Por Yoani Sánchez
El Che Guevara es el argentino más universal de este tiempo. Fue un
líder corajudo y valiente con una honestidad a toda prueba. Para el Che
la política siempre debía ir acompañada de la ética para evitar la
perversión, la deformación y la corrupción de los principios y valores,
garantizando el buen camino que debe recorrer el proceso revolucionario.
El Che Guevara no solo pasa a la historia y se convierte en un héroe
universal por su participación en la guerrilla cubana que hace posible
el triunfo de la gesta revolucionaria en Cuba.
Su acción revolucionaria se proyectará mucho más allá de su actuar en Cuba.
Su teoría política
siempre se conjugó con los principios éticos expresión de su praxis
revolucionaria, no solo en su hacer sino en la difusión para servir de
guía a los líderes de cualquier país que se atrevieran a levantar la
bandera de la lucha para alcanzar la libertad en un mundo injusto,
falso, hipócrita y corrupto donde los principios políticos, no son más
que ideas superficiales y demagógicas para ser negociados con el mejor
postor.
Dentro de su concepción ético-político el Che Guevara se convierte en el
padre del idealismo político internacional. Esta filosofía es
enarbolada hoy por muchos líderes-dirigentes convencidos de la razón de
su ejemplo, que es posible rescatar y ejercer la política con
principios éticos inquebrantables, capaces de posibilitar con la verdad
de los hechos la comprensión y apoyo total de los pueblos en la
permanente lucha de hacer realidad, sin traumas ni traiciones, las
transformaciones revolucionarias necesarias en sociedades plagadas de
vicios que se hundirán en el abismo de la miseria y el caos sino surge
un proceso revolucionario de hombres libres.
El pensamiento guevarista tiene absoluta vigencia en esta hora menguada
de la deformación política, sumergida en la más profunda e interminable
noche oscura, producto de sus desviaciones e interpretación acomodaticia
de sus lineamientos filosóficos, desprovistos de contenidos éticos. La
lógica de la política por circunstancias e intereses oportunistas, más
no estratégicos, se aparta de los principios y fundamentos éticos,
originando resultados no acordes con el proceso revolucionario en
marcha, surgiendo de esta manera el peligroso flagelo de la
contrarrevolución.
El Che fue un hombre que "actuaba como pensaba".
Por su honradez de principios fue perseguido por los norteamericanos, un privilegio que solo ostentan aquellos que son
consecuentes con sus ideas hasta el final de su vida. Las máximas de
José Martí "El hombre que oculta lo que siente y no se atreve a decir lo
que piensa no es un hombre honrado", constituyeron la guía del camino
que enseñaba construir a favor de los abandonados de la tierra.
Su valor para decirle al mundo lo que pensaba de los EE.UU. lo puso de
manifiesto el 11 de diciembre de 1.964 en la ONU. Ante el gigantesco
anfiteatro de ese organismo mundial, colmado en su capacidad, el
comandante guerrillero tomó la palabra y expresó: "¿Cómo es posible que
el país que asesina a sus propios hijos y los discrimina diariamente
debido a su color de piel, un país que deja en libertad a los asesinos
de los negros y castiga a las víctimas por exigir el respeto a sus
derechos legítimos como seres humanos, se considere guardián de la
libertad"?.
En este momento la Franja de Gaza es escenario dramático de la invasión
genocida sostenida del gobierno de Israel que asesina inocentes, por el
solo hecho de reivindicar Palestina derechos sobre su territorio.
El
discurso del Che en la ONU en esa fecha revolvió la herida sin piedad
sobre la impostura estadounidense.
Así era el comandante Che Guevara, quien tiene la peligrosa costumbre de
seguir naciendo.
Odiado, amado, insultado, manipulado es el más nacedor
de todos los seres porque "decía lo que pensaba y hacía lo que decía".
Por eso sigue siendo tan extraordinario en un mundo donde las palabras y
los hechos no se reconocen.
, osen calificar de dictadura al gobierno cubano de hoy.