22 de octubre de 2010

Éxito de la Huelga General, y ahora ¿Qué hacemos?

Extraído de unionproletaria.net



La huelga general ha sido una respuesta lógica y sobrada de razones ante los continuos y reiterados ataques del gobierno contra los derechos de los trabajadores. Sin embargo, muchas han sido las zancadillas que hemos tenido que esquivar a lo largo del camino preparatorio a esta movilización:

- Una feroz campaña de desprestigio y criminalización contra los sindicatos en todos los medios de comunicación, propiedad de grandes grupos empresariales. Ninguno ha dado voz a los trabajadores; debemos exigir, pues, la democratización de ese supuesto "cuarto poder" que ha dado una visión de la huelga tan sesgada y manipulada.

- La actitud mafiosa de muchos empresarios que coaccionaban a los obreros con contratos más precarios, obligándoles a ir a trabajar el día de la huelga bajo la amenaza del despido (cada vez más fácil y barato con la nueva reforma laboral)

- El escasísimo apoyo a la huelga por parte de los grupos políticos parlamentarios, dejando claro que defienden los intereses de unos pocos poderosos (oligarquía financiera) y no los de la gran mayoría de la población que les votó.

- La actitud equivocada de algunos pequeños sindicatos que, intentando dar un mayor impulso a las movilizaciones, han sembrado división y por tanto debilidad en el movimiento obrero, favoreciendo inconscientemente los intereses de la patronal.

- El error de muchos autónomos y pequeños empresarios que se alinearon con la gran patronal, sin comprender que sus ventas disminuirán con el empobrecimiento de los trabajadores.

Aún con todo esto en contra, la clase obrera consiguió:

- Que el ataque contra nuestros salarios, pensiones, despidos... no les haya salido gratis al gobierno y a la patronal. Una movilización de estas características siempre tiene una repercusión económica y política importante.

- Garantizar con un gran número de piquetes informativos que muchos trabajadores que habían sido coaccionados por su patrón para ir a trabajar pudieran ejercer libremente su derecho a la huelga.

- Dinamizar toda la estructura de los sindicatos después de tanto tiempo sin movilizaciones importantes, logrando una implicación en las asambleas, piquetes, manifestaciones...no sólo de delegados y dirigentes sino de afiliados y simpatizantes.

- Despertar a la lucha a grandes masas de trabajadores, incluida una multitud de jóvenes para los que era su primera Huelga General y fortalecer los vínculos entre distintos sectores laborales demostrando la fuerza que tiene actualmente la clase obrera.

- Un éxito de participación, aun en las condiciones claramente desfavorables en que se desarrollaba la movilización, hubo sectores como la industria o construcción donde hubo prácticamente un paro total y en general alrededor del 70% de los trabajadores secundaron la huelga. En las masivas manifestaciones celebradas en todas las ciudades españolas, centenares de miles de personas exigieron al gobierno la retirada de la nueva reforma laboral así como de todas las políticas dictadas por el gran capital que empobrecen y empeoran las condiciones de vida de los trabajadores y las capas populares.

Después de la actitud del gobierno, negándose a rectificar, debemos:

- Aprovechar la inyección de moral que el éxito de esta huelga ha supuesto para el conjunto de la clase obrera y unidos: sindicatos, organizaciones políticas de izquierdas, movimientos sociales, asociaciones de vecinos, estudiantes...elaborar un calendario de movilizaciones continuadas que no cese hasta lograr los objetivos marcados: retirada de la reforma laboral y todas las políticas anti-obreras.

- Seguir desarrollando el debate para que todos juntos, delegados, afiliados y simpatizantes, nos dotemos de los argumentos que podamos emplear para contrarrestar la campaña de desinformación e intoxicación de la gran patronal con sus medios de comunicación, fomentemos una actitud crítica ante las informaciones que aparecen en los mismos y convencer a la totalidad de los trabajadores y sectores populares de la necesidad de sumarse a nuestra justa lucha.

- No perder la ocasión de reorganizarnos, hacer autocrítica para mejorar aquellos aspectos donde aún somos más débiles o donde el trabajo realizado no está dando sus frutos y buscar la mejor fórmula para darle continuidad a la lucha. De lo contrario, los ataques a las condiciones de vida de los trabajadores irán a más.

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