31 de julio de 2020

El poema infinito de la lealtad

Todo hombre es el guardián de algo perdido,

            algo que sólo él sabe, sólo ha visto.

         Y ese enterrado mundo, ese misterio

           de nuestra juventud, lo defendemos

                  como una fantástica esperanza.

                                           Fina García-Marruz

Desde que a sus 25 años, con apenas 6to. grado de escolaridad, absolutamente «impreparado» y a golpe de intuición se hiciera cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, se consagró a materializar, con el sudor cotidiano, el proyecto de sus sueños.

Ha transcurrido poco más de medio siglo y hoy se me antoja vencedor: a enemigos temibles, a obstáculos que parecían infranqueables, a las traiciones más tremendas, a la enfermedad y los padecimientos físicos, al tiempo… Aunque no por esa circunstancia pueden simplificarse su sacrificio, el sentido del deber y la fidelidad a su predecesor, el Doctor Emilio Roig de Leuchsenring, tras cuya muerte en 1964 la institución quedaría huérfana y en cierta forma comenzaba a ser desmantelada, despojada de su caudal.

Durante las décadas del 70 y el 80, el paulatino esplendor del Museo de la Ciudad que él levantó, inspiraba el interés por el preterido Centro Histórico, mientras la puesta en valor de La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones merecía la declaratoria de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad (1982).

En esa etapa en la que edificaba y perfilaba su personaje y su destino, y donde acaso el tiempo se tornaba más precioso, el hombre que ya vestía de gris se preocupó por mantener vivo el espíritu de su Maestro. Pero a diferencia de este, formado como intelectual en nuestra academia, en las tertulias con sus iguales y, sobre todo, en el ejercicio ininterrumpido del periodismo, él fue y ha seguido siendo, en esencia, autodidacta. Eso sí, un autodidacta que supo aprovechar cada tribuna a su alcance, en el afán de sumar voluntades a la causa de sus desvelos.

Poseedor del don de la oratoria, arte casi en desuso en nuestro ámbito, ha compaginado su actividad como gestor, constructor y restañador con la prédica constante, tanto a sus conciudadanos como al resto de los cubanos y extranjeros que ha sabido conquistar con su discurso, con esa voz encendida que produce instantánea adhesión.

Podrían enumerarse muchos, pero entre esos detalles que lo hacen singular, tal vez pocos hayan reparado en lo siguiente: siendo un adorador de la belleza en todas sus manifestaciones, un hombre tremendamente enamorado y también enamoradizo, la novia a la cual se consagró a perpetuidad, La Habana, cumple nada menos que 500 años y él tiene la suerte de celebrarlo.

De hallarse en el reino de los vivos, habría sido esta la respuesta perfecta a su amigo, el insuperable Enrique Núñez Rodríguez, quien una vez comentó que no le perdonaba ser tan inconsecuente. Lo hizo frente a un nutrido auditorio que, como es natural, quedó desconcertado. Pero enseguida despejó el misterio: en vez de fascinarse con las mujeres jóvenes, lo lógico y deseable sería que él se empatara con una anciana y la restaurara.

Pues bien, esa dama que arriba a una edad sin edad tiene su exclusivo poeta de la cotidianidad, su mecenas, guía, defensor de la utopía, patriota, fundador… Más que eso, un hombre de acción cuya esfera de influencia desborda con creces la intención del entrevistador de dotar de sentido a unas páginas en blanco. Y es que las páginas que durante más de 50 años ha llenado y seguirá llenando Eusebio Leal Spengler corresponden a un escenario mayor: la historia de Cuba.

—Muchos se asombran o se espantan cuando descubren que usted debió crecerse en el camino, con su poderosa vocación autodidacta como bitácora y por encima de carencias inimaginables. Más allá de la indisciplina durante su niñez, ¿cómo evocaría aquella etapa?

—No es ocioso recordar esos días en que mi mala conducta en la escuela, hija de tantas y tantas problemáticas que padecíamos, me sacó un día del aula sin haber concluido el 5to. grado. Silvia, mi madre, preocupada por mi destino, me llevó ante don Rogelio Hevia, un asturiano generoso que era dueño de la bodega del barrio, rogándole que pusiera fundamento a mi vida.

«Yo vivía en Hospital 660, entre Valle y Jesús Peregrino, y muy cerca, en aquella dependencia, debí aprender los más modestos menesteres. Y así, de una cosa en otra, la vida fue llevándome en su curso turbulento, hasta que al fin ocurrió un acontecimiento que no me era ajeno y que provocaba el derrumbe de la antigua sociedad: el triunfo, la victoria rotunda de la Revolución, un hecho inédito en la historia de América Latina durante el siglo XX. Por vez primera un ejército revolucionario quebrantaba la columna vertebral de uno profesional, al tiempo que se proponía transformar la sociedad desde el poder.

«Convocado al acto del 26 de Julio de ese año 1959 en el parque frente a la antigua Escuela Normal para Maestros, me escucharon hablar varios dirigentes, entre ellos José Llanusa, recién nombrado Comisionado de La Habana, quien me abordó para preguntarme dónde trabajaba, y le respondí que en ninguna parte. Todos los desempeños habían sido muy humildes; pero, además, estaba absolutamente “impreparado” para asumir otros de mayor calado. Tras escucharme con atención, solo atinó a decir: “No importa. Pasa a verme el lunes”. Era agosto de 1959 cuando ingresé en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales. Tenía apenas 16 años; en septiembre cumpliría los 17».

—Todavía no ha salido de allí, circunstancia que lo convierte en el empleado más antiguo del Gobierno municipal…

—Así es; en agosto pasado cumplí 60 años de trabajo.

—También se produjo entonces el encuentro con Emilio Roig de Leuchsenring, su maestro y predecesor de feliz memoria, como suele decir, el hombre que sentó las bases para luchar por algo que tanto preocupa a todas las generaciones: que no se pierda la memoria de las cosas, de los años por los cuales hemos transitado, de la época en que nos tocó vivir. ¿Y qué sucedió luego?

—Cuando me dieron la bienvenida en el Palacio, procedieron a interrogarme acerca de cuáles eran mis atribuciones intelectuales. Dije que no tenía prácticamente ninguna, y la primera indicación fue matricular la Educación Obrero-Campesina, que culminé días antes de comenzar el gran proceso de la Alfabetización, a la cual me sumé en los barrios más miserables de La Habana. Sin embargo, debo decir que personas maravillosas me acogieron, y sentí el grato placer de transmitir mis modestos conocimientos a una anciana y a otras más, que pudieron asistir al grandioso acto en la Plaza de la Revolución, donde el país fue declarado territorio libre de analfabetismo.

«Luego comencé el lento ascenso, a partir de leer los libros, mejor dicho, de leer con pasión los libros de las más disímiles temáticas: las ciencias naturales, la geografía, la historia como devoción, la oratoria como forma de comunicación…, huyéndole siempre a la temida realidad de mis innumerables faltas de ortografía, que debía ir venciendo».

—¿Cuál ha sido la premisa, lo que ha guiado sus pasos durante este tiempo ya largo?

—Reconstruir, restaurar, insuflar vida con energía, impulsar desde la Oficina una intensa acción cultural, solidaria, participativa, que fuera una especie de luz encendida en medio de un período histórico donde tantas han sido las urgencias y las necesidades de nuestro pueblo. Y tratamos de hacerlo con fruición y lealtad, rasgando con energía el velo decadente que caía cual pesado sudario sobre una urbe necesitada de inversiones económicas sustantivas, encabezando un proyecto descentralizado que fuera una expresión pública de la voluntad política del Estado.

—Calificada como «Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales», La Ciudad de San Cristóbal de La Habana, así proclamada por la carta de su majestad el Rey Felipe II, expedida en el año 1592, llega a un acontecimiento cenital. Otras antiguas villas del país han festejado sus aniversarios amparándose en las fechas primigenias. ¿Por qué esperar hasta ahora para la solemnidad del medio milenio, cuando se sabe que el primer asentamiento corresponde a 1514?

—Hemos priorizado la tradición de conmemorar la fundación de la ciudad tomando el año 1519, tal y como instituyó el Cabildo habanero desde el siglo XVIII. Es cierto que existen evidencias de los cronistas sobre un asentamiento fundacional en la costa sur, en un punto aún indeterminado en la Ensenada de la Broa, según la certeza más íntima que solemnizaron varias generaciones de las pequeñas localidades de Melena del Sur, Batabanó y el Surgidero.

«Observé detenidamente las más antiguas y prestigiosas cartas de navegación y el señalamiento en el mapamundi que decora las galerías del Palacio Apostólico en El Vaticano. Con idéntica avidez, en la Biblioteca Marciana de Venecia, en Simancas o en Sevilla, donde se conserva en su archivo la memoria escrita de las Españas americanas, intenté precisar el lugar exacto. Todo ello por considerar, quizá pragmáticamente, que la villa real y tangible estaba aquí, junto al viejo árbol cuyas astillas en un pequeño cofre con anotaciones de su puño y letra me aseguraba haber recogido, en medio del frenesí de hachas y serrotes el 18 de mayo de 1960, la eximia poeta habanera Dulce María Loynaz, quien además de amiga queridísima, fue para mí “la voz de Clío”.

«Nos debe por tanto la arqueología, en un tiempo que tal vez no sea inmediato, el hallazgo del sitio preciso donde se detuvieron los expedicionarios de Pánfilo de Narváez y Fray Bartolomé de las Casas para colocar la Cruz del campamento, la cual debió dejar obligatoriamente una huella entre el fuego de sus hogueras o en los sepulcros de aquellos que no pudieron continuar el camino.

«Fue por ello que durante mucho tiempo recomendé a las máximas autoridades del Gobierno en la capital apuntar hacia 2019, cuando ingresaríamos en el quinto centenario de su asiento definitivo junto al puerto de Carenas. En esa espera transcurrieron años. Mientras tanto, tratando de ser fieles al legado de mi predecesor, nos consagramos con abnegación a perpetuar la memoria de La Habana, asumiendo la villa de San Cristóbal como el precedente de la bella ciudad que hoy disfrutamos».

—¿Cuál es La Habana que debemos conmemorar?

—La Habana de lo pequeño y de lo grande, la de la cultura del detalle, la de la belleza que subyuga en lo aparente y en lo que no lo es tanto; La Habana monumental que se entrelaza con los parques y los jardines floridos; La Habana que danza al compás del tiempo, sin perder el equilibrio y la fuerza…

—Ahora que menciona danza, equilibrio y fuerza: hace poco menos de un mes despedimos físicamente a una habanera raigal que prodigó su arte y su cubanía por todos los rincones del planeta. Me refiero, desde luego, a Alicia Alonso. Muchos lo vimos, consternado, pronunciar palabras de rendida admiración junto al ataúd con su cuerpo yacente…

—Ese suceso aciago preludia el ocaso natural de una generación fundadora, en el sentido exacto del término. Alicia Alonso, además de una mujer excelsa, es un espíritu y un ser excepcional que marcó in aeternum el destino de Cuba. Solamente su férrea voluntad la pudo llevar a sobreponerse a todos los obstáculos para convertirse en un mito vivo, aclamado en todas las latitudes. Corresponde a los pinos nuevos no dejar que palidezca lo que ella sembró, construyó y dignificó. Ya para siempre me acompañan y enorgullecen su cariño, su protección y su ejemplaridad.

—Tal vez porque usted privilegia la Poesía, ha comparado nuestra ciudad con una crisálida y exhorta sistemáticamente a sus conciudadanos a mirarla con ojos amorosos, a traspasar el velo decadente y mirar con luz larga y optimismo. Sin embargo, me apropio de una frase de Miguel Barnet a modo de eufemismo: «La Habana tiene zonas que nadie ha visto…».

—El deterioro, patente o intangible, opaca el valor intrínseco de esas barriadas que conforman una periferia no tan periférica, puesto que circundan y a veces se entrelazan con el propio corazón de la ciudad, con el nervio que la sostiene y engrandece.

«En lo personal, me duele cada calle o avenida que haya padecido la indolencia, el paso inexorable de los años o el deterioro, la falta de mantenimiento, el irrespeto a las regulaciones urbanísticas y, para rematar, la acción depredadora de vándalos e inescrupulosos. Muchas edificaciones elegantes, con techos de viga y losa, ya no existen en El Cerro, por ejemplo. Pero no podemos desmayar en nuestro empeño de restaurar la ciudad, palmo a palmo, y mirar con luz larga hacia el futuro».

—Además de consumarse un sueño personal, la revitalización del Capitolio constituye la restitución de un símbolo, una página salvada de la desmemoria. No obstante, a la hora de juzgar toda gran obra intervienen pasiones encontradas. ¿Qué les respondería a quienes censuran el elevado costo de la inversión y hasta el laminado dorado de la cúpula?

—Como estoy acostumbrado a ese tipo de cuestionamientos, ni me asusto ni me disgusto. Cada quien es libre de opinar, pero es indispensable hacerlo con conciencia, y en el lugar, la hora y el día que correspondan.

«Tanto el revestimiento en oro de la cúpula como el de la Estatua de la República han sido posibles por la voluntad del Gobierno de la Federación de Rusia, que no solo aportó el metal precioso sino también envió a los especialistas que asumieron esa labor magnífica de restauración, los cuales fueron condecorados por el Presidente de la República de Cuba durante su reciente visita de trabajo a Moscú.

«Que resta mucho por hacer para dignificar los alrededores de ese palacio imponente, es verdad. Pero no es menos cierto que esa cúpula resplandeciente como el sol, esa linterna que ya emite destellos en la noche habanera, viene a coronar esta conmemoración tan esperada por los cubanos. ¡Que se vea esa aguja erguida e indomable que la remata como el símbolo de la unidad de esta nación, cual llama inextinguible!».

Tanto en Cuba como en el extranjero, se ha hecho habitual, con cierta recurrencia durante los últimos años, la entrega de múltiples reconocimientos a Eusebio Leal. El más recientemente anunciado: la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III. ¿Qué cualidades suyas intentan enaltecer tales distinciones?

—Creo que se exalta, por encima de todo, la constancia y la lealtad a una idea, a un proyecto al cual he entregado todas mis energías sin esperar nada a cambio, solo por amor. Se premia una vocación patriótica que es la base de cualquier empeño humano.

«No obstante —y créeme que no se trata de falsa modestia—, tengo la sincera impresión de no haber hecho más que cumplir con el deber y el compromiso de la juventud de mi tiempo. En el bregar cotidiano he puesto, sí, toda la fuerza, todos los recursos a mi alcance e incluso los que parecían inalcanzables. Pero no pierdo de vista que esta obra necesita de los esfuerzos y los sacrificios de todos, principalmente de esa legión casi anónima de colaboradores sin los cuales sería otra esta historia. Por lo tanto, deben interpretarse los elogios y las felicitaciones como un elogio y una felicitación a la labor de muchos, y solamente en nombre de todos, los acepto yo gustosamente, para colocarlos, con profunda y verdadera humildad, al pie de la gloriosa bandera de Cuba, como prenda de gratitud a nuestra madre amantísima, a la que todo debemos».

—Usted que ha guiado y conquistado la admiración de incontables jefes de Estado y de Gobierno, intelectuales y artistas, monarcas, príncipes y otros miembros de la nobleza, ¿cómo evaluaría la inminente visita a Cuba de los reyes de España, tan ligada emocional y culturalmente a esta Isla?

—He guiado tanto a reyes como a obreros, a niños y ancianos, para mostrarles la belleza de La Habana. En cuanto a la clave en tu pregunta, es el resultado de una conjunción de factores: los lazos que hacen imposible entender la historia nuestra sin la de aquella que durante cuatro siglos fue metrópoli. Y en una palabra, cultura, lo resumo todo, porque como he dicho otras veces, la sangre llama, pero la cultura es la que determina.

«Nos acogemos a la España de la rabia y de la idea que evocaba Antonio Machado. La España por la que cientos de voluntarios cubanos fueron a morir en tiempos de la Guerra Civil. ¿Cómo fue eso posible, apenas transcurridas cuatro décadas del cese de la dominación colonial en la Isla, y después de 30 años de cruenta guerra para librarnos de un régimen despótico y cruel? Porque, aunque no olvidamos, las ansias libertarias y la esencia del pueblo de Cuba, siguiendo el precepto del Apóstol, no se identifican con el rencor ni con el odio visceral. Martí lo dijo: “La única verdad de esta vida, y la única fuerza, es el amor”. Hay que creer en el poder fecundante del amor. Solo el amor salva.

«Esta visita venía fraguándose hace tiempo, y por motivos de agenda política no había sido posible concretarla. Si se me permite, me atrevo a calificarla también como un reconocimiento tácito de la significación de este medio milenio de La Habana».

—Pero en vísperas del aniversario 500 usted insiste ya en girar la brújula hacia el año 501. ¿Por qué?

—Porque estaríamos absolutamente perdidos si asumimos esta solemnidad como meta y no como punto de partida. Sería irresponsable quedarnos aquí, conformarnos con los resultados que hoy exhibimos y de los cuales nos sentimos orgullosos, pero que no bastan. Han sido años de ingente labor, en espera de esta magna fecha que hoy nos convoca. Hemos llegado. Ahora lo que se impone es seguir trabajando, siempre más, siempre mejor.

—Este 2019 también ha sido un año de intensa batalla y sacrificio personal, de lecciones que los más jóvenes no podremos olvidar. ¿Sigue usted confiado en que su obra perdurará?

—Pasaron los años mozos, la época dorada donde puse a prueba mi voluntad de andar y andar por las calles, con infinita pasión, poniendo siempre en cada cosa y en cada detalle el sincero empeño que ha de colocarse en lo que uno ama. Pero tengo la certeza de que, como te dije una vez, la obra de la Oficina del Historiador ha de trascenderme a mí, a ti y a todos.

—¿En esta hora de recuentos, dígame algo ajeno a su ser, o que le mortifique y le hiera?

—Bueno, la enumeración podría resultar excesiva, así que me ciño a tres conductas ante la vida que detesto: lo primero, la ingratitud. Qué mezquino aquel ser que olvide a los que una vez le tendieron la mano, o lo aconsejaron, o lo protegieron, a veces sin que lo supiera… Sería como traicionarse a uno mismo. Luego, la envidia. Hay que evitar las comparaciones estériles. Es fácil acordarse, elogiar o denostar a los que ya no están, porque no pueden defenderse; pero lo verdadero, lo extraordinario, lo grande, es admirar a nuestros contemporáneos, a los historiadores, a los artistas, los científicos, las glorias deportivas, los músicos…, tantos buenos cubanos de elevados méritos. Y lo tercero: la vanidad, a la cual hay que hacer renuncia pública, porque nada significa cuando uno está a las puertas de la vida o ante el umbral de la muerte. La vanidad no sirve, no ayuda, no construye.

—¿Qué no deberá olvidar aquel que, llegado el día, asuma el cargo de Historiador de la Ciudad, no ya para preservar la autoridad, sino para ganarse la confianza y el corazón de tantos, como usted lo hizo?

—Como no soy partidario de las recetas, porque nadie repite la gestión de otro y tampoco el carácter o la personalidad se calcan, solo te digo que tendrá que labrar su propio destino sin abandonar jamás la humildad. La petulancia y la sobrestimación son enemigas de la victoria. Y un liderazgo no se edifica si no es a fuerza de trabajo y ejemplo, con templanza y seguridad en lo justo, potenciando siempre el equilibrio de fuerzas en pro de la unidad. Si vamos a la médula de nuestra gesta emancipadora, se comprende el efecto nefasto de las guerras intestinas que nos debilitan y no hacen más que distorsionar nuestra razón de ser. Hay que creer en lo que uno ama y defenderlo al precio de la sangre. Es una cuestión de lealtad.

—¿Qué tres deseos pedirá al patrono San Cristóbal mientras lo veamos dar las vueltas a la ceiba la noche de este 15 de noviembre?

—Tiempo, tiempo y más tiempo…

¡Que se vea esa aguja erguida e indomable que la remata como el símbolo de la unidad de esta nación, cual llama inextinguible!. Foto:Joel Guerra


Enlace original:

http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2019-11-09/el-poema-infinito-de-la-lealtad?fbclid=IwAR0NhgbLap2lP59YPTqMg6l-XNuTzstXdmlSxHumfCN4vQeikeXhQKmmpWc



30 de julio de 2020

Mensajes de agradecimiento de los cinco héroes cubanos, a todos los que lucharon por su libertad.

Por Cubainformación y Resumen Latinoamericano.

Los protagonistas reales de los hechos que recoge al película "La Red Avispa".

Acusados de espías, cinco de ellos –conocidos como The Cuban Five, Los Cinco Héroes cubanos- pasaron hasta 16 años en prisiones de EEUU. La esposa de Gerardo, Adriana Pérez O´Connor, es interpretada por la actriz Anel Perdomo. Estamos en línea con ambos, desde La Habana.

Adriana Pérez considera que, al margen de errores o inexactitudes, lo esencial de la película es que “refleja el estado de necesidad de Cuba” a la hora de enviar a estas personas a EEUU a recoger información, con el objetivo de prevenir atentados y muertes. “El film desnuda el terrorismo contra Cuba” y cualquier error que tenga “lo subordinamos a su logro de reflejar el terrorismo que hemos sufrido”. Adriana exhorta “a que, cada cual, desde su criterio, vea la `Red Avispa´ y después busque la información que le falta” sobre Los Cinco, en Internet u otros lugares.

Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, considera “normal” que en el “exilio extremista” de Miami no guste la película y que la boicoteen, porque son los mismos que no quieren relaciones normales entre Cuba y EEUU. “Ellos dicen que quieren libertad para Cuba, pero quieren prohibir una película, ¿qué clase de libertad es esa?”, denuncia.

A quienes se sienten insultados porque la cinta los muestra como terroristas, les propone contestar a una pregunta: “¿Vd. considera que Luis Posada Carriles (autor de numerosos atentados con decenas de muertes) es un terrorista? Dé por seguro que contestarán que no, que no lo es", sentencia.

Preguntamos a Hernández, quien hoy es, en Cuba, Vicecoordinador Nacional de los CDR (Comités de Defensa de la Revolución), acerca de la organización Hermanos al Rescate (HAR), presentada en los medios, durante años, como una asociación humanitaria, pero que en la película aparece vinculada al narco y al terrorismo. Gerardo narra cómo, en los años en que HAR se dedicaba a ayudar a balseros, a quienes lanzaba agua y comida, “jamás tuvo problemas con las autoridades de Cuba”, a pesar de que estas conocían el prontuario terrorista de su líder José Basulto, exagente de la CIA formado en acciones de sabotaje y quien llegó a disparar contra un hotel civil en Cuba. Pero en 1995 la cosa cambió. Tras los acuerdos migratorios Cuba-EEUU y la aprobación de la política estadounidense de “pies secos, pies mojados”, ya los balseros dejaron de ser acogidos si eran interceptados por los Guardacostas de EEUU en alta mar. Quienes aportaban dinero para la supuesta “labor humanitaria” de HAR lo dejaron de dar. Y la organización pasó a la provocación directa, violando el espacio aéreo de Cuba, desobedeciendo las órdenes de la aviación civil de la Isla y poniendo en peligro la navegación aérea, al sobrevolar La Habana, sin permiso, en numerosas ocasiones.

Gerardo explica que “si el FBI pagaba a gente para que, desde dentro, le informara de las actividades de Hermanos al Rescate, es porque sabía de sus actividades, de las armas que movilizaba y de sus planes terroristas”.

La película recoge el derribo, por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba, de dos avionetas de HAR que –según la prensa de Miami- solo lanzaban panfletos sobre La Habana. A Gerardo lo acusan directamente de la muerte de cuatro jóvenes que volaban en ellas. “Lamento profundamente esas muertes”, dice, y culpa de ellas a las autoridades de EEUU. Recuerda que Cuba remitió 16 notas diplomáticas pidiendo que se retirara la licencia de vuelo a dicha organización, que impidiera a aquellas personas la violación del espacio aéreo cubano, pero "no hicieron nada". Y hace la siguiente reflexión. “Imagínense que el caso ocurre en EEUU. Alguien como José Basulto –líder de HAR que, entre otras acciones terroristas, en 1962 disparó desde un cañón contra un hotel civil de Cuba- dice que se ha vuelto pacifista y que va a violar el espacio aéreo de EEUU y sobrevolar Washington para `lanzar propaganda´. ¿Cuántos minutos habría durado vivo?”

Recuerda Hernández que una de las personas que más hizo para evitar aquellas muertes fue Juan Pablo Roque, que advirtió a Basulto, en numerosas ocasiones, “no lo hagas, no entres en el espacio aéreo cubano”, precisamente “porque así se lo indicamos que hiciera”, aclara quien fuera su jefe durante años.

Juan Pablo Roque, piloto cubano, fingió su deserción en la Base de Guantánamo. Cumplida su misión de recogida de información en Miami, retornó a Cuba con la ayuda del propio Gerardo Hernández, jefe de la Red Avispa. Este considera que el film –como el libro en que está basado, “Los últimos soldados de la guerra fría”- es injusto con Roque, a quien presenta como una especie de vividor. “Tengo que decir que Juan Pablo Roque es un patriota, un cubano revolucionario que hizo un enorme sacrificio por su país. Y la imagen que proyectaba tenía que ver con el papel, con el rol que tuvo que cumplir en aquella operación”, explica.

Insiste que ni Roque ni él tuvieron implicación ni conocimiento alguno acerca de la decisión de derribar las avionetas. Narra cómo intentaron, una y otra vez, que él se prestara a un show que debía denunciar un supuesto “plan” premeditado de Fidel y Raúl Castro para derribar aquellas naves en aguas internacionales. De este modo ambos dirigentes habrían sido llevados a la Corte Penal Internacional. Al negarse, vino la venganza: dos cadenas perpetuas, dos años en celdas de castigo sin haber cometido indisciplina alguna y 12 años sin ver a su esposa.

La película está basada en hechos reales, pero hay hechos del film que no lo son. Adriana Pérez aclara, por ejemplo, que ella no supo de la labor de su esposo hasta que fue detenido en EEUU. Entonces es cuando la Seguridad del Estado de Cuba le informó de todo. Hasta entonces pensó que su marido estudiaba en el exterior.

"La película está basada en hechos reales, pero hay hechos del film que no lo son"

Gerardo Hernández confirma el nexo entre narcotráfico y organizaciones “anticastristas” de Miami, tal como refleja la película, y recuerda que los hechos “no son inventados”. Por ejemplo, cuando su compañero René González, piloto y protagonista principal del film, se ve involucrado en una operación de traslado de droga desde un país de Centroamérica, y posteriormente denuncia al FBI por propia indicación de él, su jefe, Gerardo Hernández. Este narra, además, cómo -producto de la información aportada por el agente cubano- aquellas personas fueron arrestadas por el FBI y, tiempo después, coincidieron con ellos en prisión.

Adriana Pérez subraya el valor de Los Cinco, que “no cobraron nada por su trabajo, que lo hicieron a puro corazón, como hace Cuba las cosas”, a pesar de jugarse la vida y dejar atrás lo más querido.

Sobre la aparición, también en Miami, de ciertos personajes que dicen ser “agentes cubanos arrepentidos” que aseguran que el objetivo de Los Cinco fue “obtener información del Comando Sur, penetrar bases militares en la Florida”, “introducir armamento en EEUU”, incluso “prender fuego a hangares de avionetas”, Gerardo Hernández recuerda la fábrica de “farsantes” que es la ciudad de Miami. “Si algo de eso, lo más mínimo, fuera cierto, si lo hubieran podido probar, nos hubieran acusado de terrorismo, son cosas muy serias, y no lo hicieron”, explica.

Adriana recuerda el periplo por todo el mundo, junto a Olga Salanueva, interpretada en el film por Penélope Cruz, denunciando el injusto proceso judicial y el encarcelamiento de Los Cinco. No quiere mencionar, para no ser injusta con nadie, los nombres de colectivos y personas que ayudaron para la libertad de Los Cinco, porque son cientos. Pero sí remarca el papel de Patrick Leahy, presidente entonces del Senado de EEUU, hombre clave para el contacto con Barack Obama y para el acuerdo final que acabó con el regreso de los tres héroes cubanos aún presos (dos de ellos se encontraban ya en Cuba tras cumplir su pena íntegra).

Cubainformación y Resumen Latinoamericano consideran un verdadero honor haber sido atendidos, una vez más, por Gerardo Hernández y Adriana Pérez.

 

Coproducción de Cubainformación y Resumen Latinoamericano.

Equipo de producción en La Habana: Syara Salado Massip, Víctor Villalba Gutiérrez, Pablo Luis González Justo, Patricia Moncada Portugal y Graciela Ramírez Cruz.

Edición: Ana Gil y Esther Jávega. Diseño gráfico: Esther Jávega. Redacción y presentación: José Manzaneda.

Ver otros materiales relacionados.-

Enlaces originales:

Entrevistas de Cubainformación y Resumen Latinoamericano sobre "La Red Avispa":

“Boicotean la Red Avispa los mismos que no quieren relaciones normales Cuba-EEUU”: Gerardo Hernández y Adriana Pérez

“La Red Avispa es un film neutral, es lógico que no guste en Miami”: Irma González, protagonista real

"La Red Avispa sigue picando en Miami": hablamos en Cuba con sus protagonistas reales (René González y Olga Salanueva)

Más materiales sobre la película:

"El film Red Avispa refleja el terrorismo contra Cuba y el enorme sacrificio de Los Cinco": José Pertierra

La Red Avispa pica en Miami

“La Red Avispa” o cuando, por algo será, todo el mundo quiere ver una película

Leonardo Sbaraglia, actor argentino en "La red avispa": "La gesta de Los Cinco cubanos fue impresionante"

Las avispas volvieron a picar

"La red avispa", sobre Los Cinco cubanos, llega a Netflix: estreno el 19 de junio

Entrevistas anteriores en Cubainformación a sus protagonistas reales:

`El bloqueo y la Ley Helms-Burton dañan a Cuba, pero también afectan la dignidad y soberanía de los pueblos de Europa´: Fernando González Llort

Entrevista exclusiva a Gerardo Hernández, héroe cubano: `Aún hay muchos presos políticos en EEUU que necesitan nuestro apoyo, como Oscar López Rivera o Mumia Abu-Jamal´ (+ Fotos)

René González, en exclusiva para Cubainformación: `Debemos llevar el caso de Los Cinco a interlocutores, de izquierda o derecha, que lleguen al establishment de EEUU´ (+ Fotos)


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Un poema inédito de Miguel Hernández

Por Mar Campelo Moreno, publicado en La Vanguardia

En 2017, Miguel Hernández, cuando se cumplían 75 años de la muerte del poeta de Orihuela, y como aportación a la celebración de su obra, ha llegado el momento de sacar a la luz un poema que los descendientes de su hermana Elvira consideramos un tesoro celosamente guardado a lo largo de tres generaciones: un poema inédito que, como tantos otros a lo largo de su vida, Miguel Hernández regaló, esta vez a su hermana, mi abuela.

A raíz de la muerte accidental de su amigo Manolo, aguador de Orihuela, Miguel Hernández le dedica esta elegía. Como en muchas otras ocasiones, su primera lectora fue su hermana Elvira, cuya opinión siempre tenía en cuenta. La respuesta de Elvira fue que no publicara el poema, ya que al atribuir la responsabilidad última de la muerte a la “mezquindad” de su madre, acrecentaría el ya insoportable dolor causado por la muerte de un hijo. Después de una discusión, Miguel decide regalarle el poema, mecanografiado por él mismo, a su hermana para que lo guarde o, si así lo desea, lo destruya. Lógicamente lo conservó inédito hasta el final de sus días, con el deseo, que expresó en más de una ocasión, de que yo (su nieta mayor) me hiciera cargo de su publicación cuando ella hubiera muerto.

El original del poema lo conservó la hermana de Miguel Hernández, a quien el poeta se lo había regalado

Elvira conservó este poema, al igual que las cartas y documentos de su hermano, hasta la fecha de su fallecimiento (en 1996), cuando pasan a manos de su hija mayor, Elvira Moreno Hernández, a quien años antes había confiado su custodia. De Elvira Moreno, mi madre, todo el archivo pasa a mi poder en el 2016, con el encargo tácito de que lo haga público en el momento oportuno. Ambas transmisiones se han realizado con el acuerdo tanto de las otras hijas vivas de Elvira Hernández, Rosa y Concha, como del resto de sus nietas y nietos.

El manuscrito no está fechado pero, a través de los datos obtenidos en la hemeroteca, podríamos situarlo en las primeras semanas de agosto de 1935. Los diarios La Verdad (7 de agosto de 1935), El Día (7 de agosto), La Libertad (6 de agosto) y El Luchador (5 de agosto) hacen referencia a la muerte de un aguador de nombre Manuel García Ortuño, alias Solajes, y natural de Orihuela, donde ejercía su oficio. No puedo asegurar que se trate de la misma persona, pero las coincidencias tanto en el nombre, como en el oficio o en la causa de la muerte, pueden hacer pensar con cierta seguridad que este Manuel García Ortuño, que murió ahogado el 4 de agosto de 1935, es el destinatario de la elegía.

Casi con toda seguridad, se trata de uno de los amigos de la calle de Arriba, donde Miguel Hernández vivió su infancia desde los cuatro años. El poeta muestra su dolor por el amigo muerto y la rabia por la injusticia de su muerte, a través de figuras y referencias utilizadas ya en sus poemas anteriores: el agua, la tierra, el yunque, el trueno, el arado, los dientes.

Las similitudes de esta elegía con la dedicada a Ramón Sijé, que Miguel Hernández escribiría pocos meses después –en enero de 1936–, tras la muerte de su amigo el 24 de diciembre de 1935, apoyan la fecha sugerida.

El poema comienza con un verso suelto que es la noticia de la muerte, que ha irrumpido en la juventud feliz de forma violenta. Recordemos la dedicatoria de la Elegía a Ramón Sijé, en la que el autor nos da, igualmente, la noticia del lugar y la causa de la muerte, “como del rayo”. Además de esta similitud en la forma, ambas elegías lloran la muerte de un amigo joven, inevitable en el caso de Sijé e innecesaria en el de Manolo.

El poema muestra similitudes con otro de los más conocidos de Hernández, la ‘Elegía a Ramón Sijé’

La elegía a Manolo el aguador toma la forma más clásica –que ya había utilizado en sus elegías previas– de laudatorio del amigo desaparecido en segunda persona, y sólo en la última estrofa se muestra el autor en su dolor y su ofrenda de lágrimas, de su voz (su arma más valiosa) y una vez más, la tierra, para terminar con dos endecasílabos puramente elegíacos. Esta exposición de sus sentimientos avanza lo que será la expresión del dolor desgarrado en primera persona de la elegía a Ramón Sijé, que es un canto desesperado, en el que arremete contra la muerte que llegó “temprano” y a la que “no perdona” y que culmina con la esperanza irracional de que el amigo vuelva, pues les ha quedado pendiente “hablar de muchas cosas”.

Otra diferencia significativa es la figura de la novia, apasionadamente desesperada la del aguador y apenas sugerida la de Sijé. La novia de Manolo irrumpe en la primera estrofa torturando sus cabellos y llorando la pérdida de su hombre, fuerte y alegre, con cuyo jornal unió el suyo para costear la boda que ya no se celebrará; sin embargo, la de Sijé no se menciona hasta el decimocuarto terceto, disputándose su sangre con las abejas, aunque no debemos olvidar la elegía posterior dedicada a Josefina Fenoll (novia de Marín-Sijé), que “se ha quedado novia por casar”.

Miguel Hernández cultivó las formas clásicas, entre ellas la elegía; dedicó composiciones de este tipo a personajes públicos, a personas de su entorno inmediato y anónimo e incluso a algunos animales, quizá como un mero ejercicio poético. Pero la elegía a “Manolo, aguador ahogado” es la primera en la que la muerte le afecta personalmente y, en consecuencia, la primera con un tono íntimo, que muestra el dolor sincero y que camina hacia la culminación del género elegíaco en la dedicada a su “compañero del alma”.

A MI AMIGO MANOLO, AGUADOR AHOGADO

Por Miguel Hernández

A punto de casarte te has ahogado.

Y una mujer tortura sus cabellos,

echa de menos un timón de olmo,

llora un novio de yunques resistentes,

un corazón de campanario en fiesta,

derramando jornales por el suelo, que unisteis

para pagar el azahar y el hijo.


Y otra mujer, tu madre, tan mezquina

que te crió con hierbas y mendrugos,

gime y te insulta porque ha de pagar tu entierro.


Hoy tendrán sed tinajas y gargantas,

hoy huelgan por ti fuentes y aguadores,

carros y surtidores, con los brazos caídos.


Tu cuerpo estaba hecho de herramientas sonoras:

parecías compuesto de disparos,

tu voz llevaba un trueno de las riendas

y dos trillos tus pasos, tan potentes

que quedaban las huellas de tus pies

grabadas en las losas.


Tú y la chicharra, de la misma especie.

Cuando hacías equilibrios sobre un cuchillo en pie,

cuando sobre tu carro

de cántaros templando sus guitarrones de agua,

relampagueando el látigo mordías al borrico,

cuando te desplegabas sobre tu acordeón,

caía seducida una hortelana.


Tú y Rosendo, los mozos más fornidos, Manolo.

Tu dilatado tórax ocupaba la calle,

a tu sien hondamente negra de juventud

acudían las venas y el amor a manojos,

parecía que nunca te habías de morir,

parecías verdad, y eras mentira.


Viniste al mundo derribando sillas

y levantando arados con los dientes,

tu mano mejoró la del león

y resistió tu espalda la caída de un pino.


Gremio de relucientes puñaladas,

suavemente las aguas te han matado.

Cuatro aguadores de anudados brazos

te llevan con los pies para delante.


Cuenta con mi dolor, cuenta conmigo,

y con mi corazón, y con mi lengua,

cuenta con un puñado de lágrimas y tierra,

cosechero que fuiste del estrépito,

privilegio acabado de la vida.

José Stalin, el camino de un bandolero a un lider del pueblo.

Иосиф Сталин

Por Vestnik. Traducción Sergio Gagarin, redacción N. G.


A principios del siglo XX, José Dzhugashvili hizo su elección, se convirtió en un participante activo en el movimiento revolucionario socialdemócrata. En el pasado estuvo en una escuela teológica y seminario, y la madre lamentaba que no se hubiera convertido en sacerdote.

José tomó el nombre de un personaje literario, el nombre del ladrón georgiano que robó a los ricos: Koba. El joven líder quería amor y gloria, como el georgiano Robin Hood. Creía en las palabras de la canción del partido... "Quién no fue nadie, se convertirá en todo".

En 1905, José Dzhugashvili se convirtió en uno de los líderes del movimiento socialdemócrata en el Cáucaso. A través de sus muchos viajes, se hizo famoso dentro del partido. Habiendo viajado por casi todo el Cáucaso, Koba conoció la revolución de 1905 en Bakú.

Desde la antigüedad, los bakuvianos se distinguían por su tranquilidad y tolerancia, los comerciantes locales respetaban a las autoridades que protegían sus derechos. Los azerbaiyanos vendían frutas, los armenios comerciaban con piezas cerámicas y cestas de mimbre, los tártaros vendían el pan, y los rusos los invitaban a sus tabernas.

Masacre en Bakú entre armenios y azerbaiyanos.

6 февраля 1905 года армяно-азербайджанская резня

Los comerciantes de todo el Cáucaso llegaron a Bakú, nadie esperaba que una cruel masacre pudiera estallar aquí. Luego, a principios del siglo pasado, las relaciones interétnicas empeoraron debido al desarrollo de los campos petroleros, el mercado dictaba una competencia feroz.

El 6 de febrero de 1905 se desató la Masacre armenio-azerbaiyana.

Los propietarios de los campos petroleros trataron de contratar a sus compañeros de etnia, pero los trabajadores comunes de repente recordaron que eran diferentes todos los trabajadores petrolíferos, sino también había azerbaiyanos y armenios. El 6 de febrero de 1905, cientos de personas murieron en la masacre armenio-azerbaiyana, ahora nadie recuerda cómo comenzó todo.

Dicen que mataron a un jefe del crimen local y lo eliminaron. Koba fue testigo de cómo la policía no hizo frente a la brutal multitud, cómo se cerraron fábricas, campos petroleros, bancos y bolsas de valores en Bakú. Las tropas fueron traídas a la ciudad, Bakú se convirtió en un caldero de fuego.

Koba: El comienzo.

En 1905, José Dzhugashvili estaba ocupado con la tarea del partido en Tiflis, Kutaisi y Bakú, con su participación, se crearon los escuadrones de lucha de los bolcheviques.

Иосиф Виссарионович Сталин в молодости

Uno de los primeros casos del escuadrón en Bakú fue el robo de tipografías para la imprenta bolchevique. En aquellos días, muchos simpatizaban con los revolucionarios, las mujeres estaban especialmente cautivadas, creían que la revolución estaba de moda. Sucedió que las damas caminaron a lo largo de la columna de prisioneros y les enviaron besos aéreos, también les dieron postales, "Bóbochka: cuando estés triste acuérdate de mi y mira esta carita, no te olvides".

Posteriormente, Iosif Vissarionovich pudo ver más de una vez cuán grande era el amor de las mujeres rusas comunes, pero por ahora. En noviembre de 1905, Stalin fue elegido delegado de la Primera Conferencia de toda Rusia del RSDLP (Partido Socialdemócrata Ruso del Trabajo), que se celebró en la ciudad finlandesa de Tammerfors. Allí, Koba conoció a Lenin personalmente, los comentarios agudos y críticos de JoséVissarionovich atrajeron la atención de Lenin, quien lo conocía solo por cartas.

Vladimir Ilich trató favorablemente a Koba, todos los años prerrevolucionarios Lenin llamó a Koba un maravilloso georgiano y lo promovió de todas las formas posibles. Incluso predijo a Koba como novio para su hermana menor, María.(....)

Ningún partido puede existir sin dinero, los revolucionarios profesionales regularmente recaudaban contribuciones y se recibían donaciones privadas. Durante su vida, Savva Morozov ayudó a los bolcheviques con dinero durante mucho tiempo y en abundancia, y después de su muerte, se recibieron 100.000 rublos y se transfirieron al tesoro del partido bajo una póliza de seguro. Sobre la herencia de Nikolai Schmidt, se creó el periódico "New Life" y se compraron armas para escuadrones militares, pero aún no había suficiente dinero.

En la prisión de Kutaisi, donde Koba ingresó después del primer arresto, estudió bien las costumbres de los funcionarios, si sobornaban a las autoridades de la prisión, lo ayudarán a escapar, y si paga al departamento, los detectives ya no lo notarán. Resulta que la actividad revolucionaria requiere dinero y no solo dinero, sino mucho dinero.

En noviembre de 1905, Lenin anunció que el robo de dinero con el propósito de la revolución no era un delito, sino una expropiación, para llevar a cabo de manera competente, como dijeron los "ex" en ese momento, organizaron un grupo técnico y de combate encabezado por Leonid Krasin.

Una de las empresas más escandalosas fue la impresión de billetes falsos pequeños del Imperio ruso, los bolcheviques intentaron negociar con los trabajadores de la casa de moneda para imprimir dinero falsificado, los empleados se negaron rotundamente. Luego, los revolucionarios intentaron organizar la impresión de estas falsificaciones en Alemania, pero no salió nada.

Сталин и Ленин

Los rumores sobre el fracaso de los falsificadores rojos llegaron al Cáucaso. Koba simpatizaba con sus camaradas, especialmente con Krasin, a quien respetaba. Aquí es donde se necesitaba a Koba, se le encomendó la organización de "ex" en el campo. Koba reclutó a muchachos que estaban ansiosos por unirse a la revolución, los radicales semianalfabetos también se imaginaban a sí mismos como nobles ladrones y estaban listos para cualquier cosa.

En 1906, Stalin se convirtió en delegado del 4º congreso de unificación del RSDLP, que se celebró en Estocolmo. Se retrasó su salida debido a un breve arresto, pero la policía secreta de Tiflis, por alguna razón, lo liberó rápidamente y Dzhugashvili se fue al extranjero con calma con un pasaporte falso.

En el congreso, Dzhugashvili se presentó como Koba Ivanovich, un georgiano hosco con chaqueta y blusa en mal estado, estrechándole la mano a Lenin y Plekhanov, Dzerzhinsky y Frunze. (...) Al regresar de Estocolmo, Koba sorprendió a sus compatriotas con su apariencia. Se fue con una chaqueta y una blusa en mal estado, y regresó con un traje de lana de tres piezas, un sombrero de fieltro y una pipa.

De hecho, Stalin no era un dandi. Posteriormente, eligió un estilo paramilitar, una chaqueta vieja, el uniforme blanco del Generalísimo rara vez se usaba. Toda su vida fue indiferente a cualquier producto de lujo, estuvo interesado en una sola joya, la revolución socialista.

Джугашвили Коба бандит Сталин

En 1906, el trabajador clandestino bolchevique Jose Dzhugashvili se enamoró de Catherine, la hermana de su amigo Alexander Svanidze. José la llamó en georgiano Kato, el joven decidió casarse cuando supieron que Kato estaba esperando un hijo.

"Ella lo ayudó en su lucha revolucionaria". Stalin y Ekaterina Svanidze

Era imposible casarse, Koba era buscado y vivía en Tiflis ilegalmente usando el pasaporte de otra persona. Un antiguo compañero de clase del seminario lo ayudó, se casó en secreto como José y Catalina por la noche en la iglesia de San Daniel. Después de la boda, Koba se fue nuevamente a los asuntos del partido, la embarazada Kato fue arrestada de inmediato, el archivo de un periódico clandestino fue encontrado en la casa, de hecho, Ekaterina fue encarcelada por las actividades de su compañero.

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Kato dio a luz a un hijo, Yakov, seis meses después se enfermó de tuberculosis, en el otoño de 1907, Ekaterina Svanidze murió. Koba tomó la muerte de su esposa con fuerza, dijo una vez, "Después de que Kato murió, mi corazón se convirtió en piedra".

Yakov Dzhugashvili pasó su infancia lejos de su padre, llegó a Moscú cuando era joven. El padre ya estaba casado con Nadezhda Alliluyeva, quien sintió afecto por Yakov y lo cuidó. En 1941, Yakov Dzhugashvili fue al frente y fue capturado. Hay una leyenda de que el comando alemán le ofreció a Stalin liberar a Yakov a cambio del mariscal de campo Paulus, pero Stalin respondió: "No cambio soldados por mariscales".

Volvamos a principios de siglo, el dinero era el principal problema del partido, tenía que obtenerse a cualquier precio. Lenin prohibió a Koba participar personalmente en los "ex", bajo el liderazgo de Koba, otro bolchevique Simon Ter-Petrosyan, apodado Kamo, estaba involucrado en esto. Aquí están los resultados: robo del tesoro de Kvirian por 200.000 rublos, expropiación de Dushevskaya por 315.000 rublos, expropiación de Turkestán por aproximadamente 1.000.000 de rublos, todo fue al tesoro del partido.

Krasin admiraba a Koba, dijo: "Este georgiano se caracteriza por el ingenio diabólico y la astucia, multiplicado por la precaución".

Lo más sorprendente es que los militantes de Koba no siempre tuvieron que obtener dinero por la fuerza. El dinero fluyó por sí mismo.

Ленин и Сталин

Durante todos los años del poder soviético, los detalles de estas operaciones estuvieron envueltos en misterio, en 1945, Stalin buscó los archivos desaparecidos de Rothschild, que dejaron rastros de sus actividades en Bakú. Uno de los testigos oculares fue encontrado en el campo de concentración, fue Karl Schwarzenberg. Se le hizo una pregunta; "¿Dónde está el archivo Rothschild?", Y continuó: "Sabemos que trabajó como secretario de los Rothschild antes de la guerra, díganos, ¿dónde están sus archivos?" A lo que respondió Schwarzenberg: "No sé, los alemanes los llevaron junto con todo lo demás, que yo sepa, los llevaron a Alemania". Él fue liberado.

De su historia; "En mi juventud, trabajé como secretario para los Rothschild y me enviaron a los campos petroleros cerca del Mar Caspio en Bakú, donde dirigí sus asuntos. Un día tuvimos una explosión en nuestra oficina. Una nota llegó con una solicitud de envío de dinero, después de 2-3 notas similares. entabló negociaciones. Las personas que nos chantajearon, exigieron dinero, entablé correspondencia con ellos, comencé a reunirme con ellos y les pagué dinero. Era más fácil pagar que pelear con ellos. Una persona con la que hice negocios e incluso correspondí, se llamaban Koba ".

En la primavera de 1907, Dzhugashvili fue elegido delegado en el 5º Congreso de la RSDLP, el gobierno danés prohibió la celebración de este congreso desde el principio, luego se rechazó la recepción de los bolcheviques en Suecia. A Europa no le gustaban los caballeros sospechosos de Rusia.

Después de largas andanzas, Gran Bretaña aceptó a los delegados.

En Londres. El delegado elegido, de alguna manera decidió caminar, relajarse. En uno de los bares, los marineros lo confundieron con un indio o un árabe y comenzaron a golpearlo, Maxim Litvinov lo ayudó.. Cuando terminó el congreso, resultó que el dinero también se había agotado, y tuvo que buscar un acreedor en el camino de regreso. El préstamo fue otorgado por un banquero de Londres, pero los bolcheviques pidieron prestado £ 17.000 contra un recibo por un año, y solo lo devolvieron en 1920, cuando el dinero fue destruido por la inflación, en general, también una especie de "ex".

El Quinto Congreso prohibió la expropiación de dinero como un medio para reponer la tesorería del partido, pero el ex más grande del Cáucaso se cometió en el verano de 1907 con el permiso de Lenin. La operación tomó mucho tiempo para prepararse, todos contaron hasta el más mínimo detalle, cómo y dónde, para encontrar el carruaje con los recolectores, cómo eliminar a los guardias y neutralizar a la policía.

El 13 de junio de 1907, fue en Tiflis, los recolectores, sin sospechar nadie, se llevaron el dinero recibido del banco de la ciudad. Toda la operación se organizó tan claramente que solo tomó unos minutos. Los bolcheviques se regocijaron por el resultado, 250.000 rublos; y los mencheviques enviaron programas encriptados al Cáucaso al comité local del RSDLP para expulsar a todos los miembros del "ex" del partido, incluido Koba. Los bolcheviques y Lenin personalmente no dieron una oportunidad a este asunto. El Comité Central ordenó preparar los siguientes "ex", era más confiable que mendigar en el extranjero.

Para no confundirse, José comenzó un estricto departamento de contabilidad, cuidadosamente vigilado para que no se perdiera ni un centavo. Años después, Stalin reprocharía a sus camaradas del partido: "Mientras tomabas café, arriesgamos nuestras vidas". En la primavera de 1908, Koba fue arrestado en Bakú por escapar del exilio y vivir con el pasaporte de otra persona, le condenaron a 2 años y lo enviaron a Vologda.

En la prisión de tránsito, los compañeros de celda notaron que el registro de prisioneros se llevó a cabo descuidadamente, fue posible salvar a un amigo reemplazando a un prisionero por otro, y lo hicieron.

Los prisioneros cambiaron sus nombres.

El engaño fue revelado en la prisión de Butyrka, y Dzhugashvili fue capturado y conducido a la provincia de Vologda en Solvychegodsk. La mitad de la población de la ciudad estaba formada por exiliados, por lo que había muchos policías en la ciudad. Las autoridades a su manera se encargaron de los exiliados políticos, se les proporcionó ropa de abrigo, se les dio una asignación mensual de 7 rublos. 40 K. Se dirigieron, si no por nombre y patronímico, entonces con la adición de la palabra señor y siempre de usted.

Seis meses después, Koba concibió un escape, para esto necesitaba dinero, para no despertar sospechas, los exiliados organizaron un juego de cartas y Dzhugashvili, por así decirlo, ganó 70 rublos.

En el otoño de 1909, Koba regresó a Bakú, donde dirigió el comité de Bakú de la RSDLP. Publicó un periódico, distribuyó las finanzas del partido y a menudo viajaba a otras ciudades por negocios. El Comité Central de la RSDLP decidió aceptarlo como miembro, fue muy importante para José, pero eso no ocurrió. El hecho es que ocurrió un incidente en la organización de Bakú, la imprenta del periódico proletario de Bakú fue destruida, el dinero del partido comenzó a desaparecer y comenzaron los arrestos.

Las disputas paralizaron las actividades del comité, en tales condiciones no se podía incluir a Dzhugashvili en el Comité Central del partido. En 1910, el Capitán Martynov estaba a la cabeza de los agentes de Bakú, ordenó a los agentes infiltrados que simplemente vigilaran a Dzhugashvili. El capitán observó con calma la batalla entre los bolcheviques, esperando el momento, arrestó a todos sus secuaces y a los acusados.

En 1910, Stefania Petrovskaya aterrizó en una prisión de Bakú junto con Dzhugashvili, la policía envió una solicitud a Vologda. Desde allí se informó que durante el exilio de Solvychegodskaya, Dzhugashvili y Petrovskaya estaban muy unidos. Durante el interrogatorio, Stefania honestamente admite que ella y José son amantes, Koba lo negó todo. En el protocolo de interrogación del 26 de marzo de 1910, están escritas sus palabras: "Nunca he vivido con Petrovskaya y nunca he convivido con ella".

La mujer fue liberada, pero cuando Koba se dio cuenta de que se enfrentaba a un exilio de cinco años al norte, rápidamente recuperó el sentido. Petrovskaya fue su oportunidad de salvación. Compuso una petición al alcalde sobre las mejores tradiciones del género. Comenzó con quejas de enfermedad y luego continuó: "Permítanme entablar un matrimonio legal con Stephanie Leandrovna Petrovskaya que vive en Bakú".

El alcalde pensó hasta el final del verano y le permitió casarse, pero José ya estaba en camino. En Solvychegodsk, José fue recibido como un veterano. Los días monótonos se prolongaron, los exiliados pasaron su tiempo de diferentes maneras, algunos templaron sus cuerpos para las próximas pruebas, otros leyeron y aún otros bebieron.

En el exilio, Koba estaba acostumbrado a las fiestas nocturnas en esos momentos, según testigos presenciales, no solo era georgiano, sino también ruso. Más tarde, transfirió sus hábitos y la atmósfera de los partidos en el exilio al Kremlin, al cual sus asociados llegaron sin esposas, como en aquellos años en que todos eran más jóvenes.

Recuerdos de Siberia

Koba se instaló en la choza de la campesina Maria Kuzakova. A pesar de las manchas de viruela y un defecto en su mano izquierda, Dzhugashvili inmediatamente atrajo la atención de la exiliada Serafima Joroshenina, decidieron convivir. Sin embargo, esta relación fue de corta duración: José vivió con Serafima hasta que fue detenida por los vigilantes. Se rumorea que entonces vivió con la misma amante Maria Kuzakova.

Hay una versión o leyenda de que el hijo ilegítimo de Stalin nació aquí. Sorprendentemente, este lugar tenía un verdadero teatro con consigna, buffet y auditorio. Stalin mantuvo su amor por el teatro y la música hasta el final de su vida, a menudo visitaba el Teatro Bolshoi, le encantaba escuchar ópera, pero no era fácil de escuchar. Una vez, durante el repaso de Boris Godunov, notó que el director descartó varios fragmentos musicales para acortar la actuación. Stalin declaró enojado al director principal del Bolshoi, Pazovsky: "No es como el compositor así lo compuso". Aunque se trataba de unas pocas estrofas musicales.

Сталин в Большом театре

Al final de su exilio, Dzhugashvili desapareció enigmáticamente de las orillas del Vychegda.

Abandonada por su amante, María Kuzakova no encontró ninguna nota o dirección sobre la mesa, solo el alquiler de 3 rublos. Después del exilio, a Dzhugashvili no se le permitió vivir ni en el Cáucaso ni en San Petersburgo, Koba solicitó ir a Vologda entre los revolucionarios, era importante pues aquí se encontraron en diferentes momentos Vorovsky, Maria Ulyanova y Lunacharsky cumpliendo sus condenas.

Fue en este momento que el partido ordenó a Koba que se convirtiera en agente de viaje del Comité Central de la RSDLP. En Vologda, el dinero, las apariencias, las contraseñas estaban listas para él. Stalin alquiló una habitación al gendarme, al gendarme no le gustó, lo regañó y dijo que era ateo. Stalin soportó todo esto, se mantuvo muy separado, pero esta era su cualidad habitual. En cuanto a las mujeres, hubo rumores largos y persistentes de que Stalin también tenía una mujer aquí. José comenzó un nuevo romance, la nueva joven dama de José, los agentes al aire libre le dieron el apodo de "inteligente", era una colegiala Pelageya Anufrieva.

Él tenía 33 años, Pelageya 17 años. La relación fue muy corta, en septiembre de 1911, Dzhugashvili se fue a la capital, dejando a Pelageya con el libro "Ensayos sobre la cultura de Europa occidental", con la inscripción "Campo inteligente y desagradable del excéntrico José".

Сталин и женщины

Las mujeres rusas que alegraron la difícil vida cotidiana del exiliado José Dzhugashvili más tarde se convirtieron en un símbolo de la nueva mujer soviética. Lecheras, tejedoras, robustas de pecho completo inundaron la pantalla de cine, ascendieron a pedestales de concreto, a menudo fueron invitadas al Kremlin. Stalin convenció de que ni un solo gran logro de la humanidad podría pasar sin la participación de las mujeres: "La mujer trabajadora es nuestro gran potencial, nuestra tarea es poner este poder en acción".

Después de la fuga, arresto y asentamiento en Vologda, una gran alegría aguardaba a Koba. En el extranjero, sin embargo, fue elegido en ausencia como miembro del Comité Central, ni ​​Lenin, ni Krupskaya, ni Zinoviev, ni Ordzhonikidze se olvidaron de él. Ahora Dzhugashvili estaba unido no solo al Olimpo de Lenin, sino también al núcleo dirigente del partido.

Tenía derecho a un salario de 50 rublos. Dinero seguro al mes, una libra de carne o mantequilla en el mercado cuesta un centavo, verduras una miseria, por 5-6 rublos. Vendió un caballo. Mas, sin embargo, en el extranjero, el nuevo miembro del Comité Central no estaba completamente satisfecho, en una carta a Krupskaya dice: "Recibí una carta de Koba, está claro que está terriblemente aislado de todo, como si se hubiera caído del cielo. Es una pena que no haya llegado a Praga para una conferencia del partido".

En febrero de 1912, Koba llegó ilegalmente a San Petersburgo, ya estaba buscando finanzas para el partido como miembro del comité central. Aceptado de Stasova el mostrador de caja del partido y la imprenta, logró organizar la publicación del periódico Pravda, el órgano central del partido. Esta fue la primera vez que Stalin realizó un trabajo tan responsable en la capital. Trotsky luego escribió: "El orgullo provincial estrangulado estaba inevitablemente teñido de envidia, que se pacificó solo con precaución".

¿Cómo apareció el seudónimo de Stalin?

Сталин с чекистами


Stalin incluso fue al extranjero a reuniones del partido. En Viena escribió la obra "La cuestión nacional y el marxismo", de la que así mismo se decía: "Escribo toda clase de tonterías". Desde 1912, cuando sus artículos comenzaron a aparecer en la prensa bolchevique de San Petersburgo, Koba tomó el seudónimo de Stalin para sí mismo, convirtiéndolo en acero, al igual que Rosenfeld, que había adoptado previamente el seudónimo de Kamenev. Los jóvenes bolcheviques usaban seudónimos firmes.

Un año después, fue arrestado en circunstancias muy extrañas, Stalin decidió ver a sus camaradas en una mascarada de caridad organizada a favor de los bolcheviques. Solo una persona sabía sobre la campaña de Koba en este baile, un miembro del Comité Central del Partido Bolchevique, diputado de la Duma Estatal y agente secreto de la policía secreta, Roman Malinovsky, aparentemente entregó a Koba.

Una breve biografía explica que el 23 de febrero de 1913, Stalin fue arrestado en una fiesta organizada por el Comité Bolchevique de Petersburgo en el salón de la Bolsa de Valores de Kalashnikov.

Seis meses después, Dzhugashvili terminó el exilio más difícil cerca de Krasnoyarsk en el territorio de Turujansk. Muchos revolucionarios, incluido Trotsky, habían estado aquí antes que él. El 10 de agosto de 1913, el día 26 del viaje, Koba llegó al pueblo de Monastyrskoye.

Primera Guerra Mundial 1914-1918: el comienzo

Un año después, comenzó la Primera Guerra Mundial, Stalin fue transferido a un nuevo lugar de exilio en la aldea de Kureyka. Dos futuros líderes del partido se establecieron en una choza. Un pedante aseado Sverdlov, el otro, según sus camaradas, explosivo, grosero y siempre sombrío Stalin. Sverdlov cocinó sopa, barrió pisos, cortó leña, transportó agua, y Stalin yacía en un sofá en una depresión. No habiendo vivido un mes, fueron a diferentes casas.

En 1914, Stalin, mientras estaba en Kureyka, sedujo a Lydia Perelygina y comenzaron a convivir. las pasiones en la familia Perelygin se calentaron hasta el límite, los hermanos de Lydia casi mataron a golpes a Koba. El exilio, las disputas, las pasiones familiares terminaron en nada, estaba cansado de esconderse, su único consuelo era ir a cazar. Stalin podía observar a una bestia salvaje durante horas, parecía adoptar los hábitos de los depredadores del bosque. En el otoño de 1916, los familiares de Lydia le permitieron vivir con José bajo el mismo techo, razonaron que los bolcheviques se calmarían y se casarían, como se prometió después de que ella fuera mayor de edad. Stalin, nunca se casó con Lydia ya sea que recibió una citación del ejército. Abandonada por José Lydia Platonovna Perelygina dio a luz a un niño, se llamaba Sasha, en honor de Alejandro Magno. Posteriormente, luchó en los frentes de la Gran Guerra Patria y encontró la victoria con el rango de Mayor.

¿Cuántas veces estuvo Stalin en prisión?

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Koba fue arrestado 7 veces, estuvo en el exilio 6 veces, escapó 5 veces. Se escapó con tanta frecuencia que más tarde, tanto él como los biógrafos oficiales se confundieron al calcular. Muchos exiliados huyeron de los asentamientos, pero las frecuentes fugas de Stalin dieron a los investigadores modernos razones para sospechar que tenía vínculos con la policía, pero no hay documentos que lo confirmen, si algo sucedió, desapareció y los testigos también desaparecieron.

La revolución de febrero de 1917 liberó a José Dzhugashvili de la prisión y el exilio. El 2 de marzo, un telegrama llegó desde la capital a Siberia, el poder soberano abdicó en el gobierno provisional. Al enterarse de esto, Koba se fue inmediatamente a Petrogrado, el período más importante de su vida estaba comenzando al fin. Irreconocible y poco conocido por nadie, Dzhugashvili, de 38 años, se iba de Krasnoyarsk.

Koba regresó de atolondrado seminarista, recalando en San Petersburgo como un luchador experimentado. José Stalin sabía con certeza que estaba absolutamente listo para la lucha.