28 de octubre de 2021

EL PUEBLO Y LA INTELECTUALIDAD DE FRANCIA ESTÁ CON VOSOTROS. PERO HACE FALTA QUE ESTÉ CON ALGO MÁS QUE PALABRAS. LOUIS ARAGON. (Adjunto discurso de despedida de las Brigadas Internacionales en 1938, que hoy también nos acordamos).

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Por Estéban Zúñiga.

“(…) Nosotros trabajaremos en nuestro país por convencer a todos aquellos que están equivocados, que dudan, que tienen miedo. Les contaremos vuestros combates, vuestro heroísmo. Nos convertiremos en el portavoz de vuestra gloria; lucharemos hasta el último aliento por que Francia vuelva a ser a los ojos del mundo lo que nunca debió dejar de ser: la Francia de La Bastilla, de Valmy, de la Comuna. Lucharemos por que Francia pueda mirar sin vergüenza hacia el Sudoeste donde brilla el son de España.” (Louis Aragon. Madrid, 29 de octubre de 1936).
 
En la mañana del domingo 25 de octubre de 1936 se celebraría en el madrileño teatro Español, el que sería el segundo mitin organizado por la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura y en el que participarían camaradas y amigos franceses, alemanes, mexicanos, holandeses, noruegos, … que se solidarizarían con sus compañeros españoles y con la lucha del pueblo española por la democracia, la independencia, la libertad y la cultura; todo en un Madrid cercado fuertemente cercado por el fascismo y la reacción.
 
Un mitin que significaría, una vez más, una acto de afirmación popular y de afirmación de la verdad y de lucha contra el fascismo, considerado éste como el principal enemigo de la cultura con su visión totalizadora y a la vez estrecha de la inteligencia.
 
Acto en el que se destacaría como los compañeros que habían venido de Francia, como Louis Aragon, su esposa Elsa Triolet, Gustavo Regier, … habían traído una camioneta de propaganda, conducida por Maurice Thulier. Y en el que participarían también los alemanes Kust Stern, Gerda Grapp, Otto Biha,; el mexicano Andrés Iduarte…
 
Y que en conjunto enviarían un especial saludo al pueblo español en nombre de la Asociación Internacional de Escritores para la defensa de la Cultura:
 
“¡VIVA LA REPÚBLICA Y EL PUEBLO DE ESPAÑA!
 
“Los escritores del mundo entero, reunidos para la defensa de la cultura, saludan al pueblo español, pionero de la lucha antifascista; al pueblo español, cuya lucha heroica es la de todas las fuerzas de progreso de la Humanidad.
 
Envían hoy a Madrid, donde el enemigo se hace la ilusión de poder asesinar a la República, un camión equipado para el cine y la imprenta, y que entre las manos de los valientes escritores españoles será el portavoz de la cultura en el frente, para suministrar apoyo y distracción los Ejércitos y Milicias de la República. Les dará un apoyo moral contra los partidarios de las tinieblas, contra los mercenarios extranjeros, destructores de los pueblos y de las ciudades, ricas de pasado, de la España milenaria.
 
Dentro de una semana enviarán asimismo, a los valientes escritores catalanes de Barcelona, un segundo camión, equipado de la misma manera, para ayudar a la lucha del pueblo de Cataluña sobre el frente de Aragón.
 
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS ESCRITORES PARA LA DEFENSA DE LA CULTURA.”
 
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En el acto, María Teresa León leería los textos de Ludwig Renn y Gustavo Regier, intervendrían también Rafael Dieste, Juan Chabas, Andrés Iduarte, y de un manera muy especial el intelectual y escritor comunista francés Louis Aragon -había ingresado en el Partido Comunista francés en enero de 1927 y durante toda su vida sería una gran admirador de la resistencia del pueblo republicano al fascismo- en un emotivo discurso, que reproducimos a continuación, publicado el 29 de octubre de 1935 en “El Mono Azul”, órgano de la Alianza de Intelectuales Antifascistas; siendo los responsables de la revista: Maria Teresa León, Jose´Bergamín, Rafael Dieste, Lorenzo Varela, Rafael Alberti, Antonio R. Luna, Arturo Souto, Vicente Salas Viu.
 
En el acto también intervendrían Rafael Alberti que recitaría un nuevo romance titulado “Defensa de Madrid”. Y finalizaría el acto con el José Bergamín, presidente de la Alianza, manifestando que la defensa de Madrid era la defensa de la cultura, rematando su intervención con el grito: “¡Viva el pueblo en armas!”.
 
ALOCUCIÓN DE LOUIS ARAGON EN EL SEGUNDO MITIN DE LA ALIANZA DE INTELECTUALES ANTIFASCISTAS.

 
Madrid, domingo 25 de octubre de 1936.
(Fuente: “El Mono Azul”. Alianza de Intelectuales Antifascistas. Año I –Nº 10, páginas 7 y 8. Madrid, jueves 29 de octubre de 1936)
 
“Camaradas: 
 
En mi país los sueños, las esperanzas realizadas en el sueño se llaman “castillos de España”. Y hay en España castillos de todas las clases, irreales y verdaderos. Y hay hombres de mi país que se han pagado castillos en España con su dinero, y que son los que tienen acciones de Riotinto y minas de Peñarroya; y estos castillos buscan donde defenderlos de otra manera que con palabras; lo defienden con el contrabando de armas que pasan a Franco y a Mola por la frontera francesa. Estos hombres que vivían tan bien como parásitos de los trabajadores de España, son los mismos que explotan a los trabajadores franceses, los mismos que aplauden en los cines de París a los fascistas españoles; son nuestros fascistas, que asesinan a los obreros franceses, luchadores por el pan, la paz, la libertad. 
 
Tengo el gran disgusto de comprobar que en esta hora en que Madrid da al mundo el ejemplo del heroísmo y la fuerza populares, mi país, mi hermoso país francés, no está representado entre vosotros por un diplomático adornado de diplomas, de espada y de sombrero de pluma .Lo digo en tono de ironía para no llorar. Pero puesto que estoy aquí con vosotros en esta hora en que se baten en Sigüenza y en Navalperal, me siento, sin diploma, sin espada, sin sombrero de plumas, como el embajador de mi país, de los que es verdaderamente mi país, y no de un puñado de propietarios y banqueros que lo desvalijan. Me siento con derecho a hablaros en nombre de los mineros del Norte, de los ganaderos de Camarga, de los cultivadores de Bauce, de los metalúrgicos de la casa Renault y de la Schneider, que es también el país de Molière, de Víctor Hugo, de Arturo Rimbaud. 
 
Y me dirijo a vosotros no porque he escrito algunos libros, en nombre personal, sino en nombre de todos aquellos cuyo corazón bate como el mío al unísono del vuestro. Os hablo en nombre del inmenso pueblo de Francia, donde el campesino, el artista, el obrero, no tienen más que una voluntad única; os hablo en nombre del Frente Popular de Francia, cuyos miembros pueden contarse como embajadores entre vosotros, mucho mejor que ese vergonzoso fugitivo que deshonra nuestro país.
 
Camaradas: 
 
Cuando en las avenidas de Madrid he visto desfilar, con un orden maravilloso que ya es una victoria que ganáis sobre vosotros mismos; cuando he visitado, por ejemplo, el palacio del duque de Alba, tan perfectamente cuidado por el Partido Comunista español; cuando escucho hablar a vuestros combatientes que vuelven del frente; cuando veo vuestros heridos; cuando imagino vuestros muertos, el sentimiento más fuerte que me asalta, que debería sentir todo francés en mi lugar, es, debo decirlo, el sentimiento de una vergüenza infinita. 
 
Vergüenza que cae sobre nosotros, franceses, que os dejamos sin armas; vergüenza que cae sobre nosotros, franceses, que hemos instalado alrededor de la República española al bloqueo decorado con el nombre de neutralidad, que es una mancha sobre nuestra historia, una marca de infamia en la frente de nuestra República. Vergüenza sobre nosotros, franceses, que hemos dejado libres las manos al fascismo de Alemania y de Italia sobre nuestros hermanos de sangre, de corazón, de sueños y de clase. Vergüenza sobre nosotros por todos aquellos que cayeron muertos bajo el cielo de España y por vuestros pueblos destruidos y por vuestras ciudades incendiadas. 
 
Pero si estoy aquí y os hablo es porque hace falta gritar que los franceses no son solamente los propietarios de los castillos en Francia: esos banqueros, esos industriales, dignos herederos de los Borbones, que también vinieron de Francia y que vosotros habéis echado, como nosotros los echamos también, y hace falta que yo os grite que la verdadera Francia, la Francia popular, siente conmigo esta vergüenza que yo denuncio y que sabe que vuestro combate y el suyo es el mismo, y que la suerte de París se juega en Madrid. Cada obrero, cada campesino, cada intelectual de Francia, siente que vuestra derrota sería su pérdida, la consumación de su esclavitud.
 
Camaradas: 
 
El pueblo de la Comuna de París no ha desaparecido de la superficie de la tierra, podéis creerme. Y este pueblo es vuestro hermano, que ruge detrás de los hierros que le han puesto, que levanta hacia vosotros su puño cerrado y que grita a aquellos que le retienen el brazo el nuevo grito que ha reemplazado a todos los otros conocidos en Francia hasta hoy: “¡Aviones para España! ¡Cañones para España!”.
 
Camaradas: 
 
Este grito es el fondo rojo de nuestro corazón, es la esencia misma de nuestros sueños, de nuestras esperanzas. ¡Sí! También nosotros hacíamos castillos en España; pero los hacíamos de hierro y de acero: son los tanques, las ametralladoras, los obuses salidos de las manos de los trabajadores franceses y que nosotros quisiéramos ver tomar el camino de Madrid; son las armas que os rehúsan, pero que los fascistas de Francia amontonan en sus cuevas para servirse un día no lejano contra nosotros, contra los trabajadores de Francia.
 
El pueblo de la Comuna de París no ha muerto: Tasca su freno cuando el viento la trae por encima de los Pirineos el clamor de vuestra lucha; y Badajoz e Irún no son para él nombres exóticos de ciudades lejanas; guarda el recuerdo de las matanzas salvajes de Versalles en 1871, y guarda el recuerdo del general Galiffet para comprender lo que es el borracho de Queipo de Llano, para comprender lo que son los verdugos.
 
El pueblo de Francia está ligado al pueblo de España por una serie de lazos que se han anudado a través de los siglos por toda una serie de cambios de espíritu a espíritu, que han hecho del Cid Campeador el héroe de la tragedia francesa, por todos esos cambios humanos en que se disuelven las fronteras y que hacen que los obreros españoles, al franquearla, cada año, hayan creado en nuestra Francia esa cantidad de pequeñas ligaduras que la vuelven más bella y al hombre más dichoso. El pueblo de Francia está unido al de España por una serie de ramificaciones sutiles y de venas vivas; por eso, cuando golpea al pueblo de España es el pueblo de Francia el que sangra, el que está en peligro de muerte.
 
Nosotros lo sentimos así, violentamente; nosotros, que hemos conocido una guerra terrible, donde esa técnica que la muerte que hoy os hacen aprender fue inventada; nosotros, que hemos conocido la trinchera, las granadas, las minas, los gases. Lo que vosotros defendéis es la totalidad de la civilización, es nuestra civilización, es nuestra cultura. ¿Cómo podríamos admitir que vuestros muchachos, vuestros hijos, vuestros viejos, vuestros hermanos y vuestros esposos mueran por lo que también es nuestra vida y nuestra carne y nos quedamos impasibles y al margen diciendo: soy inocente de la sangre de este justo?
 
¡No! Hace falta que cese inmediatamente esta iniquidad. No. Nosotros no permitiremos que el crimen se cometa. La gran voz de la Unión Soviética, la gran voz de Stalin, que acaba de resonar, ha cruzado Francia como el llamamiento de nuestra conciencia, como la conciencia de nuestro deber.
 
En mi nombre, en nombre de la inteligencia francesa, reunida por decenas de miles en nuestras casas de la Cultura, yo me comprometo solemnemente, en tanto que haya sobre la tierra de España un fascista armado, un enemigo del pueblo español, a dar nuestros días y nuestras noches, todos nuestros pensamientos, todos nuestros sueños, toda nuestra fuerza, toda nuestra acción para sostener nuestra lucha. Ya hemos empezado. Somos los que han hecho la movilización de opinión, pero esto aún no es nada. 
 
Daremos a la España republicana todos los instantes de nuestra vida. Nosotros trabajaremos en nuestro país por convencer a todos aquellos que están equivocados, que dudan, que tienen miedo. Les contaremos vuestros combates, vuestro heroísmo. Nos convertiremos en el portavoz de vuestra gloria; lucharemos hasta el último aliento por que Francia vuelva a ser a los ojos del mundo lo que nunca debió dejar de ser: la Francia de La Bastilla, de Valmy, de la Comuna. Lucharemos por que Francia pueda mirar sin vergüenza hacia el Sudoeste donde brilla el son de España.
 
Me comprometo aquí, por decenas de millares de hombres y mujeres, que son el cerebro creador de mi país en el arte, la poesía, la ciencia, a poner todos nuestros esfuerzos para que Francia siga siendo la patria de la Libertad, para que sea la gran prolongación de vuestra tierra ensangrentada, pero libre, y no la vergonzosa vasalla del fascismo, la perra que ha rehusado el combate. Y no se podrá decir que hemos dejado asesinar a nuestros hermanos. Nuestras banderas se unirán en el cielo de vuestra victoria. La bestia sórdida que vosotros habréis forzado a volver a su cueva, nosotros la comparamos con el monstruo que crece en vuestra casa y continuaremos la gran limpieza que vosotros habéis comenzado; la continuaremos en el fango de nuestras cuadras. También nosotros nos batimos por una Francia fuerte, feliz. No podemos creer que puede existir esta Francia al lado de una España vencida, encadenada, miserables.
 
Camaradas: 
 
El pueblo y la inteligencia de mi país está con vosotros. Hace falta que estén con algo más que con palabras.”
 
 
También en este día pero de 1938, se recuerda, los 83 años de la despedida de las brigadas internacionales.
 
Discurso de Pasionaria despidiendo a las Brigadas Internacionales

Despedida de las Brigadas Internacionales. Octubre 1938, Barcelona. Foto: Robert Capa
 
 
Por Alberto Cubero.
Hoy 28 de octubre se cumplen 83 años de la despedida de España de las Brigadas Internacionales. Nada explica mejor lo que supuso las Brigadas Internacionales, que el discurso que Pasionaria pronunció un día como hoy hace justo 83 años en Barcelona, en el emotivo acto de despedida de las Brigadas Internacionales de España. Lo copio integro.
 
“Es muy difícil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan.
 
Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas atenazándolas... Angustia por los que se van, soldados del más alto ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la tiranía de todos los pueblos...Dolor por los que se quedan aquí para siempre, fundiéndose con nuestra tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón aureolados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud. De todos los pueblos y todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio.
 
Y Jarama y Guadalajara, y Brunete y Belchite, y Levante, y el Ebro cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales. Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España.
 
Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros incondicionalmente.
 
Nos lo daban todo; su juventud o su madurez o su experiencia; su sangre y su vida, sus esperanzas y sus anhelos... Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros. 
 
¡Banderas de España!... ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires!...¡Madres!... ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y sangrientos se esfume en un presente de libertad, de paz y de bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales.
 
Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigiladas por perros rabiosos deseosos de clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariños, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: «¡Aquí estamos»!, vuestra causa, la causa de España es nuestra misma causa, es la causa de toda la humanidad avanzada y progresiva».
 
Hoy se van; muchos, millares, se quedan teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.
 
¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de Estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites os hacen volver a vuestras patrias a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marcharos orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticios de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales o hacia las acciones industriales que quieren salvar de todo riesgo. No os olvidaremos, y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!...
 
Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo: ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!”
 
 
 


25 de octubre de 2021

Los "diez golpes" que el Ejército Rojo asestó, destruyendo la maquinaria nazi de guerra.

 

 

Por elcomunista.net, publicado en RBTH.

Estas operaciones ofensivas a gran escala de las tropas soviéticas, esencialmente aseguraron la victoria de la coalición anti-Hitler sobre los países del Eje en la Segunda Guerra Mundial.

En 1944, el Ejército Rojo llevó a cabo 10 importantes operaciones ofensivas estratégicas, como resultado de las cuales casi todo el territorio de la Unión Soviética fue liberado, más de 130 divisiones enemigas fueron destruidas y Bulgaria, Rumania y Finlandia cambiaron de bando y se unieron a la coalición anti-Hitler, mientras que la Alemania nazi se encontraba al borde del colapso total.

Las señas de identidad de las operaciones fueron el rápido avance del Ejército Rojo, la buena coordinación entre todas las ramas de las fuerzas armadas, la sorpresa operativa y táctica, así como la efectividad de los bombardeos preliminares masivos desde el aire y la artillería.

En Moscú, el 4 de noviembre del mismo año, en un discurso titulado "27 aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre", José Stalin enumeró las operaciones por primera vez, refiriéndose a ellas como «golpes». Desde entonces, el término ha entrado firmemente en el uso diario.

Golpe No. 1: La ofensiva de Leningrado-Novgorod (enero-marzo de 1944)

Las fuerzas soviéticas rompieron las bien preparadas defensas alemanas cerca de Leningrado y empujaron al enemigo 200-280 km hacia el oeste, levantando así por completo el asedio de la segunda ciudad más importante de la Unión Soviética. Los ejércitos 16 y 18 del Grupo de Ejércitos Norte sufrieron una fuerte derrota y se vieron obligados a retirarse a la línea defensiva Panther Line en las fronteras de la Estonia soviética.

Golpe No. 2: La ofensiva Dnieper-Carpathian (diciembre de 1943 – abril de 1944)

La batalla por la orilla derecha de Ucrania fue una de las más grandes de la Segunda Guerra Mundial, en la que participaron hasta cuatro millones de hombres en total. 

Durante un período considerable de tiempo, la ofensiva del Ejército Rojo se desarrolló en condiciones difíciles de mal tiempo prolongado y rasputitsa [condiciones fangosas como resultado del derretimiento de la nieve en primavera]. A pesar de esto, el Ejército Rojo logró liberar una parte significativa de Ucrania y un tercio del territorio de Moldavia, así como llegar a la frontera estatal con Rumania. El comandante del Grupo de Ejércitos Sur, el mariscal de campo Erich von Manstein, fue destituido de su cargo por esta derrota.

Golpe No. 3: Las ofensivas de Odessa y Crimea (marzo-mayo de 1944)

Si, en 1941, la Wehrmacht había tardado 250 días en apoderarse de Sebastopol, la principal base naval de la Flota Soviética del Mar Negro, en 1944 el Ejército Rojo la recuperó en solo tres días. La liberación del sur de Ucrania y Crimea permitió asegurar los flancos de las tropas soviéticas que avanzaban hacia Rumanía y que los buques de guerra regresaran a sus bases en la península. Poco después, tomaron toda la zona del Mar Negro bajo su control total.

Golpe No. 4: La ofensiva de Vyborg-Petrozavodsk (junio-agosto de 1944)

El principal objetivo de la ofensiva a gran escala en Karelia en junio de 1944 fue forzar a Finlandia a salir de la guerra. A pesar de que el enemigo había concentrado más del 70 por ciento de todas sus fuerzas en el istmo de Carelia, el Ejército Rojo logró romper sus defensas y tomar Vyborg y Petrozavodsk. Ante la amenaza de que las fuerzas soviéticas penetraran profundamente en su territorio, el gobierno finlandés comenzó a buscar una forma de negociar la paz con la URSS.

Golpe No. 5: La Operación Bielorrusa – también conocida como Operación Bagration (junio-agosto de 1944)

Durante la ofensiva bielorrusa, conocida como «Operación Bagration», el Ejército Rojo mostró a la Wehrmacht cómo era una guerra relámpago al estilo soviético. 

La operación, que había sido preparada en condiciones de máximo secreto, fue una completa sorpresa para los alemanes. En solo dos meses de lucha, las fuerzas de tres frentes soviéticos, gracias a una coordinación eficaz, avanzaron 600 km hacia el oeste, derrotaron al Grupo de Ejércitos Centro y liberaron los territorios de Bielorrusia, el este de Polonia y partes de la región báltica.

Golpe No. 6: La ofensiva Lvov-Sandomierz (julio-agosto de 1944)

Como resultado de la Operación Lvov-Sandomierz, el Grupo de Ejércitos del Norte de Ucrania recibió una paliza severa. Treinta y dos divisiones alemanas perdieron hasta el 70 por ciento de su mano de obra y ocho fueron completamente destruidas. El Ejército Rojo liberó completamente a Ucrania y cortó los vínculos entre las agrupaciones del norte y el sur de Alemania, lo que obligó a los alemanes a utilizar una ruta indirecta a través del territorio húngaro y checoslovaco.

Golpe No. 7: La ofensiva Jassy-Kishinev y Bucarest-Arad, también conocida como la Segunda Ofensiva Jassy-Kishinev (agosto-octubre de 1944)

La aplastante derrota de la agrupación del ejército germano-rumano en Moldavia y el avance del Ejército Rojo en territorio rumano llevaron a un golpe del rey Miguel I el 23 de agosto y al arresto del mariscal Ion Antonescu y miembros de su gobierno. Rumanía pasó al campo de la coalición anti-Hitler y, a finales de octubre, su ejército había ayudado al 2º Frente Ucraniano del mariscal Rodion Malinovsky a liberar casi todo el territorio del reino de las tropas alemanas y húngaras.

Golpe No. 8: La ofensiva báltica (septiembre-noviembre de 1944)

Aunque, como resultado de la Operación Bagration, las tropas del Grupo de Ejércitos Norte desplegadas en la Región Báltica se encontraron en riesgo de quedar aisladas de las principales fuerzas alemanas, Hitler ordenó que la región resistiera hasta el amargo final. En intensos combates, el Ejército Rojo se vio obligado a romper la defensa del enemigo en profundidad, particularmente en el área de Riga y las islas del Archipiélago Moonsund. Al llegar a la costa báltica al sur de Memel (Klaipeda) el 10 de octubre, las tropas soviéticas aislaron el Grupo de Ejércitos Norte en el oeste de Letonia. Encerrado por el Ejército Rojo en el Courland Pocket, el grupo enemigo sobrevivió hasta la capitulación final de Alemania, con los soldados soviéticos llamándolo en broma el «campo de prisioneros de guerra armados».

Golpe No. 9: La ofensiva de los Cárpatos del Este y Belgrado (septiembre-octubre de 1944)

Cuando el Ejército Rojo montó su ofensiva en los Cárpatos a principios de septiembre de 1944, tuvo que hacerlo apresuradamente y sin los preparativos adecuados; estaba respondiendo a un llamamiento de ayuda de los participantes en el levantamiento que había estallado en Eslovaquia a finales de agosto. Aunque las tropas soviéticas no lograron abrirse paso hasta los insurgentes, lograron derrotar al Grupo de Ejércitos Heinrici y ocupar el este de Eslovaquia. Simultáneamente, las tropas del 3er Frente Ucraniano del mariscal Fyodor Tolbukhin, junto con las formaciones del Ejército de Liberación Nacional Yugoslavo, expulsaron al enemigo de la mayor parte del territorio yugoslavo y entraron en Belgrado el 20 de octubre.

Golpe No. 10: La ofensiva Petsamo-Kirkenes (octubre-noviembre de 1944)

Los alemanes no lograron ningún avance importante en el Ártico soviético durante toda la guerra. Sin embargo, a principios de octubre de 1944, todavía controlaban el territorio soviético al oeste de Murmansk, que defendía la ruta hacia los depósitos de cobre, níquel y molibdeno en las partes del norte de Noruega y Finlandia que eran de crucial importancia para el Tercer Reich. Penetrando en profundidad la defensa enemiga en terreno difícil, las tropas del Frente de Carelia del general Kirill Meretskov, apoyadas por barcos de la Flota del Norte y respaldadas por asaltos marítimos, lograron liberar la región del enemigo, entrando en territorio noruego a fines de octubre.

18 de octubre de 2021

No dejarse convidar a tanta…

Por Elson Concepción Pérez en Granma

Dirán que paso de moda la locura....

 Ni hoy ni nunca podemos aceptar... a quienes nos vienen a convidar a tanta..

A nuestro Silvio Rodríguez muchas veces el poder mediático desde Estados Unidos y algún otro país europeo, lo ha «ajusticiado» por su postura al servicio de Cuba, de la cultura y de la causa mayor: la Revolución y Fidel.

Un día escribió El Necio, una pieza necesaria para todo momento, en especial para los actuales, donde el odio, la amenaza y las provocaciones orquestadas desde Estados Unidos nos invitan a derrumbar la gran obra humana que levantamos.

En El Necio Silvio advierte:

me vienen a convidar a arrepentirme,

me vienen a convidar a que no pierda,

me vienen a convidar a indefinirme,

me vienen a convidar a tanta mierda.

Por estos días, desde el vecino del Norte se lanzan las mismas carnadas  y –convidan– con el ánimo de «pescar» adeptos, en momentos en que se combinan los efectos de una pandemia con el recrudecimiento de las medidas –viejas y nuevas– del criminal bloqueo y la crisis económica mundial.

Los que convocan a marchas «pacíficas» en las que se esconden provocaciones y agresiones contra el orden público y la tranquilidad ciudadana, que de inmediato se expanden por la red de redes con la etiqueta de «cruel represión en Cuba contra pacíficos manifestantes», se enojan cuando se les llama mercenarios. Quizá les parezcan mejor los apellidos de asalariados al servicio de una potencia extranjera.

Los que aquí aceptan el «convite» contrarrevolucionario, organizado desde el imperio yanqui, se saben partícipes de una cruel agresión contra su país, la nación sancionada y acosada, a la que se le niega adquirir medicamentos para niños con cáncer o para combatir una pandemia mortal como la COVID-19.

Mientras, allá, cruzando las escasas 90 millas del estrecho de la Florida, una mafia cuya bandera es el odio y el dinero, se aprovecha de la debilidad de una administración demócrata, continuadora de la maquiavélica obra de su antecesor republicano, Donald Trump, en ese deseo imposible de acabar con la Revolución Cubana.

Hago memoria ahora de una ocasión en la cual el cantautor Silvio Rodríguez contó su experiencia, y narró un hecho ocurrido  en la ciudad de Miami, de tránsito hacia Puerto Rico, que lo inspiró a escribir su canción El Necio: «Me rompieron la guitarra. Me saltaron encima unos cubanos en el aeropuerto de esa ciudad del sur de la Florida. Culpa mía, creo yo, porque tenía una pegatina de Fidel y una bandera cubana, y no me dio la gana de quitarlas. Digamos que me lo busqué».

Y agregó: «Cuando llegué a Puerto Rico, escuché en la radio un programa desde Miami en el que decían que la contrarrevolución estaba muy decaída porque habían pasado por Miami los revolucionarios Fulano y Mengano –entre ellos yo–, y en otra época nos hubieran arrastrado, hubieran limpiado las calles con nosotros».

Vuelvo a la canción donde confiesa:

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas

cuando la Revolución se venga abajo,

que machacarán mis manos y mi boca,

que me arrancarán los ojos y el badajo.

 

Será que la necedad parió conmigo,

la necedad de lo que hoy resulta necio,

la necedad de asumir al enemigo,

la necedad de vivir sin tener precio.

El momento, como debemos asumirlo todos, es de unidad, de fortaleza, de sabernos parte de una extraordinaria obra humana que tenemos que defender cada hora, cada día, minuto, segundo: la Revolución.

Ni hoy ni nunca podemos aceptar a quienes nos vienen a convidar a tanta...

 

 

14 de octubre de 2021

BERTOLT BRECHT. “A LOS ADAPTADOS” Y "BALADA DEL CONSENTIMIENTO"

Balada del consentimiento a este mundo, por Bertolt Brecht | Jonathan  Menkos Zeissig



 

 La editorial Libros del Zorro Rojo lanzó en 2014, una versión de esta hermosa pieza de Bertolt Brecht

 

Por Estéban Zúñiga y la AAHS.

El primero es un poema escrito durante los primeros años de su obligado exilio en diversos países del Báltico, entre los años 1933-1941, obligado tras la presión del régimen nazi en Alemania.
 
Ante la toma por el poder de Adolf Hitler y del fascismo, el miedo se iría apoderando de la población alemana, lo que traería consigo que muy pronto aparecieran actitudes pusilánimes, temerosas, cobardes,… en un intento desesperado de pasar desaparecidos y de sobrevivir, aunque ello supusiera pagar un altísimo precio como la sumisión, la delación, la tortura.
 
El callar, el ocultarse, el desentenderse y el soportar se harían, según avanzaría el tiempo, más cotidianos, más frecuentes, más universales,…
 
“A LOS ADAPTADOS”
 
“Para no perder el pan,
en tiempos de creciente opresión,
muchos resuelven no decir más la verdad
sobre los crímenes del régimen
a favor de la explotación, pero
tampoco difundir las mentiras del régimen, o sea,
no denunciar nada, pero
tampoco aprobar nada. 
 
El que obra así
parece sólo confirmar que está decidido,
incluso en los tiempos de creciente opresión,
a no perder la cara, pero en realidad
sólo está decidido
a no perder el pan. 
 
Sí, es decisión suya
de no decir ninguna falsedad le sirve, en lo sucesivo,
para callar la verdad. 
 
Esto, claro,
sólo se puede hacer durante poco tiempo. 
Pero aún en ese tiempo,
mientras entran todavía en las oficinas y en las redacciones,
en los laboratorios y en las fábricas, como gente
de cuya boca nunca sale una falsedad,
empiezan ya a hacer daño. 
 
Quien no pestañea
al ver un crimen sangriento, le concede
apariencia de naturalidad. Hace
de la horrible maldad algo tan corriente como la lluvia
y tan inevitable como la lluvia.
 
Así apoya con su silencio
a los criminales, pero pronto
notará que, para no perder el pan,
no sólo ha de callar la verdad, sino que debe
decir la mentira. No sin benevolencia
aceptan los opresores al que está dispuesto
a no perder el pan.
 
No aparece como un sobornado,
porque no le han dado nada, sino que
solamente no le han quitado nada.
 
Cuando el orador de las alabanzas,
levantándose de la mesa de los que mandan, abre la jeta
y se ven entre los dientes
los restos de la comida, su discurso
de alabanza se escucha con dudas.
 
Pero el discurso de alabanza del que ayer
todavía criticaba y no fue invitado al banquete triunfal,
vale más. 
Él, a pesar de todo, es el amigo de los oprimidos. 
 
Estos le conocen.
Lo que él dice, es,
y lo que él no dice, no es.
Y ahora dice
que no hay opresión.
 
Si es preciso, el asesino
envía al hermano del asesinado,
después de comprarle, a que declare
que una teja ha caído sobre su hermano. 
 
Claro, la simple mentira,
al que no quiere perder el pan, tampoco
le sirve por mucho tiempo. Hay demasiados
de su especie. 
 
Pronto se mete en la inexorable competición de todos
los que no quieren perder el pan, 
ya no basta la voluntad de mentir.
Es necesario saberlo hacer y se exige la pasión.
 
El deseo de no perder el pan se mezcla
con el deseo de conceder un sentido, con especial arte,
a la estupidez más incoherente, y, sin embargo,
decir lo indecible.
 
De ahí que él tenga que acarrear
más alabanzas a los opresores que cualquier otro, pues
está bajo sospecha de haber
ofendido antes a la opresión. 
 
Así los que conocen la verdad 
se hacen los más desaforados embusteros.
 
Y todo eso sigue solamente
hasta que llega alguien que se les lleva
su anterior honradez, su decencia de otro tiempo, y además
pierde el pan.”
 
(Fuente: Bertolt Brecht. “POESÍAS”. Selección y traducción de José María Valverde, 1973. Páginas 111-112. Primera edición. 2017. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.)
 

Balada del consentimiento a este mundo.

La editorial Libros del Zorro Rojo lanzó en 2014 una versión de esta hermosa pieza de Bertolt Brecht (1898-1956), con ilustraciones de Henning Wagenbreth, dándole un toque visual excepcional. Brecht finalizó esta balada en 1932 antes de huir de la Alemania gobernada por el fascismo nazi y en ella asume la voz de una persona acomodada a lo que sucede en su entorno.

Dejo aquí el texto completo * esperando que sea útil para ayudarnos a reflexionar sobre lo que como sociedad estamos consintiendo sin rechistar. Consentir nos hace cómplices.

1

No soy injusto, pero tampoco soy valiente

Hoy me enseñaron el mundo tal cual es

Me lo mostraron con un dedo ensangrentado

y yo me apresuré a decir que sí, que por mí estaba bien.

 

2

El palo sobre mi cabeza, los ojos bien abiertos,

noche y día el mundo entero vi,

vi que los carniceros, como carniceros sirven,

y a la pregunta: ¿Te alegra lo que ves? Yo dije: sí.

 

3

Desde ese día dije que sí a todo:

mejor cobarde que hombre muerto, me oí decir.

Y sólo por no caer en esas manos,

consentí en todo lo que no se puede consentir.

 

4

Vi al estanciero revender cereales,

y al pueblo hambriento aplaudir con humildad.

Rodeado de intelectuales dije en voz alta:

es algo caro, pero de buena calidad.

 

5

Vi a los empleadores allí: a uno de cada cinco

lo emplean, e incluso pagarían.

A los que me piden que interceda les digo:

hablen con ellos. Yo no sé de economía.

 

6

Vi a los militares planeando sus saqueos;

vi que por cobardía los dejan andar sueltos.

Sospenchando lo peor, les cedí el paso

y grité: ¡Bravo! Para éstos, la técnica no tiene secretos.

 

7

Vi a los diputados que a sus hambrientos votantes

juran que ellos todo lo cambiarán.

No mienten, digo, son grandes oradores,

pasa que los supera la realidad.

 

8

Vi a los burócratas enmohecidos

mantener funcionando el superinodoro,

mal pagados, por presionar y patear entre quejidos.

Para ellos pido más sueldo y más decoro.

 

9

No quiero olvidar a los agentes del orden

bastión insobornable de la honestidad.

Les alcanzo la toalla llena de sangre

con tal de que me defiendan mi seguridad.

 

10

Veo a los jueces, patrones de las leyes,

encubrir evidencias con el mayor cinismo.

Salvar la propiedad, las amistades.

Si fuera juez, sin ofender, haría lo mismo.

 

11

Y digo: esos señores son incorruptibles.

No hay importe que los pueda tentar.

Cuidar las leyes y dictar sentencia. ¿No es

suficiente incorruptibilidad?

 

12

Allí a pocos metros, veo unos delincuentes

golpeando a un anciano, a una mujer y a un niño;

veo también que sus palos son de goma…

Y me doy cuenta que no son bandidos.

 

13

La policía que combate la pobreza,

para que la miseria detenga su invasión,

tiene trabajo a manos llenas. Mi última camisa

es para ellos que salvan del ladrón.

 

14

Así demuestro que no tengo agravios,

y espero que aprecien mi transparencia,

más aún si me identifico

con los que han sido calumniados por la prensa.

 

15

Para los periodistas: la sangre de sus víctimas

suele hacerles de tinta: “Los asesinos no lo hicieron”.

Yo ayudo a distribuir las hojas aún mojadas,

y afirmo: buen estilo, tienen que leerlo.

 

16

El poeta nos envía su Montaña Mágica para la lectura.

¡Lo que él (por dinero) allí dice, lo dice con razón!

¡Lo que él (gratuitamente) calla, podría ser la verdad!

Yo digo: no confundir ceguera con mala intención.

 

17

Un comerciante convenciendo a los que pasan:

“soy yo el que huele mal, no mi pescado.” Pienso:

ese no come su pescado podrido. A lo mejor tengo suerte

y me vende en el mercado. Por las dudas lo cuido.

 

18

La piel medio comida por las infecciones,

un viejo compra a una jovencita con plata robada.

Le doy la mano (con cuidado), con mis congratulaciones,

agradeciéndole que ayude a la muchacha.

 

19

A los médicos, que a los pacientes pobres

como pescado chico devuelven a las aguas,

no dejo por eso de pedirles turno, y sobre

sus camillas me tiendo y encomiendo el alma.

 

20

A los ingenieros creadores de las cintas sin fin

que al desgraciado obrero quita toda energía,

les canto loas por su técnico perfil,

el triunfo del espíritu me exalta de alegría.

 

21

Vi a los maestros, pobres represores,

formar niños a su imagen y semejanza.

Del Estado cobran sus remuneraciones.

No retarlos. Ni para morirse de hambre les alcanza.

 

22

Y veo chicos de catorce años,

del tamaño de seis y que hablan como ancianos.

Y digo: así nomás. Y a la muda pregunta:

¿Por qué? Contesto: No sé. ¿No es humano?

 

23

Los profesores, que con bellas palabras

justifican lo que su mandatario hace,

hablan de crisis financiera en vez de crímenes.

No son peores que lo que puede imaginarse.

 

24

A la ciencia que multiplica nuestro conocimiento,

que a su vez hace crecer nuestra miseria,

la ensalzan como a una religión, que en su momento

estimula nuestra ignorancia, que también se revela.

 

25

No quiero hablar de más. A los curas los siento mis amigos.

Las guerras y las matanzas no los cambian. En alto

sostienen la fe en el amor y la asistencia al vecino.

Nada de todo eso será echado en el olvido.

 

26

Vi a todo el mundo alabando a dios y al usurero.

Y escuché al hambre gritar: ¿dónde hay que pedir?

Y vi unos dedos gordos señalando hacia el cielo.

Y entonces dije: ¡vieron que hay algo allí!

 

27

Los gordos pelados, que hace ya un tiempo

bocetara George Grosz, están a punto

de degollar a la humanidad en un planeado intento.

Si es un plan ordenado, estoy con el asunto.

 

28

He visto a las víctimas y a los asesinos.

Sé distinguir entre coraje y compasión,

y frente a la valentía del asesino digo:

bien hecho, es una doble elección.

 

29

Veo venir las formaciones de matarifes,

quiero gritarles ¡Alto! Pero también veo que

estoy rodeado de un montón de guardias,

y grito lo que gritan todos: ¡HEIL!

 

30

Como detesto bajezas y necesidades

mi arte no tiene aprobación en este tiempo.

Porque a la mugre de vuestro mundo de maldades

le hace falta ―lo sé― mi consentimiento.

 

* Enlace original:

https://jonathanmenkos.org/2018/11/30/balada-del-consentimiento-a-este-mundo-por-bertolt-brecht/

 

13 de octubre de 2021

5 diferencias entre el sistema soviético de pensiones y el sistema capitalista

En la pancarta puede leerse "No al fin de la URSS"
En la pancarta puede leerse «No al fin de la URSS»

Por Nikolai Efimov

El sistema soviético de pensiones fue una de las mayores conquistas del socialismo. 

Los obreros soviéticos sabían que obtendrían del estado un sostén económico en la vejez. También sabían que cuanto mayor fuera el poderío económico de la URSS, mayores serían sus pensiones. Además de las pensiones de vejez, existía toda una serie de pensiones de invalidez, veteranos de guerra etc. Veamos las diferencias entre el sistema soviético de pensiones y el sistema de los países capitalistas.

En primer lugar, en la URSS la edad de jubilación era mucho más baja que en los países capitalistas. 

Las mujeres se podían jubilar con 55 años de edad siempre que tuvieran 20 años de antigüedad laboral, mientras que los hombres podían jubilarse con 60 años de edad si tenían 25 años de antigüedad laboral. Además había toda una serie de excepciones que permitían adelantar la edad de jubilación: determinados trabajos con riesgo para la salud (mineros), madres con muchos hijos etc. 

En países capitalistas la edad era mayor: En 1969 la edad de jubilación de la mayoría de países capitalistas era de 65 años, siendo mayor en algunos casos como Irlanda o Noruega donde ascendía a los 70 años.

En segundo lugar, es el estado el que paga directamente las pensiones. 

Los trabajadores soviéticos no pagan ningún dinero para poder cobrar una pensión cuando les correspondía, mientras que en los países capitalistas los trabajadores deben pagar cada mes una parte de su sueldo a un fondo de pensiones público o privado.

En tercer lugar, la pensión es realmente accesible a todo el mundo. 

En la URSS no existía el desempleo, todo el mundo podía aprender un oficio y trabajar, con lo que llegar a la antigüedad mínima era bastante fácil.

En cuarto lugar, las personas soviéticas jubiladas no pagaban ningún tipo de impuesto.

Mientras, en el sistema capitalista las personas jubiladas no están exentas de pagar impuestos directos e indirectos.

En quinto lugar, en la URSS llegar a la edad de jubilación o la propia jubilación no significa una prohibición de trabajar para el individuo. 

Es decir, si el trabajador quería seguir trabajando podía hacerlo a la vez que cobraba su pensión. Era bastante habitual que el trabajador combinara su pensión con un salario completo o parcial en función de las horas que trabajase. De esta forma, podían trabajar por satisfacción sabiendo que su sustento estaba ya garantizado, aumentando su salud y su moral.

En la actual crisis del capitalismo, podemos ver como el sistema de pensiones está cada vez más amenazado. 

Las altas tasas de desempleo y la precariedad, hacen que de facto sea bastante complicado acceder a una pensión digna. A la vez, los impuestos asfixian la capacidad de consumo de los pensionistas haciendo aún más ridícula la pensión que cobran. 

Datos como los señalados en éste artículo jamás verán la luz en canales de televisión o manuales de historia.  

Los medios de comunicación ocultan permanentemente los logros conseguidos en la URSS para los trabajadores, mientras insisten de forma repetitiva en señalar los errores cometidos.

 

Fuente:

"El modo de vida soviético" de Nikolai Efimov

 

Referencias del artículo:

http://archivo.juventudes.org/nikolai-efimov/5-diferencias-entre-el-sistema-sovi%C3%A9tico-de-pensiones-y-el-sistema-capitalista

https://elcomunista.net/2013/03/16/5-diferencias-entre-el-sistema-sovietico-de-pensiones-y-el-sistema-capitalista/