19 de enero de 2013

¿Por qué la descalificación de los Procesos de Moscú está en el centro del relato ideológico dominante?

Por Luís Urrutia


El talón de Aquiles de la estrategia guerrera norteamericana, abismalmente superior en la misilística y la aviación, es la infantería. La carne de cañón le escasea. Es el síntoma inequívoco del nulo entusiasmo épico que genera la perspectiva del capitalismo. Por eso mismo, ahora se ensaya la guerra con robots, sin la presencia de soldados siquiera mercenarios. Pero ello es el termómetro que mide mejor que cualquier encuesta, cual es el grado de adhesión positiva que cosecha el imperialismo en las masas populares. Por lo tanto, sembrar escepticismo sobre el socialismo, es la principal arma ideológica de la burguesía actual, que apenas se sostiene en la atomización individualista que presupone el consumismo y no en la firmeza de una convicción social.

El capitalismo ya no presume ser ético ni solidario; la desigualdad agravada es su naturaleza asumida. Pero, dice, su fuerte es la eficiencia económica y allí coloca su derecho a existir. Le ha robado letra al marxismo: si el “socialismo real” y su burocracia mostraron ser un freno al desarrollo de las fuerzas productivas, los capitalistas tienen el derecho histórico a existir y a ser como son. 

Toman para ello el último período del socialismo europeo, cuando estaba precisamente en proceso de abandonar el socialismo y regresar al capitalismo. Anteriormente, los ritmos socialistas de progreso económico y social fueron siempre superiores a los del capitalismo.
Sin embargo, el argumento conservaría alguna apariencia convincente bajo el requisito de otro preciso olvido: que la Unión Soviética, en los años del período de Stalin, signó la época por asombrosos ritmos de desarrollo económico y dinámica social, absolutamente inalcanzables para el capitalismo, con niveles inéditos de igualdad social en la historia de la civilización y esto con elementos tan poco pragmáticos como la elevación moral y la eliminación del lucro como principio rector de la vida social. ¡Sin lucro y con máxima eficiencia! Para el sentido común capitalista, es como abolir la ley de la gravedad. Así fue como Stalin y su sociedad resultaron ser la inaceptable conciencia  del mundo presente, su fantasma en estado de perpetuo exorcismo.

Pero, ya se ha dicho, la descalificación del socialismo es el aire con que respira la hegemonía burguesa.

Por entonces, frente a la imponencia de su desarrollo material, la impugnación de la sociedad soviética se refugió en su “faceta espiritual”. En Rusia, dijeron, podrá haber pan y trabajo; lo que no podrá haber es libertad. Absurdo: no es posible edificar desde sus cimientos la más moderna de las sociedades sin grados superiores y masivos de libertad individual, en términos políticos, sin una gran iniciativa de las masas.

¿Entonces? ¿Cómo convertir el día en noche? ¿Qué hechos trajeron a colación?: las represiones de 1936-1938. Masivas ejecuciones, afirmaron, tuvieron lugar para acallar discordancias con el pensamiento único del dictador, Stalin. La especie fue utilizada hasta el día de la fecha como elemento central del pensamiento antisoviético, aunque con un progresivo aumento de las cantidades de muertos. Hace 50 años, el trotskismo hablaba de “decenas de miles de eliminados físicos o morales”, luego se pasó a millones de muertos bien muertos y ahora la cuota está en las decenas de millones.
La cantidad hace a la calidad. A medida que las instituciones del capitalismo se vacían de liberalismo real y la sociedad disuelve sus valores en el consumismo, se necesita que Stalin asesine ya no a la libertad y la democracia, sino a la población entera misma para provocar un efectivo rechazo.

Vidkun Quisling-Noruega
Aliado de la ocupación nazi
Ejecutado en 1945
Se necesita que la población, incluidas sus capas cultas, ignore que en la URSS, la libertad de pensamiento estaba legalmente garantizada; que las represiones se justificaron, no medievalmente, por abstractas razones ideológicas, sino por una perentoria necesidad de defensa nacional.
Se necesita que se ignore que, frente a la inminente guerra, el gobierno soviético proclamó imprescindible deshacerse de la quinta columna, pro-alemana en lo fundamental.
Que aquella no fue una decisión arbitraria, adoptada sin más argumento que la voluntad de un poder despótico.
Que la existencia de la quinta columna fue probada en sede judicial, en juicios públicos, ante una audiencia nacional absolutamente movilizada y con la presencia del Cuerpo Diplomático extranjero y de los principales periódicos y agencias periodísticas del mundo, que desparramaban al instante los eventos del juicio oral al conjunto de los países.
Se necesita, en síntesis que se ignore qué fueron los Procesos de Moscú.
Al juzgarse allí a los máximos responsables políticos de la Quinta Columna,  los Procesos de Moscú definieron la naturaleza misma de la represión, su contenido, su finalidad, tan distinta a la de eliminar la libertad de pensamiento, como que constituía una acción concreta contra el fascismo.

Así llegamos al nudo del problema.

La cuestión es que los Procesos de Moscú demuestran que tales represiones no son adjudicables a una naturaleza intrínseca del sistema soviético, sino a la inminencia de una agresión externa, proveniente principalmente de Alemania.

Jozef Tiso-Checoslovaquia
Aliado de los nazis
Ejecutado en 1947
Los Procesos de Moscú prueban, con los hechos, que la violencia política al interior de la Unión Soviética no es responsabilidad interna, del socialismo, sino externa, del capitalismo, inutilizan de este modo la última objeción que se le formula al socialismo.

Si el consenso social aceptara la verdad de los Procesos de Moscú, quedaría al descubierto el carácter flagrantemente reaccionario de su negación en la URSS (XX y XXII Congresos, las sucesivas rehabilitaciones de los condenados) y entonces se asociaría el postrero estancamiento y degradación soviéticos, no a un efecto inmanente del socialismo, sino a su abandono.

Así se volvió imprescindible para la burguesía mundial declarar, como lo hicieron a su turno Trotsky y Goebbels, que los Procesos de Moscú fueron, de cabo a rabo, una representación teatral.

La repitencia ininterrumpida, durante 75 años, de este mensaje esencial para la justificación del capitalismo, viene naturalizando en la conciencia social una versión insostenible de los hechos.
1)  ¿La Quinta columna fue una “fantasía urdida por Stalin” como taparrabo de la eliminación de la oposición de trotskistas y aliados?
a) La historia posterior mostró que la quinta columna fue un modus operandi nazi aplicado a todos los países que invadió. Incluso fue descubierta en los propios EEUU.
“Era justamente tres días después de que Hitler había invadido a Rusia. Alguien en la reunión preguntó: “¿Qué hay sobre las quintas columnas en Rusia?” Inmediatamente respondí: “No existen; sus miembros fueron fusilados”.
“No hubo o no se produjo la tan mentada “agresión interna” en Rusia, cooperando con el Alto Mando Germano.
“La marcha de Hitler sobre Praga, en 1939, fue seguida del activo apoyo militar que le prestaron las organizaciones de Henlein en Checoslovaquia. De la misma manera fue invadida Noruega.
“En la vida interna de Rusia no hubo Henleins de los Sudetes, Tisos eslovacos, ni Degrelles belgas, ni Quislings noruegos…
“Ninguno de nosotros en Rusia en 1937 y 1938 paraba mientes sobre la significación de las actividades de la “Quinta Columna”. La frase no era corriente. Es relativamente reciente el empleo en nuestro idioma de frases tan descriptivas de la técnica nazi, tales como “Quinta Columna” y “Agresión Interna”…Únicamente en los últimos dos años, merced al Comité Dies y a la FBI, han sido descubiertas las actividades de las organizaciones germanas en este país y en la América del Sur…El gobierno soviético, aparece claro ahora, ya estaba entonces sutilmente atento con respecto a los planes…germanos…y del ‘trabajo interno” que se venía desarrollando en Rusia como preparatorio para el futuro ataque alemán…Los anuncios de los procesos y ejecuciones (purgas) sobre toda Rusia durante ese año (1938) imputaban invariablemente a los acusados el ser causantes de una actividad desleal y subversiva, en pro de una “potencia extranjera” que deseaba la caída del Estado Soviético…”
(Joseph Davies, op. cit. pag. 187)

 b) Establecido que la Quinta columna pro-nazi era un fenómeno que se daba universalmente, ¿quiénes podían ser los quintacolumnistas en Rusia? No la burguesía, no la nobleza, que había sido alejada del poder. Los únicos candidatos para ejercer de quintacolumnistas en forma orgánica eran precisamente estos disidentes clandestinos que se ubicaban en posiciones prominentes del poder político y estatal. No se es quintacolumnista desde el llano, se lo es desde el propio poder.

c) Ningún traidor individual puede ejercer la quinta columna, que es una actividad organizada. La Quinta columna en Rusia solo pudo ser llevada adelante por sectores políticos disidentes con gente ubicada en posiciones de poder. Esto es precisamente lo que describen los Procesos de Moscú.

Konrad Heinlein-Checoslovaquia
Aliado de la ocupación de los Sudetes
Se suicidó en 1945

  2) ¿Tenía Stalin motivos para organizar una farsa judicial en perjuicio de Trotsky, Bujarin y demás?

a) Nadie en su sano juicio podría hoy decir seriamente: “Para asegurar su continuidad en el poder, Cristina Kirchner (54% de los votos), proyecta armar una farsa judicial para procesar a Jorge Altamira (1% de los votos) y eliminarlo así como  contendor en las próximas elecciones presidenciales.”
Pero así de descabellado resulta suponer que Stalin necesitaba de una farsa judicial para evitar confrontarse democráticamente con un Trotsky o un Bujarin, o que necesitara, en general, apelar a la violencia para combatir la presencia de tamañas disidencias, si éstas hubieran buscado expresarse en forma democrática y no en conspiraciones de cúpula en alianza con el nazismo. Alguien tan poco “stalinista” como Jruschov recuerda:

“¿Es cierto que los trotskistas en ese tiempo constituían un peligro para el Partido y el Estado Soviético? Debemos recordar que en 1927, en vísperas del XV Congreso del Partido, el movimiento trotskista-zinovievista de oposición sólo obtuvo 4.000 de los 724.000; votos emitidos”.

¡724.000 a 4.000! ¡Y esto en 1927! ¿Qué “peligrosa” oposición democrática podrían representar en 1936 estos sectores, cuando la popularidad de Stalin, con el éxito del primer plan quinquenal, llegaba a su apoteosis y la posibilidad del socialismo en un solo país demostraba su viabilidad, pulverizando las agorerías de los Trotsky y los Bujarin?

b) No obstante, estos guarismos partidarios de 1927 podrían no significar nada si fueran la manipulación de una dictadura terrorista, como se inclinarán a sospechar quienes sostienen prejuicios anticomunistas, o quienes entienden que una votación democrática nunca es demasiado categórica. 
Stalin     724.000 votos
Trotsky      4.000 votos

Pero ¿imperaba en la URSS -1927- algo siquiera parecido a una dictadura?

El propio Jruschov, en el mismo documento que impulsa mundialmente la moderna campaña contra Stalin lo desmiente: “Vale la pena destacar que aún durante el proceso de la furiosa lucha ideológica contra los trotskistas, los zinovievistas, los bujarinistas y otros, no se usaron extremas medidas represivas contra ellos; la lucha se realizó en un terreno ideológico”. (Jruschov, Informe secreto al XX Congreso del PCUS)
Alicia Dujovne Ortiz, columnista del diario La Nación, liberal de derecha, relata una entrevista de Stalin con Barbusse, reflejando un escenario distendido, impropio de un terror de estado:

“En 1927, hacía rato que Stalin era secretario general del Comité Central del Partido Bolchevique. Pero su oficina todavía no estaba en el Kremlin; el georgiano seguía juntando poder, matándolas callado y sin adoptar modales de jefe. Además, tal como un Carlos (Dujovne) aún programado por el disco interno lo escribió en sus papeles, “sólo se comenzaron a adoptar medidas extraordinarias de resguardo de su persona cuando la oposición trotskista pasó a la lucha conspirativa y a los atentados terroristas”.

Así pues, los recibió en la sede del Comité Central, gran edificio moderno, de cemento, que daba sobre una callejuela tranquila, al frente de la muralla de Kitai Gorod. Mostrando su carnet, el último de los afiliados podía entrar allí como perico por su casa.” (Alicia Dujovne Ortiz, “El camarada Carlos”)

En su auto panegírico, “Mi Vida”, Trotsky califica el ascenso y consolidación de Stalin en el liderazgo soviético, como el resultado de una dictadura previamente instalada. Pero si se depura su relato de las adjetivaciones, los hechos desnudos, que él mismo pone en juego, lo desmienten.
Propaganda en Página 12:
Los medios sugieren a la juventud
quién es el verdadero revolucionario

¿Cómo se coartaría concretamente la democracia en la vida soviética en aquella década del 20, que es el tiempo del ascenso de Stalin a la condición de primer dirigente comunista?

Así se expresa Trotski:

“A la campaña intelectual venía a sustituir la mecánica administrativa: orden telefónica de enviar la burocracia del partido a las reuniones de las células obreras, concentración de los automóviles de los burócratas delante de los locales en que las reuniones se celebran, pitidos de las sirenas, silbas y protestas clamorosas, magníficamente organizadas en cuanto aparecía en la tribuna algún representante de la oposición. La fracción gobernante se imponía por el terror, mediante su mecánica de poder, a fuerza de amenazas y represalias. Antes de que la masa del partido hubiera tenido tiempo a averiguar, comprender o decir algo, se la atemorizaba con la perspectiva de una escisión o de una catástrofe. La oposición no tuvo más remedio que emprender la retirada.” (Trotski, Mi Vida, Última fase de la lucha dentro del partido)

Abstrayendo del texto sus calificaciones, puede apreciarse que  “amenazas, represalias, temor a la escisión, silbidos…” habrían sido  el frugal menú represivo ante el cual la oposición “revolucionaria” “no tuvo más remedio que emprender la retirada”…

En sus dichos no se computan presos, no hay torturas, no hay crímenes políticos…no hay siquiera una escaramuza con algún golpe de puño.

Pero veamos, siempre a través de Trotski, hasta dónde habría llegado la represión cuando el enfrentamiento encuentra su climax.

“En varios lugares de Moscú y Leningrado celebrábanse reuniones secretas de obreros, obreras y estudiantes, en que se congregaban de veinte a cien, y a veces doscientas personas, a oír la voz de un representante de nuestras filas. Yo solía asistir a dos o tres, y en ocasiones hasta a cuatro reuniones de estas, en un día. Generalmente, se celebraban en casas de obreros. Imagínense dos habitaciones pequeñas abarrotadas de gente y al orador dirigiendo la palabra desde la puerta por la que las dos habitaciones se comunicaban. A veces, los concurrentes se sentaban por los suelos, aunque lo frecuente era que estuviesen de pie, por falta de sitio. De vez en cuando, se presentaba un delegado de la Comisión de vigilancia e intimaba a los reunidos a que se disolviesen. En tales casos, lo que se hacía era invitarle a que tomase parte en la discusión. Y si molestaba, se le ponía de patitas en la calle.” (Op. Cit)

Reuniones “secretas” en presencia del “represor”, que “si molestaba, se le ponía de patitas en la calles”…

En el pico de la represión, que sería el destierro de Trotski, el relato de su arresto, a cargo de la mujer de Trotski, da una medida de lo poco contundente que habría sido  ese “terror stalinista”:

“No abrimos. Dieron un mazazo a la puerta y un trozo de ella saltó hecho astillas. Asomó una manga de uniforme. -¡Dispare usted contra mí, camarada Trotsky, dispare usted! -gritaba, todo excitado, Kitchkin, un antiguo oficial que había acompañado a L. D. muchas veces en sus viajes al frente. -¡No diga usted tonterías, Kitchkin-le contestó serenamente L. D.-, que nadie pretende disparar contra usted, pues sabemos que no hace más que cumplir las órdenes que le dan! Abrieron la puerta y entraron al cuarto, todos excitados y confusos.” (Op.cit)

Tampoco el envío de Trotski a Siberia parecería haber inaugurado la noche totalitaria. Siguió haciendo política, empleando, por fuera de los métodos clandestinos, al propio correo oficial.

“Desde abril hasta octubre de 1928, expedimos desde Alma-Ata unas ochocientas cartas políticas, algunas de ellas con trabajos bastante extensos, y hacia quinientos cincuenta telegramas. Las cartas recibidas ascendieron a mil, en números redondos, incluyendo las grandes y las pequeñas, y los telegramas a setecientos, la mayoría de ellos colectivos. Esta correspondencia se cruzó, principalmente, dentro de la zona de los desterrados, pero éstos se encargaban de hacerla circular también por el país. En los períodos más favorables recibíamos a lo sumo la mitad de las cartas que se nos dirigían. Además, recibimos desde Moscú unas ocho o nueve veces, por medio de propios, envíos secretos; es decir, material y cartas clandestinas, y otras tantas veces hicimos nosotros envíos semejantes con destino a la capital. Estos envíos nos informaban de todo, y nos permitían adoptar una actitud frente a los sucesos más importantes, aunque con un retraso considerable muchas veces.” (Op. Cit)
Pierre Laval-Francia
Colaboracionista de Alemania
Ejecutado en 1945

Finalmente llega el destierro. Trotsky se rasga las vestiduras como peregrino en el “planeta sin visado”. Lo que no dijo entonces, pero se le escapó años después, es que la “mano de hierro de Stalin” le entregó u$s 2.500 (algo así como u$s 250.000 actuales) para la subvención de él y su familia en el extranjero.

“…declaro categóricamente: la única suma que he recibido del tesoro soviético desde mi destierro de Rusia fueron 2.500 dólares que me fueron entregados por un agente de la GPU en Constantinopla para la sobrevivencia de mi familia y la mía. Dicha suma se me dio con toda legalidad y el agente obtuvo un recibo de mi parte.” (Trotsky, Tomo V ob.cit. pag. 458)

cEn esta autobiografía, Trotsky no denuncia fraude electoral, ni ha encontrado objeción alguna a la legalidad de su arresto, destierro y expulsión del país, tópicos todos que ignora por completo, a pesar de que serían centrales en su historia personal y esenciales a la hora de denunciar con hechos concretos una dictadura.

d) El aislamiento político de Trotsky por esos años se manifiesta también en el 6º Congreso de la Internacional Comunista. Dice Trotsky: “Pero sabemos que de cada cien votos aproximadamente no se han pronunciado por las tesis de Preobrachensky más que unos tres...”  (Op. Cit)

e) Trotsky mismotermina por desvanecer a ese paródico terror de estado que construye como causa de su caída, y reconoce de hecho que esta se opera por una pérdida de su crédito político en la sociedad.

¿Autocrítica? ¿Errores suyos? No. Las masas y el partido lo abandonan porque, según él, las masas y el partido abandonan la Revolución.

Dice Trotsky: “Muchas veces me han preguntado, y aun es hoy el día en que hay quien me pregunta: "¿Pero cómo dejó usted que se le fuese de las manos el Poder?" Y generalmente, parece como si detrás de esta pregunta se dibuja1se la representación simplista de un objeto material que se le resbala a uno de las manos; como si el perder el Poder fuese algo así como perder el reloj o un carnet de notas. Cuando un revolucionario que ha dirigido la conquista del Poder empieza, llegado un cierto momento, a perderlo-sea por vía "pacífica" o violentamente-, ello quiere decir, en realidad, que comienza a iniciarse la decadencia de las ideas y los sentimientos que animaran en una primera fase a los elementos directivos de la revolución, o que desciende de nivel el impulso revolucionario de las masas, o ambas cosas a la vez.” (Op. Cit., Muerte de Lenin y desplazamiento del poder)

f) Trotsky no los menciona, pero hay hechos históricos que no podrían obviarse en una composición de lugar sobre la correlación de fuerzas Stalin-Trotsky, en 1927, sobre sus respectivos arraigos partidarios y de masas:

> Stalin fue una de las figuras claves de la organización del partido bolchevique, que lideró la Revolución.
>Trotsky combatió el liderazgo bolchevique hasta agosto de 1917.
>En el momento clave, Stalin votó por la inmediata toma del Palacio de Invierno, que dio comienzo a la Revolución.
>Trotsky votó en contra. (1)
>Encargado de las Relaciones Exteriores, Trotsky, con su consigna “ni paz ni guerra”, provocó la   catástrofe diplomática de Brest-Litovsk, con cuantiosas pérdidas humanas, económicas y de territorio.
>Sobre las negociaciones de Brest-Litovsk, Stalin apoyó la posición de Lenin, que los hechos demostraron ser la correcta, opuesta a la de Trotsky. (2)
>Los méritos militares de Stalin en la guerra civil generaron una iniciativa popular por la que se aplicó el nombre de Stalingrado a la ciudad de Tsaritsyn.
>Al frente del Ejército Rojo en Polonia, Trotsky fue responsable de una ofensiva sobre Varsovia que terminó en un desastre histórico. En la política rusa, la expresión “ofensiva a Varsovia” se hizo habitual como sinónimo de iniciativa temeraria de funestos resultados. (3)
>Con motivo de un conflicto con los trabajadores del transporte, Trotsky planteó un grave recorte a la democracia socialista, la subordinación administrativa de los sindicatos al estado, provocando una crisis política. Stalin acompañó a Lenin en la denuncia de la propuesta, calificada de burocrática y autoritaria. Un repudio generalizado, expresado en categóricas votaciones obreras, obligó a Trotsky a retirar sus tesis. (4)

No es extraño, con estos antecedentes, que el crédito partidario y popular se le negara a Trotsky, ante su pretensión rectora de la URSS y con esas proporciones:         
                          1927

              Stalin     724.000 votos
              Trotsky      4.000 votos


* Notas: 
1.- a) “Trotsky, aunque en esta sesión (10-10-1917) no votó abiertamente contra la resolución de C.C., presentó una enmienda a ella que, de haberse aceptado, habría reducido a la nada y hecho fracasar la insurrección. Propuso que ésta no comenzase hasta la apertura del II Congreso de los Soviets…” (Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS, Compendio, capítulo VII, punto 4) 

b) “Esperar al Congreso de los Soviets sería una perfecta estupidez, pues significaría perder semanas en momentos en que semanas, y aun días, lo deciden todo”. (Lenin, La Crisis ha madurado, punto VI.)

c) A horas del asalto al Palacio de Invierno, Trotsky mantenía su postura: “Lenin se había vuelto nuevamente apremiante, y el 6 de noviembre escribía: “Se hallan a la orden del día cuestiones que no pueden resolver conferencias ni congresos (aunque fuesen éstos congresos de los soviets), sino únicamente los pueblos, la masa, la lucha de las masas en armas”. No se podía esperar, en contra de la opinión de Trotsky, a que se reuniera el segundo congreso de los soviets.”  (Jean Bruhat, Lenin, Cap. III, 4 de noviembre)

d) No podemos encontrar en Trotsky, ni en su autobiografía (Mi Vida), ni en su Historia de la Revolución Rusa, cuál fue su voto personal sobre la insurrección propuesta por Lenin. Este silencio es sugestivo, por cuanto estos escritos de Trotsky son fuertemente anecdóticos, aluden sistemáticamente a la evolución de los posicionamientos individuales de los dirigentes y no escatiman la auto mención personal. 

2.- “Justo es que ahora reconozcamos que no éramos nosotros los que teníamos razón." (Trotsky, Mi Vida, La Paz) 

3.- “Es indudable que en nuestra ofensiva se cometió un error al avanzar con excesiva rapidez casi hasta Varsovia” (Lenin, Informe al X Congreso del PC (b) R, 8 de marzo de 1921) 

4.- Lenin, Los Sindicatos, la situación actual y los errores del camarada Trotsky, discurso del 30 de diciembre de 1920;
" El error de Trotsky consiste…en que trata, al parecer por inercia, de trasladar los métodos militares del ejército a los sindicatos, a la clase obrera” (Stalin, Nuestras Discrepancias, Obras, 1921)


                  APÉNDICE
Citas de Trotsky, a propósito de su política funcional al fascismo.

Sobre los países en oposición al bloque fascista de Alemania, Italia y Japón:

“La política internacional de Stalin, basada en la opresión al pueblo de la URSS, coincide o busca coincidir en todo con las políticas de las democracias imperialistas. Stalin mira hacia un acercamiento con los actuales gobiernos de Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos. Con este fin, ha transformado las secciones correspondientes de la Comintern en partidos social imperialistas.” (p.593)

Por consideraciones de carácter político interno o diplomático, León Blum, León Jouhaux, Vandervelde, y sus compañeros de otros países, han organizado en el sentido exacto de la palabra, una conspiración de silencio alrededor de los crímenes de la burocracia stalinista en la Unión Soviética y en el resto del mundo. Negrín y Prieto, son cómplices directos de la GPU. ¡Hacen todo esto bajo el pretexto de defender la “democracia”! (p. 333)

“Podemos partir de la afirmación de que, en todo caso, el futuro conflicto militar no se producirá entre las naciones “democráticas” y las fascistas. En la actualidad podría parecer que no es así: de un lado tenemos a Italia, Alemania, Japón y Polonia. (Es absolutamente erróneo decir que Japón es fascista, pero, por el momento, podemos aceptar esta caracterización vulgar que hace Moscú.) En el otro bando están Inglaterra, Francia, la Unión Soviética. No sé si este último es un país “democrático”, pero podemos aceptar esta caracterización en aras de la simplificación. Estados Unidos colabora con esta combinación.” (p.292)

“Creo que la derrota de España que ahora se aproxima -la deserción del gobierno ocurrirá en las próximas semanas-, producirá la más grande impresión, que se dirigirá directamente contra los stalinistas. Después de la derrota, las partes comprometidas se acusarán unas a otras. El odio de los socialistas en España es terrible. Luego regresarán los voluntarios y tendremos cientos de Beattys porque la guerra civil es una gran escuela. Además el Frente Popular en Francia es un fracaso total. Hoy los informes muestran que el mercado de la bolsa norteamericana está de nuevo nervioso, ha caído. Estas son las últimas convulsiones de la política del New Deal con todas sus ilusiones. Estos tres factores -la derrota en España, la derrota del Frente Popular en Francia y, con vuestro permiso, la bancarrota del New Deal- significan un golpe mortal para los demócratas. Naturalmente que también depende de nuestra actividad.” (p.518)

¿Cómo “contribuía” Trotsky a que la opinión pública viera a la República Española con ojos distintos al franquismo, a discernir allí entre democracia y fascismo?

“La GPU es el verdadero gobierno de la llamada España Republicana. Tanto el ejército como la policía del gobierno de Valencia están en sus manos.”

Ante tal declaración, preguntan a Trotsky si la GPU ejerce su influencia por intermedio de alguna agencia española que colabora con Moscú.

“No - exclama Trotsky enfáticamente - es la verdadera GPU, la rusa, actuando bajo las órdenes directas de Stalin. (p 318)

“En España, donde el llamado gobierno republicano, sirve como escudo legal a las bandas criminales de Stalin, la GPU encontró el campo más favorable para realizar las instrucciones del plenum de abril.” (p. 331)

“La democracia ideada por la burguesía no es, como pensaron Bernstein y Kautsky, un saco vacío que se puede llenar indiferentemente con cualquier clase de contenido. La democracia burguesa puede servir solamente a la burguesía. Un gobierno del “Frente Popular”, ya sea encabezado por Blum o Chautemps, Caballero o Negrín,
es solamente “un comité para el manejo de los negocios comunes de toda la burguesía”. Siempre que este “comité” maneja mal los negocios, la burguesía lo expulsa de una patada.” (p.324)

“…sostuve que no había esperanzas de una verdadera victoria militar de los llamados republicanos, porque tienen el mismo programa que Franco. Un campesino español ve las grandes propiedades terratenientes y se pregunta: ¿Por qué debo luchar por la democracia? Vio la democracia en el pasado, pero en la Guerra Civil no existe democracia. Existe una fuerte censura militar y los obreros o los campesinos no ven ninguna diferencia. Para ambos bandos es un régimen militar. Por eso los campesinos y los obreros se han vuelto indiferentes a la Guerra Civil. Yo no voy a ser indiferente; estoy por la victoria del ejército republicano, pero mi opinión no tiene importancia. La victoria estará determinada por los sentimientos de millones de trabajadores pobres y oprimidos de que ésta es la revolución, y yo afirmo que los republicanos hicieron todo lo posible por garantizar su propia derrota.”
(AunqueTrotsky pareciera, por momentos, hablar de la República como si ya no existiera, esto está dicho el 27 de julio de 1937, p. 228)

¿Cómo “ayudaba” Trotsky a que la opinión pública viera a la Unión Soviética con ojos distintos a la Alemania Nazi?

De una entrevista concedida al Jewish Daily Forward, el 18 de enero de 1937: …el proceso de Moscú es el fraude judicial más grande de toda la historia política mundial. Otros juicios que han pasado a la historia, tales como el de Beilis en Rusia zarista, el de Dreyfus en Francia y el del incendio del Reichstag en Alemania son un juego de niños al lado del proceso de los dieciséis…”

“…En 1927, Stalin ya escribía en los documentos oficiales -en tono sumamente discreto, pero con intenciones claras- que la mayoría de los militantes de la Oposición eran judíos. Decía: no lucharnos contra Trotsky, Zinoviev, Kamenev y los demás porque son judíos sino porque militan en la Oposición. La intención es, evidentemente, señalar que los dirigentes de la Oposición son judíos…

“Stalin es el organizador de los crímenes políticos más grandes de la historia universal.”  (p.83)

“Los experimentos electorales totalitarios atestiguan solamente que, una vez que todos los partidos han sido aplastados, incluyendo el propio, que los sindicatos han sido estrangulados, que la prensa, la radio y el cine han sido subordinados a la Gestapo o a la GPU, si pan y trabajo se dan solamente a los dóciles o los silenciosos, mientras un revólver se coloca en la sien de todo sufragante, entonces es posible alcanzar elecciones“unánimes”. (p.403)

"Hitler combate la alianza franco-soviética, no por hostilidad principista hacia el comunismo (¡ninguna persona seria cree ya en el papel revolucionario de Stalin!) 235

¿Cuál es la respuesta que Trotsky propone ante el avance fascista?
¡El derrotismo!

“Si usted no quiere apoyar a los gobiernos aliados de la Unión Soviética, usted es prácticamente un derrotista.”… Contesté aclarando que desarrollamos nuestra política no a través de los gobiernos, sino a través de las masas y mientras continuamos en oposición irreconciliable hacia los gobiernos burgueses aliados de la Unión Soviética, como Francia; en la aplicación práctica de nuestra línea general, hacemos todo - todo lo posible - por proteger los intereses de la defensa de la Unión Soviética, o China, etcétera.” (p.397)

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