Los jóvenes palestinos buscan oportunidades de asegurar su futuro. Una de ellas se las brinda Venezuela, al ofrecerles becas para estudiar medicina en el país latinoamericano.
Con su bandera en alto llegó a Venezuela, Mohammad Mahmoud Ramadan, uno de los 119 jóvenes palestinos becado por el gobierno bolivariano para estudiar en la Escuela Latinoamericana de Medicina Dr. Salvador Allende (ELAM). La alegría de Mohammad y la de sus compañeros se reflejó en cada gesto, en cada paso.
Mohammad nació hace 18 años en un campo de refugiados en Belén, en el mismo lugar donde nació su padre y donde para los cristianos vio por primera vez la luz Jesús. Sus abuelos fueron desplazados de la aldea de Jerash en 1948 tras la ocupación sionista, que destruyó por completo ese lugar. A pesar del dolor que arrastra por haber visto cómo encarcelaban a su padre y asesinaban a sus amigos por luchar por la tierra palestina, Mohammad mantiene sus sueños intactos. Su deseo de ser médico empezó a materializarse hace apenas unos meses cuando supo que había sido becado para cursar estudios de medicina en Venezuela.
Mohammad nació hace 18 años en un campo de refugiados en Belén, en el mismo lugar donde nació su padre y donde para los cristianos vio por primera vez la luz Jesús. Sus abuelos fueron desplazados de la aldea de Jerash en 1948 tras la ocupación sionista, que destruyó por completo ese lugar. A pesar del dolor que arrastra por haber visto cómo encarcelaban a su padre y asesinaban a sus amigos por luchar por la tierra palestina, Mohammad mantiene sus sueños intactos. Su deseo de ser médico empezó a materializarse hace apenas unos meses cuando supo que había sido becado para cursar estudios de medicina en Venezuela.
Haber sido becado fue una felicidad muy grande
"Fue una felicidad muy grande porque en Palestina estudiar medicina es muy costoso. Y las familias no pueden cubrir los pagos de estos estudios. También por los obstáculos que pone la ocupación israelita a los jóvenes palestinos para evitar que estudien, porque ellos saben que la ciencia es el camino de la liberación", afirma el estudiante palestino Mohammad Mahmoud Ramadan".
Si bien hoy lo embarga la felicidad, Mohammad todavía tiene vivos en su memoria los recuerdos de la última gran agresión militar de Israel en julio de 2014. "A pesar de que la agresión fue contra Gaza, cada gota de sangre derramada por cada niño gazatí nos afectó a todos los palestinos. Yo me sentía impotente por no poder defender a esos niños, mujeres, abuelos y jóvenes mártires", explica Mohammad.
Uno de los sueños de Mohammad es poder crear un equipo de médicos para ayudar a sus hermanos palestinos. Para lograrlo, dedicará los próximos siete años de su vida a realizar estudios de medicina en esta escuela donde se forman unos 1.600 jóvenes de los países más empobrecidos del mundo.
Cuando vimos que todos estaban esperándonos en el aeropuerto y la felicidad de la gente sentimos que nuestro sufrimiento y nosotros mismos éramos importantes para ellos
La Escuela Latinoamericana de Medicina Dr. Salvador Allende se creó en el año 2007 gracias a los convenios de cooperación entre Cuba y Venezuela. A partir de ese momento, jóvenes de distintos países del mundo se forman de manera gratuita como médicos integrales comunitarios.
Al terminar sus estudios, Mohammad formará parte del batallón de batas blancas que desde hace más de una década se despliega por el mundo para ayudar a los pueblos más necesitados. Su estancia en Venezuela también les ha permitido derrumbar el muro que levantó Israel para separar a los palestinos en dos: los de Cisjordania y los de Gaza. Aquí Mohammad conoció a Huda, una joven de 18 años nacida en la franja de Gaza que sobrevivió a la agresión israelí Margen Protector, la cual le quitó la vida a más de 2.100 palestinos.
"Cuando vimos que todos estaban esperándonos en el aeropuerto y la felicidad de la gente, mucha gente recibiéndonos, sentimos que nuestro sufrimiento y nosotros éramos importantes para ellos. Había mucho sentimiento, mucha gente esperándonos. En ese momento olvidamos todas las cosas difíciles que hemos visto y ese día quedó como un momento histórico en mi vida", sostiene la estudiante palestina Huda Abukater.
A estos 119 jóvenes los unen los mismos sueños: volver a Palestina y curar el dolor de sus hermanos. Mientras se acerca su regreso cada día lo celebran como una nueva victoria de la vida.
Al terminar sus estudios, Mohammad formará parte del batallón de batas blancas que desde hace más de una década se despliega por el mundo para ayudar a los pueblos más necesitados. Su estancia en Venezuela también les ha permitido derrumbar el muro que levantó Israel para separar a los palestinos en dos: los de Cisjordania y los de Gaza. Aquí Mohammad conoció a Huda, una joven de 18 años nacida en la franja de Gaza que sobrevivió a la agresión israelí Margen Protector, la cual le quitó la vida a más de 2.100 palestinos.
"Cuando vimos que todos estaban esperándonos en el aeropuerto y la felicidad de la gente, mucha gente recibiéndonos, sentimos que nuestro sufrimiento y nosotros éramos importantes para ellos. Había mucho sentimiento, mucha gente esperándonos. En ese momento olvidamos todas las cosas difíciles que hemos visto y ese día quedó como un momento histórico en mi vida", sostiene la estudiante palestina Huda Abukater.
A estos 119 jóvenes los unen los mismos sueños: volver a Palestina y curar el dolor de sus hermanos. Mientras se acerca su regreso cada día lo celebran como una nueva victoria de la vida.