27 de agosto de 2018

El trotskismo es el enemigo de la revolución proletaria y de los movimientos de liberación nacional

Por Harpar Brar. Traducción del francés realizada por Alexandre García.




A la luz de lo que ya se ha dicho, es nuestro imperioso deber, camaradas, rechazar al trotskismo, denunciarlo y oponerse al mismo como una ideología burguesa perniciosa. Se trata de una importancia muy particular para nosotros, quienes vivimos en un país imperialista, porque la aceptación del trotskismo por los trabajadores no puede sino conducir a firmar una alianza con su «propia» burguesía imperialista. 

¿Por qué? 

Porque según el trotskismo «el verdadero desarrollo de la economía socialista (…) sólo será posible después de la victoria del proletariado en los principales países de Europa» (citado en Stalin 17-12-1924, p. 137) y además:
«Sin la ayuda directa de Estado por parte del proletariado europeo, la clase obrera (…) no podrá mantenerse en el poder y transformar su dominación temporal en una dictadura socialista estable. No podemos dudar de ello ni por un instante.» (citado en Stalin 17-12-1924, p. 133).

Así, según el trotskismo, la revolución socialista no puede triunfar en los países menos avanzados en el plano del capitalismo; no se puede construir el socialismo en estos países – no sin antes haber logrado «la victoria del proletariado en los principales países de Europa.»

¿Pero que pasaría si el proletariado de un país atrasado lleva a cabo con éxito una revolución, pero su éxito no es seguido por «la victoria del proletariado en los principales países de Europa»? El trotskismo contesta: «si esto no debiera producirse [es decir si la victoria del proletariado en un país atrasado, como era el caso de Rusia antes de 1917, no es seguida por la victoria del proletariado europeo] no hay ninguna esperanza de creer – la experiencia y las consideraciones teóricas dan fe de ello – que la Rusia revolucionaria, por ejemplo [o por la misma razón, cualquier país atrasado] pueda hacerle frente a la Europa conservadora, o que la Alemania socialista pueda permanecer aislada en el mundo capitalista.» (Trotsky 25-5-1917, citado en Stalin 17-12-1924, p.134).

En otras palabras, y en tales circunstancias, el consejo del trotskismo al proletariado victorioso de un país atrasado es: rendíos incondicionalmente – capitulad –, hagan las paces con vuestra «propia» burguesía y con el imperialismo, porque vuestra posición es «desesperada»; ya que en vuestro país, «la experiencia histórica y las consideraciones teóricas dan fe de ello», no os podéis mantener «frente a la Europa conservadora»; porque «la revolución proletaria no puede conocer una conclusión victoriosa en los límites de un solo país», etc., etc.

Esta posición del trotskismo afirmada en la teoría de Trotsky de la «revolución permanente» constituye su verdadera esencia contrarrevolucionaria. Ninguna fraseología ultra-«izquierdista» puede disimular esta esencia contrarrevolucionaria del trotskismo. Es esta misma posición del trotskismo lo que hace del mismo el soporte más activo del imperialismo; si el proletariado victorioso de un país atrasado siguiese este consejo, ello conduciría a la restauración del capitalismo en este país y ello reforzaría al imperialismo. A su vez, el efecto del reforzamiento del imperialismo haría más dificultosa «la victoria del proletariado en los principales países de Europa». Por consiguiente, gracias a este consejo del trotskismo, nunca existiría la dictadura del proletariado en el país en cuestión y nunca nos aproximaríamos hacia una Europa socialista. La consecuencia de ello no podría ser otra que el reforzamiento del imperialismo, e incluso lo pondría en condiciones de poner más fácilmente al proletariado europeo bajo su dominación. El proletariado europeo se aproximará precisamente en el momento en que el imperialismo sea débil, y no después de su reforzamiento. El camino del trotskismo, el camino de la teoría de la «revolución permanente» conduce a la reacción permanente y a la contrarrevolución permanente. Es el camino de la desesperación permanente.

La teoría de Trotsky de la «revolución permanente», con motivo de su rechazo del papel revolucionario del campesinado, pretende que en los países donde el feudalismo sigue siendo la fuerza predominante, el feudalismo sólo puede ser sustituido por un gobierno obrero; en otras palabras, el trotskismo niega las fases de la revolución – niega la fase intermedia de la revolución democrática popular, es decir una revolución que ponga fin al feudalismo, pero que no instaura directamente el socialismo, una revolución que sólo se transforma en socialismo después de haber llevado a cabo con éxito sus tareas democráticas y durante la cual ha tenido lugar el nuevo alineamiento de las fuerzas de clase. El trotskismo niega la teoría de la revolución neo-democrática, que es la teoría marxista-leninista de la revolución por etapas, al igual que la teoría marxista-leninista de la revolución ininterrumpida. El trotskismo cree – y no puede ser de otra manera, dado su rechazo del papel revolucionario del campesinado – que se pueden saltar las fases de la revolución. El resultado de ello contiene dos facetas: 1) prepara hoy las tareas futuras y niega las tareas actuales; y 2) se niega a ofrecer su apoyo a las luchas de liberación nacional, bajo el pretexto de que el programa del Frente Nacional del Liberación de Vietnam del Sur es «burgués». Al proceder de esta forma, el trotskismo actúa como fuerza desorganizadora en el seno del movimiento de solidaridad con los pueblos de los países oprimidos y mete una cuña entre el proletariado europeo y los pueblos oprimidos del mundo que luchan contra el imperialism, prestando así un apoyo poderoso al imperialismo. Éste fue el caso por ejemplo en nuestro país con el movimiento de solidaridad con el pueblo vietnamita.

Los trotskistas, junto con los revisionistas, hicieron lo posible para sabotear el movimiento de solidaridad, y no sin cierto éxito. No voy a escribir aquí sobre la historia del movimiento de solidaridad con Vietnam. Pero es del todo pertinente citar aquí algunos ejemplos que sirven para demostrar las posiciones contrarrevolucionarias hacia las cuales han llegado los trotskistas por el hecho de aceptar la teoría de la «revolución permanente».

Los trotskistas siempre se han negado a apoyar el programa del Frente Nacional de Liberación con el pretexto de que se trataba de un programa «burgués». Actúan de tal forma porque al ser unos adeptos de la teoría de la «revolución permanente», que niega el papel revolucionario del campesinado, no reconocen las fases de la revolución vietnamita. Quieren pasar por encima – o eludir – la fase de la liberación nacional. En otras palabras, quieren que el socialismo sea instaurado en la mitad meridional de Vietnam antes de que el pueblo vietnamita haya llevado a cabo con éxito su liberación nacional derrotando a los agresores imperialistas norteamericanos y haya efectuado last areas democráticas de la revolución vietnamita. Según los trotskistas, la dominación del feudalismo y del imperialismo en Vietnam del Sur sólo puede ser sustituida por un gobierno de trabajadores. Esto en apariencia resulta revolucionario, pero en su esencia se trata de una absurdidad reaccionaria. 

Seguir un camino como el que defienden los trotskistas solo conduciría a una cosa: no solamente no podría ser instaurado el socialismo en Vietnam del Sur, sino que además la liberación nacional misma no podría hacerse realidad. La gran mayoría del pueblo de Vietnam del Sur ha llevado a cabo una batalla gloriosa contra el imperialismo y por la liberación nacional, y lo ha logrado porque estaba de acuerdo y unido en su determinación por ponerle fin a la agresión norteamericana, hacer realidad la liberación del país e instaurar una república democrática popular. En esta fase, un programa socialista sólo tendría como efecto el provocar una brecha en el frente nacional unido contra el imperialismo; en esta fase, un programa socialista prestaría la mayor de las ayudas al imperialismo norteamericano. Nos podemos dar cuenta de ello cuando los trotskistas condenan al FLN, prestando así una ayuda inestimable al imperialismo norteamericano. Para eso sirve toda su verborrea ultra-«izquierdista»: para perturbar gravemente las luchas de liberación por su subordinación al imperialismo.

Los trotskistas jamás han cesado de insultar al gran dirigente del pueblo indochino, el camarada Hô Chi Minh. ¿Qué ha hecho el camarada Hô Chi Minh para merecer un trato así? La razón reside en el hecho de que actuó de manera profundamente revolucionaria, condujo al pueblo vietnamita de victoria en victoria, condujo hacia la instauración del socialismo en la República Democrática de Vietnam y que por lo tanto demostró en la práctica la bancarrota y la naturaleza reaccionaria de la teoría de la «revolución permanente» según la cual el socialismo no puede ser construido en un solo país atrasado. En otras palabras, hizo lo mismo que lo que se hizo en la URSS bajo la dirección de Stalin. ¿Es sorprendente, en este caso, que los trotskistas tilden al camarada Hô Chi Ming de «burócrata estalinista»?
Todo aquel que no esté de acuerdo con la teoría derrotista y reaccionaria de la «revolución permanente» es un «burócrata estalinista» desde el punto de vista de los degenerados trotskistas.
Al tildar a Hô Chi Minh de burócrata y al insultar sin parar al FLN, lo que hacen los trotskistas es presentar a la clase obrera de este país la lucha del pueblo vietnamita como una lucha reaccionaria que no merece por consiguiente que se le apoye. El resultado es que el movimiento de solidaridad es subvertido y que el proletariado británico sigue creyéndose las mentiras difundidas sobre la cuestión por el gobierno imperialista de Gran Bretaña y por la prensa imperialista, que describen al pueblo vietnamita en lucha como asesinos sedientos de sangre que desde hace años cometen agresiones contra los Estados Unidos, ¡y que pretenden que los Estados Unidos no hacen más que librar una guerra defensive! Es fácil que el proletariado de Gran Bretaña crea en estas mentiras por dos razones:
  • porque vive en un país imperialista, y
  • porque hay «comunistas», como los trotskistas, que se hacen eco de las mentiras del imperialismo.
Está claro que en este caso los trotskistas representan un obstáculo de primera importante en el cumplimiento para el proletariado británico de sus deberes internacionalistas proletarios. 

El proletariado europeo, incluyendo el británico, no podrá nunca hacer una revolución a menos que se impregne completamente del espíritu del internacionalismo proletario, y no antes de asociar su propia lucha a la lucha de los pueblos y proletarios oprimidos por su liberación nacional y por la revolución proletaria, y no antes de prestarles una ayuda de la manera más fraternal a tales luchas

Jamás insistiremos lo suficiente en esta verdad. Y toda persona que se ponga en medio del camino del proletariado británico en el cumplimiento de estos deberes atrasará el día de la revolución en nuestro país y es por tanto un contrarrevolucionario. Los trotskistas son precisamente estos contrarrevolucionarios. Lo repito, jamás insistiremos lo suficiente en esta verdad.
Lo que se aplica la lucha del pueblo vietnamita se aplica también, por extensión lógica, a las luchas de los pueblos oprimidos en todas partes, y allí los trotskistas hacen su sucio trabajo exactamente de la misma manera. Para ilustrar la profundidad de la extrema degeneración alcanzada por los trotskistas, me gustaría citar un reciente panfleto publicado por una de estas organizaciones trotskistas, Solidarity. Leyendo este panfleto, uno no puede tener sino sentimientos de repugnancia con respeto a estos trotskistas. Estáis avisados, camaradas. 

Según este panfleto, la guerra en Vietnam no es una guerra imperialista de agresión impuesta por el imperialismo norteamericano al pueblo vietnamita que ama la paz, sino un «conflicto entre imperialismos». Por consiguiente, insisten los degenerados trotskistas autores de este panfleto, la «izquierda bolchevique» no debería elegir su bando. Después, denuncian aquellos que presentan la guerra de Vietnam como un «esfuerzo unilateral, un producto del ogro americano». El panfleto prosigue denunciando la teoría marxista-leninista de la revolución por etapas: «la experiencia vietnamita (…) demuestra la extrema miseria del enfoque estalinista basado en las “dos fases”.» El panfleto prosigue difundiendo la viciosa mentira que pretende que en 1945, «innumerables trabajadores fueron asesinados por el carnicero Hô Chi Minh (…)». Según los autores trotskistas de este panfleto, «la victoria de un bando o del otro [en la guerra de Vietnam] perjudicará a la lucha por el socialismo mundial». Para camuflar esta falsificación infame, los agentes trotskistas de la burguesía terminan el panfleto haciendo un llamamiento al «establecimiento de la autodeterminación a escala mundial». Para familiarizaros más con el verdadero trotskismo, el trotskismo en su forma contrarrevolucionaria no disfrazada, propongo citar este panfleto en su totalidad. No tengo dudas, camaradas, que cuando hayáis adquirido conocimiento del contenido de este panfleto, comprenderéis plenamente nuestra posición y estaréis de acuerdo con nosotros cuando decimos que el trotskismo es contrarrevolucionario y constituye un apoyo fiable del imperialismo. He aquí el contenido entero de este panfleto:

Vietnam, ¿Victoria para quién?
La escalada reciente en la guerra de Vietnam ilustra dolorosamente las realidades de nuestra época; la política de las grandes potencias contra los trabajadores. Hace nueve semanas, la ofensiva del DRVNINLF, lanzada gracias a la ayuda masiva de los rusos y de los chinos contra el régimen de Saigón ha modificado el mapa del sureste asiático. La guerra es un conflicto entre imperialistas y su solución será decidida en Moscú, Washington, Beijing y París en detrimento de las masas de Vietnam, Camboya, Laos y Estados Unidos. Siendo incapaces de comprenderlo, la izquierda bolchevique nos obliga a tomar partido en este conflicto bárbaro.
Esta gente presenta la guerra como un esfuerzo imperialista unilateral, un producto del ogro americano. El bando del DVRNINLF es pintado con colores brillantes: «(…) una victoria vietnamita en el sur constituiría una gran ayuda a la revolución socialista en otras partes del mundo» (Red Mole, 15 de mayo de 1972). IS, temiendo reclutar sobre la base del oportunismo, grita: «¡Victoria para el FNL! ¡Romped el bloqueo de Nixon!» (Socialist Worker, 3 de junio de 1972). Otros, como el PC, hacen un llamamiento por la «paz» y por la aplicación de los acuerdos de Ginebra de 1954. Aquí partimos del postulado que los trabajadores no deberían tener derecho a dar su opinión en el plano de su existencia y que las burocracias políticas deberían negociar en su nombre. Otro postulado es que la lucha por el socialismo en Vietnam «actualmente» está fuera de lugar. Los bolcheviques más degenerados pasan por encima de eso al identificar la «liberación nacional» con el «socialismo». En cada caso, se trata de una falsificación monstruosa.
Estos enfoques son ilustrados con las perlas siguiente: «(…) cuando el problema del poder americano estará solucionado, sabremos qué tipo de régimen y de política elegirá el FNL – y estará obligado a elegir en función de la lógica de su situación. Pero de momento se trata de otra lucha, de la verdadera lucha por el socialismo» (IS 32, «Ni Washington, ni Moscú – ¿Y Vietnam en todo eso?»).
La experiencia de Vietnam (al igual que en España en 1936) demuestra la extrema miseria del enfoque estalinista basado en las «dos etapas» (ambas dirigidas, como es natural, por «el Partido»). ¿Es necesario recordar la Comuna de Saigón de 1945, cuando innumerables trabajadores vietnamitas fueron asesinados por el carnicero Hô Chi Minh en colusión con el imperialismo francés y británico? Allí se había producido un comienzo de insurrección socialista aplastada por los verdaderos gángsters que la izquierda bolchevique apoya de manera tan histérica. El aplastamiento por Hanói de la resistencia campesino a la colectivización en la provincia de Nghe An en 1956 también ha sido olvidado, eligiendo la opción más fácil. La campesinos adolescentes enrolados a la fuerza que hoy mueren en Hue, Kontum y An Loc, dan fe de la dureza de la nueva ofensiva del régimen de Hanói; la población que huye y la falta evidente de apoyo por parte de la población civil son una prueba suplementaria de que la población no tiene nada que ganar con la victoria de uno u otro bando.
¿A qué se deben las mistificaciones de los bolcheviques? Sencillamente esconden la esencia del conflicto: los dos bandos en la guerra de Vietnam representan intereses imperialistas. Aunque la dependencia ideológica y militar del régimen de Hanói con respecto de Rusia y de China sea diferente de la del régimen Thiêu con respecto de los Estados Unidos, la victoria de uno u otro bando se hará en detrimento de la lucha por el socialismo mundial. La victoria del FNL y de Hanói reforzará al imperialismo ruso y chino contra el imperialismo norteamericano. Por lo tanto, un «acuerdo negociado» no hará más que prolongar la guerra para otra generación. Dejamos a los patriotas sociales del capitalismo de Estado la posibilidad de elegir el imperialismo que prefieran. Al igual que pregonan «la victoria del IRA» en Gran Bretaña, pregonan soluciones reaccionarias similares en otras partes del mundo. Su razonamiento es que tales «victorias» debilitan al imperialismo occidental, pero los últimos 50 años de luchas de liberación nacional desmienten tales afirmaciones. Las victorias obtenidas sobre la base del nacionalismo o de la raza no son un eslabón del socialismo, y de hecho refuerza las ideologías burguesas y autoritarias, lo que desmoraliza aún más a los trabajadores.
Creemos que el enemigo principal es interior. Somos partidarios de una campaña eficaz contra la colaboración del gobierno británico con el imperialismo norteamericano en Vietnam. No obstante, esto no supone un apoyo al FNL. Al contrario, ¿qué decir de una manifestación contra la embajada rusa en la avenida de los millonarios?
A fin de cuentas, la única solución para este conflicto bárbaro es una solución socialista: contra el imperialismo norteamericano, con el FNL y los burócratas de Hanói, por la fraternización de las tropas norteamericanas y vietnamitas, por la derrota de los dos bandos en sus países respectivos, por la transformación de la guerra imperialista en guerra civil apoyándose en el clase contra clase – es decir el establecimiento de una autodeterminación a escala mundial.
Este panfleto habla por sí mismo y ningún comentario es necesario con respecto a esta ostentación de trotskismo contrarrevolucionario – ¡no hace más que corroborar lo que ya se ha dicho! Sin embargo, hay dos puntos que me gustaría retomar a modo de esclarecimiento, a fin de desenredar la madeja de confusión propagada por este panfleto.

(1) Los trotskistas de Solidarity, autores del precedente panfleto, describen a otras organizaciones trotskistas degeneradas y contrarrevolucionarias como el Grupo Marxista Internacional (IMG), responsable de la publicación de Red Mole (topo rojo) y los Socialistas Internacionales (IS) que publican Socialist Worker como «izquierda bolchevique». Se trata en realidad de un intento por hacer pasar a organizaciones burguesas y contrarrevolucionarias por organizaciones de tipo bolchevique y sembrar la confusión entre el trotskismo contrarrevolucionario y el bolchevismo revolucionario, es decir el leninismo. La realidad es que en su conjunto, estas diversas organizaciones trotskistas no constituyen la izquierda bolchevique sino la derecha menchevique.
(2) Los autores de este panfleto mencionan diversas citas sacadas de Red Mole y de Socialist Worker en un esfuerzo por demostrar que IMG y IS apoyan la lucha del pueblo vietnamita contra la agresión imperialista norteamericana y a favor de su liberación nacional. Esto no es verdad. IMG y IS no apoyan la lucha de liberación nacional del pueblo vietnamita. Como han dicho anteriormente, durante años han estado denunciando al FNL y han arrojado avalanchas de insultos contra el gran dirigente del pueblo vietnamita, el camarada Hô Chi Minh. Gente como Tariq Ali de IMG y otros impresentables de IS, de la Liga Laborista Socialistas, etc., han condenado a menudo al camarada Hô Chi Minh como «burócrata estalinista». Se desmarcaron de la gran manifestación del 27 de octubre de 1968 a favor de Vietnam y contra la agresión imperialista norteamericana y se han negado a marchar hacia la embajada estadounidense. En lugar de ello, se llevaron a 50.000 personas a una comida popular en Hyde Park Corner. Se han negado a aceptar las tres consignas de la manifestación, a saber «¡Agresores norteamericanos, fuera de Vietnam enseguida!», «¡Por la victoria del FNL!» y «¡Larga vida a Hô Chi Minh!». Tariq Ali no estaba de acuerdo con la segunda y la tercera consigna con el pretexto de que el programa del FNL era burgués y que Hô Chi Minh era un burócrata estalinista. Le dijimos que si éste era su sentir, no tenía más que llevar una pancarta con las consignas que reflejen sus opiniones. Huelga decir que no se atrevió a hacerlo. Si hubiese llevado esta pancarta, las miles de personas reunidas para la manifestación lo habrían linchado. En lugar de ello, sufriendo la presión de la multitud de militantes y frente a las cámaras de televisión, Tariq Ali nos ofreció un ejemplo de su hipocresía gritando consignas como «Por la victoria del FNL» y «Larga vida a Hô Chi Minh». Todo ello se hizo con el fin de confundir a las masas y estar en medida de desvirtuar con éxito el movimiento de solidaridad.
Es inconcebible que los mismos trotskistas hayan modificado su línea tan bruscamente. Si lo hubiesen hecho, tendrían que haberlo dicho. Si realmente hubiesen tenido la intención de modificar su línea, en este caso habrían dejado de ser trotskistas. En realidad no han cambiado en absoluto su línea. IS «apoya» al FNL, si recogemos el texto del panfleto de IS 32, porque piensa que el FNL está comprometido con la instauración del socialismo sin pasar por las etapas necesarias. En realidad, esto no constituye un «apoyo» al FNL, sino un intento desesperado de explicar el comportamiento anterior de IS y salvar a la teoría de la «revolución permanente» de su naufragio final. 

Años de lucha han demostrado la justeza absoluta del programa del FNL y la bancarrota no menos absoluta de la línea trotskista. En lugar de admitir hoy esta bancarrota del trotskismo, es decir la de su propia línea a lo largo de los años, y renunciar a ella definitivamente, los trotskistas de IS siguen deformando la línea y el programa del FNL. Hasta los autores de este panfleto son capaces de ver claramente esta distorsión, y compitiendo con IS, de catalogar a sus responsables de «bolcheviques degenerados», es decir trotskistas degenerados. El socialismo se instaurará en Vietnam, pero solamente después de que el pueblo vietnamita haya pasado por la fase de su liberación nacional y haya hecho realidad las tareas democráticas de la revolución vietnamita. Ésta es la sencilla verdad, señores trotskistas, una verdad que nunca habéis comprendido nunca y que en el futuro no comprenderéis nunca a menos que dejéis de arrodillaros con devoción ante esta «absurda teoría izquierdistas de la “revolución permanente”» (Lenin 5 – 1914ª, p. 364).
De igual manera, IMG no apoya tampoco al FNL. Tanto IS como IMG «apoyan al FNL», pero no por lo que defienden en realidad, sino por lo que ellos piensan que defiende, y esto no es en absoluto lo mismo. Recientemente, publicaron un material que da la impresión de que los trotskistas han empezado a «apoyar» al FNL porque este último ha abandonado sus antiguas posiciones y ha adoptado la línea trotskista. Nada podría estar más alejado de la verdad que esta sugerencia absurda. ¿Cuál es en este caso la verdadera razón del «apoyo» aparente que los trotskistas de IMG y IS han aportado recientemente al FNL? La razón es que el FNL está al borde de la victoria: siguiendo su programa correcto, han vencido a los agresores imperialistas norteamericanos. Ésta es la razón por la cual los trotskistas se han apresurado por unirse a la inminente victoria total del pueblo vietnamita. Tienen prisas por presentar esta victoria, que han intentado sabotear por todos los medios, como su propia victoria, resultado de sus acciones de «solidaridad».
Y lo que es más, el cambio de dirección de la línea trotskista con respecto a Vietnam coincidió con la visita de Nixon a China. Los trotskistas han hecho propaganda con el fin de que los chinos se encuentren con Nixon y lleguen a un «arreglo» con respecto a la cuestión de Vietnam por encima del propio pueblo vietnamita. Esto hacía parte integral de su propaganda cotidiana contra este bastión del socialismo. La verdad es que el gobierno, el partido y el pueblo chinos han demostrado en la práctica que eran los aliados más fiables del pueblo vietnamita y que jamás llegarán a un «arreglo» con el imperialismo norteamericano en detrimento del pueblo vietnamita. Nixon fue a China en reconocimiento de la posición de debilidad del imperialismo norteamericano. Éste ya no puede negarse a reconocer la realidad de la existencia de China. Nixon puede haber esperado todo tipo de «arreglos» (todos los reaccionarios lo hacen), pero es una certeza que no han obtenido el menor arreglo en China. A fin de difamar a China y difundir calumnias malintencionadas contra China, los trotskistas han empezado a chillar que «los burócartas chinos liquidan por completo la lucha del pueblo vietnamita». A fin de poder hacer tragar estas calumnias malintencionadas, los contrarrevolucionarios trotskistas tenían que dar la apariencia de apoyar al FNL. Allí está la explicación de este asunto. La realidad es que son los burócratas trotskistas quienes, a lo largo de todo este asunto, han hecho lo posible por minar la lucha del pueblo vietnamita. Los camaradas chinos, por su parte, han aportado su apoyo caluroso, tanto material como político, al pueblo vietnamita.
Aparte de las razones mencionadas anteriormente, también deberían rechazar al trotskismo porque, según él, una victoria el socialismo no es posible en un solo país, incluso si este país es el más avanzado en el plano del capitalismo, porque «no hay ninguna esperanza de creer (…) que la Rusia revolucionaria, por ejemplo, pueda hacerle frente a la Europa conservadora, o que la Alemania socialista pueda permanecer aislado en el mundo capitalista.» (Trosky 25-5-1917, citado en Stalin 17-12-1924, p. 134).
En otras palabras, si el proletariado británico tuviese éxito a la hora de derribar el capitalismo e instaurar la dictadura del proletariado, todo estaría perdido a menos que la victoria del proletariado británico sea seguida por la victoria del proletariado de otros «países europeos importantes» y, tal vez, del de los Estados Unidos igualmente. Lo que quiere el trotskismo, por consiguiente, es una victoria simultánea a escala mundial del socialismo. Es imposible, porque se trata de una utopía pura y simplemente. La revolución proletariado no puede triunfar en todos los lugares del mundo de una sola vez; será triunfante, dice el leninismo, primero en un solo país o en algunos países, y luego, eventualmente en otros países y, eventualmente, en todos los países del mundo. En realidad, podemos decir que «la experiencia histórica y las consideraciones teóricas dan fe de ello», la revolución mundial no se hará realidad simultáneamente. Debido a que el curso de la revolución no se desarrolla según los esquemas preconcebidos del trotskismo, éste último, en lugar de admitir su propia bancarrota, preconiza que no se defiende ninguna revolución – que no se construya el socialismo en países tomados aisladamente. Y si los revolucionarios no aceptan su consejo, son por consiguiente «traidores y burócratas estalinistas» que «traicionan la revolución». He aquí la naturaleza reaccionaria del trotskismo.
En resumen, camaradas, deberíamos denunciar el trotskistas y oponernos al mismo, porque se trata de una ideología burguesa hostil a la construcción del socialismo y la liberación nacional – una ideología que constituye uno de los apoyos más fiables del imperialismo. Debemos dirigirnos al proletariado consciente de su clase y ayudarle a formarse en un espíritu de intolerancia con respecto a la ideología burguesa del trotskismo. Es nuestra tarea enterrar de una vez por todas esta ideología. Si esta serie de conferencias contribuye a ello, y éste es su objetivo principal, nosotros, la Asociación de los Trabajadores Comunistas, consideraremos que habrá sido un honor haber jugado en ello un cierto papel.

18 de agosto de 2018

Cantata de Santa María de Iquique, Obra Maestra Cultural del Proletariado

No es una composición más.
Ahora los jóvenes no conocen, que hubo un grupo que realizó verdaderas joyas de la cultura proletaria.
En 1973, intentaron crear una cultura popular a base de canciones y composiones que retratasen la lucha del proletariado por su emancipación, en castellano.
Así surgieron decenas de auténticos himnos de lucha...y de libertad.
Oir esta tonada, dentro de la "Cantata de Sta. María de Iquique", que relata el asesinato de 3.600 obreros, es una clase magistral de la lucha de los obreros por su emancipación social.
Poquísimas composiciones han expuesto la vida, el pensamiento y la realidad revolucionaria de la canción, de forma tan lúcida, por boca de los propios oprimidos.
Continuar es un reto para nosotros mismos.
Pero también conocer nuestro legado, aunque nos censuren, quitándolo de facebook, youtube o google. Existe, y nuestro derecho es difundir este mensaje.
Esta composición es esencial para la nueva sociedad, que emana esperanza, que proyecta cauces culturales hacia el comunismo.

14 de agosto de 2018

Estados Unidos: Militantes del Black Power todavía encarcelados

Por Alan Grey. Resumen Latinoamericano. Traducción de Francisco Ponzán

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En Estados Unidos, 19 militantes afroamericanos del Black Panther Party, de la Black Liberation Army y de la organización Move, detenidos en los años 1970 y 1980, están todavía en prisión.

Acusados de haber asesinado policías y guardias de prisiones  blancos, algunos de ellos reivindican  estos homicidios como actos políticos, pero muchos otros, como Mumia Abu Jamal, han negado siempre las muertes que les imputaban. 

Frecuentemente, las acusaciones atribuidas a estos militantes fueron completamente inventadas y sus procesos fueron  parodias de la justicia. Desde el año 2000, diez militantes del movimiento Black Power han muerto en prisión. Mumia Abu Jamal, aunque ya no está condenado a muerte, sí lo está a cadena perpetua y se le niega, a los 64 años, los cuidados médicos que necesita.

Culpables o inocentes de los hechos que les atribuyen, estos activistas se pudren desde hace cuarenta años en prisión  porque el Estado  norteamericano quiere hacerles pagar caro  haberse atrevido levantarse contra el sistema que les oprimía, y  que oprime todavía a la aplastante mayoría de los afroamericanos.

La negación de atenderlos sanitariamente correctamente forma también parte del castigo político infligido por el poder. La justicia estadounidense ni se plantea liberarlos y tiene a gala privarles de libertad para siempre.

En cuanto a los policías blancos que, cada año, asesinan a jóvenes negros, no tienen que preocuparse en absoluto de acabar igual. Protegidos por el Estado al cual sirven, la mayoría no pasará ni un solo día de su vida en prisión.

11 de agosto de 2018

La primera tentativa del trotskismo de tomar la dirección del Partido Comunista

Tras cuatro años de guerra imperialista mundial y tres años de guerra civil e intervención militar extranjera, los bolcheviques encontraban grandes dificultades para que Rusia recuperara el nivel económico anterior. Estas dificultades agudizaron los conflictos entre los partidarios de Trotski y los demás dirigentes del partido, poniendo de manifiesto que la relativa unidad entre ellos a la hora de conquistar el Poder Soviético y defenderlo daba paso a profundas diferencias sobre el papel de la URSS en la revolución proletaria internacional. Estas divergencias de fondo repercutían negativamente, a su vez, sobre la labor económica y política, la cual se venía orientando en un sentido opuesto al que deseaban los trotskistas. Es así como éstos lanzaron un órdago creciente al resto del Partido, coincidiendo con la enfermedad terminal de Lenin y su pérdida. Los años siguientes iban a conocer el despliegue de los argumentos de cada parte y a determinar la correlación de fuerzas entre ellas en las filas bolcheviques y en la sociedad soviética.


La derrota de las acciones revolucionarias en Alemania, Bulgaria, Polonia e Italia, que marcaría el inicio del primer reflujo de la revolución proletaria mundial, así como las dificultades económicas en Rusia, conforman el contexto en el que Trotski envía, el 8 de octubre de 1923, una carta a los organismos dirigentes del Partido denunciando el “régimen secretarial”, reclamando la renovación de su aparato y proponiendo –contra el criterio de Lenin- cerrar empresas industriales todavía no rentables pero estratégicas. Siete días después, sus seguidores, sin él pero en conjunto con los restos de los grupos de oposición, todos ellos funcionarios con responsabilidades, se reúnen para suscribir la “declaración de los 46 oposicionistas” con argumentos coincidentes. En ella, pronosticaban una terrible crisis económica y el hundimiento del Poder soviético. Entre las causas de la crisis de precios entre la industria y la agricultura, estaba el hecho de que el capital privado controlaba la mayoría del comercio, la pervivencia de métodos de dirección del “comunismo de guerra”, pero también que el trotskista Piatakov en su cargo de dirigente del Consejo Supremo de la Economía Nacional orientaba a las empresas estatales a obtener el mayor beneficio posible elevando el precio de venta de sus productos.

Pero la oposición veía la solución de los problemas en el establecimiento de la libertad de fracciones en el seno del PC, prohibidas por su X Congreso. A finales de ese año, se publicó una carta de Trotski titulada “Un nuevo rumbo” (además de intervenciones de otros trotskistas como Preobrazhenski, Saprónov, Antónov-Ovséenko, Murálov y Konstantínov) en la que oponía el aparato del Partido a sus afiliados y acusaba a los viejos cuadros de degenerar al estilo de la II Internacional, mientras adulaba a la juventud estudiantil calificándola de “el barómetro más fiel del partido”, a pesar de que, en aquel momento, sólo una minoría de ésta era de extracción obrera y campesina. El Partido tuvo que dedicar sus fuerzas a este debate, en el transcurso del cual los trotskistas sólo lograron el apoyo de un número reducido de células de escuelas superiores y de organismos administrativos. En enero de 1924, hizo balance de esta discusión la XIII Conferencia del Partido, que condenó a la oposición trotskista como “desviación pequeñoburguesa del marxismo”, como reflejo objetivo de “la presión de la pequeña burguesía sobre las posiciones del partido proletario y su política”. Esta resolución fue posteriormente refrendada por el V Congreso de la Internacional Comunista.
La XIII Conferencia y el XIII Congreso del Partido condenaron a la oposición trotskista como ‘desviación pequeñoburguesa del marxismo’
El XIII Congreso del Partido se reunió en mayo de 1924. Condenó la plataforma de oposición trotskista, definiéndola como una revisión del leninismo, y confirmó las resoluciones de la XIII Conferencia. Además, de cara a reforzar la alianza con el campesinado, acordó favorecer el desarrollo de la industria ligera y de la metalurgia, ratificó la creación de un Comisariado del Pueblo del Comercio Interior, aprobó la concesión de créditos a bajo tipo de interés a favor de los campesinos para desalojar del campo a los usureros y resolvió impulsar la cooperación agraria por todos los medios. Finalmente, destacó la importancia de la promoción leninista de nuevos afiliados al Partido y la necesidad de reforzar su educación en los fundamentos del leninismo: esta promoción hizo crecer la proporción de obreros en las filas bolcheviques del 44 al 60% en tan solo ocho meses.

A partir del XIII Congreso, la oposición trotskista profundizó en su revisión de la historia de la revolución y del Partido. La dividía en dos etapas muy diferenciadas, casi opuestas –antes y después de las Tesis de Abril escritas por Lenin- y argumentaba la existencia de un doble liderazgo personal en la segunda de ellas: el de Lenin y Trotski. Así procedían Preobrazhenski, Radek y, sobre todo, el propio Trotski que, en el otoño siguiente, escribió una introducción al tercer tomo de sus obras titulada “Las enseñanzas de la Revolución de Octubre”, en la que denigraba a los dirigentes bolcheviques y pretendía haber sido el mejor revolucionario, poco menos que afirmando la conversión de Lenin al trotskismo.

Las denuncias de los trotskistas contenían algunas verdades o medias verdades, pero lo más importante es comprender qué propósito había detrás de las mismas. Es evidente que pretendían sustituir a los veteranos bolcheviques en la dirección del Partido, objetivo que podía ser legítimo si éstos cometían ciertos errores políticos peligrosos para la suerte de la revolución y si se negaban a corregirlos. Pero, lo que Trotski juzgaba como errores eran también los principios del bolchevismo. Ya en 1919, 1922 y 1923, había aprovechado la reedición de varias de sus obras anteriores a Octubre para insistir en la defensa de su teoría de la “revolución permanente” y en su concepción individualista del Partido. La grave enfermedad y posterior muerte de Lenin le brindaba la oportunidad de luchar por imponer su línea al Partido. La lucha entre la mayoría bolchevique y la oposición agrupada en torno a Trotski reflejaría ideológicamente la disyuntiva entre edificar el socialismo en la URSS o esperar a la revolución internacional.
La lucha entre la mayoría bolchevique y la oposición agrupada en torno a Trotski reflejaría ideológicamente la disyuntiva entre edificar el socialismo en la URSS o esperar a la revolución internacional.
Citaremos a continuación unos pocos fragmentos de la obra de Trotski que expresan su particular concepción, ajena al leninismo, de la línea estratégica de la revolución:
Precisamente en el intervalo entre el 9 de enero y la huelga de octubre de 1905 fue cuando llegó el autor a las concepciones acerca del carácter del desarrollo revolucionario de Rusia que han recibido el nombre de teoría de la ‘revolución permanente’. Esta denominación abstrusa expresaba la idea de que la revolución rusa, ante la cual se alzan de manera inmediata objetivos burgueses, no podrá, sin embargo, detenerse en ellos. La revolución no podrá resolver sus tareas burguesas más inmediatas sino colocando en el Poder al proletariado. Y este último, al tomar el Poder en sus manos, no podrá por menos de rebasar el marco burgués en la revolución. Al contrario: precisamente para asegurar su victoria, la vanguardia proletaria tendrá que hacer, desde los primeros pasos de su dominación, las más profundas incursiones, no sólo en la propiedad feudal, sino también en la propiedad burguesa. Este modo de proceder le llevará a choques hostiles, no sólo con todos los grupos burgueses que le apoyaron en los primeros momentos de su lucha revolucionaria, sino también con las vastas masas campesinas, con ayuda de las cuales ha llegado al Poder. Las contradicciones en la situación del gobierno obrero en un país atrasado, en el que la mayoría aplastante de la población está compuesta de campesinos, podrán ser solucionadas sólo en el plano internacional, en la palestra de la revolución mundial del proletariado.” (Prefacio escrito en 1922 para su obra 1905)

Sin un apoyo estatal directo del proletariado europeo, la clase obrera de Rusia no podrá mantenerse en el Poder y transformar su dominación temporal en una dictadura socialista duradera. De ello no cabe dudar ni un instante.” (Nuestra revolución, escrito en 1906)

Que ningún país debe ‘aguardar’ a los otros en su lucha, es una idea elemental que es útil y necesario repetir, para que la idea de una acción internacional paralela no sea sustituida por la idea de una inactividad internacional expectante. Sin aguardar a los demás, comenzamos y continuamos la lucha en el terreno nacional, con la plena seguridad de que nuestra iniciativa impulsará la lucha en otros países; y, si esto no sucediese, no hay ningún fundamento para suponer –así lo atestiguan la experiencia histórica y las consideraciones teóricas- que la Rusia revolucionaria, por ejemplo, podría sostenerse frente a la Europa conservadora o que la Alemania socialista podría subsistir aislada en un mundo capitalista.” (El programa de la paz, escrito en 1917)

Mientras en los demás Estados europeos se mantenga en el Poder la burguesía, nos veremos obligados, en la lucha contra el aislamiento económico, a buscar acuerdos con el mundo capitalista; al mismo tiempo, puede afirmarse con toda certidumbre que estos acuerdos pueden, en el mejor de los casos, ayudarnos a cicatrizar una u otra herida económica, a dar uno u otro paso adelante, pero el verdadero auge de la economía socialista en Rusia no será posible más que después de la victoria del proletariado en los países más importantes de Europa.” (Epílogo escrito en 1922 para su obra El programa de la paz)

Como se ve, Trotski no compartía la convicción de Lenin de que Rusia estaba en condiciones de construir el socialismo, porque no confiaba en la capacidad de las masas obreras y campesinas para conseguirlo frente a la burguesía internacional.

En cambio, Lenin sostiene, en su artículo de 1916 La consigna de los Estados Unidos de Europa, que La desigualdad del desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo. De aquí se deduce que es posible que el socialismo triunfe primeramente en unos cuantos países capitalistas, o incluso en un solo país en forma aislada.

Al quinto año del triunfo revolucionario en Rusia, expone así su convencimiento en el último discurso que pronunció el 20 de noviembre de 1922 ante el Pleno del Soviet de Moscú,: Hemos hecho penetrar el socialismo en la vida diaria, y de eso es de lo que debemos ocuparnos. Esa es la tarea de nuestros días, ésa es la tarea de nuestra época. Permitidme que termine expresando la seguridad de que, por más difícil que sea esa tarea, por más nueva que sea, en comparación con nuestra tarea anterior, y por más dificultades que nos origine, todos nosotros, juntos, y no mañana, sino en el transcurso de unos cuantos años, todos nosotros, juntos, la resolveremos a toda costa, de modo que de la Rusia de la Nep salga la Rusia socialista.

Ya en 1923, en uno de sus últimos artículos Sobre la cooperación, afirma que la URSS reúne las condiciones imprescindibles y suficientes para edificar la sociedad socialista completa”.

Bastarían un par de decenios para que la victoria soviética sobre el nazi-fascismo en la Segunda Guerra Mundial demostrara incuestionablemente la razón del leninismo frente al trotskismo.

Trotski tampoco compartía la concepción leninista sobre la organización del Partido apropiado para una obra de semejante envergadura. Por eso, había criticado al líder de los bolcheviques, en su obra Nuestras tareas políticas (1904), en términos más violentos pero esencialmente idénticos a los que empleó contra Stalin y sus camaradas: “fetichista de la organización”, partidario del “régimen de cuartel”, “dictador que quiere sustituir al Comité Central”, “dictador que quiere instaurar la dictadura sobre el proletariado” para quien “toda intromisión de elementos que piensen de otra manera es un fenómeno patológico”, instaurador de una “teocracia ortodoxa” y un “centralismo autócrata-asiático”; “¡No puede manifestarse mayor cinismo hacia el mejor patrimonio ideológico del proletariado que el que muestra el camarada Lenin! Para él, el marxismo no es un método de análisis científico”; “… separa la actividad consciente de la actividad ejecutiva. (Hay) el Centro, y, por debajo, no hay más que disciplinados ejecutores de funciones técnicas”; Lenin está cegado por “la lógica burocrática de tal o cual ‘plan’ organizativo”, pero “el fiasco del fetichismo organizativo” es seguro; “El jefe del ala reaccionaria de nuestro Partido, el camarada Lenin, da de la socialdemocracia una definición que es un atentado teórico contra el carácter de clase de nuestro partido”; Lenin “ha formulado una tendencia que se ha dibujado en el Partido, la tendencia revolucionaria-burguesa”; “La tarea de la Iskra consistía en aterrorizar teóricamente a la intelectualidad. Para los socialdemócratas educados en esta escuela, la ortodoxia es algo muy próximo a esta ‘Verdad’ absoluta que inspiraba a los Jacobinos (el partido burgués más radical de la Revolución francesa de 1871). La Verdad ortodoxa prevé todo. El que contesta a esto debe ser excluido; el que duda de esto se halla cerca de ser excluido”. A cambio, el ideal de Trotski era “la personalidad política global, haciendo respetar frente a todos los ‘centros’ su voluntad y esto, bajo todas las formas posibles, ¡incluido el boicot!”. En definitiva, el credo de un intelectual pequeñoburgués, individualista, semi-anarquista.

En la obra de aplastamiento ideológico del trotskismo y de defensa del leninismo, tuvo un gran papel el trabajo teórico de Stalin “Fundamentos del leninismo”, editado en 1924 (además de decenas de artículos, recopilaciones e intervenciones del mismo autor y de otros muchos cuadros del Partido). Esta obra expone de las contribuciones más relevantes de Lenin al marxismo. Con él, se formaron y se seguirán formando en la teoría del marxismo-leninismo las diversas generaciones de proletarios de vanguardia, hasta que la humanidad entierre definitivamente el capitalismo.

Con Stalin a la cabeza, el Partido cerró filas en torno a su Comité Central y se movilizó para seguir adelante en la construcción del socialismo, lo que exigía derrotar este primer envite de los trotskistas en ausencia de Lenin.

10 de agosto de 2018

El Socialismo hizo posible la victoria en la II Guerra Mundial


1.- Significado de la Guerra para el Imperialismo.

Tras la Revolución de Octubre, diversas naciones del antiguo imperio ruso se adhirieron al Socialismo. Pero todos los gobiernos capitalistas quisieron intervenir para invadir esos pueblos, apoyando militarmente a los dictadores y terratenientes en armas. Durante cinco años intentaron en sucesivos ataques económicos y de intervención controlar las sucesivas repúblicas de los Soviets. Al fracasar en todos los intentos, trataron de aislar la unión de esas república (la URSS), apoyando inclusive al fascismo emergente en diversas naciones (Italia, Alemania, Rumanía, Finlandia, Letonia, Estonia, Lituania, etc.).

Contra ella se firmaban todos los pactos con la Alemania nazi, para que su ideario antisocialista enfilase una intervención contra la URSS. Hechos que confirman esta estrategia, era el suministro continuo de motores, materias primas y petróleo norteamericano, los acuerdos para reconstruir la marina de guerra nazi con fondos ingleses, la permitida anexión del Sarre, de Renania, de Austria y la ocupación de Checoslovaquia, los acuerdos de Alemania con Rumanía y Bulgaria, etc.

Intento de un Golpe Militar en la URSS.

Un 10 % de los altos oficiales eran antiguos militares salidos del Ejército Zarista, inclusive se habían afiliado a los soviets y al Partido Bolchevique. En un ejército, donde los reclutas procedentes del campesinado aún no se habían desembarazado de los hábitos de querencia sobre la propiedad privada, chocaban entonces con la época de la colectivización de las granjas, del 1º Plan Quinquenal, de la acelerada industrialización por toda la Unión.

En 1934 José Stalin observa que: “El asesinato de Kirov fue la primera advertencia seria que demostraba que los enemigos del pueblo iban a entrar en el doble juego y que haciéndolo se camuflarían de bolcheviques, de miembros del Partido para ganarse la confianza y abrirse el acceso a nuestras organizaciones”. (enlace a. de internet) Los procesos contra zinovievistas, bujarinistas y trotskistas de los años 37 y 38, así como el desmantelamiento del golpe de Estado del Mariscal Tujachevski, fortaleció al partido y al proletariado soviético.

La URSS aislada

Tras el Pacto de Munich, el gobierno soviético tuvo la confirmación que tanto Gran Bretaña como Francia, apoyados por los EEUU, llegaban a cualquier componenda para no tener que volver a enfrentarse en los campos de batalla, llegando a dar facilidades a la Alemania Nazi para que invadiese la Unión Soviética. (2)

Por ello, el 23 de Agosto de 1939 firmó Moscú un pacto de no agresión con Berlín.

Durante el resto del año 1939-40 y 1941, en toda Europa y especialmente en los EEUU, se atacó al socialismo como alternativa social, especialmente por este pacto. En todos los países occidentales, la prensa y los gobiernos atacaban abiertamente a quienes  luchaban contra el ascenso del fascismo, contra los que apoyaban a la Unión Soviética, contra los comunistas de todo el mundo, apoyados por trotskistas y antisoviéticos.

2.- Estrategia nazi, estrategia soviética.

El 22 de Junio de 1941, el ejército agresor fascista atacó con 5,5 millones de soldados, 47.000 cañones, 4.300 tanques, y 5.000 aviones de combate.

Durante la ocupación, los criminales nazis exterminaron o martirizaron a más de seis millones de civiles y a más de cuatro millones de militares soviéticos prisioneros. Un millón de soviéticos fueron llevado a Alemania como esclavos de trabajo, volviendo después de terminada la guerra muy pocos de ellos.

Capítulo aparte los robos y saqueos agropecuarios estatales, cooperativos y particulares ascendieron al 30 % de la riqueza nacional. Y allí donde llegaron sus atroces destrucciones, quisieron aniquilar las riquezas culturales, la memoria de los pueblos eslavos, de sus museos, palacios, centros históricos y memoriales.

La Contrainformación del imperialismo.

Después de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, el complejo industrial militar creado por los EEUU y el Reino Unido veía que la paz en Europa era muy negativa a sus intereses. El desmantelamiento de una gran parte de sus fábricas, la merma de sus ganancias, necesitaba de un enemigo para seguir exportando nuevas guerras, amedrantando a los pueblos que aspiraban a liberarse de las cadenas del imperialismo.

Y más aún, por la disposición de ese gobierno yanqui de imposición de la “pax americana” mediante la bomba atómica y el rearme de las fuerzas armadas de los EEUU.

Casi todas los medios de comunicación, agencias de noticias, editoriales se dedicaron con saña a atacar no solamente los hechos de la Gran Guerra Patria, sino que utilizando la propaganda nazi y revisionista tanto rusa como europea, atacar los logros del Socialismo, hasta hoy día.

Katyn, montaje nazi reasumido por el imperialismo.

Conocemos el interés que todos los Gorbachovs tenían en satanizar a Stalin. Su objetivo no era tanto Stalin como el socialismo. Al denigrar el socialismo, su propósito era el de restablecer el capitalismo y de disfrutar de unas vidas de lujo parasítico para ellos y sus lacayos en detrimento del sufrimiento colectivo de los pueblos soviéticos. Su cinismo equivale al de los nazis alemanes y no nos podemos sorprendernos al verles cantar con la misma cantinela. (apéndice b. internet).

Pero los diferentes exámenes soviéticos sobre el terreno en los años 40, y las últimas pruebas fidedignas sobre la autoría nazi de esta masacre, en los descubrimientos de los enterramientos de Vladimir Volinsky, han dejado con claridad meridiana este montaje y este interés antisoviético y antisocialista del imperialismo sobre Katyn (c. internet).

¿Cómo se fraguó la Victoria?

Artífices principales del Frente Militar fueron:

1) Guerra Total.

Cada palmo de terreno, ya en las fronteras soviéticas, fue defendido enconadamente por los guardafronteras.

La Gran Guerra Patria fue en donde se decidió la Segunda Guerra Mundial.  Allí, el Fascismo Alemán fue desecho, las pruebas a pesar de la propaganda imperialista son irrefutables.

En el transcurso de la Gran Guerra Patria fueron destruidas 607 Divisiones del Eje, o sea el 75 % de las tropas y material de guerra.

2) Guerra en la Retaguardia Nazi.

Los invasores no debían tener ningún territorio pacífico. A tal efecto, se crearon en Moscú destacamentos de combatientes que eran lanzados tras las líneas, fueron los llamados “paracaidistas rojos”, al principio fueron seleccionados de entre las mas expertas fuerzas, todos voluntarios, pues sabían que era muy posible que no volviesen.

Pasando los meses, más de un millón de campesinos, ancianos, niños, mujeres y exprisioneros se unieron a las Divisiones Guerrilleras.

Los hechos son contundentes: pusieron fuera de combate a millón y medio de fascistas entre soldados y oficiales, funcionarios, y empleados de las instituciones de ocupación. Volaron 20.000 trenes, 10.000 locomotoras y 12.000 puentes ferroviarios y de carretera, destruyeron 65.000 automóviles, averiaron más de 4.000 tanques y carros blindados, derribaron o inutilizaron en aeródromos 1.100 aviones.

3) La Inteligencia Soviética.

En los países donde se había instalado el terror nazi (Alemania, Italia y España), y posteriormente tras el comienzo de la guerra en todos los países ocupados, miles de antifascistas y comunistas laboraron con sus informaciones, una fantástica línea de defensiva de espionaje para defender la URSS, como el único puntal contra el fascismo. Agrupados en múltiples grupos, con sus emisoras, auxiliares de captación y exploración, realizaron un auténtico Frente Antifascista en todo el mundo.

Las batallas esenciales como Moscú, Stalingrado, Kursk, Dniepper, Varsovia y Berlín fueron victorias soviéticas, que además de las operaciones militares, llevaban adjuntas muy avanzadas informaciones sobre la táctica del enemigo, sus fuerzas, el despliegue de su armamento y las intenciones del Mando Alemán y de los Países del Eje, mucho antes de las acciones de guerra.

4) Los Ejércitos de Choque.

Una de las medidas fue resaltar y reforzar aquellas unidades que se destacaban en los combates, recibían el título de “Unidad de la Guardia”. Con esta distinción el Ejército Rojo tuvo unas fuerzas expertas en la lucha por la Defensa del Poder Soviético.

Eran la punta de lanza de los contraataques, de las ofensivas, y con su desarrollo en los frentes de batalla, se acortó extraordinariamente la guerra. Estos Ejércitos coordinados fueron letales para las fuerzas hitlerianas, pues estaban coordinados, Divisiones de fusileros, blindadas y de artillería, lanzadas de golpe, en vastos frentes arrollando a su  paso las más preparadas fuerzas nazis. Así ocurrió en las contraofensivas de Moscú, Stalingrado, Kursk, Korshun-Cherkassi, Leningrado y el Paso del Vístula.

5) Mejora continua del Armamentos terrestres y aéreos.

La artillería y los morteros fueron mejorados considerablemente. Especialmente por la invención de la artillería reactiva. El 21 de Junio de 1941 se decidió a empezar la fabricación en serie de los BM-13, los célebres Katiuskas.

Desde 1939 comenzó la producción de los carros pesados KV y un año más tarde los T-34.

En la aviación se desarrollaron desde 1939 hasta 1944 nuevos aviones ultrarrápidos diseñados por los ingenieros S. Lávochkin (La), A. Mikoyán (Mig) y A. Yakolev (Yak) que asombraron a las unidades enemigas por su versatilidad y mejores prestaciones que las de los nazis.

3.- La conciencia de la población soviética.

Y el pueblo soviético presentía el peligro. El Partido Comunista, llevando a cabo el rumbo trazado en el XVIIº Congreso, adaptó los planes para el auge de las industrias pesadas y aceleró las dedicadas a la Defensa. Solamente en 1940 se extrajeron 165,9 millones de toneladas de hulla, 31,1 millones de toneladas de petroleo, y se fundieron 18,3 millones de toneladas de acero.

Tras la agresión de las zonas ocupadas por los fascistas, fueron trasladadas al Este de la URSS, 2.500 grandes empresas industriales, y más de un millón de soviéticos.

Obreras y obreros con las armas en la mano, tanto en los frentes como en la retaguardia subordinaron sus intereses personales al logro de la victoria sobre el Fascismo. La mayor parte de los trabajadores más conscientes en la causa del Socialismo ingresaron en el Partido Comunista Bolchevique y el Komsomol Leninista.

El fondo de ayuda a la defensa.

Durante la guerra, el monto de los recursos del presupuesto nacional, empleado para fines militares, supuso 582.400 millones de rublos. Al mismo tiempo, para el Fondo de la Defensa los soviéticos donaron voluntariamente 118.000 millones de rublos. Tan fabulosa ayuda monetaria del pueblo no la conoció ningún ejército del mundo. Muchas decenas de miles de equipos militares fueron fabricados con el dinero entregado voluntariamente por los trabajadores.

Ni un paso atrás frente al fascismo.

Sus habitantes hicieron a muchas de sus ciudades heroínas, sus nombres se encuentran en el acervo de combate del proletariado mundial: Brest, Minsk, Murmansk, Smolensk, Moscú, Leningrado, Stalingrado, Odessa, Sebastópol, Kiev, Tula, Novorrosik, Kerch.
Los ancianos, mujeres y niños elevaron fortificaciones, produjeron armamento y tecnología en las fábricas, cosieron la ropa de los soldados, soportaron continuos bombardeos de artillería y aviación, las privaciones de todo tipo, la falta de calefacción y comida.

El Socialismo hizo posible la victoria en la Gran Guerra Patria.

La falacia de las “amenazas del comunismo” ha servido como propaganda por el imperialismo, para aupar el nazismo, incrementar la explotación de las colonias y restaurar los regímenes proimperialistas. Desde el fin de la guerra mundial, los estados imperialistas no han cesado de crear las condiciones de nuevas intervenciones contra los pueblos, destruir la Unión Soviética y desarrollar la carrera armamentística.

La historia ha demostrado que no es suficiente con prevenir las guerras con acuerdos de buena voluntad, sino el desarrollo de una nueva época de relaciones sociales, de sistema de integración entre los trabajadores del mundo, contra el imperialismo. Porque mientras este mantenga subordinados a los países y pueblos de la tierra, la miseria, la pobreza y las guerras es la única forma de mantenerse en el poder.

Las lecciones prácticas de la Segunda Guerra Mundial, demostraron que el Socialismo como Sistema Avanzado de la Humanidad tanto en lo político como en lo económico es más estable, productivo y con mayores esperanzas de futuro, desarrollado para y por la mayoría de la población, la clase obrera.

8 de agosto de 2018

El día que Stalin reivindicó a Sandino

Por La voz del Sandinismo
Augusto C. Sandino
 
“Comunistas” norteamericanos y mexicanos acusaron al General de Hombres y Mujeres Libres de “peligroso aventurero pequeño burgués”. José Stalin, líder en ese entonces de la Unión Soviética, solicitó una reunión de la Internacional Comunista (IC) para reivindicarlo y darle todo el apoyo

Al cumplirse hoy el 84 aniversario del Plan para la realización del Supremo Sueño de Bolívar(20 de marzo de 1929) que enviara desde Las Segovias nuestro General, al Congreso Anfictiónico que se efectuaría en Panamá, le rendimos homenaje con este documento inédito, que nos hiciera llegar, desde los archivos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y del Partido Comunista de El Salvador, el compañero Domingo Santacruz, actual embajador de El Salvador en Cuba.

“…El 3 de febrero de 1930, el dirigente del Partido Comunista de México (PCM) Hernán Laborde, y su grupo, invitan al General Augusto César Sandino y su Estado Mayor a México, a reunirse con el Comité Central de ese Partido, para establecer las condiciones del apoyo a la solicitud hecha por el líder nicaragüense. Asistieron además de Sandino y su comitiva: Farabundo Martí ((salvadoreño) (quien asistió en calidad de miembro del comité continental de la Liga Antiimperialista, y del comité Manos Fuera de Nicaragua) , Rubén Ardilla (colombiano), Tranquilino Jarquín (nicaragüense), miembros del Comité Continental de la Liga Antiimperialista de América Latina y del “Comité Manos Fuera de Nicaragua”.

El PCM declaró su disposición de brindar su solidaridad siempre que Sandino aceptara los puntos de vista del PCM para la realización de tareas antiimperialistas de América Latina. Esta actitud sectaria del PCM se expresó también en el seno del Partido Comunista de Estados Unidos, quien calificó a Sandino de “peligroso aventurero pequeño burgués”.

Años más tarde, Luis Carlos Prestes, dirigente del Partido Comunista de Brasil, contaba sobre la repercusión en el seno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista la declaración del llamado Comité Colonial del PC norteamericano: Al enterarse Stalin de ello pidió una reunión del Secretariado de la IC y dijo:


“Yo tenía entendido que el General Augusto César Sandino era un patriota que defendía a su país de la invasión de tropas extranjeras. Según parece he estado equivocado. Conforme esta resolución, se trata de un vulgar “aventurero pequeño burgués”. Pidiendo a continuación: “Camaradas: quisiera saber a nombre del PC de la Unión Soviética, quiénes son los culpables de tan grave error que hemos cometido”. Uno de los dirigentes trató de explicar: “Camarada Stalin, es que hemos estado equivocados con respecto a Sandino. Hace poco supimos que su ejército apenas contaba con 400 hombres y no los miles que creíamos”.

Stalin respondió: “De manera que es una cuestión numérica. Entonces debo decirle camarada que en cuanto se refiere al PC de la URSS y la IC seguiremos considerando al General Sandino y a sus heroicos compañeros como patriotas que defienden a su país frente a los agresores extranjeros y que, en nuestra opinión, la decisión del comité Colonial del PC de los EE.UU. es un grosero error”.

Laborde, por iniciativa de la IC que así lo exigió al PCM, fue acusado de deshonesto, de carecer de principios y probada su labor de corrupción, fue expulsado del Partido.

4 de agosto de 2018

Nicolás Maduro sale ileso de atentado en Caracas.

Por Alba Ciudad.

El Vicepresidente de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, confirmó en declaraciones emitidas a las 7:05 pm de este sábado que un atentado usando varios drones con explosivos obligó a interrumpir el acto por los 81 años de la Guardia Nacional Bolivariana, que se efectuaba en la avenida Bolívar de Caracas, dirigido por el Presidente Nicolás Maduro. Confirmó que el Presidente Maduro resoltó ileso, pero que siete efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana que participaban en el evento resultaron heridos.



Señaló Rodríguez: “En el momento en el que estaba culminando el acto, con la participación de finalización de este muy importante evento en la avenida Bolívar de Caracas, exactamente a las 5:41 minutos de la tarde, se escucharon unas detonaciones que las averiguaciones ya establecen con claridad que correspondían a artefactos voladores de tipo dron, varios aparatos voladores que contenían una carga explosiva que detonó en las cercanías de la tarima presidencial y en algunas zonas del desfile”.
Jorge Rodríguez: Intentaron atentado con DRONES contra Nicolás Maduro, 7 efectivos resultan heridos.

Añadió: “La formación de los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana se mantuvo. Todo el trabajo que se hizo inmediatamente después ha permitido establecer ya, con evidencias, que se trata de un atentado en contra de la figura del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, que para tranquilidad de todas y de todos ha resultado completamente ileso, y se encuentra en este momento realizando su trabajo habitual, en reunión permanente con el Alto Mando Político, con los ministros y con el Alto Mando Militar de la República Bolivariana de Venezuela”.

Indicó que “lamentablemente, esas detonaciones generaron algunas heridas en siete efectivos de nuestra GNB que se encontraban en el lugar del desfile. Todos y todas se encuentran siendo atendidos en los hospitales establecidos para tal fin”.

“En pocos minutos, nuestro Presidente Nicolás Maduro Moros se dirigirá al país para informar de forma más detallada acerca de estos eventos contra la tranquilidad y contra la paz de la República, que no evidencian sino desesperación que ya veníamos notando en algunos voceros de la ultraderecha vene Ignorar zolana”.

El hecho ocurrió cuando finalizaba el evento, transmitido en cadena nacional de radio y televisión, la cual tuvo que ser interrumpida.



Los hechos, en palabras de Jorge Rodríguez, “no evidencian más que el odio que hemos denunciado de forma permanente de aquellos que, siendo derrotados en el terreno político, de la guerra económica y en todos los frentes que establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, recurren a prácticas criminales, brutales. ¡Fracasaron! ¡Nuevamente fracasaron!”, enfatizó.

“La paz de la que gozamos todos y todas e incluso los representantes de la oposición venezolana existe porque el Presidente Maduro se ha mantenido firmemente en apego a la búsqueda de la paz de la República y la Constitución”, añadió.

Nicolás Maduro acusa a Colombia y a EE.UU.: “Han intentado asesinarme”

 
Por Agencia Venezolana de Noticias Bolivariana AVN. 
 
El presidente se dirigió al país tras el fallido atentado vivido este sábado mientras realizaba un acto público en Caracas.
 

 
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se dirigió al país pocas horas después de haber sido víctima de un fallido atentado, asegurando que el responsable del ataque sería el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

“Han intentado asesinarme el día de hoy, y todo apunta a la ultra derecha venezolana y la ultra derecha colombiana, y el nombre de Juan Manuel Santos está detrás”, afirmó el mandatario durante una cadena nacional.

Además, informó que los autores materiales del ataque fueron detenidos y ya están siendo procesados. Por otra parte, apuntó que los “responsables intelectuales financistas” residen en Florida, Estados Unidos, y exhortó al presidente de ese país, Donald Trump a que “esté dispuesto a combatir a los grupos terroristas que pretenden cometer magnicidio o atentados contra países pacíficos, como Venezuela”.

Ante el atentado, el líder bolivariano señaló que “aquí en la tierra me protege el pueblo y la Fuerzas Armadas Bolivarianas, y por eso estoy de pie, vivo y victorioso, vivo para seguir la batalla y los combates que me toquen por siempre”.

El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó que ya fueron capturados los autores materiales que atentaron contra su vida en la avenida Bolívar de Caracas, mientras dirigía un discurso por los 81 años de fundación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

“Han sido capturados parte de los autores materiales contra mi vida y se encuentra ya procesados. Ha sido capturado parte de la evidencia. Ya las investigaciones están muy avanzadas”, indicó en transmisión conjunta de radio y televisión desde el Palacio de Miraflores, en Caracas.

Señaló que una vez aplicados los dispositivos de seguridad tras el atentado, iniciaron las investigaciones por parte del Servicio Bolivariano de Intelegencia (Sebin) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim), dirigido por el ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol.

Señaló que hay investigaciones bastante adelantadas que señalan que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, junto a la ultraderecha colombiana, venezolana y de Miami, están detrás del atentado, que se produjo con artefactos voladores cargados de explosivos.

Cuestionó que el atentado se produjera días después que Santos declarara que “ve cerca” su salida del poder.

“No han podido ni podrán conmigo, ni con nosotros. Continuaremos el rumbo de una Patria que quiere desarrollo, paz, prosperidad, tranquilidad y amor”, agregó el mandatario.

Asimismo, indicó que ya se desplegó el equipo de investigación, de inteligencia, de orden policial y militar, en coordinación con el ministro del Interior, Nestor Reverol, para la captura de todos los involucrados en el hecho.

Durante la tarde de este sábado, Nicolás Maduro, quien se encontraba junto a su esposa, Celia Flores, y parte de su gabinete en el 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana, se encontraba realizando su discurso cuando un grupo de drones denotaron cerca de la tarima presidencial. El mandatario salió ileso, pero siete efectivos resultaron heridos pero fuera de gravedad.