10 de octubre:
El Comité Central del POSD(b)R adopta la resolución, propuesta por V. I. Lenin, sobre la insurrección armada: se elige el Buró Político del CC encabezado por Lenin.
11-13 de octubre:
Congreso de los Soviets de la Región del Norte.
15 de octubre:
En la reunión del Comité Central del POSD(b)R se examinan las medidas para cumplir la resolución del CC del partido sobre la insurrección armada.
16 de octubre:
La reunión ampliada del CC del POSD(b)R confirma la resolución propuesta por V. I. Lenin sobre la insurrección armada, aprobada por el Comité Central el 10 de octubre: en la reunión cerrada se elige el Centro Militar Revolucionario para dirigir la insurrección armada, integrado por cinco personas.
24-25 de octubre:
Insurrección armada de los obreros, soldados y marineros de Petrogrado.
Noche del 26 de octubre:
Los insurrectos se apoderan del Palacio de Invierno y se detiene al Gobierno Provisional.
25 de Octubre:
Triunfa la Gran Revolución Socialista de Octubre.
25-27 de octubre:
El II Congreso de los Soviets de toda Rusia proclama el Poder soviético, aprueba los decretos leninistas sobre la paz y la tierra, elige el primer Gobierno soviético: el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por V. 1. Lenin.
El mes de octubre en Petrogrado comenzó con lluvias. Del golfo de Finlandia soplaba un viento fuerte, húmedo, y la bruma cubría las calles, mal alumbradas debido al ahorro de energía eléctrica; los domicilios recibían electricidad sólo de las 6 de la tarde a las 12 de la noche. Una vela costaba casi 2 rublos y era casi imposible conseguir queroseno. Por las noches, los petrogradenses procuraban ir en grupos para protegerse de los frecuentes atracos.
En uno de esos días lluviosos, por las calles desérticas de Petrogrado caminaban, sin apresurarse, dos hombres. Uno de ellos, canoso, bien afeitado, parecido a un sacerdote, escuchaba en silencio a su acompañante, que le contaba algo interesante, sin olvidarse de mirar con atención hacia los lados. Eran Lenin, cuidadosamente maquillado, y Eino Rahja, su enlace del Comité Central. Hacía poco habían terminado en la estación de Udélnaia el peligroso viaje iniciado en Víborg, desde donde fueron en tren hasta la estación de Raivola (hoy Róshino); después, en la locomotora Nº 293[1], cuyo maquinista era Hugo Jalava, conocido de Lenin, habían atravesado la frontera. Jalava los llevó hasta la capital revolucionaria.
En la casona Nº 1/92, en la calle Serdobólskaia, a donde se dirigían, vivían en su mayoría obreros. El domicilio de Margarita Fofánova fue el último refugio clandestino del guía bolchevique, vinculado con los días decisivos en la preparación del partido para la revolución socialista.
El 10 de octubre, después de tres meses de clandestinidad, Lenin participó en una reunión especial del Comité Central del partido (malecón del río Kárpovka, Nº 32/1, apartamento 31). V. Yákovleva, miembro del partido desde 1904 y secretaria del Buró Regional de la Zona Industrial Central, recordaba: “… El camarada Yákov Sverdlov, secretario del CC, envió un telegrama en el que exigía la venida de Lenin y me llamaba como secretaria del Buró Regional. El telegrama nos dio a entender que la reunión tendría gran importancia…
Si no me traiciona la memoria, llegamos a Petrogrado el mismo 10 de octubre y, aquí, el camarada Sverdlov nos dijo que el pleno se convocaba para decidir una cuestión fundamental: el partido mantendría o no el rumbo hacia la insurrección armada en el próximo tiempo. Nos dijo también que a la reunión asistiría Vladimir Ilich, quien había llegado clandestinamente de Finlandia… Vladimir Ilich llegó cuando ya estábamos todos reunidos; su aspecto era desconocido: afeitado, con peluca… La reunión se inauguró tan pronto él apareció.
Lenin comunicó de manera concisa el tema, planteó la cuestión y después propuso escuchar los datos suministrados por el secretario del CC acerca de la actitud de las masas y la situación en las localidades… Cerrada la noche, probablemente después de las 12, se aprobó la resolución (2 en contra[2] y una o dos abstenciones) de que el partido mantendría el rumbo hacia la insurrección”.
El Comité Central del POSD(b)R adopta la resolución, propuesta por V. I. Lenin, sobre la insurrección armada: se elige el Buró Político del CC encabezado por Lenin.
11-13 de octubre:
Congreso de los Soviets de la Región del Norte.
15 de octubre:
En la reunión del Comité Central del POSD(b)R se examinan las medidas para cumplir la resolución del CC del partido sobre la insurrección armada.
16 de octubre:
La reunión ampliada del CC del POSD(b)R confirma la resolución propuesta por V. I. Lenin sobre la insurrección armada, aprobada por el Comité Central el 10 de octubre: en la reunión cerrada se elige el Centro Militar Revolucionario para dirigir la insurrección armada, integrado por cinco personas.
24-25 de octubre:
Insurrección armada de los obreros, soldados y marineros de Petrogrado.
Noche del 26 de octubre:
Los insurrectos se apoderan del Palacio de Invierno y se detiene al Gobierno Provisional.
25 de Octubre:
Triunfa la Gran Revolución Socialista de Octubre.
25-27 de octubre:
El II Congreso de los Soviets de toda Rusia proclama el Poder soviético, aprueba los decretos leninistas sobre la paz y la tierra, elige el primer Gobierno soviético: el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por V. 1. Lenin.
El mes de octubre en Petrogrado comenzó con lluvias. Del golfo de Finlandia soplaba un viento fuerte, húmedo, y la bruma cubría las calles, mal alumbradas debido al ahorro de energía eléctrica; los domicilios recibían electricidad sólo de las 6 de la tarde a las 12 de la noche. Una vela costaba casi 2 rublos y era casi imposible conseguir queroseno. Por las noches, los petrogradenses procuraban ir en grupos para protegerse de los frecuentes atracos.
En uno de esos días lluviosos, por las calles desérticas de Petrogrado caminaban, sin apresurarse, dos hombres. Uno de ellos, canoso, bien afeitado, parecido a un sacerdote, escuchaba en silencio a su acompañante, que le contaba algo interesante, sin olvidarse de mirar con atención hacia los lados. Eran Lenin, cuidadosamente maquillado, y Eino Rahja, su enlace del Comité Central. Hacía poco habían terminado en la estación de Udélnaia el peligroso viaje iniciado en Víborg, desde donde fueron en tren hasta la estación de Raivola (hoy Róshino); después, en la locomotora Nº 293[1], cuyo maquinista era Hugo Jalava, conocido de Lenin, habían atravesado la frontera. Jalava los llevó hasta la capital revolucionaria.
En la casona Nº 1/92, en la calle Serdobólskaia, a donde se dirigían, vivían en su mayoría obreros. El domicilio de Margarita Fofánova fue el último refugio clandestino del guía bolchevique, vinculado con los días decisivos en la preparación del partido para la revolución socialista.
Bárbara Yákovleva, miembro del partido desde 1904, participante de la revolución de 1905-1907. Secretaria del Buró Regional moscovita del CC del POSDR desde 1916; después de la Revolución de Febrero, secretaria del Buró Regional moscovita del POSD (b)R. Participó en la reunión del CC del Partido, en la que se adoptó la resolución sobre la insurrección armada; fue miembro del Centro partidario de Moscú para realizar la insurrección, y miembro del Comité Militar Revolucionario de esta ciudad.
El 10 de octubre, después de tres meses de clandestinidad, Lenin participó en una reunión especial del Comité Central del partido (malecón del río Kárpovka, Nº 32/1, apartamento 31). V. Yákovleva, miembro del partido desde 1904 y secretaria del Buró Regional de la Zona Industrial Central, recordaba: “… El camarada Yákov Sverdlov, secretario del CC, envió un telegrama en el que exigía la venida de Lenin y me llamaba como secretaria del Buró Regional. El telegrama nos dio a entender que la reunión tendría gran importancia…
Si no me traiciona la memoria, llegamos a Petrogrado el mismo 10 de octubre y, aquí, el camarada Sverdlov nos dijo que el pleno se convocaba para decidir una cuestión fundamental: el partido mantendría o no el rumbo hacia la insurrección armada en el próximo tiempo. Nos dijo también que a la reunión asistiría Vladimir Ilich, quien había llegado clandestinamente de Finlandia… Vladimir Ilich llegó cuando ya estábamos todos reunidos; su aspecto era desconocido: afeitado, con peluca… La reunión se inauguró tan pronto él apareció.
Lenin comunicó de manera concisa el tema, planteó la cuestión y después propuso escuchar los datos suministrados por el secretario del CC acerca de la actitud de las masas y la situación en las localidades… Cerrada la noche, probablemente después de las 12, se aprobó la resolución (2 en contra[2] y una o dos abstenciones) de que el partido mantendría el rumbo hacia la insurrección”.
Resolución sobre la insurrección armada, aprobada en la reunión del CC del POSD(b)R
10 de octubre de 1917
El CC reconoce que tanto la situación
internacional de la revolución rusa (insurrección en la flota alemana
como manifestación extrema del ascenso en toda Europa de la revolución
socialista mundial; luego, la amenaza del campo imperialista de
estrangular la revolución en Rusia), como la situación militar
(decisión indudable de la burguesía rusa y de Kerenski y Cía. de
entregar Petrogrado a los alemanes) y la conquista por el partido
proletario de la mayoría dentro de los Soviets; unido todo ello a la
insurrección campesina y al viraje de la confianza del pueblo hacia
nuestro partido (elecciones de Moscú), y, finalmente, la preparación
manifiesta de un segundo intento de sublevación al estilo Kornílov
(evacuación de tropas de Petrogrado, concentración de cosacos en las
cercanías de la capital, cerco de Minsk por los cosacos, etc.), ponen al
orden del día la insurrección armada.
Reconociendo que la insurrección armada
es inevitable y existen las máximas condiciones para efectuarla, el CC
insta a todas las organizaciones del partido a guiarse por eso y a
examinar y resolver desde este punto de vista todos los problemas
prácticos (Congreso de los Soviets de la Región del Norte, evacuación
de tropas de Petrogrado, acciones en Moscú y Minsk, etc.).
En esta misma reunión se creó el Buró Político del CC, encabezado por Lenin, para dirigir políticamente la insurrección.
El Comité Ejecutivo Central eserista-menchevique de los Soviets declaró que el congreso era una reunión privada y retiró a sus delegados. Los mencheviques permanecieron en él sólo con “fines informativos”. A propuesta de la sección bolchevique, que desempeñaba el papel rector en el congreso, se aprobó una resolución que rechazaba las patrañas respecto a la incompetencia del foro.
Los informes de representantes de la Flota del Báltico, de los Soviets de Kronstadt y Helsingfors y del Comité Regional del Ejército, la Flota y los Obreros de Finlandia confirmaron a plenitud las conclusiones leninistas de que las masas estaban listas para la insurrección. A diferencia de julio de 1917, cuando el Petrogrado revolucionario no podía contar con el apoyo de la acción armada en otros centros del país, en octubre la situación era tal que la insurrección podría comenzar no en Petrogrado, sino, por ejemplo, en Moscú, y sólo debido a causas históricas objetivas y subjetivas eso no sucedió.
En el grupo bolchevique del congreso se leyó la Carta a los camaradas bolcheviques que participan en el Congreso de los Soviets de la Región del Norte, escrita por Lenin:
“Camaradas: nuestra revolución vive momentos críticos en extremo… El momento es tal que la demora equivale verdaderamente a la muerte”.
Por influencia de los bolcheviques, el congreso adoptó una resolución que constataba la situación interior y exterior del país crítica al extremo, y reconocía que al “pueblo sólo puede salvarle el paso inmediato de todo el poder a manos de los órganos de la revolución: los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos en el centro y en las localidades”.
Del comunicado del periódico Rabochi Put sobre la reunión del Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, convocada el 12 de octubre de 1917, respecto a la creación del Comité Militar Revolucionario y la reunión de la guarnición:
13 de octubre de 1917
Ayer se celebró una reunión a puerta
cerrada del Comité Ejecutivo de Petrogrado, en la que se discutió el
informe de la Sección Militar del Soviet sobre la creación del Comité
Militar Revolucionario. La necesidad de crearlo fue reconocida por todo
el Comité Ejecutivo, excepto dos mencheviques.
El Comité Militar Revolucionario es organizado por el Comité Ejecutivo de Petrogrado y es su organismo…
Son funciones del Comité Militar
Revolucionario determinar las fuerzas combativas y los medios
auxiliares necesarios para defender Petrogrado que no estarán sujetos a
su retirada: contabilizar y registrar los efectivos de las
guarniciones de Petrogrado y sus alrededores, así como los pertrechos y
alimentos; confeccionar el plan de trabajos para defender la capital,
las medidas para protegerla de las matanzas y las deserciones y, por
último, mantener la disciplina revolucionaria entre las masas obreras y
los soldados.
El CMR comunicó en uno de sus primeros boletines: “El Comité Militar Revolucionario, aprobado en la reunión general del Soviet, se ha formado y comenzó la actividad más intensa el 20 de octubre del presente”. Así, la preparación para la insurrección entró en su etapa decisiva.
“Los hechos —dijo Lenin en su ponencia— demuestran que tenemos superioridad sobre el enemigo… Para rechazar la resolución del CC hay que demostrar que no existe desbarajuste económico, que la situación internacional no conduce a complicaciones… Se teme que no nos sostengamos en el poder, pero precisamente ahora tenemos posibilidades especiales de sostenernos en el poder”.
Con 19 votos a favor, 2 en contra y 4 abstenciones, se aprobó la resolución del Comité Central del 10 de octubre y se exhortó a todas las organizaciones del partido, a los obreros y soldados, a prepararse de manera multilateral e intensiva para la insurrección armada; se expresó la plena seguridad de que el Comité Central y el Soviet indicarían el momento propicio y los medios convenientes para la acción.
En dicha reunión se instituyó el Centro Militar Revolucionario para dirigir la insurrección, integrado por Andréi Búbnov, Félix Dzerzhinski, Yákov Sverdlov, Iosif Stalin, Moiséi Uritski.
Por decisión del CC, ese organismo entró a formar parte del Comité Militar Revolucionario del Soviet de Petrogrado.
En estos días de responsabilidad y decisivos, cuando se preparaba la insurrección armada, Zinóviev y Kámenev se declararon abiertamente traidores. El 18 de octubre, en el periódico semimenchevique Nóvaia Zhizn apareció un artículo en el que Kámenev, en nombre propio y de Zinóviev, hacía pública la decisión del CC del partido acerca de la insurrección inmediata. En mensajes dirigidos a los miembros del partido de los bolcheviques y al Comité Central del POSD(b)R, Lenin exigió con ira e indignación expulsar del partido a los traidores. La carta de Lenin al Comité Central del POSD(b)R se discutió en la reunión de dicho Comité el 20 de octubre. El CC aceptó la solicitud de Kámenev de retirarse del Comité Central. A Zinóviev y Kámenev se les impuso la obligación de no hacer ninguna declaración contra las decisiones del CC y la línea trazada por él.
En la tarde del 20 de octubre, el CMR designó comisarios en todas las unidades militares de la guarnición de Petrogrado y unos días después en las entidades y empresas más importantes de la capital. Los comisarios se seleccionaban entre los antiguos cuadros bolcheviques, revolucionarios profesionales y combatientes más activos: obreros, soldados, marineros.
El 21 de octubre, la reunión de representantes de los comités de regimientos de la guarnición adoptó una resolución sobre el pleno apoyo al CMR, y propuso hacer una revista de las fuerzas de los soldados y obreros petrogradenses el Día del Soviet de Petrogrado (22 de octubre).
Llamamiento del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado a los soldados de la guarnición capitalina
22 de octubre de 1917
En la reunión del 21 de octubre, la
guarnición revolucionaria de Petrogrado se cohesionó en torno al Comité
Militar Revolucionario del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de
Petrogrado, como su órgano dirigente.
Sin embargo, el 22 de octubre por la
noche, el Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado no reconoció
al Comité Militar Revolucionario, negándose a trabajar junto con los
representantes de la Sección de Soldados del Soviet.
De este modo, el Estado Mayor rompió con
la guarnición revolucionaria y con el Soviet de Diputados Obreros y
Soldados de Petrogrado.
Al romper con la guarnición, el Estado
Mayor se convierte en un instrumento de las fuerzas
contrarrevolucionarias. El Comité Militar Revolucionario declina toda
responsabilidad por las acciones del Estado Mayor de la Región Militar
de Petrogrado.
Soldados de Petrogrado:
- La protección del orden revolucionario frente a los atentados contrarrevolucionarios recae sobre ustedes, bajo la dirección del Comité Militar Revolucionario.
- Son nulas todas las disposiciones remitidas a la guarnición que no estén firmadas por el Comité Militar Revolucionario.
- En el día de hoy —Día del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado— tienen pleno vigor todas las disposiciones del Soviet petrogradense.
- A los soldados de la guarnición se les ordena mantener vigilancia, firmeza y rigurosa disciplina.
La revolución está en peligro. ¡Viva la guarnición revolucionaria!
Destacamento de Guardias Rojos en la avenida Konnogvardeiski de Petrogrado.
Para el 22 de octubre se había previsto una manifestación, o
“procesión”, de los cosacos en Petrogrado, considerada por la
contrarrevolución como una revista de sus fuerzas. Los bolcheviques
realizaron una labor inmensa entre ellos. El Soviet de Petrogrado se
dirigió a los cosacos con un llamamiento especial. Delegados de los
regimientos de cosacos fueron invitados a una reunión de representantes
de los comités de los regimientos de la guarnición, celebrada en el
Smolni. Allí los cosacos declararon que no actuarían contra los obreros y
soldados. Así, se frustró esta grandiosa provocación del Gobierno
Provisional.El 22 de octubre se pasó revista, con mucho éxito, a las fuerzas
revolucionarias. En las unidades militares y las fábricas, en todos
los locales públicos —las mayores salas de conciertos, de cine, en el
circo, etc. — se celebraron mítines multitudinarios. En realidad, los
obreros habían ocupado toda la ciudad. El Día del Soviet de Petrogrado
se mostró la fuerza real de los bolcheviques.
El 22 y 23 de octubre sesionó una conferencia de guardias rojos de la ciudad, y se aprobó el reglamento, cuyo primer punto decía: “La Guardia Roja obrera es una organización de las fuerzas armadas del proletariado para combatir la contrarrevolución y defender las conquistas de la revolución”. La cuestión de la Guardia Roja se habló el 23 de octubre en la reunión del Soviet de Petrogrado. En la resolución adoptada se subrayó que era indispensable crear la guardia obrera para combatir la contrarrevolución y defender las conquistas revolucionarias. El Soviet se encargó tanto de organizarla como de dirigirla políticamente.
Las unidades militares de la guarnición aprobaban, una tras otra, resoluciones en apoyo del Soviet de Petrogrado y su subordinación al CMR. El comité del crucero Aurora recibió la orden del Comité Central de la Flota del Báltico de no sacar el barco de Petrogrado hasta nueva orden. Esta fue la respuesta a los intentos del Gobierno Provisional de alejar de la capital el buque revolucionario so pretexto de probar las máquinas después de repararlas.
Telegrama del teniente N. A. Erikson, comandante interino del crucero Aurora, al contraalmirante A. V. Razvémov, jefe de la Flota del Báltico, comunicando que el Comité Central de la Flota del Báltico prohibió la salida del buque.
23 de octubre de 1917 Urgente
El Gobierno se esforzaba por reunir fuerzas para combatir la revolución ascendente. El 19 de octubre, P. Maliantóvich, ministro de Justicia, ordenó al fiscal de la cámara judicial detener de inmediato a Lenin. En la reunión de Kerenski con los ministros de la Marina y de la Guerra, asi como con Cheremisov, jefe del Frente Norte, se examinaron las medidas a tomar en caso de que los bolcheviques actuasen. Se decidió supeditar Petrogrado al jefe del Frente Norte.
Una de las primeras órdenes de Cheremisov fue la de enviar al frente algunas unidades de la guarnición de la capital.
Retenes de cadetes ocuparon los puntos más importantes de la ciudad. En la madrugada del 24 de octubre fue asaltada la imprenta del periódico Rabochi Put, órgano central del Partido Bolchevique. El Estado Mayor de la Región Militar ordenó destituir y enjuiciar a los comisarios del CMR, designados a las unidades militares; se preparaba un ataque al Smolni.
Mandamiento del fiscal de la Cámara judicial de Petrogrado, Korchevski, al juez de instrucción para los asuntos judiciales del Tribunal provincial de Petrogrado, V. K. Gudvilovich, para comenzar la investigación de la actividad de los miembros del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado.
24 de octubre de 1917
En la mañana del 24 de octubre se reunió de nuevo el CC del partido. Lenin permanecía en la clandestinidad. En la primera resolución, el CC dispuso que ninguno de sus miembros abandonara el Smolni sin autorización especial de este organismo. A los miembros del CC se les encomendaron tareas concretas: a Sverdlov, organizar la vigilancia del Gobierno Provisional y sus disposiciones; a Búbnov, mantener enlace con los ferroviarios; a Dzerzhinski, controlar Correos y Telégrafos; a Miliutin, organizar el avituallamiento. Se comenzó a elaborar el orden del día y los principales documentos del II Congreso de los Soviets de toda Rusia a inaugurar el 25 de octubre. Se encomendó a Lenin preparar los documentos sobre las cuestiones de la tierra, la guerra y el poder; a Miliutin, el control obrero; a Stalin, el problema de las nacionalidades.
A las 10 de la mañana del 24 de octubre llegó a la imprenta del periódico Rabochi Put un destacamento del CMR. Comenzó la lucha armada por el poder de los Soviets. A las dos apareció ya el número ordinario del periódico, con el llamamiento a derrocar al Gobierno Provisional y establecer el poder de los Soviets.
Ese mismo día, en la reunión del Comité petrogradense de los bolcheviques, en la que participaron activistas partidarios de la capital, se discutió un solo tema: La situación actual con motivo de la política del Gobierno Provisional durante las últimas fechas. Se aprobó esta resolución: “El Comité petrogradense considera que es tarea imprescindible de todas las fuerzas de la revolución derrocar inmediatamente al Gobierno y entregar el poder a los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, tanto en el centro como en las localidades. Para cumplir esta tarea, el Comité petrogradense estima necesario pasar a la ofensiva —sin la menor demora— con toda la fuerza organizada de la revolución…”
El CMR envió la directiva Nº 1 a los comisarios, comités de los regimientos y estados mayores de la Guardia Roja, según la cual se ponían en disposición combativa todas las unidades militares de la guarnición (hasta 150.000 efectivos) y los destacamentos de la Guardia Roja (más de 20.000 personas). De día, el CMR, a través de la emisora del crucero Aurora, ordenó: “Todas las guarniciones que protegen los accesos a Petrogrado permanecerán en completa disposición para el combate”.
A las 13.00, Kerenski declaró en el Palacio Mariinski, donde sesionaba el Anteparlamento, que el Gobierno Provisional se proponía liquidar la insurrección en Petrogrado. “El Gobierno Provisional y yo —el ministro-presidente no perdió la ocasión de pavonearse—preferimos que nos maten y nos liquiden, ¡pero no traicionaremos la vida, el honor y la independencia del Estado!” Los demócratas constitucionalistas, mencheviques, trudoviques y eseristas de derecha acogieron estas palabras con clamorosos aplausos, puestos de pie.
Orden del Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado a los jefes de las escuelas militares Pávlovskoe y Vladímirskoe, sobre el envío de destacamentos de cadetes a la Plaza del Palacio.
24 de octubre de 1917
24 de octubre de 1917
La acción de las masas también iba en aumento, cobraba fuerza.
Una hora después, aproximadamente, de que Kerenski hiciera su declaración, F. Dzerzhinski, en nombre del CMR, se dirigió a Stanislav Pestkovski, secretario del grupo bolchevique en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, con la orden de ocupar Telégrafos. En las calles se difundía el llamamiento del Comité Militar Revolucionario.
El jefe de la Región Militar de Petrogrado ordenó desconectar de inmediato los teléfonos del Soviet de Petrogrado y levantar los puentes para separar los barrios proletarios del centro de la ciudad. El periódico Rabochi Put escribió al respecto: “El ingeniero civil encargado de los puentes comenzó a levantarlos, pero los guardias rojos que habían establecido sus retenes en los puentes impidieron que fuesen levantados”. A las 19.00, guardias rojos y soldados revolucionarios ocuparon todos los puentes sobre el Gran Neva, Pequeño Neva y Gran Nevka, excepto los puentes Nikoláevski y del Palacio.
A las 15.00 llegó a la Plaza del Palacio artillería ligera, llamada por el Gobierno Provisional. Al mismo tiempo, los ciclistas que protegían el Palacio de Invierno desde el mes de julio, retiraron sus retenes y declararon que no seguirían montando guardia en el palacio.
A las 17.00 pasó a manos de los bolcheviques la Central de Telégrafos. Unas horas después se ocupó la Agencia Telegráfica de Petrogrado.
Todo lo relativo a la insurrección armada se examinaba en reuniones distritales de los bolcheviques. Entre algunos miembros del CC y del CMR surgieron ciertas vacilaciones. En particular, Trotski, quien en aquellos días era presidente del Soviet de Petrogrado, declaró el 24 de octubre que la detención del Gobierno Provisional no figuraba en el orden del día y que la cuestión del poder se decidiría en el Congreso de los Soviets, a celebrarse el 25 de octubre. Lenin, que permanecía en un domicilio clandestino, envió reiteradas veces a M. Fofánova al Comité del partido de Víborg para estar al corriente de los acontecimientos. Pedía con insistencia permiso al Comité Central para trasladarse al Smolni.
Por la tarde, Lenin envió de nuevo a Fofánova al Comité de Víborg con la Carta a los miembros del CC.
El 22 y 23 de octubre sesionó una conferencia de guardias rojos de la ciudad, y se aprobó el reglamento, cuyo primer punto decía: “La Guardia Roja obrera es una organización de las fuerzas armadas del proletariado para combatir la contrarrevolución y defender las conquistas de la revolución”. La cuestión de la Guardia Roja se habló el 23 de octubre en la reunión del Soviet de Petrogrado. En la resolución adoptada se subrayó que era indispensable crear la guardia obrera para combatir la contrarrevolución y defender las conquistas revolucionarias. El Soviet se encargó tanto de organizarla como de dirigirla políticamente.
Las unidades militares de la guarnición aprobaban, una tras otra, resoluciones en apoyo del Soviet de Petrogrado y su subordinación al CMR. El comité del crucero Aurora recibió la orden del Comité Central de la Flota del Báltico de no sacar el barco de Petrogrado hasta nueva orden. Esta fue la respuesta a los intentos del Gobierno Provisional de alejar de la capital el buque revolucionario so pretexto de probar las máquinas después de repararlas.
Telegrama del teniente N. A. Erikson, comandante interino del crucero Aurora, al contraalmirante A. V. Razvémov, jefe de la Flota del Báltico, comunicando que el Comité Central de la Flota del Báltico prohibió la salida del buque.
23 de octubre de 1917 Urgente
A mediodía de hoy, el presidente del
comité del buque recibió del Comité Central de la Flota del Báltico la
orden de no abandonar Petrogrado hasta recibir una nueva orden. El
presidente del comité del buque insistió ante Dibenko, por radiograma,
en que era necesaria la salida del crucero, prevista para el miércoles,
con el fin de probar las máquinas, por lo cual mañana tenemos que
zarpar a Kronstadt. Dibenko insiste en que el crucero permanezca en
Petrogrado los días 25 y 26. El presidente del comité del buque
considera imposible desobedecer la disposición del Comité Central de la
Flota del Báltico, y él mismo me lo ha comunicado. Sobre esto se ha
informado al ministro de la Marina.
Teniente
Erikson
El Gobierno se esforzaba por reunir fuerzas para combatir la revolución ascendente. El 19 de octubre, P. Maliantóvich, ministro de Justicia, ordenó al fiscal de la cámara judicial detener de inmediato a Lenin. En la reunión de Kerenski con los ministros de la Marina y de la Guerra, asi como con Cheremisov, jefe del Frente Norte, se examinaron las medidas a tomar en caso de que los bolcheviques actuasen. Se decidió supeditar Petrogrado al jefe del Frente Norte.
Una de las primeras órdenes de Cheremisov fue la de enviar al frente algunas unidades de la guarnición de la capital.
Retenes de cadetes ocuparon los puntos más importantes de la ciudad. En la madrugada del 24 de octubre fue asaltada la imprenta del periódico Rabochi Put, órgano central del Partido Bolchevique. El Estado Mayor de la Región Militar ordenó destituir y enjuiciar a los comisarios del CMR, designados a las unidades militares; se preparaba un ataque al Smolni.
Mandamiento del fiscal de la Cámara judicial de Petrogrado, Korchevski, al juez de instrucción para los asuntos judiciales del Tribunal provincial de Petrogrado, V. K. Gudvilovich, para comenzar la investigación de la actividad de los miembros del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado.
24 de octubre de 1917
Urgente
Enviando con el presente el llamamiento
—que adquirió divulgación— del Comité Militar Revolucionario del Soviet
de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, así como el número del
periódico Birzhevie Védomosti y del Izvestia Tsentralnogo Ispolnitélnogo Komiteta Soviétov Rabóchij Soldatskij Deputatov, del
24 de octubre último, que contienen indicaciones respecto a la
composición del Comité Militar Revolucionario, le encomiendo comenzar la
instrucción del sumario de acuerdo con el 3 párrafo de la ley del 6 de
julio de 1917 y con el artículo 108 del Código Penal[3]. Le comunico que el control de dicha instrucción lo he encomendado al vicefiscal de la Cámara judicial, Savoiski.
Fiscal de la Cámara judicial Korchevski
Secretario. Pahn
En la mañana del 24 de octubre se reunió de nuevo el CC del partido. Lenin permanecía en la clandestinidad. En la primera resolución, el CC dispuso que ninguno de sus miembros abandonara el Smolni sin autorización especial de este organismo. A los miembros del CC se les encomendaron tareas concretas: a Sverdlov, organizar la vigilancia del Gobierno Provisional y sus disposiciones; a Búbnov, mantener enlace con los ferroviarios; a Dzerzhinski, controlar Correos y Telégrafos; a Miliutin, organizar el avituallamiento. Se comenzó a elaborar el orden del día y los principales documentos del II Congreso de los Soviets de toda Rusia a inaugurar el 25 de octubre. Se encomendó a Lenin preparar los documentos sobre las cuestiones de la tierra, la guerra y el poder; a Miliutin, el control obrero; a Stalin, el problema de las nacionalidades.
A las 10 de la mañana del 24 de octubre llegó a la imprenta del periódico Rabochi Put un destacamento del CMR. Comenzó la lucha armada por el poder de los Soviets. A las dos apareció ya el número ordinario del periódico, con el llamamiento a derrocar al Gobierno Provisional y establecer el poder de los Soviets.
Ese mismo día, en la reunión del Comité petrogradense de los bolcheviques, en la que participaron activistas partidarios de la capital, se discutió un solo tema: La situación actual con motivo de la política del Gobierno Provisional durante las últimas fechas. Se aprobó esta resolución: “El Comité petrogradense considera que es tarea imprescindible de todas las fuerzas de la revolución derrocar inmediatamente al Gobierno y entregar el poder a los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, tanto en el centro como en las localidades. Para cumplir esta tarea, el Comité petrogradense estima necesario pasar a la ofensiva —sin la menor demora— con toda la fuerza organizada de la revolución…”
El CMR envió la directiva Nº 1 a los comisarios, comités de los regimientos y estados mayores de la Guardia Roja, según la cual se ponían en disposición combativa todas las unidades militares de la guarnición (hasta 150.000 efectivos) y los destacamentos de la Guardia Roja (más de 20.000 personas). De día, el CMR, a través de la emisora del crucero Aurora, ordenó: “Todas las guarniciones que protegen los accesos a Petrogrado permanecerán en completa disposición para el combate”.
A las 13.00, Kerenski declaró en el Palacio Mariinski, donde sesionaba el Anteparlamento, que el Gobierno Provisional se proponía liquidar la insurrección en Petrogrado. “El Gobierno Provisional y yo —el ministro-presidente no perdió la ocasión de pavonearse—preferimos que nos maten y nos liquiden, ¡pero no traicionaremos la vida, el honor y la independencia del Estado!” Los demócratas constitucionalistas, mencheviques, trudoviques y eseristas de derecha acogieron estas palabras con clamorosos aplausos, puestos de pie.
Orden del Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado a los jefes de las escuelas militares Pávlovskoe y Vladímirskoe, sobre el envío de destacamentos de cadetes a la Plaza del Palacio.
24 de octubre de 1917
El comandante en jefe ordenó: nada más
recibir el presente comunicado, dislocarse en plena disposición
combativa en la plaza frente al Palacio de Invierno. Comuniquen el
cumplimiento del presente.
Jefe del Estado Mayor de la Región Militar, general mayor Bagratuni
Lo refrendó Malevski comisario del Gobierno Provisional
Comunicado del periódico Rabochi Put sobre la llegada del 1º Batallón Femenino Petrogradense al Palacio de Invierno.
25 de octubre de 1917
A las 12 del día llegó al Palacio de
Invierno el batallón voluntario femenino con todo su armamento. El
batallón se dislocó en la plaza, alrededor del palacio.
Orden del Estado Mayor de la
Región Militar de Petrogrado al primer teniente Beliáev para dislocar a
los cadetes de la Escuela Militar Konstantínovskoe en la Plaza del
Palacio.
24 de octubre de 1917
Sobre la base de la disposición del jefe
del Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado, le ordeno dislocar
inmediatamente la Escuela Militar Konstantínovskoe en la Plaza del
Palacio, para mantener la legalidad y el orden.
Hasta la designación de una persona especial, el mando provisional se le encomienda a usted.
Por el general-aposentador,
alférez
Orden del Estado Mayor de la
Región Militar de Petrogrado al jefe de la 2ª Compañía del Batallón de
Ciclistas, sobre la protección del Palacio de Invierno.
24 de octubre de 1917
Por orden del jefe del Estado Mayor de la
Región Militar, la compañía que usted comanda deberá desplazarse al
Palacio de Invierno y montar la guardia.
Fiel al original:
teniente coronel Poradélov
La acción de las masas también iba en aumento, cobraba fuerza.
Una hora después, aproximadamente, de que Kerenski hiciera su declaración, F. Dzerzhinski, en nombre del CMR, se dirigió a Stanislav Pestkovski, secretario del grupo bolchevique en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia, con la orden de ocupar Telégrafos. En las calles se difundía el llamamiento del Comité Militar Revolucionario.
Llamamiento del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado a la población con la evocación de organizar todas las fuerzas para rechazar la contrarrevolución.
24 de octubre de 1917
¡Soldados! ¡Obreros! ¡Ciudadanos!
Los enemigos del pueblo pasaron por la
noche a la ofensiva. Los kornilovianos del Estado Mayor tratan de traer
de los alrededores a los cadetes y batallones de choque. Los cadetes
de Oranienbaum y los batallones de choque en Tsárskoie Selo se negaron a
actuar. Se proyecta un golpe traicionero contra el Soviet de Diputados
Obreros y Soldados de Petrogrado. Se han cerrado los periódicos Rabochi Put y Soldat; se han sellado las imprentas. La campaña de los conspiradores contrarrevolucionarios está dirigida contra el Congreso de los Soviets de toda Rusia en la víspera de su inauguración, contra la Asamblea Constituyente, contra el pueblo. El
Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado permanece en
defensa de la revolución. El Comité Militar Revolucionario dirige el
rechazo del atentado de los conspiradores. Toda la guarnición y todo el
proletariado de Petrogrado están dispuestos a asestar un golpe demoledor
a los enemigos del pueblo.
El Comité Militar Revolucionario dispone:
- Todos los Comités de los regimientos, compañías y destacamentos, junto con los comisarios del Soviet, todas las organizaciones revolucionarias, deben sesionar incesantemente, concentrando en sus manos todos los datos sobre los planes y las acciones de los conspiradores.
- Ningún soldado puede ausentarse sin el permiso del comité de su unidad.
- Enviar inmediatamente al Instituto Smolni dos representantes de cada unidad y cinco de cada Soviet distrital.
- Comunicar inmediatamente al Instituto Smolni acerca de todas las acciones de los conspiradores.
- Todos los miembros del Soviet de Petrogrado y todos los delegados al Congreso de los Soviets de toda Rusia se invitan inmediatamente al Instituto Smolni a una reunión urgente.
La contrarrevolución levantó su cabeza transgresora.
A todas las conquistas y esperanzas de
los soldados, obreros y campesinos les amenaza un gran peligro. Pero las
fuerzas de la revolución superan inmensamente a las fuerzas de sus
enemigos.
La causa del pueblo se encuentra en manos firmes. Los conspiradores serán arrollados.
Ninguna vacilación ni dudas. Firmeza, tenacidad, aguante, decisión.
¡Viva la revolución!
¡Viva la revolución!
El jefe de la Región Militar de Petrogrado ordenó desconectar de inmediato los teléfonos del Soviet de Petrogrado y levantar los puentes para separar los barrios proletarios del centro de la ciudad. El periódico Rabochi Put escribió al respecto: “El ingeniero civil encargado de los puentes comenzó a levantarlos, pero los guardias rojos que habían establecido sus retenes en los puentes impidieron que fuesen levantados”. A las 19.00, guardias rojos y soldados revolucionarios ocuparon todos los puentes sobre el Gran Neva, Pequeño Neva y Gran Nevka, excepto los puentes Nikoláevski y del Palacio.
A las 15.00 llegó a la Plaza del Palacio artillería ligera, llamada por el Gobierno Provisional. Al mismo tiempo, los ciclistas que protegían el Palacio de Invierno desde el mes de julio, retiraron sus retenes y declararon que no seguirían montando guardia en el palacio.
A las 17.00 pasó a manos de los bolcheviques la Central de Telégrafos. Unas horas después se ocupó la Agencia Telegráfica de Petrogrado.
Todo lo relativo a la insurrección armada se examinaba en reuniones distritales de los bolcheviques. Entre algunos miembros del CC y del CMR surgieron ciertas vacilaciones. En particular, Trotski, quien en aquellos días era presidente del Soviet de Petrogrado, declaró el 24 de octubre que la detención del Gobierno Provisional no figuraba en el orden del día y que la cuestión del poder se decidiría en el Congreso de los Soviets, a celebrarse el 25 de octubre. Lenin, que permanecía en un domicilio clandestino, envió reiteradas veces a M. Fofánova al Comité del partido de Víborg para estar al corriente de los acontecimientos. Pedía con insistencia permiso al Comité Central para trasladarse al Smolni.
Por la tarde, Lenin envió de nuevo a Fofánova al Comité de Víborg con la Carta a los miembros del CC.
Carta de Lenin a los miembros del CC.
24 de octubre de 1917
Camaradas:
Escribo estas líneas el 24 por la tarde.
La situación es crítica en extremo. Está claro como la luz del día que,
hoy, todo lo que sea aplazar la insurrección significa verdaderamente
la muerte.
Poniendo en ello todas mis fuerzas,
quiero convencer a los camaradas de que hoy todo pende de un hilo, de
que figuran en el orden del día problemas que no pueden resolverse por
medio de conferencias ni de congresos (aunque sean, incluso, congresos
de los Soviets), sino únicamente por los pueblos, por las masas, por
medio de la lucha de las masas armadas.
El embate burgués de los kornilovianos y la destitución de Verjovski[4]
demuestran que no se puede esperar. Es necesario, a todo trance,
detener al Gobierno esta tarde, esta noche, desarmando previamente a
los catedes (después de vencerlos, si oponen resistencia), etc. ¡¡No se
puede esperar!! ¡¡Nos exponemos a perderlo todo!!
¿Qué se conseguirá con la toma inmediata del poder? Proteger al pueblo (no
al congreso, sino al pueblo, al ejército y a los campesinos, en primer
término) contra el Gobierno korniloviano, que ha expulsado de su puesto a
Verjovski y ha urdido una segunda conspiración. korniloviana.
¿Quién ha de hacerse cargo del poder?
Esto no tiene ahora importancia: que lo
asuma el Comité Militar Revolucionario “u otra institución” que declare
que sólo entregará el poder a los verdaderos representantes de los
intereses del pueblo, de los intereses del ejército (inmediata
propuesta de paz), de los intereses de los campesinos (inmediata toma
de posesión de la tierra, abolición de la propiedad privada), de los
intereses de los hambrientos.
Es necesario que todos los distritos,
todos los regimientos y todas las fuerzas sean movilizados
inmediatamente y que envíen sin demora delegaciones al.
Comité Militar Revolucionario, al CC del Partido Bolchevique, exigiendo
con insistencia: no dejar en modo alguno el poder en manos de Kerenski y
Cía. hasta el 25, en modo alguno. El problema debe resolverse sin
falta esta tarde o esta noche.
La historia no perdonará ninguna
dilación a los revolucionarios que hoy pueden triunfar (y que
triunfarán hoy con toda seguridad) y que mañana correrán el riesgo de
perder mucho, de perderlo todo.
Si hoy nos adueñamos del poder, no nos adueñamos de él contra los Soviets, sino para ellos.
La toma del poder es obra de la insurrección; su meta política se verá clara después de que hayamos tomado el poder.
Esperar a la votación incierta del 25 de
octubre sería echarlo todo a perder o sería puro formalismo; el pueblo
tiene el derecho y el deber de resolver estos problemas no por medio de
votaciones, sino por la fuerza; tiene, en momentos críticos de la
revolución, el derecho y el deber de guiar a sus representantes, incluso
a sus mejores representantes, sin detenerse a esperar por ellos.
Así lo ha demostrado la historia de todas
las revoluciones, y los revolucionarios cometerían el mayor de los
crímenes si dejasen pasar el momento, sabiendo que de ellos depende la salvación de la revolución, la propuesta de paz, la salvación de Petrogrado, la salvación del hambre y la entrega de la tierra a. los campesinos.
El Gobierno vacila. ¡Hay que acabar con él, cueste lo que cueste!
Demorar la acción equivaldría a la muerte.
El CC del partido encomendó a una funcionaria del Secretariado encontrarse con Krúpskaya para que transmitiese a Lenin, que se presentara en el Smolni. Pero Lenin ya no se encontraba en el domicilio clandestino. Junto con Eino Rahja, enlace del Comité Central, había salido para el Smolni, sin esperar autorización.
Con fines conspirativos, Lenin se maquilló, se puso un abrigo y un gorro viejos, y vendó su mejilla con un pañuelo. Por el camino fueron detenidos dos veces por los cadetes.
Nikolái Podvoiski, uno de los dirigentes de la Organización Militar del CC del partido, describió así la llegada de Lenin al Comité Militar Revolucionario:
“Ya estaba totalmente oscuro cuando Lenin, maquillado, junto con el camarada Rahja, avanzaba por las calles desiertas y silenciosas en espera de algo. A Lenin le asombró el que en casi todas partes le pararan nuestras patrullas: guardias rojos, marineros, soldados revolucionarios. Sólo de vez en cuando se encontraban patrullas de cadetes.
— No creía que todo se les hubiera podrido de tal manera (es decir, el Gobierno Provisional) —dijo a su acompañante.
Se aproximaron al Smolni, pero tampoco a éste se le podía reconocer. En todas las ventanas se veían luces; en el patio había automóviles blindados; a la entrada estaban en sus puestos los centinelas… Por doquier personas armadas…
Es difícil transmitir nuestra emoción y alegría cuando vimos a Lenin… A través de enlaces, pusimos de inmediato en conocimiento de todos los regimientos y de las fábricas que Lenin dirigía la insurrección, que él se encontraba en el Smolni… Y de todo Petrogrado comenzaron a dirigirse a él los jefes de destacamentos de la Guardia Roja, de las unidades insurrectas…”
El Comité Militar Revolucionario, que se preparaba para realizar acciones decisivas, transmitió al Comité Central bolchevique de la Flota del Báltico (Centrobalt), en Helsingfors, el siguiente telegrama: “Centrobalt, envía el reglamento”. Era la señal para enviar marineros y buques. Centrobalt ordenó que se preparasen para zarpar hacia Petrogrado los destructores ZabiYaca, Strashni y Mietki. A las compañías de combate de los buques se les ordenó llegar a la estación a las 12 de la noche para montar en los trenes y dirigirse a Petrogrado.
Pável
Dibenko, marino militar, miembro del partido desde 1912, uno de los
dirigentes de la insurrección de 1915 en el buque de línea Emperador
Pablo I. Después de la Revolución de Febrero, miembro del Soviet de
Helsingfors (Helsinki) y desde abril, presidente del Comité Central de
la Flota del Báltico.
De la conversación por cable entre P. Dibenko, presidente del Comité Central de la Flota del Báltico y V. Evdokímov, miembro del Comité Militar Naval Revolucionario.
25 de octubre de 1917
Habla el presidente Dibenko.
— Aquí Evdokímov; le comunico la
situación en Petrogrado. Ayer, a las tres de la tarde, el Gobierno
Provisional ordenó levantar los puentes y situó en ellos retenes de
cadetes y soldados de choque. Se levantaron el puente Nikoláevski y el
del Palacio. El Troitski lo ocupamos nosotros e impedimos que se
levantara. Desde ese momento, hacia la tarde, aparecieron en el centro
de la ciudad patrullas de cadetes, de soldados de choque y algunas
otras unidades, que comenzaron a requisar los automóviles que
circulaban, con el pretexto de que de todos modos se los arrebatarán los
“bolcheviques”, los destruirán y no se los pagarán, mientras que si los
tomamos nosotros, será el Gobierno Provisional el que responda por
los daños. Así, el Estado Mayor de la Región Militar reunió una buena
cantidad de automóviles. Desde ese momento comenzamos las
contraacciones; la primera tarea consistía en tender todos los puentes.
Para ello enviamos al Aurora hacia el puente Nikoláevski y, al
mismo tiempo, llamamos a nuestras unidades de los cuarteles del 2º del
Báltico y de Deriábinsk, las cuales ocuparon el Puente Nikoláevski
sin encontrar resistencia, dispersando a los cadetes; eso mismo se hizo
con el del Palacio, después la circulación por ellos se normalizó.
Pronto llegarán de Kronstadt las fuerzas necesarias. Kronstadt está preparado, mantiene comunicación. Por la noche detuvimos a quienes no cumplían bien sus misiones y los enviamos a un lugar seguro en la Fortaleza de Pedro y Pablo. Esta fortaleza es nuestra. Durante la noche, la mayoría de los cadetes se fueron, por lo visto, a sus lugares[5]. ahora sólo se ven muy pocos en la Avenida Nevski. La mayoría de los distritos están ocupados por nuestros retenes seguros, para impedir que los saqueadores aprovechen la situación. Hace dos horas, algunos de los nuestros fueron a ocupar la guardia en el Banco de Estado, el hotel Astoria y otros puntos que consideren necesarios; se prevé ocuparlo todo. Corren rumores de que Correos y otras entidades importantes están en nuestras manos; la noche pasó tranquila, por el momento no se oye nada de excesos; usted tiene que enviar urgentemente a Viborg una persona experimentada en calidad de comisario de los centros de comunicación, pues allí todo transcurre sin control alguno.
Es necesario enviar a Bieloostrov, a disposición de nuestros comisarios, un destacamento de unas 60 personas, pidieron marineros; si le es posible, cumpla todo esto enseguida. Salvo una pequeña excepción, las tropas de Petrogrado están con nosotros. Sabemos que el Gobierno Provisional puede recibir ayuda del frente; se han adoptado medidas y le comunicaré los resultados. Confío en que todo transcurrirá con tranquilidad, aunque Kerenski se ha expresado de forma determinante a favor de las represiones, y las medidas extremas, aplicando todos los medios…
Pronto llegarán de Kronstadt las fuerzas necesarias. Kronstadt está preparado, mantiene comunicación. Por la noche detuvimos a quienes no cumplían bien sus misiones y los enviamos a un lugar seguro en la Fortaleza de Pedro y Pablo. Esta fortaleza es nuestra. Durante la noche, la mayoría de los cadetes se fueron, por lo visto, a sus lugares[5]. ahora sólo se ven muy pocos en la Avenida Nevski. La mayoría de los distritos están ocupados por nuestros retenes seguros, para impedir que los saqueadores aprovechen la situación. Hace dos horas, algunos de los nuestros fueron a ocupar la guardia en el Banco de Estado, el hotel Astoria y otros puntos que consideren necesarios; se prevé ocuparlo todo. Corren rumores de que Correos y otras entidades importantes están en nuestras manos; la noche pasó tranquila, por el momento no se oye nada de excesos; usted tiene que enviar urgentemente a Viborg una persona experimentada en calidad de comisario de los centros de comunicación, pues allí todo transcurre sin control alguno.
Es necesario enviar a Bieloostrov, a disposición de nuestros comisarios, un destacamento de unas 60 personas, pidieron marineros; si le es posible, cumpla todo esto enseguida. Salvo una pequeña excepción, las tropas de Petrogrado están con nosotros. Sabemos que el Gobierno Provisional puede recibir ayuda del frente; se han adoptado medidas y le comunicaré los resultados. Confío en que todo transcurrirá con tranquilidad, aunque Kerenski se ha expresado de forma determinante a favor de las represiones, y las medidas extremas, aplicando todos los medios…
Dibenko: Para oponerse a las represiones
de Kerenski le enviamos refuerzos : dos convoyes de soldados y
marineros, que salieron declarando que no dejarían vivo a ningún
burgués; zarparon en su ayuda cuatro destructores con pelotones de
combate. Transmita al Comité Revolucionario que envíe a dos o tres
oficiales al encuentro de nuestro tren con marineros. Toda la flota y la
guarnición están listas; si necesitan más ayuda, comuníquelo.
A la 1 y 25 de madrugada del 25 de octubre, un destacamento combativo de marineros, guardias rojos y soldados ocupó Correos.
En la Central Telefónica ocupada por las tropas del Comité Militar Revolucionario.
A las dos, soldados del 6º Batallón de Zapadores de Reserva ocuparon
la Estación Nikoláevski; unas horas antes, soldados del Regimiento
Ismailovski y marineros habían realizado la misma operación en la
Estación del Báltico. En ese mismo tiempo llegó a la central eléctrica
de la ciudad el comisario del CMR, cuyo nombramiento fue aclamado por
el comité de la planta, el cual asumió la protección de la empresa. A
propuesta del comisario, se cortó el alumbrado de los edificios
gubernamentales.Cerca de las ocho de la mañana pasó bajo control del CMR la Estación Varshavski.
Por la noche se celebró una reunión del CC del Partido Bolchevique, en la que se deliberó la composición del futuro Gobierno Obrero y Campesino, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo.
Por la noche se celebró una reunión del CC del Partido Bolchevique, en la que se deliberó la composición del futuro Gobierno Obrero y Campesino, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo.
Soldados y oficiales del Regimiento Kekskolmski, participantes activos en la ocupación de la Central Telefónica.
A las tres de la madrugada, el comisario del Regimiento Keksgolmski
exigió que el administrador de la Central de Teléfonos desconectara los
aparatos del Gobierno Provisional y del Estado Mayor de la Región
Militar. El administrador se negó categóricamente a cumplir la orden.
Hacia las siete de la mañana, los soldados del Regimiento Keksgolmski
ocuparon la Central y desconectaron la mayor parte de los aparatos del
Estado Mayor y del Gobierno.
El crucero Aurora. Foto de 1917.
A las tres y treinta, el crucero Aurora ancló frente al
puente Nikoláevski, cerca del Palacio de Invierno. Por orden del CMR se
comenzó a preparar el traslado de un destacamento de 8.000 marineros
armados de Helsingfors, Réval y Kronstadt a la capital. Hacia las seis, los marineros ocuparon la oficina central del Banco de Estado y las redacciones de los periódicos centrales.
A las ocho salió de Helsingfors para Petrogrado el último tren con marineros revolucionarios.
En la mañana del 25 de octubre se encontraba en poder de los insurrectos casi todo Petrogrado, excepto la Plaza del Palacio y la de Isaaki.
Ante esa situación, cuando las fuerzas revolucionarias se habían adueñado de los puntos estratégicos de la capital, Lenin, en nombre del Comité Militar Revolucionario, escribió a las diez de la mañana el llamamiento ¡A los ciudadanos de Rusia!
“El Gobierno Provisional —se anunciaba en el documento— ha sido derrocado. El poder estatal pasó a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, que se encontraba al frente del proletariado y la guarnición de la capital”.
En la reunión del Gobierno Provisional, que sesionaba sin cesar, se adoptó una disposición que concedía a Kishkín, miembro del Gobierno, “poderes excepcionales para restablecer el orden en la capital y defenderla de cualesquiera acciones anarquistas, independientemente de donde partieran, y quedaban al mando suyo las autoridades militares y civiles”.
A eso de las diez, Kerenski se fugó del Petrogrado insurrecto so pretexto de ir al encuentro de las tropas “fieles al Gobierno Provisional”.
Hacia las doce se cercó el Palacio Mariínski, sede del Consejo Provisional de la República Rusa. Una hora después fue ocupado.
A las 14 y 35, en la Sala de Actos del Instituto Smolni se inauguró
la sesión extraordinaria del Soviet de Petrogrado, que escuchó el
comunicado del Comité Militar Revolucionario sobre el derrocamiento
del Gobierno Provisional y el triunfo de la revolución. Lenin, por
primera vez después de los acontecimientos de julio, intervino
abiertamente. Fue allí donde proclamó: “La revolución obrera y
campesina, de cuya necesidad han hablado siempre los bolcheviques, se
ha realizado”. En el informe sobre las tareas del Poder soviético,
Lenin dijo: “Ahora hemos aprendido a trabajar al unísono. Testimonio de
ello es la revolución que acaba de tener lugar. Disponemos de la fuerza
de la organización de masas, que lo vencerá todo y conducirá al
proletariado a la revolución mundial”. Hacia las 18 horas el Palacio de Invierno fue cercado por completo.
Cerca de las siete de la tarde, el Cuartel General se comunicó con el Palacio de Invierno por hilo directo. El primer teniente Danilévich, oficial de ordenanzas, informó: “Hace cerca de una hora, unas 50 personas ocuparon el Estado Mayor petrogradense. Al lado del Gobierno están sólo los cadetes, un regimiento de cosacos y dos cañones de la Escuela de Artillería de Mijáilovski…”
A las 22.40 se inauguró en el Smolni el II Congreso de Diputados Obreros y Soldados de toda Rusia. Al comenzar sus labores estaban presentes 649 delegados, de los cuales 390 eran bolcheviques; 160, eseristas; 72, mencheviques, etc. Al convencerse de que la mayoría del Congreso apoyaba a los bolcheviques, los mencheviques, eseristas de derecha y otros conciliadores abandonaron demostrativamente la sesión.
Mientras el Congreso sesionaba se tomó por asalto el Palacio de Invierno.
Los soldados y marineros revolucionarios y los guardias rojos irrumpieron en el recinto. En una de las salas, a los insurrectos les cortó el paso una fila de cadetes dispuestos a disparar, pero fueron desarmados. En la siguiente sala, había otra fila que entregó sus armas sin entrar en combate. La puerta que conducía al local donde se encontraban los ministros del Gobierno Provisional estaba abierta. V. Antónov-Ovséienko, uno de los dirigentes de la insurrección armada en Petrogrado, recordó:
“En la siguiente habitación encontramos a un grupo de personas que se hacían pasar por el Gobierno Provisional. Estaban sentadas a la mesa y se fusionaban en una mancha gris pálida, temblorosa.
— ¡En nombre del Comité Militar Revolucionario, les declaro detenidos!, les anuncié”.
Los ex ministros entregan los papeles y las armas que poseían.
Con dificultad establezco guardia al lado de ellos. Me ayudan los marineros. Ellos arrojan de la habitación a varios sujetos sospechosos. Chudnovski hace la lista de los detenidos, que la firmamos él y yo. Todos están presentes, excepto Kerenski. Uno de los miembros del Gobierno Provisional comunica que había salido de Petrogrado a las 11 de la mañana. Esto provoca entre la gente furiosos gritos contra Kerenski.
El Gobierno Provisional ya no existía.
Pero el triunfo de la insurrección en Petrogrado no hizo recobrar el sentido a Kerenski, quien desde Pskov emitió la “orden de turno”: “…en aras de salvar a la patria, todos los jefes y comisarios deberán proteger sus puestos como también mantengo yo mi cargo de Comandante en Jefe, hasta el momento que se exprese la voluntad del Gobierno Provisional de la República”,
A las tres y diez de la madrugada se leyó a los delegados al II Congreso de los Soviets el telegrama de Antónov-Ovséienko, anunciando que los miembros del último Gabinete de ministros habían sido enviados a la Fortaleza de Pedro y Pablo, desarmados los cadetes y oficiales y designado comandante del Palacio de Invierno a Grigori Chudnóvski, comisario del Regimiento Preobrazhenski de Reserva.
A continuación, los delegados escucharon varios comunicados sobre cómo las unidades militares enviadas por Kerenski contra Petrogrado se solidarizaban con el pueblo en armas.
En nombre del grupo bolchevique, Anatoli Lunacharski dio lectura al llamamiento, escrito por Lenin, A los obreros, a los soldados y a los campesinos, que proclamaba el paso de todo el poder a manos de los Soviets, que debían asegurar un orden verdaderamente revolucionario. El documento terminaba con una exhortación a la vigilancia y firmeza.
La lectura fue interrumpida reiteradas veces por clamorosos aplausos. A las cinco de la madrugada, el Congreso aprobó, casi por unanimidad (2 en contra y 12 abstenciones), el documento, lo cual significaba que el II Congreso de los Soviets de toda Rusia había recibido el poder estatal de manos del Comité Militar Revolucionario y proclamaba el paso de todo el poder en el país a los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos.
La segunda sesión del Congreso comenzó a las nueve de la noche del 26 de octubre. Lenin presentó informes sobre dos temas fundamentales: la paz y la tierra. Cerca de las once de la noche se aprobó el Decreto de la paz, mediante el cual el poder obrero y campesino declaraba su decisión de firmar, de inmediato, la paz sin anexiones ni contribuciones. El decreto declaraba que la guerra imperialista era el mayor crimen contra la humanidad y exhortaba a los pueblos y a su sector más avanzado, la clase obrera, a luchar a favor de la paz.
A las dos de la madrugada del 27 de octubre se aprobó el segundo documento histórico —el Decreto sobre la tierra—, que expresaba las esperanzas e intereses de millones de campesinos y abolía la propiedad privada sobre la tierra. Ésta se proclamaba patrimonio de todo el pueblo.
El Congreso instituyó el Gobierno Obrero y Campesino: Consejo de Comisarios del Pueblo. Los eseristas de izquierda, que en el Congreso apoyaban a los bolcheviques, manifestaron su deseo de no participar en el Gobierno soviético, por lo cual el primer Gobierno fue única y exclusivamente bolchevique. Vladimir Uliánov-Lenin fue nombrado presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo.
En la composición del Consejo entraron los Comisarios del Pueblo: Alexéi Ríkov, del Interior; Vladimir Miliutin, de Agricultura; Alexándr Shliápnikov, del Trabajo; Víctor Noguín, de Comercio e Industria; Anatoli Lunacharski, de Instrucción Pública; L. Trotski, del Exterior; Nikolái Glébov-Avílov, de Justicia; losif Stalin, de Asuntos de las Nacionalidades; en el Comité para los Asuntos Militares y Navales entraron Vladimir Antónov-Ovséienko, Nikolái Krilenko y Pavel Dibenko.
A continuación se eligió el nuevo Comité Ejecutivo Central. La elección se efectuó en plena concordancia con el “Reglamento” aprobado en el I Congreso de los Soviets. Esto significaba que los bolcheviques mantenían una actitud cuidadosa respecto a las formas y los principios de la construcción soviética, adoptados en la etapa anterior, y utilizaban aquellos que no contradecían el devenir del Estado de los obreros.
Del Decreto de la paz
El Gobierno Obrero y Campesino, creado por la revolución del 24 y 25 de octubre y que se apoya en los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos, propone a todos los pueblos beligerantes y a sus gobiernos entablar negociaciones inmediatas para concluir una paz justa y democrática.
El Gobierno considera que la paz inmediata, sin anexiones (es decir, sin conquistas de territorios ajenos, sin incorporación de pueblos ajenos por la fuerza) ni contribuciones, es la paz justa o democrática que ansía la mayoría abrumadora de los obreros y de las clases trabajadoras de todos los países beligerantes, agotados, atormentados y martirizados por la guerra; la paz que los obreros y los campesinos rusos han reclamado del modo más categórico y tenaz después de ser derrocada la monarquía zarista.
Ésta es la paz cuya firma inmediata propone el Gobierno de Rusia a todos los pueblos beligerantes, declarándose dispuesto a dar, sin dilación alguna, cuantos pasos decisivos sean necesarios, hasta la ratificación definitiva de todas las condiciones de una paz semejante por las asambleas competentes de representantes populares de todos los países y de todas las naciones…
El Gobierno pone fin a la diplomacia secreta, manifestando su firme propósito de sostener todas las negociaciones a la luz del día, ante el pueblo entero, y procediendo sin demora a la publicación íntegra de los tratados secretos, ratificados o concertados por el Gobierno de los terratenientes y capitalistas desde febrero hasta el 25 de octubre de 1917. Declara anuladas de manera absoluta e inmediata todas las cláusulas de estos tratados secretos, por cuanto en la mayoría de los casos tienden a proporcionar ventajas y privilegios a los terratenientes y capitalistas rusos y a mantener o aumentar las anexiones de los rusos…
Al dirigir esta proposición de paz a los gobiernos y pueblos de todos los países beligerantes, el Gobierno Provisional Obrero y Campesino de Rusia se dirige también, y sobre todo, a los obreros conscientes de las tres naciones más adelantadas de la humanidad y de los tres Estados más importantes que participan en la guerra actual: Inglaterra, Francia y Alemania. Los obreros de estos países han prestado los mayores servicios a la causa del progreso y del socialismo; han dado los magníficos ejemplos del movimiento cartista en Inglaterra, de las revoluciones de importancia histórica universal realizadas por el proletariado francés y, por último, de la heroica lucha contra la Ley de excepción en Alemania y de la larga, tenaz y disciplinada labor —que sirve de ejemplo a los obreros del mundo entero— encaminada a crear organizaciones proletarias de masas en dicho país. Todos estos ejemplos de heroísmo proletario y de iniciativa histórica nos garantizan que los obreros de los países mencionados comprenderán el deber en que están hoy de librar a la humanidad de los horrores de la guerra y de sus consecuencias; que esos obreros, con su actividad múltiple, resuelta, abnegada y enérgica, nos ayudarán a llevar a feliz término la causa de la paz y, con ella, la causa de la liberación de las masas trabajadoras y explotadas de toda esclavitud y explotación.
A las ocho salió de Helsingfors para Petrogrado el último tren con marineros revolucionarios.
En la mañana del 25 de octubre se encontraba en poder de los insurrectos casi todo Petrogrado, excepto la Plaza del Palacio y la de Isaaki.
Ante esa situación, cuando las fuerzas revolucionarias se habían adueñado de los puntos estratégicos de la capital, Lenin, en nombre del Comité Militar Revolucionario, escribió a las diez de la mañana el llamamiento ¡A los ciudadanos de Rusia!
“El Gobierno Provisional —se anunciaba en el documento— ha sido derrocado. El poder estatal pasó a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, que se encontraba al frente del proletariado y la guarnición de la capital”.
En la reunión del Gobierno Provisional, que sesionaba sin cesar, se adoptó una disposición que concedía a Kishkín, miembro del Gobierno, “poderes excepcionales para restablecer el orden en la capital y defenderla de cualesquiera acciones anarquistas, independientemente de donde partieran, y quedaban al mando suyo las autoridades militares y civiles”.
A eso de las diez, Kerenski se fugó del Petrogrado insurrecto so pretexto de ir al encuentro de las tropas “fieles al Gobierno Provisional”.
Hacia las doce se cercó el Palacio Mariínski, sede del Consejo Provisional de la República Rusa. Una hora después fue ocupado.
Cerca de las siete de la tarde, el Cuartel General se comunicó con el Palacio de Invierno por hilo directo. El primer teniente Danilévich, oficial de ordenanzas, informó: “Hace cerca de una hora, unas 50 personas ocuparon el Estado Mayor petrogradense. Al lado del Gobierno están sólo los cadetes, un regimiento de cosacos y dos cañones de la Escuela de Artillería de Mijáilovski…”
A las 22.40 se inauguró en el Smolni el II Congreso de Diputados Obreros y Soldados de toda Rusia. Al comenzar sus labores estaban presentes 649 delegados, de los cuales 390 eran bolcheviques; 160, eseristas; 72, mencheviques, etc. Al convencerse de que la mayoría del Congreso apoyaba a los bolcheviques, los mencheviques, eseristas de derecha y otros conciliadores abandonaron demostrativamente la sesión.
Mientras el Congreso sesionaba se tomó por asalto el Palacio de Invierno.
Los soldados y marineros revolucionarios y los guardias rojos irrumpieron en el recinto. En una de las salas, a los insurrectos les cortó el paso una fila de cadetes dispuestos a disparar, pero fueron desarmados. En la siguiente sala, había otra fila que entregó sus armas sin entrar en combate. La puerta que conducía al local donde se encontraban los ministros del Gobierno Provisional estaba abierta. V. Antónov-Ovséienko, uno de los dirigentes de la insurrección armada en Petrogrado, recordó:
“En la siguiente habitación encontramos a un grupo de personas que se hacían pasar por el Gobierno Provisional. Estaban sentadas a la mesa y se fusionaban en una mancha gris pálida, temblorosa.
— ¡En nombre del Comité Militar Revolucionario, les declaro detenidos!, les anuncié”.
Los ex ministros entregan los papeles y las armas que poseían.
Con dificultad establezco guardia al lado de ellos. Me ayudan los marineros. Ellos arrojan de la habitación a varios sujetos sospechosos. Chudnovski hace la lista de los detenidos, que la firmamos él y yo. Todos están presentes, excepto Kerenski. Uno de los miembros del Gobierno Provisional comunica que había salido de Petrogrado a las 11 de la mañana. Esto provoca entre la gente furiosos gritos contra Kerenski.
El Gobierno Provisional ya no existía.
Pero el triunfo de la insurrección en Petrogrado no hizo recobrar el sentido a Kerenski, quien desde Pskov emitió la “orden de turno”: “…en aras de salvar a la patria, todos los jefes y comisarios deberán proteger sus puestos como también mantengo yo mi cargo de Comandante en Jefe, hasta el momento que se exprese la voluntad del Gobierno Provisional de la República”,
A las tres y diez de la madrugada se leyó a los delegados al II Congreso de los Soviets el telegrama de Antónov-Ovséienko, anunciando que los miembros del último Gabinete de ministros habían sido enviados a la Fortaleza de Pedro y Pablo, desarmados los cadetes y oficiales y designado comandante del Palacio de Invierno a Grigori Chudnóvski, comisario del Regimiento Preobrazhenski de Reserva.
A continuación, los delegados escucharon varios comunicados sobre cómo las unidades militares enviadas por Kerenski contra Petrogrado se solidarizaban con el pueblo en armas.
En nombre del grupo bolchevique, Anatoli Lunacharski dio lectura al llamamiento, escrito por Lenin, A los obreros, a los soldados y a los campesinos, que proclamaba el paso de todo el poder a manos de los Soviets, que debían asegurar un orden verdaderamente revolucionario. El documento terminaba con una exhortación a la vigilancia y firmeza.
La lectura fue interrumpida reiteradas veces por clamorosos aplausos. A las cinco de la madrugada, el Congreso aprobó, casi por unanimidad (2 en contra y 12 abstenciones), el documento, lo cual significaba que el II Congreso de los Soviets de toda Rusia había recibido el poder estatal de manos del Comité Militar Revolucionario y proclamaba el paso de todo el poder en el país a los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos.
La segunda sesión del Congreso comenzó a las nueve de la noche del 26 de octubre. Lenin presentó informes sobre dos temas fundamentales: la paz y la tierra. Cerca de las once de la noche se aprobó el Decreto de la paz, mediante el cual el poder obrero y campesino declaraba su decisión de firmar, de inmediato, la paz sin anexiones ni contribuciones. El decreto declaraba que la guerra imperialista era el mayor crimen contra la humanidad y exhortaba a los pueblos y a su sector más avanzado, la clase obrera, a luchar a favor de la paz.
A las dos de la madrugada del 27 de octubre se aprobó el segundo documento histórico —el Decreto sobre la tierra—, que expresaba las esperanzas e intereses de millones de campesinos y abolía la propiedad privada sobre la tierra. Ésta se proclamaba patrimonio de todo el pueblo.
El Congreso instituyó el Gobierno Obrero y Campesino: Consejo de Comisarios del Pueblo. Los eseristas de izquierda, que en el Congreso apoyaban a los bolcheviques, manifestaron su deseo de no participar en el Gobierno soviético, por lo cual el primer Gobierno fue única y exclusivamente bolchevique. Vladimir Uliánov-Lenin fue nombrado presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo.
En la composición del Consejo entraron los Comisarios del Pueblo: Alexéi Ríkov, del Interior; Vladimir Miliutin, de Agricultura; Alexándr Shliápnikov, del Trabajo; Víctor Noguín, de Comercio e Industria; Anatoli Lunacharski, de Instrucción Pública; L. Trotski, del Exterior; Nikolái Glébov-Avílov, de Justicia; losif Stalin, de Asuntos de las Nacionalidades; en el Comité para los Asuntos Militares y Navales entraron Vladimir Antónov-Ovséienko, Nikolái Krilenko y Pavel Dibenko.
A continuación se eligió el nuevo Comité Ejecutivo Central. La elección se efectuó en plena concordancia con el “Reglamento” aprobado en el I Congreso de los Soviets. Esto significaba que los bolcheviques mantenían una actitud cuidadosa respecto a las formas y los principios de la construcción soviética, adoptados en la etapa anterior, y utilizaban aquellos que no contradecían el devenir del Estado de los obreros.
Del Decreto de la paz
Fragmento del cuadro de V. Serov “Intervención de V. I. Lenin en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia”. 1955.
El Gobierno Obrero y Campesino, creado por la revolución del 24 y 25 de octubre y que se apoya en los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos, propone a todos los pueblos beligerantes y a sus gobiernos entablar negociaciones inmediatas para concluir una paz justa y democrática.
El Gobierno considera que la paz inmediata, sin anexiones (es decir, sin conquistas de territorios ajenos, sin incorporación de pueblos ajenos por la fuerza) ni contribuciones, es la paz justa o democrática que ansía la mayoría abrumadora de los obreros y de las clases trabajadoras de todos los países beligerantes, agotados, atormentados y martirizados por la guerra; la paz que los obreros y los campesinos rusos han reclamado del modo más categórico y tenaz después de ser derrocada la monarquía zarista.
Ésta es la paz cuya firma inmediata propone el Gobierno de Rusia a todos los pueblos beligerantes, declarándose dispuesto a dar, sin dilación alguna, cuantos pasos decisivos sean necesarios, hasta la ratificación definitiva de todas las condiciones de una paz semejante por las asambleas competentes de representantes populares de todos los países y de todas las naciones…
El Gobierno pone fin a la diplomacia secreta, manifestando su firme propósito de sostener todas las negociaciones a la luz del día, ante el pueblo entero, y procediendo sin demora a la publicación íntegra de los tratados secretos, ratificados o concertados por el Gobierno de los terratenientes y capitalistas desde febrero hasta el 25 de octubre de 1917. Declara anuladas de manera absoluta e inmediata todas las cláusulas de estos tratados secretos, por cuanto en la mayoría de los casos tienden a proporcionar ventajas y privilegios a los terratenientes y capitalistas rusos y a mantener o aumentar las anexiones de los rusos…
Al dirigir esta proposición de paz a los gobiernos y pueblos de todos los países beligerantes, el Gobierno Provisional Obrero y Campesino de Rusia se dirige también, y sobre todo, a los obreros conscientes de las tres naciones más adelantadas de la humanidad y de los tres Estados más importantes que participan en la guerra actual: Inglaterra, Francia y Alemania. Los obreros de estos países han prestado los mayores servicios a la causa del progreso y del socialismo; han dado los magníficos ejemplos del movimiento cartista en Inglaterra, de las revoluciones de importancia histórica universal realizadas por el proletariado francés y, por último, de la heroica lucha contra la Ley de excepción en Alemania y de la larga, tenaz y disciplinada labor —que sirve de ejemplo a los obreros del mundo entero— encaminada a crear organizaciones proletarias de masas en dicho país. Todos estos ejemplos de heroísmo proletario y de iniciativa histórica nos garantizan que los obreros de los países mencionados comprenderán el deber en que están hoy de librar a la humanidad de los horrores de la guerra y de sus consecuencias; que esos obreros, con su actividad múltiple, resuelta, abnegada y enérgica, nos ayudarán a llevar a feliz término la causa de la paz y, con ella, la causa de la liberación de las masas trabajadoras y explotadas de toda esclavitud y explotación.
Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo
Vladimir Uliánov-Lenin.
Vladimir Uliánov-Lenin.
Del Decreto sobre la tierra
- Queda abolida en el acto sin ninguna indemnización la gran propiedad agraria.
- Las fincas de los terratenientes, así como todas las tierras de la Corona, de los monasterios y de la Iglesia, con todo su ganado de labor y aperos de labranza, edificios y todas las dependencias, pasan a disposición de los comités agrarios subdistritales y de los Soviets distritales de Diputados Campesinos hasta que se reúna la Asamblea Constituyente.
- Cualquier deterioro de los bienes confiscados, que desde este momento pertenecen a todo el pueblo, será considerado un grave delito, punible por el tribunal revolucionario. Los Soviets distritales de Diputados Campesinos adoptarán todas las medidas necesarias para asegurar el orden más riguroso en la confiscación de las fincas de los terratenientes, para determinar exactamente los terrenos confiscables y su extensión, para inventariar con detalle todos los bienes confiscados y para proteger con el mayor rigor revolucionario todas las explotaciones agrícolas, edificios, aperos, ganado, reservas de víveres, etc., que pasan al
Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo
V. Uliánov-Lenin
Un destacamento de marinos, encabezado por P. Dibenko, se dirige al frente para aplastar el motín de Kerenski-Krasnov.
Mientras tanto, en la tranquila ciudad de Pskov se hacían los
últimos preparativos para emprender la ofensiva contra el Petrogrado
revolucionario. “La luna inundaba las calles del antiguo Pskov con una
luz maliciosa, misteriosa —recordaría más tarde el general Krasnov —.
Sus abruptas murallas y estrechos callejones hacían recordar el medievo
romántico. Para no llamar la atención con el automóvil, el coronel Popov
y yo fuimos a pie. Caminábamos como conspiradores… En realidad, eso
éramos, unos conspiradores: dos mosqueteros de una novela de la Edad
Media… Buscamos largo rato… Al fin divisamos, más bien por insinuación,
dos ventanas alumbradas en la segunda planta de una casa; nos dirigimos
hacia ella y topamos con muchas personas despiertas, ajetreadas, con
ojos inflamados, rostros pálidos, había barullo y confusión en un
apartamento en el que todo lucía patas arriba; allí estaba el propio
Kerenski”. Por mucho que se contaran a los “mosqueteros”, el “comandante en
jefe” sólo tenía bajo sus órdenes seis centurias del 9º y cuatro
centurias de 10º regimientos de cosacos: menos que un regimiento de
plantilla normal. Además, por la mañana habría de salir con ellos de
Pskov, guardando mucho sigilo para que las unidades revolucionarias de
la guarnición y los obreros no detuvieran al ex premier Kerenski.
Cuando el tren con ese “ejército tan imponente” se aproximaba a Gátchina, Kerenski entró en el departamento del general Krasnov:
General, le designo jefe del ejército que se dirige contra Petrogrado; le felicito.
¡Jefe de un ejército compuesto de dos compañías!
“Un juego con soldaditos de plomo”, según palabras del propio Krasnov. No había fuerzas para combatir la revolución. Sólo después de que a su “ejército” se unieran varias unidades, incluidos los cadetes de la Escuela de Alféreces de Gátchina, del Frente Norte, Kerenski tuvo a su disposición cerca de 5.000 hombres.
El 28 de octubre, Krasnov ocupó Tsárskoe Seló con fuerzas del 3º Cuerpo de Caballería.
En la propia capital, los mencheviques y eseristas que, junto con los demócratas constitucionalistas, monárquicos y otros enemigos del Poder soviético, formaron el Comité de Salvación de la Patria y la Revolución, se preparaban para apoyar la marcha contrarrevolucionaria sobre Petrogrado.
El 29 de octubre comenzó en la capital el levantamiento de los cadetes, que fue aplastado ese mismo día. Esto puso fin a las esperanzas de la contrarrevolución de asestar un golpe inesperado a las fuerzas revolucionarias por detrás. Pero la situación aún era muy seria. Para dirigir la defensa de la capital revolucionaria, se formó un Estado Mayor integrado por Podvoiski, Antónov-Ovséienko, Dibenko y otros. Un enorme trabajo preparativo, realizado bajo la dirección personal de Lenin, permitió tener una aplastante superioridad de fuerzas. El 30 de octubre, destacamentos revolucionarios comenzaron a envolver los flancos de las tropas de Krasnov amenazando con salir a la retaguardia del enemigo. Hacia la tarde se liberó Tsárskoe Seló.
Kerenski confiaba en el apoyo del Comité Ejecutivo del Sindicato de Ferroviarios de toda Rusia (CESFR). En las jornadas de octubre, el CESFR, integrado en lo fundamental por eseristas y mencheviques, se convirtió en uno de los centros que se oponían a la revolución. Encubriéndose con frases sobre la neutralidad, en el telegrama especial Nº 1163, exigió perentoriamente al Consejo de Comisarios del Pueblo el cese inmediato de las acciones combativas y la formación de un Gobierno con representantes de otros partidos socialistas. De lo contrario, el CESFR amenazaba con la huelga general de los ferroviarios.
En la noche del 30 de octubre, Kerenski recibió a una delegación del CESFR y declaró que, antes de aceptar o no la tregua, pedía que le concedieran la posibilidad de entrevistarse con todos quienes le apoyaban.
Al comprender que ya no había en quien confiar, el 31 de octubre intentó encontrar la solución en la propuesta —en realidad, ésta no había tenido respuesta— del CESFR y le envió un telegrama: “…he detenido las acciones contra las tropas insurrectas y he enviado a un representante —Stankevich, comisario adjunto al comandante en jefe— para iniciar conversaciones. Adopten medidas para cesar… el derramamiento inútil de sangre. Kerenski”.
Pero todos sabían ya que el “comandante en jefe” carecía de ejército y que no estaba en condiciones de detener o de llevar a cabo acciones combativas. La maniobra fracasó. Kerenski, según su propia expresión, se vio obligado a “disfrazarse absurdamente” y huir de nuevo. El general Krasnov fue detenido por los guardias rojos[6].
El aplastamiento del motín armado de Kerenski-Krasnov significaba el rechazo del primer ataque de las fuerzas reaccionarias, en su desesperado intento de arrancarle el poder a la clase obrera, y la derrota de la primera rebelión antisoviética. “Llegó el momento —como dijo Lenin— de comenzar el trabajo orgánico para dirigir el país…”
Ante todo era necesario asegurar el suministro ininterrumpido de víveres a los centros industriales y al ejército. Era un asunto difícil, pues la contrarrevolución hacía todo lo posible para que aumentara el hambre, culpando de ello al nuevo poder. El 29 de octubre se creó la Sección Alimentaria Especial adjunta al CMR, que debía coordinar y controlar la actividad de las numerosas organizaciones de avituallamiento. Cumplió estas funciones hasta que se instauró el Comisariado del Pueblo de la Alimentación,
Como respuesta al torrente de calumnias y provocaciones antisoviéticas, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó, el 27 de octubre, el Decreto sobre la prensa. Deberían cerrarse temporalmente, “en los límites absolutamente imprescindibles”, aquellos órganos que exhortaban a la resistencia abierta contra el Gobierno soviético, que sembraban discordias, tergiversaban los hechos, e impulsaban a cometer acciones de carácter delictivo.
El 28 de octubre el CMR designó, para proteger museos, palacios y colecciones artísticas, a administradores en el Instituto Smolni, en los palacios de Invierno, de Táurida y Mariínski y en el Ermitage. Se protegían también el Palacio Anichkov y la Biblioteca Pública, de la que se trasladaron a un lugar más seguro los manuscritos valiosos y se organizó una vigilancia especial del edificio. El 30 de octubre, Lunacharski, Comisario del Pueblo de Instrucción Pública, declaró al Palacio de Invierno museo del Estado, al mismo nivel que el Ermitage. A una comisión artístico-histórica se le encomendó efectuar la recepción y el inventario de los bienes del antiguo Departamento Palaciego. Se emprendían los primeros —y más difíciles— pasos para solucionar otra cuestión importante y compleja: proteger los valores científicos. En el terreno de la instrucción pública, el programa de actividad del nuevo poder incluía: liquidar el analfabetismo, organizar una escuela laica única, desarrollar todo tipo de colegios para adultos, etc.
Comenzaba un trabajo inmenso y complejo para construir la vida nueva.
Notas:
[1] El Gobierno de Finlandia, en un acto solemne, entregó esta locomotora a la Unión Soviética en 1957.
[2] Kámenev y Zinóviev.
[3] De acuerdo con la disposición del Gobierno Provisional, del 6 de julio de 1917, « por exhortar públicamente a incumplir las disposiciones legales del gobierno », el culpable se castigaba, en tiempos de paz, con la reclusión en la fortaleza para un plazo de hasta tres años; en tiempos de guerra, esas acciones se consideran de alta traición. El artículo 108 del Código Penal preveía el castigo con trabajos forzados perpetuos o la pena de muerte por acciones que «contribuyan o favorezcan al adversario en sus acciones militares u hostiles contra Rusia».
[4] Verjovski presentó la dimisión el 19 de octubre debido a que el Anteparlamento rechazó su proposición de desmovilizar al ejército y otras medidas que él había previsto. “El mes de trabajo en el Gobierno Provisional —escribió en su solicitud de dimisión— me convenció de que el modo como se dirige el país no concuerda con las tareas del día”.
[5] Así dice el documento.
[6] Bajo palabra de honor, el Poder soviético puso en libertad a Krasnov, pero éste volvió a luchar contra él en los años de la guerra civil. Durante la Gran Guerra Patria colaboró con los hitlerianos. Después de la derrota del fascismo, el Tribunal Supremo de la URSS lo condenó a la pena capital.
Cuando el tren con ese “ejército tan imponente” se aproximaba a Gátchina, Kerenski entró en el departamento del general Krasnov:
General, le designo jefe del ejército que se dirige contra Petrogrado; le felicito.
¡Jefe de un ejército compuesto de dos compañías!
“Un juego con soldaditos de plomo”, según palabras del propio Krasnov. No había fuerzas para combatir la revolución. Sólo después de que a su “ejército” se unieran varias unidades, incluidos los cadetes de la Escuela de Alféreces de Gátchina, del Frente Norte, Kerenski tuvo a su disposición cerca de 5.000 hombres.
El 28 de octubre, Krasnov ocupó Tsárskoe Seló con fuerzas del 3º Cuerpo de Caballería.
En la propia capital, los mencheviques y eseristas que, junto con los demócratas constitucionalistas, monárquicos y otros enemigos del Poder soviético, formaron el Comité de Salvación de la Patria y la Revolución, se preparaban para apoyar la marcha contrarrevolucionaria sobre Petrogrado.
El 29 de octubre comenzó en la capital el levantamiento de los cadetes, que fue aplastado ese mismo día. Esto puso fin a las esperanzas de la contrarrevolución de asestar un golpe inesperado a las fuerzas revolucionarias por detrás. Pero la situación aún era muy seria. Para dirigir la defensa de la capital revolucionaria, se formó un Estado Mayor integrado por Podvoiski, Antónov-Ovséienko, Dibenko y otros. Un enorme trabajo preparativo, realizado bajo la dirección personal de Lenin, permitió tener una aplastante superioridad de fuerzas. El 30 de octubre, destacamentos revolucionarios comenzaron a envolver los flancos de las tropas de Krasnov amenazando con salir a la retaguardia del enemigo. Hacia la tarde se liberó Tsárskoe Seló.
Kerenski confiaba en el apoyo del Comité Ejecutivo del Sindicato de Ferroviarios de toda Rusia (CESFR). En las jornadas de octubre, el CESFR, integrado en lo fundamental por eseristas y mencheviques, se convirtió en uno de los centros que se oponían a la revolución. Encubriéndose con frases sobre la neutralidad, en el telegrama especial Nº 1163, exigió perentoriamente al Consejo de Comisarios del Pueblo el cese inmediato de las acciones combativas y la formación de un Gobierno con representantes de otros partidos socialistas. De lo contrario, el CESFR amenazaba con la huelga general de los ferroviarios.
En la noche del 30 de octubre, Kerenski recibió a una delegación del CESFR y declaró que, antes de aceptar o no la tregua, pedía que le concedieran la posibilidad de entrevistarse con todos quienes le apoyaban.
Al comprender que ya no había en quien confiar, el 31 de octubre intentó encontrar la solución en la propuesta —en realidad, ésta no había tenido respuesta— del CESFR y le envió un telegrama: “…he detenido las acciones contra las tropas insurrectas y he enviado a un representante —Stankevich, comisario adjunto al comandante en jefe— para iniciar conversaciones. Adopten medidas para cesar… el derramamiento inútil de sangre. Kerenski”.
Pero todos sabían ya que el “comandante en jefe” carecía de ejército y que no estaba en condiciones de detener o de llevar a cabo acciones combativas. La maniobra fracasó. Kerenski, según su propia expresión, se vio obligado a “disfrazarse absurdamente” y huir de nuevo. El general Krasnov fue detenido por los guardias rojos[6].
El aplastamiento del motín armado de Kerenski-Krasnov significaba el rechazo del primer ataque de las fuerzas reaccionarias, en su desesperado intento de arrancarle el poder a la clase obrera, y la derrota de la primera rebelión antisoviética. “Llegó el momento —como dijo Lenin— de comenzar el trabajo orgánico para dirigir el país…”
Ante todo era necesario asegurar el suministro ininterrumpido de víveres a los centros industriales y al ejército. Era un asunto difícil, pues la contrarrevolución hacía todo lo posible para que aumentara el hambre, culpando de ello al nuevo poder. El 29 de octubre se creó la Sección Alimentaria Especial adjunta al CMR, que debía coordinar y controlar la actividad de las numerosas organizaciones de avituallamiento. Cumplió estas funciones hasta que se instauró el Comisariado del Pueblo de la Alimentación,
Como respuesta al torrente de calumnias y provocaciones antisoviéticas, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó, el 27 de octubre, el Decreto sobre la prensa. Deberían cerrarse temporalmente, “en los límites absolutamente imprescindibles”, aquellos órganos que exhortaban a la resistencia abierta contra el Gobierno soviético, que sembraban discordias, tergiversaban los hechos, e impulsaban a cometer acciones de carácter delictivo.
El 28 de octubre el CMR designó, para proteger museos, palacios y colecciones artísticas, a administradores en el Instituto Smolni, en los palacios de Invierno, de Táurida y Mariínski y en el Ermitage. Se protegían también el Palacio Anichkov y la Biblioteca Pública, de la que se trasladaron a un lugar más seguro los manuscritos valiosos y se organizó una vigilancia especial del edificio. El 30 de octubre, Lunacharski, Comisario del Pueblo de Instrucción Pública, declaró al Palacio de Invierno museo del Estado, al mismo nivel que el Ermitage. A una comisión artístico-histórica se le encomendó efectuar la recepción y el inventario de los bienes del antiguo Departamento Palaciego. Se emprendían los primeros —y más difíciles— pasos para solucionar otra cuestión importante y compleja: proteger los valores científicos. En el terreno de la instrucción pública, el programa de actividad del nuevo poder incluía: liquidar el analfabetismo, organizar una escuela laica única, desarrollar todo tipo de colegios para adultos, etc.
Comenzaba un trabajo inmenso y complejo para construir la vida nueva.
Notas:
[1] El Gobierno de Finlandia, en un acto solemne, entregó esta locomotora a la Unión Soviética en 1957.
[2] Kámenev y Zinóviev.
[3] De acuerdo con la disposición del Gobierno Provisional, del 6 de julio de 1917, « por exhortar públicamente a incumplir las disposiciones legales del gobierno », el culpable se castigaba, en tiempos de paz, con la reclusión en la fortaleza para un plazo de hasta tres años; en tiempos de guerra, esas acciones se consideran de alta traición. El artículo 108 del Código Penal preveía el castigo con trabajos forzados perpetuos o la pena de muerte por acciones que «contribuyan o favorezcan al adversario en sus acciones militares u hostiles contra Rusia».
[4] Verjovski presentó la dimisión el 19 de octubre debido a que el Anteparlamento rechazó su proposición de desmovilizar al ejército y otras medidas que él había previsto. “El mes de trabajo en el Gobierno Provisional —escribió en su solicitud de dimisión— me convenció de que el modo como se dirige el país no concuerda con las tareas del día”.
[5] Así dice el documento.
[6] Bajo palabra de honor, el Poder soviético puso en libertad a Krasnov, pero éste volvió a luchar contra él en los años de la guerra civil. Durante la Gran Guerra Patria colaboró con los hitlerianos. Después de la derrota del fascismo, el Tribunal Supremo de la URSS lo condenó a la pena capital.
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