Por Luís Izquierdo. Apoyo documental AAHS.
Buena amiga y una gran compañera. Serena, tranquila, firme, independiente. En mis recuerdos es difícil que yo encuentre un ser humano tan definido y franco en sus opiniones y sentimientos. Y un día, escribiendo de la guerra española […] me parece que la mejor página será dedicada a dos grandes personas: Matilde y Antonio Machado.
En 1930 unió su vida a Francisco López Ganivet, sobrino del escritor Ángel Ganivet. Tuvieron dos hijas, Jacinta, fallecida a corta edad y Carmen.
Cuando llega la República, se involucra totalmente con los cambios que vivía el país, y tras el fracasado movimiento revolucionario de octubre de 1934, se afilió al Socorro Rojo Internacional, una organización cuyo cometido era canalizar la ayuda proveniente de partidos y sindicatos de la izquierda internacional. A principios del 36 se afilió al Partido Comunista de España. «Finalmente soy miembro de un partido que siempre he estimado y militante de un movimiento al cual quiero dedicar toda mi vida«.
el castellano caía
con la voz llena de España
y la muerte de alegría.
caen en los barbechos los más nobles castellanos.
No veré perdida España porque mi sangre no quiere.
El fascismo de Alemania
junto a las encinas muere.
caen en las trincheras los más nobles castellanos.
Españoles de Castilla
y castellanos de España
un fusil a cada mano
y a cada día una hazaña.
hasta conquistar los horizontes de mi tierra.
Cuando tuvo lugar el golpe militar fracasado del 36, voluntariamente trabaja día y noche en el Hospital Obrero de Cuatro Caminos, en la recogida de refugiados, desde Almería hasta el frente extremeño.
Su figura se va forjando en una leyenda para toda la población madrileña. Se enrola en el batallón femenino del Quinto Regimiento junto a la fotógrafa Tina Modotti. Según el historiador David Ginard, «Al parecer, la iniciativa de crear esta unidad surgió de Dolores Ibárruri, quien estaba muy interesada en que el Quinto Regimiento contara con compañías femeninas, cuya misión sería combatir en el frente exactamente igual como lo hacían los hombres«.
En aquellos días su labor es muy intensa junto con otros trabajadores de la cultura dentro del 5º ((Machado, María Teresa León, Alberti, Miguel Hernández, Bergamín, Herrera Petere, Josep Renau, Adolfo Sánchez Vázquez…). Mas, con gran riesgo de su vida, está en los frentes, galvanizando a las tropas, insuflándolas de amor por la democracia y la libertad.
Desde el Socorro Rojo, colabora en la formación de una potente estructura sanitaria del Ejército del Centro. En Málaga desarrolló una intensa actividad organizadora, para salvar a la población de caer en manos de los franquistas.
A lo largo de los tres años de conflicto, también trabajó en el sector sanitario de la República y en la sección de Información Popular del Subsecretariado de Propaganda del Gobierno republicano.
También se le encomendó la inspección de colonias infantiles y la evacuación de los niños de las zonas de guerra, que podían caer en manos fascistas. Esta medida, también tuvo que tomarla en 1938 con su propia hija, al ser salvada y llevada a la Unión Soviética.
Las tareas de Matilde Landa y de sus compañeras (Soledad Real, Juana Doña, Leonor García, etc..) marcarán hondamente al colectivo de presas. Apoyan su educación y formación, señalándoles el camino de la resistencia. Frente a la represión sólo cabe la organización, la autodisciplina. Los presos y presas antifascistas convertirán las cárceles en comunas donde se comparten los paquetes de comida. En escuelas y universidades donde se accede a los saberes negados. Cada segundo es la pequeña puerta por donde puede pasar la solidaridad, por donde puede redimirse la humanidad. Hasta en la cárcel se puede.

«Señora colegiala: entre el diploma… sin orla y saber que ya empiezas a hablar inglés voy a tener que tratarte con muchísimo más respeto. ¡Cuánto me alegra saber que estás tan bien, tan contenta! Pero que el hecho de que tú hayas tenido la suerte de que te rodeen personas que te quieren tanto y se ocupan tantísimo de ti, no te haga ser egoísta y olvidar a los niños que han tenido menos suerte que tú. Piensa en ellos y no olvides sobre todo a los que… el destino ha dejado sin padres. Estos son los más desgraciados y los que merecen nuestra mayor atención. Creo que no los olvidarás y quisiera que todos los días hicieses algo por ellos. Esto no es sentimentalismo ni caridad, sino sencillamente tu obligación».
Cárcel de Palma de Mallorca, otoño de 1942: la oveja descarriada.
Está todo listo.
En formación militar, las presas
aguardan. Llegan el obispo y el gobernador civil. Hoy Matilde Landa,
roja y jefa de rojos, atea convicta y confesa, será convertida a la fe
católica y recibirá el santo sacramento del bautismo. La arrepentida se
incorporará al rebaño del Señor y Satanás perderá a una de las suyas.
Se hace tarde.
Matilde no aparece.
Está en la azotea, nadie la ve.
Desde allá arriba se arroja.
El cuerpo estalla, como una bomba, contra el patio de la prisión.
Nadie se mueve.
Se cumple la ceremonia prevista.
El obispo hace la señas de la Cruz, lee una página de los
evangelios, exhorta a Matilde a renunciar al Mal, recita el Credo y toca
su frente con agua consagrada.
Eduardo Galeano.
Obras consultadas:
Ginard i Féron, David, Matilde Landa. De la Institución Libre de
Enseñanza a las prisiones franquistas; Barcelona, Flor del Viento, 2005.
Ni tontas ni locas. Las intelectuales en el Madrid del primer tercio del siglo XX, FECYT, Madrid, 2009, págs. 218-221]. Puede descargarse el libro completo en pdf en este enlace.
Las carceles de Soledad real. Consuelo García. Editorial: Alfaguara, 1983.
Otros enlaces:
https://rebelion.org/matilde-landa-amor-y-revolucion/
https://manuelaguilerapovedano.wordpress.com/2020/08/02/las-ultimas-horas-de-matilde-landa/
No hay comentarios:
Publicar un comentario