Este 9 de mayo se cumplen 77 años de la rendición del mariscal alemán Keitel ante el mariscal del Ejército Rojo Gueorgui Zhúkov y otros generales soviéticos. Así se certificó que el mundo se había salvado del nazismo. Por eso los partidos y organizaciones abajo firmantes rinden homenaje a todos los que hicieron posible aquella victoria de la humanidad. En especial al pueblo soviético y sus soviets, su gobierno socialista encabezado por José Stalin, su partido PCUS y su Ejército Rojo.
El imperialismo anglo-estadounidense presume de su rol supuestamente decisivo en la derrota del Tercer Reich, pero esa es una de las grandes mentiras. Pretenden falsificar la historia y sobre todo restarle méritos al glorioso rol de la Unión Soviética en aquella II Guerra Mundial.
Antes del estallido de la guerra, el gobierno soviético había propuesto a los gobiernos capitalistas occidentales la formación de un “Frente Único Antifascista”. Esa fue la propuesta que la III Internacional Comunista hizo reiteradamente en 1935 y 1936 a los gobiernos y partidos socialdemócratas, sin éxito. Es que los gobernantes ingleses y franceses, de Chamberlain y Daladier, firmaron con Hitler el Pacto de Munich y apostaban a empujar a Alemania contra la URSS y por lo tanto desoyeron a Moscú.
Sólo cuando Alemania ocupó Polonia, desde Londres y París se decidieron a enfrentar, tardíamente a Hitler; el 1 de septiembre de 1939 comenzó formalmente la II Guerra Mundial entre dos bandos imperialistas. En vista de que su llamado al frente antifascista había caído en el saco roto de las potencias occidentales, en 1939 la URSS firmó un acuerdo de no agresión con Alemania, conocido como pacto Molotov-Ribbentropp. Esto le permitió ganar tiempo, prepararse para lo que sería una agresión del Tercer Reich, el más anticomunista y agresivo de todos los actores en pugna.
Una vez que la Alemania nazi ocupó con relativa facilidad Polonia y Checoslovaquia, y en dos semanas también a Francia y los Países Bajos, Hitler consideró factible reanudar su marcha agresiva contra el Este. Comenzó su invasión el 22 de junio de 1941, “Operación Barbarroja”, pero subestimó a la URSS, que en dos años había realizado una proeza de preparación política, ideológica, económica y militar.
Los rusos lucharon heroicamente en la defensa de Leningrado (San Petersburgo) durante 872 días y murieron allí 1.2 millón de personas, el 90 por ciento de hambre y salvaron la cuna de la revolución bolchevique. Los nazis llegaron a las puertas de Moscú en octubre de 1941, pero la capital resistió. En Stalingrado sus defensores combatieron 200 días entre 1942 y 1943, incluso casa por casa. Así se derrotó al VI Ejército del mariscal Von Paulus y se le impuso entre 800.000 y un millón de muertos y heridos.
Ahí se inició la contraofensiva soviética contra Alemania, a la par que iba liberando a Europa oriental, con participación de los comunistas y guerrilleros de esos países.
Los gobernantes ingleses, norteamericanos y una parte de franceses recién el 6 de junio de 1944 se decidieron al desembarco en Normandía. Tarde. Un año y cuatro meses después de la victoria de Stalingrado. Desde el 22 de junio de 1941 hasta junio de 1944 los alemanes pudieron concentrar toda su fuerza en el frente ruso. Stalin reclamaba a Churchill y Franklin D. Roosevelt la apertura del “Segundo Frente” pero éstos no lo hacían.
Por eso el grueso de las muertes, en la victoria sobre los nazis, fueron de la URSS: 8.8 millones de soldados y 17.1 millones de civiles. Los norteamericanos tuvieron 220.000 soldados muertos y los británicos 370.000 muertos más otros 60.000 civiles.
Esos números grafican lo que siempre hemos sostenido los partidos comunistas y revolucionarios: la humanidad se libró del nazismo y el fascismo gracias al aporte fundamental del pueblo soviético, su gobierno liderado por Stalin, el PCUS y su Ejército.
Tras la muerte de Stalin comenzó un proceso revisionista y liquidacionista de la historia soviética, encarnada en ese primer tiempo por Kruschov y en el período más liquidacionista por Mijail Gorbachov y Boris Yeltsin, que terminaron disolviendo la URSS.
Desde 1991 aquella dejó de existir y lo que hay en su lugar es la Federación Rusa, un país capitalista si bien con reservas positivas que vienen de su historia y que se expresan parcialmente en su gobierno, parlamento, fuerzas políticas y sindicales, cultura, fuerzas armadas, etc. Manifestamos nuestra especial solidaridad con los comunistas de Rusia que se esfuerzan por fortalecer su patria mediante el restablecimiento del socialismo.
Es obvio que la URSS fue una cosa y la Rusia de hoy es otra; que Stalin era un líder comunista y Putin no lo es.
A la vez alertamos que el fenómeno del nazismo no murió con el suicidio de Hitler el 30 de abril de 1945 ni con la rendición de sus mariscales y generales el 9 de mayo. El nazismo se expresó en parte en la administración Trump en EE UU y con continuidad en Biden; en los neonazis de Ucrania, Alemania, Polonia y Hungría; en el Frente Nacional de Le Pen en Francia, Vox de España y la Liga del Norte en Italia; en los gobiernos de Jair Bolsonaro de Brasil y el de Iván Duque en Colombia; en las corrientes de Biondini, Milei y Espert en Argentina, y Republicanos en Chile, etc.
Hoy una de las expresiones más preocupantes de nazismo a nivel mundial está en Ucrania. Esas fuerzas fueron protagonistas del golpe de Estado en Kiev en 2014 y desde entonces asesinaron a 15.000 civiles en la zona del Donbass. Sus batallones nazis Azov se convirtieron en parte fundamental de la fuerza militar gubernamental y con fuerte influencia política en el gobierno de Volodimir Zelenski.
En esas condiciones el imperialismo yanqui, sus aliados europeos de la OTAN y esos neonazis avanzaron hacia la frontera con Rusia, buscando sumar Ucrania al pacto atlántico para colocar allí sus bases y misiles, además de 26 laboratorios biológicos financiados por el Pentágono.
En defensa de su propia seguridad y a favor de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, el gobierno de Putin inició el 24 de febrero pasado su “operativo militar especial” en Ucrania. El gobierno ruso ha formulado propuestas de negociación para una solución al conflicto, pero el régimen de Zelenski, apuntalado política, militar y financieramente por la administración Biden, el gobierno de Boris Johnson y el grueso de la OTAN, se han negado a dar esas garantías de seguridad pedidas por el Kremlin para Rusia y también para las repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Por eso los partidos firmantes de esta Declaración, al mismo tiempo que homenajeamos a la fecha histórica de la victoria soviética del 9 de mayo de 1945, condenamos las maniobras imperiales y nazis en Ucrania. Compartimos la consigna de “desmilitarizar y desnazificar Ucrania”.
Los firmantes repudiamos a los gobiernos que se han alineado con Washington y la OTAN en este conflicto, y han votado sanciones económicas, comerciales, financieras y políticas contra Moscú. El bando imperial defiende un mundo unipolar, imperialista, injusto y de guerras. Nosotros queremos un mundo mejor, que es posible, como decía Fidel Castro, y debe ser multipolar, con los países socialistas y otros del Tercer Mundo que hoy el imperio agrede, como China, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Movimiento de Países No Alineados, CELAC, etc.
¡Basta de sanciones a Rusia! Los que deben ser condenados en la ONU, el Consejo de DD HH de Ginebra, Corte Penal Internacional y demás instancias son los que invadieron Cuba, Vietnam, República Dominicana, Granada, Yugoslavia, Panamá, Afganistán, Irak, Libia, Siria y muchos otros países. Debe ser condenado EE UU por el bloqueo criminal contra Cuba. Debe ser condenado Israel que comete genocidio contra el pueblo palestino y agrede a Siria e Irán. Debe ser condenado el gobierno de Colombia que asesina a líderes sociales y ex guerrilleros. Debe ser condenado el reino de Marruecos que masacra al pueblo saharaui para impedir su libre determinación nacional. Debe ser condenado el gobierno de Londres que ocupa ilegalmente las islas Malvinas Argentinas.
¡Por un frente antiimperialista y antifascista, y en defensa de la paz mundial!
FIRMAN:
Partido de la Liberación (PL) de Argentina.
Movimiento por la Paz y el Socialismo (Cantabria).
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PCAP.
Partido de los Comunistas de Estados Unidos. Party of Communists USA.
Amigos Estadounidenses del Pueblo Soviético. US Friends of the Soviet People.
ARLAC, Organización Antiimperialista en Bélgica.
Partido de los Trabajadores de España (PTE).
Joven Guardia Roja de España (JGRE).
Movimiento 48 de Italia (M48).
Convergencia Socialista de Italia.
Partido por la Revolución Popular (PRP) República Dominicana.
Partido Comunista de los Comités Catalanes (PCCC).
Mil por Cuba. Argentina.
Agrupación Universitaria TUPAC. Argentina.
Unión Proletaria (España).
Partido Socialista de los Trabajadores de Croacia (SRP).
Foro Pacifista Antiimperialista de Ciudad Real, España.
Nuevo Partido Comunista Italiano (nPCI).
Partido Comunista Egipcio.
Movimiento Comunista Mexicano.
Euskal Komunisten Batasuna/Unión de Comunistas Vascos.
Enlace de la Marcha Inmortal en Moscú: Más de un millón de habitantes conmemoran el 9 de Mayo.
https://m.vk.com/video-210982752_456239290?list=0572218ce406f8279b
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