20 de noviembre de 2019

Actas de la Conferencia de Potsdam (1945) sobre el régimen franquista en España

Ya finalizada la Gran Guerra Patria (2ª Guerra Mundial), en los círculos gobernantes de los aliados occidentales, la cuestión española quedaba sin resolver. Stalin intentó extender la victoria sobre el Eje hasta promover el derrocamiento del franquismo, frente a las resistencias fariseas y encubridoras de Truman y, sobre todo, Churchill.

La URSS no podía forzar más al resto de potencias vencedoras por su lejanía geográfica de España y, sobre todo, porque había hecho el mayor esfuerzo bélico, estaba agotada y, por eso, tenía que intentar posponer al máximo la vuelta a la hostilidad contra ella por parte de los Estados capitalistas, la cual era inevitable en cuanto éstos consiguieran reconducir a la opinión pública por los carriles del anticomunismo.
 
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La discusión sobre España en la Conferencia de Potsdam entre los máximos dirigentes de las tres potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial


Stalin: (…) También es necesario examinar la cuestión del régimen en España. Los rusos consideramos que el actual régimen de Franco en España fue impuesto al pueblo español por Alemania e Italia. Está lleno de graves peligros para las Naciones Unidas amantes de la libertad. Creemos que sería bueno crear las condiciones para que los españoles establezcan un régimen de su elección.
Churchill: Todavía estamos discutiendo los temas que se incluirán en la agenda. Estoy de acuerdo en que la cuestión de España debería incluirse en el orden del día.
Stalin: Simplemente estaba explicando la idea detrás de la pregunta. Entonces también deberíamos plantear la cuestión de Tánger.
Churchill: El Sr. Eden me ha dicho que si llegamos a la cuestión de Tánger, solo podríamos llegar a un acuerdo temporal debido a la ausencia de los franceses.
Stalin: Aún así es interesante conocer la opinión de las tres Grandes Potencias sobre este asunto. (...)

Eden: La siguiente pregunta trata sobre España.
Truman: ¿El Generalísimo (1) desea hablar sobre la cuestión?
Stalin: Las propuestas han sido distribuidas. No tengo nada que agregar a lo que se dice allí.
Churchill: Sr. Presidente, el Gobierno británico, el actual y el anterior, sienten odio por Franco y su Gobierno. Me han entendido mal y se ha dicho que adopto una actitud amistosa con este caballero. Todo lo que dije fue que hay más en la política española que caricaturas antifranquistas. Creo que la continua destrucción de las personas encarceladas por lo que hicieron hace seis años, y varias otras circunstancias en España son, según nuestros estándares británicos, totalmente antidemocráticas.
Cuando Franco me envió una carta diciendo que él, yo y otros países occidentales deberíamos unirnos contra la amenaza de la Unión Soviética, le envié, con el permiso de mi Gabinete, una respuesta muy fría. El gobierno soviético puede recordar esta respuesta, porque le envié una copia de mi carta, como lo hice al Presidente. Entonces, no hay grandes diferencias entre nosotros con respecto a los sentimientos que tenemos por el régimen actual en España.
Donde veo alguna dificultad para adoptar el borrador propuesto por el Generalísimo es en el Punto Uno, que habla de la ruptura de todas las relaciones con el Gobierno de Franco, que es el Gobierno de España. Creo que, teniendo en cuenta que los españoles son orgullosos y bastante sensibles, un paso así por su propia naturaleza podría tener el efecto de unir a los españoles en torno a Franco, en lugar de hacer que se alejen de él. Por eso no creo que la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Gobierno español sea una forma satisfactoria de resolver la cuestión.
Esto puede darnos algo de satisfacción, pero entonces seremos privados de cualquier contacto que podamos necesitar en tiempos difíciles. Creo que tal paso solo fortalecería la posición de Franco, y si sus posiciones se fortalecen tendremos que soportar su abuso o usar nuestras fuerzas contra él. Estoy en contra del uso de la fuerza en tales casos. No creo que debamos interferir en los asuntos internos de un estado con el que diferimos en las opiniones, con la excepción de los casos en que este o aquel estado nos ataca. Con respecto a los países que hemos derrotado, allí deberíamos establecer nuestro propio control. En cuanto a los países que han sido liberados en el curso de la guerra, no podemos permitir el establecimiento de un régimen fascista o franquista. Pero aquí tenemos un país que no participó en la guerra y es por eso que estoy en contra de interferir en sus asuntos internos. El Gobierno de Su Majestad necesitará mantener una larga discusión sobre esta cuestión antes de decidir romper las relaciones con España.
Creo que el poder de Franco ahora está en peligro y espero que su caída pueda acelerarse por medios diplomáticos. La ruptura de las relaciones es, en mi opinión, una forma muy peligrosa de abordar la cuestión. Además, siempre existe el peligro de una posible reanudación de la guerra civil en España, que le costó 2 millones de muertos de una población total de 17 o 18 millones. Y sería una pena interferir activamente en este asunto en este momento, porque creo que hay fuerzas que operan allí para cambiar la situación para mejor. Esa es mi visión de la cuestión.
La organización mundial establecida en San Francisco adopta una actitud negativa ante la injerencia en los asuntos de otros países. Por lo tanto, sería un error para nosotros participar activamente en la solución de este asunto. Esto sería contrario a la Carta de la organización internacional adoptada en San Francisco.

Truman: No simpatizo con el régimen de Franco, pero no deseo participar en una guerra civil española. Ya tuve suficiente con la guerra en Europa. Deberíamos estar muy contentos de reconocer a otro gobierno en España en lugar del gobierno de Franco, pero creo que es una cuestión que España misma debe decidir.

Stalin: ¿Eso quiere decir que no habrá cambios en España? Personalmente, creo que el régimen de Franco se está fortaleciendo y es un régimen que fomenta regímenes semifascistas en otros países de Europa. Hay que tener en cuenta que el régimen franquista se impuso a los españoles desde afuera, y no es un régimen que se ha ido configurando en condiciones internas.
Ustedes saben muy bien que el régimen de Franco fue impuesto por Hitler y Mussolini, y es su legado. Al destruir el régimen de Franco, destruiremos el legado de Hitler y Mussolini. Tampoco debemos perder de vista el hecho de que la liberación democrática de Europa implica ciertas obligaciones.
No estoy proponiendo ninguna intervención militar; no estoy proponiendo que desatemos una guerra civil allí. Solo me gustaría que los españoles sepan que nosotros, los líderes de la Europa democrática, tenemos una actitud negativa hacia el régimen de Franco. A menos que declaremos esto de una forma u otra, el pueblo español tendrá razón al pensar que no estamos en contra del régimen de Franco. Pueden decir que, dado que hemos dejado solo al régimen de Franco, significa que lo apoyamos.
¿Cuáles son los medios diplomáticos que podrían mostrar al pueblo español que no estamos del lado de Franco sino de la democracia? Suponiendo que un medio como la ruptura de las relaciones diplomáticas es demasiado fuerte, ¿no podemos considerar otros medios más flexibles de orden diplomático? Esto debe hacerse para que los españoles sepan que simpatizamos con ellos y no con Franco.
En mi opinión, sería peligroso dejar el régimen de Franco en su estado actual. La opinión pública de los países europeos, como lo muestra la prensa, y también de América, no simpatiza con el régimen de Franco. Si pasamos por alto esta cuestión, la gente asumirá que hemos sancionado o dado nuestra bendición tácita al régimen de Franco en España. Ese es un gran cargo contra nosotros. No me gustaría estar entre los acusados.

 Churchill: No tiene relaciones diplomáticas con el gobierno español, y nadie puede acusarlo de esto.
Stalin: Pero tengo el derecho y la posibilidad de plantear la cuestión y resolverla. ¿Cómo sabrá la gente que la Unión Soviética simpatiza o no simpatiza con el régimen franquista? Es una opinión aceptada que los Tres Grandes pueden resolver tales cuestiones. Soy miembro de los Tres Grandes, como el Presidente y el Primer Ministro. ¿Tengo derecho a no decir nada sobre lo que está sucediendo en España, sobre el régimen de Franco y el gran peligro que representa para toda Europa? Sería un gran error que ignoremos esta cuestión y no digamos nada al respecto.
Churchill: Cada gobierno es bastante libre de dar a conocer sus puntos de vista individualmente. Esa es la libertad que también disfruta la prensa, como el Generalísimo Stalin ha mencionado aquí. La prensa soviética y una parte de la prensa estadounidense se han expresado libremente sobre el estado de las cosas en España. En cuanto al Gobierno británico, aunque con frecuencia le hemos dicho esto a Franco y su Embajador, no nos gustaría interrumpir nuestras relaciones con el Gobierno español.
Durante mucho tiempo hemos tenido relaciones comerciales con España; nos suministran naranjas, vino y otros productos a cambio de nuestros propios productos. Si nuestra interferencia no produce los resultados deseados, no me gustaría poner en peligro este comercio. Pero al mismo tiempo entiendo completamente la opinión adoptada por el generalísimo Stalin. Franco tuvo el descaro de enviar su División Azul a Rusia, y entiendo bastante la opinión rusa.
Pero España no ha hecho nada para obstaculizarnos; ella no lo hizo incluso cuando podría haberlo hecho en la Bahía de Algeciras. No hay duda en la mente de nadie de que el Generalísimo Stalin odia a Franco, y creo que la mayoría de los británicos comparte su opinión. Simplemente deseo enfatizar que no lo hemos sufrido de ninguna manera.

Stalin: No es una cuestión de lesiones. Por cierto, creo que Gran Bretaña también ha sufrido el régimen de Franco. Durante mucho tiempo, España puso su costa a disposición de Hitler para su uso por los submarinos de éste. Se puede decir, por lo tanto, que Gran Bretaña ha sufrido el régimen de Franco de una forma u otra.
Pero no quiero que se vea este asunto desde el punto de vista de una lesión. Lo que importa no es la División Azul, sino el hecho de que el régimen de Franco es una grave amenaza para Europa. Por eso creo que debería hacerse algo contra este régimen. Si la ruptura de las relaciones diplomáticas no es adecuada, no insisto en ello. Se pueden encontrar otros medios. Solo tenemos que decir que no simpatizamos con el régimen de Franco y considerar justa la urgencia del pueblo español por la democracia, solo tenemos que decir esto y no quedará nada del régimen de Franco. Os lo aseguro.
Propongo: los ministros de Asuntos Exteriores deberían discutir si se puede encontrar otra forma más suave y flexible para dar a conocer que las Grandes Potencias no apoyan al régimen de Franco.
Truman: Eso me resulta aceptable; estoy de acuerdo en remitir el asunto a los Ministros de Relaciones Exteriores.
Churchill: Debería oponerme a esto. Creo que este es un asunto que debería resolverse en esta sala.
Stalin: Por supuesto, lo resolveremos aquí, pero dejemos que los ministros lo examinen de antemano.
Truman: Yo tampoco tengo objeción en remitir este asunto para un examen preliminar por parte de nuestros Ministros de Relaciones Exteriores.
Churchill: Considero que esto no es deseable porque es una cuestión de principios, a saber, la interferencia en los asuntos internos de otros países.
Stalin: Esto no es un asunto interno, el régimen de Franco es una amenaza internacional.
Churchill: Cualquiera puede decir esto del régimen de cualquier otro país.
Stalin: No, no existe en ningún otro país un régimen como el de España; no queda ningún régimen como ése en ningún país de Europa.
Churchill: Portugal podría ser condenado por tener un régimen dictatorial.
Stalin: El régimen de Franco se estableció desde afuera, a través de la intervención de Hitler y Mussolini. Franco se comporta de la manera más provocativa y da asilo a los nazis. No planteo ninguna cuestión sobre Portugal.

Resultado de imagen de Stalin en Potsdam

Churchill: No puedo aconsejar al Parlamento que interfiera en los asuntos internos de España. Ésa es una política que llevamos mucho tiempo aplicando. Al mismo tiempo, me alegraría ver un cambio de régimen en España, pero solo de forma natural. Personalmente, estaría muy feliz de ver una revolución en España y, por ejemplo, una monarquía constitucional establecida allí con una amnistía para los presos políticos.
Pero creo que si yo o el Gobierno británico ejerciéramos una influencia en España en ese sentido, los sentimientos de los españoles se volverían contra nosotros y en favor de Franco. En mi opinión, Franco va camino de su final.
Si decidiéramos aquí alguna acción concertada, solo reforzaríamos su posición. Por otro lado, el Gobierno británico de ninguna manera apoyará a Franco, el actual Gobierno español, con la excepción del comercio continuo con España, del que ya he hablado aquí.
Truman: Me alegraría mucho si aceptáramos remitir el asunto para su examen preliminar por parte de los Ministros de Relaciones Exteriores para que puedan encontrar una fórmula aceptable en este punto.
Stalin: Soy consciente de las dificultades que enfrenta el Sr. Churchill en relación con las interpelaciones en el Parlamento. Pero este asunto puede atenuarse. ¿Qué pasa con resolver la cuestión de esta manera? No se debe plantear ninguna cuestión sobre el régimen de Franco por separado, ya que se acordó que la cuestión nunca surgió y nunca se examinó por separado como una cuestión del régimen de Franco.
A los tres ministros de Asuntos Exteriores se les debe pedir, considerando el intercambio de opiniones sobre la cuestión del régimen franquista, que encuentren una fórmula adecuada para la cuestión, incluida, en particular, la formulación del Sr. Churchill de que el régimen franquista está en proceso de caída y que su régimen no goza de las simpatías de las potencias democráticas de que la opinión pública no otorga una alta calificación a este régimen. Tal fórmula podría insertarse como punto en una de nuestras declaraciones sobre Europa. Por supuesto, haremos algunas declaraciones generales, y la fórmula elaborada por los Ministros de Relaciones Exteriores podría insertarse allí.
Esto no pondrá al Gobierno británico bajo ninguna obligación, pero el punto contendrá una breve evaluación del régimen de Franco, y esto permitirá que la opinión pública sepa que no estamos del lado del régimen de Franco. Creo que deberíamos adoptar esa decisión. Que los ministros de Asuntos Exteriores reflexionen sobre la forma en que debe dársele forma.
Churchill: Todavía no he mostrado mi acuerdo en principio a que debamos hacer una declaración conjunta sobre esta cuestión.
Stalin: No es sobre España, sino que haremos una evaluación general de Europa, y esto podría incluirse allí como uno de los puntos. Mirad lo que sucede: en todos nuestros documentos hablamos de todos los países con excepción de España.

Churchill: La línea a la que me adhiero es la siguiente: España es un país que no había estado involucrado en la guerra y no es un país satélite; ni fue liberada por los aliados; por eso no podemos interferir en sus asuntos domésticos. Eso es una cuestión de principios.
Tomemos Yugoslavia, Bulgaria y otros países: hay muchas cuestiones allí que no nos gustan y que podríamos criticar. Pero estos países estuvieron involucrados en la guerra y fueron liberados por los Aliados.
Si lo desea, podemos elaborar una declaración sobre los principios generales subyacentes a los gobiernos democráticos. Eso es algo que podríamos discutir. Tengo en mente, por ejemplo, la Constitución de los Estados Unidos. Franco está indudablemente muy lejos de esta Constitución. Los países difieren entre sí y es por eso que si comenzamos a interferir, no pararemos de tener problemas.
No conozco la mentalidad de los españoles, pero creo que algunos son de una mentalidad, otros de otra; estoy seguro de que a muchos españoles les gustaría deshacerse de Franco pero sin presión externa. No veo qué podrían hacer los ministros de Asuntos Exteriores sobre la cuestión. Siento que esto les daría mucho trabajo arduo, mientras que la discusión de la cuestión resultaría infructuosa.
Truman: Veo muy pocas posibilidades de llegar a un acuerdo sobre esta cuestión en la sesión actual. ¿No sería mejor volver más tarde?
Stalin: ¿Quizás, después de todo, deberíamos remitir este asunto a los Ministros de Relaciones Exteriores para que intenten encontrar una fórmula adecuada?
Churchill: Ese es el punto sobre el que no hemos podido llegar a un acuerdo.
            Truman: Creo que será mejor pasar a la siguiente pregunta y volver a la pregunta de España más tarde.
Churchill: No propongo una solución negativa, simplemente propongo que pasemos ahora a la discusión de otros asuntos y que discutamos esta cuestión más adelante.
Truman: Pasamos a la siguiente cuestión.
(…)

Al final se expone lo que quedó consignado en las actas:
 
Byrnes: (…) La delegación soviética propuso la inclusión en el documento de una cláusula sobre el régimen de Franco y, para cumplir con la delegación soviética a mitad de camino, agregamos una cláusula sobre la actitud negativa adoptada por las tres potencias en cuanto a que España se convierta en miembro de las Naciones Unidas bajo el régimen franquista.

Notas:
1.- Generalísimo: La traducción inglesa del ruso es imperfecta. En ruso al camarada Stalin, así le llamaban la mayoría de los soviéticos, en las reuniones de estado y en el Consejo de Defensa. Tenía la denominación de Secretario General, por dos motivos, era del Partido Comunista Bolchevique y de los Comisarios del Pueblo. En concreto la palabra cariñosa de sus compañeros era Gresek.

(extractado de https://revolutionarydemocracy.org/, Stalin Archives, The Tehran Yalta & Potsdam Conferences)


TEXTO EN INGLÉS:

Stalin: (…) It is also necessary to examine the question of the regime in Spain. We Russians consider that the present Franco regime in Spain was imposed on the Spanish people by Germany and Italy. It is fraught with grave danger for the freedom-loving United Nations. We think it would be good to create conditions for the Spanish people to establish a regime of their choice.
            Churchill: We are still discussing the items to be put on the agenda. I agree that the question of Spain should be put on the agenda.
            Stalin: I was merely explaining the idea behind the question. (...)
Eden: The next question deals with Spain.
            Truman: Does the Generalissimo wish to speak on the question?
            Stalin: The proposals have been circulated. I have nothing to add to what is said there.
            Churchill: Mr. President, the British Government – the present one and the previous one – have a feeling of hatred for Franco and his Government. I have been misunderstood, and it has been said that I take a friendly attitude to this gentleman. All I said was that there is more to Spanish politics than anti-Franco cartoons. I think that the continued destruction of people thrown into prison for what they did six years ago, and various other circumstances in Spain are, by our British standards, totally undemocratic.
            When Franco sent me a letter saying that he, I and certain other Western countries should unite against the threat of the Soviet Union, I sent him, with the permission of my Cabinet, a very cool reply. The Soviet Government may remember this reply, because I sent it a copy of my letter, as I did to the President. So there are no great differences between us concerning the feelings we have for the present regime in Spain.
            Where I do see some difficulty in adopting the draft proposed by the Generalissimo is in Point One, which speaks of the rupture of all relations with the Franco Government, which is the Government of Spain. I think that, considering that the Spaniards are proud and rather sensitive, such a step by its very nature could have the effect of uniting the Spaniards around Franco, instead of making them move away from him. That is why I do not think that the rupture of diplomatic relations with the Spanish Government would be a satisfactory way of solving the question.
            This may give us some satisfaction but we shall then be deprived of any contact we may need in hard times. I believe such a step would only strengthen Franco's position, and if his positions are strengthened we shall have to stand his abuse or use our forces against him. I am against the use of force in such cases. I do not think we should interfere in the internal affairs of a state with whom we differ in views, with the exception of cases when this or that state attacks us. Concerning the countries we have defeated, there we should establish our own control. As for the countries that have been liberated in the course of the war, we cannot allow the establishment there of a fascist or a Franco regime. But here we have a country which did not take part in the war and that is why I am against interfering in its domestic affairs. His Majesty's Government will need to have a long discussion of this question before it decides to break off relations with Spain.
            I think Franco's power is now jeopardised and I hope that his downfall may be speeded up by diplomatic means. Rupture of relations is, in my opinion, a very dangerous way of tackling the question. Besides, there is always the danger of a possible resumption of the civil war in Spain, which cost her 2 million dead out of a total population of 17 or 18 million. And it would be a pity to interfere actively in this matter at this point, because I believe that there are forces operating there to change the situation for the better. That is my view of the question.
            The world organisation set up at San Francisco takes a negative attitude to interference in the affairs of other countries. It would therefore be wrong for us to take an active part in settling this matter. This would run counter to the Charter of the international organisation adopted at San Francisco.
            Truman: I have no sympathies for the Franco regime, but I have no desire to take part in a Spanish civil war. I've had enough of the war in Europe. We should be very glad to recognise another government in Spain instead of the Franco Government, but that I think is a question for Spain herself to decide.
            Stalin: Is that to say that there will be no change in Spain? I personally think that the Franco regime is being strengthened and it is a regime that fosters semi-fascist regimes in certain other countries of Europe. It should be borne in mind that the Franco regime was imposed on the Spanish people from outside, and is not a regime that has taken shape in internal conditions.
            You are very well aware that the Franco regime was imposed by Hitler and Mussolini, and is their legacy. By destroying the Franco regime we shall be destroying the legacy of Hitler and Mussolini. Nor must we lose sight of the fact that the democratic liberation of Europe implies certain obligations.
            I am not proposing any military intervention; I am not proposing that we should unleash a civil war there. I should only like the Spanish people to know that we, the leaders of democratic Europe, take a negative attitude to the Franco regime. Unless we declare this in one form or another, the Spanish people will be justified in thinking that we are not against the Franco regime. They may say that since we have left the Franco regime alone, it means that we support it.
            What are the diplomatic means that could show the Spanish people that we are not on the side of Franco but of democracy? Assuming that such a means as the rupture of diplomatic relations is too strong, can't we consider other, more flexible means of a diplomatic order? This must be done to let the Spanish people know that we sympathise with them and not with Franco.
            In my opinion it would be dangerous to leave the Franco regime in its present state. The public opinion of the European countries, as the press shows, and also of America, has no sympathy with the Franco regime. If we by-pass this question, people will assume that we have sanctioned, or given our tacit blessing to the Franco regime in Spain. That is a great charge against us. I should not like to be among the accused.
            Churchill: You have no diplomatic relations with the Spanish Government, and no one can accuse you of this.
            Stalin: But I do have the right and the possibility of raising the question and settling it. How will people know that the Soviet Union sympathises or does not sympathise with the Franco regime? It is the accepted view that the Big Three can solve such questions. I am a member of the Big Three, like the President and the Prime Minister. Do I have the right to say nothing about what is going on in Spain, about the Franco regime and the great danger it presents to the whole of Europe? It would be a great mistake for us to ignore this question and say nothing about it.
            Churchill: Every government is quite free to make known its views individually. That is the freedom also enjoyed by the press, as Generalissimo Stalin has mentioned here. The Soviet and a part of the American press have very freely expressed themselves on the state of affairs in Spain. As for the British Government, although we have frequently said this to Franco and his Ambassador, we should not like to discontinue our relations with the Spanish Government.
            We have long had trade relations with Spain; they supply us with oranges, wine and certain other products, in exchange for our own goods. If our interference does not bring the desired results, I should not like this trade to be jeopardised. But at the same time I fully understand the view taken by Generalissimo Stalin. Franco had the nerve to send his Blue Division to Russia, and I quite understand the Russian view.
            But Spain has not done anything to hinder us; she did not do it even when she could have done so in the Bay of Algeciras. There is no doubt in anyone's mind that Generalissimo Stalin hates Franco, and I think that the majority of Britons share his view. I merely wish to stress that we have not suffered from him in any way.
            Stalin: It is not a matter of injury. Incidentally, I think that Britain has also suffered from the Franco regime. For a long time Spain placed her coast at Hitler's disposal for use by his submarines. You can say, therefore, that Britain has suffered from the Franco regime in one way or another.
            But I should not want this matter to be viewed from the standpoint of some injury. It is not the Blue Division that matters but the fact that the Franco regime is a grave threat to Europe. That is why I think that something should be done against this regime. If rupture of diplomatic relations is unsuitable, I do not insist on it. Other means can be found. We have only to say that we do not sympathise with the Franco regime and consider the Spanish people's urge for democracy just, we have only to say this and nothing will be left of the Franco regime. I assure you.
            I propose: the Foreign Ministers should discuss whether some other, milder and more flexible, form could be found to make it known that the Great Powers do not support the Franco regime.
            Truman: That suits me; I agree to refer the matter to the Foreign Ministers.
            Churchill: I should oppose this. I think that this is a matter that should be settled in this hall.
            Stalin: Of course, we shall settle it here, but let the Ministers examine it beforehand.
            Truman: I too have no objection to refer this matter for a preliminary examination by our Foreign Ministers.
            Churchill: I consider this to be undesirable because that is a matter of principle, namely, interference in the domestic affairs of other countries.
            Stalin: This is not a domestic affair, the Franco regime is an international threat.
            Churchill: Anyone can say this of the regime of any other country.
            Stalin: No, there is no such regime in any other country as the one in Spain; there is no regime like that left in any country of Europe.
            Churchill: Portugal could be condemned for having a dictatorial regime.
            Stalin: The Franco regime was set up from outside, by way of Hitler's and Mussolini's intervention. Franco behaves in a most provocative manner, and gives asylum to Nazis. I raise no question about Portugal.
            Churchill: I cannot advise Parliament to interfere in Spain's domestic affairs. That is a policy we have been conducting for a long time. At the same time, I should be glad to see a change of regime in Spain, but only in a natural way. I should personally be very happy to see a revolution in Spain, and, say, a constitutional monarchy established there with an amnesty for political prisoners.
            But I believe that if I or the British Government were to exert an influence on Spain in that sense, the feelings of the Spaniards would turn against us and in favour of Franco. In my opinion, Franco is now on the way out.
            If we here were to take any concerted action, we should only be reinforcing his position. On the other hand, the British Government will in no way support Franco, the present Spanish Government, with the exception of continued trade with Spain, of which I have already spoken here.
            Truman: I should be very glad if we agreed to refer the matter for preliminary examination by the Foreign Ministers so that they could find an acceptable formula on this point.
            Stalin: I am aware .of the difficulties faced by Mr. Churchill in connection with interpellations in Parliament. But this matter can be toned down. What about settling the question like this: no question of the Franco regime is to be raised separately, it being agreed that the question never came up and was never examined separately as a question of the Franco regime.
            The three Foreign Ministers are to be asked, considering the exchange of opinion on the question of the Franco regime, to find a suitable formula for the question, including, in particular, Mr. Churchill's formulation that the Franco regime is on the .way out and that his regime does not enjoy the sympathies of the democratic Powers that this regime is not given a high rating by public opinion. Such a formula could be inserted as a point in one of our declarations on Europe. We shall of course have some general declarations, and the formula worked out by the Foreign Ministers could be inserted in there.
            This will not put the British Government under any obligation, but the point will contain a brief assessment of the Franco regime, and this will let public opinion know that we are not on the side of the Franco regime. I think we should adopt such a decision. Let the Foreign Ministers give some thought to the form in which it is to be clothed.
            Churchill: I have not yet agreed in principle that we should make such a joint declaration on this question.
            Stalin: It's not about Spain, but we shall be giving a general evaluation on Europe, and this could be included there as one of the points. Look at what happens: in all our documents we speak of all countries with the exception of Spain.
            Churchill: The line I am adhering to is as follows: Spain is a country which had not been involved in the war and is not a satellite country; nor was she liberated by the Allies; that is why we cannot interfere in her domestic affairs. That is a matter of principle.
            Take Yugoslavia, Bulgaria and other countries: there are many issues there which we do not like and which we could criticise. But these countries were involved in the war and were liberated by the Allies.
            If you wish we could draw up a declaration on the general principles underlying democratic governments. That is something we could discuss. I have in mind for instance the U.S. Constitution. Franco is undoubtedly a very far cry from this Constitution. Countries differ from one another and that is why if we start interfering, we shall have no end of trouble.
            I don't know the mind of the Spaniards, but I think that some are of one mind, others of another; I am sure that many Spaniards would like to be rid of Franco but without outside pressure. I don't see what the Foreign Ministers could do on the question. I feel that this would give them a lot of hard work, while the discussion of the question would prove to be fruitless.
            Truman: I see very little likelihood of an agreement being reached on this question at the present sitting. Wouldn't it be better to return to it later?
            Stalin: Maybe, after all, we should refer this matter to the Foreign Ministers so that they should try to find a suitable formula?
            Churchill: That's the very point on which we have failed to agree.
            Truman: I think we'd better pass on to the next question and return to the question of Spain later.
            Churchill: I do not propose a negative solution, I merely propose that we now pass on to a discussion of other matters, and discuss this question later.
            Truman: We pass on to the next question.

(…)
Byrnes: (…) The Soviet delegation proposed the inclusion in the document of a clause on the Franco regime and, to meet the Soviet delegation half-way, we added a clause concerning the negative attitude taken by the three Powers to Spain's becoming a member of the United Nations under the Franco regime.
 

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