con fusiles... Esto no sólo incluye las fuerzas armadas tradicionales y su armamento, sino comprende también socavar, azuzar la resistencia interna, las actividades clandestinas, la descomposición del orden, el sabotaje, la perturbación de los transportes y de la economía, la desobediencia, la rebeldía, la revolución».
Con el intento públicamente proclamado de sangrar a la RDA, intensificaron el soborno de ciudadanos de la RDA, sobre todo, de especialistas y de jóvenes; extendieron la red de las organizaciones criminales, promovidas por el Estado germanooccidental, dedicadas a este tráfico de personas. Berlín Occidental con su frontera abierta hacia la RDA, desempeñó el papel de canal de fuga.
Todo ello, ligado con la preparación directa de una agresión militar contra la RDA. En las maniobras del Estado Mayor y de las tropas del ejército federal, realizadas en 1960/61, se ensayaron algunas variantes de la «guerra relámpago» y de la «guerra limitada» contra la RDA y otros Estados socialistas. Algunos políticos y comentaristas dejaron entrever que para el ejército federal podría producirse una situación en que tuviera que liquidar el «conflicto interno» por medio de una «acción policíaca local». Ese conflicto podría surgir a consecuencia de choques en las fronteras de Berlín Occidental. […]
En julio de 1961, el «Consejo de investigación de problemas de la reunificación de Alemania» presentó en Bonn un detallado plan para el »Día X». Este plan consideraba incorporar la RDA a la RFA, repartir las empresas de propiedad del pueblo y los bancos entre los monopolios de la RFA, disolver las cooperativas agrícolas y entregar las tierras y los bienes raíces, sobre todo, a los terratenientes y a los latifundistas. En la segunda mitad de julio, Franz Josef Strauss —en aquel entonces Ministro de Defensa de la RFA y jefe del ejército federal, y uno de los políticos imperialistas más belicosos de ayer y de hoy— hizo una visita a EE.UU. para cerciorarse de su apoyo. A principios de agosto se proclamó el estado de alerta para las unidades de la OTAN estacionadas en Europa occidental.
[…] En el verano de 1961, las tensiones surgidas habían llegado a tal punto que resultó inaplazable tomar medidas severas, orientadas a resguardar la paz y a proteger al socialismo.
Del 3 al 5 de agosto de 1961, los primeros secretarios de los partidos comunistas y obreros de los Estados miembros del Tratado de Varsovia, discutieron en Moscú las medidas previstas por la RDA y la URSS. Esta reunión propuso a la Cámara del Pueblo, al Gobierno y a todos los trabajadores de la RDA «introducir en la frontera con Berlín Occidental una orden que cerrara, de modo infalible, el camino a las actividades subversivas contra los países del campo socialista, y que garantizara una vigilancia segura y un control eficiente en torno a todo el territorio de Berlín Occidental, incluso en su frontera con Berlín democrático»
El 11 de agosto de 1961, la Cámara del Pueblo, a proposición del CC del PSUA, encomendó al Consejo de Ministros dar todos los pasos necesarios al respecto. En la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, se tomaron las medidas acordadas, con rapidez, precisión y de sorpresa absoluta para los servicios secretos del imperialismo.
Las medidas de seguridad del 13 de agosto de 1961 fueron una acción política conjunta de los Estados miembros del Tratado de Varsovia; frenando a los círculos agresivos del imperialismo en la RFA y en los demás Estados miembros de la OTAN, y protegiendo la paz en Europa. Estas medidas limitaron las actividades subversivas directas del imperialismo de la RFA y le infligieron una derrota rotunda. Fracasó por completo su estrategia de anexar a la RDA en un ataque frontal. Los propios políticos e historiadores burgueses tuvieron que admitir que el 13 de agosto de 1961 dio inicio a la decadencia de la era de Adenauer en la RFA. Un periódico burgués escribió en aquella fecha que este día demostró que había fracasado la política gubernamental de la RFA «de pretender la reunificación por medio del armamento y de la fuerza»"
El Camarada Erich Honecker, jefe de Estado de la RDA entre los años 1976 y 1989 también escribió unas breves reflexiones sobre aquellos años en su obra “Notas en la cárcel”, mientras estaba preso en Berlín en 1992-1993:
“Los sistemas de armamento del Pacto de Varsovia y de la OTAN estaban ampliamente desplegados en el centro de Europa. Esta acumulación masiva de fuerzas militares requería una atención permanente. Una coincidencia de casualidades desafortunadas habría podido en efecto provocar el estallido de un conflicto cuya dimensión habría podido ser la de la Tercera Guerra Mundial. Basta para convencerse, consultar los documentos oficiales de la OTAN y del Pacto de Varsovia referidos a esta cuestión.
En el curso de los últimos 35 años, el peligro de un apocalipsis nuclear planeó demasiadas veces sobre Europa. Un conflicto tal habría puesto seriamente en cuestión las posibilidades de supervivencia de la humanidad sobre la Tierra.
Una política activa de razón y de buena voluntad contribuyó, desde la RDA, a conjurar este peligro. Los ciudadanos de la RDA, e igualmente los de la RFA, deben los días que han vivido en paz a la acción de la primera en el seno de la alianza de Varsovia.”
Fuente: http://elpravda.blogspot.com/2011/08/50-anos-de-la-construccion-del-muro-de.html
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