Vladimir Mayakovski. Fragmento de su poema “Lenin”
Su majestad el capital,
el rey no coronado,
la ciudad saqueaba, robaba, riqueza amontonaba.
Mientras la clase obrera, encorvada y flaca
ocupaba su puesto antes las máquinas.
Crecen las mercancías alzándose entre los mendigos,
el director, diablo calvo, con el ábaco hace cálculos,
refunfuñando:
¡crisis!
El pan se pudre en grano almacenado,
gorgotean las tripas vacías en el tugurio,
ahogando con su ruido el llanto de los niños.
Y un fuerte y fresco viento,
las espumeantes olas de la revolución alzó de nuevo.
Por primera vez ante la multitud enfervorizada,
surgió de pronto ante nosotros
muy cercana
la inaccesible palabra:
socialismo.
gorgotean las tripas vacías en el tugurio,
ahogando con su ruido el llanto de los niños.
Y un fuerte y fresco viento,
las espumeantes olas de la revolución alzó de nuevo.
Por primera vez ante la multitud enfervorizada,
surgió de pronto ante nosotros
muy cercana
la inaccesible palabra:
socialismo.
Soy dichoso,
porque soy una partícula de esta fuerza,
porque son de todos hasta las lágrimas de los ojos.
No es posible comulgar con más creencia,
con mayor pureza,
que con este sentimiento grande,
que se llama:
Clase.
porque soy una partícula de esta fuerza,
porque son de todos hasta las lágrimas de los ojos.
No es posible comulgar con más creencia,
con mayor pureza,
que con este sentimiento grande,
que se llama:
Clase.
Las banderas de nuevo sus alas abaten,
para lanzarse mañana otra vez al combate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario