21 de octubre de 2019

El vedado marxismo en la URSS


Мао Цзэдун, 1958 год. Фото: Цзи Гуань-щань / Синьхуа / ИТАР-ТАСС
Мао Zedong, en 1958. Foto: Tsi Yuan Tsang / Agencia Xinhua / ITAR-TASS

Fue la época del enfrentamiento de la cúpula revisionista del PCUS contra los postulados de la PCCh. Si en China Popular, hubo un movimiento de rectificación con aciertos y errores llamado "Revolución Cultural", en la Unión Soviética alentó la lucha contra la degeneración ideológica y destrucción del socialismo alentada por Jruschov, Breznev y sus seguidores.

Esta lucha abarcó desde el Golpe de Estado del 56 hasta la extinción de la URSS. Fue silenciada en todo el mundo, desde el PCUS, hasta los medios de comunicación occidentales y los historiadores.

En nuestras páginas hemos relatado muchos de estos sucesos, en Georgia, en Yaroslav, la gesta de Valeri Sablin, etc.

Subimos por su interés la parcial traducción de Cubatalla. Nuestra organización está recogiendo materiales y datos para una más detallada exposición en próximos artículos.

Por Cubatalla.wordpress.com. Escrito por Alexei Volynets, (1) recogido por Templando el Acero.

En la historia del movimiento de disidentes en la URSS, por las razones conocidas, está acentuada su parte”democrático”, pro-occidental. A los nacionalistas del “partido ruso” y a varios disidentes de izquierda se les ha prestado mucho menos atención. Pero lo menos tuvieron suerte los seguidores de Mao quienes venían desconocidos por “las voces occidentales” de aquel tiempo así como han estado omitidos por los historiadores contemporáneos. Mientras tanto, los que trataban de repetir las lecciones de la “Gran Revolución Cultural” en la URSS eran no menos numerosos que los que predicaban en la Union Soviética los modelos de la democracia occidental.
Después de la muerte de Stalin, y sobre todo después del XX Congreso del PCUS, para muchos ciudadanos soviéticos que sinceramente creían en el comunismo, Mao Zedong de una manera natural se hizo el líder del movimiento comunista internacional. El compañero Mao, viejo guerrillero emérito quien había llevado bajo la bandera roja al pueblo más numeroso del planeta, a título del líder internacional reconocido por todos les salía ganando evidententemente a los burócratas profesionales con biografías indistintas del tipo Jruschov.


Nikita Jruschov de vacaciones, 1963. Foto: Vasily Egorov / TASS Newsreel

Y éste sintió ese malestar muy rápido. Por poner un ejemplo: En marzo de 1962 el trabajador cuadragenario Kulakov, el miembro del PCUS, quien trabajó en la construcción de la central hidroeléctrica de Bratsk, le envió una carta a Jruschov. En esta carta el proletario le escribió sin tapujos al primer secretario del Comité Central: “La mayor parte del pueblo soviético considera a Usted como el enemigo del partido de Lenin y Stalin. En pocas palabras, eres un trotskista sobreviviente […] Lenin soñaba que China fuera un amigo del pueblo soviético, el compañero Stalin cumplió este sueño, mientras que tú has roto esta amistad. Mao está en contra de que difames al partido de Lenin y Stalin. Ellos marchaban valientemente contra los enemigos de la revolución y en una batalla abierta salían ganando y no tenían miedo ante las cárceles, mientras que tú eres un cobarde y provocador. Al estar vivo Stalin, fuiste tú quien le daba besos al culo y ahora estás tirándolo por el barro […]”
Por esta carta Kulakov fue acusado de la “propaganda antisoviética” y condenado a un año de prisión. Y las intervenciones como ésta, a menudo públicas, fueron no pocas en aquel entonces. El 18 de marzo del mismo año 1962, durante las elecciones al Soviet Supremo de la URSS en Kiev, el presidente del koljós Boris Lóskutov, militante del PCUS, distribuyó octavillas con el texto siguiente: “¡Viva el gobierno leninista sin el charlatán y traidor Jruschov! La política de este insensato condujo a la pérdida de China, Albania y millones de nuestros antiguos amigos. Nuestro país está llevada a un callejón sin salida.¡Apretemos las filas! ¡Salvemos a la Patria!” El arrestado presidente del koljós fue condenado a cuantro años de prisión.
El 18 de julio de 1963 en la cuidad de Mena en Ucrania, Ivan Panasetsky, el pintor del teatro, de 27 años de edad, hizo y pegó las pancartas con las consignas: “La anarquía jruschoviana mataba por decir la verdad bajo Stalin para usurpar el poder después”, “¡Abajo la anarquía jruschoviana! ¡Viva el Partido Comunista de China!”, “¡Viva Mao Zedong – el líder de los trabajadores del mundo “!

En las décadas de 1960 y 1980, docenas de grupos maoístas operaban en el país, luchando contra la "degeneración burguesa" de la burocracia. (2)  

En la noche del 3 al 4 de agosto de 1963 en Batumi (Georgia), donde una vez el joven Stalin había comenzado su actividad práctica revolucionaria, tres ciudadanos de la URSS – de 28, 24 y 23 años, todo los tres los militantes del Komsomol, pegaron por la ciudad las octavillas en las cuales exigieron el derrocamiento de Jruschov y la defensa del honor de Stalin. En las octavillas los jóvenes comunistas escribieron: “¡Nuestro líder es Mao Zedong!” y “La URSS necesita a un Mao Zedong”.
El 1 de junio de 1964 en Donetsk (Ucrania), el minero de 37 años Vasily Poluban pegó por la ciudad las octavillas con las llamadas: “¡Mantengan el contacto con la China popular-democrática que lucha por la paz y la democracia en todo el mundo! ¡Lenin! ¡Stalin! ¡Abajo Jruschov!”, “Lenin y Stalin vivirán para siempre. ¡Fuera la dictadura jruschoviana que le ensucia los sesos a la clase obrera!”, “¡Viva el partido de Lenin y Stalin que lleva a la victoria, a la consolidación del comunismo! ¡Abajo Jruschov! ¡Vivan los amigos de China!”.
Esto han sido sólo unos pocos ejemplos de la disidencia “roja” en aquellos años, cuando el líder formal de la URSS Jruschov fue contrapuesto al líder informal del movimiento comunista internacional Mao. Semejantes estados de ánimo, entre otras cosas, contribuyeron a la exoneración de Nikita Jruschov en 1964. Pero y después de su destitución los intervenciones de ciudadanos soviéticos en apoyo de las ideas de Mao no se acabaron. Tanto más que en China se observaba entonces el vértice de la Revolución Cultural, por lo tanto mucha gente soviética no tenía nada en contra de aplicarles a sus burócratas la práctica de los Hong Wei Bing (guardias rojos).
De enero a marzo de 1967 en Moscú, el estudiante de la escuela técnica de aviación A.Makovsky (de 21 años) distribuía repetidamente las octavillas en las que, según lo escrito en su expediente por los interrogadores de la Fiscalía General de la URSS, “predicaba ciertas ideas de Mao Zedong”. Una parte de esas octavillas fue esparcida en la Plaza Roja, cerca del Kremlin. Dicho sea de paso que esta acción había tenido lugar un año antes de la “demostración de los siete” en agosto de 1968 que de inmediato fue propagada ampliamente y enarbolada por todos los medios de comunicación occidentales.
El 13 de febrero de 1967 en Komsomolsk-na-Amure el militante de Komsomol de 20 años, ingeniero V.Ermojin, el militante de Komsomol de 21 años, estudiante de medicina M.Chirkov y el militante del PCUS de 30 años, buzo profesional P.Korogodsky pegaron las octavillas en las cuales estuvo escrito, entre otras cosas: “¡Mao Zedong es el sol brillante para nuestros corazones! ¡Comunistas proletarios, luchen contra la pandilla de revisionistas modernos, sucesores de Jruschov!”.
Casi al mismo tiempo, el 16 de febrero de 1967, en otro extremo de la URSS, en Donetsk ucraniano, el minero de 35 años P.Melnikov fijó en el tablero con pancartas su octavilla en donde enaltecía a Mao Zedong y llamaba al derrocamiento de Brezhnev.
Esto han sido sólo algunos ejemplos de semejantes acciones que quedaron conservados para nosotros en los expedientes de la Fiscalía General y del KGB. Pero además de tales intervenciones personales, en la Unión Soviética de aquellos años surgían también los círculos organizados de la “clandestinidad comunista” que se apoyaban en las ideas y consignas de la revolución maoista.
Uno de los primeros grupos de este tipo surgió en 1964 en Ucrania, en la región de Jarkov donde las palabras “tradiciones proletarias” aún no se hicieron completamente la frase hecha de la propaganda tardía soviética. Allí, en la ciudad de Balakleya se formó el grupo marxista “El partido revolucionario comunista de obreros y campesinos”. Sus fundadores eran los hermanos Adolf y Vladimir Romanenko. Vladimir (35 años) trabajó como electricista en Jarkov, luego estudió en la Facultad del Periodismo en la Universidad de Leningrado. Su hermano Adolf (33 años) trabajó en el periódico distrital “Hoz y martillo”.
En septiembre de 1964, los hermanos Romanenko prepararon un proyecto del programa de su partido en el que se decía, entre otras cosas:
“La brecha entre los salarios del trabajador promedio, por un lado, y los especialistas de alto rango así como los burócratas del PCUS, por otro lado, sigue aumentándose cada día más. […] Hasta hoy día la burocracia y incluso los órganos del llamado control estatal-partidario siguen robando el plusproducto de los productores del mismo […]
La aserción de que la dictadura de la clase obrera haya caído en desuso, le conviene no a la clase de obreros, no a la clase de campesinos, sino a los que padecen dolor de muelas en cuanto se menciona la dictadura de la clase obrera, para quienes sería más cómodo robar el plusproducto en el marco de un Estado semi-burgués “de todo el pueblo”. Cuando el partido en el poder no lucha contra esto, sino contribuye a esto jurídicamente, entonces este partido es un partido pequeñoburgués. […]
El PCUS agotó sus capacidades de un partido político que fuera capaz de llevar tras de sí las masas por el camino esbozado por el prócer Lenin. […] Por lo tanto ya no se puede dilatar. Hay que pertrechar lo más pronto posible a la clase de obreros y el campesinado koljosiano con una verdadera teoría revolucionaria marxista. […] Para eso es necesario crear en todas las plantas, fábricas, koljoses y sovjoses, instituciones docentes y unidades militares las organizaciones que vayan a explicar la esencia revisionista de los planteamientos del nuevo programa del PCUS”.
En 1965-1967 en Moscú funcionaba un pequeño grupo marxista que fue encabezada por dos colaboradores científicos del Instituto de la economía del sistema socialista mundial – el ciudadano chino de 35 años Go Dang Tsin y el ciudadano de la URSS de 30 años G.Ivanóv. Ellos juntos divulgaban en Moscú la literatura propagandista china así como crearon una serie de sus propios materiales propagandistas que ellos llamaron “El manifiesto del socialismo (Programa del Partido revolucionario socialista de la Unión Soviética)”. En febrero de 1967 Go Dang Tsin y Ivanóv fueron arrestados por el KGB.
En 1968 en Moscú el albañil de 30 años G.Sudakóv y su hermano de 20 años V.Sudakóv crearon un pequeño grupo llamado “La Unión de la lucha contra el revisionismo”. De febrero a junio de 1968 ellos divulgaban la literatura recibida de China revolucionaria así como sus propias octavillas que habían sido imprimidas por los hermanos en un primitivo utillaje tipográfico manufacturado.



"Guardias Rojos" chinos, 1969. Foto: RIA Novosti, archivo

El 24 de febrero de 1976, al mismo día que comenzó el XXV congreso del PCUS, en el centro de Leningrado cuatro jóvenes dispersaron y pegaron a las casas más de 100 octavillas manuscritas que se concluían con el llamamiento: “¡Viva la nueva revolución! ¡Viva el comunismo!”. Sólo al cabo de unos años el KGB logró esclarecer que los participantes de esa acción eran los estudiantes universitarios del primer año A.Tsurkóv, A.Skóbov, A.Réznikov y el alumno del décimo grado F.Fomenko quienes organizaron el ilegal grupo marxista “Escuela leningradense”.
En 1977-1978 los líderes de la “Escuela leningradense” organizaron en una casa del suburbio de Leningrado la comuna donde jóvenes vivían juntos, estudiaban y después difundían entre estudiantes las ideas de Mao. Para el año 1978 la “Escuela leningradense” estableció vínculos con estudiantes simpatizantes de Moscú, Gorky, Riga y otras ciudades de la URSS. Durante el intento de organizar una conferencia ilegal de jóvenes que tuviera por objeto la creación de una gran asociación, “Unión revolucionaria comunista de jóvenes”, los líderes de la “Escuela leningradense” fueron arrestados por el KGB.
Poco tiempo después de su arresto, el 5 de diciembre de 1978 en Leningrado ocurrió un suceso sin precedentes: junto a la Catedral de Kazan (donde en 1876 tuvo lugar la primera manifestación grande de estudiantes en contra del zar) se reunieron algunas centenas de jóvenes universitarios y de escuelas quienes protestaban contra ese arresto. Cerca de 20 personas fueran detenidas. Durante el proceso contra el líder de la “Escuela leningradense” A.Tsurkóv, de 3 a 6 de abril de 1979 se reunió también una gran cantidad de estudiantes para protestar ante el juzgado. Arkady Tsurkóv fue condenado a 5 años de régimen estricto y a 2 años de confinamiento.
Pero las ideas revolucionarias maoistas iban preconizadas no sólo por estudiantes y alumnos. Los documentos muestran que hubo al menos un grupo ilegal de marxistas quienes no sólo estudiaban la experiencia y las ideas de Mao, sino participaban también prácticamente en la organización de huelgas exitosas de obreros soviéticos. Se trata del grupo político “Centro obrero” que se formó en los setenta del siglo XX en la ciudad industrial Kuibyshev (Samara). Este grupo pretendía crear un partido ilegal marxista, “El partido de la dictadura del proletariado”.
Los líderes de esta organización eran G.Isaev, de 31 años, obrero del taller de fundición, y A.Razlatsky, de 39 años, ingeniero petrolero. Fueron Isaev y Razlatsky quienes inspiraron y organizaron una serie de huelgas en las fábricas de Kuibyshev en 1974. Al cabo de dos años su organización ilegal marxista ya contaba con más de 30 activistas clandestinos. Se debe reconocer que el “Centro obrero” era una de las más exitosas organizaciones de disidentes en cuanto a los métodos del trabajo clandestino: sus activistas habían estudiado muy esmerada y determinadamente la experiencia clandestina de los revolucionarios rusos ante 1917 así como la de los guerrilleros de la Gran Guerra Patria. En virtud de ello el “Centro obrero” logró funcionar con éxito de 1974 a 1981.
Para los inicios de los ochenta los activistas del “Centro obrero” habían establecido vínculos ilegales con sus correligionarios de muchas ciudades de la URSS, desde Moscú hasta Tiumén. Se planteó la cuestión de establecer una ilegal organización revolucionaria marxista que habría sido llamada “El partido de la dictadura del proletariado”. Para aquel tiempo el número de los activistas clandestinos del “Centro obrero” montó a algunas centenas de personas.
En 1976 los líderes del “Centro obrero” escribieron “El manifiesto del movimiento revolucionario comunista” en donde se decía, entre otras cosas:
“El golpe contrarrevolucionario en la URSS ocurrió tan silenciosamente y del modo tan inesperado que nadie logró percibirlo. La administración que hoy en día rige en la URSS dictatorialmente, a lo largo de décadas ha logrado hacerse pasar por una regencia marxista-leninista y les sigue tomar el pelo a los obreros con su juego a democracia. Incluso el movimiento comunista internacional en su mayoría está lejos de una justa evaluación marxista de lo que sucede en Rusia. Pero el golpe contrarrevolucionario sí ocurrió, por lo tanto lo primero que debemos hacer es constatar el hecho mismo del golpe.
En 1961 en el Programa del PCUS y más tarde en la Constitución de 1977 las tareas de la dictadura del proletariado se consideraron cumplidas y la Unión Soviética fue declarada el Estado de todo el pueblo. Pero los marxistas de todos los tiempos sabían y saben que hasta que el proletariado que venció no logre prescindir del Estado completamente, este Estado no puede ser algo otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.”
Los activistas del “Centro obrero” invitaban a estudiar esmeradamente la experiencia de la China comunista: “La política del “Gran Salto” fue un intento de incentivar la iniciativa de las masas, despertar entre ellas una actitud consciente hacia los acontecimientos, por un camino relativamente pacífico”. […] La Revolución Cultural fue un llamamiento directo a la represión de la burocracia cuajada, un intento de demostrarles a las masas con hechos crueles lo que ellas son el dueño máximo del país, lo que ellas son omnipotentes en sus acciones colectivas. La muerte de Mao significó para China, al igual que la muerte de Stalin para la URSS, que la dictadura del proletariado se acabó".

Notas:

1.- El artículo original se titula en ruso: Los seguidores de Hung-wei-ping (Los Guardias Rojos) "¡Se necesita el Mao Zedong en la URSS!".

2.- Con esta frase comienza el artículo.

El enlace original es:
https://rusplt.ru/policy/sovetskie-hunveybinyi-sssr-nujen-mao-dzedun.html

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