27 de enero de 2017

"Repatriación no existe en mi léxico, porque jamás me fui de Cuba": Evelio Quevedo

Por Cuba Información.

Evelio Quevedo (1971), tras una dura experiencia de emigración en Suecia, decidió regresar a su país, Cuba. Desde 2012 vive en su ciudad natal, Holguín, donde regenta un pequeño negocio de alquiler de habitaciones para el turismo internacional. Hoy -afirma- "soy la persona más feliz y realizada".
 
Salió de la Isla en 1994, en el momento álgido del Periodo especial, en el año de la Crisis de los Balseros. Al comienzo, al llegar a Suecia vía Moscú, quedó deslumbrado con los cajeros automáticos, con el consumo, con el alto desarrollo económico de aquel país del Norte de Europa. Después, su experiencia como emigrante le hizo volver a la realidad.

Entre 1994 y 2000, en Suecia, se mudó 23 veces de domicilio, para cambiar de colchón o de sofá: jamás tuvo una cama. Evelio narra cómo robaba comida en los supermercados y cómo extraía latas de los contenedores de basura, para luego vender el material. Y recuerda cómo, muchas veces, se "manchaba de caca"en aquella operación.

Nos cuenta sobre el frío que pasó, sin un abrigo adecuado, en un país con temperaturas de hasta 20 grados bajo cero.


En 1997, un problema de espalda le lleva a los servicios médicos de Suecia, donde le exigen 360 coronas por atenderle. Fue el punto de inflexión en su experiencia como migrante.

Evelio narra lo que ocurrió a partir de entonces: "accedía a Internet y escuchaba Radio Reloj. También leía, debo decirlo,  las webs de la contrarrevolución (`El Nuevo Herald´ de Miami, o `Cuba nuestra´, ubicada en Estocolmo). Y un día vi que el diario Granma tenía una sección de Cartas. Decidí mandar una, explicando mi historia y el pasaje del centro médico. Acabé el texto con un Viva Cuba y Viva Fidel". La carta se titula "No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde".

Todo cambió a partir de entonces. "Un día llegué a la Embajada cubana de Estocolmo para acompañar a un amigo". Allí, al presentarse, le reconocieron como el autor de la citada carta a Granma. "Yo tenía respeto, incluso miedo, a la Embajada, por el hecho de haber salido del país. Pero se preocuparon por mí y desapareció ese miedo". Evelio comenzó a participar en sus actividades.


En 2004 se celebra en La Habana el 2º evento La Nación y la Emigración y Evelio se inscribió. "Allí planteamos demandas al Gobierno cubano que luego se cumplieron, como la supresión de la tarjeta blanca (permiso de salida) para viajar fuera del país, y en general medidas de flexibilización para entrar y salir de la Isla. Y en 2013 se aprobó la Ley Migratoria en Cuba: se nos escuchó y tomó en cuenta".

"Yo sabía del bloqueo, pero no creía en él", admite Evelio Quevedo. "Yo le echaba la culpa de todo al Gobierno cubano", de "mis carencia en la Isla". Allí, en aquel evento, "me di cuenta de lo cruel del bloqueo". "Siempre me consideré un patriota, pero en aquel momento (La Habana, 2004) desperté".

Evelio no solo despertó a la crueldad del bloqueo, también al caso de Los Cinco Héroes, que por vez primera se explicó públicamente. Fue en aquel acto de la Nación y la Emigración. Y Evelio se convirtió a partir de ese día en un activista por Los Cinco (presos políticos cubanos que estuvieron durante 16 años en cárceles de máxima seguridad de EEUU).

"Llegué a la conclusión de que luchar por los Cinco era luchar por la Patria y era luchar por la Revolución". "Al regresar a Suecia convocamos a la comunidad cubana y a la solidaridad para informar sobre el caso de Los Cinco. Allí conocí a Vania Ramírez que, a pesar de ser chilena, siempre la he considerado una compatriota". Vania es un ejemplo de inquebrantable de militancia por Cuba y por Los Cinco en Suecia como un antibiótico, y fue la fundadora y líder, durante muchos años, del Comité por Los Cinco de Estocolmo.

"Pasé a formar parte también del Comité Internacional por la Libertad de los Cinco Héroes Cubanos y participé en 8 de los coloquios por Los Cinco celebrados en mi ciudad, Holguín", nos dice. También toma parte en varios encuentros de la Emigración Patriótica Cubana en Europa, desde el primero en París.

A partir de los coloquios en Holguín, Evelio comienza a trabajar intensamente con el ICAP (Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos).

Finalmente, la decisión que tomó años atrás la lleva a la práctica, ayudado por ciertos cambios legales en la Isla. Vende lo que poco tenía, dice adiós a Suecia y se instala en Holguín, donde -asegura- ahora "soy la persona más feliz y realizada".

Hoy colabora de manera militante, desde Cuba, en las actividades del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos, colectivo heredero del desaparecido Comité Internacional por los Cinco.

"Nunca me fui de Cuba. La palabra repatriación no existe en mi vocabulario", sentencia.

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