22 de diciembre de 2013

Mi Stalin

Por E. V. Kurchavov, miembro del comité ejecutivo de Chelyabinsk, de la Rama Regional del Comité de Unificación de las Organizaciones Comunistas. Traducción Igor T.


El 21 de diciembre se conmemora el 134 º aniversario del nacimiento de José Stalin. 

Para mí, él es ante todo un dedicado comunista y un defensor de su país, el más grande estadista, y un prominente político de importancia mundial. Su ejemplo es una muestra de equilibrio, honestidad, y coraje. Pensando en él, sobre su papel en la historia de nuestro país, le veo como a un hombre a quien el destino le puso sobre los hombros una pesada carga, y que, al parecer, realizó lo que una docena de revolucionarios no podían conseguir. 

En 1898, a 19 años de edad Dzhugashvili entra en la organización de Tiflis del POSDR. Al final de su vida fue fiel a su elección. Embarcado en el camino de la lucha política, de inmediato se incorporó a la agitación y propaganda, un trabajo práctico en las luchas del Cáucaso, huelgas organizadas, huelgas políticas, mítines. Sujeto a múltiples detenciones y celadas, cada vez que salía pasaba a la clandestinidad. Y sólo cuando es detenido en Turuhanskogo obligan a Iosif Visarionovich a exiliarse en 1913, siéndole imposible escapar. Liberado del exilio en Turujansk, después de la revolución de febrero en marzo de 1917, Stalin llega a Petrogrado, donde se convirtió en uno de los líderes de la Gran Revolución Socialista de Octubre. 

Desde el comienzo de la lucha en la Guerra Civil se le envía a las zonas más difíciles. En 1918, en la peor situación en el frente sur, existía el peligro de que no llegasen el suministro de alimentos a Moscú y Petrogrado desde las regiones del sur del país. Stalin con Voroshilov es enviado a Tsaritsyn para organizar la defensa de la ciudad, desempeñando un papel clave para asegurar el suministro de grano en el Volga. Y defendió Tsaritsyn, después de haber derrotado tres ofensivas de las terribles tropas cosacas del general blanco P. N. Krasnov, previniendo el hambre y la muerte inminente de la joven república soviética. 

En el otoño de 1919 amenazaban la captura de Petrogrado las tropas blancas del general N. N. Yudenich. Y una vez más, para la organización de la lucha el partido revolucionario de Petrogrado envía a I. V. Stalin, que hace frente con éxito la misión. Son rechazadas las ofensivas de las tropas de Yudenitch, derrotando a su ejército, el cual dejó de existir. Con éxito actuó Stalin como en el frente sur, superando las intrigas de Trotsky y sus secuaces. Tras la muerte de Lenin, pasó el difícil camino de la lucha contra los trotskistas y los oportunistas de derecha de todas las tendencias. Stalin se convirtió en el artífice de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Plenamente consciente de que la URSS, sin una industria fuerte y una desarrollada agricultura era imposible enfrentarse al imperialismo mundial; por ello instiga con su habitual perseverancia y constancia, el campo difícil de la industrialización y la colectivización. 

Solamente con dos planes quinquenales anteriores a la guerra, en el país se construyeron miles de empresas estatales, hidroeléctricas poderosas, trazando muchos kilómetros de vías férreas y carreteras, creando granjas colectivas y estatales. Se prestó gran atención a la revolución cultural. Rusia, se convirtió en la Unión Soviética, de un país analfabeto y agrícola atrasado se transformó en una potencia industrial. ¡Esta es la gran hazaña de su liderazgo y de su población! 

En vísperas de la Gran Guerra Patria, Stalin hizo todo lo posible para establecer un frente antifascista mundial. Sin embargo, como resultado de la política de doble juego de los países occidentales, este frente no pudo ser creado. La Unión Soviética se quedó sola contra la Alemania nazi, y para retrasar el comienzo de la guerra, se vio obligada a firmar un tratado de paz. Este tratado dio al país dos años para la restructuración industrial y la reorganización del Ejército Rojo. Desde el comienzo de la Gran Guerra Patria, en un corto plazo de tiempo fueron evacuados a los Urales y Siberia cientos de plantas que para el otoño, a menudo al aire libre, empezaron a producir material militar. ¡Con la conciencia de clase ferrea, sus conocimientos y su autoridad, unió al pueblo de la Unión Soviética, para elevarlos a luchar contra los invasores! 

No importa cuán distorsionada esté hoy la historia contada, cuanto se mienta, o se desacredite al gobierno soviético y a la ideología de Stalin, pues gracias a su ejemplo es un hecho el heroísmo del pueblo soviético en la retaguardia y en el frente. La gente estaba defendiendo su tierra de manera consciente, y estaban dispuestos a morir para defender su hogar socialista. En las luchas más duras, defendió la independencia del Estado Soviético, consiguiendo todos juntos una gran victoria, que es difícil encontrar igual en la historia mundial. Y gran mérito de ella lo tiene Stalin. Rindiéndole homenaje, nos estremecemos al pensar en lo que sucederá a Rusia si tal juicio a su memoria es desoído por los actuales dirigentes. 

Pero hay una enseñanza para reflexionar. En ruinas, por la guerra, quedaron miles de ciudades y pueblos, fábricas, carreteras y puentes. Todo se tenía que restaurar o construir de nuevo. Bajo el liderazgo de Stalin se volvió a hacer frente a la tarea más difícil, en un corto periodo de cinco años. Sin embargo, las potencias imperialistas encabezadas por los EE.UU., amenazaron con la bomba atómica, desarrollando planes de la nueva guerra genocida contra la URSS. El Estado Soviético, sin curar las heridas, tuvo titánicamente que hacer, una vez más, un esfuerzo para proporcionar las defensas necesarias. Sin embargo, entre los 1947-48, a fin de mejorar la situación de la población, descendieron los precios de los productos básicos, y en 1949-54 tras una disminución en número de bienes industriales y de consumo, subió los salarios anualmente entre 10% y 30%. Eso es lo que es el socialismo, eso es lo que hizo Stalin en tiempos de crisis. 

¿Cómo es notablemente diferente de la degradación actual del capitalismo, en la industria y la agricultura, el aumento sin límite de los precios furiosos y la inflación, el desempleo, y el suicidio de personas?. Sin embargo, aquellos que después del golpe de Estado de 1993 se han apoderado de la propiedad pública, vilipendian el pasado soviético, calumnian a Stalin. Estos sinvergüenzas que han editado decenas de libros, programas de televisión, películas, que atacan a los soldados y oficiales soviéticos como groseros, de pocas luces y borrachos. 

¿Sin malicia uno se pregunta, donde maleantes como ustedes se criaron? ¿Porqué odian a su país, en el que nacieron y se criaron? ¿Por qué, sin vergüenza ni conciencia, pisotean la memoria de aquellos que salvaron a sus padres de la esclavitud y la destrucción? ¿Porque los atacan, si con su heroísmo posiblemente ustedes no hubieran nacido? Es lamentable que muchas personas, especialmente los jóvenes, se prestan a estas mentiras, y las empiezan a creer. Y aquí no puedo decir, que no hay un movimiento de respuesta a los ataques al país, para responder a los ataques y calumnias de todo tipo de los demagogos, lo hay, pero para mi gran pesar, lo hacen tímidamente y sin dientes. 

Por la izquierda, está fragmentada experimentando una crisis. Hasta la fecha, no hay un frente unido que defienda los intereses de Rusia, a su gente de las multinacionales. La razón principal de esto, se ve en la ausencia de personalidades, que de alguna manera tengan cualidades que se acerquen a Stalin. Me decepcionaron los actuales líderes de los innumerables llamados partidos comunistas, del tipo de G. A. Ziuganov. Todos parecen que estén luchando entre sí, para no reivindicar los ideales comunistas, y buscan sólo su propio bienestar material, las ambiciones personales, se creen líderes en busca de algún acuerdo monetario. 

Sin embargo, estoy en las filas del Comité de Unificación de las Organizaciones Comunistas, dentro del Partido Comunista Unificado, porque se que hay dignos sucesores de José Stalin. 

Fuente:
http://kprf-miass.ucoz.ru/news/moj_stalin/2013-12-21-1017

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