Historia Ilustrada. Octubre de 1917: Triunfa la revolución socialista
10 de octubre:
El Comité Central del POSD(b)R adopta la resolución, propuesta por
V. I. Lenin, sobre la insurrección armada: se elige el Buró Político
del CC encabezado por Lenin.
11-13 de octubre:
Congreso de los Soviets de la Región del Norte.
15 de octubre: En la reunión del Comité Central del POSD(b)R se examinan las
medidas para cumplir la resolución del CC del partido sobre la
insurrección armada.
16 de octubre: La reunión ampliada del CC del POSD(b)R confirma la resolución
propuesta por V. I. Lenin sobre la insurrección armada, aprobada por el
Comité Central el 10 de octubre: en la reunión cerrada se elige el
Centro Militar Revolucionario para dirigir la insurrección armada,
integrado por cinco personas.
24-25 de octubre: Insurrección armada de los obreros, soldados y marineros de Petrogrado.
Noche del 26 de octubre: Los insurrectos se apoderan del Palacio de Invierno y se detiene al Gobierno Provisional.
25 de Octubre: Triunfa la Gran Revolución Socialista de Octubre.
25-27 de octubre: El II Congreso de los Soviets de toda Rusia proclama el Poder
soviético, aprueba los decretos leninistas sobre la paz y la tierra,
elige el primer Gobierno soviético: el Consejo de Comisarios del
Pueblo, presidido por V. 1. Lenin. El mes de octubre en Petrogrado comenzó con lluvias. Del golfo de
Finlandia soplaba un viento fuerte, húmedo, y la bruma cubría las
calles, mal alumbradas debido al ahorro de energía eléctrica; los
domicilios recibían electricidad sólo de las 6 de la tarde a las 12 de
la noche. Una vela costaba casi 2 rublos y era casi imposible conseguir
queroseno. Por las noches, los petrogradenses procuraban ir en grupos
para protegerse de los frecuentes atracos.
En uno de esos días lluviosos, por las calles desérticas de
Petrogrado caminaban, sin apresurarse, dos hombres. Uno de ellos,
canoso, bien afeitado, parecido a un sacerdote, escuchaba en silencio a
su acompañante, que le contaba algo interesante, sin olvidarse de mirar
con atención hacia los lados. Eran Lenin, cuidadosamente maquillado, y
Eino Rahja, su enlace del Comité Central. Hacía poco habían terminado en
la estación de Udélnaia el peligroso viaje iniciado en Víborg, desde
donde fueron en tren hasta la estación de Raivola (hoy Róshino);
después, en la locomotora Nº 293[1],
cuyo maquinista era Hugo Jalava, conocido de Lenin, habían atravesado
la frontera. Jalava los llevó hasta la capital revolucionaria.
En la casona Nº 1/92, en la calle Serdobólskaia, a donde se
dirigían, vivían en su mayoría obreros. El domicilio de Margarita
Fofánova fue el último refugio clandestino del guía bolchevique,
vinculado con los días decisivos en la preparación del partido para la
revolución socialista.
Bárbara Yákovleva, miembro del partido desde 1904, participante de la revolución de 1905-1907. Secretaria del Buró Regional moscovita del CC del POSDR desde 1916; después de la Revolución de Febrero, secretaria del Buró Regional moscovita del POSD (b)R. Participó en la reunión del CC del Partido, en la que se adoptó la resolución sobre la insurrección armada; fue miembro del Centro partidario de Moscú para realizar la insurrección, y miembro del Comité Militar Revolucionario de esta ciudad.
El 10 de octubre, después de tres meses de clandestinidad, Lenin
participó en una reunión especial del Comité Central del partido
(malecón del río Kárpovka, Nº 32/1, apartamento 31). V. Yákovleva,
miembro del partido desde 1904 y secretaria del Buró Regional de la
Zona Industrial Central, recordaba: “… El camarada Yákov Sverdlov,
secretario del CC, envió un telegrama en el que exigía la venida de
Lenin y me llamaba como secretaria del Buró Regional. El telegrama nos
dio a entender que la reunión tendría gran importancia… Si no me traiciona la memoria, llegamos a Petrogrado el mismo 10 de
octubre y, aquí, el camarada Sverdlov nos dijo que el pleno se
convocaba para decidir una cuestión fundamental: el partido mantendría o
no el rumbo hacia la insurrección armada en el próximo tiempo. Nos dijo
también que a la reunión asistiría Vladimir Ilich, quien había llegado
clandestinamente de Finlandia… Vladimir Ilich llegó cuando ya
estábamos todos reunidos; su aspecto era desconocido: afeitado, con
peluca… La reunión se inauguró tan pronto él apareció. Lenin comunicó de manera concisa el tema, planteó la cuestión y
después propuso escuchar los datos suministrados por el secretario del
CC acerca de la actitud de las masas y la situación en las localidades…
Cerrada la noche, probablemente después de las 12, se aprobó la
resolución (2 en contra[2] y una o dos abstenciones) de que el partido mantendría el rumbo hacia la insurrección”.
Facsímil de la resolución del CC del POSD(b)R, escrita por Lenin, sobre la insurrección armada.
Resolución sobre la insurrección armada, aprobada en la reunión del CC del POSD(b)R
10 de octubre de 1917
El CC reconoce que tanto la situación
internacional de la revolución rusa (insurrección en la flota alemana
como manifestación extrema del ascenso en toda Europa de la revolución
socialista mundial; luego, la amenaza del campo imperialista de
estrangular la revolución en Rusia), como la situación militar
(decisión indudable de la burguesía rusa y de Kerenski y Cía. de
entregar Petrogrado a los alemanes) y la conquista por el partido
proletario de la mayoría dentro de los Soviets; unido todo ello a la
insurrección campesina y al viraje de la confianza del pueblo hacia
nuestro partido (elecciones de Moscú), y, finalmente, la preparación
manifiesta de un segundo intento de sublevación al estilo Kornílov
(evacuación de tropas de Petrogrado, concentración de cosacos en las
cercanías de la capital, cerco de Minsk por los cosacos, etc.), ponen al
orden del día la insurrección armada.
Reconociendo que la insurrección armada
es inevitable y existen las máximas condiciones para efectuarla, el CC
insta a todas las organizaciones del partido a guiarse por eso y a
examinar y resolver desde este punto de vista todos los problemas
prácticos (Congreso de los Soviets de la Región del Norte, evacuación
de tropas de Petrogrado, acciones en Moscú y Minsk, etc.).
En esta misma reunión se creó el Buró Político del CC, encabezado por Lenin, para dirigir políticamente la insurrección.
Petrogrado.
Smolni: edificio del ex instituto de señoritas nobles, entregado por el
Gobierno de Kerenski para instalar allí el Comité Ejecutivo Central de
los Soviets elegido en el I Congreso de los Soviets.
El 11 de octubre se inauguró en el Smolni el Congreso de los Soviets
de Diputados Obreros y Soldados de la Región del Norte, convocado por
iniciativa del CC del POSD(b)R, en el que estaban representados los
Soviets de muchas ciudades: desde Petrogrado y Moscú hasta Víborg y
Narva. Además, en las labores del congreso participaban representantes
del Soviet de Diputados Campesinos de Petrogrado, del II Congreso de la
Flota del Báltico, del Comité Regional del Ejército, la Flota y los
Obreros de Finlandia, etc.
El Comité Ejecutivo Central eserista-menchevique de los Soviets
declaró que el congreso era una reunión privada y retiró a sus
delegados. Los mencheviques permanecieron en él sólo con “fines
informativos”. A propuesta de la sección bolchevique, que desempeñaba el
papel rector en el congreso, se aprobó una resolución que rechazaba las
patrañas respecto a la incompetencia del foro.
Los informes de representantes de la Flota del Báltico, de los
Soviets de Kronstadt y Helsingfors y del Comité Regional del Ejército,
la Flota y los Obreros de Finlandia confirmaron a plenitud las
conclusiones leninistas de que las masas estaban listas para la
insurrección. A diferencia de julio de 1917, cuando el Petrogrado
revolucionario no podía contar con el apoyo de la acción armada en
otros centros del país, en octubre la situación era tal que la
insurrección podría comenzar no en Petrogrado, sino, por ejemplo, en
Moscú, y sólo debido a causas históricas objetivas y subjetivas eso no
sucedió.
En el grupo bolchevique del congreso se leyó la Carta a los camaradas bolcheviques que participan en el Congreso de los Soviets de la Región del Norte, escrita
por Lenin: “Camaradas: nuestra revolución vive momentos críticos en
extremo… El momento es tal que la demora equivale verdaderamente a la
muerte”.
Obreros, miembros de la Guardia Roja de la fábrica Elektrosila de Petrogrado.
El representante del CC informó al grupo bolchevique en el Congreso
de los Soviets de la Región del Norte acerca de la resolución del Comité
Central, aprobada la víspera, sobre la insurrección armada.
Por influencia de los bolcheviques, el congreso adoptó una resolución
que constataba la situación interior y exterior del país crítica al
extremo, y reconocía que al “pueblo sólo puede salvarle el paso
inmediato de todo el poder a manos de los órganos de la revolución: los
Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos en el centro y en
las localidades”.
Guardia Roja de la fábrica Vulkán.
Cumpliendo las indicaciones de Lenin de formar un Estado Mayor legal
de la insurrección armada, los bolcheviques petrogradenses hallaron
una solución muy acertada, vinculándola con la oposición a los intentos
de sacar de la ciudad a las unidades de la guarnición. Se instituyó el
Estado Mayor revolucionario como órgano legal para la defensa de la
ciudad, al que se le encomendaba determinar el mínimo de fuerzas
combativas y medios auxiliares necesarios para defender Petrogrado (es
decir, de él dependía la cuestión relacionada con la retirada de las
tropas de Petrogrado): debería también proteger la ciudad frente a los
atentados contrarrevolucionarios desde el interior. El Comité
Ejecutivo del Soviet de Petrogrado decidió denominar a este organismo
Comité Militar Revolucionario (CMR), integrado por representantes del
Soviet de Petrogrado, del Comité Central de la Flota del Báltico, del
Comité Regional de Finlandia, de los comités de fábrica y sindicales de
las empresas y de la Organización Militar adjunta al CC del partido de
los bolcheviques.
Del comunicado del periódico Rabochi Put sobre
la reunión del Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados Obreros y
Soldados de Petrogrado, convocada el 12 de octubre de 1917, respecto a
la creación del Comité Militar Revolucionario y la reunión de la
guarnición:
13 de octubre de 1917
Ayer se celebró una reunión a puerta
cerrada del Comité Ejecutivo de Petrogrado, en la que se discutió el
informe de la Sección Militar del Soviet sobre la creación del Comité
Militar Revolucionario. La necesidad de crearlo fue reconocida por todo
el Comité Ejecutivo, excepto dos mencheviques.
El Comité Militar Revolucionario es organizado por el Comité Ejecutivo de Petrogrado y es su organismo…
Son funciones del Comité Militar
Revolucionario determinar las fuerzas combativas y los medios
auxiliares necesarios para defender Petrogrado que no estarán sujetos a
su retirada: contabilizar y registrar los efectivos de las
guarniciones de Petrogrado y sus alrededores, así como los pertrechos y
alimentos; confeccionar el plan de trabajos para defender la capital,
las medidas para protegerla de las matanzas y las deserciones y, por
último, mantener la disciplina revolucionaria entre las masas obreras y
los soldados.
El CMR comunicó en uno de sus primeros boletines: “El Comité Militar
Revolucionario, aprobado en la reunión general del Soviet, se ha
formado y comenzó la actividad más intensa el 20 de octubre del
presente”. Así, la preparación para la insurrección entró en su etapa
decisiva.
Destacamento de la Guardia Roja de la fábrica Putilov.
El 14 de octubre, al presidium del Comité Ejecutivo del Soviet de
Diputados Obreros y Soldados de Moscú se eligió única y exclusivamente a
bolcheviques. El 16 de octubre el Soviet de Diputados Obreros y
Soldados de Sarátov declaró la lucha abierta contra la política del
Gobierno Provisional. Ese mismo día, el Congreso de los Soviets de la
provincia de Vladimir dispuso: considerar traidores a la causa de la
revolución al Gobierno Provisional y a todos los partidos que le apoyan
; considerar a todos los Soviets de la provincia de Vladimir, así como a
su centro, el Comité Ejecutivo Provincial, en situación de lucha
abierta e implacable contra el Gobierno Provisional. Del 16 al 24 de
octubre se celebró en Irkutsk el I Congreso de los Soviets de toda
Siberia, que declaró el paso del poder a los Soviets y eligió su Comité
Ejecutivo Central. El 18 de octubre, el Congreso Regional de los
Soviets de Diputados Obreros y Soldados aprobó en Kiev la resolución de
entregar el poder a los Soviets. El 19 de octubre, el Comité
Ejecutivo Regional de los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y
Campesinos aprobó en Moscú una resolución sobre la necesidad de armar a
los obreros y campesinos pobres a través de los Estados Mayores de la
Guardia Roja; entregar la tierra a disposición de los comités
campesinos agrarios; liquidar de inmediato el Gobierno de Kerenski y
entregar el poder a los Soviets.
Guardias Rojos del destacamento de la fábrica Obújov.
En reunión a puerta cerrada del Comité petrogradense de los
bolcheviques, celebrada el 15 de octubre, Andréi Búbnov, miembro del CC
del partido, presentó un informe dedicado a los preparativos de la
insurrección armada. “La apreciación general del estado de ánimo popular
en este momento —subrayó el informante— es la siguiente: nos
aproximamos al desenlace, la crisis ya ha madurado y los
acontecimientos empiezan a desenvolverse. Comenzamos a entrar en combate
con las fuerzas contrarias a nosotros. Nos encontramos en la víspera
de la acción”. Después de discutir el informe se aprobó el plan concreto
de actividad de la organización petrogradense para la insurrección.
Guardias Rojos de la fábrica Mijelsón.
El 16 de octubre se convocó una reunión ampliada del CC en la que
participaron representantes de la Comisión Ejecutiva del Comité
petrogradense, la Organización Militar adjunta al CC del POSD(b)R, el
Soviet de Petrogrado, los sindicatos, los comités de fábrica, los
ferroviarios y el Comité Regional. Después de dar lectura a la
resolución aprobada por el CC del partido en su reunión del 10 de
octubre, Lenin señaló que, del análisis político de la lucha de clases
en Rusia y la situación en Europa, se desprendía la necesidad de aplicar
una política más resuelta y activa, la cual sólo podía ser la
insurrección armada. Pero de nuevo Kámenev y Zinóviev no apoyaron la
resolución del CC, aduciendo que las fuerzas de los bolcheviques eran
“insuficientes” para la insurrección victoriosa. “Los hechos —dijo Lenin en su ponencia— demuestran que tenemos
superioridad sobre el enemigo… Para rechazar la resolución del CC hay
que demostrar que no existe desbarajuste económico, que la situación
internacional no conduce a complicaciones… Se teme que no nos
sostengamos en el poder, pero precisamente ahora tenemos posibilidades
especiales de sostenernos en el poder”.
Con 19 votos a favor, 2 en contra y 4 abstenciones, se aprobó la
resolución del Comité Central del 10 de octubre y se exhortó a todas las
organizaciones del partido, a los obreros y soldados, a prepararse de
manera multilateral e intensiva para la insurrección armada; se expresó
la plena seguridad de que el Comité Central y el Soviet indicarían el
momento propicio y los medios convenientes para la acción.
En dicha reunión se instituyó el Centro Militar Revolucionario para
dirigir la insurrección, integrado por Andréi Búbnov, Félix Dzerzhinski,
Yákov Sverdlov, Iosif Stalin, Moiséi Uritski.
Por decisión del CC, ese
organismo entró a formar parte del Comité Militar Revolucionario del
Soviet de Petrogrado.
En estos días de responsabilidad y decisivos, cuando se preparaba la
insurrección armada, Zinóviev y Kámenev se declararon abiertamente
traidores. El 18 de octubre, en el periódico semimenchevique Nóvaia Zhizn apareció
un artículo en el que Kámenev, en nombre propio y de Zinóviev, hacía
pública la decisión del CC del partido acerca de la insurrección
inmediata. En mensajes dirigidos a los miembros del partido de los
bolcheviques y al Comité Central del POSD(b)R, Lenin exigió con ira e
indignación expulsar del partido a los traidores. La carta de Lenin al
Comité Central del POSD(b)R se discutió en la reunión de dicho Comité el
20 de octubre. El CC aceptó la solicitud de Kámenev de retirarse del
Comité Central. A Zinóviev y Kámenev se les impuso la obligación de no
hacer ninguna declaración contra las decisiones del CC y la línea
trazada por él.
En la tarde del 20 de octubre, el CMR designó comisarios en todas las
unidades militares de la guarnición de Petrogrado y unos días después
en las entidades y empresas más importantes de la capital. Los
comisarios se seleccionaban entre los antiguos cuadros bolcheviques,
revolucionarios profesionales y combatientes más activos: obreros,
soldados, marineros.
El 21 de octubre, la reunión de representantes de los comités de
regimientos de la guarnición adoptó una resolución sobre el pleno apoyo
al CMR, y propuso hacer una revista de las fuerzas de los soldados y
obreros petrogradenses el Día del Soviet de Petrogrado (22 de octubre).
Llamamiento del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado a los soldados de la guarnición capitalina
22 de octubre de 1917
En la reunión del 21 de octubre, la
guarnición revolucionaria de Petrogrado se cohesionó en torno al Comité
Militar Revolucionario del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de
Petrogrado, como su órgano dirigente.
Sin embargo, el 22 de octubre por la
noche, el Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado no reconoció
al Comité Militar Revolucionario, negándose a trabajar junto con los
representantes de la Sección de Soldados del Soviet.
De este modo, el Estado Mayor rompió con
la guarnición revolucionaria y con el Soviet de Diputados Obreros y
Soldados de Petrogrado.
Al romper con la guarnición, el Estado
Mayor se convierte en un instrumento de las fuerzas
contrarrevolucionarias. El Comité Militar Revolucionario declina toda
responsabilidad por las acciones del Estado Mayor de la Región Militar
de Petrogrado.
Soldados de Petrogrado:
La protección del orden revolucionario frente a los atentados
contrarrevolucionarios recae sobre ustedes, bajo la dirección del
Comité Militar Revolucionario.
Son nulas todas las disposiciones remitidas a la guarnición que no estén firmadas por el Comité Militar Revolucionario.
En el día de hoy —Día del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de
Petrogrado— tienen pleno vigor todas las disposiciones del Soviet
petrogradense.
A los soldados de la guarnición se les ordena mantener vigilancia, firmeza y rigurosa disciplina.
La revolución está en peligro. ¡Viva la guarnición revolucionaria!
Destacamento de Guardias Rojos en la avenida Konnogvardeiski de Petrogrado.
Para el 22 de octubre se había previsto una manifestación, o
“procesión”, de los cosacos en Petrogrado, considerada por la
contrarrevolución como una revista de sus fuerzas. Los bolcheviques
realizaron una labor inmensa entre ellos. El Soviet de Petrogrado se
dirigió a los cosacos con un llamamiento especial. Delegados de los
regimientos de cosacos fueron invitados a una reunión de representantes
de los comités de los regimientos de la guarnición, celebrada en el
Smolni. Allí los cosacos declararon que no actuarían contra los obreros y
soldados. Así, se frustró esta grandiosa provocación del Gobierno
Provisional.El 22 de octubre se pasó revista, con mucho éxito, a las fuerzas
revolucionarias. En las unidades militares y las fábricas, en todos
los locales públicos —las mayores salas de conciertos, de cine, en el
circo, etc. — se celebraron mítines multitudinarios. En realidad, los
obreros habían ocupado toda la ciudad. El Día del Soviet de Petrogrado
se mostró la fuerza real de los bolcheviques.
El 22 y 23 de octubre sesionó una conferencia de guardias rojos de la
ciudad, y se aprobó el reglamento, cuyo primer punto decía: “La
Guardia Roja obrera es una organización de las fuerzas armadas del
proletariado para combatir la contrarrevolución y defender las
conquistas de la revolución”. La cuestión de la Guardia Roja se habló
el 23 de octubre en la reunión del Soviet de Petrogrado. En la
resolución adoptada se subrayó que era indispensable crear la guardia
obrera para combatir la contrarrevolución y defender las conquistas
revolucionarias. El Soviet se encargó tanto de organizarla como de
dirigirla políticamente.
Las unidades militares de la guarnición aprobaban, una tras otra,
resoluciones en apoyo del Soviet de Petrogrado y su subordinación al
CMR. El comité del crucero Aurora recibió la orden del Comité
Central de la Flota del Báltico de no sacar el barco de Petrogrado
hasta nueva orden. Esta fue la respuesta a los intentos del Gobierno
Provisional de alejar de la capital el buque revolucionario so pretexto
de probar las máquinas después de repararlas.
Telegrama del teniente N. A. Erikson, comandante interino del crucero Aurora, al
contraalmirante A. V. Razvémov, jefe de la Flota del Báltico,
comunicando que el Comité Central de la Flota del Báltico prohibió la
salida del buque.
23 de octubre de 1917 Urgente
A mediodía de hoy, el presidente del
comité del buque recibió del Comité Central de la Flota del Báltico la
orden de no abandonar Petrogrado hasta recibir una nueva orden. El
presidente del comité del buque insistió ante Dibenko, por radiograma,
en que era necesaria la salida del crucero, prevista para el miércoles,
con el fin de probar las máquinas, por lo cual mañana tenemos que
zarpar a Kronstadt. Dibenko insiste en que el crucero permanezca en
Petrogrado los días 25 y 26. El presidente del comité del buque
considera imposible desobedecer la disposición del Comité Central de la
Flota del Báltico, y él mismo me lo ha comunicado. Sobre esto se ha
informado al ministro de la Marina.
Teniente
Erikson
El Gobierno se esforzaba por reunir fuerzas para combatir la
revolución ascendente. El 19 de octubre, P. Maliantóvich, ministro de
Justicia, ordenó al fiscal de la cámara judicial detener de inmediato a
Lenin. En la reunión de Kerenski con los ministros de la Marina y de la
Guerra, asi como con Cheremisov, jefe del Frente Norte, se examinaron
las medidas a tomar en caso de que los bolcheviques actuasen. Se
decidió supeditar Petrogrado al jefe del Frente Norte.
Una de las primeras órdenes de Cheremisov fue la de enviar al frente algunas unidades de la guarnición de la capital.
Retenes de cadetes ocuparon los puntos más importantes de la ciudad.
En la madrugada del 24 de octubre fue asaltada la imprenta del
periódico Rabochi Put, órgano central del Partido Bolchevique.
El Estado Mayor de la Región Militar ordenó destituir y enjuiciar a los
comisarios del CMR, designados a las unidades militares; se preparaba
un ataque al Smolni.
Mandamiento del fiscal de la
Cámara judicial de Petrogrado, Korchevski, al juez de instrucción para
los asuntos judiciales del Tribunal provincial de Petrogrado, V. K.
Gudvilovich, para comenzar la investigación de la actividad de los
miembros del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado.
24 de octubre de 1917
Urgente
Enviando con el presente el llamamiento
—que adquirió divulgación— del Comité Militar Revolucionario del Soviet
de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, así como el número del
periódico Birzhevie Védomosti y del Izvestia Tsentralnogo Ispolnitélnogo Komiteta Soviétov Rabóchij Soldatskij Deputatov, del
24 de octubre último, que contienen indicaciones respecto a la
composición del Comité Militar Revolucionario, le encomiendo comenzar la
instrucción del sumario de acuerdo con el 3 párrafo de la ley del 6 de
julio de 1917 y con el artículo 108 del Código Penal[3]. Le comunico que el control de dicha instrucción lo he encomendado al vicefiscal de la Cámara judicial, Savoiski.
Fiscal de la Cámara judicial Korchevski
Secretario. Pahn
En la mañana del 24 de octubre se reunió de nuevo el CC del partido.
Lenin permanecía en la clandestinidad. En la primera resolución, el CC
dispuso que ninguno de sus miembros abandonara el Smolni sin
autorización especial de este organismo. A los miembros del CC se les
encomendaron tareas concretas: a Sverdlov, organizar la vigilancia del
Gobierno Provisional y sus disposiciones; a Búbnov, mantener enlace con
los ferroviarios; a Dzerzhinski, controlar Correos y Telégrafos; a
Miliutin, organizar el avituallamiento. Se comenzó a elaborar el orden
del día y los principales documentos del II Congreso de los Soviets de
toda Rusia a inaugurar el 25 de octubre. Se encomendó a Lenin preparar
los documentos sobre las cuestiones de la tierra, la guerra y el poder;
a Miliutin, el control obrero; a Stalin, el problema de las
nacionalidades.
A las 10 de la mañana del 24 de octubre llegó a la imprenta del periódico Rabochi Put un
destacamento del CMR. Comenzó la lucha armada por el poder de los
Soviets. A las dos apareció ya el número ordinario del periódico, con el
llamamiento a derrocar al Gobierno Provisional y establecer el poder de
los Soviets.
Ese mismo día, en la reunión del Comité petrogradense de los
bolcheviques, en la que participaron activistas partidarios de la
capital, se discutió un solo tema: La situación actual con motivo de la política del Gobierno Provisional durante las últimas fechas.
Se aprobó esta resolución: “El Comité petrogradense considera que es
tarea imprescindible de todas las fuerzas de la revolución derrocar
inmediatamente al Gobierno y entregar el poder a los Soviets de
Diputados Obreros y Soldados, tanto en el centro como en las
localidades. Para cumplir esta tarea, el Comité petrogradense estima
necesario pasar a la ofensiva —sin la menor demora— con toda la fuerza
organizada de la revolución…”
El CMR envió la directiva Nº 1 a los comisarios, comités de los
regimientos y estados mayores de la Guardia Roja, según la cual se
ponían en disposición combativa todas las unidades militares de la
guarnición (hasta 150.000 efectivos) y los destacamentos de la Guardia
Roja (más de 20.000 personas). De día, el CMR, a través de la emisora
del crucero Aurora, ordenó: “Todas las guarniciones que protegen los accesos a Petrogrado permanecerán en completa disposición para el combate”.
A las 13.00, Kerenski declaró en el Palacio Mariinski, donde
sesionaba el Anteparlamento, que el Gobierno Provisional se proponía
liquidar la insurrección en Petrogrado. “El Gobierno Provisional y yo
—el ministro-presidente no perdió la ocasión de pavonearse—preferimos
que nos maten y nos liquiden, ¡pero no traicionaremos la vida, el honor
y la independencia del Estado!” Los demócratas constitucionalistas,
mencheviques, trudoviques y eseristas de derecha acogieron estas
palabras con clamorosos aplausos, puestos de pie.
Orden del Estado Mayor de la
Región Militar de Petrogrado a los jefes de las escuelas militares
Pávlovskoe y Vladímirskoe, sobre el envío de destacamentos de cadetes a
la Plaza del Palacio.
24 de octubre de 1917
El comandante en jefe ordenó: nada más
recibir el presente comunicado, dislocarse en plena disposición
combativa en la plaza frente al Palacio de Invierno. Comuniquen el
cumplimiento del presente.
Jefe del Estado Mayor de la Región Militar, general mayor Bagratuni
Lo refrendó Malevski comisario del Gobierno Provisional
Comunicado del periódico Rabochi Put sobre la llegada del 1º Batallón Femenino Petrogradense al Palacio de Invierno.
25 de octubre de 1917
A las 12 del día llegó al Palacio de
Invierno el batallón voluntario femenino con todo su armamento. El
batallón se dislocó en la plaza, alrededor del palacio.
Orden del Estado Mayor de la
Región Militar de Petrogrado al primer teniente Beliáev para dislocar a
los cadetes de la Escuela Militar Konstantínovskoe en la Plaza del
Palacio.
24 de octubre de 1917
Sobre la base de la disposición del jefe
del Estado Mayor de la Región Militar de Petrogrado, le ordeno dislocar
inmediatamente la Escuela Militar Konstantínovskoe en la Plaza del
Palacio, para mantener la legalidad y el orden.
Hasta la designación de una persona especial, el mando provisional se le encomienda a usted.
Por el general-aposentador,
alférez
Orden del Estado Mayor de la
Región Militar de Petrogrado al jefe de la 2ª Compañía del Batallón de
Ciclistas, sobre la protección del Palacio de Invierno.
24 de octubre de 1917
Por orden del jefe del Estado Mayor de la
Región Militar, la compañía que usted comanda deberá desplazarse al
Palacio de Invierno y montar la guardia.
Fiel al original:
teniente coronel Poradélov
La acción de las masas también iba en aumento, cobraba fuerza.
Una hora después, aproximadamente, de que Kerenski hiciera su
declaración, F. Dzerzhinski, en nombre del CMR, se dirigió a Stanislav
Pestkovski, secretario del grupo bolchevique en el II Congreso de los
Soviets de toda Rusia, con la orden de ocupar Telégrafos. En las calles
se difundía el llamamiento del Comité Militar Revolucionario.
Llamamiento del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado a la población con la evocación de organizar todas las fuerzaspara rechazar la contrarrevolución.
24 de octubre de 1917
¡Soldados! ¡Obreros! ¡Ciudadanos!
Los enemigos del pueblo pasaron por la
noche a la ofensiva. Los kornilovianos del Estado Mayor tratan de traer
de los alrededores a los cadetes y batallones de choque. Los cadetes
de Oranienbaum y los batallones de choque en Tsárskoie Selo se negaron a
actuar. Se proyecta un golpe traicionero contra el Soviet de Diputados
Obreros y Soldados de Petrogrado. Se han cerrado los periódicos Rabochi Put y Soldat; se han sellado las imprentas. La campaña de los conspiradores contrarrevolucionarios está dirigida contra el Congreso de los Soviets de toda Rusia en la víspera de su inauguración, contra la Asamblea Constituyente, contra el pueblo. El
Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado permanece en
defensa de la revolución. El Comité Militar Revolucionario dirige el
rechazo del atentado de los conspiradores. Toda la guarnición y todo el
proletariado de Petrogrado están dispuestos a asestar un golpe demoledor
a los enemigos del pueblo.
El Comité Militar Revolucionario dispone:
Todos los Comités de los regimientos, compañías y destacamentos,
junto con los comisarios del Soviet, todas las organizaciones
revolucionarias, deben sesionar incesantemente, concentrando en sus
manos todos los datos sobre los planes y las acciones de los
conspiradores.
Ningún soldado puede ausentarse sin el permiso del comité de su unidad.
Enviar inmediatamente al Instituto Smolni dos representantes de cada unidad y cinco de cada Soviet distrital.
Comunicar inmediatamente al Instituto Smolni acerca de todas las acciones de los conspiradores.
Todos los miembros del Soviet de Petrogrado y todos los delegados al
Congreso de los Soviets de toda Rusia se invitan inmediatamente al
Instituto Smolni a una reunión urgente.
La contrarrevolución levantó su cabeza transgresora.
A todas las conquistas y esperanzas de
los soldados, obreros y campesinos les amenaza un gran peligro. Pero las
fuerzas de la revolución superan inmensamente a las fuerzas de sus
enemigos.
La causa del pueblo se encuentra en manos firmes. Los conspiradores serán arrollados.
Ninguna vacilación ni dudas. Firmeza, tenacidad, aguante, decisión. ¡Viva la revolución!
El jefe de la Región Militar de Petrogrado ordenó desconectar de
inmediato los teléfonos del Soviet de Petrogrado y levantar los puentes
para separar los barrios proletarios del centro de la ciudad. El
periódico Rabochi Put escribió al respecto: “El ingeniero
civil encargado de los puentes comenzó a levantarlos, pero los guardias
rojos que habían establecido sus retenes en los puentes impidieron que
fuesen levantados”. A las 19.00, guardias rojos y soldados
revolucionarios ocuparon todos los puentes sobre el Gran Neva, Pequeño
Neva y Gran Nevka, excepto los puentes Nikoláevski y del Palacio.
A las 15.00 llegó a la Plaza del Palacio artillería ligera, llamada
por el Gobierno Provisional. Al mismo tiempo, los ciclistas que
protegían el Palacio de Invierno desde el mes de julio, retiraron sus
retenes y declararon que no seguirían montando guardia en el palacio.
A las 17.00 pasó a manos de los bolcheviques la Central de
Telégrafos. Unas horas después se ocupó la Agencia Telegráfica de
Petrogrado.
Todo lo relativo a la insurrección armada se examinaba en reuniones
distritales de los bolcheviques. Entre algunos miembros del CC y del
CMR surgieron ciertas vacilaciones. En particular, Trotski, quien en
aquellos días era presidente del Soviet de Petrogrado, declaró el 24
de octubre que la detención del Gobierno Provisional no figuraba en el
orden del día y que la cuestión del poder se decidiría en el Congreso de
los Soviets, a celebrarse el 25 de octubre. Lenin, que permanecía en
un domicilio clandestino, envió reiteradas veces a M. Fofánova al Comité
del partido de Víborg para estar al corriente de los acontecimientos.
Pedía con insistencia permiso al Comité Central para trasladarse al
Smolni.
Por la tarde, Lenin envió de nuevo a Fofánova al Comité de Víborg con la Carta a los miembros del CC.
Carta de Lenin a los miembros del CC.
24 de octubre de 1917
Camaradas:
Escribo estas líneas el 24 por la tarde.
La situación es crítica en extremo. Está claro como la luz del día que,
hoy, todo lo que sea aplazar la insurrección significa verdaderamente
la muerte.
Poniendo en ello todas mis fuerzas,
quiero convencer a los camaradas de que hoy todo pende de un hilo, de
que figuran en el orden del día problemas que no pueden resolverse por
medio de conferencias ni de congresos (aunque sean, incluso, congresos
de los Soviets), sino únicamente por los pueblos, por las masas, por
medio de la lucha de las masas armadas.
El embate burgués de los kornilovianos y la destitución de Verjovski[4]
demuestran que no se puede esperar. Es necesario, a todo trance,
detener al Gobierno esta tarde, esta noche, desarmando previamente a
los catedes (después de vencerlos, si oponen resistencia), etc. ¡¡No se
puede esperar!! ¡¡Nos exponemos a perderlo todo!!
¿Qué se conseguirá con la toma inmediata del poder? Proteger al pueblo (no
al congreso, sino al pueblo, al ejército y a los campesinos, en primer
término) contra el Gobierno korniloviano, que ha expulsado de su puesto a
Verjovski y ha urdido una segunda conspiración. korniloviana.
¿Quién ha de hacerse cargo del poder?
Esto no tiene ahora importancia: que lo
asuma el Comité Militar Revolucionario “u otra institución” que declare
que sólo entregará el poder a los verdaderos representantes de los
intereses del pueblo, de los intereses del ejército (inmediata
propuesta de paz), de los intereses de los campesinos (inmediata toma
de posesión de la tierra, abolición de la propiedad privada), de los
intereses de los hambrientos.
Es necesario que todos los distritos,
todos los regimientos y todas las fuerzas sean movilizados
inmediatamente y que envíen sin demora delegaciones al.
Comité Militar Revolucionario, al CC del Partido Bolchevique, exigiendo
con insistencia: no dejar en modo alguno el poder en manos de Kerenski y
Cía. hasta el 25, en modo alguno. El problema debe resolverse sin
falta esta tarde o esta noche.
La historia no perdonará ninguna
dilación a los revolucionarios que hoy pueden triunfar (y que
triunfarán hoy con toda seguridad) y que mañana correrán el riesgo de
perder mucho, de perderlo todo.
Si hoy nos adueñamos del poder, no nos adueñamos de él contra los Soviets, sino para ellos.
La toma del poder es obra de la insurrección; su meta política se verá clara después de que hayamos tomado el poder.
Esperar a la votación incierta del 25 de
octubre sería echarlo todo a perder o sería puro formalismo; el pueblo
tiene el derecho y el deber de resolver estos problemas no por medio de
votaciones, sino por la fuerza; tiene, en momentos críticos de la
revolución, el derecho y el deber de guiar a sus representantes, incluso
a sus mejores representantes, sin detenerse a esperar por ellos.
Así lo ha demostrado la historia de todas
las revoluciones, y los revolucionarios cometerían el mayor de los
crímenes si dejasen pasar el momento, sabiendo que de ellos depende la salvación de la revolución, la propuesta de paz, la salvación de Petrogrado, la salvación del hambre y la entrega de la tierra a. los campesinos.
El Gobierno vacila. ¡Hay que acabar con él, cueste lo que cueste!
Demorar la acción equivaldría a la muerte.
El CC del partido encomendó a una funcionaria del Secretariado
encontrarse con Krúpskaya para que transmitiese a Lenin, que se
presentara en el Smolni. Pero Lenin ya no se encontraba en el domicilio
clandestino. Junto con Eino Rahja, enlace del Comité Central, había
salido para el Smolni, sin esperar autorización.
Con fines conspirativos, Lenin se maquilló, se puso un abrigo y un
gorro viejos, y vendó su mejilla con un pañuelo. Por el camino fueron
detenidos dos veces por los cadetes.
Nikolái Podvoiski, uno de los dirigentes de la Organización Militar
del CC del partido, describió así la llegada de Lenin al Comité Militar
Revolucionario: “Ya estaba totalmente oscuro cuando Lenin, maquillado, junto con el
camarada Rahja, avanzaba por las calles desiertas y silenciosas en
espera de algo. A Lenin le asombró el que en casi todas partes le
pararan nuestras patrullas: guardias rojos, marineros, soldados
revolucionarios. Sólo de vez en cuando se encontraban patrullas de
cadetes. — No creía que todo se les hubiera podrido de tal manera (es decir, el Gobierno Provisional) —dijo a su acompañante. Se aproximaron al Smolni, pero tampoco a éste se le podía reconocer.
En todas las ventanas se veían luces; en el patio había automóviles
blindados; a la entrada estaban en sus puestos los centinelas… Por
doquier personas armadas…
Es difícil transmitir nuestra emoción y alegría cuando vimos a Lenin…
A través de enlaces, pusimos de inmediato en conocimiento de todos los
regimientos y de las fábricas que Lenin dirigía la insurrección, que
él se encontraba en el Smolni… Y de todo Petrogrado comenzaron a
dirigirse a él los jefes de destacamentos de la Guardia Roja, de las
unidades insurrectas…”
El Comité Militar Revolucionario, que se preparaba para realizar
acciones decisivas, transmitió al Comité Central bolchevique de la Flota
del Báltico (Centrobalt), en Helsingfors, el siguiente telegrama:
“Centrobalt, envía el reglamento”. Era la señal para enviar marineros y
buques. Centrobalt ordenó que se preparasen para zarpar hacia
Petrogrado los destructores ZabiYaca, Strashni y Mietki. A las
compañías de combate de los buques se les ordenó llegar a la estación a
las 12 de la noche para montar en los trenes y dirigirse a Petrogrado.
Pável
Dibenko, marino militar, miembro del partido desde 1912, uno de los
dirigentes de la insurrección de 1915 en el buque de línea Emperador
Pablo I. Después de la Revolución de Febrero, miembro del Soviet de
Helsingfors (Helsinki) y desde abril, presidente del Comité Central de
la Flota del Báltico.
De la conversación por cable
entre P. Dibenko, presidente del Comité Central de la Flota del Báltico
y V. Evdokímov, miembro del Comité Militar Naval Revolucionario.
25 de octubre de 1917
Habla el presidente Dibenko.
— Aquí Evdokímov; le comunico la
situación en Petrogrado. Ayer, a las tres de la tarde, el Gobierno
Provisional ordenó levantar los puentes y situó en ellos retenes de
cadetes y soldados de choque. Se levantaron el puente Nikoláevski y el
del Palacio. El Troitski lo ocupamos nosotros e impedimos que se
levantara. Desde ese momento, hacia la tarde, aparecieron en el centro
de la ciudad patrullas de cadetes, de soldados de choque y algunas
otras unidades, que comenzaron a requisar los automóviles que
circulaban, con el pretexto de que de todos modos se los arrebatarán los
“bolcheviques”, los destruirán y no se los pagarán, mientras que si los
tomamos nosotros, será el Gobierno Provisional el que responda por
los daños. Así, el Estado Mayor de la Región Militar reunió una buena
cantidad de automóviles. Desde ese momento comenzamos las
contraacciones; la primera tarea consistía en tender todos los puentes.
Para ello enviamos al Aurora hacia el puente Nikoláevski y, al
mismo tiempo, llamamos a nuestras unidades de los cuarteles del 2º del
Báltico y de Deriábinsk, las cuales ocuparon el Puente Nikoláevski
sin encontrar resistencia, dispersando a los cadetes; eso mismo se hizo
con el del Palacio, después la circulación por ellos se normalizó. Pronto llegarán de Kronstadt las fuerzas necesarias. Kronstadt está
preparado, mantiene comunicación. Por la noche detuvimos a quienes no
cumplían bien sus misiones y los enviamos a un lugar seguro en la
Fortaleza de Pedro y Pablo. Esta fortaleza es nuestra. Durante la
noche, la mayoría de los cadetes se fueron, por lo visto, a sus lugares[5].
ahora sólo se ven muy pocos en la Avenida Nevski. La mayoría de los
distritos están ocupados por nuestros retenes seguros, para impedir que
los saqueadores aprovechen la situación. Hace dos horas, algunos de
los nuestros fueron a ocupar la guardia en el Banco de Estado, el hotel Astoria y
otros puntos que consideren necesarios; se prevé ocuparlo todo. Corren
rumores de que Correos y otras entidades importantes están en nuestras
manos; la noche pasó tranquila, por el momento no se oye nada de
excesos; usted tiene que enviar urgentemente a Viborg una persona
experimentada en calidad de comisario de los centros de comunicación,
pues allí todo transcurre sin control alguno. Es necesario enviar a
Bieloostrov, a disposición de nuestros comisarios, un destacamento de
unas 60 personas, pidieron marineros; si le es posible, cumpla todo esto
enseguida. Salvo una pequeña excepción, las tropas de Petrogrado están
con nosotros. Sabemos que el Gobierno Provisional puede recibir ayuda
del frente; se han adoptado medidas y le comunicaré los resultados.
Confío en que todo transcurrirá con tranquilidad, aunque Kerenski se ha
expresado de forma determinante a favor de las represiones, y las
medidas extremas, aplicando todos los medios…
Dibenko: Para oponerse a las represiones
de Kerenski le enviamos refuerzos : dos convoyes de soldados y
marineros, que salieron declarando que no dejarían vivo a ningún
burgués; zarparon en su ayuda cuatro destructores con pelotones de
combate. Transmita al Comité Revolucionario que envíe a dos o tres
oficiales al encuentro de nuestro tren con marineros. Toda la flota y la
guarnición están listas; si necesitan más ayuda, comuníquelo.
A la 1 y 25 de madrugada del 25 de octubre, un destacamento combativo de marineros, guardias rojos y soldados ocupó Correos.
En la Central Telefónica ocupada por las tropas del Comité Militar Revolucionario.
A las dos, soldados del 6º Batallón de Zapadores de Reserva ocuparon
la Estación Nikoláevski; unas horas antes, soldados del Regimiento
Ismailovski y marineros habían realizado la misma operación en la
Estación del Báltico. En ese mismo tiempo llegó a la central eléctrica
de la ciudad el comisario del CMR, cuyo nombramiento fue aclamado por
el comité de la planta, el cual asumió la protección de la empresa. A
propuesta del comisario, se cortó el alumbrado de los edificios
gubernamentales.Cerca de las ocho de la mañana pasó bajo control del CMR la Estación Varshavski.
Por la noche se celebró una reunión del CC del Partido Bolchevique,
en la que se deliberó la composición del futuro Gobierno Obrero y
Campesino, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo.
Soldados y oficiales del Regimiento Kekskolmski, participantes activos en la ocupación de la Central Telefónica.
A las tres de la madrugada, el comisario del Regimiento Keksgolmski
exigió que el administrador de la Central de Teléfonos desconectara los
aparatos del Gobierno Provisional y del Estado Mayor de la Región
Militar. El administrador se negó categóricamente a cumplir la orden.
Hacia las siete de la mañana, los soldados del Regimiento Keksgolmski
ocuparon la Central y desconectaron la mayor parte de los aparatos del
Estado Mayor y del Gobierno.
El crucero Aurora. Foto de 1917.
A las tres y treinta, el crucero Aurora ancló frente al
puente Nikoláevski, cerca del Palacio de Invierno. Por orden del CMR se
comenzó a preparar el traslado de un destacamento de 8.000 marineros
armados de Helsingfors, Réval y Kronstadt a la capital. Hacia las seis, los marineros ocuparon la oficina central del Banco de Estado y las redacciones de los periódicos centrales.
A las ocho salió de Helsingfors para Petrogrado el último tren con marineros revolucionarios.
En la mañana del 25 de octubre se encontraba en poder de los
insurrectos casi todo Petrogrado, excepto la Plaza del Palacio y la de
Isaaki.
Ante esa situación, cuando las fuerzas revolucionarias se habían
adueñado de los puntos estratégicos de la capital, Lenin, en nombre del
Comité Militar Revolucionario, escribió a las diez de la mañana el
llamamiento ¡A los ciudadanos de Rusia! “El Gobierno
Provisional —se anunciaba en el documento— ha sido derrocado. El poder
estatal pasó a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del
Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, que se encontraba
al frente del proletariado y la guarnición de la capital”.
En la reunión del Gobierno Provisional, que sesionaba sin cesar, se
adoptó una disposición que concedía a Kishkín, miembro del Gobierno,
“poderes excepcionales para restablecer el orden en la capital y
defenderla de cualesquiera acciones anarquistas, independientemente de
donde partieran, y quedaban al mando suyo las autoridades militares y
civiles”.
A eso de las diez, Kerenski se fugó del Petrogrado insurrecto so
pretexto de ir al encuentro de las tropas “fieles al Gobierno
Provisional”.
Hacia las doce se cercó el Palacio Mariínski, sede del Consejo Provisional de la República Rusa. Una hora después fue ocupado.
Un piquete de la Guardia Roja comprueba los pases a la entrada del Smolni, Octubre de 1917.
A las 14 y 35, en la Sala de Actos del Instituto Smolni se inauguró
la sesión extraordinaria del Soviet de Petrogrado, que escuchó el
comunicado del Comité Militar Revolucionario sobre el derrocamiento
del Gobierno Provisional y el triunfo de la revolución. Lenin, por
primera vez después de los acontecimientos de julio, intervino
abiertamente. Fue allí donde proclamó: “La revolución obrera y
campesina, de cuya necesidad han hablado siempre los bolcheviques, se
ha realizado”. En el informe sobre las tareas del Poder soviético,
Lenin dijo: “Ahora hemos aprendido a trabajar al unísono. Testimonio de
ello es la revolución que acaba de tener lugar. Disponemos de la fuerza
de la organización de masas, que lo vencerá todo y conducirá al
proletariado a la revolución mundial”. Hacia las 18 horas el Palacio de Invierno fue cercado por completo.
Cerca de las siete de la tarde, el Cuartel General se comunicó con
el Palacio de Invierno por hilo directo. El primer teniente Danilévich,
oficial de ordenanzas, informó: “Hace cerca de una hora, unas 50
personas ocuparon el Estado Mayor petrogradense. Al lado del Gobierno
están sólo los cadetes, un regimiento de cosacos y dos cañones de la
Escuela de Artillería de Mijáilovski…”
A las 22.40 se inauguró en el Smolni el II Congreso de Diputados
Obreros y Soldados de toda Rusia. Al comenzar sus labores estaban
presentes 649 delegados, de los cuales 390 eran bolcheviques; 160,
eseristas; 72, mencheviques, etc. Al convencerse de que la mayoría del
Congreso apoyaba a los bolcheviques, los mencheviques, eseristas de
derecha y otros conciliadores abandonaron demostrativamente la sesión.
Mientras el Congreso sesionaba se tomó por asalto el Palacio de Invierno.
Los soldados y marineros revolucionarios y los guardias rojos
irrumpieron en el recinto. En una de las salas, a los insurrectos les
cortó el paso una fila de cadetes dispuestos a disparar, pero fueron
desarmados. En la siguiente sala, había otra fila que entregó sus armas
sin entrar en combate. La puerta que conducía al local donde se
encontraban los ministros del Gobierno Provisional estaba abierta. V.
Antónov-Ovséienko, uno de los dirigentes de la insurrección armada en
Petrogrado, recordó: “En la siguiente habitación encontramos a un grupo
de personas que se hacían pasar por el Gobierno Provisional. Estaban
sentadas a la mesa y se fusionaban en una mancha gris pálida,
temblorosa. — ¡En nombre del Comité Militar Revolucionario, les declaro detenidos!, les anuncié”. Los ex ministros entregan los papeles y las armas que poseían. Con dificultad establezco guardia al lado de ellos. Me ayudan los
marineros. Ellos arrojan de la habitación a varios sujetos sospechosos.
Chudnovski hace la lista de los detenidos, que la firmamos él y yo.
Todos están presentes, excepto Kerenski. Uno de los miembros del
Gobierno Provisional comunica que había salido de Petrogrado a las 11 de
la mañana. Esto provoca entre la gente furiosos gritos contra
Kerenski. El Gobierno Provisional ya no existía.
Pero el triunfo de la insurrección en Petrogrado no hizo recobrar el
sentido a Kerenski, quien desde Pskov emitió la “orden de turno”: “…en
aras de salvar a la patria, todos los jefes y comisarios deberán
proteger sus puestos como también mantengo yo mi cargo de Comandante
en Jefe, hasta el momento que se exprese la voluntad del Gobierno
Provisional de la República”,
A las tres y diez de la madrugada se leyó a los delegados al II
Congreso de los Soviets el telegrama de Antónov-Ovséienko, anunciando
que los miembros del último Gabinete de ministros habían sido enviados a
la Fortaleza de Pedro y Pablo, desarmados los cadetes y oficiales y
designado comandante del Palacio de Invierno a Grigori Chudnóvski,
comisario del Regimiento Preobrazhenski de Reserva.
A continuación, los delegados escucharon varios comunicados sobre
cómo las unidades militares enviadas por Kerenski contra Petrogrado se
solidarizaban con el pueblo en armas.
En nombre del grupo bolchevique, Anatoli Lunacharski dio lectura al llamamiento, escrito por Lenin, A los obreros, a los soldados y a los campesinos, que
proclamaba el paso de todo el poder a manos de los Soviets, que debían
asegurar un orden verdaderamente revolucionario. El documento
terminaba con una exhortación a la vigilancia y firmeza.
La lectura fue interrumpida reiteradas veces por clamorosos aplausos.
A las cinco de la madrugada, el Congreso aprobó, casi por unanimidad (2
en contra y 12 abstenciones), el documento, lo cual significaba que el
II Congreso de los Soviets de toda Rusia había recibido el poder
estatal de manos del Comité Militar Revolucionario y proclamaba el paso
de todo el poder en el país a los Soviets de Diputados Obreros,
Soldados y Campesinos.
La segunda sesión del Congreso comenzó a las nueve de la noche del
26 de octubre. Lenin presentó informes sobre dos temas fundamentales: la
paz y la tierra. Cerca de las once de la noche se aprobó el Decreto de
la paz, mediante el cual el poder obrero y campesino declaraba su
decisión de firmar, de inmediato, la paz sin anexiones ni
contribuciones. El decreto declaraba que la guerra imperialista era el
mayor crimen contra la humanidad y exhortaba a los pueblos y a su sector
más avanzado, la clase obrera, a luchar a favor de la paz.
A las dos de la madrugada del 27 de octubre se aprobó el segundo
documento histórico —el Decreto sobre la tierra—, que expresaba las
esperanzas e intereses de millones de campesinos y abolía la propiedad
privada sobre la tierra. Ésta se proclamaba patrimonio de todo el
pueblo.
El Congreso instituyó el Gobierno Obrero y Campesino: Consejo de
Comisarios del Pueblo. Los eseristas de izquierda, que en el Congreso
apoyaban a los bolcheviques, manifestaron su deseo de no participar en
el Gobierno soviético, por lo cual el primer Gobierno fue única y
exclusivamente bolchevique. Vladimir Uliánov-Lenin fue nombrado
presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo.
En la composición del Consejo entraron los Comisarios del Pueblo:
Alexéi Ríkov, del Interior; Vladimir Miliutin, de Agricultura; Alexándr
Shliápnikov, del Trabajo; Víctor Noguín, de Comercio e Industria;
Anatoli Lunacharski, de Instrucción Pública; L. Trotski, del Exterior;
Nikolái Glébov-Avílov, de Justicia; losif Stalin, de Asuntos de las
Nacionalidades; en el Comité para los Asuntos Militares y Navales
entraron Vladimir Antónov-Ovséienko, Nikolái Krilenko y Pavel Dibenko.
A continuación se eligió el nuevo Comité Ejecutivo Central. La
elección se efectuó en plena concordancia con el “Reglamento” aprobado
en el I Congreso de los Soviets. Esto significaba que los bolcheviques
mantenían una actitud cuidadosa respecto a las formas y los principios
de la construcción soviética, adoptados en la etapa anterior, y
utilizaban aquellos que no contradecían el devenir del Estado de los
obreros.
Del Decreto de la paz
Fragmento del cuadro de V. Serov “Intervención de V. I. Lenin en el II Congreso de los Soviets de toda Rusia”. 1955.
El Gobierno Obrero y Campesino, creado
por la revolución del 24 y 25 de octubre y que se apoya en los Soviets
de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos, propone a todos los
pueblos beligerantes y a sus gobiernos entablar negociaciones
inmediatas para concluir una paz justa y democrática.
El Gobierno considera que la paz
inmediata, sin anexiones (es decir, sin conquistas de territorios
ajenos, sin incorporación de pueblos ajenos por la fuerza) ni
contribuciones, es la paz justa o democrática que ansía la mayoría
abrumadora de los obreros y de las clases trabajadoras de todos los
países beligerantes, agotados, atormentados y martirizados por la
guerra; la paz que los obreros y los campesinos rusos han reclamado del
modo más categórico y tenaz después de ser derrocada la monarquía
zarista.
Ésta es la paz cuya firma inmediata
propone el Gobierno de Rusia a todos los pueblos beligerantes,
declarándose dispuesto a dar, sin dilación alguna, cuantos pasos
decisivos sean necesarios, hasta la ratificación definitiva de todas las
condiciones de una paz semejante por las asambleas competentes de
representantes populares de todos los países y de todas las naciones…
El Gobierno pone fin a la diplomacia
secreta, manifestando su firme propósito de sostener todas las
negociaciones a la luz del día, ante el pueblo entero, y procediendo sin
demora a la publicación íntegra de los tratados secretos, ratificados
o concertados por el Gobierno de los terratenientes y capitalistas
desde febrero hasta el 25 de octubre de 1917. Declara anuladas de manera
absoluta e inmediata todas las cláusulas de estos tratados secretos,
por cuanto en la mayoría de los casos tienden a proporcionar ventajas y
privilegios a los terratenientes y capitalistas rusos y a mantener o
aumentar las anexiones de los rusos…
Al dirigir esta proposición de paz a los
gobiernos y pueblos de todos los países beligerantes, el Gobierno
Provisional Obrero y Campesino de Rusia se dirige también, y sobre
todo, a los obreros conscientes de las tres naciones más adelantadas de
la humanidad y de los tres Estados más importantes que participan en la
guerra actual: Inglaterra, Francia y Alemania. Los obreros de estos
países han prestado los mayores servicios a la causa del progreso y del
socialismo; han dado los magníficos ejemplos del movimiento cartista
en Inglaterra, de las revoluciones de importancia histórica universal
realizadas por el proletariado francés y, por último, de la heroica
lucha contra la Ley de excepción en Alemania y de la larga, tenaz y
disciplinada labor —que sirve de ejemplo a los obreros del mundo
entero— encaminada a crear organizaciones proletarias de masas en dicho
país. Todos estos ejemplos de heroísmo proletario y de iniciativa
histórica nos garantizan que los obreros de los países mencionados
comprenderán el deber en que están hoy de librar a la humanidad de los
horrores de la guerra y de sus consecuencias; que esos obreros, con su
actividad múltiple, resuelta, abnegada y enérgica, nos ayudarán a
llevar a feliz término la causa de la paz y, con ella, la causa de la
liberación de las masas trabajadoras y explotadas de toda esclavitud y
explotación.
Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo Vladimir Uliánov-Lenin.
Del Decreto sobre la tierra
Queda abolida en el acto sin ninguna indemnización la gran propiedad agraria.
Las fincas de los terratenientes, así como todas las tierras de la
Corona, de los monasterios y de la Iglesia, con todo su ganado de labor y
aperos de labranza, edificios y todas las dependencias, pasan a
disposición de los comités agrarios subdistritales y de los Soviets
distritales de Diputados Campesinos hasta que se reúna la Asamblea
Constituyente.
Cualquier deterioro de los bienes confiscados, que desde este
momento pertenecen a todo el pueblo, será considerado un grave delito,
punible por el tribunal revolucionario. Los Soviets distritales de
Diputados Campesinos adoptarán todas las medidas necesarias para
asegurar el orden más riguroso en la confiscación de las fincas de los
terratenientes, para determinar exactamente los terrenos confiscables y
su extensión, para inventariar con detalle todos los bienes confiscados
y para proteger con el mayor rigor revolucionario todas las
explotaciones agrícolas, edificios, aperos, ganado, reservas de
víveres, etc., que pasan al
Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo
V. Uliánov-Lenin
Un destacamento de marinos, encabezado por P. Dibenko, se dirige al frente para aplastar el motín de Kerenski-Krasnov.
Mientras tanto, en la tranquila ciudad de Pskov se hacían los
últimos preparativos para emprender la ofensiva contra el Petrogrado
revolucionario. “La luna inundaba las calles del antiguo Pskov con una
luz maliciosa, misteriosa —recordaría más tarde el general Krasnov —.
Sus abruptas murallas y estrechos callejones hacían recordar el medievo
romántico. Para no llamar la atención con el automóvil, el coronel Popov
y yo fuimos a pie. Caminábamos como conspiradores… En realidad, eso
éramos, unos conspiradores: dos mosqueteros de una novela de la Edad
Media… Buscamos largo rato… Al fin divisamos, más bien por insinuación,
dos ventanas alumbradas en la segunda planta de una casa; nos dirigimos
hacia ella y topamos con muchas personas despiertas, ajetreadas, con
ojos inflamados, rostros pálidos, había barullo y confusión en un
apartamento en el que todo lucía patas arriba; allí estaba el propio
Kerenski”. Por mucho que se contaran a los “mosqueteros”, el “comandante en
jefe” sólo tenía bajo sus órdenes seis centurias del 9º y cuatro
centurias de 10º regimientos de cosacos: menos que un regimiento de
plantilla normal. Además, por la mañana habría de salir con ellos de
Pskov, guardando mucho sigilo para que las unidades revolucionarias de
la guarnición y los obreros no detuvieran al ex premier Kerenski.
Cuando el tren con ese “ejército tan imponente” se aproximaba a Gátchina, Kerenski entró en el departamento del general Krasnov:
General, le designo jefe del ejército que se dirige contra Petrogrado; le felicito.
¡Jefe de un ejército compuesto de dos compañías!
“Un juego con soldaditos de plomo”, según palabras del propio
Krasnov. No había fuerzas para combatir la revolución. Sólo después de
que a su “ejército” se unieran varias unidades, incluidos los cadetes
de la Escuela de Alféreces de Gátchina, del Frente Norte, Kerenski tuvo
a su disposición cerca de 5.000 hombres.
El 28 de octubre, Krasnov ocupó Tsárskoe Seló con fuerzas del 3º Cuerpo de Caballería.
En la propia capital, los mencheviques y eseristas que, junto con
los demócratas constitucionalistas, monárquicos y otros enemigos del
Poder soviético, formaron el Comité de Salvación de la Patria y la
Revolución, se preparaban para apoyar la marcha contrarrevolucionaria
sobre Petrogrado.
El 29 de octubre comenzó en la capital el levantamiento de los
cadetes, que fue aplastado ese mismo día. Esto puso fin a las esperanzas
de la contrarrevolución de asestar un golpe inesperado a las fuerzas
revolucionarias por detrás. Pero la situación aún era muy seria. Para
dirigir la defensa de la capital revolucionaria, se formó un Estado
Mayor integrado por Podvoiski, Antónov-Ovséienko, Dibenko y otros. Un
enorme trabajo preparativo, realizado bajo la dirección personal de
Lenin, permitió tener una aplastante superioridad de fuerzas. El 30 de
octubre, destacamentos revolucionarios comenzaron a envolver los
flancos de las tropas de Krasnov amenazando con salir a la retaguardia
del enemigo. Hacia la tarde se liberó Tsárskoe Seló.
Kerenski confiaba en el apoyo del Comité Ejecutivo del Sindicato de
Ferroviarios de toda Rusia (CESFR). En las jornadas de octubre, el
CESFR, integrado en lo fundamental por eseristas y mencheviques, se
convirtió en uno de los centros que se oponían a la revolución.
Encubriéndose con frases sobre la neutralidad, en el telegrama especial
Nº 1163, exigió perentoriamente al Consejo de Comisarios del Pueblo el
cese inmediato de las acciones combativas y la formación de un Gobierno
con representantes de otros partidos socialistas. De lo contrario, el
CESFR amenazaba con la huelga general de los ferroviarios.
En la noche del 30 de octubre, Kerenski recibió a una delegación del
CESFR y declaró que, antes de aceptar o no la tregua, pedía que le
concedieran la posibilidad de entrevistarse con todos quienes le
apoyaban.
Al comprender que ya no había en quien confiar, el 31 de octubre
intentó encontrar la solución en la propuesta —en realidad, ésta no
había tenido respuesta— del CESFR y le envió un telegrama: “…he
detenido las acciones contra las tropas insurrectas y he enviado a un
representante —Stankevich, comisario adjunto al comandante en jefe—
para iniciar conversaciones. Adopten medidas para cesar… el
derramamiento inútil de sangre. Kerenski”.
Pero todos sabían ya que el “comandante en jefe” carecía de ejército
y que no estaba en condiciones de detener o de llevar a cabo acciones
combativas. La maniobra fracasó. Kerenski, según su propia expresión, se
vio obligado a “disfrazarse absurdamente” y huir de nuevo. El general
Krasnov fue detenido por los guardias rojos[6].
El aplastamiento del motín armado de Kerenski-Krasnov significaba el
rechazo del primer ataque de las fuerzas reaccionarias, en su
desesperado intento de arrancarle el poder a la clase obrera, y la
derrota de la primera rebelión antisoviética. “Llegó el momento —como
dijo Lenin— de comenzar el trabajo orgánico para dirigir el país…”
Ante todo era necesario asegurar el suministro ininterrumpido de
víveres a los centros industriales y al ejército. Era un asunto difícil,
pues la contrarrevolución hacía todo lo posible para que aumentara el
hambre, culpando de ello al nuevo poder. El 29 de octubre se creó la
Sección Alimentaria Especial adjunta al CMR, que debía coordinar y
controlar la actividad de las numerosas organizaciones de
avituallamiento. Cumplió estas funciones hasta que se instauró el
Comisariado del Pueblo de la Alimentación,
Como respuesta al torrente de calumnias y provocaciones
antisoviéticas, el Consejo de Comisarios del Pueblo aprobó, el 27 de
octubre, el Decreto sobre la prensa. Deberían cerrarse temporalmente,
“en los límites absolutamente imprescindibles”, aquellos órganos que
exhortaban a la resistencia abierta contra el Gobierno soviético, que
sembraban discordias, tergiversaban los hechos, e impulsaban a cometer
acciones de carácter delictivo.
El 28 de octubre el CMR designó, para proteger museos, palacios y
colecciones artísticas, a administradores en el Instituto Smolni, en
los palacios de Invierno, de Táurida y Mariínski y en
el Ermitage. Se protegían también el Palacio Anichkov y la Biblioteca
Pública, de la que se trasladaron a un lugar más seguro los manuscritos
valiosos y se organizó una vigilancia especial del edificio. El 30 de
octubre, Lunacharski, Comisario del Pueblo de Instrucción Pública,
declaró al Palacio de Invierno museo del Estado, al mismo nivel que el
Ermitage. A una comisión artístico-histórica se le encomendó efectuar
la recepción y el inventario de los bienes del antiguo Departamento
Palaciego. Se emprendían los primeros —y más difíciles— pasos para
solucionar otra cuestión importante y compleja: proteger los valores
científicos. En el terreno de la instrucción pública, el programa de
actividad del nuevo poder incluía: liquidar el analfabetismo,
organizar una escuela laica única, desarrollar todo tipo de colegios
para adultos, etc. Comenzaba un trabajo inmenso y complejo para construir la vida nueva.
Notas: [1] El Gobierno de Finlandia, en un acto solemne, entregó esta locomotora a la Unión Soviética en 1957. [2] Kámenev y Zinóviev. [3]
De acuerdo con la disposición del Gobierno Provisional, del 6 de julio
de 1917, « por exhortar públicamente a incumplir las disposiciones
legales del gobierno », el culpable se castigaba, en tiempos de paz, con
la reclusión en la fortaleza para un plazo de hasta tres años; en
tiempos de guerra, esas acciones se consideran de alta traición. El
artículo 108 del Código Penal preveía el castigo con trabajos forzados
perpetuos o la pena de muerte por acciones que «contribuyan o
favorezcan al adversario en sus acciones militares u hostiles contra
Rusia». [4]
Verjovski presentó la dimisión el 19 de octubre debido a que el
Anteparlamento rechazó su proposición de desmovilizar al ejército y
otras medidas que él había previsto. “El mes de trabajo en el Gobierno
Provisional —escribió en su solicitud de dimisión— me convenció de que
el modo como se dirige el país no concuerda con las tareas del día”. [5] Así dice el documento. [6]
Bajo palabra de honor, el Poder soviético puso en libertad a Krasnov,
pero éste volvió a luchar contra él en los años de la guerra civil.
Durante la Gran Guerra Patria colaboró con los hitlerianos. Después de
la derrota del fascismo, el Tribunal Supremo de la URSS lo condenó a la
pena capital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario