31 de enero de 2014

S. I. Aralov: Fundador de los pioneros soviéticos y de la inteligencia militar

Por Alex Puzitsky. Enviado de comstol. info. Traducción Igor T.



En la foto un coronel del Ejército Rojo, con la Orden de la Estrella Roja a un lado de su guerrera. Las fotos son en los tiempos de la guerra. Semion Aralov. De hecho, él tenía antes cinco órdenes de Caballero del Imperio Ruso:  la primera de ellas fue la Orden de San Estanislao de tercer grado con espadas y arco, que se le adjudicó el 9 de mayo (antiguo calendario) en 1915. Otro premio posterior más reciente le adjudicaron en diciembre de 1916. Y también, numerosas condecoraciones soviéticas, premios estatales y, en particular, seis órdenes - de Lenin, Bandera Roja, Estrella Roja, Guerra Mundial, de primero y segundo grado y varias medallas de "Honor". Entre las distinciones extranjeras, medallas polacas de la República Popular.

Sorprende su biografía.

Se incorporó al movimiento revolucionario en 1902 poco después de su alistamiento: comprometido en los círculos obreros, estudia, almacena y distribuye literatura ilegal.

En la primavera de 1903 y 1905, trabaja ilegalmente en el partido, en Moscú: de hecho es organizador y promotor del Comité del POSDR de Moscú.

Desde la primavera hasta el final de 1905, de nuevo en el ejército, va ascendiendo hasta oficial del Segundo Regimiento de Granaderos, y después en la 1ª División de Granaderos (de Moscú) bajo el mando de "Su Alteza Imperial el Gran Duque Mijíl Alexándrovich) y, a continuación, en una de sus acciones (concretamente desconocida), en el ejército de la Guerra Ruso-Japonesa (en Harbin, Manchuria).

Durante un levantamiento armado en Moscú, comenzó a apoyar activamente las reivindicaciones de los soldados para revertir sus armas contra las autoridades legítimas. Pronto, sin embargo, para evitar el arresto desertó y se escondió en pequeñas ciudades y pueblos. Fue condenado en rebeldía por el Tribunal Militar con sentencia de muerte.

Después de regresar a Moscú, se graduó en un Instituto de Comercio de Moscú (estudiando por la noche) y realizó una labor de ayuda y refugio en una casa, para delincuentes juveniles (ahora es un Banco, en la plaza de Smolensk).

En 1914, cuando se moviliza a la población por la guerra imperialista, consigue que le acepten como primer teniente del 7 º Regimiento de Granaderos, de la 2 ª División del Cuerpo de Granaderos. Recibió su bautismo de fuego a finales de agosto 1914, en una ciudad de Prusia Oriental Darkemenom (ahora Ozersk): dentro de la 215º división de infantería, adjunto al 54 regimiento Sujarevsky de infantería, como comandante de la primera compañía.

Durante la primera Guerra Mundial participó en veinte batallas, y entre ellas, las batallas en la ofensiva de Prusia Oriental 4 (17) de agosto, 2 (15) de septiembre de 1914. Después de la derrota de las fuerzas rusas en Prusia Oriental estuvo copado pero se las arregló para cruzar con seguridad la línea del frente.

La historia de la heroica destrucción del 2º Ejército Ruso es bien conocida. Su aparición por sorpresa, profundamente en territorio alemán, salvó a París y todo el frente francés ... El Regimiento Sujarevsky fue completamente destruido por el medio ambiente, pero a la vez grabó la semilla de la conciencia bolchevique en Aralov.

En febrero de 1917 era capitán, elegido Presidente del Comité de la 174º División de Infantería. Entonces fue designado jefe del departamento de operaciones de la comisaría militar de la región de Moscú, con la tarea de llevar a cabo la supervisión directa del proceso de formación de la Guardia Roja.

En abril de 1918, era responsable del departamento (de operaciones) de la Comisaría Militar Regional de Moscú, cuando se reorganizó la División del Comisariado del Pueblo para Asuntos Militares (como Comisario del Pueblo de Operaciones), un cuerpo diseñado para reunir a todos los efectivos militares seguros, como agentes de intervención de la joven República Soviética. El ex capitán S. I. Aralov a partir este momento es el comisario responsable de ese organismo. En los recuerdos de Semion Ivánovich, consigna: "En ese momento yo estaba a cargo del departamento operativo como Comisario del Pueblo. El alcance de mi trabajo consistía en labores de inteligencia, de la organización de grupos especiales de reenvío al exterior, de la recopilación de información sobre el estado de las fuerzas hostiles a nosotros, sobre la prevención de organizaciones de grupos subversivos, etc. ".

Desde mayo 1918, el Comisario del Pueblo de Operaciones estuvo directamente involucrado en la planificación y conducción de las acciones en los frentes de la guerra civil (como si fuese un Estado Mayor).

El 8 de octubre 1918, S. I. Aralov, era miembro del Consejo Militar Revolucionario de la República, órgano colegiado de los responsables militares superiores de la República Soviética, durante la Guerra Civil. El 9 (según otras fuentes el 14) de Octubre de 1918, a tiempo parcial, es elegido miembro del Tribunal Militar Revolucionario. Y a partir del 24 de octubre 1918 además, Comisario Militar de las Fuerzas Especiales de Actuación (RVSR).

Cabe señalar, que en el trabajo del Departamento Especial de Inteligencia, estaba bajo la supervisión de los principales líderes soviéticos, particularmente de Lenin. Prueba de ello es la siguiente historia descrita por S.I. Aralov: "Un día (era, al parecer, a principios de abril 1918) le pregunté a Ilich, cuando hacía el preceptivo informe sobre mi actuación, dónde instalo la sección especial de inteligencia. Le dije a él que todavía la sección especial de operaciones no tenía sede".
Lenin muy preocupado y me dijo: "¿Cómo usted, mi camarada, en esta tarea conspirativa lo ha olvidado imprudentemente? Después de todo, su labor es un trabajo subterráneo. Busque un lugar inmediatamente separado y a salvo de las miradas e informe. Debemos tener especial cuidado. No todos los trabajadores de operaciones necesitan saber acerca de como realizamos la ayuda que brindamos a las guerrillas, especialmente en Ucrania. Hábilmente debemos guardar el secreto, no tiene que haber notas y no envíen cartas. Procedan por vía oral a través de fieles camaradas. Hablen por teléfono de forma cifrada."
Luego, tras una pausa, Lenin dijo: "¿Y cual es la actividad del camarada Kovrigin, ahora?""Es un Comisionado itinerante", le contesté .
"¡Eso es! Los alemanes no deben tener un pretexto para traernos reivindicaciones. No olvides que la laxitud puede conducirnos a la muerte de nuestro pueblo, sino actuamos en la retaguardia del enemigo.", dijo Vladimir Ilich.

"Poco después instalamos el Departamento Especial de Inteligencia en una habitación separada del callejón Levshinsky".

El 5 de noviembre 1918 (también a tiempo parcial), le hacen responsable del Registro de la recientemente formada Oficina de Tropas de Operaciones del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos (RUPSHKA, también Registrup), además, la Agencia de Inteligencia inscrita como RVSR fue creada oficialmente bajo la orden secreta 197/27, del 5 de noviembre 1918, y se convirtió en la precursora de la moderna Dirección de Inteligencia Principal del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia. Como referencia: de esta forma esta basada en la orden del ministro de Defensa, número 490, del 12 de octubre 2000, creándose la RUPSHKA, que ahora se celebra anualmente en Rusia, el 5 de octubre día de la inteligencia militar.

Entonces la principal actividad de su departamento fue la ayuda a los 12º y14º Ejércitos en Ucrania y en el Frente Sur Occidental. Pero un giro inesperado de aquellos tumultuosos acontecimientos, hizo que Aralov, también, encontráse tiempo para organizar dentro del 8º Ejército, una colonia de niños sin hogar, que a principios del 20 se convirtió en una de las primeras organizaciones de Pioneros en la URSS.





En octubre de 1920, era el Presidente de la Delegación de la Comandancia General de los Ejércitos de la Federación de Rusia, en las negociaciones con los polacos, en Berdichev, sobre el establecimiento de la línea de demarcación. En gran parte gracias a las habilidades diplomáticas de S. I. Aralov, logró empujar unos cuantos kilómetros de la frontera oeste con Polonia, y de esa forma "toma la sarten por el mango", ya que sin luchar obliga a los polacos blancos, que partan hacia Polonia en la parte del territorio adyacente a la Ucrania soviética.

Desde abril de 1921 hasta octubre de 1927 estuvo en el servicio diplomático:

- En abril y noviembre de 1921, fue Embajador Plenipotenciario de la RSFSR en Lituania.
- En diciembre de 1921 y abril de 1923, Representante Plenipotenciario de la Federación de Rusia, primero, y luego la URSS en Turquía. En este cargo, fue el primer diplomático soviético enviado a un Estado extranjero-
- En mayo de 1923 y abril de 1925, Embajador Plenipotenciario de la URSS en Letonia.
- A partir de mayo 1925 en Moscú, es miembro del Comisariado del Pueblo de la URSS.
- En diciembre de 1926 y octubre de 1927, Embajador Plenipotenciario Representante de la Unión Soviética ante el gobierno chino.

Al final del año 1927 hasta 1938, es designado responsable de las gestiones de actividades fabriles y comerciales de la Unión. Miembro de la Presidencia del Consejo Superior de Economía Nacional (SEC), Presidente de la Sociedad Anónima "Eksportles" y luego en el Comisariado del Pueblo de Cultura, y responsable de la Seguridad del Estado.

La vida le cambió dramáticamente por un incidente diplomático en 1937. En sus recuerdos, constata que sus amigos le advirtieron y dimitió de todos sus cargos diplomáticos, y así en 1938 se convirtió en subdirector del Museo Literario del Estado (El director era V. D. Bonch).

En julio de 1941, como un voluntario más teniendo 61 años, se unió a la 21º División de Infantería de la Milicia Popular Moscú (el 26 de septiembre del 41 pasó a la 173ª División de Infantería, que formaba parte del 2º Ejército Rojo): primero como soldado raso y luego como subjefe de la División de Operaciones. Salió del cerco en Viazma.

Como oficial de Campaña de Ejército, tuvo la gestión del 33º Ejército, en el 3º Frente Bielorruso, en agosto de 1944, en la fase final de la operación ofensiva estratégica de Bielorrusia, participando en las batallas por Prusia Oriental. Durante los combates en Viazma recibió la Orden de la Bandera Roja. Y en aquellos días se daban las órdenes con mucha moderación.

Emblema de la Organización de Pioneros ¡Siempre Listos!

¡El Coronel Aralov en la Gran Guerra Patria llegó a Berlín, al mando de una Brigada de Combate!

La Victoria lo encontró en el centro de Alemania.

Desde septiembre de 1945, en los siguientes meses, el comandante de la 23ª Brigada se le encomendó la tarea de la recogida selectiva de propiedades nazis de trofeo.

Es autor de varios libros de memorias y manuscritos, así como numerosas publicaciones en la prensa soviética. Famosas son las obras de S. I. Aralov:

- S. I. Aralov. "Lenin nos llevó a la victoria". 2ª ed. Moscú, 1989.
- S. I. Aralov. "Memorias de un diplomático soviético desde 1922 hasta 1923". Ed. 1960.
- I. M. Maisky, S. I. Aralov, M. E. Sonkin. "La deuda y el valor. Historias sobre el correo diplomático". Ed. 1989. Literatura Política.
- S. I. Aralov. Manuscrito "En Ucrania hace 40 años (1919)".

Falleció el 22 de mayo de 1969. Está enterrado en Moscú, en el Cementerio Novodevichy.

Este artículo contiene material aportado por Yuri Rzhevtsev.


Подробнее
http://comstol.info/2013/05/obshhestvo/6694

30 de enero de 2014

Fernando González, Héroe de la República de Cuba, saldrá de prisión el próximo 27 de febrero de 2014

Por "Free the Cuban Five (US)" <info@freethefive.org>. Recibido de "Resumen Latinoamericano".


Mantengámonos en alerta para asegurar su
pronto regreso a Cuba 



Fernando saldrá de la prisión federal de Safford, en Arizona, después de cumplir su injusta condena de 15 años, 5 meses y 15 días, resultado de un amañado procesamiento y juicio por parte del gobierno estadounidense. Fernando, al igual que sus otro cuatro hermanos: Gerardo, Ramón, Antonio y René, los Cinco Cubanos, sacrificaron sus vidas para defender al pueblo cubano de una infame campaña terrorista llevada a cabo por terroristas de la extrema derecha cubanoamericana radicados principalmente en Miami, con el conocimiento y la protección de Washington.

Ya que Fernando no es ciudadano estadounidense, las leyes, según nos explica su abogado, Richard Klugh, requieren que al finalizar su condena Fernando pase a la jurisdicción de las autoridades de Inmigración.

Según explica su abogado: ¨Para facilitar su pronto regreso a Cuba, Fernando ha desistido de continuar siendo parte del proceso de apelación extraordinaria, llamado de Habeas Corpus, junto con sus otros tres hermanos que permanecen en prisión, Gerardo, Ramón y Antonio. Como también ha renunciado a impugnar su deportación a Cuba. Fernando tiene todos los trámites en orden y hay negociaciones con las autoridades pertinentes para lograr su inmediato regreso a Cuba y a su maravillosa familia."

En 2009, por orden del Tribunal de Apelaciones del Onceno Distrito, su condena original de 19 años fue reducida a 17 años. De acuerdo a las regulaciones del sistema federal de prisiones, los presos en sus cárceles reciben una reducción de un 13% del total de las mismas por buen comportamiento. Su abogado Klugh mantiene que "Fernando ha sido un preso ejemplar en todo, nunca tuvo ningún tipo de incidente". Continúa Klugh, "Todos los abogados que hemos participado en la defensa de los Cinco siempre hemos tenido un fuerte sentimiento de afinidad con Fernando. Es una persona extremadamente sensible, gentil, fuerte y honorable."

Nos sentimos aliviados con el regreso de Fernando a su familia y a Cuba. Reconocemos su entereza y compromiso con la libertad y la seguridad de su pueblo al igual que siempre lo han hecho sus otros cuatro hermanos. Nos mantendremos luchando hasta lograr que se haga justicia y que Gerardo, Ramón y Antonio también puedan regresar lo antes posible a su familia en Cuba.

Más sobre Pete Seeger

Por Oleg K.

Pete Seeger es un cantautor norteamericano, todo corazón, y conciencia de que pertenecía a la clase que construye y transformará el mundo: los trabajadores. Y también la época en España, cuando se unieron y lucharon contra el fascismo:


Y también del internacionalismo proletario:

http://www.youtube.com/watch?v=qHNsRZ8iqFc&list=RD5iAIM02kv0g

28 de enero de 2014

Raúl Castro en Celac: "Vivimos en un mundo regido por un orden internacional injusto"

Enviado por Ría Novostí (RT Actualidad)


En la apertura oficial de la Cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), el presidente cubano Raúl Castro condenó la política "injusta" de EE.UU. hacia su país y la región.
Raúl Castro inauguró la II Cumbre de la la Celac en La Habana guardando un minuto de silencio en memoria del fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, uno de los principales impulsores de la Celac. El presidente cubano, que subrayó que el tema central de la Cumbre es la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad, dedicó una parte considerable de su discurso a los problemas de desigualdad en América Latina y Caribe.

"Seguimos viviendo en un mundo regido por un orden internacional injusto y excluyente, en el que las amenazas a la paz y la injerencia externa en la región continúan", denunció.
 
"Debe ser primordial la creación de un espacio político común en el que avancemos hacia el logro de la paz y el respeto entre nuestras naciones", dijo Castro, que evocó como objetivos la superación de aquellos obstáculos intencionadamente impuestos y el uso de los recursos de manera soberana para el bienestar común.
 
Para que la riqueza de recursos naturales de América Latina y el Caribe se convierta en el motor para la eliminación de desigualdades, Castro sugirió "ejercer plenamente la soberanía sobre los recursos naturales propios", así como el desarrollo de "políticas adecuadas en las relaciones con la inversión extranjera y con las empresas transnacionales que operan en los países que componen la Celac".
 
"Agradezco a todos las muestras de solidaridad ante el criminal bloqueo impuesto a mi país durante más de medio siglo y la injusta inclusión de Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado de los Estados Unidos", finalizó su discurso el presidente cubano.


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/118325-castro-celac-vivimos-mundo-regido-orden-injusto?utm_source=browser&utm_medium=aplication_chrome&utm_campaign=chrome


Nos dejó Pete Seeger

Por Oleg K.

Ha muerto Pete Seeger a los 94, el rebelde y cantante que nos acompañó en todas las luchas, desde la Guerra Civil, movimiento por los derechos civiles en el sur de los EEUU, contra la guerra de Vietnam, por el medio ambiente. 

Vivió en una cabaña a las orillas del rio Hudson (NY), humildemente.

Tuvo que comparecer ante la Comisión McCarthy y sus conciertos y su trabajo fueron prohibidos.

Pero siguió con gran alegría siendo la música de nuestras vidas y preguntando: "¿De qué lado estás tú?":


26 de enero de 2014

La comida que perdimos

Por Alexándr Sítnikov. Publicado en Svobodnaya pressa. Traducción Josafat S. Comín.




La calidad de los productos alimentarios en la actualidad está sometida a los intereses del mercado, no de los consumidores.

En vísperas de Año nuevo, los medios bullían con titulares del tipo: “Cómo celebrar el Año nuevo sin intoxicarse”. A parte de los típicos consejos de no comer ni beber más de la cuenta, se añadían recomendaciones sobre el tipo de comida que comprar, para no acabar en el hospital. Los dietólogos llamaban a leer atentamente el contenido de los productos, especialmente en lo tocante a todos los añadidos del tipo “E-”.

Por ejemplo, el E-102, o tartracina, más conocido como la piedra angular con la que aderezan todo tipo de dulces, bombones, caramelos, bizcochos, mermeladas, helados, yogures, puede provocar ataques de asma y pérdida de visión.

Todos esos innumerables E-: espesantes, emulsionantes, edulcorantes, aromatizantes, colorantes, conservantes  son, en mayor o menor medida, perjudiciales para la salud. Los expertos aseguran que un colorido exagerado de los productos, un olor penetrante o largos periodos de caducidad son señales de peligro. Toda esa química invadió nuestros aparadores con el comienzo de las reformas liberales, creando una ilusión de abundancia de alimentos, que no existía en la URSS.

Y sin embargo la Unión Soviética era uno de los líderes mundiales en producción de embutidos. El control de calidad era especialmente exigente en los años 60 y 70.

Por ejemplo la composición de la popular entonces mortadela “Dóktorskaya”, que recibiera su nombre, por sus cualidades dietéticas, de acuerdo con el “GOST” (estándar estatal) de 1974 era la siguiente: 23% de carne de vacuno de primera calidad, 70% de carne  de cerdo, 3% de huevos, 2% de elche de vaca y 2% de harina. En el resto de embutidos tampoco se añadían ingredientes que no fuesen naturales. La gran calidad y el bajo precio, hicieron que esos productos cárnicos pronto pasaran a ser deficitarios.


Esas elevadas exigencias de calidad para esos productos fueron establecidas ya en abril de 1936, cuando el Comisario de Industria alimentaria, Anastás Mikoyán, decretó el comienzo de la producción de embutidos como la mortadela “Dóktorskaya”, “Liubítelskaya”, “Chainaya”, “Teliachaya”, “Krakóvskaya”, las salchichas “Molochnie”, o los embutidos “Ojótnichie”. Eran especialmente estrictos con el control de calidad de la “Dóktorskaya”, hecha a base de productos seleccionados, pensada para gente, cuya salud se hubiese visto mermada “como resultado de la guerra civil y el despotismo zarista”.

Mikoyán, consiguió convencer a Stalin, de que la puesta en marcha de la industria alimentaria soviética debía ser incluida en el proceso general de industrialización: En unos pocos años, estaban en funcionamiento 178 fábricas panificadoras, 17 grandes combinados cárnicos, 33 fábricas de productos lácteos, 22 plantas de té, 8 fábricas especializadas en carne de cerdo, 10 azucareras, 41 fábricas conserveras, 9 de chocolates y dulces y muchas otras.


La tarea que se fijaban no era solo alimentar a la población de las ciudades en rápido crecimiento, sino garantizar que la alimentación fuese de calidad. Para ello, el Instituto de investigación de los alimentos, dependiente del Ministerio de salud de la RSFSR, se transformó en el Instituto Nacional de la alimentación del Ministerio de salud de la URSS. A O.P. Molchánova, destacada científica de dicha institución, se le encomienda la tarea de investigar la fisiología de la alimentación, especialmente de la digestión y se le encarga redactar el libro “Sobre la comida sabrosa y sana”, cuya primera edición data de 1939.

Tras 1945, la industria alimentaria terminó de recuperarse hacia comienzos de los 70. Para ese entonces, la calidad de vida en los koljoses había mejorado ostensiblemente.

Contrariamente al estereotipo que se tiene actualmente, en las ciudades soviéticas no se pasaba hambre.

“Sí, había que apuntarse a la cola para conseguir embutido-recuerda la jubilada Liudmila E. Stepanova de Novocherkass-, salía a trabajar a las 8 menos veinte, y siempre apuntaba mi apellido en la lista, que estaba en la repisa de la tienda de ultramarinos. Por las tardes, como a eso de las cinco y media, traían el embutido y nos tocaba un kilo por persona. Nunca me volvía sin compra. La fila iba rápida. Había tres personas atendiendo. Una cobraba, otra cortaba y pesaba y la tercera lo envolvía. Hasta las seis de la tarde muchos de los que no se habían apuntado, podían conseguir embutido. Por regla, el responsable de la tienda, calculaba en función de la lista y si hacía falta pedía un poco más”.

En general en los aparadores de las tiendas soviéticas era fácil encontrar suficiente mantequilla y leche. Había pescado fresco en abundancia, que lo repartían en camiones. El aceite de girasol, la “smetana” o el requesón lo vendían en los mercados, donde siempre se podía conseguir carne.



En las familias había tradición de cocinar. Las patatas y los huevos se freían en mantequilla, el pescado en aceite de girasol, la ternera se cocía, y el cerdo se hacía estofado. Como acompañamiento para el embutido fresco se preparaba arroz o pasta. Era muy habitual preparar conservas caseras de pepinos, tomates o zumo de tomate, en cuya elaboración participaban todos los componentes del hogar.

Los problemas de abastecimiento empezaron únicamente tras la llegada al poder de Gorbachov.

Y a pesar de todo, si en los tiempos soviéticos había falta de embutido, ahora a pesar de su aparente abundancia, éste simplemente no existe. Los productos que han abarrotado los aparadores de las tiendas, encajarían en la categoría de sucedáneos. El control que marcaba el “GOST” se ha visto sustituido por una justificación técnica que obedece enteramente a las reglas del mercado (por cierto que en Bielorrusia el GOST se ha mantenido, lo que explica que el embutido bielorruso “vuele” de las tiendas rusas). En muchos embutidos de los que se elaboran actualmente, el contenido en carne no supera el 40%, el resto son emulsiones de piel, grasas, sémolas, almidón de patata y maíz, harina, arroz, avena, cebada perlada, margarina, aceite de girasol, etc.

Si en la URSS se hubiera elaborado el embutido siguiendo esa receta, hubieran correspondido 120 kg. por persona y año (en los 80 era de 40Kg.), y no hubiera habido nunca ningún tipo de déficit.

Pero también está la otra cara de la moneda: el aumento del número de enfermedades oncológicas. Sirva el siguiente dato: si en 1998 se registraron en Rusia 440.721 nuevos casos de afecciones oncológicas, en el año que termina han sido 2.8 millones de personas. La dinámica es aterradora y los médicos pronostican que va a empeorar.


Anastás Hovhannesi Mikoyán

A diferencia de los actuales gobernantes, los líderes soviéticos asumían la pérdida del 30% de la producción agraria, a fin de impedir una alimentación defectuosa, de baja calidad. Esa es la diferencia entre alguien que se preocupa por su país, y los ultraliberales. Es la misma diferencia que entre el embutido de los tiempos de Mikoyán y las salchichas actuales, que no todo perro comería.


V. I. Lenin, sobre la Guerra y el Ejército.

Por E. I. Kopyshev. Mayor General de Aviación. Presidente del trabajo en la esfera militar. Secretario de Organización de la Ciudad de Moscú de "Comunistas de Moscú". Publicado en Comstol. info. Traducción Igor T.


En estos días de sagrada memoria del genio de la humanidad, líder del proletariado mundial, por causa del agravamiento de las contradicciones entre trabajo y capital, más el deseo de la burguesía mundial, que por cualquier medio, incluidos los militares, quieren imponer un nuevo orden para la humanidad con sonido americano, es de especial urgencia conocer el pensamiento de V. I. Lenin sobre los problemas de las fuerzas armadas.
Los clásicos marxistas siempre han prestado atención al trabajo militar. Especialmente se ha ocupado profunda y completamente Friedrich Engels desde una posición proletaria. En sus experiencias históricas, sobre la guerra y los conflictos armados, a partir de la base de la dialéctica materialista, y el enfoque de clase, Marx y Engels hicieron una serie de propuestas fundamentales que son comunes a todos los sistemas económicos, de la primitiva sociedad capitalista con previsión hacia el socialismo. Teniendo en cuenta la relación entre la guerra y la paz, mostraron que la guerra es la impulsan las sociedades explotadoras, y en una sociedad libre de explotación el principio fundamental es la paz, porque cada nación tiene un mismo dirigente, la clase obrera.



Al determinar las guerras sociales, Marx y Engels siempre estaban con las posiciones de los trabajadores, duramente criticados en las guerras como antinacionales, y señalaron la eliminación de las guerras con la eliminación de todas las formas de explotación. Primero señalaron el papel crucial que tiene la economía en el desarrollo militar. Engels escribió en el "AntiDühring": "Todo depende de las condiciones económicas, ya sea el ejército y la marina."
En respuesta al debate que se estaba efectuando en la sociedad alemana, sobre la creación de las Fuerzas Armadas, Engels dijo: "Será más y más coherente el principio del reclutamiento universal, porque a la vez que se reorganiza el ejército prusiano, también es de interés para la clase obrera de Alemania" ("La cuestión militar en Prusia y el Partido de los Trabajadores Alemanes" 11.2. 1865.)
Como recordatorio para las generaciones de marxistas, están las palabras de Engels, quién concluyó un trabajo conjunto con Karl Marx, "La Lucha de Clases en Francia de 1848-1850": "La hora de los ataques por sorpresa, de las revoluciones hechas por pequeñas minorías conscientes a la cabeza de las masas inconscientes ha terminado. Cuando se trata de una completa transformación de la vida social, las propias masas tienen que entender que la lucha por la que derramaron su sangre y el sacrificio de sus vidas, no es suficiente. La historia nos ha enseñado en los últimos cincuenta años. Y al fin, las masas se dieron cuenta de que necesitábamos en este tema una labor larga y persistente, y que a esta tarea, que ya estamos realizando ahora, obtendremos un éxito tal que llevará a la desesperación a nuestros adversarios".
Sobre el legado creativo del marxismo efectuado por V. I. Lenin, este elaboró una doctrina complementando a sus predecesores sobre la guerra y el ejército. Vinculando el movimiento revolucionario con las masas proletarias en Rusia a principios del siglo XX, especialmente durante la primera revolución rusa 1905-1907, y la Gran Revolución de Octubre de 1917. Poniéndolos en práctica contra la intervención de 14 estados y el ataque de la burguesía rusa y mundial, en la Guerra Civil de 1918-1922. En sus escritos y discursos, encontramos respuestas a muchas preguntas fundamentales, cuya solución niega hoy el poder burgués a las repúblicas de la antigua Unión Soviética, excepto Bielorrusia, y que inevitablemente se enfrentan a la restauración de la verdadera democracia en la forma de los Soviets, del camino socialista del desarrollo social y de la reconstrucción del Estado de la Unión de los pueblos hermanos en los principios socialistas.
Los socialistas siempre han condenado las guerras entre las naciones como bárbara y brutal. Pero al mismo tiempo, han defendido que la guerra es imposible detenerla sin destruir la abolición de las clases, y la creación de una sociedad socialista basada en que los medios sociales de producción, sean realizados sin la explotación del hombre por el hombre. Y antes de esto, escribió V. I. Lenin en 1915, en el folleto "El socialismo y la guerra":"reconocemos necesarias y plenamente legales las guerras civiles progresistas, es decir, las guerras de la clase oprimida, contra la opresión de los esclavos, contra los esclavistas, contra la servidumbre, contra los terratenientes, y a  favor de la lucha de los trabajadores contra la burguesía" (Obras Completas, Tomo 26, pgs. 311-314).
Teniendo en cuenta la relación de la clase obrera y de toda la sociedad en la guerra, la principal condición para la victoria en la guerra, V. I. Lenin creía que "en tiempos de paz o en tiempos de guerra, no podemos olvidarnos de de la preparación de los nuevos luchadores, de la ciencia militar, y el despliegue del proletariado en la futura contienda militar" (en 1905, "Sobre la mezcla de la política y la pedagogía", Obras Completas, Tomo 10, pg. 158). Denunciado a la burguesía liberal, quien necesita un ejército, para proteger su poder de acaparación "excesiva" y contra las reivindicaciones de los campesinos y los trabajadores, exclama: "Vemos, esta falsa doctrina hipócrita, el ejército debe estar fuera de la política, les son particularmente útiles estas frases, para cubrir sus verdaderas aspiraciones burguesas en este sentido". Así más adelante ellos dijeron, "no prestamos atención...porque no se aisló al Ejército Popular" (Obras Completas, Tomo 31, pgs. 268-287). Advirtió:."Sin una actitud proactiva, de los soldados y marineros inteligentes, no se puede tener éxito en la guerra moderna. Sin una tenaz preparación técnica, fuerza física, sin el apoyo del partido y la cohesión con la lucha de las masas no se puede conseguir ventaja, en la era de las armas pequeñas, de tiro rápido, de las ametralladoras, de las tácticas de batallas terrestres rápidas y contundentes" ("La caída de Port Arthur" Obras Completas, Tomo 9, pgs. 151-159).
En el fondo, la guerra y el ejército para los regímenes burgueses, fueron una escuela para la Unión Soviética, especialmente sus alianzas de clase, que enseño a V. I. Lenin sobre cuestiones militares. Así es cómo para tratar los fenómenos de la guerra V. I. Lenin, en su obra "La caída de Port Arthur" comenta: "El proletariado revolucionario debe incansablemente hacer campaña contra la guerra, siempre teniendo en cuenta que las guerras son inevitables, siempre y cuando exista la dominación de clase en general" (Obras Completas, Tomo 9, pgs 151-159).
El análisis de la derrota de la autocracia zarista en la guerra ruso-japonesa en 1904, Lenin hizo hincapié en que "la relación entre la organización militar del país y de todo su sistema económico y cultural nunca ha estado tan cerca como ahora."
Esto es sólo una pequeña parte de la victoriosa enseñanza marxista-leninista sobre la guerra y el ejército, que el proletariado en armas bajo la dirección del Partido Bolchevique, liderado por V. I. Lenin, que consiguió arrebatar el poder a la autocracia en 1917. Con la victoria del poder soviético, y debido a la resistencia de la clase burguesa y de los oficiales reaccionarios, así como la intervención militar, se planteó la cuestión de la defensa armada del primer estado del mundo de trabajadores y campesinos. Así, el 28 de enero 1918 V. I. Lenin firmó un decreto sobre la organización de los obreros y campesinos en el Ejército Rojo, y el 11 de febrero con el establecimiento de la Flota Roja de Obreros y Campesinos. Con estos decretos Lenin inició la construcción de las fuerzas armadas soviéticas, creó un Ejército y Armada nuevos, de tipo socialista. La columna vertebral de las unidades militares se crearon de los obreros de Petrogrado, de los soldados y marineros revolucionarios. Ellos cimentaron la fundación del Ejército y la Armada, y más tarde se convirtieron en comunistas.
La comprensión de la complejidad de las Fuerzas Armadas, en un país multinacional, es analizado por  V. I. Lenin, quien refiriéndose a los obreros y campesinos de Ucrania, en las Victorias sobre Denikin, esbozó claramente el enfoque de los comunistas ante los problemas planteados: "Queremos una unión voluntaria de las naciones, una unión que impida cualquier coacción de una nación sobre otra, una unión que es fundada en la plena confianza, en un claro reconocimiento de la unión fraternal, en el consentimiento absolutamente voluntario". Y aquí también advirtió: "El que viola la unidad, va en contra de la Gran Unión, y de los trabajadores y campesinos ucranianos, ayuda a Kolchak, Denikin, a los capitalistas y depredadores de todos los países" (Obras Completas, Tomo 40, pgs. 42-43, 45-46).
Analizando los resultados, reflejando las secuelas de la intervención y la Guerra Civil, V. I. Lenin llegó a la conclusión: "En cualquier victoria en la guerra, en última instancia es determinada por el estado de ánimo de las masas, que en el campo de batalla derraman su sangre" (Obras Completas, Tomo 41, pg. 121).


En su discurso, del 29 de diciembre de 1920 V. I. Lenin nos legó: "¿Quién puede olvidar que el peligro es cada vez más inminente, que no se detendrán hasta que triunfe el imperialismo mundial?; no hay que olvidarse de él, pues él no se olvida de nuestra república del trabajo".
Basándose en los triunfos, V. I. Lenin analiza los ideales de la Revolución de Octubre, la experiencia de la lucha contra los intervencionistas y la burguesía que se libró en la Guerra Civil, el gobierno soviético y el Partido Comunista bajo la dirección del I. V. Stalin, el gasto en la industrialización y la colectivización, la revolución cultural, el enfoque mantenido en el fortalecimiento de la defensa del país y en su componente más importante, las Fuerzas Armadas.
Su implementación de estas enseñanzas de V. I. Lenin en la construcción militar, les dio la razón en la Gran Guerra Patria. La victoria de la Unión Soviética sobre los estados de la coalición nazi confirmó claramente las ventajas de lo establecido en octubre de 1917, del gobierno soviético, con su fuente de humanismo y democracia. Es realmente el gobierno del pueblo soviético, unido en un todo único, como lideró la Unión Soviética y su población multinacional, sus soldados y oficiales, incorporando a todas las fuerzas de la sociedad en la Gran Victoria. Derrotando al gobierno burgués con su política de "divide y vencerás", y su compañero inevitable de choque y destrucción, el fascismo.
Todo esto, es confirmado con la aprobación de V. I. Lenin, como lo expresó el 16 de Abril de 1919, en una conferencia del centro ferroviario de Moscú: "Nunca vencerán al pueblo, porque los trabajadores y campesinos en su mayoría han aprendido a sentir y ver que están defendiendo su propio poder soviético, el poder de los trabajadores que defienden es una victoria de ellos y sus hijos, y van a proporcionar todos los beneficios de la cultura, todo creado por el trabajo humano". (Obras Completas, Tomo 38, pgs 314-315).
Venció en la Gran Revolución de Octubre del 17, venció la economía socialista planificada basada en la propiedad pública de los medios de producción, dirigida al desarrollo integral de cada persona. Derrotando a una economía capitalista basada en la propiedad privada, en la anarquía del mercado y orientada a extraer el máximo beneficio para la burguesía, por la brutal explotación del trabajo humano, que se convierte en una mercancía, cuando viven en el mercado capitalista. Sólo una economía socialista ha sido capaz de movilizar todos los recursos materiales del país bajo el lema "Todo para el frente, todo para la victoria".
Triunfó sobre las políticas nazis de superioridad racial y nacional, proclamando la política nacional de la amistad y la fraternidad entre las naciones preconizada por Lenin en la Revolución de Octubre. No dejó que los teóricos y practicantes del fascismo dividiesen a los pueblos de la Unión Soviética a partir del entorno nacional, enfrentando a unos contra otros.
La lealtad a la Gran Victoria, probó la invencibilidad del marxismo-leninismo, el papel crucial de los partidos comunistas en la construcción de una sociedad de justicia social y protegerla de las agresiones externas. En la segunda mitad del año 1941, el Partido Comunista (b) movilizó 130.000 soldados, dos veces más que en el primer semestre de ese año. A finales de 1941, el Ejército y la Marina fueron 26.000 las organizaciones partidarias de base, con 1.234.000 comunistas, dos veces más que antes de la guerra. Desde julio 1941 hasta julio 1945 en el partido entraron como miembros candidatos al PCUS (b) 3.778.000 personas, de los cuales 2.376 millones se convierten en miembros del partido. Y esto, a pesar del hecho de que todos los comunistas, según las órdenes de Hitler, fueran fusilados. Los comunistas, eran al final de la guerra el 60 por ciento del ejército y la armada; en el combate para ellos, era un privilegio ser los primeros en llegar al ataque y los últimos en abandonar el campo de batalla. El Partido Comunista aceptó el reto, y cayeron en el altar de la Victoria más de tres millones de sus miembros.
La realización de estas proezas, para obtener todas las ventajas que deparaba la sociedad socialista soviética multinacional, convirtió en héroes a los soldados del Ejército Rojo; los soldados rasos se convirtieron tras la guerra en trabajadores de vanguardia, en maquinistas, en los agricultores de los años de reconstrucción, en los principales comisarios de los sectores de la economía, en comunistas e independientes de todas las nacionalidades, ellos fueron quienes rompieron la espalda de la bestia fascista.
Durante la Gran Guerra Patria, en la Unión Soviética 100 ciudadanos fueron proclamados Héroes de la Unión Soviética, con hazañas como la de I. Susanin, que fue contra la vanguardia del enemigo en los pantanos intransitables y los bosques. 26 soldados del Ejército Rojo repitieron la hazaña, como el piloto de aviación de combate, A. P. Maresiev quien regresó voluntariamente a la lucha después de la amputación de los pies, ¡destruyendo 595 aviones, 160 tanques, y 16 lanchas marítimas!. 506 tripulaciones realizaron increíbles labores como ejemplo,  N. F. Gastello quien envió su avión contra las tropas y equipo enemigo. 470 soldados también, como el soldado de la Guardia A. M. Matrosov quien cerró con su cuerpo el hueco de búnkeres y fortines nazis. 1206 luchadores que taponaron con su cuerpo las granadas, tanques y cañones autopropulsados ​​del enemigo, cuando hicieron fuego de baterías. Durante toda la guerra ningún barco arrió la bandera en las batallas navales, ni submarino alguno se entregó al enemigo, defendiendo al primer estado en el mundo de los trabajadores y campesinos. Durante los años de guerra, más de 11.575 soldados se convirtieron en héroes de la Unión Soviética. Entre ellos, 8.182 Rusos, 2.072 ucranianos, bielorrusos 311, 161 Tártaros, 108 Judios, 96 kazajos, 91 georgianos, armenios 90, 69 uzbekos, Mordovianos 61, 44 Chuvakos, 43 azerbaiyanos, 39 bashkirios, Osetios 32, 19 moldavos, 18 Maris, 18 turcomanos, 15 lituanos, 14 tayikos, 13 letones, 12 de Kirguises, 10 de Komis, Udmurtios 10, 9 estonios, Karelios 9, 8 kalmukos, 7 Kabardianos, Adygios 6, 5 abjasios, Yakutos 3, 2 karachios y otros.


Ningún ejército de Estados burgueses, con base en el servicio mercenario militar, no ha sido capaz de tal manifestación de heroísmo.
A menudo en los medios de comunicación "democráticos" tratan de ver como una exageración la tesis de la victoria soviética, que dicen que lo fue a costa de grandes sacrificios, al parecer, muchas veces mayor que las pérdidas causadas al enemigo. Esto es una mentira descarada. Según los historiadores en los combates mataron a 8.668.000 soldados soviéticos, y los invasores nazis tuvieron 8.334.000. Las otras 18.332.000 victimas restantes de nuestras pérdidas, fueron asesinados por los criminales de guerra nazis, crímenes contra la humanidad: en las ciudades y los pueblos, en los campos de la muerte de los prisioneros, en las ejecuciones masivas de civiles, y en el trabajo esclavo en las fábricas de la Alemania nazi.
Y hoy recordamos a aquellos que difaman el período soviético de nuestra historia, que tratan de eliminar el Mausoleo de V. I. Lenin y la necrópolis en la Plaza Roja, de los días rojos del calendario soviético, pues tienen que arrastrarse de rodillas ante los monumentos de los creadores y defensores de la civilización soviética. Si no fuera por V. I. Lenin, I. V. Stalin, educados y entrenados por el gobierno soviético y el Partido Comunista, por cada soldado soviético y en la retaguardia militar los trabajadores, los planes de los monstruos nazis hubieran vencido, o hubieran seguido exterminando los hornos crematorios nazis.

La ciencia en Cuba

Recibido de La Joven Cuba


En ocasión del Día de la Ciencia cubana, publicamos un capítulo de un reciente libro del Dr. Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular de La Habana. Incluye ideas “de debate” que se insertan en las polémicas que hoy protagonizamos los cubanos sobre nuestro modelo económico.
La Ciencia, y las producciones de la Ciencia, deben ocupar algún día el primer lugar de la Economía Nacional…..” Fidel Castro, 199
I- Motivaciones: ¿Por qué este ensayo?
En los debates previos del 2012 y en los documentos fundacionales de la Organización Superior de Direccion Empresarial BIOCUBAFARMA emergió frecuentemente un término que hasta entonces habíamos utilizado poco: “La Empresa de Alta Tecnología   (EAT) ”, o más específicamente en nuestro contexto “La Empresa Estatal Socialista de Alta Tecnología”.
Es un concepto articulador: Captura una experiencia de tres décadas y a la vez proyecta estrategias para las tres décadas futuras (al menos).
En sus raíces (1981-2011) está la experiencia del surgimiento del sector de la Biotecnología en Cuba y la interpretación de  que ahí se originó, no solamente un conjunto de fármacos, vacunas y medios de diagnóstico novedosos, sino un nuevo tipo de organización científico-productiva (1) caracterizada por:
  • la integración de la investigación científica, el desarrollo de productos, el escalado productivo y la gestión comercial directa, en la misma organización
  • las exportaciones a una gran diversidad de destinos (más de 50 países) y con diversidad también de modelos de negociación, incluyendo fábricas en el exterior y negociación de intangibles
  • la producción y exportación de productos novedosos, muchos de ellos emergidos de su propia investigación científica
  • la fuerza de trabajo de muy alta calificación
  • el bajo costo por peso en las exportaciones
  • la alta productividad del trabajo
  • la vinculación estrecha con el sistema de salud cubano
  • un esquema de gestión económica diferente tanto del esquema presupuestado como del esquema empresarial clásico
En su proyección hacia las próximas décadas está la necesidad impostergable de  completar la trayectoria que comenzó la Revolución Cubana con la inversión de grandes recursos económicos en la formación de capital humano, y hacer que ese capital humano se revierta a su vez en crecimiento económico, a través de una economía exportadora y de alto valor agregado.
Cierto es que las empresas basadas en ciencia no las inventamos en Cuba. En los países hoy industrializados el impacto directo de la Ciencia en la producción comenzó por la química, los fármacos, la electrónica y las comunicaciones, inicialmente mediante laboratorios en las grandes industrias que financiaban la innovación; y se desplazó después a la computación y a la biotecnología, surgiendo en la segunda mitad del Siglo XX un nuevo tipo de empresa construida con capital de riesgo o incluso especulativo, diseñada para transformar un determinado descubrimiento científico o tecnológico en productos comercializables. En la macroeconomía, este tipo de empresa dio origen a un nuevo “mercado de valores”, el NASDAQ ( 2 ) alternativo a la clásica bolsa de valores de New York.
Pero también es cierto que la experiencia cubana es diferente: En un país sin un gran desarrollo industrial previo, partimos de una inversión masiva en la formación de capital humano y de un desarrollo científico financiado por el Estado para construir a partir de ahí capacidades de producción de alta tecnología, en empresas de propiedad estatal, que debían alcanzar la rentabilidad por su eficacia operacional, no por la especulación financiera.
El análisis de esa experiencia (que tenemos que hacer nosotros mismos) es un activo valioso en la coyuntura económica cubana actual, en que debemos defender las conquistas del Socialismo con las armas de la eficiencia económica y el crecimiento.
El hilo conductor del razonamiento debe irnos llevando a través de estas ideas:
  • Como establecen los Lineamientos de la Política Económica aprobados por el VI Congreso del Partido, la empresa estatal socialista es la forma principal de la economía nacional
  • La Empresa Estatal Socialista es el Socialismo. A través de ella es que se expresa la propiedad social sobre los medios de producción y la distribución del producto social según el trabajo. Su viabilidad es la viabilidad del Socialismo
  • Dada la estructura demográfica (y cultural) de nuestra población y la escasez de recursos naturales, nuestra empresa manufacturera tiene que ser de alto contenido tecnológico y generar productos de alto valor agregado
  • Dado el pequeño tamaño de nuestro país (y por tanto de nuestra demanda doméstica) esta empresa tecnológica, para ser rentable, tiene que ser exportadora
  • La respuesta a estos desafíos pasa por una muy estrecha vinculación entre la Ciencia y la Economía
  • El proceso no puede ser gradual. La dinámica de la economía mundial (y de las tecnologías) implica la necesidad de avanzar muy rápido, y de aceptar los riesgos de esa aceleración
  • Nuestro punto de partida es bueno: Tenemos el capital humano competente y motivado, la cohesión social construida por la Revolución y la adhesión mayoritaria del pueblo al proyecto social
  • El capital humano es condición necesaria, pero no es condición suficiente: ahora hay que construir el tipo de organización (microeconómico) y el contexto regulatorio (macroeconómico) que potencien la integración de la Ciencia con la Economía
Los éxitos sociales de la Revolución Cubana son enormes. No los discuten ni amigos ni enemigos.
Los cubanos hemos colocado un pequeño país del tercer mundo (agredido además por grandes potencias) entre los países de “Alto Desarrollo Humano” (3). Nuestras cifras de esperanza de vida y de escolarización están bien por encima de lo que sería esperable por la correlación con el Producto Interno Bruto de la economía. Y pudieran darse más y más datos de este tipo.
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Educación
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Esperanza de vida al nacer
Pero ese desarrollo social, del que nos sentimos orgullosos y estamos dispuestos a defender, no se ha traducido proporcionalmente en crecimiento de la producción material y los servicios. Seguimos teniendo un PIB per cápita comparable al de países de escolaridad inferior, y por debajo de países con niveles de calificación similares a los nuestros (4). Esa es la tarea pendiente.
En esa tarea hay un nuevo “actor” con importantes responsabilidades: Es la Empresa Estatal Socialista de Alta Tecnología.
Esta empresa debe ser diferente (no significa necesariamente  “mejor”, sino “diferente”) y en consecuencia se gestiona de manera diferente en la microeconomía y debe regularse de manera diferente en la macroeconomía.
Sus interacciones con el mundo científico presupuestado, especialmente universitario, son su otro campo de especificidad.
Intentemos entonces extraer las intuiciones que nos pueda aportar la experiencia de estos años sobre cómo se debe dirigir y como se debe regular este tipo de empresa, y cómo articular la potenciación recíproca con la investigación científica académica y universitaria.
II. Los desafíos económicos de las revoluciones sociales
Algunos elementos históricos son imprescindibles para entender el contexto de esta tarea, y sus precedentes.
Las grandes revoluciones socialistas del Siglo XX no se produjeron en los países industrialmente adelantados, como preveía Marx, sino en países económicamente atrasados: Rusia, China,  Cuba, VietNam. Ello obligó a poner en el primer plano de prioridades, además de la liberación social y la justicia distributiva que las motivó, una agenda de desarrollo económico acelerado. Sin ella el aporte de los revolucionarios se limitaría a “socializar la pobreza”, algo moralmente defendible, pero políticamente insostenible en el largo plazo. Así surgió históricamente la conexión entre la revolución social y la modernización.
Las revoluciones tampoco se produjeron simultáneamente en varios países. La agenda de desarrollo económico debió ser implementada en condiciones de aislamiento, y más aún, de hostilidad por parte de países con más recursos económicos.
Es en ese contexto que las revoluciones en el poder deben decidir los recursos y prioridades que asignan a la inversión social (educación, salud, seguridad social, vivienda, protección del empleo) y los que recursos que pueden disponer para el desarrollo de la infraestructura económica.
En el corto plazo, ambos tipos de objetivos entran en contradicción, más aguda mientras más limitados son los recursos.
Los primeros planes quinquenales de la Unión Soviética en los años 20s y 30s fueron intentos prometeicos de industrialización acelerada. Los “saltos económicos” que intentó China en los 50s fueron otro ensayo, implicando grandes costos sociales y humanos.
En Cuba con una historia diferente y  un enfoque diferente de la misma contradicción,  la defensa heroica de la equidad y las conquistas sociales en el periodo especial de los años 90 obligó a reducir la tasa de inversión a apenas un 10%.
En repetidas experiencias históricas en varios países, las aspiraciones de igualdad y de prosperidad han sido difíciles de reconciliar.
Pero en el mediano plazo puede haber un punto de inflexión después del cual la inversión pretérita en desarrollo social y equidad se convierte en una palanca de crecimiento económico. Y a partir de ahí la contradicción es superada, y el desarrollo social y el crecimiento económico se potencian uno al otro. Ese es el punto al que hay que llegar.
III Propiedad Estatal y Justicia Social
Entre la equidad social y la eficiencia económica se crea con frecuencia otra contradicción, que establece un límite de igualdad a partir del cual se deteriora la productividad del trabajo.  El capitalismo la asume con cínico entusiasmo.  Reconoce la conveniencia del espectro del desempleo y la miseria como estímulos al trabajo.
Un profesor de economía de New York, que se cita como uno de los predilectos del presidente Ronald Reagan, escribía en 1981 que: “El rol de los ricos en una economía capitalista no es mantener ni estimular a las clases inferiores, sino invertir…..El incentivo de la pobreza es lo más necesario para que los pobres tengan éxito” (5).
La evolución del capitalismo neoliberal en los últimos años ilustra la implementación de ese concepto: De 1960 al año 2000 la relación de ingresos del 20% más rico al 20%   más pobre pasó de 30 a 78.
Los comunistas rechazamos esta idea. Y especialmente los comunistas cubanos, porque la aspiración de justicia social está en las raíces mismas de nuestra existencia como nación, nutridas con el pensamiento de José Martí y su convicción de que “conquistaremos toda la justicia”. También leímos de José de la Luz y Caballero que “La Justicia es el Sol del mundo Moral”.
La más reciente y dura experiencia de la crisis económica de los 90 que siguió a la desaparición del campo socialista europeo, tiene entre sus muchas enseñanzas  la solidez de la adhesión  mayoritaria  del pueblo cubano al proyecto socialista, a pesar de las penurias del momento. Entre la austeridad bien distribuida entre todos, y la opción de enriquecimiento de unos pocos a costa del resto, el pueblo cubano, mayoritariamente, escogió la justicia, y escogió bien.
Ahora nuestro crecimiento económico tiene que seguir garantizando y expandiendo las conquistas sociales. Y ahí aparece la pregunta de ¿Cómo lo hacemos? El desarrollo social necesita recursos, y estos recursos no van a salir solamente de los impuestos sobre la ganancia del sector no estatal.
Más aun, la idea de sostener la justicia social con los impuestos sobre la ganancia contiene una contradicción intrínseca: para colectar más impuestos necesitaríamos aceptar un sector de la población con muchas ganancias, lo que equivale a la expansión de las desigualdades.
El valor creado por las empresas estatales es la única garantía de la justicia social. Cierto es que podemos, y debemos, mantener dentro de la economía estatal una relación entre el aporte personal al trabajo y el ingreso personal (la consabida fórmula de “a cada cual según su trabajo”) pero esta sería siempre una relación menos rígida que la relación lineal entre ganancias e impuestos, y acomodaría un mayor margen de redistribución de la riqueza.
En niveles bajos de conciencia social y escaso desarrollo tecnológico es cierto que aparece una relación inversa entre la igualdad y el estímulo al trabajo; pero el desarrollo cultural y tecnológico puede superar esa aparente contradicción.
La intermediación entre la igualdad y la productividad viene dada por dos factores: la cultura (los valores) de un pueblo, y el marco regulatorio de su sistema económico.  Diferentes autores han defendido apasionadamente un extremo o el otro. La verdad es que entre ambos se establece también una relación inversa: mientras más valores de solidaridad y amor al trabajo estén enraizados en la cultura,  menos presión regulatoria necesitamos  y viceversa. No se puede llenar el vacío cultural con regulaciones y centralización, aunque ello sea el fruto de buenas intenciones. Varios experimentos socialistas en el mundo han chocado con esa limitante cultural. Para que el Socialismo sea viable se necesita una cultura en que el individuo halle motivación para el trabajo y la creatividad en su contribución a la calidad de vida colectiva, y en el aporte de su trabajo a largo plazo. Por eso el Socialismo es esencialmente un fruto de la cultura.
Los cubanos hemos avanzado en la construcción de esa cultura y ello es evidente en una porción mayoritaria de nuestra población, a pesar de las manchas que aparecen aquí o allá. Es otra de las lecciones del período especial, y es nuestra plataforma de despegue para lo que hay que hacer ahora.
IV.  La gestión de discontinuidades tecnológicas
La estrategia económica que implementemos tiene que apoyarse en ese potencial: capital humano y valores compartidos.
Una de sus direcciones estratégicas (no es la única, aunque si es el tema concreto de este articulo) debe ser la expansión de sectores de la economía con una alta productividad del trabajo y con potencial exportador, a partir de la interacción directa con la Ciencia y la Tecnología.
No se trata, en estos sectores, de lograr avances incrementales perfeccionando lo que tenemos: se trata de generar un cambio en la pendiente del crecimiento, una discontinuidad que no proviene de la extrapolación de las tendencias pasadas, aun de las buenas.  Para esto es que necesitamos las Empresas de Alta Tecnología.
Las discontinuidades económicas en cada momento concreto son raras, pero en el largo plazo de la historia son una regularidad.
El propio surgimiento de la economía industrial moderna fue una enorme discontinuidad de la lógica económica. Se suele reconocer que se basó en los “inventos industriales” (la máquina de vapor y otros), pero lo cierto es que se basó también en el comercio a larga distancia (a partir de los descubrimientos geográficos) que logró superganancias poniendo en contacto una oferta y una demanda que se ignoraban mutuamente. No fue producto del perfeccionamiento de la economía artesanal y la agricultura de subsistencia.
Más recientemente el petróleo catalizó la discontinuidad económica en otros países.
La inversión extranjera aprovechando mano de obra abundante y barata en Asia implementó también una discontinuidad, creando nuevos espacios de oferta y de demanda, en unos países con más éxitos que en otros.
La Economía del Conocimiento, que se fundamenta en la conexión directa del mundo científico con el empresarial, dibuja ahora una nueva oportunidad. Es la nuestra.
Y es la Empresa de Alta Tecnología quien está llamada a arbitrar entre la innovación y su valor económico.
En este caso (como en muchos otros ejemplos precedentes) las discontinuidades no se gestan en la extrapolación de las tendencias precedentes. Se gestan en la visión de los líderes.
Las decisiones de Fidel Castro al crear el Polo Científico de la Biotecnología, y luego la Universidad de las Ciencias Informáticas, son ejemplos muy cercanos de esto.
Ya a nivel de organizaciones de base, hay en las últimas décadas ejemplos concretos de esta “gestión de discontinuidades económicas”  que cambiaron la vida de las organizaciones. Veamos algunos:
  • La vacuna de la Meningitis BC convirtió a Cuba en 1989 en un país exportador de vacunas. De hecho propició el nacimiento de una nueva organización, el Instituto Finlay
  • El despegue exportador del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología no fue consecuencia de mejoras en la eficiencia de la producción del Interferón (que también hubo) sino de la entrada de productos novedosos como el Heberprot-P y la vacuna pentavalente.
  • El despegue exportador del Centro de Inmunología Molecular tampoco provino del perfeccionamiento de los procesos de los monoclonales murinos con que se comenzó, sino de un enfoque innovador en las negociaciones con Brasil, China, Canadá y otros países.
  • El incremento de la producción de varias plantas de genéricos fue otra discontinuidad, en este caso catalizada por el suministro vinculado a los programas de salud de América Latina en una estrategia de integración regional innovadora.
De hecho, el desarrollo del Polo Científico ha sido una “sucesión de discontinuidades”, implementada por organizaciones nuevas diseñadas para eso. El entorno de regulaciones especiales y muy alto nivel de atención que tuvo el Polo Científico en sus primeras dos décadas hizo posible capturar la oportunidad dada por esas discontinuidades.
Una organización de Investigación-Producción orientada a la exportación de productos novedosos requiere procesos internos de dirección que tengan en cuenta sus rasgos diferenciales con otras empresas de producción y servicios:
  • Contienen actividades de investigación científica y desarrollo de productos en una proporción mayor. Es un “costo fijo” que debe ser subsumido en el volumen de sus ganancias; y hay que resistir la tendencia a reducir este costo en periodos de limitación de ventas.
  • Estas actividades contienen incertidumbre: algunas funcionan y otra no. El sistema de dirección debe tener un mayor  margen de tolerancia al fracaso de proyectos. De lo contrario solamente se emprenden innovaciones incrementales menores.
  • Si bien la rentabilidad en el corto plazo depende, como en otras empresas, de la eficiencia de los procesos productivos y de la atención a los mercados; la rentabilidad en el mediano plazo depende de que aparezcan productos nuevos, que penetren en nichos de mercado nuevos, mediante negociaciones que, ellas también, contienen incertidumbre.
  • La productividad del trabajo no puede evaluarse solamente por la consabida fórmula del Valor Agregado Bruto (VAB) por trabajador. Esa es la productividad de hoy, pero la empresa tiene que evaluar también la eficacia de las acciones que garantizan la productividad de mañana, la “sostenibilidad de la productividad”. Estas son frecuentemente acciones de I+D o de desarrollo de los sistemas de calidad, que en la visión miope, reducen el VAB de hoy.  Son acciones que dependen más de la productividad del “trabajador del conocimiento” que de la productividad del trabajo manual (6 ).
  • La competitividad no se basa solamente en sus costos, sino principalmente en su “diferenciación de productos”.
  • La capacidad de planificación es limitada, entre otras cosas por el hecho de que la demanda a productos que todavía no existen, es por definición, desconocida. Por otra parte, siendo empresas orientadas a la exportación (y dependientes de la importación de insumos especializados), su inserción exterior es esencialmente de carácter financiero, no reducible a la planificación material.
  • La gestión de dirección no puede limitarse al control de los eventos planificados que deben ocurrir, sino que debe ocuparse de acciones que incrementen la probabilidad de que ocurran determinados eventos que cambien el panorama: el éxito de un nuevo producto, la implementación de un nuevo esquema de negociación. Estas son las discontinuidades, y su conquista es un proceso intrínsecamente probabilístico.
  • La entrada en el mercado de un producto cuyo desempeño y demanda no se conocen, requiere acciones a todos los niveles de la empresa que son muy difíciles de pre-especificar.  Por eso es muy importante que los trabajadores, más que con  “tareas”,  estén comprometidos con “objetivos”.
  • El esfuerzo por conseguir objetivos en una trayectoria con incertidumbres no depende solamente de la disciplina, sino principalmente de la creatividad. Esta a su vez, depende de la motivación.
  • La organización depende mucho más que otras de “redes extramurales”.  En otras organizaciones estos vínculos extramurales son esencialmente con  suministradores y clientes, pero en las empresas que dependen del desarrollo de nuevos productos hay acciones en la investigación científica y  la evaluación de productos (en la industria farmacéutica son los ensayos clínicos) que no se puede, ni conviene internalizar, y que pueden implicar a decenas de actores extramurales.
  • Los procesos productivos son usualmente tan novedosos como los productos mismos; y carentes de referencias externas para evaluar su eficiencia. Por supuesto que la práctica de un proceso productivo nuevo generará una acumulación de “conocimiento tácito”, pero eso no es suficiente. La producción en estas empresas requiere implementar acciones intencionalmente dirigidas a la captura y estructuración de ese conocimiento; el cual se convierte en ventaja comparativa. Son organizaciones de aprendizaje permanente, para las cuales el capital humano no es “costo”, sino su activo principal. Los costos siempre hay que reducirlos, pero los activos hay que hacerlos crecer.
La integración entre Ciencia y Economía, tendrá consecuencias para la forma en la que se estructuran y se dirigen las organizaciones productivas de base.  Cuando cambian las fuerzas productivas, cambian las formas de organización de la actividad económica.  Así, con la agricultura en escala mercantil (no “de subsistencia”) surgió la granja, y con las tecnologías transformativas industriales basadas en la energía (vapor, petróleo, electricidad) surgió la fábrica moderna. La pregunta ahora es ¿Qué forma organizativa surgirá de la creciente integración entre Ciencia y Economía? Obviamente no es “la empresa” del Siglo XX (aunque tenga laboratorios), ni “el instituto de investigaciones” tal como lo conocemos (aunque tenga patentes). Debe ser algo nuevo.
Esta figura nueva no puede ser otra que una Empresa Estatal de Alta Tecnología.
La complejidad tecnológica hace imposible en el Siglo XXI el modelo de “la asociación de productores libres” que es una idea del Siglo XIX. La alta tecnología no es el espacio de la propiedad cooperativa. Aun la empresa capitalista, si bien los ejemplos de éxito son los que se publicitan en la literatura especializada, tampoco ha mostrado ser la forma de organización eficaz de la Economía del Conocimiento. En el campo de la biotecnología, por ejemplo, la cantidad de empresas que han transitado a la rentabilidad por sus propias ventas es menos del 20% ( 7 ). El enfoque de corto plazo, la privatización del conocimiento, la respuesta a las “señales del mercado” y la necesidad de incremento constante de las ganancias propios de la empresa capitalista, no funcionan bien cuando se trata de conectar la ciencia con la economía, gestionar proyectos de riesgo, cuidar el capital humano y priorizar la inversión a largo plazo. La solución que emergió a esta contradicción en los países capitalistas desarrollados fue la inversión especulativa que moviliza capital mediante la emisión de acciones y que busca rentabilidad no en la economía real, sino en la propia especulación, sobre-evaluando y revendiendo esas acciones. Así se crean las “burbujas financieras” que un día llegan a los límites de la sobre-evaluación constante y estallan, como sucedió hace diez años con las empresas vinculadas a servicios en Internet.
Aun en las economías “de mercado”  los casos de éxitos económicos en la postguerra (Japón, Singapur, Francia, y otros) fueron ejemplos de industrialización efectuada con el apoyo, la dirección e incluso la gestión de los gobiernos.
La relación entre el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción es uno de los principales descubrimientos de Carlos Marx; pero en la literatura posterior ha habido poco debate sobre los variados mecanismos por los que ocurre esta relación. La experiencia de las industrias biotecnológicas nos deja la intuición de que uno de estos mecanismos tiene que ver con la manera en que se capturan y circulan los conocimientos, y el rol relativo del conocimiento en los individuos (que pueden moverse en función del mercado) y en las redes de interacción dentro y fuera de las empresas, las cuales no son vendibles ni comprables. A medida que la tecnología es más sofisticada, el conocimiento tecnológico es más social, y eso demanda formas superiores de organización de la producción, y de relaciones de los productores con los  medios de producción. Y ahí empieza a verse que el camino al futuro de los sistemas económicos pasa por el Socialismo.
1.     V.         LA CONSTRUCCION DEL CONTEXTO
Pudiera argumentarse que las particularidades de una EAT enumeradas en la sección precedente, y que las diferencian del resto de las empresas de producción y servicios son en última instancia cuantitativas. Cualquier empresa de las cerca de 3000 que hay en Cuba pudiera tener un determinado componente de I+D en sus gastos y pudiera basar su estrategia en la introducción de productos novedosos, que no existen hoy y que sustituyen a los productos lideres actuales.
Ello es cierto y de hecho el desarrollo de varios sectores de nuestra economía puede y debe ir incorporando paulatinamente rasgos de la llamada “Economía del Conocimiento”, pero no nos conviene diluir el concepto.
Por supuesto que cualquier actividad industrial está en última instancia conectada con la ciencia, con la creación de conocimiento que sucedió en algún momento pretérito y en algún otro lugar, pero a medida que esa conexión se acorta el desempeño económico de la empresa comienza a depender de la investigación y la innovación que hayan ocurrido en la propia empresa y en los últimos 5-10 años. El proceso innovador se hace tan continuo que el costo del desarrollo de nuevos productos se convierte en una parte cada vez mayor e indispensable del costo de producción.  A partir de ahí la ciencia entra dentro de los procesos de gestión de la empresa, y  las cosas comienzan a ser distintas.
Después de un determinado umbral de actividad científica dentro de la empresa, y de determinada dependencia entre la estrategia exportadora y los productos nuevos surgidos de esa misma actividad científica, la empresa comienza a ser diferente y a requerir procesos internos y regulaciones externas diferentes.
En dependencia de donde fijemos los límites, las empresas exportadoras, con productos novedosos, con actividad científica interna y con alta productividad del trabajo pueden no ser más de 20-30 hoy, el 1% del aparato empresarial estatal cubano. No son muchas, y ello nos da espacio para la creatividad en el diseño organizacional y su contexto.
Debemos identificar como construimos un entorno regulatorio que potencie el desempeño y la expansión de este tipo de empresa.
Y debe ser un entorno regulatorio intencionalmente diseñado con ese fin. ¿Por qué? Pues porque el marco regulatorio de un país se construye a partir de una sabiduría basada en extrapolaciones (correctas) del desempeño promedio precedente para el perfeccionamiento incremental de las empresas, y no toma en cuenta la aparición de discontinuidades (de productos o de mercados) que pudieran cambiar radicalmente la vida de las empresas. Esas discontinuidades se perciben por la teoría microeconómica convencional como eventos raros, y riesgosos, que provienen de causas externas. Pero para las empresas de alta tecnología la generación y gestión diaria de esas discontinuidades son precisamente su razón de existir.
Necesitamos un subconjunto, aunque sea pequeño,  de nuestro aparato empresarial que opere en función de la creación de esas discontinuidades y en el cual:
  • Se asuma, y más aún, se estimule un mayor nivel de inversión en investigación-desarrollo, incluyendo la financiación empresarial de proyectos conjuntos con instituciones académicas o universitarias
  • Se tolere la incertidumbre (y aparente desperdicio) implícito en la exploración de nuevos productos
  • Se le dé más prioridad al crecimiento que a la reducción de costos
  • Se investigue y se produzca en función de la demanda externa, no solo la doméstica
  • Se exploren esquemas de negociación interna y externa innovadores (incluso riesgosos)
Un contexto regulatorio que presione por el incremento constante de la ganancia por trabajador, la limitación de las plantillas, la reducción del costo unitario, la precisión de la planificación material y la garantía de mínimo riesgo en las negociaciones puede ser conveniente para la mayor parte de la economía nacional, pero puede asfixiar el desarrollo de la alta tecnología.
En una carta dirigida a Fidel en 1965 el Che Guevara criticaba la falta de conexión entre la Ciencia y la Economía en la Unión Soviética, y escribía: “La técnica ha quedado relativamente estancada en la inmensa mayoría de los sectores económicos soviéticos…..En la Academia de Ciencias de ese país hay acumulados centenares de proyectos de automática que no pueden ser puestos en práctica porque los directores de las fábricas no se pueden permitir el lujo de que su plan se caiga durante un año…” (  8 )
La guerra económica del imperialismo contra Cuba durante más de 50 años, y luego la crisis que siguió a la desaparición del campo socialista europeo han creado, comprensiblemente, una mentalidad económica reticente al riesgo y a la incertidumbre. Y seguimos necesitándola. Pero también podemos y debemos abrirle espacios a la gestión de discontinuidades económicas, aun con los componentes de incertidumbre y riesgo que contiene.
La capacidad de manejar creativamente esta contradicción es precisamente una de las ventajas de la propiedad social sobre los medios de producción y del papel del Estado en la economía dentro del Socialismo. No debemos renunciar (implícitamente) a esta ventaja.
En el capitalismo la propiedad privada, y la ideología neoliberal, limitan el papel del Estado en la economía al manejo de unas cuantas variables macroeconómicas (emisión monetaria, tasa de interés, política de impuestos, etc) que deben a su vez influir en la vida de las empresas. En el Socialismo la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción permite tratamientos diferenciados eficaces de determinados sectores y proyectos en función del mediano plazo, escapando al cortoplacismo propio de las empresas guiadas por el incremento constante de la rentabilidad. Aprovechemos esa ventaja. La Empresa Estatal Socialista de Alta Tecnología es el instrumento para ello. Debe ampliar el espacio de la investigación científica empresarial y su impacto directo en la producción.
La tendencia mundial en las últimas décadas ha sido hacia el aumento de la participación empresarial en el financiamiento de la ciencia, en los países industrializados. Los países subdesarrollados del sur no solamente han dispuesto de menos recursos para la ciencia, sino también el origen de estos ha sido el presupuesto del Estado.  El componente empresarial en el financiamiento de la ciencia se estima superior al 80% en Japón, 68% en los Estados Unidos, mientras que en América Latina es de 43%, y en Cuba 15% (9). Esta situación tiene que cambiar. La Empresa de Alta Tecnología es el principal agente de este cambio.
Pero no es el único instrumento para el desarrollo. Hay que proponerse también potenciar el impacto de la investigación científica presupuestada, especialmente la investigación universitaria, desde los mismos centros científicos presupuestados, sin renunciar a sus especificidades (10).
El Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación en Cuba, para dar respuesta a las necesidades estratégicas del país, no puede ser un sistema pequeño. Tiene que crecer por delante de lo que sería esperable dadas las condiciones económicas (exactamente como hemos hecho con el sistema educacional y el sistema de salud) y por delante de las demandas explicitas de la producción y los servicios. De lo contrario no estaría en capacidad de conectarse eficazmente con los flujos globales de conocimiento, para asimilar el progreso científico y tecnológico contemporáneo.
Sería un error reducir el volumen de la actividad científica con argumentos de “racionalidad económica”. Hay que seguir haciendo crecer el potencial humano para que pueda “halar” desarrollo, y luego desplegar formas creativas de financiar su operación.
La experiencia histórica muestra que siempre que han surgido empresas de alta tecnología intencionalmente dirigidas a transformar  la investigación científica en productos y servicios de alto valor, estas se han apoyado en una inversión precedente y simultanea del Estado, no solamente en la formación de capital humano, sino en la propia inversión en investigación científica no-comercial.  Aun en los Estados Unidos, referente del fundamentalismo de mercado, los ejemplos más conocidos de empresas de alta tecnología en los campos de la informática y de la biotecnología, se apoyaron y se siguen apoyando en la inversión estatal en ciencia que se canaliza en estos casos a través de la agencia de investigaciones para la defensa (que financió Internet) y a través de los Institutos Nacionales de Salud (que financiaron el programa del genoma humano), respectivamente.
En Cuba el surgimiento de la biotecnología también  se apoyó en las capacidades científicas creadas durante dos décadas con recursos del Estado, en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, perteneciente a la Educación Superior, en la Universidad de La Habana, y en varios Institutos del Ministerio de Salud Pública.
Este componente presupuestado (exploratorio) de la Ciencia nacional debe seguir existiendo y crecer. No es un proceso aparte de la interacción de la Ciencia con el modelo económico: es un componente de esa vinculación.
En los vínculos entre instituciones científicas presupuestadas y empresas también tendremos que diseñar nuestro propio modelo. En el momento en que se escribe este artículo los trazos de lo que debe ser ese modelo no se ven muy nítidos todavía. Sabemos lo que No debe ser: No se trata de reproducir el esquema de universidades patentando todo y luego negociando sus patentes con las empresas cubanas. Ese es un esquema del capitalismo tardío, impulsado en la década de los 80 por las concepciones neoliberales del gobierno republicano de entonces en los Estados Unidos, y que es cada vez más criticado, por ineficiente, por los propios pensadores académicos de ese país, dado el escalado de “costos de transacción” que genera en la economía.
Las relaciones entre la Empresa Socialista y las Universidades no pueden ser “relaciones de mercado”.
Tampoco es el intento artesanal de crear pequeños emprendimientos de producción en áreas universitarias, basados en su “saber hacer” científico, pero carentes del “saber hacer” necesario para transformar una innovación científica en un producto o servicio exportable.
Una vez más, mucho depende de la sabiduría con que diseñemos un marco regulatorio que estimule en nuestro contexto concreto las relaciones entre Universidades y Empresas de Alta Tecnología, que pudiera expresarse en la creación de laboratorios de las empresas dentro de las universidades y de unidades docentes dentro de las empresas, en un sistema de movilidad de profesionales entre unas y otras instituciones, en financiación empresarial de proyectos conjuntos y otras muchas variantes que habrá que explorar (11).
Y tendrá que ser con mucha creatividad, pues no hay recetas válidas para el contexto concreto cubano y para nuestros objetivos. Las discontinuidades económicas que potenciaron el despegue de los países hoy industrializados fueron creadas por guerras de conquista en busca de mercados y de materias primas. Otras provinieron del hallazgo de grandes reservas de recursos naturales (petróleo y otros), que nosotros no tenemos. En otros casos la inflexión la produjo la inversión extranjera atraída por la abundancia y bajo costo de la mano de obra. Tampoco será nuestro camino principal.
Pero nosotros podemos intentar la gestión de discontinuidades económicas basadas en la investigación científica endógena, y en la abundancia de capital humano de alta calificación.  Tal propósito tiene muy pocos referentes externos, si es que tiene alguno. No tenemos ningún manual que leer para esto.
En 1830 Simón Rodríguez (12), preceptor de Bolívar expresó esta idea que sigue siendo hoy válida y apropiada para concluir este artículo: “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española es originalOriginal han de ser sus Instituciones y su Gobierno. Y originales los medios de fundar unas y otro. O inventamos o erramos.”