20 de enero de 2020

Lenin vive en el corazón de cada trabajador honesto.


Vladímir Lenin 

Recopilación de Nestor Guadaño. 
Declaración del CC del Partido Comunista bolchevique del 21 de Enero de 1924.
"PARA TODO EL PARTIDO PARA TODOS LOS TRABAJADORES:
El 21 de enero terminó la vida del camarada Lenin.
Un hombre que fundó nuestro Partido de acero, que lo construyó años tras año, lo dirigió bajo los golpes del zarismo, lo fue entrenando y templando en una lucha furiosa contra los enemigos de la clase obrera. Bajo su liderazgo cayeron muertos los bolcheviques que combatieron en 1905. Retirado por la reacción zarista, continuó luchando a la vanguardia de la lucha contra la autocracia, logró exponer y romper la dominación ideológica de los mencheviques y los eseristas. Murieron en la batalla por el liderazgo de nuestro Partido, envueltos en pólvora, la mano poderosa izó la bandera roja de Octubre por todo el país, barrieron la resistencia del enemigo adoptando la disciplina de trabajo de la época zarista.
Murió el fundador de la Internacional Comunista, el líder del comunismo mundial, el amor y el orgullo el proletariado internacional, la bandera de los oprimidos, la cabeza del Estado de los obreros de Rusia.
Desde Marx, nunca antes en la historia ha habido una figura tan gigantesca como nuestro difunto líder, maestro y amigo. Todo lo que está en la clase obrera grande y heroica; valiente, de acero, terco, con voluntad indomable, el odio a la esclavitud y a la opresión, la pasión revolucionaria que mueve montañas, la fe ilimitada en el poder creador de las masas, el genio de la organización... Todo eso está plasmado en Lenin, cuyo nombre se ha transformado en símbolo de nuevo mundo, de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Lenin pudo predecir inmensas fracturas históricas y al mismo tiempo tener en cuenta el uso de cada pequeño detalle. Sabía cuando atacar encarnizadamente y cuando retirarse para preparar una nueva ofensiva. Sabía que no hay fórmulas congeladas. Era un líder nato del ejército proletario, un genio de la clase obrera.
Al tesoro del marxismo, Lenin hizo no pocas contribuciones. La doctrina del poder obrero, la alianza entre obreros y campesinos, la cuestión nacional y colonial y finalmente sus enseñanzas sobre el papel y la naturaleza del Partido. Toda su vida, desde su inicio hasta el último aliento consciente, se la dedicó a la clase obrera. Nunca hubo un hombre tan dedicado a esa causa. Jamás hubo una persona con un sentido de la responsabilidad como el que tuvo él. Su sed de trabajo imparable acabó para siempre con este cuerpo, y con la vida de nuestro Ilich.
 
Pero la muerte física en este caso no supone la muerte. Lenin vive en cada alma de cada militante de nuestro Partido. Cada militante de nuestro Partido es una parte de 
Lenin. Todo nuestro Partido es la encarnación colectiva de Lenin.
Lenin vive en el corazón de cada trabajador honesto.
Lenin vive en el corazón de cada pobre campesino.
Lenin vive en los millones de esclavos coloniales.
Lenin vive en el odio al leninismo, al comunismo y al bolchevismo por parte de nuestros enemigos.
Se ha ido de nuestro lado para siempre nuestro compañero incomparable. Y seguimos sin miedo. Dejen que nuestros enemigos se alegren de nuestra pérdida. Ellos no saben lo que es nuestro Partido. Creen que nuestro Partido se derrumbará, pero seguirá adelante porque ha sido forjado con el hierro leninista, porque ha sido entrenado en la batalla y por todo lo que Lenin nos enseñó.
Estamos con el pie firme en la tierra, el único país regido por los trabajadores que mira audazmente hacia el futuro. Nos enfrentamos a un combate contra el capital y no hay poder en la tierra capaz de impedir nuestra victoria final. Esta victoria es el mejor homenaje al camarada Lenin, al amigo Ilich.
¡Viva la victoria de nuestro Partido!
¡Viva la clase obrera!".
LENIN, Vladimir Ilich Uliánov, desde su tenacidad, perseverancia e inquebrantable voluntad, dejaría como legado un cuerpo sólido de ideas revolucionarias que no han perdido su vigencia sino que por el contrario se ratifican hay también ante la profunda crisis del capitalismo internacional.

Líder de la clase obrera rusa e internacional, fiel continuador de la obra de Karl Marx y Friedrich Engels, fundador del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Estado soviético. Desempeñaría un papel relevante en la elaboración de la teoría marxista aplicada a la situación histórica de Rusia, teniendo en cuenta las condiciones y experiencias del país, y en la dirección del movimiento revolucionario internacional de la clase obrera y de todos los trabajadores. Aportarían un gran enriquecimiento al marxismo, desde su sólida formación marxista, dándole sentido a lo que en la teoría revolucionaria se conoce como marxismo leninismo, el instrumento capaz de llevar adelante el derrocamiento de la burguesía y la instauración de la dictadura del proletariado, además de tener grandes aportaciones al desarrollo de la economía política marxista.
A las 4 de la tarde de un día como hoy, hace 96 años, fallecía, en Gorki Léninskiye (URSS) y a los 53 años de edad, el líder de la Revolución bolchevique de Octubre de 1917 y el principal dirigente de la URSS, VLADIMIR ILICH ULIÁNOV, más reconocido como LENIN, a causa de un ictus masivo. La autopsia revelaría que padecía arterosclerosis cerebro vascular y que sus arterias cerebrales estaban en pésimo estado, pues anteriormente había sufrido varios infartos cerebrales.

El 30 de diciembre de 1923, Lenin, durante una sesión del grupo parlamentario del VIII Congreso de los Sóviets, había dicho:


"Es una desgracia pero estoy enfermo. No puedo decirles nada más:"

Y desde entonces pasaría más tiempo en Gorki, a 35 kilómetros al sudeste de Moscú, que en su despacho del Kremlin. Los médicos pensaban que el debilitamiento físico y sus constantes dolores de cabeza eran consecuencia del estrés de los últimos años y de las secuelas de las graves heridas sufridas por el atentado, por parte de Fanny Kapla, el 30 de agosto de 1918, donde había sido alcanzado por tres disparos con balas envenenadas al salir de la fábrica Michelson.
 

Durante el año 1922, V. I. Lenin había sufrido dos ictus: el primero, el 25 de marzo de 1922, le causaría la pérdida del habla durante unas semanas; y el segundo, el 15 de diciembre de 1922 cuando sufriría un derrame cerebral que le haría perder la movilidad de la pierna y el brazo derechos; siendo recordadas las fotografías del líder comunista en una silla de ruedas y con un aspecto débil y enfermizo. Después tendría una leve recuperación que le permitiría escribir varios artículos sobre economía y la administración del Estado soviético, así como su famosa última carta al Congreso.
 

El 9 de marzo de 1923, la salud tuvo otro golpe severo en su ya delicada situación cuando sufriría un tercer infarto cerebral, que le privaría, totalmente, de sus capacidad de hablar y, sobre todo, de concluir su tarea política. El 15 de mayo sería trasladado desde la sede del Gobierno soviético del Kremlin hacia Gorki, donde tras ochos meses y con tan solo 53 años de edad fallecería tras una agonía "muy penosa pues la parálisis de los centros nerviosos atacaría a los órganos respiratorios" que se prolongaría hasta las 6:50 horas del 21 de enero de 1924.

La dolorosa noticia pronto se extendería por el país y por todas las partes del mundo. El 22 de enero, Mijaíl Kalinin, a la sazón presidente del Comité Ejecutivo Central, lo anunciaría, solemnemente, a los delegados a IX Congreso de los Sóviets de toda Rusia.
 

Su cuerpo sería colocado en un ataúd cubierto por una bandera roja y trasladado dos días después a Moscú, donde sería expuesto en la Sala de Columnas de la Casa de los Sindicatos mientras se construía su primer mausoleo. Por espacio de cuatro días, y a pesar de las rigurosas heladas, con crudas y bajas temperaturas de hasta -30º, más de un millón de personas -centenares de miles de obreros y campesinos, soldados rojos y empleados, delegaciones de trabajadores de todos los confines de la vasta Unión Soviética- pasarían, día y noche, por la Sala de Columnas para rendir el último homenaje al gran Lenin.
 

El 26 de enero de 1924 se celebraría, en el Teatro Bolshoi, una sesión extraordinaria del II Congreso de los Sóviets de la URSS consagrada a la memoria de Lenin. En el Congreso hablarían la esposa de Lenin, N. Kruspskaya, así como J. Stalin, Clara Zetkin y N. Narimanov. En nombre de la fábrica "Krasni Putílovets" hablaría A. Serguéev; de los campesinos sin partido, A. Krayushkin; del Ejército Rojo, V. Voroshílov; de la juventud, P. Smorodim; y de los hombres de ciencia, el académico S. Odenburg.
 

El pueblo soviético se despediría de su guía sumergido en un profundo dolor. El proletariado suspendería todos los trabajos durante 5 minutos, Se detendrían los automóviles y los trenes, se interrumpiría el trabajo en las fábricas y de ese modo tan solemne los trabajadores del mundo entero se despedirían de Vladimir Ilich Uliánov, LENIN.
 

A las 4 de la tarde del 27 de enero de 1924, el ataúd, con los restos mortales del camarada Lenin, serían depositados y enterrados en el mausoleo construido especialmente para la ocasión en la Plaza Roja.

Vladimir Lenin


"POEMA A LENIN".
Bertolt Brecht.
1
Al morir Lenin,
un soldado de la guardia, según se cuenta,
dijo a sus camaradas: Yo no quería
creerlo. Fui donde él estaba
y le grité la oído: "Ilich,
ahí viene los explotadores". No se movió.

Ahora estoy seguro que ha muerto.
2
Si un hombre bueno quiere irse,
¿con qué se le puede detener?
Dile para qué es útil.
Eso lo puede detener.
3
¿Qué podía detener a Lenin?

4
El soldado pensó:
Si oye que los explotadores vienen,
puede que estando solo enfermo se levante.
Quizás venga con muletas.
Quizás haga que lo traigan
pero se levantará y vendrá
para luchar contra lose explotadores.
 

5
El soldado sabía que Lenin
había peleado toda su vida
contra los explotadores.
 

6
Cuando terminaron de tomar por asalto
el Palacio de Invierno, el soldado
quiso regresar a su hogar, porque allí
se habían repartido ya las tierras de los propietarios.
Entonces Lenin le dijo: Quédate.
Todavía hay explotadores.
Y mientras hay explotación
hay que luchar contra ella.
Mientras tu existas,
tienes que lucha contra ella.
 

7
Los débiles no luchan. Los más fuertes
quizás luchen una hora.
Los que aún son más fuertes, luchan unos años. Pero
los más fuertes de todos, luchan toda su vida. Estos
son los indispensables."



El pensamiento de Vladimir fue siempre honesto y claro, inclusive en el único poema que sepamos escribió cuando estaba exiliado en Finlandia:

Desde el destierro

Borrascoso año fue aquel. Los huracanes sobrevolaban
el país entero.
Se desataban los nubarrones.
Sobre nosotros se precipitaba la tempestad
y el granizo y el trueno.
 

Heridas se abrían en los campos y en las aldeas
bajo los golpes del azote terrestre.
Estallaban los rayos,
los relámpagos redoblablan violencia.
 

El calor quemaba sin piedad,
los pechos estaban oprimidos
y el reflejo de los incendios alumbraba
las tinieblas mudas de las noches sin estrellas.


Trastornados los elementos y los hombres,
los corazones oprimidos por una inquietud oscura,
jadeaban los pechos en la angustia,
resecas las bocas se cerraban.
 

Mártires por millares han muerto
en las tempestades sangrientas.
Pero no en vano han sufrido ellos
lo que han sufrido y la corona de espinas.
 

En el reino de la mentira y de las tinieblas;
por entre esclavos hipócritas
Ellos han pasado como las antorchas
del porvenir.

Con trazo de fuego, con un trazo indeleble,
Ellos han grabado ante nosotros la vía del martirio,
 

Y en la carta de la vida han estampado
el sello del oprobio
sobre el yugo de la esclavitud
y la vergüenza de las cadenas.
 

El frío arrecia.
Las hojas se marchitan y caen.
Y cogidas por el viento se arremolinan
en una danza macabra.
 

Viene el Otoño gris y pútrido,
lagrimeante de lluvia,
sepultado de barro negro.

Y para los hombres la vida se hizo detestable y opaca.
 

Vida y muerte les fueron igualmente insoportables,
les rondaron sin tregua la cólera y la angustia.
Fríos y vacíos y oscuros sus corazones
como sus hogares.
 

Y de pronto, ¡la Primavera!
Primavera en pleno Otoño putrefacto,
la Primavera Roja descendió sobre nosotros, bella y luminosa,
como un presente de los cielos al país triste
y miserable,
como una mensajera de la vida.


Una aurora escarlata como una mañana de mayo
se levantó en el cielo empañado y triste;
el sol rojo, centelleante,
con la espada de sus rayos
perforó las nubes y se derruyó la mortaja de la bruma.


 Como el fuego de un faro en el abismo del mundo,
como la llama del sacrificio en el altar de la naturaleza,
encendido para la eternidad por una mano desconocida,
trajo hacia la luz a los pueblos adormecidos.


Rosas rojas nacieron de la sangre ardiente,
flores de púrpura se abrieron,
y sobre las tumbas olvidadas
trenzaron coronas de gloria.


Tras el Carro de la Libertad,
y blandiendo la Bandera Roja,
fluían multitudes semejantes a ríos,
como el despertar de las aguas con la primavera.


Los estandartes rojos palpitaban sobre el cortejo,
se elevó el himno sagrado de la libertad
y el pueblo cantó con lágrimas de amor
una marcha fúnebre para sus mártires.


Era un pueblo jubiloso,
su corazón desbordaba de esperanzas y de sueños,
todos creían en la libertad que venía,
todos, desde el sabio anciano hasta el adolescente.


Pero el despertar sigue siempre al sueño,
la realidad no tiene piedad,
y a la beatitud de las ensoñaciones y de la embriaguez
sigue la amarga decepción.


Las fuerzas de las tinieblas se agazapaban en las sombras
reptando y silbando en el polvo. Esperaban.
Y repentinamente hundieron sus dientes y sus cuchillos
en las espaldas y los talones de los valientes
los enemigos del pueblo, con sus bocas sucias,

bebían la sangre cálida y pura
cuando los amigos inocentes de la libertad,
agotados por penosas caminatas,
fueron cogidos de sorpresa, soñolientos y desarmados.


Se esfumaron los días de luz,
los reemplazó una serie interminable y maldita de días negros.
la luz de la libertad y el sol se extinguieron.
Una mirada de serpiente acecha en las tinieblas.


Los asesinatos crapulosos, los pogroms, el lodo de las denuncias,
son proclamados actos de patriotismo,
y el rebaño negro se regocija
con un cinismo sin freno.


Salpicado con la sangre de las víctimas de la venganza,
muertas de un pérfido golpe
sin razón ni piedad,
víctimas conocidas y desconocidas.


En medio de vapores de alcohol, maldiciendo, mostrando el puño,
Con botellas de vodka en las manos, multitudes de granujas

corren, como tropel de bestias,
haciendo sonar las monedas de la traición,
y bailan una danza de apaches.


Pero Yemelia, el pobre idiota,
a quien las bombas han vuelto más tonto y asustadizo, tiembla como un ratón,
y en su festón se pone con aplomo la insignia de los Cien Negros.


La risa lúgubre de los búhos y de las lechuzas
resuena en la oscuridad de las noches, 

anunciando la muerte de la libertad y de la alegría,
y un Invierno cruel, con la nieve tempestuosa,
viene del reino de los hielos eternos.


Con sus nieves espesas, semejantes a una mortaja blanca,
el invierno ha vuelto al gran país.
atando a la Primavera con cadenas de hielo,
el frío-verdugo ha dado muerte antes de tiempo.
 

Como manchas de barro, por aquí y por allá, aparecen
las pequeñas islas negras de las aldeas miserables sepultadas bajo las nieves.

El hambre junto a la miseria y al frío pálido
por doquiera se guarecen en las moradas apestosas.
 

A través de la llanura de nieve sin fin,
a través de las estepas, sin medida ni límite,
donde en el verano el viento ardiente trae consigo un calor tórrido,
aciagas borrascas de nieve van y vienen como blancos pájaros rapaces.
 

La tempestad aúlla como una bestia salvaje y de pelambre enmarañada,
precipitándose sobre cuanto conserve una gota de vida,
y vuela, con estrépito, como una terrible serpiente alada,
para borrar de la faz de la tierra todo rastro de vida.


La tempestad doblega a los árboles, quiebra los bosques,
amontona la nieve en las montañas heladas.
Los animales se han guarecido en sus cubiles.
Han desaparecido los senderos y el viajero es engullido sin dejar huella.

Magros lobos acuden, hambrientos,
yerran sobre los pasos de la tempestad,
feroces, la presa se arrebatan los unos a los otros,
aúllan a la luna, y todo lo vivo tiembla de espanto.


La lechuza ríe, el frio salvaje golpea las manos.
Ebrios, los demonios negros giran en torbellino
y hacen chasquear los ávidos labios: olfatean ellos una gran matanza
y esperan la señal sanguinolenta.
 

El hielo cubre todo, muerte en todas partes, todo yace yerto.
Toda vida pareciera esfumada,
una fosa común el mundo entero, una fosa única.
Ni siquiera las sombras de la vida libre y luminosa.


Pero es aún temprano para que la noche triunfe sobre el día,
para que la tumba celebre su fiesta de victoria sobre la vida...
Aún bajo cenizas se incuba la chispa.
La chispa que la vida reanimará con su soplo.


La flor de la libertad quebrada y deshonrada
ha sido pisoteada y muerta está por siempre.
Los negros se regocijan al ver aterrado al mundo de la luz,
pero en la tierra natal el fruto de esta flor ya espera en el subsuelo.


En las entrañas de la madre el grano milagroso
misterioso se conserva e invisible;
ha de ser alimentado por la tierra, se reanimará en la tierra,
para renacer a una vida nueva.


Llevará el germen ardiente de la nueva libertad,
fundirá la corteza de hielo, la resquebrajará,
crecerá y -árbol gigante- iluminará el mundo con su follaje rojo,
el mundo entero surgirá a su luz, y bajo su sombra congregará a todos los pueblos.


¡A las armas, hermanos!
¡La felicidad está cercana!
¡Coraje! ¡Al combate! ¡Adelante!
¡Despertad vuestros espíritus!
 

¡Expulsad de vuestros corazones el miedo cobarde y servil!
¡Estrechad vuestras filas!
¡Todos unidos contra los tiranos y los amos!
¡La suerte de la victoria está en vuestras poderosas manos de trabajadores!
 

¡Coraje! ¡Este tiempo de desgracias pasará rápido!
¡Levantaos como uno solo contra los opresores de la libertad!
La Primavera llegará ... se acerca ... ya viene.
¡La roja libertad, tan bella, tan deseada, camina hacia nosotros!


Autocracia, nacionalismo, ortodoxia,
ya demostraron irrefutablemente sus altas virtudes:
en su nombre se nos golpeaba, se nos ajaba, se nos golpea,
hasta con la sangre misma se castigaba a los mujiks,
se les quebraban los dientes,
se sepultaba a los hombres en los presidios, encadenados,
se saqueaba, se asesinaba,
para nuestro bien, según la ley,
para la gloria del Zar y la salud del Imperio,
los servidores del Zar daban de beber a los verdugos,
con el vodka del Estado y la sangre del pueblo
sus soldados regalaban a sus rapaces cuervos,

se daba de beber a los ejecutores de las altas órdenes.
 

Se alimentaba a sus cuervos rapaces
con los cadáveres aún tibios de los esclavos rebeldes
y con los cadáveres dóciles de los esclavos más fieles,

con una oración ardiente, son los servidores de Cristo
que regaban de agua bendita un bosque de horcas.


¡Hurra! ¡Viva nuestro Zar!
¡Con su nudo corredizo bien jabonado y mejor bendecido!
¡Viva el esbirro del Zar,
con su látigo, su sable y su fusil!


¡Soldados, ahogad vuestros remordimientos
en un pequeño vaso de vodka!
¡Disparad, valientes, sobre los niños y sobre las mujeres!
¡Matad el mayor número posible de vuestros hermanos para divertir al padrecito!


¡Y si tu propio padre cae bajo tus balas,
que se ahogue en su sangre, vertida por la mano de Caín!
¡Embrutecido por el vodka del Zar,
mata a tu propia madre, sin piedad!
 

¿A qué temes tú?
No es a los japoneses, a quienes tienes adelante.
No temes sino a tus prójimos, a tus propios familiares,
y ellos están del todo desarmados.


Una orden se te da, baila al Zar.
¡Sé como antes una bestia de carga, esclavo eterno,
Enjuga tus lágrimas con tu manga
y golpea el suelo con tu frente!

Oh, pueblo, fiel, feliz,
amado por el Zar hasta la muerte,
soporta todo y obedece hasta la muerte ...
 

Pero..¡Al fuego! ¡al látigo! ¡Golpead!
¡Dios: protege al pueblo,
poderoso, majestuoso!

¡Que nuestro pueblo reine, haciendo sudar de miedo a los zares!

Con su tropa sin gloria, nuestro Zar
está desencadenado,
con su jauría de servidores despreciados
los lacayos suyos se festejan
sin lavar la sangre de sus manos.
 

¡Dios: protege al pueblo
durante los días sombríos!
¡Y tú, pueblo, protege la Bandera Roja!

¡Contra la opresión sin límite!
¡Somos el azote de la policía!
¡Los tribunales de sentencias súbitas,
como las salvas de las ametralladoras!
 

¡Castigos y fusilamientos,
horrible bosque de horcas
para castigar vuestras rebeldías!

Colmadas están las prisiones,
los deportados sufren infinitudes,
las salvas desgarran la noche,
los buitres se han saciado.
el dolor y el duelo
se extiende sobre el país natal.
 

¡Ni una familia ajena al sufrimiento!
Festeja con tus verdugos,
déspota, tu banquete sangriento,
¡roe, Vampiro, la carne del pueblo,
con tus perros insaciables!

¡Siembra, Déspota, el fuego!
¡Monstruo, bebe nuestra sangre!
 

¡Levántate, Libertad!
¡Flamea, Bandera Roja!

¡Vengaos, castigad,
¡torturadnos una última vez!
 

¡La hora del castigo está cercana!
Ya llega el tribunal. ¡Sabedlo!

¡Por la libertad
iremos a la muerte, a la muerte,
tomaremos el poder y la libertad,
y la tierra será del pueblo!


¡En el combate desigual
cayeron víctimas sin nombre!
por el trabajo libre,
sus miradas llamean de amenazas.


¡Repica hasta el cielo,
eterno carillón del trabajo!
Golpea, martillo, golpea por siempre.
¡Pan! ¡Pan! ¡Pan!


¡Marchad, marchad, campesinos!
Vosotros no podéis vivir sin la tierra.
¿Os estrujaron los señores,
os oprimirán aún por mucho tiempo?


¡Marchad, marchad, estudiantes!
Muchos de vosotros serán segados en la lucha.
¡Cintas rojas envolverán
los ataúdes de los que hayan caído!


¡Marchad, marchad, hambrientos!
¡Marchad, oprimidos!
¡Marchad, humillados,
hacia la vida libre!

El yugo de las bestias reinantes
es nuestra vergüenza.
 

¡Expulsemos a las ratas de sus madrigueras!
¡Al combate, proletario!
¡Abajo todos los males!
¡Abajo el Zar y su trono!
 

Ya brilla la aurora de la libertad estrellada
y expande su llama.

Los rayos de la felicidad y de la verdad
aparecen ante los ojos del pueblo.
 

El sol de la libertad
nos iluminará a través de las nubes.

La canalla del Zar,
"¡Bajo las patas de los caballos con ellos!",
 

Dirá la poderosa voz del toque a rebaño
glorificando la libertad.
Destruiremos las bóvedas de las prisiones.
La justa cólera está rugiendo,
 

La bandera de la liberación
conduce a nuestros combatientes.

Tortura a la Okhrana,
látigo, cadalso, ¡abajo!
 

¡Desencadénate, combate de hombres libres!
¡Muerte a los tiranos!

Extirpemos de raíz
el poder de la autocracia.
 

¡Morir por la libertad es un honor;
vivir en las cadenas, una vergüenza!


Echemos por tierra la esclavitud,
la vergüenza del servilismo.
¡Oh, libertad, danos
la tierra y la independencia!



Extracto del discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, en la solemne conmemoración del Centenario natalicio de Lenin, efectuada en el teatro "Chaplin" de La Habana, el 22 de abril de 1970.

"(...) Lenin es de esos casos humanos realmente excepcionales. La simple lectura de su vida, de su historia y de su obra, el análisis más objetivo de la forma en que se desenvolvió su pensamiento y su actividad a lo largo de su vida, lo hacen en realidad ante los ojos de todos los humanos, un hombre verdaderamente -repito- excepcional.

Tuvo un maestro, que fue el fundador del marxismo. Dos maestros, sería mejor expresar: Carlos Marx y Federico Engels.

Nadie como él, fue capaz de interpretar toda la profundidad y toda la esencia y todo el valor de la teoría marxista. Nadie como él fue capaz de interpretar esa teoría y llevarla adelante hasta sus últimas consecuencias. Nadie como él, fue capaz de desarrollarla y de enriquecerla en la forma en que él lo hizo.

Cuando Lenin era apenas un niño, ya figuraban en la historia de las doctrinas revolucionarias y en la historia del marxismo una serie de lumbreras filosóficas y políticas, una serie de famosísimos intérpretes de las doctrinas de Marx; cuando prácticamente nadie había oído mencionar el nombre de Lenin. Muchas de aquella lumbreras que de una manera o de otra trataron de explicar, divulgar, desarrollar y aplicar las teorías de Marx, a lo largo de los años fueron opacadas por la figura y por la personalidad de Lenin en forma casi absoluta.

Porque Lenin fue desde el primer instante no sólo un teórico de la política, un filósofo de la política, sino un hombre de acción, un hombre de práctica revolucionarias constante e incesante, y a el correspondió desarrollar aquella doctrina y aplicar aquella doctrina en condiciones tan difíciles, que resulta verdaderamente imposible imaginársela en situaciones peores. (...)".

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