2 de julio de 2020

"LOS DÍAS DE LA COMUNA", UN LLAMAMIENTO A LA INSURRECCIÓN DESDE LA CONCIENCIA DE CLASE.

Por Esteban Zúñiga.



BERTOLT BRECHT.
"LOS DÍAS DE LA COMUNA"
UN LLAMAMIENTO A LA INSURRECCIÓN DESDE LA CONCIENCIA DE CLASE.
"Por primera vez en la historia, las calles de París son seguras, porque los banqueros, los recaudadores, los empresarios, los ministros, y los curas han emigrado. La ciudad es ahora habitable." (Bertolt Brecht. "Los días de la comuna").
En la obra de teatro "Los días de la Comuna" de BERTOLT BRECHT una de sus últimas obras teatrales y escrita entre los años 1945 y 1950, éste narraría los sucesos revolucionarios ocurridos en París entre los meses de enero y mayo de 1871; en una lucha heroica del pueblo de Patís, tras la caída del gobierno de Thiers, que había perdido la guerra ante Prusia y que huiría hacia Versalles en busca de refugio.
En esta obra sobre la Comuna de París, Bertolt Brecht nos mostraría el clima revolucionario que se respiraba en los barrios marginales de París; las contradicciones, acompañadas de buena fe, que surgirían en las asambleas del pueblo sublevado; la actitud de las milicias, el ejército y de aquellas mujeres y hombres que construían las barricadas...; y por supuesto, el punto de vista de los políticos de la República, de los grandes empresarios y hasta del Canciller alemán, que sólo se guiaban por el dinero y las beneficios, es decir, por el poder y el provecho personal.
A continuación vemos el poema "Resolución de los comuneros", poema que cierra el tercer acto de la obra teatral "Los días de la Comuna":
"RESOLUCIÓN DE LOS COMUNEROS"
-I-
"Considerando nuestra debilidad
ustedes hacen leyes para avasallarnos.
En el futuro, esas leyes no serán cumplidas
considerando que no queremos seguir siendo vasallos.
Considerando que ustedes entonces
nos amenazan con fusiles y cañones,
hemos acordado temerle, más que a la muerte
a ésta vida amarga que llevamos.
-II-
Considerando que nos quedamos con hambre
mientras permitamos que ustedes nos roben,
vamos a comprobar que sólo unas vidrieras
nos separan del buen pan que nos falta.
Considerando que ustedes entonces
nos amenazan con fusiles y cañones,
hemos acordado temerle, más que a la muerte
a esta vida amarga que llevamos.
-III-
Considerando que ahí están las casas
mientras ustedes nos dejan sin abrigo,
hemos acordado mudarnos a ellas
pues no estamos cómodos en estos agujeros.
Considerando que ustedes entonces
que nos amenazan con fusiles y cañones,
hemos acordado temerle, más que a la muerte
a ésta vida amarga que llevamos.
-IV-
Considerando que existe demasiado carbón
mientras nosotros sin carbón nos helamos,
hemos acordado ir a buscarlo ahora mismo
considerando que así podemos calentarnos.
Considerando que ustedes entonces
nos amenazan con fusiles y cañones,
hemos acordado temerle, mas que a la muerte
a esta vida amarga que llevamos.
-V-
Considerando que ustedes no consiguen
brindarnos un buen salario
nos hacemos cargo de las fábricas
considerando que sin ustedes podemos bastarnos.
Considerando que ustedes entonces
nos amenazan con fusiles y cañones,
hemos acordado temerle, más que a la muerte
a ésta vida amarga que llevamos.
-VI-
Considerando que no confiamos
en lo que siempre promete el gobierno,
hemos acordado bajo nuestra propia dirección,
hace feliz nuestra vida desde este momento.
Considerando que sólo obedecen a los cañones
-ustedes no podrán entender otro idioma-
nos vemos obligados, y eso si valdrá la pena
¡a enfilar contra ustedes los cañones!".
Versos en los que BERTOLT BRECHT nos muestra, una vez más, la frontal dialéctica entre el oprimido y el opresor, el explotado y el explotador, concluyendo con la búsqueda de la liberación, para lo cual es necesario relebarse.
Sumergidos en unas leyes que no están a nuestro servicio, en la falta de pan, en la precaria situación de la vivienda, en la falta de energía, en los malos salarios, en las falsas promesas de los gobiernos..., hemos decidido encontrar la justicia y la felicidad volviendo los cañones contra ustedes, los poderosos.
Versos que nos llaman a la insurrección, ante la hipócritas y falsas frases revolucionarias, y los cambios de la burguesía, que sólo habla de libertad, como la libertad de comercio, y del cambio de valores para mezclarla con la dignidad personal, lejos de las realidades y las carencias de una mayoría.
Sumidos en un neoliberalismo que cada día nos enseña como la lógica capitalista busca su permanentemente reproducción en lógicas basadas en políticas opresoras y explotadoras, y más, cuando se nos presenta como pensamiento único, aunque ello suponga una mayor precarización de la vida y de las necesidades para una existencia digna. Imponiendo una sustitución, más o menos acelerada, del Estado social, del Estado del bienestar por una sociedad, más tensionada, donde cada vez está más presente una exigua clase de privilegios y una clase de excluidos más latente y absoluta.
Una contradicción sólo superable con la asunción de la lucha de clases, que, a su vez, participa en otras luchas, como la vivienda, los salarios, la salud, la educación, .... Por lo que es de imperiosa necesidad recordar como en la Comuna de París, los excluidos tomarían por primera vez su futuro en sus propias manos, desde su condición de clase proletaria frente a las maneras políticas, económicas y sociales burguesas.
Por lo que necesitamos alcanzar, como manifestaría V. I. Lenin hace casi 120 años, una conciencia política de clase que nos impela a hacernos "eco de "todos" los casos de arbitrariedad y opresión, de violencia y abusos de toda especie ..." y las diversas manifestaciones de injusticia que tienden a ser vistas como algo inevitable y sin alternativa posible alguna:


"La conciencia de la clase obrera no puede ser una verdadera conciencia política, si los obreros no están acostumbrados a hacerse eco de "todos" los casos de arbitrariedad y opresión, de violencia y abusos de "toda especie, cualesquiera que sean las clases" afectadas; a hacerse eco, además, desde el punto de vista socialdemócrata, y no desde ningún otro. La conciencia de la clase obrera no puede ser una verdadera conciencia de clase si los obreros no aprenden, a base de hechos y acontecimientos políticos concretos y, además, necesariamente de actualidad, a observar "a cada una" de las otras clases sociales, "en todas" las manifestaciones de la vida intelectual, moral y política de esas clases; si no aprenden a aplicar en la práctica el análisis materialista y la apreciación materialista de "todos" los aspectos de la actividad y de la vida de "todas" las clases, capas y grupos de la población." 
(V. I. Lenin. "¿Qué hacer? (Problemas candentes de nuestro movimiento)". Escrito entre finales del años 1901 e inicios de 1902).

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