Por Red Press
Nos
ha parecido interesante reproducir esta entrevista realizada por el
compañero Oscar Diaz al sinólogo, activista y redactor del blog “Manos
Fuera sobre China”. En esta entrevista es interesante para ver la
situación política, económica y social de la República Popular China
desde una perspectiva que no podríamos ver en los medios convencionales.
Las conclusiones pueden ser polémicas y representan únicamente la
opinión del entrevistado, nosotros defendemos seguir con un estudio
riguroso y científico sobre la historia y situación actual de los países
socialistas sin caer en los lugares comunes y los prejuicios
anti-comunistas que nos inducen los medios de comunicación de la
oligarquía.
1. ¿De dónde sacas la información sobre la que pasa en China con respecto al gobierno?
Si
la pregunta se refiere estrictamente a la información que busco sobre
el gobierno, la mayor parte proviene de la Agencia de Noticias Xinhua.
Aunque a veces se encuentran las mismas noticias en la web de Diario del
Pueblo, el órgano del PCCh (y vice-versa, a veces se encuentran
artículos de Diario del Pueblo en la web de Xinhua). También se
encuentran cosas muy interesantes en otro diario oficialista que es
Global Times, aunque aquí el problema es que hay que traducir del
inglés. No obstante se trata son medios muy oficialistas. Esto no quiere
decir que mientan, ni mucho menos, pero lo que presentan no permite
conocer en detalle lo que se esconde por detrás de las apariencias: el
PCCh es un partido extremadamente hermético y no airea fácilmente sus
diferencias internas. Por lo tanto, estos medios no niegan los problemas
existentes (corrupción, contaminación, etc.), pero en lo que se refiere
a los debates ideológicos y las luchas internas en el seno del PCCh, no
divulgan absolutamente nada.
Xulio Ríos, del Observatorio de la Política China, es un
sinólogo que en este sentido tiene un cierto conocimiento de lo que
ocurre dentro del PCCh y del gobierno, aunque no suelo publicar
artículos suyos. Luego tenemos otros periodistas y politólogos que
escriben cosas interesantes sobre China como Pepe Escobar o Alberto
Cruz.
También
suelo traducir y publicar sistemáticamente todo lo que escriben o han
escrito los cuadros del Partido del Trabajo de Bélgica (PTB) sobre
China: Jo Cottenier, Marc Vandepitte, Michel Collon, Peter Franssen,
Baudouin Deckers o incluso los que no son del PTB pero están en su
“órbita” como Frank Willems o Dirk Nijmeggers. El material del PTB es
sin duda el de más calidad, por eso hasta he traducido artículos suyos
que datan de hace más de 20 años, aunque sea por el interés histórico.
Por
último, debo decir que a veces en los grandes medios del Capital
(pienso en el Wall Street Journal, en The Guardian o en el Huffington
Post) curiosamente a veces salen cosas interesantísimas. Pero el
problema es el mismo: para publicar hay que traducir y esto supone un
trabajo que a veces no se puede asumir.
2. ¿De dónde nace MFCH?
La
iniciativa nace de la constatación de la necesidad de defender a China
frente a las calumnias y ataques infundados de la que es objeto, tanto
por parte del capitalismo occidental (aunque los ataques también
provienen de Japón, cuidado) como de la extrema izquierda a su servicio.
El
título que escogí para la página se inspiró, en un primer momento, de
una campaña que había lanzado la trotskista Corriente Marxista
Internacional (El Militante) que se llamaba “Manos fuera de Venezuela” allá
por el año 2006-2007. Pero lo que hizo que me decidiera del todo en
copiar este título es que — y esto es el colmo de la casualidad — el
Partido Comunista de Gran Bretaña (marxista-leninista) había lanzado una
iniciativa hace unos años que se llamaba “Hands Off China!”, que literalmente significa “Manos fuera de China” (aunque
no actualizan su página desde el año 2010…). El concepto de aquella
iniciativa (defensa de China como nación y como país socialista frente
al imperialismo, frente a la propaganda mediática, nos guste o nos guste
sus reformas económicas) era exactamente lo que yo quería hacer. Y por
eso adopté el título, con la idea de crear una página donde publicar
noticias y recopilar material de calidad.
3. ¿Qué te motivó a hacer la página y qué crees lo que más te ha aportado en tu formación sobre China?
Esta decisión vino después de una serie de experiencias con diversas organizaciones comunistas (que no voy a nombrar) en las que constaté un alarmante nivel de ignorancia, fanatismo y miseria intelectual, donde el análisis marxista brillaba por su ausencia, que llevaban hacia un odio irracional (que roza el racismo, y bueno, de hecho no lo roza) contra China por parte de sectores intelectualmente indigentes. Odio irracional que en realidad promovido por la ideología dominante.
Lo
más curioso que observé era que, pese a sus supuestas diferencias de
color ideológico, tanto hoxhistas, como maoístas, como algunos que hacen
llamar “pro-soviéticos” (no se sabe muy bien lo que significa eso) no
sólo coincidían en su valoración de China, sino que además ésta
coincidía sin falta con la de trotskistas y en nos pocas ocasiones con
reformistas y socialdemócratas, sus supuestos adversarios.
Esto
obligaba a sacar conclusiones, a saber que existe un plan por parte del
capital para utilizar a sus tontos útiles de izquierda y “extrema
izquierda” para preparar a la gente de cara a una guerra con China. A
esto tenemos que añadir la cantidad de prejuicios existentes sobre la
revolución china en ciertos sectores de la izquierda y del movimiento
comunista. Ante esta situación, había que tomar partido y contribuir a
esclarecer los hechos y hacer una labor explicativa para ayudar a
comprender China. Y viendo que los que pretendían hacer una valoración
de China (y de su historia reciente) lo más científica posible éramos
más bien pocos, decidí abrir la página para publicar información que
permita dar otra visión de China.
No
diría que me ha aportado “algo” en particular, pero diré que esta
actividad me ha obligado a documentarme sobre el tema, investigar, mirar
a menudo las noticias sobre China… en este sentido, es un trabajo
intelectualmente estimulante, que ha aportado a mi capital cultural.
4. Supongo que habrás ido a visitar China, cuéntame ¿Que tal fue la experiencia? Y lo más importante ¿Te gustaría volver?
La
experiencia fue sencillamente increíble. Aunque me gustaría dejar claro
que no puedo decir que haya conocido China en profundidad y en detalle,
puesto que, cambiando mis planes, una vez allí decidí quedarme en
Beijing toda mi estancia, porque tenía mucho que hacer y visitar allí, y
la opción de viajar en tren a Shanghái y otros lugares se hacía
complicada.
Y
contestando a la otra pregunta, diré claramente que sí, me gustaría
volver y volveré en cuanto tenga la oportunidad. La cuestión es tener el
dinero, cosa que resulta complicada a corto plazo porque soy un
proletario. Pero si mañana me tocase la lotería, te garantizo que este
próximo verano vuelvo. De hecho, de nuevo pasaría por Beijing, porque me
dejé algunas cosas en el tintero allí. Y después iría a Shanghái, para
visitar allí el edificio donde se celebró el primer Congreso del PCCh en
1921.
Y éste no sería el último viaje seguramente, después vendrían más.
5. ¿Cuál fue tu impresión a la hora de llegar a la República Popular China?
Si
la pregunta se refiere a mi primera impresión, yo diría en primer lugar
que el aeropuerto de Beijing impresiona por su tamaño y su modernidad,
pero no creo que eso sea una particularidad de China. Pero después
hablaría del bullicio reinante en Beijing, una ciudad de 17 millones de
habitantes. En lo que respecta al tráfico, los peatones, los usuarios
del metro… Y cuando ves esto, y te das cuenta que realmente esto es
representativo a una escala muy pequeña de lo que es China, te dices a
ti mismo: “efectivamente, debe ser muy complicado gestionar un país así.” Y a este
bullicio se añade una cosa muy visible, que hace 20 años no se veía,
que es la presencia de turistas provenientes de provincias interiores de
la misma China.
Lo cual no significa que no te puedas mover por la calle, ni mucho menos. De hecho, hay lugares muy tranquilos.
6. Por lo que sabes de China , dinos ¿Qué fue lo más difícil por lo que tuvo que pasar este país socialista?
Sin
duda alguna, el Gran Salto Adelante. Fue muy duro para la población y
catastrófico. Pero en líneas generales, desde la fundación de la
República Popular China la construcción del socialismo ha sido un camino
arduo y difícil. También durante la Revolución Cultural hubo grandes
desastres, y la gente tuvo que sufrir duras privaciones.
7. ¿Cuál es tu opinión de el actual presidente de la República Popular China Xi Jinping?
Yo
diría que Xi Jinping es un gran líder, que va a dar mucho que hablar de
sí, bastante más que su predecesor Hu Jintao. No obstante no llegaría a
ir tan lejos como Fidel Castro, que lo calificó como el mayor
revolucionario que ha conocido en su vida. Creo que es un político
ambiguo, como la propia China. Hay aspectos de su gestión, que podríamos
calificar como muy de izquierdas, como es la guerra que está librando
contra la corrupción, o la ampliación de las coberturas sociales, y
luego hay otros aspectos, más inquietantes, como es la reforma decidida
en el III Pleno del Comité Central , que profundiza en la economía de
mercado. Aunque, claro, no se puede saber hasta qué punto él es
responsable de las decisiones que adopta el gobierno en materia de
economía. Pero como secretario general del PCCh él tiene sin duda una
responsabilidad.
Pero
insisto en que hay aspectos en él que podemos considerar de izquierdas:
es un líder muy cercano al pueblo y decidido a preservar ciertos
valores socialistas para la sociedad. Él sabe lo que es tener una vida
dura y sufrir la explotación, por decirlo de alguna forma. Durante la
“revolución cultural”, él y su familia perdieron su hogar. Padeció
hambre y sufrió humillaciones públicas. A los 16 años decidió
“reeducarse” en una aldea en Shaanxi, soportando trabajos muy duros:
tuvo que cargar estiércol, tirar de carros de carbón, cultivar la
tierra, etc. Creo que eso ha dejado una marca indeleble en él.
Y
creo que a escala mundial, tiene una visión enormemente ambiciosa a
largo plazo, que puede beneficiar a los pueblos del mundo. En su visión
existe un nuevo orden internacional que dispute la hegemonía económica,
política y militar de los Estados Unidos, hegemonía que (creo) él quiere
destruir, pero avanzando paso a paso, y sobre todo a la manera china de
hacer las cosas: es decir, sin hacer ruido. En este sentido hay que
entender el proyecto, realmente muy valiente, de ruta de la seda del
siglo XXI.
Yo
diría que es un líder convincente, que ha conseguido seducir a y
atraerse a cada vez más dirigentes del mundo, hacia su proyecto de ruta
de la seda y otros proyectos como el Banco Asiático de Inversión en
Infraestructura, y en general hacia su visión estratégica global. Esto
pudo verse por la cantidad de jefes de Estado que estuvieron presentes
en Beijing en la conmemoración por el 70 aniversario de la victoria
contra Japón.
8. ¿Cómo es la situación económica de la actual China, es un país de pobres como algunos dicen?
En
términos generales la situación económica es lo que Xi Jinping ha
calificado como la “nueva normalidad”, es decir un crecimiento actual
que previsiblemente debería ser del 7% en lugar de ser un crecimiento de
dos dígitos como hace unos años. Esta recesión no es ninguna catástrofe
para China. Algunos creen que esto es una repercusión de la crisis
financiera global de 2008 sobre China. Pero lo cierto es que ni China,
ni ningún otro país de economía de mercado o de economía planificada
puede pensar en crecer indefinidamente con cifras de dos dígitos o al
9%. Esta nueva situación, creo, no va a obstaculizar en ningún modo los
planes del gobierno destinados a desarrollar el sistema de seguridad
social o eliminar las bolsas pobreza.
En
cuanto a si es un país de pobres, creo que eso es relativo.
Efectivamente, si comparamos a China con los países capitalistas
desarrollados (que se han enriquecido en base al empobrecimiento y
expolio de otros pueblos), vemos que en promedio China es un país
relativamente pobre. Sobre esta base material se sustenta la ideología
pijo-esnobista de los señoritos “comunistas” que se permiten
menospreciar lo logrado por China en los últimas décadas.
Pero
si en cambio comparamos a China con otros países, entonces podríamos
decir que es un país relativamente próspero. Por eso no llegamos
realmente a ninguna conclusión si sólo nos preguntamos si es un país de
pobres o con pobreza. Lo único relevante es el progreso conseguido en
las últimas décadas por China, país que ha conseguido sacar a más de 600
millones de la pobreza, permitiendo que China pase de la categoría de
países pobres a la de países con ingresos medios. Es el mayor prodigio
de la historia en materia de reducción de la pobreza.
9. ¿China es un país unipartidista, sólo manda el PCCh como los medios de comunicación dicen?
Sí
y no. En términos reales, es el PCCh quien “corta el bacalao”. El
propio preámbulo de la Constitución China de 1982 reconoce que “bajo
la dirección del Partido Comunista de China y orientándose por el
marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong, el pueblo chino de
las diversas nacionalidades seguirá perseverando en la dictadura
democrática popular y en el camino socialista”. Esto
es un reconocimiento implícito de que el PCCh es quien lidera la
nación. Pero liderar no significa “ordenar”. Contestando a la pregunta,
China no tiene un sistema unipartidista, sino un sistema multipartidista
bajo la dirección del PCCh. En el seno de la Conferencia Consultativa
Política del Pueblo Chino (en la cual coexisten 9 partidos), el PCCh
tiene la obligación de consultar las decisiones que vaya a proponer con
otros partidos, organizaciones y personalidades famosas que representan a
distintas capas sociales del país.
10. ¿China es un país donde se violan derechos humanos o se respetan las libertades de todos los chinos?
Yo
no puedo asegurar que no se produzcan abusos en China. En China hay un
Estado, y todo Estado es el monopolio organizado de la violencia, y eso,
como en todos los países del mundo, puede generar injusticias. Ahora
bien, no es políticia del gobierno chino infringir los llamados
“derechos humanos”. Y menos aún los derechos humanos de minorías
supuestamente perseguidas, véanse los tibetanos o los cristianos, como
dice la propaganda imperialista.
Hay
que decir que, de todas maneras, el discurso oficial sobre los
“derechos humanos” es una construcción de sociedades acomodadas que se han
beneficiado del expolio de los países colonizados durante siglos. Tiene
un carácter de clase. Los derechos humanos que inquietan a Santiago Alba
Rico no son, desde luego, el derecho a poder alimentarse, tener una
casa donde vivir, tener acceso al trabajo, saber leer, tener una
educación, que te curen una enfermedad, etc., porque esos derechos él ya
los tiene plenamente satisfechos. Por eso para él y a toda la cohorte
de plumíferos a sueldo del imperio es muy fácil relativizar el cómo
China (y otros países) respetan los derechos humanos más básicos,
empezando por el más básico que es el derecho a vivir, y centrarse
únicamente en “derechos humanos” que tienen que ver con cuestiones más
transversales o secundarias.
Ahora
bien, creo que existen derechos democráticos que deberían existir,
incluso si enfocamos la cuestión en términos marxistas y no tanto
“derechohumanistas”: derechos y la libertades indispensables para que la
clase obrera junto con otras clases populares puedan desarrollarse
libremente en su camino hacia el comunismo, como son: la libertad de
expresión, de reunión, de asociación, de participación política, a la
información, a estar sindicado, etc. Dicho esto, podemos afirmar que
países como Israel, Arabia Saudí o Colombia no respetan los derechos
humanos.
Esto,
en cambio, no es el caso de China: en términos generales, en China el
sistema político está al servicio del pueblo y no al revés. De hecho, es
ideología oficial del partido gobernante el “servir al pueblo”.
Se puede reconocer que durante la etapa maoísta no se respetaron mucho
aquellos “derechos humanos” de los que hablan los intelectuales
occidentales, notablemente durante la “revolución cultural”, en la que
no había libertad de expresión. Pero desde aquella época, sobre todo
desde que Deng Xiaoping llamara a “emancipar la mente” en 1978, China ha
hecho progresos muy grandes.
Ahora
bien, si se considera que China es una dictadura y no respeta los
derechos humanos porque el gobierno bloquee una página web en internet,
yo contestaré que lo siento, pero visitar una página web no es un “derecho humano”.
11.¿Hay corrupción en el gobierno Chino?
Sí,
mucha, y hasta los niveles más altos. Esto es algo ampliamente
reconocido y declarado por el PCCh en cada Congreso y a cada ocasión. La
corrupción es identificada como el principal cáncer de China, y como la
mayor amenaza al socialismo en China. De ahí que el actual secretario
general Xi Jinping esté tan empeñado en librar una guerra sin cuartel
contra ella. Pero no se podrá erradicar de la noche a la mañana.
12.
Hablemos del Tíbet ¿Es el Tíbet un país conquistado y tratado como una
colonia de la República Popular China? Muchos medios de comunicación la
ponen como el basurero del gobierno Chino.
Si
entendemos que España es hoy un territorio conquistado por los
celtíberos y los visigodos, entonces podríamos asumir que el Tíbet fue
“conquistado” por los chinos. Pero ni siquiera eso sería del todo
correcto, porque el Tíbet ha estado unido al territorio chino desde las
invasiones mongolas en el siglo XIII (es decir, desde antes de que
existiera España). Hasta la Guerra Fría, ningún Estado en el
mundo (exceptuando el Reino Unido, ahora lo veremos) jamás había
reconocido al Tíbet como Estado independiente. Sin embargo, algunos
hablan de “ocupación” por los siguientes hechos:
En
1904, el imperialismo británico había ocupado Lhasa, conviertiendo el
Tíbet en un protectorado suyo para instalar allí mostradores de
comercio. El Dalai Lama aprovechó la ocupación británica para
reivindicar la independencia del Tíbet, pero eso no fue reconocido por
ningún Estado del mundo, menos aún por el gobierno ni cualquier partido
chinos. Esto duró hasta el año 1910, año en que la dinastía Qing volvió a
ejercer un control directo sobre el Tíbet. Pero con las convulsiones de
la Revolución de 1911, el Dalai Lama aprovechó la salida de las tropas
chinas allí presentes para proclamar de nuevo la independencia del
Tíbet. En 1914 se firmó un tratado, a espaldas del gobierno chino, entre
el Tíbet y Reino Unido (en estas condiciones, ¿hasta qué punto se puede
hablar de “independencia”?), por el cual éste reconocía la
independencia del Tíbet, y además los británicos se apropiaban los
territorios de Arunachal Pradesh, que anexionaron a la India. A día de
hoy, China aún pugna por recuperar estos territorios en disputa con la
India, y espero que un día esta causa triunfe.
En
1951, tras la entrada del Ejército Popular de Liberación en el Tíbet,
posteriormente al triunfo de la Revolución China, se firmó un pacto
llamado de “liberación pacífica del Tíbet” entre el gobierno chino, el
Dalai Lama y el Panchen Lama, que contemplaba la administración conjunta
de la región entre el gobierno chino y el gobierno local. Sin embargo, a
partir de 1956 estallaron sublevaciones en Tíbet, financiadas y
apoyadas desde el principio por la CIA, con vistas a crear un Estado
títere de Estados Unidos, para luchar contra la China socialista. A
partir del momento en que la legalidad fue rota por el propio movimiento
del Dalai Lama, el EPL intervino en el Tíbet y aplastó la rebelión en
1959. A partir de ese momento fueron eliminadas las estructuras feudales
hasta ahora reinantes en el Tíbet, se abolió la servidumbre y se
procedió una reforma agraria.
Entonces,
es innegable que hubo cruentos episodios de violencia durante aquel
enfrentamiento, y de hecho tampoco puedo garantizar que no se produjeron
abusos contra ciertos sectores de la sociedad tibetana, pero eso no
tiene nada que ver con un “genocidio cultural” por parte del gobierno
chino, que se cebaría particularmente contra la etnia tibetana. El
gobierno chino no hizo otra cosa que reprimir un levantamiento
secesionista apoyado desde el exterior, en el seno de su propio
territorio. De la misma manera que nadie acusaría al Estado español de
“ocupación” por reprimir una sublevación militar en Ávila. La supuesta
independencia proclamada por el Dalai Lama (es decir, proclamada por una
élite teocrática y no tanto por un movimiento popular) y reconocida por
el Reino Unido no es problema de China.
En
cuanto a si el Tíbet es una colonia, pues contestaré que no, porque el
Tíbet no es más que una provincia de China, con carácter especial de
Región Autónoma (R.A.), condición que comparte con la R.A. uigur de
Xinjiang, la R.A. de Mongolia Interior, la R.A. zhuang de Guangxi y la
R.A. hui de Ninxia. Los tibetanos no reciben un trato diferente respecto
de otras R.A. por parte de la autoridad central. No creo que exista
tampoco una voluntad del gobierno central una voluntad de “colonizar” el
Tíbet, ni mucho menos. Desde la anexión del Tíbet al proyecto
socialista en China, el nivel de vida del pueblo tibetano no ha dejado
de mejorar en todos los sentidos. Baste decir que en 1951 las
condiciones de vida de la inmensa mayoría de los tibetanos eran tan
miserables que la esperanza de vida en el Tíbet era de 35 años, y hoy es
de 67 años. Anteriormente, apenas el 2% de la población tibetana sabía
leer y escribir, mientras que ahora es del 2% la tasa de analfabetismo.
La
cultura tibetana es respetada en su integralidad, no existen
restricciones a la práctica del budismo tibetano, y la lengua tibetana
tiene carácter co-oficial junto con el chino mandarín, idiomas que se
enseñan simultáneamente en el colegio. Se pueden comprar libros y
periódicos escritos en lengua tibetana, y existen varios canales de
radio y televisión en esta lengua. En 2007 se inauguró la primera
emisora de televisión que emite 24 horas al día en tibetano. Puedo decir
que una de mis experiencias más hermosas en China fue visitar el Parque
Étnico de Beijing, donde se reproducen muestras de la arquitectura y
del hábitat de 55 etnias minoritarias de China, y que la zona dedicada
al Tíbet era las más grande de todas. No me parece que eso sea la
actitud de un Estado que quiera menospreciar la cultura tibetana.
Se
ha de reconocer que el Tíbet es la región con la renta per cápita más
baja de China. Pero esto se debe, por una parte, al propio desarrollo
desigual de las regiones de China, que desde la reforma y apertura ha
privilegiado en primer lugar a las regiones costeras del este. Por otra
parte, esto se debe a los 10 años de atraso que tiene el Tíbet con
respecto al resto de China, al mantener el sistema feudal entre 1949 y
1959. Pero la prosperidad para las regiones de China han ido alcanzado
cada vez más las regiones interiores, hasta el punto de que hoy el nivel
de vida en el Tíbet es equivalente al de Moldavia.
En
cuanto a lo que mencionas de que sería el basurero de China, no puedo
contestar porque nunca lo había oído. Pero suena a una estupidez
colosal.
13. ¿Se respeta la libertad religiosa en China? En caso de que si ¿Qué medidas a tomado el actual presidente ante el problema?
La Constitución de la República Popular China del año 1982 establece que “los
ciudadanos de la República Popular China son libres de profesar
creencias religiosas. Ningún organismo del Estado, organización social o
individuo puede obligar a un ciudadano a profesar tal o cual religión o
a dejar de practicarla, ni tampoco discriminar a los ciudadanos
creyentes ni a los no creyentes.”
Hay
pues en China libertad total para profesar un culto religioso, ya sea
cristiano, musulmán, budista… Hay en China muchas etnias minoritarias
que son de cultura musulmana, como es el caso de la etnia uigur, hui,
dongxiang, kirguís, uzbeca, salar, bao’an, tártara (¡sí, existe!), etc.
Hasta existen tibetanos musulmanes.
No existe discriminación ni persecución alguna de ningún tipo contra estas religiones.
De
hecho sería absurdo pensar que pudiera perseguirse algo así. Resulta
muy difícil obtener datos exactos, pero podemos mencionar que según un
estudio realizado por la Universidad del Pueblo de Beijing en el año
2012, había en China alrededor de 83 millones de budistas, 31 millones
de cristianos y 22 millones de musulmanes. ¿De verdad se puede pensar
que se pueda luchar contra la fe de decenas y decenas de millones de
personas?
Otra
cosa, muy distinta, pueden ser las medidas del Estado ante la
injerencia en China por parte de actores extranjeros con el pretexto de
la religión. Recordemos que la República Popular China no tiene
relaciones diplomáticas con el Vaticano. Pero esto es una cosa
totalmente distinta.
Algunos
citarán el caso de Falun Gong, que es un grupo reprimido por el Estado
en China. Pero Falun Gong es una secta, no una religión. Una secta
peligrosa dirigida por un manipulador (que afirma ser encarnación de
Cristo ni más ni menos) por cuya culpa se han echado a perder muchas
vidas.
Podemos
añadir a las anteriormente mencionadas, creencias influidas por el
confucianismo y el taoísmo, comunidades de zoroastrianos, chamanistas,
maniqueístas, y hasta podríamos nombrar a los judíos de Kaifeng. Todo
ello conforma la diversidad cultural del pueblo multiétnico de China,
que es un tesoro que debemos defender, en un momento en que el eje
americano-sionista aspirar a destruir todas las culturas.
Finalmente,
sí cabe reconocer, una vez más, que hubo persecuciones y maltratos
contra minorías religiosas en China durante la “revolución cultural”,
pero eso pertenece al pasado. Y confío en que el PCCh ha sabido tener la
habilidad pedagógica para hacer comprender a las minorías religiosas
que fue todo el pueblo chino, y no solamente las minorías étnicas, quién
sufrió las consecuencias de aquel episodio de la historia china.
14. ¿Por qué no se permitía tener más de un hijo en China y por qué el gobierno permite tener ya hasta dos hijos?
La
decisión, adoptada en 1979, consistente en no permitir más de un hijo
(compensando la dejadez que hubo durante la etapa maoísta) fue un
acierto total para reducir considerablemente el ritmo de crecimiento de
la población. Sin esta medida, habría habido serios problemas para
alimentar a la población.
Lo
que pasa es que pasado un tiempo, y habida cuenta de los planes del
gobierno para ampliar el sistema de cobertura social a toda la
población, ocurre que ha habido un cambio en la pirámide de la edad de
China que resultaba problemático: a consecuencia de la política del hijo
único, había una tendencia hacia un exceso de población “vieja” en
proporción a la población activa en edad de trabajar. Esto a largo plazo
podría hacer peligrar el sistema de pensiones y otras coberturas
sociales, que se pretenden mejorar y ampliar, al carecer de mano de obra
generadora de valor para poder financiar eso. Esto se piensa paliar
ahora con la política de los dos hijos, que (no lo olvidemos) en
demografía no supondría un aumento del ritmo de crecimiento de la
población, sino teóricamente “mantener las cosas tal cual están”, porque
para que la raza perviva, hace falta dos hijos por pareja, no uno.
15. ¿Que te ha parecido el libro de José Antonio Egido “El pajaro en la jaula”?
Un
libro muy bueno para todo el que quiera comprender a China en la
actualidad, y una joya para el que no conozca la historia de China desde
el sigo XIX hasta la época de hoy. Altamente recomendable para los no
iniciados en la materia.
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