19 de julio de 2016

Sicarios económicos y chacales políticos

Por José Gregorio Linares

sicarios

Un sicario es un asesino que ejecuta a sangre fría la orden de matar. Generalmente es pagado por bandas criminales vinculadas al narcotráfico y el paramilitarismo o por partidos políticos en estado de putrefacción. Ahora bien, un sicario económico es un delincuente de cuello blanco que no lleva armas de fuego sino computadoras; pero las consecuencias de sus actos son letales para cualquier nación o pueblo que acate sus recomendaciones. 

 Es un consultor financiero de alto nivel al servicio de la “corporatocracia” y de las grandes potencias. Su propósito es garantizar el sometimiento de los Estados soberanos a las trasnacionales, y arrebatarles sutilmente los recursos. En el libro “Confesiones de un sicario económico” John Perkins describe el modus operandi de estos esbirros de la economía.

El primer paso consiste en crear una matriz de opinión que haga creer a los gobernantes que los graves problemas económicos que padece el país se resuelven mediante créditos de la banca internacional. Luego, el FMI o el Banco Mundial otorgan los préstamos, pero cuidan que los intereses sean lo suficientemente elevados como para que se haga imposible el pago de la deuda contraída. De este modo la nación deudora se convierte en morosa y queda a expensas de los prestamistas. Es allí donde intervienen directamente los sicarios económicos…canjean deuda por soberanía. Utilizan la astucia, el soborno y la corrupción. 

Se convierten en interlocutores autorizados de las corporaciones y en silenciosos verdugos de las naciones morosas: le proponen la reducción de los precios de sus materias primas, una mayor cuota de ganancia para las trasnacionales que negocian con el Estado, restricciones en la legislación ecológica y laboral para maximizar la utilidad, privatización de las empresas públicas, una política de puertas abiertas a las empresas extranjeras y la disminución de los gastos sociales dirigidos a beneficiar al pueblo. Al mismo tiempo se aseguran una alineación incondicional, en los organismos internacionales, del Estado deudor con la política exterior de la potencia acreedora.

En el caso de que los gobiernos deudores se nieguen a aceptar las “peticiones” de los sicarios económicos, aparecen los chacales políticos. Su labor consiste en fomentar un clima de inestabilidad mediante alianzas con la oposición interna para provocar golpes de Estado, y sustituir los gobiernos díscolos por regímenes dóciles y entreguistas. Generalmente recurren al magnicidio abierto o velado para lograr sus fines.

Esto fue lo que sucedió en 1981 en Ecuador donde murió en “accidente” aéreo el presidente Jaime Roldós quien se enfrentaba a los consorcios yanquis; y en Panamá donde Omar Torrijos reclamaba el canal para los panameños y también se mató en otro “accidente”. Es probablemente lo que ocurrió en Venezuela con el presidente Chávez.

Ahora John Perkins escribe un nuevo libro donde contará una experiencia inédita en la historia: la alianza de los sicarios narco paramilitares con los sicarios económicos y los chacales políticos para derrocar el gobierno democrático de Venezuela. 

Nunca se habían coaligado tantas fuerzas del mal para acabar con una nación. Pero las hienas y sus jaurías no podrán derrotar al irreverente pueblo de Bolívar.

¡En este difícil trance, venceremos!

Fuente:

Barómetro Internacional
 

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