El
día 25 de febrero 1956 es, sin duda, uno de los días de la historia más
importante del siglo 20, ya que refleja un cambio radical en la
política de la Unión Soviética, entonces era una de las dos
superpotencias en el mundo. En ese fatídico día, el entonces secretario
general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Nikita
Sergeevich Jruschov pronunció su famoso "Discurso secreto" sobre el
culto que supone la personalidad y sus consecuencias, en una sesión a
puerta cerrada del 20º Congreso del PCUS. El contenido de arriba tenía
la intención de socavar la imagen de José Stalin, el jefe comunista
oficial internacional desde hace más de tres décadas, el secretario
general del PCUS hasta su muerte en 1953, y lo presenta como un monstruo
sediento de sangre y tiránico. Por lo tanto, se informó de una serie de
acusaciones, infamias que Stalin había cometido en contra de la
"legalidad socialista".
El
discurso de Jruschov tuvo un efecto devastador en el movimiento
comunista internacional, rompiendo la unidad que se había logrado, con
gran esfuerzo, durante décadas de lucha. Muchos militantes se rebelaron
contra el legado revolucionario de Stalin; porque desde hacía años era
un símbolo de esperanza para un mundo nuevo, y se hubieron adherido a
las posiciones jruschovistas. Otros permanecieron leales y empezaron a
criticar a la nueva dirección soviética, y también hubo quienes
simplemente abandonaron sus peleas y perdieron la esperanza. Y no sólo
eso, el discurso dio munición a la propaganda occidental, convirtiéndose
en uno de los pilares del paradigma totalitario que domina hoy la
producción académica sobre la historia de la Unión Soviética.
Mucho
se ha escrito sobre este evento y varios investigadores han concluido
que algunas de las cuestiones planteadas por Jruschov eran falsas, por
ejemplo, la extraña afirmación de que Stalin llevó a cabo las
operaciones militares de la Gran Guerra Patria (como llaman los rusos de
la Segunda Primera Guerra Mundial), utilizando un simple globo. Sin
embargo, nadie había estudiado a fondo el "discurso secreto" con el fin
de comprobar todas las otras declaraciones presentarlo, hasta que el
historiador norteamericano Grover Furr encarara esta tarea (ver www.averdade.org.br entrevista con el profesor Grover Furr) .
El
resultado fue una exquisita obra de investigación histórica, publicada
en Inglés bajo el nombre de "Jruschov mintió", que en portugués
significa "Jruschov ha mentido." El Profesor Furr llegó a la conclusión
de que todas las declaraciones del líder soviético eran falsas.
Presentado a ambos, las fuentes documentales por cada uno de los
estados, con la mitad del libro dedicado a las transcripciones de
documentos u otras fuentes utilizadas, además de los varios enlaces a
páginas web hospedadas con la documentación.
El juicio de Zinóviev y Kaménev
No
se puede abordar en este breve artículo cada uno de los diferentes
temas investigados por Furr, sin embargo, sólo para dar una idea del
impacto de este trabajo, presentaré un punto interesante que me pareció
relacionado con el famoso juicio de Zinóviev y Kaménev en 1936.
Este
juicio se presentó en gran medida como un engaño planeado por Stalin
para eliminar a sus opositores políticos, así como otras dos audiencias
que conforman los llamados "Juicios de Moscú". Sin embargo, Furr
transcribe un pasaje de una carta privada de Stalin a Kaganovich, Stalin
demuestra claramente una visión muy diferente. Él no aparece como un
falsificador, como el cerebro que estaba detrás de los resultados de las
investigaciones policiales, sino como alguien que trata de entender lo
que está pasando a través del material de investigación que se le envió.
Stalin no sería tan hipócrita como para enviar una carta a un compañero
del Buró Político (la dirección del PCUS), fingiendo no saber lo que
estaba sucediendo. O él no había sentenciado a sus oponentes al tiro de
gracia. Y ahí radica uno de los puntos fuertes de la obra: la gran
cantidad de documentos disponibles para que el lector recapacite y
repiense cada línea del autor, cada evento reportado, siempre aportando
las preguntas que nos hacen actuar con rapidez en la lectura de las
respuestas.
Aparte
de una gran cantidad de fuentes de la lucha contra el argumento de la
'discurso secreto' de Jruschov, el trabajo de Furr contiene una sección
que presenta su interpretación histórica del proceso político soviético.
Basado en su extensa investigación y la del historiador ruso Yuri
Zhukov, Furr sostiene que el 20º Congreso del PCUS era reflejo de la
dinámica interna del socialismo soviético, el conflicto entre los
primeros secretarios regionales del Partido y del Buró Político,
encabezada por Stalin. Jruschov era él mismo durante mucho tiempo,
primer secretario del Partido en Kiev (capital de Ucrania, una de las
repúblicas soviéticas más importantes) y también en Moscú, capital de la
URSS.
Este
conflicto tiene sus raíces en la estructura de poder de la Unión
Soviética, que abrió agujeros para la acumulación de poder y los
privilegios de los primeros secretarios. Stalin se dio cuenta de este
problema y, además de criticar a los burócratas arribistas, trató de
socavar su poder. Su arma principal era la Constitución de 1936 y el
nuevo Código Electoral, creado por el propio Stalin y Yakolev. De
acuerdo con Furr y Zhukov, el nuevo código electoral, que preveía
elecciones secretas, directas y competitivas, era un golpe de frente a
las pretensiones de los primeros secretarios del Partido, que hasta
entonces habían permanecido en sus cargos por nombramiento.
Este
cuadro pintado por el historiador Grover Furr nos permite entender
mejor el contenido del discurso "secreto" de Jruschov, que se convierte
la denuncia de los crímenes a un golpe de estado político de gran
alcance.
El
20º Congreso del PCUS aparece entonces no como una crítica a la
dirección soviética, sino como el símbolo de la consolidación del poder
de una elite privilegiada de la Parte Conservadora, que no quería saber
nada con el Socialismo. Y para aquellos que aún quieren perturbar la
línea revolucionaria del Partido, nada más provechoso que destruir la
imagen de su líder más respetado, Jose Stalin.
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