2 de abril de 2014

El liderazgo chino se enfrenta a "gran examen"

Enviado por la Agencia de Noticias Xinhua. 


Cuando los líderes del Partido Comunista de China (PCCh) hicieron las maletas y dejaron el pueblo de Xibaipo, en la provincia norteña china de Hebei, el 23 de marzo de 1949, el mundo cambió para siempre.

Su destino era Beijing, a unos 350 kilómetros. Lo que todo el mundo se preguntaba era cuánto durarían allí. Hoy, los líderes del PCCh siguen enfrentándose a la misma pregunta.

Los archivos del Partido muestran que, en 1949, los líderes del Partido no estaban deslumbrados por su éxito tras una serie de victorias contra las tropas del Kuomintang: estaban alerta.

Mao Zedong comparó la marcha con "dirigirse para enfrentarse a un gran examen en la capital" y se comprometió a no correr la misma suerte que Li Zicheng, un campesino que lideró un ejército insurgente en el siglo XVII. Li solamente estuvo 42 días en la ciudad tras derrocar al emperador de la dinastía Ming.

Un total de 65 años después de dejar atrás Xibaipo, el PCCh sigue en el poder, y la República Popular China, fundada seis meses después de que Mao llegara a la capital, es la segunda mayor economía del mundo.

Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh elegido en noviembre de 2012, mencionó el "gran examen" de nuevo cuando visitó Xibaipo el pasado julio.

"Han pasado seis décadas, y hemos logrado un gran progreso. El pueblo chino es cada vez más independiente y próspero, pero seguimos enfrentándonos a complejos desafíos y problemas severos. Para ser honesto, el Partido aún tiene que recorrer un largo camino para enfrentarse al importante examen", dijo Xi al pueblo de Xibaipo.

El XVIII Congreso Nacional del PCCh en noviembre de 2012 reflejó que el Partido tenía por delante muchos retos en cuanto a la gobernanza, reforma, apertura y desarrollo de una economía de mercado. "El Partido se enfrenta a crecientes peligros graves: ausencia de impulso, incompetencia, falta de contacto con el pueblo, corrupción y otras malas conductas", según el informe del congreso.

Para resolver los problemas, el nuevo liderazgo ha pedido prestada la sabiduría de los mayores. Lo que Mao había dicho sobre el trabajo de miembros del Partido antes de la fundación de la Nueva China en 1949 sigue vigente ideológica e históricamente hoy día, dijo Xi en Xibaipo.

En marzo de 1949, Mao llamó al Partido a mostrar modestia y prudencia, guardarse de la presunción y la impetuosidad, y a trabajar duro y llevar vidas simples.

Xi cree que las observaciones de Mao bebían de los altibajos de la historia china y resumían el proceso de desarrollo del PCCh, reflexionando con profundidad sobre cómo mantener su naturaleza avanzada y pureza como un partido gobernante y salvaguardar la estabilidad a largo plazo de una nueva nación.

El intento del actual liderazgo chino de sostener y mejorar la gobernanza del Partido es una campaña nacional puesta en marcha el pasado junio, la "línea de masas", una renovación del vínculo entre el pueblo y el Partido.

Se espera que la campaña comporte una limpieza exhaustiva de prácticas indeseadas por parte de funcionarios del gobierno y del Partido. Dichas prácticas incluían el formalismo, el burocratismo, el hedonismo y la extravagancia: esencialmente, el mal uso del poder.

A cada uno de los siete miembros del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh le fue asignado supervisar la campaña en una provincia. Xi fue asignado a Hebei, donde realizó una inspección en julio, rindiendo homenaje a Xibaipo, reuniéndose con el pueblo local y explicando por qué el Partido necesita tal campaña.

Dos meses después, se reunió con miembros del comité provincial del Partido, escuchó sus críticas y autocríticas sobre su vida y trabajo, y les dijo lo que necesitaban corregir.

La reacción del pueblo en Hebei parecía positiva.

"Le doy un 100 (la nota más alta en los exámenes de las escuelas chinas)", dijo Liu Chao, un aldeano de Tayuan, de la provincia de Hebei, tras la visita de Xi en julio. "Me reuní con Xi. Es una persona con los pies en la tierra".

He Yu, residente del distrito de Zhengding en Hebei, le puso un 80 de nota. "Preferiría dejar espacio para la mejora. El pueblo sigue preocupado de que la campaña sea cosa de una sola vez. Esperamos que el Partido continúe mejorando sus prácticas de trabajo". 

Mantener la fe


Xi Jinping ha llamado a los ideales el "interruptor principal" del PCCh. "Ideales y creencias son como vitaminas para los comunistas", dijo el presidente sobre la segunda fase de la campaña de "líneas de masas" en enero de este año.

En un acto sin precedentes para un líder del PCCh, Xi participó en la sesión en Hebei el pasado septiembre, cuando los funcionarios provinciales hablaron de sus problemas. Xi compartió sus pensamientos con el comité provincial de Hebei del PCCh en agosto: "No quiero escuchar sus maravillas cuando tomo parte en sus sesiones. Quiero críticas y autocríticas reales."

Y las críticas fueron reales. Los funcionarios analizaron sus propias conductas, expusieron sus faltas, analizaron las causas e hicieron planes para arreglar las cosas. Los defectos incluían la obsesión por mostrar el rendimiento del trabajo, la desidia y falta de moderación.

Zhou Benshun, secretario del comité de Hebei, atribuye las malas prácticas de trabajo a unas creencias débiles y falta de estudio teórico.

Xi dijo a los funcionarios de Hebei que no vacilaran en sus principios y lucharan en pos "del ideal común del socialismo con características chinas".

La sesión de Hebei fue cubierta por instituciones de noticias estatales en todo el país y se convirtió en un caso de libro de texto de cómo realizar una sesión de crítica.

En los 93 años del PCCh, los comunistas han vertido su sangre y sacrificado generación tras generación en su búsqueda de la independencia y liberación nacional. La fe ha guiado y apoyado al PCCh a lo largo de décadas de revolución y construcción en tiempos pacíficos. Frente a las tentaciones y desafíos, Xi ha llamado a todos los miembros del Partido a usar su fe para hacerse "indestructibles".

La campaña de línea de masas ha embarcado a los miembros y funcionarios del PCCh en un viaje de purificación, enseñándoles a "mirarse al espejo, ordenar su atuendo, tomar un baño y buscar remedios".

También ha inspirado a los miembros del PCCh a enfrentarse a la debilidad de sus creencias y deficiencias de vitamina espiritual. Ha limpiado sus mentes de telarañas polvorientas.

Mejorar las prácticas de trabajo




En una exposición en Xibaipo sobre su pasado revolucionario, se encuentra una muestra de las seis restricciones impuestas por el PCCh sobre los funcionarios hace 65 años: no celebrar el cumpleaños de nadie; no hacer regalos; menos brindis entre comidas; menos aplausos en las conferencias; no ponerle a un lugar el nombre de una persona; no honrar a un funcionario del PCCh de la misma manera que los líderes comunistas prominentes como Karl Marx y Vladimir Lenin.

En su visita al pueblo el pasado julio, Xi se situó frente a la tabla y verificó las reglas con que el Partido cumple hoy en día. Su conclusión fue que no todas se observan como deberían.

El PCCh ha creído siempre que el comportamiento de sus miembros, y de los funcionarios en particular, juega un papel muy serio en su mando. Los presentes líderes del PCCh introdujeron una regla de ocho puntos un mes después de ser elegidos en noviembre de 2012 como la primera batalla de una guerra contra la corrupción y la burocracia.

La regla ordena a los funcionarios del PCCh que dejen a un lado la palabrería y las ceremonias y realicen menos visitas y conferencias.

El número de conferencias oficiales, documentos y reportajes de noticias para el Buró Político del Comité Central del PCCh ha disminuido desde el año pasado. La eficiencia de la aprobación administrativa ha aumentado. Se han reducido los gastos en recepciones, viajes al extranjero y automóviles. Las exposiciones en ocasión de festivales fueron recortadas a más de la mitad. En 2013, más de 30.000 funcionaris chinos fueron castigados por infringir la regla de ocho puntos.

Durante su visita a Hebei con motivo de una campaña de la línea de masas, Xi dijo a los funcionarios que se apliquen las reglas a sí mismos como si fueran miembros comunes del Partido.Todas las personas son iguales en cuanto al cumplimiento de las reglas de estilo de trabajo, les recordó el presidente chino. 

Desafiar la obsesión por el PIB


En apenas 24 horas del 17 de diciembre de 2013, se derribó un total de 18 fábricas de cemento en la provincia septentrional china de Hebei como parte de las medidas de las autoridades locales para reducir el exceso de capacidad. La meta es recortar la producción de cemento en 60 millones de toneladas a finales de 2017.

Los recortes también se aplicaron a la producción de acero, en 60 millones de toneladas, la de carbón, en 40 millones de toneladas, y la de vidrio plano, en 30 millones de cajas de pesa.

Pero establecer estas metas no es una tarea fácil. Durante muchos años, la creciente capacidad industrial había significado un mejor lugar en las categorías del Producto Interior Bruto (PIB) regional, incluso aunque la producción posiblemente fuera redundante, hecho que ha provocado la reducción de beneficios y una contaminación agresiva.

El cambio en la mentalidad de los funcionarios locales se produjo al iniciar la campaña "línea de masas", que no sólo es un movimiento moral, sino que también aborda cuestiones pragmáticas.

Durante una sesión de crítica y autocrítica celebrada en Hebei el septiembre pasado, Xi describió por qué la determinación es clave para el ajuste estructural. "¿Creen que el ganador del PIB se lo lleva todo? ¿Puntuar mejor hace menos preocupantes los problemas?" preguntó Xi. "Más de la mitad de las diez ciudades más contaminadas están en Hebei. Prepárense para algunos ajustes. Se lo deben al pueblo y a la historia".

Las exigencias de Xi podrían constituir un reto para los gobiernos locales, pero para muchos funcionarios supone un alivio librarse del yugo de la obsesión por el PIB, dijo el gobernador de Hebei, Zhang Qingwei.

"Creemos que el PIB verde es una solución fundamental y a largo plazo," agregó Zhang.

Desde que Xi asumió su cargo como secretario general del Partido Comunista de China (PCCh), la economía ha estado bajo presión y se dudaba en el extranjero de la sostenibilidad de su crecimiento.

"No es imposible para China garantizar un crecimiento más rápido, pero nos abstenemos de buscarlo," dijo Xi, "Preferimos tomar la iniciativa y desacelerarnos un poco para abordar el asunto del desarrollo a largo plazo con una solución fundamental".


La fuerza del pueblo y el Partido



Durante sus 65 años en el poder, el PCCh ha convertido a China en la segunda mayor economía del mundo. Sin embargo, el PCCh, con sus 85 millones de miembros, es consciente de que la legitimidad no sólo nace del desarrollo económico.

De acuerdo con la constitución del PCCh, "El Partido no tiene intereses especiales propios, aparte de los intereses de la clase trabajadora y las masas más amplias del pueblo."

"Ganar o perder el apoyo del pueblo entraña la supervivencia o la extinción del partido", dijo Xi en junio del año pasado. En opinión del presidente chino, la línea de masas es la "línea de vida del Partido" y una "ruta fundamental de trabajo."

La campaña de la línea de masas exige que el Partido priorice al máximo los intereses del pueblo y mantenga una relación lo más estrecha posible con éste, mientras ejerce el poder en su nombre, se preocupa por él y trabaja en bien de sus intereses.

Como defensor vehemente de la campaña, Xi visitó Hebei en numerosas ocasiones durante el año pasado, para conocer las preocupaciones públicas y mantener contacto con las masas.

Para servir al pueblo y satisfacer sus expectativas, Hebei ha solicitado la opinión de los ciudadanos mediante entrevistas, cuestionarios, correos electrónicos y teléfonos rojos, y ha invitado a los representantes de base para aconsejar a los funcionarios provinciales sobre los asuntos pertinentes. Hasta el momento, las autoridades locales han recibido más de 460.000 sugerencias del público y han tratado de materializarlas en acciones concretas. 


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