Enviado por Cuba Información. (Recogido de Cuba Debate, Granma y Juventud Rebelde).
En Cuba Debate. 
“El conocimiento de la historia  es primordial, tiene que 
ver con el futuro de la nación.  La historia  debe enseñarse como un 
proceso que ayude a entender la realidad. No se  trata de hacer un 
cuento, hay que verla como un proceso donde  intervienen factores 
económicos, internacionales, las luchas internas,  además de la 
expresión cultural”, afirmó la Doctora  Graziella Pogolotti durante su 
intervención en la Comisión de Atención a  la Juventud Niñez  y la 
Igualdad de Derechos de la Mujer de la Asamblea Nacional.
Cómo cautivar a niños y jóvenes para el estudio de la historia, la  
necesidad de insistir en un objetivo no conseguido aún, fue el primer  
tema de análisis, donde se evidenció que estamos “cosechando” los años  
en que la enseñanza de la historia no se priorizó y hay generaciones  
intermedias con un gran déficit de conocimientos en este sentido.
“Es fundamental que la gente  tome conciencia de que el 
triunfo de la Revolución Cubana es a partir de  un pensamiento de Fidel 
que conllevó no sólo el enfrentamiento al  tirano Batista, sino a una 
situación económica y social que existía en  el país”, agregó la Dra. Pogolotti.
Dijo que la historia más que la narración de un hecho es algo que  
puede hacer entender las contradicciones que se han producido, pues para
  José Martí no fue fácil constituir el Partido Revolucionario Cubano,  
teniendo en su contra el hecho de que era un intelectual que nunca había
  estado en la guerra.
“Mi propuesta, aseveró la Dra  Pogolotti, es que veamos el 
problema de manera integral con una intensa  preparación a maestros, 
vinculado a toda la sociedad”.
 
El Diputado Reydel Bernal reflexionó acerca de la importancia de cómo
  tratar este tipo de asignatura en la primaria donde el niño llega  
impoluto, ávido de aprender, y es ahí cuando debemos cautivarlos con  
anécdotas con cuentos que no tenemos que inventar y que al final tienen 
 muchos elementos que le son afines.
El enemigo, afirmó Bernal, pone sus símbolos patrios en los  
audiovisuales, los promueve y los respeta. Nosotros no podemos ni  
comprar una bandera, pues si la encuentras es a un precio inalcanzable.
Varias intervenciones coincidieron con que la historia es la columna 
 vertebral de la Revolución, y nuestros detractores utilizan los 
espacios  que dejamos abiertos para desmontar los elementos claves de 
nuestra  identidad nacional, tradiciones, cultura autóctona.
Susana Santisteban, Presidenta de la FEEM, comentó un proyecto que  
trata de atraer a jóvenes entre 14 y 18 años a que asistan a cursos de  
preparación en Estados Unidos donde se hablaría de la política en  
Estados Unidos y de las relaciones de ese país con Cuba. La intención  
está clara, ahí se dará una historia distorsionada, mientras nosotros  
seguimos perdiendo oportunidades.
Sobre la formación de los nuevos historiadores, Martha García de  
Jatibonico, Sancti Spíritus, recordó que a los estudios pedagógicos solo
  asisten los que menos puntos alcanzaron en el escalafón, y por lo  
general cuando se gradúan quieren irse a trabajar a otros lugares.
René González Barrios, Presidente del Instituto de Historia de Cuba, 
 reforzó la idea de que la historia es un tema de sobrevivencia de la  
nación cubana.
Dijo que es cierto que los jóvenes ven el Paquete Semanal,
  dejando a un lado la TV Nacional, que se dejan atrapar por videos  
juegos, pero la culpa no es de los jóvenes, ni del ministerio de  
Educación es de nosotros, afirmó, es de la sociedad. “Hay  que 
ver la historia en todos los sentidos: político, cultural  económico, 
social y sobre todo venerar más nuestros símbolos nacionales”.
Refirió René que en Estados Unidos hay lugares donde existen  
monumentos a personalidades de la historia de Cuba. En cada uno de ellos
  hay una bandera y se cultiva respeto y un especial cuidado por esos  
sitios.
“Hay que gastar recursos en  esto, dijo, porque he ido a La 
Demajagua, lugar histórico por excelencia  donde van turistas nacionales
 y extranjeros y ni un llavero, ni una  bandera, para llevar como 
recuerdo y como promoción”.
Luego de un largo debate, hubo consenso en que ha sido insuficiente  
el trabajo realizado en la enseñanza de la historia y que es preciso  
insistir en la preparación de los maestros.
La Comisión, de acuerdo con la importancia del tema, redactó una declaración final que traza un camino a seguir.
Contar la Historia como una aventura
Por Jesús Jank Cubelo en Granma.
Acerca de la enseñanza de la historia 
patria, se debatió este miércoles en la Comisión de Atención a la Niñez,
 la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, en el marco del 
periodo de sesiones de la Asamblea Nacional.
Acerca de la enseñanza de la historia patria, y las maneras de cautivar a niños y jóvenes con ella, se debatió este miércoles en la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, en el marco del periodo de sesiones de la Asamblea Nacional.
En la coyuntura actual, cuando algunos proponen que los cubanos 
olvidemos la historia, y se esfuerzan en marcar la diferencia entre la 
dirección histórica de la Revolución y las nuevas generaciones, se 
impone un análisis sobre cómo abordamos y enseñamos hoy la historia de 
nuestro país, dijo Aymara Guzmán Carrazana, presidenta de la 
Organización de Pioneros José Martí, al presentar el tema a los 
diputados.
Este asunto –explicó– ha sido abordado en varios procesos a nivel 
nacional, a través de intercambios realizados con estudiantes, maestros y
 directivos en cinco provincias del país, en los que se apreció cómo el 
sistema educacional ha concebido la actualización de estos temas para la
 formación ideológica de niños, adolescentes y jóvenes.
Al respecto, subrayó que el Ministerio de Educación desarrolla un 
proceso de perfeccionamiento, que implica la actualización de 
contenidos, bibliografías, medios y orientaciones metodológicas que 
sirven a los docentes para el cumplimiento de su responsabilidad para 
con las nuevas generaciones.
Resulta distintivo, asimismo, el incremento de actividades de 
divulgación y enseñanza de dicha asignatura en museos, sitios 
históricos, etcétera; así como también el trabajo en matutinos, círculos
 de interés y concursos pioneriles, que acercan estos temas a los 
educandos, manifestó Guzmán Carrazana.
Sin embargo, añadió que es necesario fortalecer el trabajo 
comunitario y con las familias; perfeccionar la labor en pos de lograr, 
en los alumnos, un mayor dominio de los símbolos patrios, de las 
biografías de los mártires de sus centros de estudio y los principales 
acontecimientos históricos de sus localidades; y garantizar que las 
bibliotecas posean libros especializados en ese sentido.
Se debe atender que muchos alumnos asumen el estudio de la historia 
de Cuba como un ejercicio de “aprender de memoria”, y no interpretan los
 contenidos; tanto como la falta de preparación y motivación de los 
profesores de la asignatura, pues la enseñanza de la historia es una 
responsabilidad compartida, y su alcance tiene un profundo carácter 
social, político e ideológico, refirió.
Este es un tema de primordial importancia, pues tiene que ver con el 
futuro de la nación, señaló,igualmente, la doctora GraziellaPogolotti, 
presidenta de la Fundación Alejo Carpentier.
Agregó que es necesario asesorarse con psicólogos especializados, 
para enfocar la historia de acuerdo con los distintos niveles de 
enseñanza. A los niños pequeños, por ejemplo, hay que identificarlos con
 los héroes cubanos, incluyendo elementos anecdóticos e imágenes, de 
modo que la historia les parezca una aventura, destacó.
El trabajo ideológico fundamental consiste en que la historia ayude a
 comprender la realidad que hoy vivimos; y verla como un proceso donde 
hay contradicciones, y en el que intervienen diversos aspectos 
(sociales, económicos, entre otros).
Durante el debate, Marta Uriarte García, diputada por Jatibonico 
(Sancti Spíritus), puntualizó que para enseñar historia hace falta una 
sola condición: ser un patriota. “Si hay que llorar en el aula, se 
llora; si hay que reír se ríe. Porque la historia hace falta sentirla. 
Podemos tener todos los soportes del mundo, pero la palabra del maestro 
es insustituible”,expresó quien ha impartido, por más de 30 años, esa 
asignatura.
 Fuente: Tele Sur
Si olvidamos el pasado estaremos hipotecando el futuro
Por Yuniel Labacena Romero, en Juventud Rebelde. 
Una declaración en defensa de la historia patria aprobó este miércoles en La Habana la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer del Parlamento cubano.
Una declaración en defensa de la historia patria aprobó este miércoles en La Habana la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer del Parlamento cubano.
Una declaración sobre la importancia de conocer y defender la 
historia patria y la responsabilidad que en ello tienen las nuevas 
generaciones fue aprobada por los diputados que integran la Comisión de 
Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer, 
en su sesión de trabajo de este miércoles como parte de las actividades 
previas del 7º. Período Ordinario de Sesiones de la Octava Legislatura 
de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Luego de un profundo debate acercade la enseñanza de la Historia y 
cómo cautivar a niños, adolescentes y jóvenes, los diputados y diputadas
 aseguraron en su declaración que ante el llamado de algunos a que 
olvidemos el pasado, «defendemos la herencia legada por nuestros padres y
 abuelos y continuamos la obra de aquellos bisoños rebeldes que no 
dejaron morir al Apóstol en su centenario y nos regalaron una revolución
 victoriosa el 1 de enero de 1959».
En otra de sus partes, la Declaración reconoce que sin un pleno 
conocimiento de sucesos, contradicciones  y figuras que han impregnado 
una huella en la definición de la nacionalidad y nación cubanas, no 
podría entenderse el rumbo que hoy nos estamos proponiendo, para 
construir un socialismo próspero, sostenible y democrático.  Y es 
preciso recordar  a nuestro Héroe Nacional José Martí cuando, desde su 
inmensa altura ética, expresó: «la prosperidad que no está subordinada a
 la virtud avillana y degrada a los pueblos: los endurece, corrompe y 
descompone».
Por último, el documento aprobado por los parlamentarios fija 
posición de principios: «Las nuevas generaciones no defraudaremos la 
confianza depositada en nosotros. Con la guía de Fidel y Raúl seguiremos
 el sendero que nos conducirá a más verdades y  sueños realizados. Y lo 
haremos con la savia acumulada, el ejemplo de los héroes y mártires y la
 certeza infinita de que si olvidamos el pasado estaremos hipotecando el
 futuro».
 
 
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