NO olvidemos la dignidad del Partido Comunista el 18 de Marzo de 1939

 

Por Estéban Zuñiga

RESOLUCIÓN DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA.

EL CONSEJO NACIONAL DE DEFENSA NO TRABAJA POR LA PAZ, SINO POR LA ENTREGA A FRANCO DEL PUEBLO ESPAÑOL.

 

“Reafirmar la unidad de socialistas y comunistas, significa llevar a las trincheras, a las fábricas y al campo nuevos bríos para seguir la lucha sin tregua hasta la victoria; representa un paso adelante en el mantenimiento de la unidad del pueblo.

 

La unidad de socialistas y comunistas no debe romperse jamás. Si, por desgracia para la República y para el pueblo, los dos grandes partidos de la clase obrera llegaran a desunirse, el fascismo operaría con enorme facilidad, porque lo haría contra unas fuerzas políticas faltas de cohesión, que gastarían sus energías en luchas intestinas. 

 

La unidad de socialistas y comunistas será siempre, pues, la garantía de una firme política de guerra y de la victoria.” 

 

(José Díaz Ramos. Secretario General del PCE. “La resistencia y la unidad, factores imprescindibles para la victoria”. “Frente Rojo”. Barcelona, martes 16 de agosto de 1938).

 

Hoy recordamos un manifiesto, del 18 de marzo de 1939, que podríamos calificar de histórico e imprescindible "emitido por el Comité Central del Partido Comunista de España (PCE)” , que tenía como fin de hacer público diversas aclaraciones sobre los ocurrido tras la creación, el 5 de marzo de 1939 y en Madrid, de un “Consejo Nacional de Defensa”, liderado por el jefe del Ejército del Centro el coronel Segismundo Casado (quién había mantenido contactos con elementos de la “quinta columna” franquista madrileña) y apoyado por los socialistas liderados por Besteiro y elementos anarquistas como Cipriano Mera, que suponía un golpe de Estado contra el Gobierno de la República que defendía continuar resistiendo a pesar la caída de Cataluña a principios del mes de febrero de 1939, que buscaba entablar conversaciones con el golpista Franco para buscar la paz y que suponía una rotura total del Frente Popular, y que a la vez desataría una dura persecución y represión contra los comunistas y una pequeña parte de los socialistas, quienes seguían fieles al Frente Popular y al Gobierno de Juan Negrín.

 

Los comunistas españoles habían pasado a convertirse como el enemigo a batir y extirpar. 

 

Así, el 13 de marzo de 1939 se podía leer en el periódico “Heraldo de Madrid”, firme partidario de la acción del coronel Segismundo Casado, el siguiente comentario sobre lo que suponía la victoria sobre los comunistas y la búsqueda de la paz con los sublevados en armas el 18 de julio de 1936:

 

“(…) ¿cuál era el fin primordial -en apariencia al menos- del eje Roma-Berlín? Extirpar la planta comunista del suelo europeo. ¿Qué motivos han invocado Italia y Alemania para su intervención en la guerra de España? Impedir la aclimatación de esa planta en nuestra tierra. Ahora bien: la República española se ha adelantado por sí misma, sin auxilio alguno a este afán."

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL CONSEJO NACIONAL DE DEFENSA NO TRABAJA POR LA PAZ, SINO POR LA ENTREGA A FRANCO DEL PUEBLO ESPAÑOL.

 

COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA.

 

(Fuente: “Mundo Obrero”. Documentos para el centenario del PCE (1921-2021). 17 de abril de 2021).

 

“La situación de nuestro país en estos últimos días se ha desarrollado de tal manera, ha cambiado tan profundamente y con tal rapidez, que los soldados en el frente, los obreros, los campesinos y todo el pueblo en la retaguardia han caído en la confusión más grande y se preguntan, con angustia, por qué ha ocurrido todo esto y cuál va a ser el porvenir.

 

¿Por qué ha desaparecido el Gobierno de unión nacional que, después de la pérdida de Cataluña, había fijado en los tres puntos de Figueras las condiciones de una paz digna y honrosa y al que habían manifestado su confianza, hasta el último momento, todos los partidos y organizaciones del Frente Popular, todos los hombres políticos y todos los jefes militares?

 

¿Por qué se ha roto y ha desaparecido el Frente Popular, que fue el eje de toda nuestra lucha y de nuestro trabajo, desde el 16 de febrero y el 18 de julio de 1936? ¿Y por qué se ha roto la unidad del pueblo, desencadenándose un represión furiosa contra uno de los Partido del Frente Popular, contra el Partido Comunista que, a lo largo, de toda la guerra, siempre ha estado en las primeras filas del combate, con abnegación, con espíritu de sacrificio, con heroísmo incomparable?

 

QUIENES SON LOS RESPONSABLES.

 

¿Quiénes son los responsables de todo esto: el desorden de la confusión, del pánico, de la discordia que cunden en todas partes y que en lugar de acercarnos a la paz nos alejan de ella?

 

El “Consejo de Defensa” del señor Besteiro y del coronel Casado y la prensa que les afecta -la demás ha sido suprimida con la violencia- lanzan cada día declaraciones y manifiestos, pero el pueblo y el Ejército ya no les prestan fe porque juzgan por los hechos y no por las palabras, y empiezan a comprender que las palabras del “consejo” no son sino mentira y engaño y los hechos no corresponden en nada a los deseos del pueblo.

 

Los comunistas vamos a decir al pueblo la verdad y el pueblo ya sabe que durante la revolución y la guerra, nunca hemos engañado, siempre hemos estado a su lado, luchando en su interés, en interés de España, contra el fascismo, contra los invasores extranjeros y contra todos los enemigos de los trabajadores.

 

Dicen que los comunistas han intentado levantarse contra la República y que por esto se les debe perseguir.

 

Pero todos conocen que esto es una mentira.

 

Ha habido, sí, en estos días, levantamientos, pero no de comunistas.

 

El primero ha sido el levantamiento de Cartagena, que se realizó en la noche del 4 al 5 de marzo. El coronel Casado ha hecho a la prensa declaraciones falsas, afirmando que se trataba de un movimiento provocado por desacuerdo entre el mando de las fuerzas de Cartagena y el Gobierno Negrin. Otros han hecho correr el bulo de que se trataba de un levantamiento comunista. Hoy todos saben, y lo reconoce el mismo Gobernador de Murcia y el Consejo de Defensa, que ha sido un levantamiento fascista, que la bandera y las consignas de los insurrectos eran las de Franco y de los invasores extranjeros, que los rebeldes de Cartagena se dirigieron a Franco pidiéndole ayuda y que éste envió en su ayuda a la flota facciosa, con tropas de desembarque. ¿Y quienes lucharon contra los fascistas de Cartagena? Lucharon los comunistas. ¿Quién aplastó la insurrección fascista de Cartagena? La aplastaron fueron leales a la República mandadas por un comunista, el coronel Rodríguez, jefe de la gloriosa 11 División y por Virgilio Llanos, socialista honrado y amante de la unidad. Esta es la verdad, que el Ejército y el pueblo deben conocer y ya conocen.

 

El segundo levantamiento, el más grave, habido en estos días, ha sido el del Coronel Casado y la pandilla de hombres políticos que le dieron su apoyo. Ninguna habilidad polémica puede cambiar los hechos. Casado, Besteiro, Wenceslao Carrillo, y algunos faistas y anarquistas de precedentes más o menos dudosos y de muy dudosa españolidad se han levantado contra el Gobierno legítimo de la República obligándolo a abandonar el territorio de España y apoderándose del Poder con el engaño y la violencia.

 

LOS COMUNISTAS NO SE HAN LEVANTADO.

 

Los comunistas nunca han levantado ni pensado en levantarse. Levantarse en momentos de tanta gravedad, cuando el pueblo está en armas contra el fascismo y contra el invasor es una traición, y un crimen. Levantarse significa romper la unidad del pueblo, y los comunistas nunca han hecho ni harán nada en contra de la unidad.

 

¿Por qué entonces hubo choques entre fuerzas republicanas y combates en Madrid? 

 

Porque los jefes de algunas unidades de Madrid afiliados al Partido Comunista se mantuvieron leales al Gobierno de unión nacional como era su deber. Y contra estos jefes leales y honrados los hombres nefastos del “Consejo de Defensa” han enviado otras fuerzas republicanas engañadas con consignas falsas, desencadenando una odiosa guerra civil a unos kilómetros de las trincheras manchando sus manos asesinas de sangre española.

 

HEMOS LUCHADO SIEMPRE POR EL FRENTE POPULAR.

 

Los provocadores y aventureros que hablan de “levantamiento comunista” saben muy bien que si nosotros hubiéramos querido levantarnos teníamos fuerza para hacerlo y para vencer. Pero todos comprenden que, además de que esto hubiera sido cometer un crimen, ningún interés podía ni puede tener el Partido Comunista en dar un golpe de fuerza y apoderarse del Poder en un momento como éste, tomando por sí solo la responsabilidad de la situación cuyo desenlace favorable se podía encontrar con la unión de todos. Los que han roto esa unión llevan hoy, ellos solos, la terrible responsabilidad de la manera como van a desarrollarse los acontecimientos, y, en un día no muy lejano, el pueblo les pedirá cuenta de lo que han hecho.

 

La campaña infame de calumnias y mentiras contra el Partido Comunista, esta campaña que alimentan los enemigos del pueblo, los trotskistas, agentes de Hitler, de Franco y de Mussolini, se rompe ante la realidad, ante los hechos que todos conocen.

 

Dicen que los comunistas querían y quieren tener el Poder solos, descartando de él a todos los demás Partidos.

 

Pero, ¿quién ignora que nuestra política ha sido dirigida siempre a hacer que participaran en el Poder todos los Partidos y Organizaciones antifascistas del país?

 

Cuando los anarquistas y algunos socialistas, ignorando el carácter de nuestra guerra y de la situación española, querían eliminar del Poder y aplastar a los republicanos, los comunistas los hemos defendido, así como hemos defendido a los campesinos españoles de los bandidos que los atropellaban en nombre del “comunismo libertario” y hemos exigido que se hiciera reinar en todo el país un perfecto orden, respetando la legalidad republicana.

 

Y cuando, repetidas veces, se han dirigido a la dirección del Partido Comunista destacados líderes libertarios ofreciéndonos una alianza para echar del poder al Partido Socialista siempre nos hemos opuesto.

 

No hay otro Partido que, como el nuestro, haya luchado por que el Gobierno fuese siempre la representación de todos los partidos, de todo el pueblo antifascista español.

 

¡Dicen que los comunistas no somos un partido español, nos acusan de ser instrumentos del extranjero! Ya hemos oído otra vez estos cuentos. Estas eran las calumnias que lanzaban contra nosotros los señores de la CEDA y de Falange Española. Los trostkistas y faistas del “consejo” no tienen ni siquiera el mérito de la originalidad. En su política y en sus campañas de burdas mentiras, ya se han puesto a la cola del fascismo. Pero el pueblo nos conoce. Conoce nuestra actuación y nuestros hombres. Conoce a José Díaz, el obrero panadero de Sevilla, que ha entregado toda su vida a la clase obrera, a la lucha contra la reacción y el fascismo, por la unidad del pueblo. Conoce a nuestra Pasionaria, minera de Euzkadi, símbolo viviente de la mujer española, ideal de todas las mujeres de España. Conoce a Modesto, Líster, Santiago Carrillo, y a los millares y millares de nuestros militantes, hijos del pueblo todos ellos, luchadores infatigables por la independencia de su país.

 

EL PARTIDO COMUNISTA POR LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA.

 

¿Cuál es el Partido que primero de todos, mientras que muchos iban agotando las fuerzas del pueblo en ensayos inútiles y perniciosos de aplicación de teorías exóticas, ha levantado la bandera de la independencia de España? Es el Partido Comunista. Y son los comunistas los que por esta causa han derramado más sangre generosa, han dado las pruebas más grandes de abnegación y sacrificio. Los “víveres” famosos, que dicen haber encontrado en nuestra casa, no eran sino los víveres que, como todos saben, la Comisión de Auxilio Femenino, dirigida por nuestra Pasionaria, venía distribuyendo en las fábricas y al pueblo.

 

Nos acusan de ser agentes del extranjero. ¿Pero es cierto, si o no, que la proposición de crear el Consejo de Defensa fue hecha en el Frente Popular, que desde luego, la rechazó, por un faista desconocido, extranjero, por lo visto agente de unos de los países que tienen interés en romper nuestra unidad? Y el señor Besteiro, ¿no es un agente de policía secreta inglesa como lo ha publicado en estos días la prensa extranjera más autorizada? ¿Y por qué el coronel Casado, antes de dar su golpe criminal, recibía cada día en su Estado Mayor agentes secretos de diferentes países y extranjeros reaccionarios? ¿Y los trotskistas, animadores de la lucha contra los comunistas, no son los agentes de la Gestapo alemana que en todo el mundo trabajan para romper la unidad de los pueblos, en interés del fascismo alemán e italiano?

 

EL COMPLOT EXTRANJERO.

 

La verdad que el pueblo debe conocer, es que el complot del cual ha salido el Consejo de Defensa ha sido fraguado por extranjeros y agentes del extranjero, por agentes del fascismo y de las capas más reaccionarias de la burguesía imperialista europea, que quieren arrebatar al pueblo español su libertad, su independencia, sus conquistas sociales, y servirse de los hijos de España, como mercenarios en una nueva guerra al servicio de un imperialismo ajeno.

 

No suscitan en nuestro pueblo otra cosa que indignación, repugnancia y asco las infames calumnias trotskistas que se lanzan hoy contra la Unión Soviética por el Consejo de Defensa y los provocadores que se han puesto a sus órdenes.

 

La Unión Soviética, el gran pueblo hermano que vive libre y feliz en el país del socialismo, nos ha ayudado durante toda la guerra con desinterés comprobado, porque sabía que luchamos, como él lucha, por la libertad y por la paz. Es el jefe del proletariado mundial, el gran Stalin quien ha proclamado ante todo el mundo que la causa del pueblo español es la causa de toda la humanidad progresiva. La Internacional Comunista es la sola organización internacional que ha luchado siempre en ayuda nuestra, contra las incomprensiones, vacilaciones y traiciones de la socialdemocracia para obtener que todos los proletarios, todos los trabajadores, todos los hombres libres y honrados, unieran sus fuerzas en ayuda de España.

 

Lo que ha sido y es la ayuda desinteresada y generosa de la Unión Soviética hacia el pueblo español lo saben nuestros combatientes, nuestros aviadores, nuestros tanquistas, lo sabe el pueblo de Madrid, que se acuerda de noviembre de 1936, lo saben las madres españolas, cuyos niños han encontrado en la Unión Soviética el cariño de una segunda patria. Y una vez más se pregunta el pueblo: ¿Por qué todo esto? La contestación es clara y sencilla.

 

LAS CALUMNIAS TROTSKISTAS.

 

El pronunciamiento de Casado, contra el Gobierno de Unión Nacional, con el apoyo de los socialistas-trotskistas y los provocadores de la FAI, la ruptura de la legalidad republicana, la formación del Consejo de Defensa, la persecución brutal contra el Partido Comunista y los mejores luchadores del pueblo, y esta oleada de calumnias infames con que se intenta engañar y envenenar al pueblo entero, todo esto se ha hecho con un fin, y este fin consiste en imponer al pueblo, con la violencia y el engaño, una terminación de la guerra, diferente, opuesta a la que el pueblo desea y a la que se podía obtener, si la unidad del pueblo y del Ejército no se rompía.

 

¿Qué es lo que desea el pueblo? 

 

El pueblo desea la paz, y los comunistas también deseamos la paz, como hemos declarado abiertamente. 

 

Pero, ¿cuál es la paz que nosotros, el pueblo entero deseamos? Una paz que salve tres cosas.

 

Primero: La independencia de nuestro país, con la salida de España de todas las tropas invasoras extranjeras.

 

Segundo: La libertad interior, siendo el pueblo quien pueda decidir el régimen en que habrá de gobernarse España.

 

Y tercero: La seguridad de que no habrá ninguna represalia, ninguna persecución después de terminar la guerra, y todos los españoles unidos, podremos trabajar en la reconstrucción pacífica de nuestro país.

 

¿Era posible obtener esa paz, que está en las aspiraciones más profundas de todo el pueblo?

 

Sí, era posible. Lo afirmábamos antes del pronunciamiento de Casado y seguimos afirmándolo hoy, sin duda alguna. Era posible, pero para obtener esta paz ¿qué era necesario?

 

Primero: Era necesario basarse y fundar toda la política del Gobierno en la fuerza y en la unidad de nuestro Ejército. Este Ejército cuenta aún hoy, a pesar de la enorme pérdida de Cataluña, con más de sesenta Divisiones, con 800 cañones, con tanques y aviación. Es un Ejército que aún impone respeto al enemigo, cuyas fuerzas están muy cansadas y también desean sobre todo la paz. Apoyándose en la amenaza de una resistencia desesperada de este Ejército, se debía y podía imponer al enemigo la paz honrosa y digna que hace falta al pueblo.

 

Segundo: Era necesario mantener a toda costa la unidad de todo el pueblo, sin exclusión de nadie, ni de republicanos, ni de libertarios, ni de comunistas. La unidad ha sido siempre nuestra fortaleza, y debía continuar siendo también en el logro de la paz porque solo la unidad podía imponer al enemigo respetarnos. Rompiéndose la unidad, es fatal que todo el país caiga en el desorden, en la confusión, en el pánico, y en estas condiciones es absurdo esperar que el enemigo acepte, ni siquiera discuta nuestras condiciones.

 

Tercero: Los comunistas siempre hemos dicho que la situación internacional debía tomar un rumbo nuevo, comprendiendo por fin los democráticos, ante la ofensiva brutal de las dictaduras fascistas, la necesidad de hacerles frente con decisión. Y esto es precisamente lo que está ocurriendo hoy después de la ocupación de Checoslovaquia por el fascismo alemán. Nuestra política, que fue la política del Gobierno de unión nacional, era una política justa, y el golpe de Estado de Casado, hoy, resta al pueblo español la posibilidad de aprovechar la nueva situación internacional para encontrar nuevos apoyos en su lucha por la independencia y la libertad.

 

 

CON LA UNIDAD, HUBIÉSEMOS OBTENIDO LA VICTORIA.

 

Si se mantenían intactas la unidad del pueblo en el Frente Popular, la fuerza y la unidad del Ejército, y se sabía aprovechar bien la nueva situación internacional, hoy la paz con independencia y libertad y sin represalias era segura. Y decíamos más: era también seguro que habríamos podido salvar algunas de las conquistas sociales realizadas por la República, a favor de los campesinos y de la clase obrera. Los campesinos no tendrían hoy la perspectiva casi cierta de ver volver como triunfamos a los viejos caciques, ni los obreros l perspectiva casi cierta de volver a un régimen de esclavitud.

 

El Consejo de Besteiro, Wenceslao Carrillo y Casado, ha hecho con el apoyo de la FAI y de los socialistas trotskistas, todo lo contrario de lo que hacía falta. Ha roto la unidad del pueblo. Ha roto la unidad del Ejército, desencadenando la guerra civil. Ha decapitado al Ejército de sus mandos mejores, precipitando la masa de los soldados en la confusión y desmoralización. Y mientras hablaba de paz sin represalias y sin persecuciones, empezaba las represalias y persecuciones contra el Partido Comunista, poniendo a los comunistas fuera de la ley, saqueando nuestras casas, deteniendo a nuestros militantes, enviando ante los consejos de guerra a los militantes culpables solo de su lealtad al régimen republicano.

 

LA “JUNTA” Y SUS ALIANZAS EXTRANJERAS.

 

Todo esto quiere decir que el Consejo de Defensa no se ha formado para hacer una paz honrosa y digna, sino con otro fin, “con el fin de entregar al pueblo español a Franco, al fascismo y a los invasores extranjeros”. A esto nos lleva la política del Consejo, que es la política del abrazo de Vergara. Y es para hacer posible esta traición infame por lo que el Consejo ha roto la unidad del pueblo, está desorganizando el Ejército y persigue al Partido Comunista. Asesinando a los comunistas, piensan conquistarse la gracia de Franco. Pero la persecución contra los comunistas es solo el comienzo de la represión sangrienta a la cual estos traidores entregarán a todo el pueblo de España.

 

El Partido Comunista denuncia con indignación y con asco esta infamia, y se dirige a todos los obreros, a todos los campesinos, a los militares profesionales y de milicias, al pueblo entero para qué, hasta que quede un minuto de tiempo y la más pequeña posibilidad, protesten contra esta traición e impongan la vuelta a la unidad y a una verdadera política de paz.

 

Nos dirigimos a los obreros socialistas y a todos los afiliados de la UGT, a los obreros libertarios y a todos los afiliaos de la CNT. Besteiro y Wenceslao Carrillo han entregado el Partido Socialista Obrero al trostkismo contrarrevolucionario policíaco, están llevando al glorioso Partido de Pablo Iglesias, de González peña y de Negrin, por el camino sangriento de Noske. No, la bandera del PSOE no puede mancharse de sangre obrera, de sangre comunista. Los provocadores de la FAI y del Partido Sindicalista no pueden hablar ni actuar en nombre de la masa obrera de la CNT. No tiene nada de común con el ideal libertario, este crimen consiste en asesinar a los comunistas para abrir a Franco las puertas de España. Obreros y soldados de la CNT, que habéis luchado con nosotros en cientos de combates, que habéis mezclado vuestra sangre a la nuestra en el cuartel de la Montaña, en el Madrid de noviembre de 1936, en Teruel, en Aragón y en Cataluña, no permitáis que caiga sobre vosotros la maldición que persigue a Caín, asesino de su hermano. No permitáis que caiga sobre la CNT la trágica responsabilidad histórica de haber puesto fin a la guerra con la traición al servicio de unos militares ambiciosos y desleales, en alianza con Besteiro, el traidor y el cobarde de siempre, ayudando a preparar la entrada triunfal en Madrid y en Levante de las tropas de Franco, la matanza de revolucionarios y trabajadores y la destrucción de todas las conquistas del pueblo que los fascistas han planeado.

 

Nos dirigimos a los militantes profesionales honrados, a los que nuestro Partido ha ayudado en su tarea desde el primer día de la guerra, y han contraído con nosotros un compromiso de honor al cual no pueden faltar. Nos dirigimos a todos los que durante la guerra han encontrado en el Partido Comunista la organización que les ha comprendido y apoyado en su trabajo a favor del pueblo y de España.

 

El Partido Comunista no tiene ni la más mínima responsabilidad en los últimos hechos. Enterado de la creación del Consejo, propuso a Negrin hacer un esfuerzo para llegar a un acuerdo y salvar la unidad. El Consejo ha rechazado esta proposición. Hemos ofrecido al Consejo la adhesión del Partido a condición de que cesaran las persecuciones y se volviera a una política de unidad. Los comunistas de Madrid se han dirigido dos veces al Consejo proponiendo cesar el combate, y el Consejo, que aceptó sus proposiciones, hoy no las aplica. Por todos los medios hemos intentado salvar la situación.

 

Hoy los acontecimientos se precipitan hacia el desenlace que los hombres del Consejo tenían en sus planes. Después de haber deshecho la unidad y el Ejército, estos hombres aceptarán la entrega a Franco, y el pueblo que quería y podía obtener la paz, se encontrará sojuzgado por el fascismo y los invasores extranjeros. Los soldados españoles, en lugar de volver a su casa, se verán obligados a permanecer bajo las armas a las órdenes de Mussolini y de Hitler en la guerra que estos bandidos están desencadenando contra los pueblos libres de Europa. La tierra volverá a los grandes terratenientes y el obrero perderá todas sus conquistas. Este es el resultado más probable que tendrá la labor realizada por Casado, por Besteiro, por Wenceslao Carrillo, por los trotskistas y la FAI, engañando a la masa obrera de la CNT y a todo el pueblo.

 

SIEMPRE EN NUESTRO PUESTO POR LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA.

 

¿Existe todavía una posibilidad de evitar que esto se produzca?

 

Declaramos que en cuanto una sola posibilidad se ofrezca, los comunistas estaremos en nuestro puesto, junto con todos los que intenten en cualquier momento, rehacer la unidad del pueblo y del Ejército y hacer frente al invasor extranjero, al fascismo y a sus agentes en nuestro campo.

 

Nuestro Partido no ha dejado ni nunca dejará de trabajar, de luchar, en el pueblo y en el Ejército, aprovechando todas las posibilidades que se le ofrezcan.

 

Hemos luchado y continuamos luchando por la independencia de España y por la paz. 

 

Pero, el día que Franco y sus servidores intentasen hacer del Ejército y del pueblo de España una tropa mercenaria al servicio del fascismo alemán e italiano, en la guerra contra los demás pueblos libres de Europa, con todos los medios intentaremos impedirlo y nuestra consigna será la derrota del fascismo español y de sus fuerzas militares, derrota por la cual lucharemos con todas nuestras fuerzas.

 

Hemos luchado y continuamos luchando por la República, por un régimen de libertad y de democracia que permita al pueblo español resolver, en paz, sus problemas económicos y políticos, el problema de la tierra, del resurgimiento económico de España, la emancipación de la clase obrera y de todos los trabajadores.

 

Hemos luchado y continuamos luchando por la unidad de la clase obrera y de todo el pueblo, por el Frente Popular. Queremos la unidad con el Partido Socialista Obrero, que no confundimos con los trotskistas que se han hecho cómplices del Coronel Casado. 

 

Queremos la unidad con los obreros libertarios, que pronto van a enterarse que el camino de traición por el cual querían llevarles los faístas y “sindicalistas” del Consejo, no puede ser, no es su camino.

 

La bandera de la unidad, de la democracia, de la paz, del Frente Popular continúa siendo la bandera del Partido Comunista. Por ella continúa y continuará la lucha de las nuevas condiciones, y nuestra fe en los destinos de la clase obra y de España nunca fallará.

 

¡Abajo los traidores de España, los cómplices y agentes del fascismo!

¡Viva la independencia de España!

¡Viva la unidad del pueblo!

¡Viva el Frente Popular!

¡Viva el Partido Comunista de España, vanguardia heroica y abnegada de la clase obrera y del pueblo español!

 

Madrid, 18 de marzo de 1939.

EL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA”.