Comunicado de la Red Youth, organización juvenil del Partido Comunista de Gran Bretaña (marxista-leninista), publicado originalmente el pasado 9 de enero.
El año pasado se han visto en China enormes manifestaciones contra la cada vez más agresiva y beligerante actitud del imperialismo japonés. Estas protestas han surgido en todas las regiones y en todas las grandes ciudades a lo largo y ancho del país, y en ellas se gritaban consignas como "¡Abajo con el imperialismo japonés!" y "¡1.3 billones de chinos pueden aplastar al pequeño Japón!". En una protesta reciente, los estudiantes chinos rodearon la caravana de coches del embajador estadounidense en Beijing, gritándole que diera la cara por el apoyo de su país a Japón.
Gente de todos los sectores de la sociedad china, desde estudiantes de las enseñanzas medias hasta los más ancianos, han participado en las protestas llevando carteles que denunciaban el imperialismo, agitando banderas rojas y la bandera de la República Popular China, y otros muchos sujetaban orgullosos retratos del Presidente Mao.
Una de las jornadas más largas de protestas coincidió con el 80 aniversario del incidente de Mujkden, que marcó el inicio de la invasión japonesa de China. Muchos chinos están furiosos por el hecho de que Japón aún se niega a reconocer o a pedir disculpas por la masacre de millones de chinos. Esta actitud inarrepentida hacia su pasado imperial, así como hacia sus actuales ilusiones coloniales, disgustan al pueblo chino, que conoce el precio que pagó por su liberación del colonialismo.
Los antecedentes de estas protestas se remontan a 1895, cuando Japón forzó a China a renunciar a su control sobre muchos territorios de ultramar, Taiwán y las islas Diaoyu, por poner sólo dos ejemplos. Esto fue tan sólo tres años antes de que el Reino Unido fuera capaz de ocupar todo Hong Kong. En aquella época, China era caracterizada como "el hombre débil de Asia", y era considerada un blanco fácil tanto para los imperialistas europeos como para los japoneses. Mucho países europeos controlaban franjas de China y sus títeres coloniales podían operar fuera de las leyes chinas.
Incluso cuando el Partido Comunista Chino fue fundado en 1921, los imperios europeos dominaban Shanghai y la policía colonial francesa intentó reventar el primer congreso del PCCh. La época de la subyugación colonial de China no terminó realmente hasta la victoria de las fuerzas comunistas en 1949, cuando el régimen sustituto de Jiang Jieshi (Chiang Kai-shek), que era completamente dependiente de las armas y del capital norteamericanos, fue finalmente derrotado por el Ejército de Liberación Popular.
En la Conferencia de Potsdam en 1945, los Estados Unidos prometieron libertad a las víctimas del colonialismo japonés, pero como hemos visto en el caso de Corea, los pueblos de las antiguas colonias de Japón solamente cambiaron un amo por otro.
Estas últimas protestas también han subrayado la alianza entre los japoneses y el imperialismo norteamericano. Los Estados Unidos se posicionan a favor de Japón contra China y otras naciones de Asia, incluyendo la RPDC. El apoyo de Estados Unidos a Japón es clave en la llamada "vuelta a Asia" de sus relacionales internacionales, puesto que busca rodear, contener y debilitar a una China cada vez más fuerte y que confía cada vez más en sí misma. Esta estrategia es una reminiscencia de la estrategia norteamericana de finales de los años 40, cuando el presidente Harry Truman hablaba de la "contención" del comunismo. Está claro que los Estados Unidos están más decididos que nunca en contener el socialismo en Asia.
La "vuelta a Asia" de los Estados Unidos demuestra que el imperialismo está preparando agresiones militares en Asia. Los gobiernos de Japón y Taiwán están aumentando y expandiendo sus fuerzas armadas, con una ingente ayuda norteamericana, y un elevado número de tropas y bases norteamericanas están siendo desplegadas hacia países como Australia, en lo que supone una clara tendencia hacia una militarización creciente de la región.
"Millones de personas con una sola voluntad juran exterminar al enemigo japonés"(cartel de 1937)
El nuevo primer-ministro conservador japonés Shinzo Abe dijo que no habría negociación ni compromiso alguno en lo que respecta las islas en disputa, y que está preparado para enviar más "personal permanente" a las islas. Al mismo tiempo, los conservadores están llamando a derrogar la cláusula en la constitución japonesa que dice que las fuerzas armadas japonesas sólo puede ser utilizado en caso de defensa propia.
El pasado 6 de enero de este año, el primer ministro japonés ordenó al ejército el considerar desplegar aviones de combate a las islas Diaoyu para prevenir que los aviones chinos puedan volar sobre el espacio aéreo de las islas. Mientras se escribe este artículo, y en otra demostración de agresión gratuita e injustificada, Japón ha abordado navíos chinos cerca de las islas.
La gente progresista en todo el mundo debe oponerse a los designios del imperialismo japonés y norteamericano en China y en el resto de Asia.
¡Abajo el imperialismo japonés! ¡Abajo el imperialismo norteamericano! ¡Manos fuera de China!
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