
Por Alexandr Neukropny. Traducción N. G.
El 2 de agosto de 1933 se inauguró oficialmente el Canal Mar 
Blanco-Báltico que llevó el nombre del camarada Stalin, y que entró en la 
memoria de decenas de millones de nuestros compatriotas como Canal del 
Mar Blanco, también gracias a una marca de cigarrillos súper popular. 
Para algunos, esta construcción es una de las primeras victorias 
significativas de la URSS, de la construcción socialista y un símbolo de 
esos éxitos verdaderamente fantásticos que se lograron en su proceso. 
Para otros, este es solo uno de los “horribles crímenes estalinistas” 
que marcó el “nacimiento del monstruoso Gulag” y lanzó al “trabajo 
esclavo” que supuestamente construyó la Unión Soviética.
Dio la casualidad de que con el Belomorkanal y la historia de su 
construcción, se asocia con una gran cantidad de cuentos diversos, leyendas 
orales, que han entrado en la conciencia pública con tanta firmeza, que 
todos a priori las perciben como verdades inmutables, y, por supuesto, 
"negativas". 
Mitos, que en su gran mayoría han sido engendrados en un determinado espacio de tiempo, y continúan machacónamente, produciéndolos los caballeros defensores del capitalismo, llamados liberales. 
En fin, trateré de analizar al menos los cuentos más comunes sobre el 
Canal del Mar Blanco, mientras intentamos, como de costumbre, separar la
 verdad de las mentiras, "el grano de la paja" y las posturas verdaderas por
los hechos realmente probados.
Un Gran Canal sin sentido ...
Uno
 de los mitos más difundidos (y francamente adorados por los señores 
liberales) sobre el Canal del Mar Blanco es que supuestamente era su 
construcción "completamente sin sentido", y la vía fluvial obtenida 
como resultado de un trabajo titánico era "inútil". 
 
Lo más sorprendente 
es que los personajes que defienden este punto de vista se refieren nada
 menos que al camarada Stalin, ¡a quien ellos odian tan devotamente! Cómo, 
fue él quien, con fastidio, dejó caer las definiciones anteriores 
durante un viaje de inspección a lo largo de un canal apenas abierto, 
realizado en compañía de Kliment Voroshilov, Sergei Kirov y el Comisario
 del Interior del Pueblo Genrikh Yagoda. 
 
Iosif Vissarionovich 
supuestamente pensó que el canal "de alguna manera era estrecho y poco 
profundo", enfadado de corazón pero apoyándolo ¡Puro disparate! 
 
Si Stalin no hubiera examinado los resultados de la construcción, no 
habría ortorgado órdenes para ellos (6 Órdenes de Lenin, 8 Órdenes de la 
Estrella Roja y 15 Órdenes de la Bandera Roja del Trabajo), sino algo 
completamente diferente... Y no habría aprobado una amnistía para decenas 
de miles de miembros de la construcción, abandonando los uniformes de 
prisioneros, sino fuera porque estuviesen realizando una buen trabajo. Y por 
cierto, evidentemente no le habría dado a este "canal desafortunado" su 
propio nombre. Iosif Vissarionovich categóricamente no aprobaba un
estúpido gasto de recursos humanos y dinero.
Sin
 embargo, algunos "hombres prominentes liberales" van más allá en sus 
fabricaciones y declaran que nadie necesitaba  en absoluto el Canal del Mar Blanco, y lo realizaron exclusivamente para "exterminar a la mayor 
cantidad de gente posible" con el pretexto de "despejar mano de obra". 
 
Pues bien, consideraremos el tema del "exterminio" en detalle un poco más 
adelante, pero por ahora hablemos del significado práctico del Canal del
 Mar Blanco. 
 
 
El país no solo lo necesitaba, ¡era vital! 
 
Trazado del canal Mar Blanco-Báltico.
Durante la Gran 
Guerra del Norte, Pedro I habló de la gran necesidad de una ruta que 
conectara los mares Báltico y Blanco, por lo que en su tiempo las 
fragatas eran arrastradas al lago Onega desde el mar Blanco. Debo 
decir que bajo los herederos del primer zar-emperador, el asunto no avanzó 
mucho: muchos inteligentes científicos, como Franz de Vollan y el conde 
Alexander Benckendorff, se presentaron con varios proyectos, pero ahí quedaron sin respuesta. 
 
El plan para la construcción del
 Canal Mar Blanco-Báltico, presentado en la Exposición Universal de 
París por el profesor Vsevolod Timónov, despertó la admiración general y
 fue galardonado con su medalla de oro, sin embargo, como de costumbre, 
“murió” en el Palacio de Invierno. Las inversiones por la falta de 
voluntad para iniciar el proyecto de construcción en "lugares salvajes y
 perdidos", fue la trampa en la que se encontró en 1915 la Flota del 
Báltico, fuertemente encerrada en Kronstadt. Sin embargo, esto no animó a
 San Petersburgo a tomar medidas reales. Para su implementación de un
proyecto, de gran importancia para nuestro país, tanto desde el 
punto de vista militar-estratégico como económico. Desde este punto de vista, fue absolutamente necesaria desarrollar la Revolución de Octubre, la gestión bolchevique y el camarada Stalin.
... ¿Despiadado?
Otra
 afirmación desafinada, manidamente dicha con respecto al Canal del Mar 
Blanco: que fue construido casi con las manos desnudas. Pero esto solamente es una verdad a medias. Porque la obra se realizó, removiendo la tierra no con clavos, sino con
 palas, picos y palancas, especialmente usando dinamita en la voladura 
en las áreas difícil acceso. Pero no pudo haber excavadoras, 
hormigoneras, grúas o cualquier otro artilugio en estos lugares de  construcción. 
 
Insensatos vuelven a argumentar por este hecho, que se considere como una manifestación de
 las "atrocidades de Stalin": ¡dicen que obligó como un monstruo, a martillar 
el suelo helado a mano! Siento contradecirles, pero en el momento del inicio de la 
construcción (1931) no había ningún equipo de construcción. ¡en la URSS prácticamente no existían! 
 
Empezaba la industrialización, y era muy problemático comprar esas mismas excavadoras 
en el extranjero: nadie en Occidente quería comerciar con la URSS. ¿Y 
quién arrastraría ese equipo comprado a precio de oro, llevado a tierras realmente 
salvajes y en el sentido más literal de la palabra, intransitables, donde 
inevitablemente sería abandonado instantáneamente? Y, por cierto, ¿cómo 
iban a llevarlo allí, en ausencia de carreteras? 
 
Ya sé, que se escuchan 
los aullidos del campo liberal: "¡O sea se preferían no destruir máquinas, 
sino personas!" Mas bien, vayamos por partes. Hablemos, finalmente, de los 
"abandonados". No ocultaré el placer de mencionar, que en los escritos 
de algunos de estos "historiadores", sin remordimientos de conciencia, dicen que
alrededor de 300 mil fueron los "torturados inocentemente en una obra infernal". 
Pues bien... ... ¿Qué ocurrió realmente?
Me veo obligado una 
vez más a decepcionar a los partidarios de los desvaríos sobre las 
"hecatombe de Stalin": trescientos mil no es solo una cifra ficticia, 
sino completamente imposible. Por la sencilla razón de que solo de 64 a 
108 mil personas trabajaron en el Canal del Mar Blanco en diferentes 
años. 
 
Sí, casi todos fueron presos, condenados por determinados delitos, y 
no acudieron a la construcción de forma voluntaria. Posteriormente, 12 
mil de ellos quedaron en libertad. Aproximadamente 60 mil por este trabajo de choque "acortaron" drásticamente su tiempo de condena. Además, esto 
se hizo, lo que fue una constumbre desde entonces, literalmente como premio, al día siguiente de la apertura
 del canal, el 4 de agosto. 
 
Entonces, ¿quién fue perdonado y cuántos perdieron la vida? 
¿Cuantos cadáveres congelados? Por supuesto cifras muy lejanas a las mencionadas. Las cifras son absolutamente exactas 
sobre las "víctimas del Canal del Mar Blanco": en 1931, menos de mil 
quinientas personas fallecieron, en 1932 alrededor de 2 mil. La tasa 
de mortalidad aumentó drásticamente en la etapa final de la 
construcción, en 1933, cuando llegó a 8.870 personas. En total, alrededor de 12 
personas fallecieron al día durante la construcción. 
 
¿Parece mucho entonces? Pero singularmente era un tipo de trabajo que había que realizar en ese momento. Y no ocurrió ¡Solamente en la Unión Soviética! 
Antes de familiarizarnos con la siguiente parte de la historia, 
recomiendo que los testigos de la secta de los "santos valores 
democráticos y la Gran América" fortalezcan su espíritu, pues 
se enfrentarán a la disonancia cognitiva más severa, que corre el riesgo de 
convertirse en un choque cultural completo.
Mayor Logístico de División Frenkel y sus ayudantes del Canal
Sí,
 contra la construcción del Canal Mar Blanco-Báltico, se inventaron cientos 
de miles de bulos sobre los condenados. Por cierto, aquí no se puede 
ignorar un punto más: el rumor popular atribuye la aparición de este 
término "canalizadores", a la construcción del Canal del Mar Blanco. Зк es una 
abreviatura de "soldado prisionero del canal". Es muy posible que así 
fuera, pues los que trabajaban en esta obra no estaban unidos en los 
habituales destacamentos "Zon", sino en empresas y "falanges" con su 
"sede". Lo sabemos, gracias a las cartas de agradecimiento, pasando por la sistemática exposición de Pancartas de Choque y demás
 consignas inherentes más probablemente a un ejército que a un pelotón de prisioneros. 
 
Frenkel (primero por la derecha) en las obras del Canal Mar Blanco.
Toda
 esta hermandad fue liderada por un hombre, que verdaderamente es hoy una de 
las figuras más llamativas y, no temo a argumentos que esta definición da con tintes fantasmagóricos, que es propio de esa época: Naftaly Frenkel. Esta personalidad está 
envuelta en leyendas y mentiras. En uno de estos libelos dedicados al 
Canal del Mar Blanco, por ejemplo, me encontré con una afirmación de que
 "después de la finalización de la construcción del canal, se pierden 
sus rastros, probablemente fusilados por los chekistas en 37". Me 
apresuro a decepcionarlos: en 1937, el camarada Frenkel recibió el rango de
Mayor Logistico de División, y continuó su servicio a la 
Patria, por lo que más tarde recibió tres Órdenes de Lenin, la Orden de 
la Bandera Roja del Trabajo, la Estrella Roja y el grado de teniente 
general. Murió pacíficamente en 1960 y fue enterrado en Moscú. El ex 
contrabandista y aventurero de Odessa, comenzó su camino en esta obra
con lo mismo que sus futuros subordinados: un período sustancial de rebaja de condena 
(que remplazó a su sentencia de muerte) y liberación de la prisión.
Fue él, de hecho, cumpliendo condena en uno de los 
campos de trabajo más severos de la URSS, Solovetsky, quien logró transmitir en las 
mentes de los "cuidadores responsables" la idea de que los prisioneros 
pueden y tenían que ser utilizados para trabajos socialmente útiles... Al 
menos para tener algo con que con normalidad, mejor alimentarlos. 
 
Comenzó en 1924 
con la construcción de baños en Solovki, salvando así a los "condenados" a liberarse
localmente del tifus; y ya en 1930 dirigió el Departamento de Trabajo y Producción, de los Campos de Internamiento, supervisados por la OGPU en la URSS. La construcción del Canal Mar Blanco-Báltico a 
manos de los prisioneros, fue sin duda, una idea suya. Y fue una idea realizada 
brillantemente. 
 
Oh, sí, les prometí un choque cultural con los "señores 
liberales", ¿no? Disculpense. Antes de gritar sobre los "horrores del Canal 
del Mar Blanco", les pido que recuerden que exactamente pasaba en los mismos 
años (de 1929 a 1933) en la Gran Depresión que estaba arrasando los Estados 
Unidos. Sus contrapartes a los Campos de Internamiento y Trabajo, se denominaban Administración de 
Obras Públicas (WPA) y Administración de Obras Civiles (CBA). Durante el
 período de tiempo mencionado, al menos 4 millones (¡y no 100 mil!) de 
estadounidenses pasaron por ellos, trabajando, por regla general, en 
condiciones nada mejores, si no peores, que los constructores del Canal 
del Mar Blanco. 
 
¿Saben cuál fue la principal diferencia entre ellos? 
¡Estos ciudadanos estadounidenses no eran criminales convictos! 
Simplemente no tenían trabajo, y la WPA literalmente los obligó a ir a 
campos de trabajo.
El regalo de Stalin a la Rusia actual
Las
 cifras sobre la mortalidad de este "ejército laboral" estadounidense, es
uno de los secretos de estado mejor guardados de los Estados Unidos, 
pero lo más probable es que simplemente no se hayan contado (a 
diferencia de la URSS). 
Dado que algunos investigadores estiman que el 
número total de alrededor de 8 millones de trabajadores murieron durante la Gran 
Depresión, la escala aproximada no es tan difícil de calcular. 
Comprueben, como ellos mismos dicen, la gran diferencia entre el "totalitarismo brutal" de la 
URSS y la "democracia floreciente" de Estados Unidos. 
En nuestro país, 
los condenados trabajaron en condiciones más difíciles, ganándose 
así la libertad, las de ellos, pobres personas "libres", encadenadas sin redención ni condenas, trabajaron como
 prisioneros... 
Sin embargo, todo esto de ninguna manera impide que 
los inquietos antiestalinistas vomiten cada vez más insinuaciones y 
arroyos de mentiras. Tenemos que ir a todos los embustes obvios (como que el
 número de "torturados" eran tres veces más que el número de trabajadores). Alguien 
garabateó simples tonterías como que "la ración en la obra consistía en 500 gramos
 de pan y gachas de algas".  
Todo esto a pesar del hecho que
las normas alimentarias en la construcción estaban estrictamente 
diferenciadas, dependiendo del celo laboral y, en consecuencia, la 
producción. Aquellos que cumplieron y excedieron la norma comieron más 
de lo normal. La mayor parte de los muertos no fueron víctimas del 
hambre y el trabajo agotador, sino de enfermedades infecciosas que son 
inevitables en tales condiciones. ¿Estuvieron sin tratamiento? No fue así. En ese caso, todos 
hubieran muerto. Aunque, no olvidemos la diferencia en el nivel de la medicina del 
presente y los años 30 del siglo XX.
El papel desempeñado por el Canal del Mar Blanco para la URSS se 
evidencia por el hecho de que solo su construcción permitió deshacerse 
del control británico-noruego de este Mar Blanco. Hasta ese momento, los 
cazadores furtivos y contrabandistas de estos países reinaban allí, 
operando abierta y descaradamente al amparo de sus buques de guerra. Las
 focas fueron diezmadas, golpeadas, pescaban lo que querían. 
Cuando nuestros guardias fronterizos intentaron intervenir, los 
acorazados enemigos intervinieron, con su insolencia llegando al punto 
de bombardear el territorio de la URSS. Las gestiones diplomáticas de 
nuestro país sobre este tema fueron simplemente ignoradas por Oslo y 
Londres. Actuaron por la imposición del derecho de los poderosos ladrones... 
Duró exactamente 
hasta el 6 de agosto de 1933, cuando la "Expedición de Propósito Especial" llegó a Murmansk desde Kronstadt, arribando los destructores "Uritsky" y
 "Kuibyshev", las patrulleras "Uragan" y "Smerch", los submarinos 
"Decembrist" y "Narodovolets". El descarado robo terminó de una vez por 
todas. 
Además, la presencia del Canal del Mar Blanco puso fin a los 
planes anglo-franceses de desembarcar tropas en territorio soviético en 
1939 durante la "Guerra de Invierno". Esto sin mencionar su importancia 
económica. En las últimas décadas, el Canal del Mar Blanco-Báltico no se
 puede clasificar como una de las vías fluviales más transitadas de 
Rusia. Sin embargo, en el desarrollo futuro del Ártico, su papel puede 
resultar muy significativo. 
¿Se va a dar las gracias al camarada Stalin?  
 
Enlace original:
https://es.topcor.ru/21044-belomorsko-baltijskij-kanal-pravda-i-lozh-o-velikoj-strojke-stalina.html
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario