Enviado desde Venezuela, publicado en Con el Mazo dando.
Agustín Otxotorena, su blog es LaTabla.blogspot, empresario vasco residente en Caracas que divulgó en la última semana fotos de supermercados donde compra la clase alta de la capital venezolana,
ofreciendo una explicación sobre las características y las causas de la
escasez que golpea fundamentalmente a los sectores trabajadores.
Agustín Otxotorena que hace poco más de una semana se cansó de que sus amigos y allegados en
España, todos los días lo llamaban para decirle que en Venezuela no hay
comida y que se vivía en niveles de pobreza similares a los de Somalia o
Etiopía, en el continente africano.
Así, el 20 de mayo comenzó a publicar en su página personal de
Facebook series de fotografías de los supermercados y tiendas de
alimentos de los sectores de clase media alta de la capital venezolana,
que residen en algunas zonas del este y especialmente el sureste de
Caracas.
En su análisis precisa que el fenómeno se origina en la corrupción en
los procesos de importación con divisas subsidadas por el Estado y en
la existencia de distorsiones como el contrabando de extracción hacia
Colombia y la reventa de los bienes esenciales (conocido como
“bachaqueo”) por parte de mafias ligados al paramilitarismo colombiano.
Explica que las grandes cadenas de distribución como Makro, Excelsior
Gama o Plaza’s tienen sus propias organizaciones para importar.
“Importan ellos directamente y trabajan con los importadores privados
mas fuertes.”
Sin embargo su referencia es el dolar paralelo y sus precios están
dolarizados a la venta, advierte. “Por eso hay productos de lujo para
aburrir. Porque no están sujetos a regulación.”
En contrapartida los productos calificados como esenciales (canasta
básica) están regulados en bolívares a precios muy bajos y son
accesibles para la clase trabajadora.
“Hasta ahora, mientras el precio del petroleo ha aguantado, el
gobierno traía a mansalva estos productos comprando y pagando en dolares
a los importadores privados y los vendía al publico a precios populares
(muy bajos) en bolívares.” Se trata de un mecanismo de subvención de
los alimentos.
Se estima que el 40% de esos productos, los contrabandistas
colombianos en combinación con los apátridas venezolanos los sacaban
fuera del país, a Colombia, por ejemplo. A los paramilitares colombianos
el contrabando de productos venezolanos les daba más dinero que la
producción y comercialización de la cocaína, agrega en su análisis.
“Ahí y así se crearon y multiplicaron las organizaciones mafiosas
trufadas de paramilitares colombianos de extrema derecha, que se
enriquecían brutalmente a cambio de desangrar Venezuela y quitarle la
comida a la gente”, destaca.
“Mientras el precio del petroleo aguanto, el gobierno venezolano
trajo y trajo comida y de todo, y dio dolares a los importadores que
básicamente estafaban al gobierno poniendo sobreprecios en dolares y de
mil formas y maneras, corrompiendo a los funcionarios para que
certificasen que por ejemplo traían traído tres contenedores de
repuestos de automóviles…cuando solo habían traído uno y lo habían
pasado tres veces por la aduana.”
Miles y miles de millones de dolares se fueron así, en corrupción, sentencia Otxtorena.
Funcionarios corruptos y oligarcas corruptores, los de siempre, los
de toda la vida, blanquitos y rubios, los que tenían experiencia
histórica en el manejo de cuentas en paraísos fiscales, triangulación y
manejo bancario internacional, y los contactos con las empresas
suministradoras, continúa su explicación.
Cuando el gobierno venezolano, con la oposición en contra, cerró la
frontera con Colombia el año pasado, los “bachaqueros” se giraron y
empezaron a acaparar los productos básicos para vendérselos a los
venezolanos. El 90 por ciento de los bachaqueros que hacen cola son
inmigrantes colombianos que se dedican profesionalmente a esto.
Agrega que estos bachaqueros, están dirigidos y controlados por
organizaciones colombianas, con la complacencia de la oposición, que ha
llegado a definir como “trabajadores por cuenta propia” o
“emprendedores” a esta plaga maligna, y recomienda buscar en Google
declaraciones en ese sentido.
Las tiendas normales recurren a los mayoristas, a los pequeños
importadores, a lo que el gobierno distribuye ahora, que es menos por la
escasez de dolares y la bajada del petroleo, indica. Y sobre todo se
surte del producto nacional, que no es mucho, porque en muchos casos los
empresarios dejan de producir hasta que el gobierno les autoriza alzas
de los precios.
El ejecutivo no duda en definir el fenómeno como una guerra, en medio
de la cual está el pueblo venezolano, “tratado con simpleza por unos
medios internacionales que alientan estos comportamientos golpistas y
criminales, que no soportarían ni aguantarían ni en la décima parte si
estos comportamientos se produjesen en sus países.”
YA ESTOY HARTO DE LAS MENTIRAS, escribió con mayúsculas en uno de los más
recientes post, y agrega “Por cierto, si alguno piensa que como vivo
aquí me estoy alimentando de comer palomas y perros callejeros, tal y
como ha ido difundiendo algún desgraciado, le acepto su ayuda
humanitaria y que mande dinero en concepto de caridad y esas cosas… Le
prometo fotos pimplandome un buen rioja y un plato de jabugo a su
costa.”
Su conclusión es contundente: “Todo vale para tumbar al Chavismo.
Como sea, lo que sea, cuando sea… Lo único que les importa, así quede el
país destrozado es sacar a los negros, pobres, indios, a la “gente fea”
o “tierruos” del poder.
Son muy racistas y muy clasistas…lamentablemente…
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