8 de octubre de 2011

Terrorismo de Estado contra Cuba. Barbarie contra la Humanidad


Por Eduardo, escrito en edumatanzas.blogspot.com

Mi generación, la de los nacidos en Cuba durante la década de los años 60 del siglo XX, fue marcada por el terrorismo de estado en contra de mi Patria. Recuerdo que siendo un niño, casi todos los días, el noticiero o la prensa escrita dedicaban algún espacio a reflejar un sabotaje, o el incendio de un cañaveral, o la detención de un grupo de terroristas pillados in fraganti; cuando escudándose en la oscuridad de la noche trataban de desembarcar en costas cubanas para realizar sus vandálicas acciones. El entierro de Bienvenido Mauriz Díaz, humilde pescador de la Base Pesquera de mi ciudad, mientras pescaba en las aguas del norte de nuestra plataforma costera, lo recuerdo con total nitidez. El incendio que destruyó el conjunto de edificaciones que existían en el sitio donde hoy radica la Delegación Territorial de ETECSA, frente a la Catedral de Matanzas, fue obra de la contrarrevolución financiada desde los Estados Unidos de Norteamérica.

El día que la organización terrorista Alpha 66 ametralló desde una lancha rápida estacionada en el mar, el Hotel Sol Palmeras de Varadero, yo había estado en esa instalación turística unas escasas dos horas antes. Acompañaba a una Brigada de Solidaridad con Cuba, que llegada desde la lejana Suecia, visitaba nuestra Universidad, a la par que realizaban trabajos relacionados con el mantenimiento constructivo de la misma. Cualquiera de aquellas nobles muchachas, y aquellos gentiles muchachos, pudo haber caído bajo el impacto de las balas criminales.

Hace unas horas, se transmitía un reportaje por nuestra televisión que recordaba que debido a las acciones del terrorismo contra Cuba, treinta y tres maestros fueron asesinados mientras cumplían su misión sagrada de enseñar; y más de ciento veinte escuelas fueron destruidas parcial o totalmente mientras estaban en funcionamiento por medio del sabotaje. Pero no solo la mano macabra de la contrarrevolución cubana atacó y ataca a nuestros educadores. También se ha enseñado con la cultura. La mejor sala de conciertos del país, la sede permanente de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional, el Teatro Auditorium Amadeo Roldán, resultó consumida por las llamas hasta sus cimientos, como resultado de otra acción planificada y financiada desde el poderoso vecino del Norte.

Uno de los problemas que siempre tengo cuando me siento a escribir sobre el uso del terrorismo de estado contra Cuba, es que son tantas las acciones vandálicas, que reparo en que no existe una antología del crimen que sea capaz de recoger tanta barbarie. Entre los eventos más dolorosos se encuentran, la voladura del vapor francés La Coubre, el ataque pirata al poblado de Boca de Samá, el incendio del Encanto, el incendio del círculo infantil Le Van Tham, con sus más de quinientos niños pequeños en su interior, el secuestro y asesinato de nuestros pescadores, el ataque pirata a la Refinería Hermanos Díaz, y muchos más.

Si se suman, los crímenes de las bandas de alzados en todo el territorio nacional, en contra de la población civil, podemos concluir que el uso del terrorismo ha sido la carta de triunfo a la cual han apostado los enemigos de la Revolución Cubana. El colofón de esta espiral del crimen lo constituye la voladura del vuelo 455 de “Cubana de Aviación”, el 6 de octubre de 1976, donde fallecieron 73 personas, de ellas 54 cubanos.

Como parte de la celebración ayer del “Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado contra Cuba”, volvieron a transmitir por la televisión cubana, el magnífico documental del cineasta norteamericano Saúl Landau, “Que el verdadero terrorista se ponga de pie”. El alabardero de la recalcitrante derecha miamera, Armando Pérez Roura calificaba de “luchadores por la libertad” a los asesinos Orlando Bosh y Luis Posada Carriles, y justificaba sus criminales acciones en el supuesto de que esa era la única manera de “exterminar la plaga” que constituimos los comunistas cubanos. Cuando una periodista le pregunta a Orlando Bosh, si no sentía que en el avión de cubana hubiesen muerto muchos jóvenes, que eran hijos queridos de muchas familias cubanas, el recientemente fallecido criminal, se justificaba con el pretexto de que el también era padre, pero que “esto es una guerra, y en una guerra es necesario que algunas personas caigan”.

Pero lo que me repugnó en extremo fue ver a Luis Posada Carriles citar al Titán de Bronce, específicamente su famosa frase: “La libertad se conquista con el filo del machete, no se pide, mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos”.

Además de que parafraseó la sentencia Maceísta bastante mal, en su boca, esa máxima del más grande y valeroso soldado de la historia cubana es una ofensa a su memoria. Según se desprende de su biografía, el señor Posada no solo es un criminal confeso, sino que nunca en su vida estuvo como Maceo en un combate frontal luchando por sus ideas, en más de 500 acciones combativas. Su modus operandi siempre ha sido contratar sicarios para que cometan sus canallescas acciones, mientras él se mantenía a buen recaudo lejos del lugar de los hechos.

Cuenta la historia que el General Antonio Maceo, solo empleó una vez en combate una mina soterrada contra una columna española, y al ver los destrozos que causaba en los cuerpos humanos, aquel guerrero que a nada temía se comprometió a nunca más emplear ese tipo de arma. El Titán de Bronce nunca manchó sus manos con la deshonra. Cuando algunos le propusieron secuestrar al Capitán General Español, Arsenio Martínez Campos, al acudir este a la entrevista en Mangos de Baraguá, indignado prometió castigar con todo rigor, a aquel soldado u oficial que ejecutar una acción tan innoble. Sin embargo el señor Posada Carriles y sus secuaces, no se detuvieron a pensar el daño incalculable, que la enorme bomba de C-4 que iban a colocar en el Paraninfo de la Universidad de Panamá, causaría entre los profesores, estudiantes y amigos de Cuba. Esa explosión acabaría, no solo con la vida de Fidel, sino con la de más de seiscientas personas inocentes, fundamentalmente de nacionalidad panameña. Entonces; ¿Con qué moral el mayor terrorista del Nuevo Mundo tiene el descaro de citar a uno de los fundadores por derecho propio de la nación cubana?

Y es que los terroristas que pretenden entorpecer el devenir histórico de la nación cubana, no solo son criminales, sino que carecen de la más elemental ética. Ese concepto de la vida del hombre, que indicó a nuestro Comandante en Jefe que debía comunicar al FBI sobre los planes de atentado contra la vida del Presidente Ronald Reagan, que durante esos años se esforzaba enormemente por acabar con la Revolución Cubana. Si nuestro Gobierno no actuara de manera ética y en base a los principios humanistas que rigen su accionar en todos los campos, el mismo luchador contra el terrorismo que filmó a Posada, cuando escondido bajo identidad falsa en el Salvador, planificaba sus ataques a los Hoteles de la Habana, hubiese podido acabar con su vida de una manera muy fácil. La misma suerte hubiesen podido correr el resto de los terroristas que desde Miami planifican sus ataques contra Cuba.

Y es que a pesar de todas las falacias y mentiras que nuestros enemigos divulgan por el mundo, el crimen, el asesinato político, y el terrorismo nunca será una de las armas que la Revolución Cubana empleará para su defensa. En los más de 53 años de existencia de la Cuba Revolucionaria, y a pesar de haber incluido el gobierno de los Estados Unidos de manera espuria a nuestro país en la lista de naciones que “patrocinan el terrorismo”, ni un solo norteamericano ha sido muerto o herido por una acción terrorista preparada, o financiada por y desde Cuba. Tampoco, ninguna edificación civil, militar o religiosa estadounidense ha sido afectada por un atentado criminal fraguado desde Cuba. Sin embargo, los terroristas cubano americanos, los cuales son formados desde el comienzo de esta historia por la CIA y otros organismos de la comunidad de inteligencia yanqui, se pasean orondos por las calles de Miami, y disfrutan de las bellezas de la vida.

Ayer fue un día de reflexión para todos los cubanos, pero también constituyó un día de reafirmación revolucionaria. Los que desde el campo de la contrarrevolución nos llaman a supuestos entendimientos, bajo la premisa de rendir las banderas de la Revolución y el Socialismo, pretenden que olvidemos la sangre derramada por la política de terrorismo de estado en contra de nuestra Patria. Pero eso nunca sucederá, porque este país produce hombres de la estirpe de Gerardo, Ramón, Fernando, Antonio y René, que hoy acaba de abandonar la prisión federal de Marianna.

Como si no bastaran los más de trece años de dura prisión, la jueza Joan Lennard, en descarada complicidad con la Mafia de Miami, ha decidido que René permanezca tres años más en territorio yanqui. Desde esta humilde página personal, hago votos por el pronto regreso de este valeroso luchador contra los enemigos de su pueblo a la Patria, y me sumo al reclamo de nuestro pueblo por la liberación del resto de mis compatriotas de la injusta prisión. ¡Libertad para los Cinco!


1 comentario:

Manuel Ballagas dijo...

Este tendrá que pagar el resto de lo que debe a la justicia estadounidense. Los demás, su salida dependerá de su conducta. Eso sí, hay uno de ellos, colaborador en el asesinato de por lo menos tres estadounidenses, que no verá la luz del día. Con suerte, morirá en un hospital para presos.