Puerto
Rico vive un caos. La devastación provocada por el Huracán María,
Categoría 5 y antes el Irma, categoría 4, los ha sometido en muy breve
tiempo de la catástrofe a la anarquía.
Pero
tal vez el verdadero propósito de “María” con todo el poder de su
intensidad destructiva, ha sido develar la gruesa venda de los ojos, aún
ajustada como cómoda máscara anti solar sobre el rostro de algunos
miopes sociales.
La condición colonial se enfatiza como un boomerang de desalientos e imposibilidades, cuando la gente desesperada clama auxilio.
Los
suministros no han podido llegar a los puertos porque lo impide la
arcaica Ley Jones. Polémica legislación de Estados Unidos que no permite
atracar en Puerto Rico a barcos extranjeros y dificulta la ayuda
internacional. Puerto Rico es un territorio bajo los poderes plenarios
del Congreso de Estados Unidos.
También
el Presidente de los Estados Unidos ha dicho que eso no sucede en
Texas, ni Florida, estados de la gran Nación lastimados por el clima.
Pero Puerto Rico está allá, lleno de deudas en medio del océano, como un
náufrago.
Al
Buque Hospital norteamericano, le quedan unos 9 días para llegar a San
Juan desde Virginia. El comandante de la Marina Mike Kafka expresó al
diario The Washington Post “que la embarcación podrá zarpar de Norfolk
en algún momento de los próximos cuatro días, pero le tomará otros cinco
llegar a Puerto Rico”.
Mientras los médicos cubanos tienen su Hospital de campaña listo para estar allí, en menos de tres horas, salvando vidas.
Podría
existir algo de falso orgullo en todo esto de no aceptar ayuda. Ese
orgullo vano, el de no ceder, no razonar, el inhumano, el que mata.
Así
que a toda evidencia legal, los boricuas son considerados
norteamericanos de segunda, aunque les duela a otros, por lo que tendrán
que esperar y resistir.
Tal
vez cuando la Armada de los Estados Unidos -a cañonazos- se embarcó en
ello en 1898 contra la ciudad de San Juan o en la primera escaramuza
entre los estadounidenses, las tropas españolas y puertorriqueñas en
Guánica, nadie pudo imaginar que algún día también iban a formar parte
del debate político en Washington.
Desde
1952, la creación del Estado Libre Asociado (ELA) careció de
transferencia de poderes soberanos al pueblo. Por lo que resulta muy
difícil, como ahora, resolver los problemas internos, sin la
intervención norteamericana. Incluyendo aquellos poderes que los
gobiernos soberanos utilizan para implementar sus leyes y hacer cumplir
con el orden público.
Kirsten Luce / The New York Times
Dada
la situación, el status colonial de Puerto Rico quizá no es sólo un
asunto interno de Estados Unidos. Por ello cada año se aprueba en el
Comité de descolonización de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) la Resolución 1514 (XV) -que rige desde 1960- a favor de la libre determinación e independencia de Puerto Rico, con cinco siglos de colonialismo, los 119 años últimos bajo el dominio de Estados Unidos.
La resolución -dice el Nuevo Día, diario de mayor circulación en Puerto Rico- fue suscrita por consenso en julio 2017,
sostiene que en la consulta del 11 de junio de este año, “participó
menos del 23% de los electores” y no estuvo “diseñada para promover la
descolonización conforme la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General”
de la ONU. Estados Unidos no tuvo un observador en la sesión.
En
respuesta a la crisis, hace un año se impuso una Junta de Control
Fiscal estadounidense, que empuja a Puerto Rico al precipicio y cobra
más de $300 millones por sus “servicios”.
Pero el huracán neoliberal llegó hace rato. Quiebra, más de US$70.000 millones de deuda. Privatización, venta del país y éxodo.
Recortes
sociales, empobrecimiento, asfixia. Un drama bastante confuso u oculto
por los grandes medios de comunicación, hasta hoy.
Periodistas
investigativos han sumado más de 200 muertos después del Huracán María.
Algunos por falta de asistencia médica, oxígeno o por haber sido
desalojados de los hospitales. Al cierre de este trabajo supimos que la
Ley Jones, será exceptuada por 10 días. Menos peso sobre la conciencia
del Gobierno que la impuso, pero es sólo “una curita” en la herida de
pueblo boricua.
Es un pueblo hermano, herido, desesperado. Calma y fortaleza.
Un abrazo, hermanos.
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