4 de marzo de 2017

Preparados para un gran cambio

Por Roman Pobereshniuk y Olga Galskaya. Traducción Nahia Sanzo en Slavyangrad.

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Ucrania no respondió al ultimátum de las autoridades de la RPD y la RPL de levantar el bloqueo económico de Donbass, así que se ha colocado [o se espera colocar en un futuro próximo] a las empresas bajo jurisdicción ucraniana [y que aún pagan impuestos en Ucrania] bajo “control externo” de las Repúblicas. También se ha detenido el suministro de carbón a Ucrania. Para dirigir este proceso se ha preparado a personal especializado. La administración externa implica principalmente que [si el proceso tiene éxito] los impuestos irán a los presupuestos de las repúblicas.
El líder de la RPD, Alexander Zajarchenko, afirmó que se había transferido a “control externo” a alrededor de cuarenta empresas que se encontraban bajo jurisdicción ucraniana. Entre las empresas de mayor tamaño están la planta de acero de Yenakievo [que detuvo su producción hace alrededor de una semana por falta de materias primas a causa del bloqueo], la planta de tuberías de Jartsizsk, la planta metalúrgica de Donetsk y las minas Zasyadko. En la RPL, las minas de Krasnodonugol y la planta de hierro y acero de Alchevsk. Los ingresos de la RPD aumentarían, según la información preliminar, en un 70% gracias a los impuestos de estas fábricas.

“Las autoridades de la RPD disponen de todos los mecanismos necesarios para una reorientación lo menos dolorosa posible de estas empresas a Rusia”, explicó a Komsomolskaya Pravda la actual ministra de Economía de la República, Viktoria Romaniuk.
Desde el inicio de la guerra en abril de 2014, las compañías que operaban en el territorio de las repúblicas no-reconocidas de Donbass han pagado, en concepto de impuestos, alrededor de 2.000 millones de dólares a Ucrania. Al fin y al cabo, muchas de ellas siguen estando, a efectos legales, en Ucrania. Y sus dueños –oligarcas– también.
En primer lugar, y muy por delante del resto, están, por supuesto, las propiedades del oligarca ucraniano Rinat Ajmetov.
“Ahora es complicado decir cuántas empresas y de qué dueños ucranianos se nacionalizarán o pasarán a control externo de la RPD en total. Pero estamos hablando de siete empresas de Rinat Ajmetov que dan empleo a un total de 29.000 trabajadores. Otras cinco plantas, en las que trabajan alrededor de 37.000 trabajadores, que se encuentran en la línea del frente y que pueden parar con ayuda de los sistemas de largo alcance del Ejército Ucraniano.  Además, el oligarca cuenta con hoteles, un estadio [el del Shakhtar Donetsk] y otros negocios entre sus propiedades en Donbass".
Alexander Zajarchenko, líder de la RPD, afirmó que ninguno de los propietarios ucranianos se había puesto en contacto con los representantes de Donetsk. Sin embargo, el 1 de marzo se discutía activamente entre los círculos de los mineros la cuestión de qué será de la mina Zasyadko, actualmente propiedad del diputado ucraniano Efim Zvyagilskiy. Durante este tiempo, había dirigido la empresa desde Kiev, por teléfono. Seguía legalmente registrada en Ucrania. Muchos años antes de la llegada de Zvyagilskiy -en tiempos de la Unión Soviética- se decía que quien dirigía esta empresa estaba en “el club privado de los directores rojos” que dominaba la economía de Donbass.
Zvyagilsky pretende, según comentó una fuente a KP, negociar por el destino de la mina.
Inevitable estallido social en Ucrania 
El bloqueo de Donbass, iniciado desde Kiev hace unas semanas, ya ha paralizado algunas de las grandes empresas situadas en la RPD, así que ni el Gobierno ni la población de la República podían permitirse no responder. Así lo explicó a KP la politóloga Alyona Alekseevna.
“La respuesta al bloqueo ha sido, por una parte, tomar medidas decisivas para conseguir que las empresas de la RPD trabajen dentro del marco económico-legal de la República. Por otra parte, también es indicativo del apoyo popular de los residentes de la RPD, que según los sociólogos ven el futuro de la RPD solo orientada hacia la Federación Rusia”, explicó Alyona Alekseevna.
La analista recordó que la reacción de la RPD será, sin duda, un duro golpe para Maidan: en Ucrania cierran empresas y otras muchas están amenazadas. No pueden optar por una reformulación de la industria junto a Rusia y a Europa y Estados Unidos simplemente no les interesa. Así que un estallido social en Ucrania es inevitable. Y  no está garantizado que Ucrania vaya a sobrevivir a tal estallido.
Preparados para un gran cambio
Los habitantes de la RPD estaban hartos de pagar por los proyectiles que aterrizan en sus casas… Están preparados para un gran cambio. Tras la reorientación de la producción de las fábricas hacia Rusia, los empleados tienen la esperanza de ser tratados como seres humanos.
El martes, más de diez mil personas salieron a la calle en una manifestación en Yenakievo. Muchos de ellos eran trabajadores de la planta de acero de la ciudad.
“Lo que está ocurriendo ahora es perfectamente lógico”, explicó a KP el empleado de la Planta de Acero de Yenakievo Eduard Zadirakin. “La paradoja que se da en este momento es que seguimos obligados a trabajar en las empresas bajo jurisdicción ucraniana. Todos los beneficios y los impuestos de nuestros salarios no van al presupuesto de la República Popular de Donetsk sino al presupuesto del país que a diario nos bombardea. ¿Se imagina que después de la liberación de la ocupación Nazi en 1943, el carbón y el metal de Donbass fuera a parar a las fábricas del Tercer Reich? ¿Paradoja? Sí, la situación es muy extraña. De hecho, Ucrania ha dejado a la población abandonada a su suerte. Con miedo a quedarse sin trabajo. El bloqueo ha sido una ruina para nuestra empresa y para otras muchas. Pero esperamos poder reconstruir. De hecho, hace dos años comenzó el proceso de retirada de los mercados ucranianos en busca de otros. Y si Ucrania dice que no necesita el carbón de Donbass, ni nuestro metal, nosotros podemos encontrar otros mercados. Como ha hecho la fábrica de maquinaria de Yasinovataya. Venderemos nuestros productos en Rusia, Bielorrusia y Kazajistán"

Fuente:
Artículo Original: Komsomolskaya Pravda 

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