10 de agosto de 2023

NECESIDAD, TRAS EL BOMBARDEO NAZI SOBRE ALMERÍA, DE CONFORMAR LA UNIDAD DE ACCIÓN DE TODO EL MOVIMIENTO OBRERO INTERNACIONAL.

Bombardeo de Almería

Por Esteban Zúñiga

El 29 de mayo de 1937, una escuadrilla de bombarderos, de fabricación soviética, de la fuerza aérea de la República española bombardearían una flotilla rebelde que operaba en el mar Mediterráneo y que se encontraba fondeada cerca de la isla de Ibiza y entre los cuales se encontraba el crucero "Canarias y otros navíos más. Siendo el más afectado de entre los navíos el crucero nazi "Deutschland", que sufriría de fuertes daños y que tendía un fuerte saldo de 31 muertos y 74 heridos. Un hecho que originaría una fuerte polémica; siendo necesario indicar que el navío nazi incumplía las normas dictadas por el Comité de No Intervención de que estos navíos extranjeros debían permanecer alejados a más de diez millas de las costas españolas y que, además, estaban en una zona correspondiente a patrullar por la armada francesa.
 
Hecho que haría que Adolf Hitler montara en cólera y exigiera a sus fuerzas que, de inmediato, lanzara un acto de venganza, ordenando bombardear la ciudad de Valencia -en aquel momento sede del Gobierno de la República-, pero aconsejado por sus asesores militares, ordenaría bombardear la ciudad de Almería, cuya aguas se encontraban bajo la zona de control marítimo nazi.
 
En la madrugada del 31 de mayo de 1937, una fuerza naval alemana conformada por el acorazado de bolsillo "Admiral Scheer" y cuatro destructores: "Albatros", "Leopard", "Lluchs" y "Seeadier" llegarían a las costas almerienses; para alrededor de las 7:00 horas de la mañana bombardear profusamente -que duraría unos treinta minutos sin interrupción y además otros de diez minutos con intervalos de dos minutos- las instalaciones portuarias y los navíos que allí se encontraban, para más tarde toda la capital almeriense ser objeto de las bombas nazis.
 
"Sobre las 5:30 de la madrugada fue avisado de que por la parte de Cartagena venían un acorazado y cuatro destructores de nacionalidad alemana. A las 5:45 los buques ponían proa hacia este puerto, señalándose una distancia de 20.000 metros. Los barcos continuaron avanzando y a una distancia de 12 kilómetros, aproximadamente, observada por telémetro desde las baterías de costa, rompieron el fuego sin notificación o aviso sobre la población de Almería, sin perseguir dentro de ella objetivo alguno concreto, pues sembraron de proyectiles todo el casco de la ciudad, calculándose unos doscientos los disparos hechos." (Comunicado del comandante militar de Almería).
 
Respecto a la grave cifra de muertos y heridos, existirían diversas respuestas, destacando, de entre ellas, la referida a un número de 31 asesinados, alrededor de unos 60 heridos...; y además 35 edificios totalmente destruidos y otros muchos más afectados de diversa consideración.
 
Este hecho execrable y gratuito traería consigo una oleada de protestas a nivel internacional y que, además, haría temblar los fundamentos y bases del Comité de No Intervención.
 
Una semana más tarde, el 8 de junio de 1937, aparecería en el periódico comunista "Frente Rojo", una artículo del Secretario General de la Internacional Comunista, Gueorgui Dimitrov, en el que pondría sobre la mesa las lecciones a aprender sobre este hecho vengativo y sin objetivo militar alguno del régimen nazi, liderado por Adolf Hitler... 
 
E insistir, también, en la necesidad del establecimiento de una Unidad de Acción entre las diversas internacionales obreras y políticas en orden a hacer frente a la agresión nazi contra el pueblo español, con un doble cometido de hacer frente, por un lado, al régimen nazi y el fascismo italiano, y, por otro lado, ayudar a los españoles que luchaban por su libertad y su independencia.
 
"FRENTE ROJO"
LAS LECCIONES DE ALMERÍA
Por G. DIMITROV.
(Fuente: "Frente Rojo". Órgano del Partido Comunista (SEIC). Año I - Nº 119 - Páginas 1 y 6. Valencia, martes 8 de junio de 1937)".
Nota: Los diversos titulares que salpican el texto corresponden a la redacción de "Frente Rojo".
 
"UN ACTO DESCARADO DE GUERRA.
 
No es posible dejar de considerar la inicua provocación de los acorazados alemanes en los puertos españoles de Ibiza y Almería, acompañada del bombardeo del puente de Almería el 31 de mayo, como un acto de guerra descarado y sin rebozo por parte del Gobierno hitleriano contra la República española. 
 
El mismo día, los Gobiernos alemán e italiano declaraban su salida del Comité llamado de No Intervención, ordenaban el envío de nuevos barcos de guerra a aguas españolas y anunciaban que, en adelante, obrarían como les viniera en gana respecto a la República Española. Y con ocasión de este hecho, Blomberg, ministro de la Guerra de Alemania, sale en avión para Roma.
 
PARA EVITAR LA DERROTA DE FRANCO, LOS INTERVENCIONISTAS RECURREN A NUEVAS PROVOCACIONES.
 
El carácter provocativo de la conducta de los fascistas alemanes e italianos es manifiesto. Desde hace ya varios meses, principalmente desde la derrota de las tropas italianas en Guadalajara, no se podía dudar de que el general Franco, pese a la ayuda que le habían suministrado la Alemania y la Italia fascistas, no habría de escapar a la derrota. Y la derrota de Franco habría de significar el fracaso de toda la intervención fascista en España. Para evitar esta derrota y sus graves consecuencias para el fascismo, los tristes héroes del incendio del Reichstag, recurren a nuevas provocaciones, se esfuerzan en tener las manos libres para perpetrar nuevas hostilidades contra el pueblo español, y para, como verdaderos bandidos, apoderarse de España. No hay mentira ni subterfugio fascista que pueda disfrazar esta realidad.
 
La devastación de Almería y el asesinato de un vecindario pacífico, de mujeres y de niños, por los intervencionistas fascistas, han provocado en todos los países una tempestad de indignación popular. La opinión pública se subleva; millones de trabajadores se agitan, y la misión consiste en organizar estas fuerzas para contestar eficazmente a las violencias fascistas.
 
LAS ARGUCIAS DEL GOBIERNO HITLERIANO.
 
La afirmación del Gobierno hitleriano, según la cual unos aviones republicanos españoles han atacado un barco de guerra alemán en el ejercicio de sus funciones de control, es, de punta a punta, una mentira. Primero, que cual lo demuestran con toda nitidez los informes dignos de crédito, el crucero fascista "Deutschland" no ha sido atacado, sino que ha sido él quien ha atacado a los aviones de la República española y que únicamente para contestar a su ataque le han bombardeado esos aviones republicanos.
 
Segundo, que el barco de guerra alemán no tenía absolutamente nada que hacer en el puerto ocupado por los rebeldes, pues sabido es que el control de ese sector se halla confiado a los barcos franceses y que, por tanto, el "Deutschland" no podía desempeñar en esos lugares ninguna función relativa de control internacional.
 
Si ese crucero, no obstante, hallábase allí prueba que auxiliaban a los rebeldes. Las últimas semanas ofrecen, sin tregua, ejemplos de crueldad y atrocidad fascista, de exterminio de millares de habitantes pacíficos y de la destrucción de pacíficas ciudades. La aviación fascista ha destruido recientemente la antigua villa de Guernica, santuario tradicional de ese pueblo vasco tan apegado a su libertad. Los rebeldes fascistas y los intervencionistas aplícanse, desde hace meses, a destruir el heroico Madrid; quieren arrasar Bilbao, suprimiéndole de la superficie de la tierra.
 
HACIA EL HECHO CONSUMADO.
 
Con el bombardeo de Almería y sus nuevas medidas de carácter militar el Gobierno hitleriano quiere, una vez más, situar a la opinión pública mundial ante el hecho consumado. Las especulaciones de los dirigentes de Berlín y de Roma siguen descansando en la esperanza de que los Estados no fascistas y la opinión pública progresista se dejarán acobardar y cederán ante el chantaje fascista.
 
No es un secreto para nadie que la impotencia de la Sociedad de Naciones ante la ocupación de Abisinia y las concesiones constantes de las grandes potencias occidentales a los intervencionistas alemanes e italianos en España ha alentado y siguen alentando, la descarada agresividad de los Gobiernos de Berlín y de Roma. 
 
Los sátrapas fascistas de Berlín y de Roma esperan , a este respecto, que el movimiento obrero internacional no se halle en condiciones de unificar sus fuerzas dispersas para entablar una lucha victoriosa contra la agresión fascista. Sabido es que, en el fondo, nada temen tanto los monstruosos fascistas, histéricos y cobardes, de como sea la respuesta valiente y decidida de la clase trabajadora unida y de toda la humanidad progresiva a su agresión y a sus provocaciones.
 
"NO ES POSIBLE SEGUIR NADANDO ENTRE DOS AGUAS. ¿QUÉ SERÍA UNA INTERNACIONAL OBRERA QUE RECHAZARA LA UNIDAD DE ACCIÓN?
 
Nada puede justificar el haber hecho fracasar, hasta ahora, las tentativas de organización de acciones comunes del proletariado internacional, para defensa del pueblo español, cuando los millones de obreros que a ellas se adhieren exigen imperiosamente la unidad de acción. ¿Qué sería una Internacional Socialista que rechazara las solicitudes que emanasen de sus propias secciones, incluso de unas secciones, incluso de una sección como el Partido Socialista Español, que constituye, junto con el P. C. la vanguardia de lucha contra el fascismo? 
 
¿Qué serían unos líderes obreros, unos líderes socialistas, que hiciesen fracasar la unidad de acción del proletariado internacional, cuando esta unidad es precisamente el medio decisivo para amordazar a las bestias fascistas? Eso ni puede ni debe continuar así. La situación es de tal naturaleza, que exige una posición absolutamente clara por parte de cada organización obrera, de cada militante del movimiento obrero, frente a los problemas de la unidad de acción del proletariado internacional para la defensa del pueblo español.
 
No es posible seguir nadando entre dos aguas. Ante cada obrero, ante cada socialista honrado, álzase involuntariamente esta pregunta: ¿Qué sería una internacional obrera que rechazara la unidad de acción? ¿Qué serían unos campeones de la solidaridad internacional de la clase obrera que, al hacer fracasar la unidad de acción del proletariado mundial, ayudaran al fascismo a aplastar el movimiento obrero y a sojuzgar a los pueblos uno tras otro?
 
La suerte del pueblo español y la causa de la paz mundial exigen apremiantemente la unidad de acción de todas las organizaciones obreras internacionales. El bombardeo de Almería es una gran lección para todos los trabajadores, sean cuales fueren sus ideas políticas y su organización. Es un aviso muy serio contra el mantenimiento de la desunión de las fuerzas del movimiento obrero.
 
La unidad de acción del proletariado internacional tiene que ser hecho, y lo será.
 
LA RAZÓN DE LAS ORGANIZACIONES OBRERAS ESPAÑOLAS.
 
Nunca fue esto tan necesario como en los momentos actuales. Las organizaciones obreras españolas tienen absoluta razón, cuando hacen un llamamiento al proletariado mundial, para que éste emprenda acciones comunes de máxima energía, con el fin de movilizar la solidaridad proletaria de todos los pueblos, firmemente decididos a impedir la realización de los planes del fascismo.
 
Conviene movilizar inmediatamente las innumerables fuerzas del movimiento obrero internacional contra la acción de guerra y de rapiña del fascismo alemán e italiano en España. Ante la situación creada por el bombardeo de Almería, el Partido Socialista, el Partido Comunista y la Unión General de Trabajadores, de España se han dirigido a la Internacional Obrera Socialista, a la Internacional Comunista y a la Federación Sindical Internacional, para que tomen medidas, con vistas a la organización de acciones comunes para defender al pueblo español. Esta iniciativa de las organizaciones obreras españolas, que responde a los sentimientos, a los pensamientos y a los intereses de millares de trabajadores, debe ser sostenida y realizada enérgicamente en todos los países.
 
URGE LA ACCIÓN MANCOMUNADA DE LAS INTERNACIONALES SOCIALISTA, COMUNISTA Y SINDICAL.
 
Todos comprenden que, en esto, no es posible vacilar. Y se dan cuenta con toda claridad de que, en tan grave situación, las internacionales Socialista, Comunista y Sindical deberían convocar una Conferencia común, crear un Comité de Enlace permanente, decidir todas las medidas necesarias y emprender su inmediata aplicación, es decir, hacer lo que exigen los socialistas, los comunistas y los Sindicatos de España, que combaten y derraman su sangre, unidos, contra las bestias fascistas.
 
La descarada agresión de Almería puede señalar el comienzo de acontecimientos henchidos de consecuencias para todos los pueblos, si no se movilizan con tiempo las fuerzas y si no se infringe una lección a los intervencionistas. 
 
Los camaradas españoles tienen razón de sobra, cuando, en su llamamiento al proletariado internacional, subrayan el que, en esta lucha contra la intervención alemana e italiana, no se trata sólo de la libertad y de la independencia de España, sino también del mantenimiento de la paz en el mundo, de la lucha contra el fascismo que aspira a provocar una conflagración mundial. 
 
He aquí un hecho que no puede dejar lugar a dudas. Y he aquí porque requiere tal urgencia, por parte de todas las organizaciones obreras, el que cumplan con su deber y tomen inmediatamente posiciones, lo mismo para realizar la unidad de acción internacional, que para unificar la acción de los trabajadores de cada país. Es decir, que, por las fuerzas unidas de todo el movimiento obrero internacional y de todos los amantes sinceros de la paz, se puede hacer fracasar de un modo definitivo, los designios criminales de los bárbaros fascistas, causantes de la guerra.
 
EL ALCANCE INMENSO DE UNA ACCIÓN UNIFICADA DE LA CLASE OBRERA DE TODO EL MUNDO.
 
Es menester padecer una verdadera ceguera política, para no comprender el alcance inmenso y las consecuencias que habría que tener una acción unificada de la clase obrera y de sus organizaciones en cada país y en todo el mundo. Semejante acción podría sacudir y movilizar masas populares enormes. 
 
Los conservadores ingleses, que patrocinan los manejos de Hitler y Mussolini, veríanse entonces obligados a obrar con claridad; los Gobiernos inglés y francés no tendrían más remedio que emprender acciones enérgicas contra la intervención del fascismo alemán e italiano. Se podría imponer el retiro de las fuerzas armadas alemanas e italianas de España y el abandono de las aguas españolas por parte de los barcos de guerra intervencionistas. Se podría lograr la aplicación a la República española del derecho de gentes. Se podría lograr que los intervencionistas y conquistadores fascistas fuesen tratados como merecen: como agresores, bandidos y piratas. 
 
La acción unificada de la clase obrera en todo el mundo aseguraría a la República española y a sus heroicos combatientes, no sólo una inmensa ayuda moral, sino también una formidable ayuda material. Todo esto precipitaría, indudablemente, la victoria del pueblo español. Y, en fin, la presión unificada de las fuerzas progresivas del mundo entero podría amordazar a los que aspiran a desencadenar la guerra."
 
Propuesta de alcanzar la unidad de acción, en la ayuda a España en su lucha contra el fascismo y la reacción entre las distintas internacionales obreras, que sería rechazada por la Internacional Socialista ante la propuesta de la Internacional Comunista, argumentando el presidente de la Internacional Obrera Socialista, el socialista belga Louis de Brouckère, que carecía "de poderes para adherirnos al Comité de Enlace que nos proponéis".

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